a caminar la iniciativa Al Faro Zapatista. Homenaje, mismo que tiene como fin acuerpar la Gira por la Vida que zapatistas y miembrxs del CNI-CIG realizan en la Europa Insumisa, a la vez que sumarnos a la exigencia de
¡Alto a la guerra contra los territorios zapatistas, contra las mujeres, las cuerpas diversas, los pueblos y la humanidad!
Te compartimos
Los primeros 10 libros de la Colección descarga libre en el sitio web:
Ciudad de México, 27 de noviembre de 2021. El pasado domingo 21 de noviembre, la totalidad de las familias zoques del ejido Esquipulas Guayabal en las faldas del volcán Chichonal, municipio de Chapultenango, Chiapas, fueron violentamente desplazadas con lujo de violencia por un grupo de hombres encapuchados con vestimenta militar, chalecos antibalas y armas de alto calibre, en un operativo evidentemente planeado con anterioridad, según información recibida por este medio de comunicación.
Las mujeres, hombres, niños y ancianos desplazados se encuentran hasta ahora en un albergue en la cabecera municipal de Chapultenango, mientras los agresores continúan en la colonia, donde se posesionaron de casas, tierras, bienes y animales. Los ejidatarios desplazados denuncian la inacción del gobierno, que de promesa en promesa les va dando largas sin que haya ninguna intención evidente de solucionar el problema.
El contexto en el que se da la agresión revela una compleja trama de intereses petroleros, geotérmicos, turísticos y mineros, involucrando el capital internacional y el Estado mexicano, que desde hace años viene confrontando y despojando a los pueblos zoques, que habitan esas tierras desde hace 3 mil 500 años.
El desplazamiento forzado
Escucha cómo vivieron algunxs ejidatarios el desalojo, a partir de testimonios en audio recibidos por este medio (6 min): (Descarga aquí)
Ese domingo a las 10 am, un grupo de entre 25 y 30 hombres fuertemente armados, acompañados por pobladores tsotsiles originarios de Rincón Chamula que desde 2009 habitan en el ejido Esquipulas Guayabal, incursionaron en las casas de los pobladores zoques y los forzaron a huir con golpes, amenazas y balazos. Una casa fue quemada y varios animales fueron asesinados o heridos.
La mayoría de quienes se encontraban en sus casas eran mujeres y niños, pues muchos hombres estaban en el campo o en Chapultenango, a donde suelen ir los domingos de compras o a resolver otros asuntos.
Un adolescente cuenta:
Yo estaba trabajando en el campo. Como a las 10 am, escuché disparos. Regresamos a la casa y veo a mi mamá que está llorando. Me dice: creo que mataron gente porque hubo muchos disparos, golpearon a don Chevio, que es quien representa a la colonia. Están quemando casas y me dijeron que salga de una vez o me van a matar. En ese mismo instante salimos y veo un grupo armado. Estaban quemando la casa de don Chevio. Había un grupo de diez con armas, todos encapuchados. Ya para entrar a la línea del volcán había otro grupo. Todos estaban encapuchados con unas armas largas. Había un niño y estaba muy triste porque pensó que iba a quedar ahí muerto.
Y otro adolescente:
Me encontré a don Eusebio y me dijo: Ya nos corrieron de la comunidad y a tu mamá ya le pegaron, puro culatazo de arma. Entonces me fui, iba yo a caballo y vi varias personas encapuchadas con armas. Me vieron y corrieron a taparme, me bajaron del caballo y me quitaron todo, me pegaron, me dijeron que aquí no vales, aquí la ley no vale, ahora esta es nuestra tierra, aquí nadie nos saca.
“Lo más triste para mí fue que mataron a mi perrito”, dice un niño pequeño, “y me preocupaba mucho mi papá que le fueran a dar un balazo”.
Una mujer cuenta:
Estaba cocinando cuando escuché un troneteo como de triques. Eran balazos, pero demasiado. Cerré mi puerta con candado porque pensé que iban a pasar nada más. Pero se metieron en el solar y querían que abriéramos la puerta. Me dicen: “Abre la puerta o le echamos gasolina a la casa”. Pero por el miedo no encontraba yo la llave. Hasta que la encontró mi hija y ya abrimos. Se metieron y nos dijeron: “Sálganse rápido sin sacar nada”. Nos salimos y son balazo que están tirando, tiran por los pies, tiran por la cabeza. Aquí me pasó un tantito. Nos fueron siguiendo con la pistola, mi hija adelante y yo atrás porque ella está embarazada y corría peligro.
