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Paulina Fernández

Paulina Fernández – EL COMPA JOLIL

(Texto escrito para el IIº Seminario Internacional de reflexión y análisis)

El Compa Jolil,
o las motivaciones de los autoridades autónomos zapatistas

Paulina Fernández C*.

La llamada democracia representativa se ha convertido en pieza fundamental de la ideología dominante. Como pocas veces en la historia de México se repite que los partidos políticos son indispensables y consubstanciales a una democracia; que los procesos electorales son la mejor oportunidad que tienen los ciudadanos para participar en política; que las elecciones son el único medio válido para cambiar el estado de cosas; y que por todo ello, hay que destinar miles de millones de pesos para financiar precampañas, campañas, precandidatos, candidatos, y actividades ordinarias de los partidos políticos registrados, pues la democracia cuesta mucho –dicen- y vale más. Sólo para tener una idea, basta decir que en días pasados el Consejo General del Instituto Federal Electoral aprobó un presupuesto de 5 mil 344 millones 875 mil pesos para los gastos de los partidos políticos en el año 2012.[1]

Cuando en las esferas oficiales e institucionales se habla de procesos electorales invariablemente se les identifica con democracia, pero ¿qué perspectiva democrática pueden ofrecer a la sociedad los partidos cuyos miembros son incapaces de celebrar una sola elección interna sin hacerse fraude unos a otros? ¿O los que ni siquiera eligen a sus dirigentes? ¿O los partidos pequeños que sin respaldo ciudadano sobreviven sacando provecho de coaliciones electorales pactadas entre cúpulas? ¿Qué se puede esperar de gobernantes y legisladores que siendo miembros de un partido, se hicieron elegir por otro distinto? ¿Qué se puede esperar de los partidos políticos que no asumen la menor responsabilidad de las decisiones y actos de quienes apoyaron para llegar al poder ejecutivo o al legislativo? ¿Qué respeto pueden merecerle a los dirigentes de los partidos políticos los ciudadanos en general, si a sus propios militantes los han convertido en clientes, o en mercancías canjeables por posiciones políticas personales? Cómo se atreven a hablar de procesos democráticos cuando el solo hecho de existir un registro legal de partido político como requisito previo obligatorio para postular candidatos es en sí mismo una negación de los derechos políticos de la mayoría de los ciudadanos. El registro oficial del que gozan los partidos políticos, base legal del sistema electoral mexicano, es inconstitucional y profundamente antidemocrático porque excluye a la mayoría de la población e impide la participación directa de quienes no quieren hacerlo a través de los partidos. No es casual que más allá de declaraciones propagandísticas y demagógicas, los partidos políticos registrados, únicas organizaciones con presencia en las cámaras legislativas, sigan negando una y otra vez el derecho a postular candidatos independientes, y que cuando incluyen el tema en sus iniciativas de reformas constitucionales en materia política o en algunas disposiciones electorales secundarias, lo hagan subordinándolos al sistema electoral establecido, y acaben negando ese derecho a la mayoría de los mexicanos.[2]

En las últimas semanas hemos visto que, sin el más mínimo pudor político, se apuntan en listas de aspirantes a candidatos de los partidos políticos a los puestos de “elección popular”, todo tipo de personas, incluidas muchas que en el cargo que todavía ocupan, o en el que anteriormente desempeñaron, no han rendido cuentas o, peor aún, que tienen cuentas pendientes con “la justicia”. De entre las múltiples razones que mueven a quienes pretenden ser gobernadores, diputados, senadores, presidentes municipales, o un poco después funcionarios públicos de alto nivel, se pueden adivinar algunas: además de tener un trabajo asalariado y bien remunerado, hay quienes lo primero que buscan es tener fuero constitucional que los proteja por las trapacerías hechas en el cargo anterior; otros quieren sentirse importantes, conocidos, famosos, poderosos, traficantes de influencias; algunos buscan compensar un rato su ego mirándose en la televisión, coleccionando los recortes de periódico donde se publica su nombre; no faltan quienes aspiran a ascender socialmente para ya no tener que regresar a vivir y trabajar al barrio, al pueblo de donde salieron; a muchos los mueve simple y llanamente la ambición, aunque también los hay quienes pretenden convertirse en gestores y así obtener recursos para su gente; a casi todos les gusta disponer de un séquito de secretarios, ayudantes, auxiliares, asesores, choferes y acompañantes.

Al aspirar a formar parte de la llamada clase política se pretende también sobrevivir sin mayores problemas en un país en el que el Estado de derecho se invoca, pero no se cumple; en el que los derechos sociales y las garantías individuales no se respetan; en el que la burocracia –pública y privada- es exasperantemente lenta e ineficiente; en el que la corrupción es mundialmente reconocida como factor favorable a la acumulación de capital y lubricante de la maquinaria estatal en todos sus engranes; en uno de los países con más desigualdad social e injusta concentración de la riqueza; y sobre todo, en un país en el que el común de sus habitantes experimenta una sensación de impunidad total, que para ponerla en términos oficiales, desde 2008 se admite que “el 98.76 por ciento de los crímenes quedan impunes”[3], y todo indica que esta cifra no ha disminuido en los últimos tres años.

Lo anterior significa que tras la competencia por un cargo público, lejos del servicio y la representación fiel de las necesidades de la población, está la búsqueda inconfesable de una situación excepcional individual, que conjuga poder con dinero. Una encuesta hecha en San Luis Potosí, cuyos resultados bien podrían generalizarse a todo el país, muestra que el 65% de la población piensa que la motivación principal de los políticos para buscar cargos de elección popular se debe a los “ostentosos sueldos que se perciben en la función pública”; 25% opina que la motivación es “el hambre de poder”; 5% las “ganas de figurar en la política”; y el otro 5%, cree que es la “vocación de servicio”. Respecto a los salarios que perciben los funcionarios públicos 93% de los encuestados los consideró excesivos.[4]

Más que participar en un proceso electoral democrático, quienes hoy luchan por alcanzar un lugar entre candidatos y futuros funcionarios están participando en una exclusiva feria sexenal del empleo, a la que no están invitados los casi 3 millones de desocupados reconocidos oficialmente en 2011, ni los 13 millones y medio de mexicanos que se dedican a alguna actividad informal, con remuneración precaria, sin prestaciones ni seguridad social; tampoco los 4 millones 200 mil mexicanos subempleados[5], que sólo tienen trabajo por unas cuantas horas; ni muchos otros millones de mexicanos que quisieran cambiar sus condiciones de trabajo y mejorar ingreso.

Gracias a nuestro sistema democrático, quienes viven “de la política”, al amparo del presupuesto público, se sienten con derecho a gozar de condiciones privilegiadas al mismo tiempo que se enteran con indiferencia que para el país en su conjunto se fija un salario mínimo general que no va a llegar a 2 mil pesos mensuales en todo el año 2012[6], cantidad que tendría que multiplicarse por tres para poderse adquirir los alimentos básicos recomendables[7] y que, obviamente no es un ingreso “suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos”[8] como lo manda la Constitución general de la República.

Para quienes desean ponerse a salvo de las condiciones de vida, de trabajo y de salario que padecen los mexicanos “comunes y corrientes”, la mayoría de los municipios del país se ha convertido en un espacio adecuado para lograr sus objetivos personales. De los tres niveles de gobierno, es en el municipal en el que parece haber condiciones más propicias para los abusos y la corrupción, ya que, con el pretexto de la soberanía presupuestal la mayoría no dan a conocer el manejo de las finanzas públicas, empezando por el salario que se asignan los alcaldes. Bajo el precepto establecido de que “los municipios administrarán libremente su hacienda”[9], no faltan presidentes municipales que interpretan esta libertad como la oportunidad de entrar con las manos libres para salir con las manos llenas. Si bien hay casos como el de Navolato, Sinaloa, en el que el alcalde tiene un sueldo base equivalente a un salario mínimo -los 2 mil pesos mensuales que ya mencionamos-, la realidad es que percibe 50 mil pesos más, diferencia que suele llamarse “compensación”, y esta “compensación” puede ascender hasta los 80 mil pesos mensuales como en el caso del alcalde de la ciudad de Chihuahua, quien los recibe además de los 27 mil que tiene de sueldo base[10]. En algunas entidades federativas, como en el estado de México, los diputados locales recomiendan “austeridad” a los servidores públicos, sugiriendo remuneraciones desde 55 mil hasta 136 mil pesos, pero en Toluca esos límites no se toman en cuenta y quien encabeza la presidencia municipal tiene un ingreso mensual promedio de 267 mil 780 pesos[11].

Hasta hace poco tiempo, el del municipio de Aguililla era el alcalde con mayor remuneración económica en el estado de Michoacán, ya que percibía un salario de 49 mil 500 pesos, al que sumaba una compensación de 61 mil 500 pesos, dando un total de ingreso de 111 mil pesos mensuales. Lo relevante de este dato es que el nivel de ingresos del gobernante municipal no corresponde al nivel de vida de los gobernados ya que el municipio de Aguililla es considerado como de “alta marginación” en Michoacán[12]. Esas diferencias también se pueden encontrar en otros estados. Según los resultados de una investigación publicada por Periodismo sin censura, en Chiapas el sueldo de cualquier alcalde rebasa por mucho el que pueda ganar un jornalero, y la autora lo demuestra con los siguientes datos: “En muchos municipios los trabajadores no alcanzan a ganar ni un salario mínimo que es de 56 pesos con 70 centavos”, mientras el alcalde que recibe “el mejor salario en Chiapas” que es el de Villaflores, “gana diario 2 mil 392 pesos”[13].

Pero ¿cómo es que por todo México hay autoridades municipales que por hacer –bien o mal- su trabajo cobren legalmente 40 mil, 50 mil, 100 mil y hasta más de 200 mil pesos al mes durante tres años, y que en otro tipo de municipios, las autoridades acepten trabajar también por tres años pero sin recibir un sueldo a cambio? Y a diferencia de los primeros, si éstos últimos duran en el cargo los tres años quiere decir que hicieron bien su trabajo, porque si no hubieran trabajado bien, el pueblo que los eligió los hubiera cambiado de inmediato. Así es en los municipios autónomos.

En los municipios autónomos zapatistas no es el dinero la palanca que mueve toda la maquinaria del gobierno; me consta que son otros los resortes que activan la participación popular y que llevan a los miembros de una comunidad a ser autoridad. Hace unos años, tuve la enorme fortuna de encontrarme varias veces con una misma persona, y percibir en esos diferentes momentos las motivaciones para servir a las comunidades de su municipio, el sentido de su responsabilidad a pesar de todas las dificultades que tenía que enfrentar desde el principio, en ese cargo que en las esferas oficiales es llamado Presidente Municipal. Con sorpresa que me despertó un explicable orgullo, en sólo un par de años pude apreciar la evolución, el crecimiento, el aprendizaje de una autoridad autónoma zapatista, de un “compañero Consejo” que aquí le daremos el nombre de Jolil, Compa Jolil.

Cuando conocí al Compa Jolil experimenté sensaciones e impresiones muy contradictorias. Después de varios días de trabajo y de un largo viaje, llegaba yo a la cabecera municipal con la necesidad de sumergirme en un río y darme un buen baño antes de cualquier otra actividad, pero el río se quedó esperándome. De inmediato me recibieron en una oficina los integrantes del Consejo Autónomo, nos presentamos todos, y ya informados del trabajo que íbamos a hacer, se fueron a continuar una reunión amplia en la que estaban participando en otro lugar. El Compa Jolil le pidió a otro de los miembros del consejo, un joven de 16 años, que se quedara a acompañarme. Después de esperar más de cuatro horas, regresaron a preguntar algo relacionado con las actividades del día siguiente, y me invitaron a comer caldo de gallina recién preparado por una viejita vecina, quien también puso al alcance de nuestra mano una buena cantidad de tortillas.

Empieza la reunión y las autoridades del Consejo discuten sobre lo que vamos a hacer –lugares, calendario, autoridades, etcétera. En la discusión participan todos -como se acostumbra ahí-, son más de 15 compañeros poniéndose de acuerdo en tzeltal con algunas expresiones en castellano. Yo sigo las intervenciones con mucha atención y muy poca comprensión de lo que dicen… parece que ya resolvieron algo, son las 18:44 horas.

El que se expresa mejor en español le dicta el acuerdo a un compa autoridad, sentado detrás del escritorio listo para escribir:

– 6:30 salida desde la cabecera municipal

– 8:00 reunión en el Primer poblado

– 11-13:00 Segundo poblado

– 15-17:00 Tercer poblado

– No regresamos a la cabecera municipal, quedamos la noche allá.

