Frayba
Pronunciamiento Conjunto: Que el Estado deje de criminalizar a los defensores de los Derechos Humanos en Chiapas
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México
01 de Junio de 2022
“Mientras una parte de la humanidad vive en la opulencia, otra parte ve su propia dignidad repudiada, despreciada o pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados. Todos estamos llamados a respetar los derechos humanos de cada persona.
Papa Francisco.
A LOS TRES NIVELES DE GOBIERNO,
A LOS DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS NACIONAL E INTERNACIONAL,
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN,
AL PUEBLO CREYENTE DE LA DIÓCESIS.
Comunicado conjunto
La Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, la Parroquia de San Juan Evangelista de San Juan Cancuc, y el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, manifestamos nuestra preocupación por la detención y criminalización del defensor de derechos humanos Manuel Sántiz Cruz, quien además de ser presidente del equipo de promotores de la Parroquia, es servidor de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas.
La parroquia de San Juan Cancuc junto a la Diócesis, tiene una clara opción por la vida, por acompañar procesos de defensa de la Madre Tierra, formando servidoras y servidores comprometidos con la paz, reconciliación y la búsqueda de la justicia, en varias ocasiones hemos levantado la voz contra proyectos que traen muerte, destrucción y violencia en nuestro pueblo.
Caminamos junto a los pueblos el horizonte de Justicia, Verdad y Memoria en medio de una crisis de derechos humanos en Chiapas
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México
23 de mayo de 2022
Boletín No. 18
Caminamos junto a los pueblos el horizonte de Justicia, Verdad y Memoria en medio de una profunda crisis de derechos humanos en Chiapas
- Reafirmamos nuestro compromiso con los pueblos que resisten y luchan.
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) en el marco del cambio de la Dirección, reafirma su compromiso de caminar junto a los pueblos que luchan y defienden la tierra y el territorio, de quienes ejercen la autonomía y libre determinación a pesar de las adversidades, omisión y aquiescencia de los gobiernos, quienes además de administrar los conflictos, no llevan a cabo acciones efectivas para detener y atender debidamente las violaciones graves a los derechos humanos que se viven en Chiapas.
En los gobiernos federal y estatal persiste un patrón común, a quienes defienden los derechos humanos y la vida les asesinan, criminalizan, amenazan y torturan en medio de un racismo y discriminación estructural. La violencia generalizada emanada de la disputa entre grupos del crimen organizado por el control de territorios, la captura y complicidad con las instituciones es intensa, así como la proliferación de diversos actores duros que actúan con impunidad. Hay que sumar el Conflicto Armado Interno no resuelto, la renovada presencia militar, el ejercicio de autogobierno impulsado desde distintas propuestas comunitarias y las constantes agresiones a la autonomía zapatista en medio de un ominoso silencio del gobierno mexicano; así como el impulso de megaproyectos y programas sociales impuestos en las comunidades, que favorecen la división comunitaria y el despojo territorial.
Existe una crisis humanitaria en torno al fenómeno del desplazamiento forzado interno; alrededor de 14 893 personas han atravesado por esta situación debido a la violencia generalizada y la impunidad constante por parte de la inoperancia y omisión del Estado mexicano. La tortura es también una práctica generalizada y sistémica que sigue instalada como un mecanismo para simular justicia y fabricar culpables, dejando un grave impacto en las víctimas, sus familiares y la sociedad.
En la mayoría de los estados y municipios donde se ha declarado la Alerta de Violencia de Género contra las mujeres (AVGM) se registra un alza de agresiones, chiapas es un ejemplo de la ineficacia de las medidas que se han tomado para tratar esta crisis; en lo que va del 2022 el Observatorio Feminista Contra la Violencia a las Mujeres de Chiapas registró un aumento alarmante de cifras: 55 muertes violentas, 7 feminicidios en grado de tentativa y han desaparecido 69 mujeres y niñas.
En medio de la alarmante cifra de 100,204 personas desaparecidas, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas señaló la existencia en Chiapas de 542 personas desaparecidas, lo que no refleja la crisis profunda del fenómeno manifestado en medio de la disputa entre grupos armados ilegales en la frontera con Guatemala o la región de Los Altos, la cuál también es negada por La Comisión Nacional y Estatal de Búsqueda de Personas, sumándose la falta de debida diligencia de la Fiscalía General de la República y de la Fiscalía Contra la Desaparición Forzada de Personas y la Cometida por Particulares en el estado. El dolor que sufren las familias de las y los desaparecidos en México visibiliza la crisis de derechos humanos, su dignidad muestra impulsa la lucha continua contra la indiferencia del Estado y mantienen viva la Memoria Verdad, Justicia y Reparación.
Hoy vivimos tiempos violentos, obscuros y de incertidumbre ante la pandemia provocada por la COVID-19 que ha golpeado a nuestras familias y desnudado nuestras carencias, profundizando la crisis del sistema capitalista, civilizatoria y la crisis ambiental, que exige organizarnos como pueblos para defender la vida y el territorio. Son tiempos de grandes desafíos, que nos convocan a crear horizontes de esperanza; en el Frayba estamos convencidos de que la Paz se construye desde la búsqueda de la Justicia, la cual está anclada en la Dignidad de cada uno de los pueblos y personas que luchan.
Hacemos un llamado a la Comunidad Frayba, a organizaciones, colectivos a no cesar en las acciones y persistir desde abajo en el horizonte de la defensa de nuestros derechos, a juntar las luchas con los pueblos, comunidades, personas dignas de Chiapas, de México y el Mundo que han ubicado en este territorio de resistencia su mirada y trinchera; es urgente y necesario seguir andando los caminos de Libertad, Memoria y que la Verdad sea nuestra ética de trabajo, para romper las sistemáticas injusticias causadas por el capitalismo, colonialismo y patriarcado, para vigorizar la transformación social de manera radical de las diversas realidades humanas y fraternas que nos habitan y consolidar una sociedad nueva, democrática y justa.
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