Es mucha la desesperación de los desplazados, que salieron sólo con la ropa del cuerpo. “Ahí se quedó todo”, dicen. Documentos, herramientas, todos los bienes. Algunos incluso salieron descalzos. Y se preocupan por los animales, pues de eso viven. ¿Qué vamos a comer?, se preguntan. ¿De qué vamos a vivir?
Contexto
Como en muchos casos actuales en el estado de Chiapas, la violencia deviene de un conflicto agrario exacerbado por el incompetente o malicioso manejo por parte del Estado, con el trasfondo de intereses del capital nacional e internacional y la participación de grupos armados de corte paramilitar o de la delincuencia organizada. Así, el caso de Esquipulas Guayabal es paradigmático para entender la violencia que en los últimos años se ha desatado a lo largo y ancho del estado de Chiapas.
A seguir, presentamos un breve resumen del conflicto agrario.
El ejido Esquipulas Guayabal se formó a mediados de la década de 1930, y para 1960 contaba con 2 mil 400 hectáreas. En 1982, la erupción del volcán Chichonal causó la muerte de 2 mil zoques y el desplazamiento de 12 mil familias, reacomodadas en 22 nuevos asentamientos en diversas partes de Chiapas, Jalisco y Veracruz. El ejido Esquipulas Guayabal se dividió en cuatro grupos que se asentaron en Ixtacomitán, Rayón, el barrio de Guayabal en Chapultenango y el valle de Uxpanga en Veracruz.
Con el tiempo, campesinos de Chapultenango comenzaron a ocupar las tierras que habían quedado abandonadas, aunque los ejidatarios desplazados por el volcán mantenían los títulos ejidales. Fue entre 2002 y 2003 que la Procuraduría Agraria inició la certificación de las tierras ejidales en el PROCEDE, con lo que se pretendía privar de sus derechos a los 130 ejidatarios y reconocer a los nuevos campesinos como titulares de la tierra. Ese fue el inicio del conflicto.
Para evitar el despojo, 29 ejidatarios de Rayón regresaron a las tierras con sus familias, encontrándolas ocupadas por campesinos de Chapultenango. Los campesinos de Rayón interpusieron un juicio ante el Tribunal Unitario Agrario (TUA) exigiendo la cancelación del PROCEDE sobre las 2 mil 400 hectáreas, pero el TUA ignoró la demanda y, en noviembre de 2005, se certificaron las tierras a favor de los campesinos de Chapultenango.
Este hecho condujo a confrontaciones físicas en 2006 y 2009. Ese año, campesinos de Rayón alentaron el ingreso de tsotsiles de Rincón Chamula como aliados para recuperar las tierras. Un año después, interpusieron un juicio agrario exigiendo la cancelación del PROCEDE y apuntando a la Procuraduría Agraria y al Registro Agrario Nacional de ser los causantes del conflicto. Por su parte, los de Chapultenango interpusieron juicio solicitando la regularización de las tierras a su favor. En 2012, el TUA declaró nulos los trabajos del PROCEDE.
En 2016, un grupo de personas de Rayón, al parecer en alianza con personas de Chapultenango y los tsotsiles asentados en Esquipulas Guayabal, convocaron asamblea para reconocer a 11 avecindados y nuevos ejidatarios, y en 2019 eligieron nuevas autoridades, sin el debido conocimiento de los ejidatarios de Esquipulas Guayabal ni su participación en las asambleas. Todo esto, aparentemente, con la intención de despojar a los ejidatarios de la tierra.
En agosto de ese año, los ejidatarios interpusieron un juicio para invalidar ambas asambleas. El pasado 6 de octubre de 2021, el TUA declaró nulas ambas asambleas. Seis semanas después, al parecer ante la frustración de sus pretensiones legales a la tierra, el grupo armado atacó la colonia y desalojó a la totalidad de las familias zoques.
Intereses de fondo
Como en muchos otros conflictos en el estado de Chiapas, las disputas agrarias son utilizadas y exacerbadas por el Estado para favorecer intereses económicos y el control territorial. En el caso del territorio zoque alrededor del volcán Chichonal, son varios los intereses de alto perfil que entran en juego.