– Pasado mañana, reunión con autoridades municipales.

Al terminar la reunión, ya todos de acuerdo con la cita y las actividades del día siguiente, pregunté al Compa Jolil ¿dónde me iba a quedar a pasar la noche? Me llamó la atención que fue él personalmente a indagar, es decir, no le dio órdenes a nadie para que lo hiciera, habiendo muchos compañeros cerca de nosotros. Al cabo de un rato de andar de un lado a otro, regresa con la novedad de que ahí, ahí mismo en la oficina me iba a quedar, al igual que los demás compas, los que vivían lejos y ya no daba tiempo de que regresaran a sus casas y estuvieran temprano para la salida. Y ahí nos repartimos el suelo, unas sillas y las bancas, a manera de camas.

Al día siguiente, después de caminar como hora y media al amanecer, llegamos al primer poblado, nos unimos a los compañeros que ya nos estaban esperando bajo los árboles, junto al auditorio donde se llevaría a cabo la asamblea. Generosos como suelen ser cada vez que llega alguien de fuera, nos invitaron a desayunar un buen plato de frijoles con muchas tortillas, acompañados con una gran taza de agua de color rojo grosella. Luego de lavar cada quien su plato y taza, pasamos al auditorio, construido con una interesante disposición de bancas en un amplio círculo, de tal modo que todos nos veíamos las caras desde posiciones iguales, no diferenciadas salvo por una pequeña mesa en la que nos ubicaron al Compa Jolil como autoridad, a un compañero que ayudaría como traductor, y a mí, gracias a lo cual pude escribir cómodamente y desde ahí observar la presencia de mujeres abuelitas, muchas jóvenes mamás, niños de todas las edades, y hombres jóvenes y adultos.

Una vez terminadas las reuniones de trabajo, nos citamos a una hora temprana de la mañana siguiente para salir de regreso, otra vez caminando, hacia la cabecera municipal. Cuando llegué a la casa del Compa Jolil donde nos íbamos a reunir para salir todos juntos, él me dijo que ya no iríamos a pie sino en una camioneta, porque había que ir a recoger madera para llevarla a la sede del Municipio Autónomo. La esposa del Compa Jolil, de trato suave y amable, me dio una taza de café, y mientras disfrutaba la bebida caliente, en la puerta de su casa, con una vista espléndida desde lo alto de una pequeña montaña, me animé a preguntarles acerca del poblado. Nos llegó la hora de irnos y el Compa Jolil había alcanzado a decir:

– No teníamos terreno antes, en la Ranchería se pagaba para trabajar las tierras, se pagaba con producto. Por media hectárea se pagaban 5 ontes y por una hectárea 10 ontes de maíz. [1 zontle son 400 mazorcas]

– Al levantamiento [del EZLN], nomás escucharon la declaración de guerra se retiraron los dueños, dicen que se fueron al 2° valle de Ocosingo, ahí son sus tierras.

– Ahora, en el Nuevo Poblado, tierras colectivas, se trabaja maíz, frijol, potrero, caña de azúcar, café, se reparte entre los cooperantes y el resto se va a vender a Ocosingo.

Salimos de la casa caminando como 20, 30 minutos, hasta encontrar la camioneta. En el camino paramos donde estaba un compa esperándonos. Ahí había que recoger la madera para llevarla a la obra de la tienda de los promotores de salud, que se estaba construyendo en la cabecera municipal. Nos bajamos, los compañeros se saludaron y se internaron entre plantas secas y árboles caídos hasta perderse de vista. En muy poco tiempo los veo regresar uno detrás del otro, inclinados, ladeados, cada uno cargando una viga al hombro. Ya cerca de la camioneta, ayudo al otro compañero a recibir las vigas y a subirlas una por una –es lo más que puedo hacer, pesan muchísimo. En total fueron 12 horcones que recogimos en 2 lugares distintos.

Lo ejemplar, lo que me impresionó profunda y muy positivamente, es que los compas, todos, le entran a todos los trabajos. El Compa Jolil fue el que más me sorprendió: era una autoridad municipal autónoma, la cabeza del Consejo, había salido de su casa muy limpio, vestido muy propio, con su camisa de manga larga, como quien va a su oficina sabiendo que va a tratar con mucha gente, asumiéndose como autoridad respetable, y de repente lo veo transformado, arremangado, cargando horcones, uno tras otro, acalorado, sudando bajo el sombrero. Así también, el compa que conducía la camioneta, esa misma mañana había interrumpido su marcha hacia la milpa a donde se dirigía a trabajar con sus hijos, cuando le avisaron que se necesitaba la madera. Este mismo compa era a la vez promotor de salud, que en todas las comunidades es un cargo de vital importancia, que supone una preparación especial y mucha disposición de servicio. En esos instantes me fue inevitable tratar de imaginar a un presidente municipal oficial, de cualquier partido político, haciendo lo mismo, humildemente, como compañero, solidario, ¡no, imposible! Cuando veía a estos compas cargando los horcones, pensaba que cualquier senador, diputado federal o local, o incluso cualquier líder campesino institucional, hubiera dado órdenes a sus ayudantes, secretarios o guaruras para que hicieran el trabajo físico, de carga pesada, que supone ensuciarse, astillarse las manos, sudar, sudar, sudar y cansarse; ellos, funcionarios públicos y políticos del sistema nunca hubieran hecho tal esfuerzo físico, hubieran dicho que ese no es su trabajo, que a ellos no les pagan para ser cargadores.

Dos años después, me encuentro con que la tienda de los promotores de salud que se estaba construyendo, ya está funcionando. Y estando a unos pasos de ahí, veo llegar al Compa Jolil en su caballo, con el sombrero bien puesto, despacio desmonta, y en la misma imagen de un par de años atrás, lo veo cómo pasa la soga entre las ramas del árbol en el que suele amarrar su caballo, el mismo árbol, su caballo, el mismo transporte, observo que viene con el mismo tipo de ropa, siempre sencillo y propio, solo, sin ayudantes, ni acompañantes, con su morraleta de lado donde carga documentos, papeles y probablemente trae una bola de pozol en bolsa de plástico. Compartimos varias horas en una reunión, y por su participación, la forma de hablar, el volumen de la voz, el contenido de sus intervenciones y el sentido de sus palabras, confirmé mi primera impresión de ese reencuentro: que el Compa Jolil es el mismo, ¡venturosamente el mismo! Dos años “en el poder” no lo han transformado ni trastornado. Percibo con mucho gusto que dos años de autoridad autónoma han sido suficientes para darle seguridad en sí mismo, para ser más desenvuelto, para hacerlo crecer como persona y como zapatista, pero sin complejos de superioridad, sin ínfulas ni soberbia. A través del Compa Jolil también confirmé, con admiración, que se puede desempeñar un cargo de gobierno sin enriquecerse, que se puede prestar un servicio gratuito al pueblo sin arruinarse, que se puede ocupar un puesto de elección popular sin formación ni experiencia previas, y que sobre la marcha se puede aprender a ser autoridad, siendo parte de un gobierno autónomo que trabaja colectivamente haciendo lo que manda el pueblo.

A los compañeros zapatistas no los mueve el interés económico, inmediato, personal, al aceptar ser autoridad de su comunidad, de su municipio. No habiendo dinero de por medio que les prometiera “salir de pobres”, que los dispensara de otras obligaciones o los eximiera de trabajar en el campo ¿por qué, entonces, aceptan ser autoridad?

Al conversar con ell@s, al observarl@s en su trabajo cotidiano, se advierte que entienden la participación en el gobierno autónomo como un servicio a la comunidad de la que forman parte; su propia comunidad l@s elige por ser responsables, trabajadores y cumplidos. Hombres y mujeres de diferentes edades aceptan ser autoridad porque tienen un proyecto colectivo de vida, un proyecto con futuro para su pueblo y para sus hijos; un futuro que día a día están construyendo para que en cada comunidad haya escuela, servicios de salud, alimentos para todos, trabajos colectivos, fiestas y bailes. Han aceptado y siguen aceptando cargo porque, aunque sea poco a poco, han estado avanzando y han visto resultados favorables de su trabajo autónomo. A diferencia de muchos simpatizantes de los partidos políticos registrados, las bases zapatistas participan en las tareas de su gobierno sin recibir un salario, motivados no por paga sino por conciencia, porque saben que están luchando contra y por liberarse de un sistema que los ha fastidiado, marginado, empobrecido, explotado y reprimido a lo largo del tiempo; porque se identifican con una organización que tiene un rumbo que ellos están continuamente definiendo; porque entienden la necesidad de luchar y defenderse organizadamente; porque en la defensa y ejercicio de sus derechos como pueblos indígenas, han visto que la resistencia da mejores resultados que todas las oportunidades del gobierno oficial.

A las jóvenes generaciones zapatistas las anima ser autoridades, el ejemplo de compañeras y compañeros que, con la fuerza de su convencimiento, se mantienen firmes, que no se rinden cuando todo parece andar mal. A las bases zapatistas sirve de estímulo para su trabajo, el saber que cuentan en la historia de su organización con dirigentes y comandantes, mujeres y hombres que, como lo explica el Subcomandante Marcos en entrevista con el Teniente Coronel Moisés, son “ese dónde agarrarte, esa piedra, o ese árbol, esa rama fuerte”[14] que sostiene para no caer en los tiempos difíciles.

En la conciencia de cada cual, en los principios fundamentales que comparten y les da cohesión política, en los objetivos claros de su lucha y resistencia, en los ejemplos vivos de otros compañeros y compañeras, ahí está la fuerza de sus miembros y la solidez moral de la organización zapatista que respalda y motiva a quienes, como el Compa Jolil, trabajan en los Consejos de los municipios autónomos.

IIº Seminario Internacional de reflexión y análisis
“Planeta tierra: movimientos antisistémicos”
Universidad de la Tierra, San Cristóbal de las Casas, Chiapas
1° de enero de 2012


* Doctora en Ciencia Política. Profesora de Tiempo Completo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.

[1] La Jornada, 17 de diciembre de 2011, p. 9.

[2] Al respecto pueden consultarse las iniciativas de reformas constitucionales que incluyen materia político-electoral presentadas en la Cámara de Senadores: por la Presidencia de la República, el 15 de diciembre de 2009; por el conjunto PRD-PT-PC, el 18 de marzo de 2010; y por el PRI, el 23 de marzo de 2010, en el Diario de los debates http://www.senado.gob.mx Cabe precisar que el proceso legislativo de esta supuesta reforma política, no ha concluido hasta la fecha, en diciembre de 2011.

[3] “Segundo Informe Especial sobre Seguridad Pública” de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Nota de Víctor Ballinas en La Jornada, México, D. F., 16 de diciembre de 2008, pp. 1 y 3. En la exposición de motivos de reformas constitucionales del 23 de marzo de 2010, a propósito del fuero y la responsabilidad de los servidores públicos, este dato es retomado por los senadores del PRI con las siguientes palabras: “En general, en México la tasa de impunidad es muy elevada, pues llega hasta el 98% del total de delitos cometidos, según datos proporcionados por académicos e instituciones públicas como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.” Diario de los debates http://www.senado.gob.mx, ya citado.

[4] Encuesta levantada del 6 al 12 de agosto del 2010. Los resultados presentados en este estudio fueron realizados por Voss Contact Center y presentados por la subsidiaria Voss Analytics y puede consultarse en http://www.vossmexico.com/files/ResumenEncuesta036-2009.pdf

[5] Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al cierre del tercer trimestre del año 2011, publicados en El Economista, 13 de noviembre de 2011.

[6] Los salarios mínimos legales que regirán a partir del primero de enero de 2012 son los siguientes: área geográfica “A”, 62.33 pesos diarios; área geográfica “B”, 60.57 pesos diarios y área geográfica “C”, 59.08  pesos diarios. Comisión Nacional de los Salarios Mínimos http://www.conasami.gob.mx/nvos_sal_2011.html

[7] De acuerdo con el último reporte del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, sería necesario un salario mínimo de $180.92 pesos diarios para adquirir la canasta básica.

[8] Fracción VI del artículo 123 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

[9] Cfr. Artículo 115, fracción IV de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

[10] Análisis sobre la Remuneración Mensual de los Presidentes Municipales, elaborado en la Cámara de Senadores. El Federalista, 15 de agosto de 2011 en http://elfederalista.mx/2011/08/15/opacidad-en-sueldos-de-presidentes-municipales/

[11] Nota de Antonio Miranda “Conoce el sueldo máximo de tu presidente municipal” en El Universal Estado de México, 10 de marzo de 2011.

