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Ecuador, el país que poco a poco exterminan. Miradas tras el paro nacional
Esta es una serie fotográfica acerca de lo acontecido en el Paro Nacional; corren ya varios días y prácticamente en todas las provincias ha habido agitación, bloqueos, cierre de vías principales –como la carretera Panamericana– y acceso a ciudades, toma de pozos petroleros, como el caso de la provincia de Orellana en plena Amazonia; más de 136 detenidos, aproximadamente 70 heridos incluidos niños, madres embarazadas, cateos por parte de las Fuerzas Armadas del Ecuador a comunidades indígenas y una larga cadena de judicialización y violación a los derechos humanos por parte del Estado ecuatoriano que no cesa.
En Quito, la capital, el paro mantiene un campamento muy cerca del Centro Histórico, en un espacio público que se conoce como «El Árbolito», lugar con mucha carga simbólica de luchas y movimientos sociales; ahí se encuentra la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) organizando las actividades en la capital y coordinando las acciones a nivel nacional.
El Paro Nacional, es un esfuerzo político impulsado por el movimiento indígena para organizar acciones en la calles y mostrar al mundo que lo que viene promoviendo Rafael Correa en el exterior, no se ve reflejado en la sociedad ecuatoriana. Tan es así que sectores políticos contrarios al partido político que encabeza el gobierno nacional (Alianza País) se han sumado de diferentes formas desde el 2 de agosto hasta ahora.
En medio de la muerte, un proyecto de vida se reestructura
En medio del proyecto de muerte, un proyecto de vida se reestructura
Por José Luis Santillán
Algunos podrán pensar en ese sentido que la disolución de la UNOPII es una derrota al movimiento y muchos dirán que esa es la prueba de que la izquierda independiente no puede avanzar y construir, pero nosotros decimos que no. Nosotros decimos que tenemos 25 años de construir día con día, un futuro al que aspiramos, un futuro que queremos para nuestros hijos. Y 25 años de experiencia nos dicen que a veces uno se cae, pero que hay que levantarse, que a veces las cosas no salen como uno quisiera pero que hay que volverlo a intentar una y otra y otra vez, hasta que las cosas van siendo como uno realmente las quiere.
Enrique Reynoso, 30 de Mayo 2015
30 de mayo del 2015, 1er Congreso Extraordinario y VII del Frente Popular Francisco Villa Independiente (FPFVI), decenas de delegados y delegadas de todos las comunidades del frente fueron llegando de las distintas comunidades de la organización. Se dio a conocer la problemática por la que atravesaba la Unidad Nacional de Organizaciones Populares de Izquierda Independiente (UNOPII), proceso organizativo en el que desde hacía 15 años coincidieron la UCOPI de Guanajuato, la OCEZ-DI de Chiapas y el FPFVI del Distrito Federal.
Al iniciar el congreso se leyeron los comunicados y propuestas, que frente a la problemática interna de la OCEZ-DI de Chiapas, necesitaban el análisis y ratificación del congreso para dar por concluido el proceso organizativo de la UNOPII, al que por tantos años se le había apostado no como una simple alianza estratégica, sino como la idea de consolidar una unidad orgánica nacional.
Fotografía: José Luis Santillán
Durante el congreso se instauraron tres grandes mesas de trabajo, la primera el análisis de la realidad, la segunda sobre el proyecto nacional y la tercera de los proyectos del Frente. En la mesa dos, donde se discutió el proyecto nacional se ratifico la disolución de la UNOPII y se configuró la nueva propuesta de nombre para la organización. Finalmente, al día siguiente en plenaria, estos acuerdos fueron ratificados por todos los asistentes y al darse por clausurado el VII congreso del FPPFVI, se terminó también una etapa de su propia historia y continuaría una nueva, ahora bajo el nombre –por supuesto villista– que los seguirá representando.
Así, desde este momento surge la Organización Francisco Villa de Izquierda Independiente, con estas nuevas siglas que hacen a un lado la política electorera de los otros frentes. La OPFVII continúa reivindicando la lucha villista –que representan no sólo al nombrase así– sino con su historia de 26 años de lucha, con la más dura, la más pesada, la del día con día, construyendo comunidad, construyendo acuerdos colectivos, construyendo identidad, construyendo autonomía.