Desde 2015, la Comisión Federal de Electricidad declaró zona de interés geotérmico a 15 mil hectáreas, con la intención de construir una planta geotérmica en el volcán Chichonal, que continúa activo. Aunque según algunos estudios el nivel del agua del volcán es insuficiente para la construcción de una planta geotérmica, el proyecto continúa vigente.
En 2017, se pretendía reactivar un pozo petrolero como parte de la ronda petrolera 2.2. Dicha ronda contemplaba la extracción de 239 millones de barriles de petróleo de 10 municipios en 84 mil 500 hectáreas, entre ellos, Chapultenango. El Movimiento Indígena del Pueblo Creyente Zoque en Defensa de la Vida y el Territorio logró frenar la licitación internacional en junio de 2017. Sin embargo, con la construcción de la refinería Dos Bocas en Tabasco, que se encuentra a pocos quilómetros en línea recta del volcán Chichonal, es de suponer que se reactiva el interés en los yacimientos petroleros en la región zoque.
Al mismo tiempo, hay un fuerte interés turístico nacional e internacional en el área alrededor del volcán Chichonal. Desde 2012, la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas ha promovido la creación de un geoparque. La avanzada de dicho proyecto fue la creación en 2016 del Centro Ecoturístico Comunitario Mujer de Fuego en las faldas del volcán Chichonal, que ha provocado fricciones con los campesinos de Esquipulas Guayabal.
Existen, además, fuertes intereses mineros sobre 70 mil hectáreas del territorio zoque. En conferencia de prensa en San Cristóbal de Las Casas, los afectados denunciaron que en 2017 entró una empresa al ejido Esquipulas Guayabal con la intención de negociar con los invasores para adquirir la tierra. También denunciaron que presuntos empleados de una compañía minera se presentaron en los hogares de varios activistas con la intención de obtener información sobre la resistencia contra la minería. El pasado mes de junio de 2021, el Movimiento Indígena del Pueblo Creyente Zoque en Defensa de la Vida y la Tierra alertó que los días 11 y 12 de ese mes, agentes de la minera Gold Corporation recorrieron ejidos de los municipios de Chapultenango e Ixtacomitán con la intención de promover la entrada de la minería en dichos territorios.
Por otro lado, empleados de empresas de la agroindustria han entrado a las tierras alrededor del volcán a ofrecer palma aceitera.
A todo lo anterior se le suma el acuerdo del presidente Andrés Manuel López Obrador, publicado en el Diario Oficial de la Federación un día después del ataque a Esquipulas Guayabal, que declara de interés público y seguridad nacional la realización de proyectos y obras asociadas a infraestructura a cargo del Gobierno de México, acto que provocó el repudio de organizaciones sociales, pueblos indígenas e incluso instancias del gobierno federal.
Autores materiales e intelectuales
Los autores materiales de la agresión fueron los pobladores tsotsiles asentados en el ejido desde 2009, junto el grupo armado, compuesto por 25 a 30 personas presumiblemente provenientes de Rincón Chamula.
Según los testimonios de los desplazados, los pobladores tsotsiles se han ido apoderando de las tierras desde hace algunos años, al grado que hoy tienen más tierra que los propios ejidatarios. Al mismo tiempo, en los últimos años han agredido con cada vez más violencia y frecuencia a los ejidatarios. En los testimonios que recibió este medio, son varias las personas que denuncian haber sido golpeadas en diversas ocasiones, y cuyas demandas ante el Estado fueron desconsideradas. Hace cuatro años, el grupo tsotsil agredió con palos y machetes a los ejidatarios con completa impunidad.
Sin embargo, como autores intelectuales los desplazados acusan al profesor Alejandro M. y al señor Elías L., ambos de Chapultenango. Al profesor Alejandro M. se le vio circulando por la colonia en un vehículo hasta muy tarde la noche del sábado. Hoy se sabe que esa tarde el grupo armado llegó a las tierras del volcán como turistas y allá pasaron la noche, ingresando al ejido a las 10 am del domingo.
Por otro lado, los desplazados identifican también al ex comisariado Moisés Domínguez Bautista, de Rayón, cuya elección como comisariado y su pertenencia como ejidatario fueron anuladas el pasado 6 de octubre por la sentencia del Tribunal Unitario Agrario n. 476/2019. Según los testimonios, el señor Moisés Domínguez no vive en el ejido y su único interés es la venta de las tierras.