[12] Con información de La Voz de Michoacán, 24 de septiembre de 2009, publicada en http://luismdxw.wordpress.com/2009/09/24/salario-de-presidentes-municipales-de-michoacan/

[13] Sandra de los Santos, “Sin control los sueldos de los presidentes municipales en Chiapas”, 1 de diciembre de 2011, publicado en http://periodismosincensurachis.blogspot.com/2011/12/sin-control-los-sueldos-de-los.html

[14] Teniente Coronel Insurgente Moisés y Subcomandante Insurgente Marcos. “Cómo se hacen los trabajos. Parte II” en revista Rebeldía. Año 9, número 76, 2011, pp. 11-16.

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Gustavo Esteva

Gustavo Esteva – PENSAR DESDE EL ABISMO

(Texto escrito para el II Seminario Internacional de Reflexión y Análisis, Cideci, Unitierra, Chiapas)

No estamos al borde del abismo. Ya caímos en él. Estamos  en caída libre por un  abismo que parece realmente insondable. No se le ve el fondo.

No somos un “estado fallido”, una categoría mal intencionada e inasible que hace unos años empleó el Departamento de Estado de Estados Unidos al clasificarnos junto a Congo y Pakistán. Pero ya no se sabe bien lo que somos. El país que teníamos se ha estado cayendo a pedazos y ni siquiera sabemos adónde van quedando algunos de ellos.

Al atender esta nueva convocatoria de la Universidad de la Tierra en Chiapas propongo de entrada que repasemos brevemente las evidencias del desastre, por mucho que nos duela hacerlo.

El desastre

Desde hace años, México crea al hombre más rico del mundo y a un grupo que lo acompaña en los primeros lugares de esa lista escandalosa de potentados mundiales que hoy son más ricos que nunca. México crea también a algunos de los pobres más pobres del planeta y una proporción creciente de los mexicanos ha entrado en la categoría de pobres. No son dos hechos separados. Son el mismo. Lo que destroza cada vez más el país es esta máquina enloquecida que acumula inmensas riquezas para algunos y despoja y empobrece a la mayoría. El sistema, el capitalismo, es un dispositivo para empobrecer – como explican muy bien Jean Robert y Majid Rahnema en el libro que se acaba de presentar aquí mismo. Esta máquina, esta manera de organizar la sociedad para beneficio de unos cuantos, es la raíz y el trasfondo de nuestros desastres. Repasemos algunos.

  • La quinta parte de los mexicanos ha tenido que abandonar el país para irse  a Canadá y Estados Unidos…e incluso tan lejos como el Japón. La nuestra es una de las más grandes emigraciones de la historia. Cientos de miles siguen tratando de cruzar cada año esa puerta de escape, aunque se encuentre cada vez más cerrada. ¿Dónde quedan ahora nuestras fronteras? Los nuestros de allá, que hace años no están con nosotros, se siguen sintiendo mexicanos y sus remesas son condición de subsistencia para millones de personas. Aquí operan y dirigen los policías de allá, las corporaciones transnacionales controlan sectores cada vez más amplios de nuestra economía, y se afianzan costumbres, productos, actitudes y músicas que desplazan todo lo nuestro. ¿Cuál es hoy el contorno actual del país en términos geográficos, económicos, culturales? ¿Cómo fue que permitimos este trágico desmantelamiento?
  • El número de crímenes que se cometen diariamente en México es abrumador. Su barbarie encoge el corazón. No hay ya lugar seguro y en amplias porciones del territorio nacional se han perdido todas las formas civilizadas de convivencia; rige sólo la ley del más fuerte. La violencia, cada vez más general, se hace cada vez más aleatoria. Activistas, dirigentes sociales y periodistas siguen siendo blancos favoritos, pero se multiplican también asesinatos sin sentido que el gobierno llama “bajas colaterales” y pretende esconder bajo la alfombra de su guerra criminal. Las mujeres, como siempre, padecen más que los hombres. La violencia ha invadido la esfera doméstica y se instituye como norma de relación.
  • Estos dos géneros de violencia brutal, la que separa a la gente de su familia, su comunidad y su país y la que mata y golpea indiscriminadamente, se manifiestan también como agresión brutal a la Madre Tierra. Se despoja a pueblos enteros para destrozar con formas muy dañinas de explotación el pedazo de tierra que habían protegido hasta ahora. Se destruye continuamente, con la complicidad general, lo que nos queda de un territorio privilegiado que lo es cada vez menos, esa porción de la Madre Tierra considerada entre las de mayor diversidad en el mundo que alguna vez se describió como cuerno de la abundancia.
  • La injusticia, opresión y arbitrariedad que antes afectaban sobre todo a los más pobres se ha generalizado. Las instituciones creadas para proteger de la violencia, ofrecer solidaridad frente al infortunio y el desamparo y garantizar el respeto a la libertad de las personas están produciendo lo contrario. Aparece en toda su desnudez el carácter de nuestro régimen político, en el cual las leyes se formulan y aplican como privilegio de clase. “Nuestra clase política” ha dicho Javier Sicilia, “vive una forma de criminalidad tan impune como la delincuencia que dice combatir”. Al convertir el fraude en “modo de vida” y “hacer de la depredación, del pillaje y del crimen simples técnicas de gestión, la verdadera diferencia entre el crimen legal y el ilegal sólo es una diferencia de intensidad” (Proceso 1811, 17/6/11). En vez de estructuras formales reguladas por normas generales, conocidas y aceptadas por el cuerpo social, la mayor parte de lo que nos queda de país se encuentra bajo el control de mafias y bandas que operan al margen de todas las normas legales e institucionales, dentro y fuera de los aparatos de Estado. México padecía hace mucho tiempo esa condición, que era uno de los secretos de la supervivencia del PRI. Pero el punto a que se ha llegado no tiene precedentes y es claro resultado del carácter monstruoso y disparatado de la guerra de Calderón, que convirtió un asunto de salud pública en cuestión de seguridad nacional y la abordó con aparatos podridos hasta el tuétano.
  • Aunque no lo queramos reconocer, estamos en plena guerra civil. Está entre las peores de su clase, porque se ha estado perdiendo noción clara de los bandos en pugna y no existe ya ganador posible. Como escribió hace poco el subcomandante Marcos, “esta guerra…está destruyendo el último reducto que le queda a una nación: el tejido social” (“Apuntes sobre las guerras”, Carta primera a don Luis Villoro Toranzo del subcomandante insurgente Marcos, enero-febrero 2011).

Hace seis meses escribí que “un horror gelatinoso amenaza cada vez más nuestra vida cotidiana. En muchas partes ya no se puede salir a la calle a ciertas horas. Este toque de queda no declarado marca límites y orienta el comportamiento. En una variedad de esferas no hay siquiera toques de queda que delimiten lo que podemos o no hacer. No sabemos ya dónde se hallan peligros a menudo mortales.” (La Jornada, 25/7/11).

La situación ha empeorado desde entonces. Estamos de verdad en caída libre en un abismo insondable.

El dolor de la conciencia

Cultivemos el dolor que todo esto provoca, un dolor que se haría aún más intenso si prosiguiéramos la enumeración. No lo matemos.

Permítanme una desviación. Por culpa de los alemanes redujimos con ellos el sentido de la palabra estética, que hace mucho tiempo significaba sentir, percibir con los sentidos. Todos éramos estetas, todos sentíamos. Huellas de ese origen están en la palabra hiperestesia, que muy pocos usan. Quiere decir sensibilidad excesiva y dolorosa. Y está también en una palabra que todos empleamos, anestesia, que es la insensibilidad al dolor inducida artificialmente, la falta de sensación.

Sin masoquismo alguno, sin anestesia, tratemos de sentir a fondo, sin velos, pretextos o salvedades, el dolor profundo que nos puede causar percibir el estado en que nos encontramos.

Estar intranquilo sería enfermedad o anomalía si no hubiera motivo para estarlo, si fuera solamente una ansiedad patológica sin contacto con la realidad. Pero hay razones sobradas para la intranquilidad actual, esa inquietud que nos pone en alerta cuando algo anda mal y debemos hacer algo. Acudir a tranquilizantes, en esta situación, implica negar lo que percibimos para mantenernos quietos, calmados, sosegados. Eso se quiere hacer hoy: anestesiarnos, paralizarnos, evitar la acción inducida por la conciencia que nos da el dolor.

En las culturas tradicionales el dolor se interpreta como un reto que exige una respuesta y el sufrimiento aparece como parte inevitable de un enfrentamiento consciente con la realidad. En la sociedad moderna, en cambio, se nos enseña a interpretar el dolor como un indicador de que necesitamos comodidades y mimos que nos proporcionarán los médicos, para quienes el dolor es un problema técnico. Se trata de matar el dolor, de mantenernos anestesiados. Decía Iván Illich, hace años, que el uso creciente de dispositivos para matar el dolor nos convierte en espectadores insensibles de nuestra propia decadencia.

Eso es lo que experimentamos hoy. Ante el desastre cuyas evidencias cotidianas se multiplican aumenta el consumo de tranquilizantes químicos o discursivos. Con las drogas legales o ilegales, con la cocaína lo mismo que con Prozac, Valium,  o la simple aspirina, perdemos vitalidad y capacidad de respuesta, nos hacemos pasivos y apagados, dejamos de sentir… Lo mismo ocurre cuando consumimos discursos en vez de drogas. Unos políticos tratan de negar la evidencia y se afanan continuamente en ocultarla tras nubes estadísticas y retóricas. Otros usan una especie de cachondeo apocalíptico para llevar agua a su molino ideológico: sostienen que bastará hacerles caso y usar las aspirinas que prescriben y ellos administrarán para que el cáncer desaparezca. Las elecciones logran ya que hasta algunos de los más enterados de nosotros desvíen su atención de lo que importa para entretenerse y entretenernos con el circo de tres pistas que se anuncia ya por todas partes. Disimulan cuanto nos causa dolor y vergüenza para que nos refugiemos en un juego de ilusiones que condena a la parálisis, para que no intentemos la acción que realizaríamos si sintiéramos a plenitud lo que está ocurriendo con nosotros y nuestro país.

Traigo todo esto a colación para explorar por qué nos dejamos llevar hasta este punto a pesar de las evidencias de lo que se venía encima y de que fuimos oportunamente advertidos. El 20 de noviembre de 1999, por ejemplo, el subcomandante Marcos describió en La Realidad las características de la Cuarta Guerra Mundial. Lo que dijo entonces anticipó muy puntualmente lo que acabo de describir. Explicó también el derrumbe de las viejas estrategias y las viejas concepciones de hacer la guerra y analizó la lógica y alcances de la nueva. En junio de 2007 amplió la descripción. Hizo ver que por fin había una guerra mundial totalmente total. Nos dijo, un año antes de la caída de Lehman Brothers, que “empresas y estados se derrumban en minutos, pero no por las tormentas de las revoluciones proletarias sino por los embates de los huracanes financieros”. Señaló también que el neoliberalismo “destruye todas las falacias discursivas de la ideología capitalista: en el nuevo orden mundial no hay ni democracia, ni libertad, ni igualdad, ni fraternidad” (“Siete piezas sueltas del rompecabezas mundial, junio de 2007). Teníamos incluso algunos acotamientos del camino que podíamos tomar: estaba La Otra Campaña.

Mi tema, hoy, es el por qué. Estamos ante una grave emergencia nacional que exige acciones colectivas inmediatas, urgentes. No podemos esperar. ¿Por qué hay tantos a la expectativa? Parece que preferimos ingerir algunas de las drogas que mencioné antes y refugiarnos en la pasividad y parálisis que propician.

La ilusión democrática

Tengo la impresión de que la más grave de las drogas paralizantes que se distribuyen entre nosotros se llama ilusión democrática. Se le consume de manera masiva, a la vista de todos, hasta que se produce una profunda intoxicación colectiva.

“Uno entiende –con don Antonio Machado- que los argumentos nunca desbancarán a las creencias; y la creencia en la democracia se muestra especialmente resistente a ellos. Pero que esa creencia sea también impermeable a la experiencia reiterada parece señalarla como una creencia formidablemente acorazada” (Emmanuel Lizcano, Diagonal Web, 28/11/11).

Pero no sólo estamos ante una creencia: se trata ya de una forma de fundamentalismo. Hace más de diez años, en plena transición española, la revista Archipiélago (núm. 9) señaló:

“En el punto en que la democracia se afirma como tabú de la tribu empieza a negarse a sí misma, a instituirse como manera desnuda de dominio, como bruta sinrazón sin otro objeto que el perpetuar el para tantos insoslayable estado de cosas… ¿No será ésta nuestra peculiar variante de fundamentalismo? ¿No se tiene a sí mismo por el único camino verdadero en vez de uno más entre los posibles o deseables? ¿No comparte con otros fundamentalismos análoga pretensión de verdad definitiva y conquista irrenunciable?… ¿No se adorna de una misma ceguera respecto de sí mismo? ¿No se estará creyendo en la Democracia bajo la misma ilusión con que se cree en el Corán o el carácter divino del imperio?”

Estamos, efectivamente, ante una forma de fundamentalismo que consagra como ideal supremo e intocable a instituciones que generan sólo ilusiones de democracia y la convierten en espectáculo.

Los pontífices de la religión democrática repiten incansablemente que el camino electoral es el único para transformar el país y agregan que la vía armada es inaceptable. Se divulga así una doble falacia. De un lado,  el camino electoral es también el de las armas. Está sembrado de cadáveres y desemboca inevitablemente en un régimen basado en la violencia. El monopolio de la “violencia legítima” que se otorgó al gobierno para proteger a los ciudadanos se usa cada vez más contra ellos. La vía electoral sólo sirve para definir, tramposamente, quién estará a cargo del gatillo.

De otro lado, insinuar que la única opción al camino electoral es la vía armada nos atrapa en la obsesión de que sólo a través de la toma del poder estatal –con votos o con armas- podemos plantear el cambio. Necesitamos escapar de esa trampa. La lucha actual no consiste en conquistar un dispositivo de opresión con la ilusión de que será posible darle funciones emancipadoras. Lo que hace falta es desmantelar esa maquinaria estatal –como señaló Marx con claridad cuando examinó el caso de la Comuna de París. Foucault nos lo ha planteado en términos elegantes y contemporáneos. Señaló que unos plantean sustituir la ideología sin modificar las instituciones y otros proponen cambiar éstas sin alterar el rumbo ideológico. Todo marchará bien si yo estoy ahí, dirán unos; con ajustes aquí y allá, corrigiendo vicios del pasado, resolveremos todos los problemas, dicen otros. Lo que hace falta, subrayó Foucault, es una conmoción simultánea de ideologías e instituciones. Es inútil sustituir al capitán del barco, si el barco mismo es el problema. Y se está hundiendo.

Ir más allá de la democracia no significa volver a las tradiciones autoritarias que marcaron a la izquierda en el siglo XX. Al contrario. Se trata de combatirlas en todas sus formas, tanto las abiertamente dictatoriales como las que se disimulan como democracias representativas. Se trata de hacer evidente que el famoso “gobierno de la mayoría” es profundamente autoritario y que las elecciones son sólo la cortina de humo para disimularlo. Que no sólo estaremos este año ante las elecciones de la ignominia sino que estaremos ante la ignominia del voto, lo que nos plantea un problema ético y político muy serio, que incluso nos enfrenta con muchos mexicanos que creen estar de nuestro lado, que quieren también el cambio, que consideran la situación tan insoportable como la sentimos nosotros…

Pero todo esto no es sino una colección de argumentos que evidentemente ha sido incapaz de desbancar a las creencias democráticas. Los adeptos de esa religión y sus pontífices fundamentalistas se multiplican y su iglesia parece  consolidarse.

¿Tendrá acaso razón Raúl Zibechi cuando sostiene que el problema está en la falta de opciones? La gente estaría recurriendo a las drogas químicas o discursivas porque habría reconocido la gravedad de la situación pero no sabe qué hacer y  no encuentra salida del atolladero. La parálisis vendría de esta angustia específica, de esta sensación de impotencia. La droga se usaría solamente para calmarla, para atenuar sus efectos, para no sentirla.

Dice bien Zibechi que los movimientos tradicionales de la izquierda, lo mismo que los nuevos movimientos sociales, parecen paralizados “porque el mundo en el que nacieron y crecieron está desapareciendo rápidamente”. Tiene razón también cuando subraya que “no se trata de cambiar el mundo, como si fuera algo externo a nosotros, sino de cambiarnos con el mundo.” Finalmente, también tiene razón al sostener que “ni el capitalismo ni el sistema-mundo caerán solos”, que “necesitamos desmantelarlos” y que “si lo conseguimos caeremos con ellos”.  “Sería vanidoso –concluye Zibechi- pretender que podemos salvarnos por el solo hecho de creernos revolucionarios”.

Zibechi describe el predicamento que parece aquejar a los anticapitalistas en todas partes del mundo en términos muy claros:

“No tenemos estrategias para vencer al capital, ni electorales ni insurreccionales, y no tenemos siquiera un imaginario alternativo a las urnas o a la toma del palacio. En segundo lugar, no hemos puesto en pie economías autosustentables, capaces de sostener la vida y de entusiasmar a los de abajo a dedicar todas sus energías a esas tareas. En suma, si llegamos a triunfar contra el capital, no sabemos con qué sustituir el capitalismo, salvo empeñarnos en repetir aquel “socialismo de Estado” (que en realidad era un capitalismo de Estado autoritario) que fracasó a finales de la década de 1980” (La Jornada, 18/11/11).

El despertar

Examinemos con cuidado esta hipótesis, que contribuye a entender la parálisis relativa que vivimos y la medida en que millones de personas siguen presas de la ilusión democrática. Este análisis, empero, no ve el otro lado de la medalla. Nos encontramos en una situación radical. Podemos observar un despertar colectivo producido por la coincidencia de una situación general muy adversa –los desastres- y la evidencia general de que la respuesta convencional, lo que hacen los gobernantes y los capitales, agrava esa condición y conduce a callejones sin salida. Surge así la ruptura. Empieza a pensarse lo impensable.

La situación radical que hoy vivimos emana de la condición general en que la inmensa mayoría de la población siente en riesgo su modo de vida, aunque sólo una minoría vea directamente amenazada su supervivencia. Se pierden los empleos, los haberes, las expectativas. Sólidas seguridades que eran argamasa de la vida social se desvanecen en el aire. En esta condición general, se hace cada vez más evidente para todos que las respuestas del Estado y del mercado son inútiles y a menudo agravan las dificultades en vez de remontarlas.

El despertar se manifiesta a menudo de manera caótica e imprevisible, como un rayo en noche serena, una iluminación, un estallido. De un día para otro lo que se consideraba normal toma el aspecto de andar de sonámbulo. De repente se perciben inmensas cuarteaduras que estaban ahí desde hace tiempo pero que dejamos de ver y entraron a formar parte del paisaje. Algunos de estos estallidos resultan efímeros, meros fuegos de artificio. Pero el despertar colectivo que caracteriza una situación radical no funciona así. Requiere tiempo para madurar. Su propio tiempo. Tiene su calendario y su geografía.

El despertar en la dispersión cotidiana rebelde

Poco a poco, en la base social, la gente sustituye sustantivos como educación, salud o vivienda, que serían “necesidades” cuya satisfacción depende de entidades públicas o privadas, por verbos como aprender, sanar o habitar, los cuales expresarían el intento de recuperar agencia personal y colectiva y habilitar caminos autónomos de transformación social.

  • Hemos llegado a un punto en que quien no tiene miedo al hambre, que acosa cada día a mil millones de personas, tiene miedo de comer, porque sabemos ya de los ingredientes dañinos de los alimentos que se ofrecen en el mercado. Pero la gente está rompiendo esa dependencia. Los habitantes de las ciudades empiezan  a producir sus propios alimentos. La mitad de lo que comen en La Habana lo cultivan ahí mismo. En Pasadena, California, en poco más de 300 metros cuadrados se cultivan tres toneladas al año de más de 400 vegetales. Se cultivan alimentos hasta en el centro de la ciudad de México. Al mismo tiempo, se asocian consumidores urbanos y productores rurales para crear una alternativa al mercado. La tradicional lucha por la tierra se convierte en defensa del territorio. Lo dijo en Jaltepec, hace un par de años, el Foro Nacional Tejiendo Resistencia por la Defensa de Nuestros Territorios: “Estamos en resistencia. No nos dejaremos vencer por esta nueva ofensiva neoliberal de despojo. Creemos profundamente en el valor de nuestras asambleas, del ejercicio de la autoridad vista como servicio, la propiedad colectiva de la tierra y la reconstitución de nuestros territorios como pueblos, como instituciones de las que obtendremos fortaleza” (http://www.huizache.org/noticias/declaracion-jaltepec)  Hace cuatro años los zapatistas anunciaron la Campaña Mundial por la Defensa de las Tierras y los Territorios Indígenas, Campesinos y Autónomos en Chiapas, México y el Mundo. Todas estas expresiones se enmarcan en la idea de soberanía alimentaria que ha definido Vía Campesina, la organización de campesinos más grande de la historia: se trata de definir por nosotros mismos lo que comemos… y producirlo en nuestros propios términos (Ver Declaración de Nyéleni, en http://www.nyeleni.org/spip.php?article291)
  • El sistema educativo se halla en crisis: no prepara a la gente para la vida y el trabajo y margina a la mayoría. A pesar del fracaso evidente y bien documentado de la escuela y de la experiencia cotidiana de los daños que provoca persiste aún una lucha generalizada por “obtener educación”; la mayoría ha sido educada en la idea de que sólo así podrá “ser alguien” y dejará de padecer la discriminación que se ejerce contra todos los “nadies”. Pero la gente ha estado reaccionando. Junto a los intentos de reformar y mejorar el sistema y de impulsar formas de educación alternativa, se extiende cada vez más un movimiento vigoroso que avanza en otra dirección. Las prácticas de aprendizaje autónomo y libre se han vuelto más populares que nunca y el movimiento está generando sus propios arreglos institucionales, al margen, en contra y más allá del sistema. Tales prácticas, sustentadas en su propio aparato teórico, desbordan los marcos actuales, recuperan antiguas tradiciones de aprendizaje e introducen tecnologías contemporáneas en las formas de aprender y estudiar como actividades gozosas y libres. Se trata de un movimiento peculiar. Es posiblemente el más grande del mundo, en términos del número de personas involucradas: quizás miles de millones. Pero es básicamente invisible y buena parte de quienes participan en él no se sienten parte de un movimiento social o político en el sentido convencional del término, aunque se entusiasman al encontrarse con otros como ellos, entablar relaciones horizontales y compartir experiencias. En general, están plenamente conscientes del significado de lo que hacen: viven a fondo la radicalidad de romper con toda forma de educación para aprender y estudiar en libertad.
  • El sistema de salud es cada vez más ineficiente, discriminatorio y contraproductivo. Se ha documentado ya  el efecto iatrogénico: médicos y hospitales producen más enfermedades que las que curan. La producción, distribución y consumo de salud es el segundo sector de la economía en el mundo, involucra a un número creciente de personas y se amplía tan rápidamente como sus fracasos. La gente ha reaccionado. Prosiguen esfuerzos de reforma y proliferan terapias alternativas. Al mismo tiempo, cunden iniciativas que desafían abiertamente al sistema mismo de salud, rompen con las nociones dominantes de enfermedad, salud e incluso cuerpo y  mente, al tiempo que nutren prácticas autónomas de sanación, recuperan tradiciones terapéuticas que habían sido marginalizadas y descalificadas por la profesión médica y habilitan formas de comportamiento más sanas y formas de tratamiento más humanas, arraigadas en el hogar y la comunidad. Empiezan ya a tomar forma sus nuevos arreglos institucionales.
  • Se extienden aún los desastres que habitualmente acompañan los desarrollos públicos y privados y estimulan la proliferación de personas sin techo.  Al mismo tiempo, se multiplican las movilizaciones que tienden a frenarlos, reformular el ámbito urbano y empezar a crear condiciones de vida diferentes en las ciudades, replanteando incluso la noción misma de ciudad. Se consolidan y fortalecen prácticas de autoconstrucción que definieron por mucho tiempo la expansión  urbana, enriqueciéndolas con tecnologías contemporáneas. Estilos de asentarse que por muchos años fueron la forma característica de construir de los llamados “marginales” se extienden hoy a otras capas sociales. Docenas de “ciudades en transición” definen un intento radical de transformación de la vida urbana. Se extiende por todas partes el movimiento okupa, los empeños de regeneración barrial y la creación de nuevos ámbitos de comunidad. Proliferan luchas que traen a la ciudad la mutación política en el campo y crean coaliciones de defensa territorial –contra un aeropuerto, una nueva vialidad, desarrollos públicos y privados. Tienden a convertirse en semilla para instalar formas autónomas de gobierno.  Forman parte de estos movimientos las iniciativas tendientes a recuperar la auto-movilidad, a pie o en bicicleta, y resistir activamente la subordinación a los vehículos de motor.
  • Aunque prosigue la Walmartización del mundo y unas cuantas compañías extienden su capacidad predatoria causando toda suerte de daños, se amplía también una nueva era de intercambio directo que se realiza fuera del mercado capitalista. Prosperan no sólo los mercados en que productores y consumidores abandonan esa condición abstracta para practicar el trato directo entre personas, sino también las monedas locales, que operan como medios de pago y argamasa comunal para facilitar las diversas formas de trueque que están renaciendo. Reciben muy diversos nombres los métodos de intercambio que en muchos casos abandonan la utilización directa del dinero-mercancía y buscan sustituir el mercado abstracto por relaciones entre partes que se conocen y se tienen confianza y ninguna explota a la otra. En todos los casos, son iniciativas que desafían abiertamente la ficción del mercado autoregulado que se ha empleado para disimular el dominio corporativo.