Inacción/complicidad gubernamental
Todo lo anterior contribuye para explicar la inacción de los tres niveles de gobierno. Ante el ataque armado con armas de uso exclusivo del ejército, agresiones físicas y psicológicas, desplazamiento forzado de 35 familias, destrucción y robo de propiedad, el gobierno se ha mantenido omiso. Hasta el momento, ninguna acción para restituir las tierras a sus legítimos dueños y castigar a los culpables ha sido efectuada, y las familias afectadas han sido tratadas con indiferencia y desprecio.
De las muchas personas que acudieron a la fiscalía en Pichucalco el domingo, sólo a una le tomaron la declaración. El lunes, desde las 8 am a las 6 pm, sólo tomaron dos declaraciones, mismas que quedaron suspendidas al día siguiente.
El día de la agresión se presentaron en el albergue funcionarios del gobierno estatal de Rutilio Escandón, dejando claro que la intención del gobierno era entablar una mesa de diálogo, sin desarmar al grupo agresor ni garantizar el retorno de los desplazados a sus tierras. El arribo a Chapultenango de la Guardia Nacional, que los desplazados supusieron ser con la intención de garantizar la paz y desarmar a los agresores, fue, en palabras del comandante, solamente para acompañar a la policía sectorial y estatal, los cuales a su vez llegaron para proteger a las autoridades.
Por otro lado, diversas reuniones fueron anunciadas a las que el gobierno nunca llegó. Y el Centro de Lengua y Cultura Zoque denunció “actos de hostigamientos hacia la población albergada de Esquipulas Guayabal por parte de funcionarios regionales del INPI, quienes bajo amenazas impiden a las familias hablar de manera libre o externar sus preocupaciones a los medios de comunicación e impiden fotografiar las condiciones del albergue”.
El presidente municipal de Chapultenango, Rubelio Mondragón, se ausentó desde el sábado, el día anterior de la agresión. Mientras tanto, el ayuntamiento ha publicitado supuestas acciones de apoyo a la comunidad, aunque los primeros días el único apoyo recibido por los desplazados fue organizado por la Iglesia, organizaciones sociales y la sociedad civil. La presidenta del DIF solicitó personalmente a uno de los organizadores del acopio que le cedieran alimentos para hacerles de comer a los desplazados, y más tarde publicaron una nota con fotos, supuestamente ofreciendo despensa y comida. Se publicaron también fotos del presidente municipal Rubelio Mondragón en Tuxtla Gutiérrez recibiendo ayuda para los desplazados, misma que sólo llegó en la noche del miércoles tras mucha presión por parte de activistas solidarios.
El jueves 25 de noviembre, la Secretaría General de Gobierno de Chiapas publicó en su página de facebook que funcionarios de esa entidad visitaron el ejido para “entablar diálogo con las partes”. Ante dicho anuncio, el mismo Centro de Lengua y Cultura Zoque denunció:
A casi 5 días del ataque armado (…) denunciamos que:
El ataque ocurre en un contexto de creciente violencia armada contra pueblos y comunidades indígenas de Chiapas donde existen intereses petroleros, geotérmicos, geoparque y mineros, como en el caso del volcán Chichonal.
El ataque fue un acto coordinado de corte paramilitar, y no un desplazamiento “involuntario”.
El Gobierno de Chiapas (…) pretende “administrar el conflicto” mediante la simulación de diálogo y la reconciliación (…), pese a que el grupo atacante permanece armado.
El caso de Esquipulas Guayabal es uno más de los muchos en territorio chiapaneco, donde las disputas territoriales resultantes no sólo de conflictos agrarios, sino sobre todo de intereses energéticos, turísticos, extractivos y del crimen organizado, conducen a la violencia extrema por parte de grupos armados de corte paramilitar que asolan las comunidades, resultando en desplazamiento forzado y terror, como en los casos de Pantelhó, Aldama y muchos más, así como la formación de grupos de autodefensas ante la inacción, complicidad o participación implícita de diversas instancias de gobierno.