En todas las esferas de la vida cotidiana se manifiestan nuevas actitudes, bien arraigadas en sus contextos físicos y culturales, que prosperan dentro de nuevos horizontes políticos, más allá de las ideologías dominantes y de los patrones convencionales. Tales iniciativas adquieren creciente visibilidad en la hora de la crisis, puesto que ofrecen creativas opciones de supervivencia y resisten con eficacia las políticas y proyectos dominantes.

Es cierto que muchas personas participan en estas iniciativas sin abandonar el individualismo dominante. No sólo contraen la actitud a sí mismas, para su propia satisfacción, sino que rechazan con firmeza su sentido social y político. Pero es igualmente cierto que incluso ellas empiezan a reaccionar contra el hiper-individualismo reinante, padecen sus consecuencias y se abren a otras en un intento de redefinirse en su condición social.

Buena parte de estas iniciativas aparecen como reacciones de supervivencia, en situaciones difíciles y hasta desesperadas. Están por lo general desarticuladas entre sí: no brotan como expresión de un movimiento colectivo y organizado, pero esto mismo revela su carácter: se enmarcan en una situación radical, en ese despertar colectivo en que personas de las más diversas características coinciden en una toma de común de conciencia y logran por sí mismas encontrar respuestas que tienen un denominador común: su carácter no capitalista. Hay en ellas, con toda claridad, eficaces respuestas a la doble enajenación de las relaciones capitalistas de producción: la de los frutos del trabajo y la de la propia actividad creadora. Son también reacciones heréticas a la religión del dinero.

El despertar en la calle

Han tenido gran visibilidad múltiples manifestaciones del despertar colectivo que actualmente recorre el mundo. La primavera árabe, el asalto a las plazas públicas que se extiende por todas partes, la erupción masiva tan intensa como la represión violenta que intenta apagarla, la marcha tenaz que todo lo desafía… Aunque lo reflejan y expresan, no debemos confundirlas con él.

Las movilizaciones que tomaron por sorpresa a los poderes constituidos lo mismo que a los ciudadanos y los partidos son iniciativas valerosas y coherentes que desafían, a veces en forma espectacular, el comportamiento normalizado, previsible y predecible que se nos ha estado imponiendo.  “Mis sueños no caben tus urnas”, dijeron en Plaza del Sol. “Tener demandas sería pensar que allá arriba hay alguien que las pueda atender”, dijeron en la Plaza de la Libertad en Wall Street; “y eso es, exactamente, lo que ya no creemos”. Es ésta la novedad, lo que revela el carácter de estas acciones multitudinarias.

Los que se presentan a sí mismos como meros gestores de la crisis, que sólo pueden dar cierto cauce a fuerzas que los rebasan y los preceden; los que se lavan continuamente las manos por medidas no sólo impopulares sino antipopulares  pues según ellos no tienen más remedio que aplicarlas; los que exigen continuamente “obediencia debida” a decisiones que no deben ser cuestionadas y por ello criminalizan toda disidencia; los que así instalan lo que Hannah Arendt llamó “gobierno de nadie”, una de las formas más crueles y tiránicas de gobierno porque nadie aparece como auténtico autor de las acciones y de los acontecimientos y todos actúan como meros engranajes de una maquinaria total de la que nadie está a cargo;todos estos “poderes” predican, generalizan y arraigan formas de comportamiento  homogéneas, atrapadas en la norma, sujetas a las disposiciones del mercado y del estado, configuradas y moldeadas desde arriba, que son condición para que la maquinaria pueda seguir funcionando. Se trata, como ha recordado Amador Fernández-Savater (through Europe, 06/12/11), de que interioricemos esos automatismos impuestos para que hagamos lo que debemos hacer, veamos lo que tenemos que ver, digamos lo que hay que decir y pensemos lo que está prescrito pensar, es decir, que seamos interna y externamente lo que esos poderes establecen. Es esa, muy claramente, la actitud que nos llevó a las catástrofes actuales.

Lo que hemos estado viendo a lo largo de 2011 encaja bien en lo que la propia Hannah Arendt llamaba “la acción”, cuando la gente, los cualquieras, los hombres y mujeres ordinarios, personas sin líderes y en general sin partidos o ideologías específicas, desafían radicalmente aquellos automatismos, se unen a sus iguales, resisten cuanto significa obedecer y repetir, salen de su aislamiento e impotencia y empiezan algo nuevo. Estas iniciativas, subraya Fernández-Savater, “no confían el mando a los que saben, sino que parten del principio de que todos podemos pensar; no tienen rostro, pero precisamente para que quepan todos y cada uno de los rostros singulares; no gestionan lo que hay, sino que inventan colectivamente nuevas respuestas para problemas comunes. Pluralidad, invención, pensamiento: así es la danza de los nadie contra el Gobierno de Nadie”.

Y aquí, en esta actitud radical que se extiende por todas partes, parece inevitable recordar el momento en que se nos dijo, con toda claridad: “Detrás de nosotros estamos ustedes”…

“Sobrepasando las barricadas de la resistencia y de la autodefensa, las fuerzas vivas del mundo entero se despiertan de un largo sueño”, ha comentado Raoul Vaneighem. “Su ofensiva, irresistible y pacífica, barrerá todos los obstáculos levantados contra el deseo de vivir que alimentan aquellos que, innombrables, nacen y renacen cada día. La violencia de un mundo por crear va a suplantar la violencia de un mundo que se destruye”.

Para apuntalar su esperanza Vaneighem menciona a los zapatistas, que  “han emprendido la resistencia contra todos las formas de poder organizándose ellos mismos y practicando la autonomía. Estos ‘sin rostro’, que tienen la cara de todos, están a punto de devolver a la humanidad su verdadera faz,” porque “en la crisis de nuestras democracias parlamentarias corroídas por la corrupción en todos los sitios y manipuladas también en todos los sitios por las empresas multinacionales” inventan una sociedad que libera “la vida cotidiana de la empresa económica en la que se encuentra reducida a un objeto de transacción mercantil”, o sea, libera la vida cotidiana de la prisión capitalista. (L’État n’est plus rien, soyons tout, 2010; hay traducción de Raúl Ornelas).

El despertar en la cabeza

El despertar colectivo actual está generando nuevos centros de producción de conocimiento fuera de los centros de investigación públicos o privados y de las instituciones universitarias convencionales. Se gestan en ellos nuevas tecnologías, basadas en innovaciones teóricas significativas, que reformulan la percepción del mundo e introducen nuevas metodologías para interactuar con él que cuestionan  los paradigmas dominantes. Como sugería Foucault, ahí se fortalece y profundiza la insurrección de los saberes sometidos: se recuperan los contenidos históricos que habían sido enterrados o enmascarados dentro de coherencias funcionales y sistematizaciones formales; se revalora el saber que fue descalificado porque se le consideró incompetente, insuficientemente elaborado, ingenuo y jerárquicamente inferior al científico, un saber específico, local, regional, diferenciado; y se yuxtaponen y combinan saberes eruditos con memorias locales, para formar un saber histórico de lucha, lo que exige demoler la tiranía de los discursos globalizantes, con su jerarquía y con los privilegios que se derivan de la clasificación científica del conocimiento, que tiene efectos intrínsecos de poder.

La empresa autónoma de pensar, el desafío radical a la producción institucional de los enunciados con los cuales gobernamos nuestro comportamiento, ha estado tomando diversos nombres, que intentan ir más allá de la investigación convencional, incluso en su forma de investigación participativa. Se le llama reflexión en la acción o investigación militante o insurgente y aparece por todas partes, lo mismo en el Colectivo Situaciones, de Argentina, que en la Universidad de la Tierra en California o en el corazón de Italia. Se trata de un fenómeno realmente general que se ajusta bien al estado de cosas, cuando las formas de pensar dominantes ya no son útiles para entender lo que pasa y mucho menos para construir el mundo nuevo.

Articular la rebeldía

La guerra civil y el control delincuencial de la realidad social, que en muchos puntos de la geografía nacional hace ya imposible una vida cotidiana normal, ya no digamos una elección, está ampliándose e intensificándose. Es posible que su extensión a todo el territorio constituya la perspectiva más realista. Va tomando forma la hipótesis de que el gobierno no tiene real interés en detenerla. Al contrario. Como se dice en Honduras, tiene miedo de que la gente esté perdiendo el miedo. De la misma manera que en localidades específicas la gente prefiere abiertamente el control oprobioso del ejército al de los delincuentes, el gobierno podría estar esperando que ese sentimiento se hiciera general para dar base social a la decisión de consolidar legalmente el estado de excepción no declarado en que ahora vivimos a fin de profundizar la represión y detener las iniciativas populares.

Aquí mismo, en su intervención en el Primer Seminario Internacional (diciembre 2009-enero 2010), Javier Sicilia señaló que “las crisis que vivimos… nos colocan en estado de revolución, es decir, en la necesidad de un cambio profundo.” Advirtió que se trata de una revolución de naturaleza distinta a las que conocemos y recordamos, porque la idea misma de revolución que viene del pasado se ha vuelto inviable. La nueva revolución, para Sicilia, que sigue estando en la entraña del zapatismo, apenas ha sido entendida. Y éste es el desafío actual: un desafío a la comprensión y a la imaginación, a partir del reconocimiento explícito de que el cambio vendrá de abajo, de la propia gente, porque así es como los verdaderos cambios se producen. Esa revolución es un arte y exige reconocer en la gente, en los hombres y mujeres ordinarios, a los artistas capaces de darle forma y fondo a la creación nueva.

Nadie sabe cómo hacer una revolución. No es algo que alguien pueda proponerse y pueda someterse a un plan. Pero no podemos seguir a la expectativa. Estamos realmente ante una emergencia nacional y sabemos bien que las clases políticas no se atreverán a declararla. Hacerlo mostraría su inutilidad y su complicidad con ella: no supieron preverla, han contribuido a crearla y no saben cómo enfrentarla.

Necesitamos declarar nosotros mismos la emergencia nacional y  concertar la acción consiguiente.

Nuestra declaración se apoyaría el despertar colectivo en que nos encontramos. No estaría en el vacío. Podría mostrarse que, contra lo que piensa Zibechi, se ha estado construyendo, desde abajo y a la izquierda, un “imaginario alternativo a las urnas o a la toma del palacio” para vencer al capital por vías que no son electorales ni violentas. Revelaría que se han estado generando hipótesis y teorías con suelo social y político que permiten reconocer el carácter opresor de las urnas y de las insurrecciones armadas y formulan opciones. El nuevo imaginario, que toma formas cada vez más claras, acota con precisión el camino. Hemos aprendido ya a prescindir de la construcción de tierras prometidas, visiones alternativas de la sociedad en conjunto, proyectos alternativos de nación… Identificamos en todas esas fórmulas ilusiones útiles para la manipulación y el control, no para la acción auténticamente transformadora. Confiamos ahora en que la propia gente, desde sus ámbitos propios, en sus asambleas y foros, desde la diversidad, podrá imaginar y construir uno por uno los ingredientes del mundo nuevo, que como siempre surgirá del vientre de la sociedad que muere.

Dice Zibechi que “no hemos puesto en pie economías autosustentables, capaces de sostener la vida y de entusiasmar a los de abajo a dedicar todas sus energías a esas tareas”. Por eso piensa que si llegamos a triunfar contra el capital no sabremos con qué sustituir el capitalismo, porque sólo disponemos de fórmulas ya fracasadas. He tratado de mostrar lo contrario. He mencionado ejemplos de las maneras en que millones de personas han estado organizando economías capaces de sostener la vida, conscientes de que si no lo hacen están condenadas a la extinción. Iniciativas como las de la agricultura urbana, la defensa del territorio, las formas alternativas de aprender, de sanar y habitar, las modalidades de policía comunitaria que apuntalan una noción propia de seguridad, las iniciativas que recomponen eficazmente el tejido social en barrios y comunidades, las capacidades redescubiertas de pensar por uno mismo, todas ellas de carácter no capitalista, no son actos marginales o de pequeñas sectas disidentes. Son iniciativas que lejos de obedecer y repetir los automatismos impuestos, buscando opciones de supervivencia en el mercado o en el Estado, reivindican las maneras del buen vivir y demuestran que a pesar de todas las restricciones, con todo en contra, la gente puede recuperar paso a paso sus propios medios de subsistencia y su capacidad creadora, rompiendo el aislamiento y la impotencia.