Compartición de la Iniciativa y Colección Al Faro Zapatista
Al Faro Zapatista (AFZ) es una iniciativa en la que más de medio centenar de personas de la Europa insumisa y del Chiapas/México Rebelde hacemos un homenaje al zapatismo en su 28 aniversario a la vez que es nuestra forma de acuerpar -desde lo que somos trabajadorxs de las Ciencias Sociales, artivistas, activistas, feministas- lo que lxs zapatistas y el CNI-CIG han llamado la “Travesía por la Vida”. AFZ es también un sumarse a las acciones mundiales de ¡No a la Guerra! ¡Sí a la Vida! digna, justa y plena para todxs, sobre todo para las mujeres, niñas(os), jóvenas(es), ancianas(os), otroas y hombres de los pueblos zapatistas, de los pueblos de Chiapas, México y el mundo.
Lo que ustedes encontrarán en nuestro sitio web, el video y los primeros libros que hemos co-creado, tienen el sentido de ser materiales que pueden ser consultados libremente y que pueden ser de apoyo a todos aquellos que, en el planeta Tierra, luchan por la Vida. Se trata de materiales audiovisuales y escritos en línea que nos podrían ayudar a comprender por qué, dónde y cómo el zapatismo ha sido un faro para las luchas y movimientos antisistémicos, anti-racistas y antipatriarcales del planeta Tierra. Nos podría aportar algunos elementos contextuales para dimensionar la profundidad histórica y actual de la Travesía por la Vida-Capítulo Europa.
Pretendemos que esta iniciativa y colección contribuya al debate sobre el colapso civilizatorio, los sistemas de muerte en curso y los otros mundos posibles realmente existentes. Contribuya a combatir la invisibilidad de esos otros mundos en los medios de comunicación hegemónicos y a seguirnos tejiendo en esta compleja, cruenta y retadora Lucha por la Vida. Aspiramos a que contribuya pues al sembrar, tejer, compartir, agrietar, todo ello, caminando al Faro Zapatista, del CNI-CIG y de las luchas alter, anti, trans, pluri del planeta Tierra.
Este libro sentipiensa el movimiento zapatista y las redes neozapatistas como fundamentales para la emergencia y el desarrollo de las luchas contrahegemónicas dadas desde abajo y a la izquierda, primordiales para la globalización de la esperanza y la creación de alternativas ante los proyectos de horror, muerte y guerras en curso. Me pregunto: ¿Qué violencias? ¿Qué guerras? ¿Qué cuerpos? ¿Qué cuerpas? A la vez que, desde un conocimiento situado y encarnado, abordo históricamente el tejido de redes, esperanzas y luchas inspiradas en el zapatismo.
El zapatismo nacido en Chiapas ha sido un proceso complejo que ha tenido muchas etapas y ajustes. Desde su aparición pública, en el primer minuto de 1994, hasta 2021 se ha caracterizado por su originalidad y por su gran capacidad de innovación continua. Este movimiento ha sacudido las certezas acostumbradas en torno a la democracia, y ha alumbrado nuevas formas de hacer política para la construcción cotidiana de un mundo donde quepan muchos mundos. Se le ha querido circunscribir a lo regional, pero ha roto todos los cercos en los que se le ha pretendido encerrar con acciones y pensamientos que han tenido fuertes repercusiones a nivel planetario. Se hará una sintética descripción de su devenir y una primera reflexión para destacar que la defensa de la vida ha sido fundamental.
“Soy una semilla zapatista germinada en tierras mediterráneas. No soy única, por el contrario, represento uno de los muchos corazones que, aun siendo originarios de esta geografía conocida como Europa, nos hemos convertido en semillas rebeldes tras ser atravesadas por el zapatismo. Hemos hecho un viaje anticolonial en nuestro propio cuerpo. A contracorriente, fuimos a desaprender al Sur del Sur, a conocer a los hombres, mujeres y otroas de maíz porque sus palabras hablaban otro mundo y ese mundo otro nos ha permitido remirar nuestra propia geografía, nuestra propia historia, nuestras raíces y nos ha empujado a transformar nuestra realidad”. Con estas palabras la autora de este libro nos invita a remirar la trascendencia del zapatismo para las luchas de la “Europa insumisa”, hasta el punto de considerarlo una brújula civilizatoria, imprescindible para navegar hacia un mundo nuevo.
La insurrección zapatista se produjo en un momento histórico especial, cuando las fuerzas contrahegemónicas estaban debilitadas y desarticuladas. Operó en esas circunstancias como un despertador mundial de movimientos antisistémicos. La travesía zapatista de 2021 tiene lugar en un momento semejante. La pandemia produjo desconcierto en mucha gente y en los movimientos sociales y políticos. Proliferan planteamientos e iniciativas que resultan obsoletos en las nuevas circunstancias. Una vez más, los zapatistas ponen el dedo en las llagas que hacen falta e inspiran pensamientos y comportamientos de la nueva realidad. En la primera sección de este libro examino las crisis del patriarcado, el Estado-nación, la democracia y el capitalismo, así como las opciones abiertas desde abajo, para mostrar la importancia de la nueva iniciativa zapatista. En la segunda sección reflexiono sobre los principales aportes teóricos y políticos del zapatismo. Finalmente, relato actividades e iniciativas inspiradas por él.
“La Gira Zapatista es un verdadero regalo para nosotros […] Nos alegra tenerlos aquí, paseando con nosotros, haciéndonos preguntas, aprendiendo mutuamente de nuestras luchas”. Así cierra este libro su autor, al tiempo que le dice a lxs zapatistas: “gracias por venir”. En diálogo con ellos y con todxs lxs lectorxs de este texto, Laurence Cox nos convida a recorrer la ciudad de Dublín y las luchas de la República de Irlanda desde tiempos remotos hasta hoy en día. De esa manera nos invita a comprender por qué los zapatistas importan, les importan, nos importan.
El pasado domingo 7 de noviembre de 2021, en un estadio de Slumil K’ajxemk’op, en Roma, Italia, las mujeres mayas zapatistas saltaron a la cancha vestidas de color morado, todas con su representativo número 7 en la espalda (ver comunicado del EZLN “Después de los 17. (La sección miliciana Ixchel-Ramona)”).
En un evento deportivo público, LA PAZ (Libre Asamblea Pensando-Practicando la Autonomía Zapatista) convocó a las equipas solidarias de Hic Sunt Leones (Boloña), Ancona Respect, Guastafeste (Roma), Atlético San Lorenzo (Roma) y Torpedo (Roma) para jugar fútbol y rugby con la selección femenina del EZLN autodenominada Ixchel-Ramona. El torneo rebelde sucedió en un estadio defendido por el movimiento squat u okupa en tierras insumisas italianas, el cual anteriormente era un galgodromo donde se realizaban apuestas a costa del sufrimiento canino. Estas instalaciones fueron recuperadas por colectivos que lo gestionan de manera autónoma para llevar a cabo diversas actividades culturales y deportivas. Una diversidad de colectivos agrupados en LA PAZ colaboraron para gestionar y organizar la Gira por la Vida por Italia. Prepararon la concentración anterior a la salida hacia la península ibérica de todas las delegaciones de los grupos de Escucha y Palabra del EZLN, femeninos y masculinos, incluyendo al Comando Palomitas, al Congreso Nacional Indígena y al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua, es decir, a la Extemporánea en su conjunto.
Para quien tuvo el privilegio de presenciar los partidos, las escenas que se regalaron en el encuentro fueron de lo más emotivas y extrañas para cualquier aficionado habitual al deporte de las patadas. Por principio en las tribunas no existió ese ambiente nacionalista que uno puede presenciar en los estadios cuando dos escuadras de distintos países compiten. No se escuchó lenguaje homofóbico. No hubo distinción entre visitantes y locales. Antes del inicio, poco después del mediodía, a través del sonido local, se advertía a los asistentes que la justa deportiva tenía como objetivo la convivencia solidaria, fraternal, política y militante; contraria a la comercialización del deporte, a la competencia y a los valores de consumo fomentados por el capitalismo.
En noviembre del 2020, los terrenos de la comunidad zoque de San Antonio Canelar, municipio de Rayón, Chiapas, empezaron a agrietarse por las fuertes lluvias provocadas por el huracán Eta. Un total de 22 familias, entre ancianos, niños, mujeres y hombres, se vieron afectados. Ante el riesgo de quedar sepultados bajo miles de toneladas de tierra salieron con sólo lo poco que pudieron llevar. Durante meses, las familias permanecieron albergadas y abandonadas en un ex albergue de la cabecera municipal de Rayón, en condiciones sumamente precarias.
Mientras tanto, 36 familias zoques de Candelaria viven refugiadas en el ejido San José Maspac, de Francisco León, tras haber perdido casas, parcelas y ganado.