Declarar la emergencia nacional  no operaría en el vacío. Podría ilustrar de mil maneras distintas cómo podemos, en cualquier parte en que nos encontremos, en cualquiera de nuestros contextos y posiciones, desgarrar los tejidos autoritarios en que se nos ha mantenido y emprender la acción liberadora. De esta manera, la declaratoria serviría ante todo para evitar la trampa de pensar que el mero recambio de dirigentes permitirá enfrentar las dificultades actuales y que alguno de ellos tiene en sus manos las recetas que permitirán remontarlas. Es una trampa en que pueden haber caído ya millones de mexicanos, convencidos acaso de que no hay otra opción.

La declaratoria serviría también para mostrar que no hace falta forjar un consenso previo entre los ciudadanos para que se afilien con algún candidato, o bien opten por votar en blanco o abstenerse. Podría poner en perspectiva la elección misma y sacar la atención de las campañas, mostrando su radical irrelevancia para todo lo que importa.

El nosotros que necesita declarar el estado de emergencia y hacerle frente es todavía tenue, vago, desarticulado… No tiene un perfil claro. Esto corresponde en parte a las nuevas formas del protagonismo social, porque el sujeto de la transformación, el que está tomando en sus manos la iniciativa, no adopta las formas tradicionales de las organizaciones de clase y las estructuras partidarias. Eso no significa que se carezca de organización: existe en la base social y en estos años se ha estado fortaleciendo, ante las dificultades del día y las agresiones permanentes. Con infinidad de nombres: foros, coaliciones, coordinadoras, espacios, congresos, alianzas…a partir de las simples organizaciones de barrio, de comunidad, de pueblo, se han multiplicado las formas organizativas que ya entran en disputa con las mafias y bandas políticas y económicas, legales e ilegales, que intentan controlar todos los territorios.

Declarar desde ellas y con ellas la emergencia nacional sería una forma de articular esas múltiples iniciativas en un empeño común que ha de eludir cuidadosamente el carácter de una revuelta. No sería un estallido repentino, que puede dejar huellas duraderas, como la lava de un volcán, pero que desaparece con la misma rapidez con que surgió; no podría verse siquiera como la erupción simultánea de volcanes adormecidos. Tampoco sería análoga a episodios como los que se convierten en símbolos de una transformación duradera, como la toma de la Bastilla, el Palacio de Invierno o el grito de Miguel Hidalgo.

Necesitamos una rebelión – el tipo de gesta que constituye la sustancia de toda auténtica revolución. Se trata de que los humillados y ofendidos, los que hemos estado continuamente dominados por un sistema opresor que nos ha estado despojando de todo lo nuestro y que en estos años amenaza lo que nos queda, dignidad y tejido social, se trata de que todos ellos irrumpan en el acontecer político de la dominación.

Parece que estamos listos para esta rebelión novedosa porque se comparte cada vez más la convicción, basada en la experiencia de todas las luchas anteriores, de que no podemos ceder la fuerza, el mando, la capacidad de conducir la transformación. Ya no estamos dispuestos a delegar todas nuestras capacidades en un grupo de dirigentes, incluso los emanados de nuestras propias filas, para que den forma al nuevo marco legal e institucional que acotará el nuevo estado de cosas. Para no repetir la experiencia histórica, en que una y otra vez se nos expropia lo conseguido, buscamos hoy mantener el control del proceso. Hemos estado aprendiendo a hacerlo en asambleas y parlamentos de coaliciones cada vez más amplias, en que se logran acuerdos entre quienes acuden con representación temporal y sujeta a mandatos precisos, siempre expuestos a la revalidación de los representados. Nada de esto, que requiere imaginación y creatividad sociológica y política, tiene que ser decidido de antemano. Surgirá en el propio proceso, cuando se requiera.

Las iniciativas en pequeña escala que he estado mencionando son claro anticipo de la sociedad por venir, pero tienen que realizarse a contrapelo de un sistema agresivo y hostil que los acosa continuamente y les causa grave desgaste. Hace falta el levantamiento – un levantamiento que opere por contagio (como ha sido siempre con el zapatismo), más que por concertación estratégica clandestina desde las dirigencias. Es cierto que pelear es abominable, pero no debe causar tristeza entregarnos a esta militancia. Al conectar nuestros deseos con la realidad, entretejiendo rabias y descontentos en la acción, en vez de retirarlas a las formas de la representación teórica o política, les daremos cabal fuerza revolucionaria (Foucault, 1983, p. xiii).

Declarar la emergencia nacional y actuar en consecuencia, es decir, abandonar las reacciones “normales” y normalizadas, como si fuera posible esperar que cayera de algún cielo político el cambio que necesitamos con urgencia, puede constituir un acto revolucionario, porque establecería una nueva posibilidad: se habrían transgredido fronteras culturales para abrir un nuevo camino que no parecía posible.

Los días de furia en las calles y en las plazas, lo mismo que las acciones calladas en las casas y en los patios, siguen las gradaciones de la revuelta y la rebelión. A través de ellas se va mostrando un tipo de contagio revolucionario que se realiza sin la Bastilla o el Palacio de Invierno y carece de Zapatas, Villas, Carranzas y Obregones. Existe como iniciativa de la propia gente, de hombres y mujeres ordinarios, de la gente común…los insumisos, los rebeldes, los soñadores, que saben bien cuál es el calendario y la geografía apropiados para su acción. Ejercen así su poder, que en esas condiciones se llama dignidad.

Desde el vientre de una sociedad destrozada, bajo amenazas insoportables, está naciendo ya la nueva. Nace para evitar el horror que nos acosa y agobia y para contener los males en curso. Nace también para iniciar un nuevo camino de transformación y regeneración.

Declarar la emergencia nacional, desde nosotros mismos, le dará visibilidad y dinamismo a esa nueva sociedad, hará posible concertar el empeño y así podremos ponernos en marcha con la urgencia que hace falta.

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Movimiento por Justicia del Barrio

Declaración en apoyo a l@s zapatistas en Mexico desde “Plaza de la Libertad,” Nueva York

Por más de 17 años, con el levantamiento público del EZLN en el 1 de enero 1994, l@s zapatistas han hecho una enorme aportación a las luchas sociales, culturales, y políticas de tod@s l@s de abajo por un mundo mejor. Así, han tocado los corazones de miles de personas de buena conciencia en muchos rincones del mundo, y han demostrado que la justicia, la dignidad, y la democracia no son simplemente ideas para imaginarse o discutirse, sino realidades para vivirse y hacerse.

L@s zapatistas han abierto con éxito espacios de autonomía y democracia verdadera. En sus comunidades, practican la auto-determinación y desarrollan sus propias instituciones comunitarias auto-suficientes que reflejan y abrazan culturas y saberes indígenas.

Ell@s son prueba viviente que crear este otro mundo que queremos sí es posible.

Como la historia nos enseña, para los pocos poderosos y privilegiados que controlan nuestra vida y saquean a nuestro planeta, una lucha así debe ser rechazada, callada, violada, golpeada, encarcelada, e ignorada.

La autonomía zapatista les da coraje a los sirvientes del sistema capitalista que forman los malos gobiernos. En México, los gobiernos a nivel federal, estatal, y municipal –encabezados por el represor presidente Felipe Calderón y controlados por los dominantes partidos políticos del PAN, PRI, y PRD– utilizan a sus fuerzas policiacas y militares y a sus grupos de choque paramilitares para intentar destruir la autonomía zapatista y aniquilar a los dignos pueblos indígenas del EZLN.

Queremos denunciar que durante todo el año pasado, específicamente los pueblos autónomos indígenas de San Marcos Avilés, San Patricio, y Rancho La Paz han padecido numerosos actos de violencia, hostigamiento, y desplazamiento. En meses recientes, estas acciones graves se han intensificado en un porcentaje alarmante. Desde septiembre del 2010 hasta la fecha, la población de San Marcos Avilés ha enfrentado amenazas de muerte, hostigamiento, despojo, agresión sexual (violaciones intentadas inclusive), desplazamiento forzado, y desnutrición, la cual ha tomado la vida de por lo menos dos niñas. Estos crímenes horribles son perpetrados por los miembros de los partidos políticos del PRI, PRD, y PVEM.

Asimismo, desde el 7 de septiembre de este año, los pobladores de la comunidad de San Patricio han recibido amenazas constantes de desplazamiento y hasta muerte por un grupo de choque paramilitar llamado estratégicamente “Paz y Justicia,” el cual busca arrebatarles su territorio. Además de estas atrocidades, los de “Paz y Justicia” siguen destruyendo y saqueando los cultivos, animales, y pertenencias de la comunidad de San Patricio y con eso, la forma de ganarse la vida. A las mujeres y niños, en particular, la violencia les ha afectado de manera directa, ya que el grupo de choque concientemente los ha buscado y amenazado por ser mujeres y por ser niños.

Desde el 6 de octubre, el pueblo de Rancho La Paz también ha padecido ataques graves, tales como amenazas de muerte repetidas con armas de fuego, despojo y destrucción de alimentaciones, y golpeos, el ataque con machetes contra un grupo de mujeres inclusive. Los culpables son habitantes de comunidades cercanas protegidos por el mal gobierno.

Estos ataques son parte de una estrategia deliberada para tomar represalias contra l@s zapatistas por ejercer sus derechos a ser autónomos y por no dejar   al mal gobierno o a sus lacayos quitarles de lo que les pertenece: sus territorios ancestrales, recursos naturales, y su trabajo. El mal gobierno, con su partidos políticos corruptos, hacen esto para desalojarlos de su tierra para que puedan apoderarse de ella y luego construir zonas turísticas lucrativas para el beneficio de los de arriba.

A luz de dichas formas de violencia contra los pueblos indígenas zapatistas de San Marcos Avilés, San Patricio, y Rancho La Paz en Chiapas, México, declaramos que:

1.         L@s zapatistas no están sol@s en su lucha por un mundo de dignidad, justicia, y democracia. Hacemos ec}co y repetimos a su digno reclamo “¡Ya basta!” aquí en la Ciudad de Nueva York.

2.         Denunciamos enérgicamente las violaciones que están pasando en Chiapas, México, y estaremos pendientes.

3.         No dejaremos que el mal gobierno de México logre su meta de aniquilar a las comunidades zapatistas.

4.         Hacemos responsables a los tres niveles de gobierno (federal, estatal, y municipal) de México por toda la represión que enfrentan los pueblos indígenas zapatistas por ejercer su innegable derecho a ser autónomos y practicar la auto-determinación como pueblos indígenas.

Por lo tanto exigimos:

1.          El respeto por la autonomía y auto-determinación de los pueblos indígenas zapatistas.
2.          El cese inmediato a la represión a l@s zapatistas y sus bases de apoyo, como lo son San Marcos Avilés, San Patricio, y Rancho La Paz.

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Huellas Mexicanas

Del Plantón a la Ocupación: Los sindicatos, los migrantes y el movimiento ocupa

Del Plantón a la Ocupación:  Los sindicatos, los migrantes y el movimiento ocupa.

Por David Bacon
Traducido por Rodolfo Hernández Corchado
Se publica en Huellas Mexicanas
http://www.huellasmexicanas.org/revista/del-planton-a-la-ocupacion.-los-sindicatos-los-migrantes-y-el-movimiento-ocupa?mid=5655

OAKLAND, CA  (12/5/11) — Cuando el movimiento Ocupa Seattle nombró su campamento, el “Plantón Seattle”, sus organizadores estaban planteando una demanda local dentro de una serie de tácticas utilizadas durante décadas por los movimientos sociales en México, Centroamérica y Filipinas. Y cuando los trabajadores migrantes de la limpieza  marcharon al centro de detención de migración en San Diego y nombraron su acción como, Ocupa ICE, (las iniciales del Servicio de Seguridad, Inmigración y Aduanas responsable de las deportaciones masivas) las personas provenientes de los países en los que el plantón ha sido una tradición de lucha se relacionaban aquí con el movimiento Ocupa.