En el ejido Nuevo Esquipulas Guayabal, municipio de Rayón, los caminos quedaron destruidos. Además, varias parcelas de cultivo presentan deslizamientos y en consecuencia se perdieron cosechas de maíz, frijol y calabaza pertenecientes a un total de 232 campesinos.
Diecisiete familias del ejido Carmen Tonapac, municipio de Chapultenango, construyeron sus casas improvisadas con sus propios recursos.
En el ejido San Antonio Acambak, seis viviendas presentan afectaciones. La escuela secundaria colapsó y la estructura del puente está a punto de tener ese fin.
Ante la indiferencia de los gobiernos municipal, estatal y federal, las comunidades se han organizado para visibilizar la situación. En el caso de Canelar, lo que solicitan es una dotación de hectáreas para reconstruir la comunidad. Pero las demandas no han sido atendidas y las familias continúan viviendo una situación desesperada en la única hectárea que les fue concedida. La inacción de los tres niveles de gobierno evidencia una vez más el desprecio por parte de las autoridades hacia los pueblos indígenas del país.
Los artistas zoques Saúl Kak y PH Joel, de la Galería MUY, en coordinación con la Red de Comunicadoras y Comunicadores Boca de Polen, realizaron el reportaje que presentamos aquí.
En la comunidad de El Canelar, Saúl Kak y PH Joel realizaron el siguiente performance para llamar la atención a la situación desesperada de las familias desplazadas ante la indiferencia gubernamental:
Los niños refugiados de San Antonio Canelar hicieron dibujos recordando su vida en la comunidad y relatando su exilio, mientras niños y adultos de la comunidad dan su testimonio sobre la situación que están viviendo:
Al Faro Zapatista es una iniciativa que responde al llamado de “organícense” que desde 1994 nos vienen haciendo lxs zapatistas. Es una forma autónoma de seguirle, de forma colectiva y en red, a la lucha por la vida. Es un homenaje a las mujeres, niñas(os), ancianas(os), otroas y hombres zapatistas en sus más de 500 años de resistencia y sus casi 28 años de vida pública rebelde.
La iniciativa busca acuerpar la iniciativa zapatista llamada la Travesía por la Vida. Lo hacemos desde lo que somos: trabajadorxs de las Ciencias Sociales, activadas activistas. Lo hacemos porque el zapatismo ha sido el faro para muchas de nosotras y otrxs habitantes del planeta Tierra. El faro en medio de La Tormenta provocada por lo que en 2017 las mujeres zapatistas nombraron como el “sistema capitalista machista y patriarcal”, alimentada por el racismo y la “cisheteronormatividad”, como le llaman las diversidades sexuales en movimiento y re-existencia.
Los diferentes materiales que compartimos en este sitio cruzan los lenguajes escritos, visuales y orales y buscan resaltar la importancia de la actual iniciativa zapatista en el contexto de la geopolítica global contrahegemónica y los tiempos de colapso civilizatorio.
A la vez que abordan, desde diferentes modos, tiempos y geografías, los aportes teóricos, políticos y prácticos que ha hecho el zapatismo en las casi tres décadas de vida pública (1994-2021). Ya no se diga desde la clandestinidad y en la cuenta de larga duración. Finalmente, también damos cuenta de las formas en que el zapatismo nos ha inspirado para realizar iniciativas de modos otros de vida en los ámbitos en lo personal y colectivo.
La Travesía por la Vida se da en medio no solo de una pandemia sino de un colapso civilizatorio caracterizado por muerte, violencias, despojos, guerras, pero también por luchas, esperanzas y alternativas anticapitalistas, antipatriarcales y antirracistas, por decirlo de manera apretada y sucinta. Es en ese marco que esta propuesta nace y busca florecer, en medio de la guerra contra la humanidad…
En el Dia de Acción Global contra el Ecocidio y el Desplazamiento, miembros del Congreso Nacional Indígena (CNI) y organizaciones e individuos en lucha locales se manifestaron en Berlín contra el mal llamado Tren Maya, en cuya planeación, construcción y puesta en marcha participan empresas alemanas.