Esta cultura e historia compartidas ofrecen nuevas posibilidades para la supervivencia y el crecimiento del movimiento Ocupa, en un momento en el que la aplicación de las leyes federales, en cooperación con los departamentos de policía locales y los gobiernos municipales, ha destruído muchos de los campamentos. Distintos movimientos Ocupa, desde Wall Street a San Francisco han comenzado a explorar su relación con los movimientos sociales de migrantes en Estados Unidos,  y a mirar más de cerca las acciones del 1% que se encuentra más allá de nuestras fronteras y que provocan en gran parte la migración.

Como reacción a los desalojos recientes, la Coalición por los Derechos Políticos de los Mexicanos en el Extranjero envió recientemente una carta de apoyo a Ocupa Wall Street y los otros campamentos bajo ataque. “Damos la bienvenida a su movimiento”, declaró, “porque su lucha contra la supresión de los derechos políticos y contra las injusticias económicas y sociales, ha sido parte fundamental de nuestra lucha, la lucha del pueblo mexicano sin fronteras, la lucha de millones de migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos”.

Muchos de esos migrantes que viven en Estados Unidos conocen la tradición del plantón y cómo se utiliza en sus países de orígen. Para comenzar, saben que el 1%, cuyo poder está siendo cuestionado en Wall Street, también diseñó las políticas que son la razón por la cual los migrantes viven en E.U. Mike García, presidente del Sindicato de Trabajadores del Servicio West/SEIU, el sindicato que organizó Ocupa ICE, describió a los trabajadores migrantes de la limpieza como “trabajadores desplazados del nuevo orden económico mundial, un orden lidereado por Occidente y Estados Unidos.”

Criminalizar el acto de acampar en un espacio público está destinado, al menos en parte, a impedir que la tradición del plantón adquiera en Estados Unidos la misma legitimidad que tiene en otros países. Sin embargo, ese derecho al plantón, no fue concedido libremente por los gobernantes de México, El Salvador y Filipinas – no más de lo que se ha concedido aquí. El 99% de los países tuvieron que luchar por ese derecho.

Dos de las más grandes batallas en la historia política moderna de México se libraron en la Plaza de la Tres Culturas, Tlatelolco en donde cientos de estudiantes fueron asesinados a tiros en 1968; y tres años más tarde fueron golpeados y balaceados en las calles de la Ciudad de México por el grupo paramilitar de los Halcones. Tanto en El Salvador y en Filipinas, los huelguistas tienen una tradición de lucha que consiste en acampar y  vivir en las puertas de la fábrica o la empresa en donde trabajan. Pero aún hoy en día, este derecho debe ser defendido en contra de la policía, (al menos hasta la reciente elección de los gobiernos de Funes y Aquino) e incluso de los militares.

Los plantones o los campamentos no están solos. Son tácticas utilizadas por los sindicatos, los estudiantes, los campesinos, las organizaciones indígenas y otros movimientos sociales. Cada plantón es una pieza visible de un movimiento u organización –  de una base social mucho más grande. Cuando los plantones son útiles para esos movimientos,  los movimientos los defienden. Esa conexión entre el plantón y el movimiento social, entre el campamento y su base social, es tan importante como la preservación del espacio físico en el que las tiendas de campaña se levantan.


SME IDurante los dos últimos años, esa relación ha sido muy clara en el Zócalo, la gran plaza central de la Ciudad de México. Durante ese tiempo, los trabajadores despedidos del sindicato independiente de izquierda de los electricistas, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), han vivido en una sucesión de plantones. Esos plantones han contado con cocinas, salas de reuniones y centros de comunicaciones, además de las tiendas donde la gente dormía y comía.

En diversos momentos, el campamento del SME fue uno de varios campamentos en la enorme plaza. Hace un año, los trabajadores fueron acompañados por mujeres indígenas triquis y mixtecos de Oaxaca que protestaron por la violencia del anterior gobernador de su estado en contra de los maestros en huelga y las organizaciones rurales. El movimiento social en Oaxaca, al cual representaban las mujeres en la Ciudad de México, se fortaleció lo suficiente como para derribar finalmente de la gubernatura al Partido Revolucionario Insititucional, (PRI) que había gobernado durante casi 80 años.

En el plantón del Zócalo, personas de diferentes organizaciones se mezclaron. El día de los indignados, en septiembre, reunió a personas de movimientos muy diversos. Algunos consideran que las elecciones son un instrumento de cambio, pero muchos activistas indígenas y miembros del SME no. Incluso entre aquellos que creen en las elecciones, existen profundos desacuerdos sobre como participar en el proceso electoral.

Pero la gente en el Zócalo tienen dos cosas en común. Probablemente, los diferentes plantones no pueden dar respuesta a todas las preguntas políticas, pero cada uno representa un movimiento social que existe fuera de la plaza. El plantón en sí mismo tiene un valor, sobre todo porque obliga a la opinión pública a prestar atención en la crisis que ha llevado a cada grupo a acampar.

Los trabajadores del SME utilizaron sus plantones para dramatizar la represión del gobierno federal. Cuando el presidente Felipe Calderón, disolvió la compañía eléctrica paraestatal que proveé de energía eléctrica al centro de México y despidió a sus 44, 000 empleados, intentó destruir su sindicato y avanzar con la privatización del sistema de generación de energía eléctrica – en beneficio del 1%  de los mexicanos y los inversionistas extranjeros. Hace un año, varios miembros del SME llevaron a cabo una huelga de hambre en el plantón, lo cual provocó durante semanas la atención en los titulares de las primeras planas de los periódicos. La huelga de hambre se prolongó tanto, que los médicos advirtieron a los huelguistas que estaban arriesgando la vida. En el momento más álgido de la protesta el sindicato enfrentó a la policía en las centrales eléctricas tratando de ejercer su derecho legal a la huelga.

El plantón y el movimiento se mantenían íntimamente conectados. Eran pocos los trabajdores en huelga de hambre, pero representaban a un movimiento de miles de trabajadores. Al final, el SME negoció el retiro de su plantón a cambio del reconocimiento del gobierno a su derecho a existir. El plantón permitió que otros sindicatos se organizaran para resistir el asalto del gobierno a los derechos laborales, y movilizó a los consumidores de energía eléctrica para protestar por el aumento en las facturas y los cortes en el servicio eléctrico. El plantón contribuyó a centrar la atención en estas demandas e integrar activamente a los aliados del sindicato.

Es evidente que alguien en Seattle conoce esta tradición de plantones en el Zócalo, tal vez incluso como participante. Quien dibujó la bandera de Seattle, incluyó también junto a  la palabra “plantón”, la anarquista letra  “A”  rodeada con un círculo. Este símbolo fue un recordatorio de otro aspecto de la fertilización transfronteriza. Muchos anarquistas o anarcosindicalistas – los miembros del Sindicato de Trabajadores Industriales del Mundo- lucharon en la Revolución Mexicana. Debido a esa agitación revolucionaria, aún hoy, casi un siglo después, los mexicanos aspiran a ciertos derechos, incluido el derecho a instalar una carpa en el Zócalo. Hace mucho tiempo, los trabajadores de E.U. cruzaron la frontera para luchar junto a los mexicanos en esa insurrección por un gobierno que reconociera ese derecho. El plantón, por lo tanto, es un patrimonio común, con una historia que lo hace legítimo tanto en Wall Street como en la Ciudad de México.SME III


Poco tiempo después de que se instalará el campamento de OWS en el parque Zuccotti, el plantón/ocupación cruzó la frontera México/Estados Unidos. En Tijuana, hogar de un millón de personas, la mayoría migrantes desplazados del sur de México, los activistas se reunieron y ocuparon el Paseo de los Héroes. Establecieron sus tiendas de campaña en medio de la Zona del Río, en donde el 1%  de los habitantes de la ciudad se encuentra en medio hoteles de lujo y oficinas de gobierno. El18 de octubre la policía reaccionó incluso antes que la la policía estadunidense en la mayoría de las ciudades de  E.U., arrestando a dos docenas de activistas ante la insistencia de los empresarios locales. Ocupa Tijuana condenó las detenciones, declarando: “No somos asesinos, delincuentes, vagabundos o ladrones.”

En Estados Unidos tenemos nuestra propia historia de defensa del espacio público para la protesta, y no es necesario regresar cien años atrás para encontrarlo. Tan sólo las últimas décadas, los trabajadores migrantes han popularizado aquí el uso del plantón, ayudando a los sindicatos a recuperar las tácticas militantes de su propio pasado. En 1992 los migrantes que trataban de unirse al Sindicato de Trabajadores Eléctricos realizaron la primera huelga de trabajadores del Silicon Valley, y realizaron un plantón y una huelga de hambre para presionar a su empleador. Un año más tarde otros migrantes latinos en San Francisco levantaron sus carpas frente a la sede de Sprint, después de que su centro de trabajo se cerró días antes de las elecciones sindicales.

Hace una década, los activistas anti-globalización y los sindicatos bloquearon  la reunión de la Organización Mundial del Comercio en Seattle. Los jóvenes manifestantes encadenaron sus brazos dentro de tubos de metal, y se acostaron en las intersecciones del centro de Seattle. Decenas de miles de personas salieron a las calles. Estas protestas contra la globalización fueron seguidas por otras en las cuales los activistas lucharon por su derecho a utilizar el espacio público para desafiar las políticas internacionales del 1%.

Las raíces del apoyo de la clase trabajadora a la batalla de Seattle se encuentran en el impacto del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica. Los trabajadores podían ver el costo del libre comercio en la pérdida de sus puestos de trabajo mientras la producción se trasladaba al sur de la frontera. Durante las dos últimas décadas, muchos trabajdores han descubierto también que esos mismos acuerdos y políticas comerciales no han mejorado las condiciones de vida de los mexicanos, sino que al contrario, los ha llevado a  su empobrecimiento.Sin título

El TLCAN y las políticas de libre mercado obligaron a los países en desarrollo a producir oportunidades para que los bancos y empresas cosecharan beneficios. Llevaron a bajar los salarios, forzaron a los campesinos a abandonar sus tierras, y destruyeron los sindicatos y los medios de subsistencia de millones de personas. Este sistema fue diseñado en Wall Street por los mismos banqueros que los miembros del movimiento Ocupa consideran responsables de la actual crisis hipotecaria y del desempleo en E.U. La actual crisis económica no se detiene en la frontera. De hecho, en México, América Central, Filipinas y en otros lugares, ha sido un hecho durante mucho tiempo. Este es el origen de la migración forzada – lo que García condenó en “Ocupa ICE”.

El 99% vive en todos aquellos países en donde los acuerdos de libre comercio y las políticas de ajuste estructural son impuestas. También viven en las comunidades de donde provienen las personas que han migrado como resultado de esas políticas. ¿Entonces, quiénes son los aliados más naturales para el movimiento Ocupa que las personas que han enfrentado estas políticas por años?

En Nueva York, esta conexión no se ha perdido en Ocupa Wall Street. En octubre, un grupo, Ocupa Wall Street – Español, fue creado durante la primera Asamblea en español. A su vez, tradujeron el primer número del periódico The Occupied Wall Street Journal. Los participantes formaron un subgrupo, el Occupied Wall Street Latinoamérica para difundir el movimiento entre las comunidades de habla hispana, reconociendo que la ciudad es el hogar de muchos mexicanos del estado de Puebla, por lo cual la ciudad es apodada como PueblaYork; así como de comunidades de puertorriqueños, colombianos, ecuatorianos y otros pueblos de habla hispana. El grupo proximaménte publicará el primer número de su propio periódico con artículos que hablan sobre la migración, la globalización y los ataques específicos por el 1%  en contra de los latinos.


Claudia Villegas, activista por los derechos de las mujeres, ayudó a organizar una manifestación de mujeres migrantes, cuatro días después de que la policía allanó el campamento en el parque Zuccotti. “Hemos decidido cambiar nuestro plan original de marchar porque teníamos miedo de que la policía lo detuviera,” dice. “Sin embargo, 23 organizaciones participaron, incluyendo grupos de defensa de los derechos de las mujeres y sobre todo, aquellos grupos que trabajan con mujeres migrantes.”

En San Francisco una marcha conjunta entre los activistas pro inmigrantes y los miembros del movimiento Ocupa ayudó a defender el campamento en esa ciudad. En la reunión de la Asamblea General que se realizó previo a la marcha, los participantes hablaron sobre la oferta del gobierno de la ciudad para mover el campamento a un edificio abandonado a varios kilómetros de ahí, en el barrio latino de la Misión. Pocos querían abandonar el campamento en la plaza Justin Herman, y la mayoría sentía que el gobierno de la ciudad sólo estaba tratando de sacarlos para evitar que fueran visibles. Pero mucha gente también sentía que tener un campamento Ocupa en el barrio era una buena idea.Sin título

“Todavía estamos trabajando paralelamente”, dice Villegas. Llama la atención sobre el potencial poder del movimiento de derechos de los inmigrantes y lo que podría significar para OWS. “Tenemos que incluir al movimiento que comenzó en 2006, cuando había cientos de miles de personas en las calles de todo el país. La gente también estaba reaccionando a la injusticia del sistema.” Son movimientos separados, sin embargo advierte,  “nuestro programa tiene que venir de los propios inmigrantes. Necesitamos integrarnos, y al mismo tiempo, el movimiento Ocupa tiene que aprender a aceptarnos. Pero estamos todos en el mismo camino.”