Las ciudades surgieron como espacio de libertad, significaron la huida de aquellas personas que decidieron no someterse, que apostaron por el pensamiento libre y que estuvieron dispuestas a autoorganizarse con una colectividad para evitar ser dominados. Ahora las ciudades han muerto, se han convertido en conurbaciones, en megalópolis, que organizan la vida en favor del mundo del capital. La ciudad capitalista en un espacio ordenado para producir, distribuir y consumir mercancías, todo está subordinado al valor. El tiempo está organizado de acuerdo con la lógica del trabajo, un tiempo semicíclico que divide el devenir en instantes iguales e insignificantes, donde todo se vuelve un tedio.
La civilización moderna ha llevado las relaciones patriarcales y colonialistas a alcances nunca vistos en la historia de la humanidad. Son parte de la guerra que libra este sistema contra sus posibilidades de sobrevivencia, ya que ha creado problemas que no pueden resolverse dentro de la propia lógica del orden social imperante, “nada cabe esperar de la evolución del capital si no es un empeoramiento progresivo de las condiciones de existencia humanas y del planeta” (Vela, 2018: 292). Cada dimensión de este mundo entraña la totalidad del desastre, el cual, además, “no ha sido nunca secreto. Todo lo que hacía falta para comprender hacia dónde nos llevaba el «desarrollo» estaba ahí desde hacía décadas” (Riesel y Semprun, 2020: 25). Por tanto, si pensamos en el territorio, se puede comprobar de qué manera, con la disolución de “ciudades, campos y áreas urbanas, las infraestructuras de los sistemas modernos de comunicación reintegran a los individuos aislados y a los residuos de la antigua ciudad en el vasto territorio homogeneizado y planificado de la economía totalitaria” (Encyclopédie des Nuisances, 2007: 28); no es posible resolver los problemas sobre el espacio de vida dentro de los parámetros de las conurbaciones actuales, porque no es un problema de reordenación o apropiación de los espacios públicos, la metrópolis es el problema mismo, de ahí que la necesidad está en crear nuevas territorialidades de resistencia. Esto debido a que se dilucida que la conformación de una:
[…] metrópoli global integrada es el proyecto y el resultado de la colonización histórica occidental de al menos un planeta a manos del capital. En una época en la que todo lugar posible sobre la Tierra se ha vuelto «colonia», toda colonia tiende a convertirse en «metrópoli» (Consejo Nocturno, 2018: 13).
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, a 4 de noviembre de 2021
A la sociedad civil nacional e internacional
A las organizaciones y colectivas independientes
A las personas que luchan por un mundo mejor
A la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
A la Organización de Naciones Unidas (ONU)
Nosotras desde nuestro sentir como mujeres que luchamos, queremos dar una palabra de apoyo respondiendo al llamado de la comunidad de Magdalena Aldama para pedir el inmediato cese de la violencia armada que se ha incrementado desde 2016 hasta la fecha, causando la pérdida de vidas de gente inocente, entre ellas niñas, mujeres, hombres y niños, abuelos y abuelas, lo que obliga a desplazarse de manera constante a 115 familias de la comunidad y a sobrevivir en condiciones inhumanas de manera cotidiana.
Por lo anterior y como un acto solidario de hermanamiento con la comunidad de Magdalena Aldama y ante la omisión total de las autoridades responsables, que ha resultado en más de 6 asesinatos, decenas de heridos en donde destaca una muchacha artesana de 13 años herida cuando se encontraba tejiendo en su telar de cintura adentro de su domicilio, así como una anciana de más de 70 años que había ido a cosechar naranjas a su solar. El dia de hoy 4 de noviembre, los representantes de la comunidad Magdalena Aldama, están reportando más de 3 mil personas desplazadas ante los ataques armados provenientes de Santa Martha Chenalhó hacia 10 poblados de Magdalena Aldama.
Hacemos un llamado urgente para que la sociedad civil se pronuncie en contra de este tipo de agresiones y se hagan múltiples llamados de cese a dicha violencia y al desplazamiento forzado.
Exigimos que ante la administración de este conflicto añejo (con la permisividad y tolerancia hacia grupos paramilitares de parte de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley), las instancias internacionales logren hacer cumplir los pactos y tratados que México ha firmado para evitar los desplazamientos internos forzados y la permanente violencia armada que en especial afectan a las mujeres de todas las edades de esta comunidad del pueblo tsotsil.
De igual modo se exige la investigación y castigo a los responsables de esta violencia permitida desde los más altos funcionarios encargados por ley de detenerlas, incurriendo en violaciones a derechos humanos por acción y/u omisión.