Integrar al movimiento inmigrante y al Ocupa implica más que la creación de un campamento. La manifestación de San Diego no acampó durante la noche, pero atrajo a miles de trabajadores y simpatizantes hasta el centro de detención de ICE para protestar por los despidos de los trabajadores migrantes de la limpieza. La protesta Ocupa en  ICE  tenía la intención de llamar la atención sobre la estrategia de control migratorio del gobierno federal que obliga a los empleadores a despedir a los trabajadores indocumentados. En el sur de California, las coorporaciones multinacionales encargadas de la limpieza de edificios de oficinas están despidiendo a 2000 miembros del sindicato. Previas olas de despidos se han dirigido a  los trabajaodores de limpieza sindicalizados en Minneapolis, Seattle y San Francisco, los operadores de máquinas de costura en Los Ángeles, los trabajadores de servicios de alimentos en los campus universitarios, y miles de personas más.

García sostiene que el ICE y los empresarios actuan en colusión. Después de despedir a los trabajadores de limpieza sindicalizados con mayor antigüedad y mayores beneficios, utilizando el pretexto de su estatus de migratorio,  las empresas pueden contratar a nuevos trabajadores con salarios más bajos y con menos beneficios. “Para ocultar su codicia, la industria de bienes raíces comerciales ha utilizado los aparatos de gobierno para confundir y dividir al 99%,” asegura. “Primero dijeron que eran trabajadores no calificados y que deberían estar felices por estar trabajando. A continuación, debilitaron la protección a los trabajadores para imposibilitar la organización. En la última década la industria ha utilizado la inmigración como un pretexto para intimidar a los trabajadores y si es necesario, para sustituir a nuestros trabajadores. ICE está llevando a cabo lo que el 1% de la industria de bienes raíces quiere: utilizar las leyes de inmigración para reciclar trabajadores de limpieza bien pagados, con la esperanza de recuperar las ganancias en los salarios y beneficios que nuestro sindicato ha ganado.” [Irónicamente, la semana en la que el USWW organizó el  Ocupa ICE,  su sindicato matriz, la SEIU, aprobó la reelección del presidente Obama, quien es responsable del despido de trabajadores migrantes llevado a cabo por ICE.]Sin título


Para el movimiento Ocupa, defender a los trabajadores bajo ataque es una forma de sobrevivir, crear raíces y desarrollar una base social sólida. Sin embargo, esa no es siempre la dirección que toman los activistas. Cerca de Oakland, más de 200 trabajadores inmigrantes en la fundidora más grande en la costa oeste, la Pacific Casting, en Berkeley, son despedidos  en otra “redada silenciosa” como la que golpeó a los trabajadores de la limpieza. Durante el verano y el otoño, trabajadores de la fundición fueron a los ayuntamientos, los sindicatos, las iglesias y las organizaciones comunitarias en busca de ayuda para presionar a ICE e impedir que los forzara a perder sus trabajos. Su campaña logró contener a “la migra” durante meses, sin embargo los despidos comenzaron en noviembre. Ahora estas familias de inmigrantes están tratando de sobrevivir. Sin embargo el movimiento Ocupa Oakland aún no ha respondido.

En cambio, algunos de sus militantes están intentando realizar un paro laboral en el puerto de Oakland por segunda ocasión, así como otros a lo largo de la costa oeste. Una primera marcha  para cerrar el puerto después del primer desalojo de Ocupa Oakland, atrajo a miles de personas. Sin embargo, el sindicato de estibadores se opone a la propuesta de un segundo cierre en toda la costa. La oposición de la ILWU no viene del conservadurismo. El sindicato, cuyos miembros se ganan la vida del transporte marítimo y el comercio, ha sido uno de los mayores críticos de los acuerdos de libre comercio de E.U. En muchas ocasiones los miembros del ILWU han tomado medidas para defender al SME y a los sindicatos en México, así como en otros países. Sin embargo, ni sus locales ni los demás trabajadores del puerto tuvieron ningún papel en la decisión de tratar de cerrar los puertos.Sin título

La solidaridad es una calle de dos vías basada en el respeto mutuo. En la mayoría de las ciudades, incluyendo Oakland y San Francisco, el movimiento de trabajadores ha dado la bienvenida al movimiento Ocupa y trató de defender los campamentos. En Nueva York, los activistas de OWS han recibido recursos de muchos sindicatos, y estos se han movilizado en contra de las redadas de la policia en el parque Zuccotti. Una alianza entre los sindicatos, los inmigrantes y los ocupas tiene un enorme potencial, no sólo en número sino también en el intercambio de ideas y tácticas. Los sindicatos, en particular, podrían beneficiarse de un uso más amplio del plantón o los campamentos del movimiento Ocupa. Ocupa ICE desafía al movimiento Ocupa a tomar posición con respecto al despido de los trabajadores inmigrantes, pero también es un reto para los propios sindicatos, muchos de los cuales observaron en silencio cómo sus agremiados eran forzados a abandonar sus puestos de trabajo.Sin título

La visión del movimiento Ocupa – el 99% vs el 1% – tiene un enorme apoyo entre los inmigrantes y los sindicatos. En lugar de la retórica cansada de los políticos que derraman lágrimas de cocodrilo por la “clase media” mientras que demonizan a los pobres, el movimiento Ocupa da a los trabajadores una visión de su condición comunal como parte del 99%. Este poderoso mensaje echa abajo las ilusiones de que los trabajadores mejor pagados tienen más en común con los corredores de bolsa que con los inmigrantes que reciben un salario mínimo, o con los jóvenes desempleados en las calles de los ghettos afro-americanos o los barrios latinos.

La Coalición por los Derechos Políticos de los Mexicanos en el Extranjero comparte la misma visión de clase. “Nos indigna”, dice, “que al reclamar justicia y señalar las desigualdades que existen en el seno de la sociedad estadunidense, sus ciudadanos reciban el trato de criminales. Con esa misma indignación, condenamos la criminalización de los migrantes mexicanos por el gobierno norteamericano, las redadadas de la migra y la militarización de la fronteraŠ Ningún ser humano debe ser tratado como un criminal por luchar y buscar mejores condiciones de vida.”

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David Bacon, Photographs and Stories
http://dbacon.igc.org

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Kolectivo Boca en Boca

Boca en Boca No.16 – ¡De regreso informando! (Versión en English)

Boca en Boca No 16, December 2011

Editorial (“Don’t chuck it, share it”)

Boca en Boca [“by word of mouth”] is an independent news sheet that aims to spread news of what is happening in the organized communities of Chiapas. It aims to oppose the strategy of the government and generate solidarity by providing summaries and extracts from the communities’ news releases. In the long term, the goal is to distribute it among the indigenous communities in their own language.

No to “the Cancun of Chiapas” at the Agua Azul waterfalls

Adherents to the Other Campaign from the Ejido San Sebastian Bachajón deny the official story from the delegate of the Chilón government concerning the clashes which occurred on the 1st November 2011, “due to the dispute about the lands of Rancho El Vergel, in the municipality of Citalá, where three people pretending to be Zapatistas lost their lives; they were badly disguised by C Carmen Aguilar Gomez and his son, the faithful friend of the  government delegate and the ejidal commission”.

They repeat that “on several occasions we have publicly denounced C Carmen Aguilar Gomez and his son, who were expelled from the organization of the Other Campaign last year, and also from the organization. At no time have we said that we would take that ranch”.

They reaffirm “that these are the same people who participated in the violence last February at Agua Azul. It is clear that this comes from the government and that these people have nothing to do with the organization and that at no time has the organization had anything to do with the occupation of any ranch”.

On the 26th November, through a second press release, they recalled the actions of these same groups and leaders “with the intention of taking advantage of our natural wonders and turning them into the Cancun of Chiapas”.

Las Abejas (the Bees) defend and care for their hive

“The Civil Society Organization, Las Abejas of Acteal, objects strongly to the interview conducted by Eugenio Bermejillo, director of the organization “Red de Comunicadores Boca de Polen” (Pollen´s Mouth Communicators Network) …, with Sebastian Gomez Perez, who he introduced as “President of the Board of Directors of the Civil Society Organization Las Abejas“. In this regard, we wish to explain and to remind you that this is not the first time this group has passed itself off as the organization Las Abejas“.

In 2008, a group of “leaders” of Las Abejas separated from our organization, and as a result we now announce publicly that “this group of people can in no way speak on behalf of the Civil Society Organization Las Abejas“.                                                                                “The community radio project Radio Chanul Pom … no longer belongs to Las Abejas”.             The name of Las Abejas has “on various occasions been used in marches, in the development of projects or assistance programmes from the bad government, and as many times we have protested and publicly asked this group to find another name for their organization”.

“The aim of this group in using the name of Las Abejas, is to gain power for electoral motives, economic benefits and a special deal with the government”.

Even though the names sound the same, “in reality our goals, mission, vision, philosophy and aims have nothing in common”.

“It is very clear that Eugenio Bermejillo intends to promote confusion around the organization Las Abejas and to feed the counterinsurgency policy, so that the Acteal massacre may be forgotten, and its material authors and masterminds remain unpunished”.

Poetry: The four walls of the prison

Four walls that enclose                                                                                                                 four walls that steal                                                                                                                     four walls that kill                                                                                                                           four walls that fall

Four walls that obey                                                                                                                four walls that are visible                                                                                                       four walls that are fearful                                                                                                             four walls that do not exist

Looking at you and your owner                                                                                               faint because we are around you                                                                                           we are like the stars and the sun                                                                                               burning at noon

Pedro Lopez Jimenez, Solidarity with “La Voz del Amate”

Main Routes used by Central American migrants crossing Mexico

“Before the pain and suffering of our people and our Mother Earth”

During their march on the 24th of November, el Pueblo Creyente (the Believing People) and the base ecclesiastical communities denounced:

“The lack of strong action by the relevant authorities who control the trade and consumption of alcohol and drugs and the opening of bars, brothels and other places which do so much damage to our communities”

“The potential threat posed by mining concessions”                                                     “The use of our national resources to drive the ambitious  projects of transnational corporations”                                                                                                       “False environmental policies …, the seizure of our lands as a commodity to mitigate the effects of climate change and allow the continuation of a development model that refuses to reduce polluting emissions”

“The noxious effects of projects that lead to cultural change and the abandoning of food production, in order to promote mono-cultivation for industry”

“The risk posed to our native seeds, the acceptance of GM crops and the ambiguous attitude of government officials and agencies towards the big branches of  industry”.

“We re-emphasize our solidarity with the Movement for Peace with Justice and Dignity, and with the victims of the violence which has erupted in many states of the country in recent years. In particular we urge a change in policy to give justice to our brothers and sisters who are unjustly imprisoned. At the same time we join with other peaceful struggles in defence of Mother Earth, land and life that are being carried out in other states and throughout the world”.

In brief

3rd November – Inhabitants of the municipality of Chicomuselo report violations of human rights by the Mexican army.

5th November – The community of believers in St. Peter the Apostle and Martyr of Chenalhó show solidarity with the hunger strike of political prisoners in Chiapas by three days of fasting.

10th November – Chol communities in the north selva zone denounce the strategy of land clearance of the agricultural authorities through the Fanar programme.

13th November – MOCRI-CNPA-MN clarifies a note in the newspaper Cuarto Poder concerning the demand for punishment of the murderers of Martha Gómez Pérez.

18th November – Gunmen attack and imprison adherents to the civil resistance against high electricity rates, Teopisca.

25th November – Women of the communities of Chiapas march, “the Mexican government is required to guarantee our right to live a life without violence”.

Political Prisoners, 40 days on Hunger Strike

Here we report on a series of events which marked, this November, the campaign for the release of political prisoners in Chiapas, beginning with a hunger strike, which was accompanied by their families, who joined them by setting up an encampment in San Cristobal de Las Casas.

In a letter of 2nd November, Alfredo López Jiménez and Rosa López Díaz from ´Solidarity with the Voice of Amate´ report the death of their son Natanael López López, “who was born 4 years ago with cerebral palsy, without movement in his whole body, among other diseases he was suffering. The cause of this was the torture that was done to my wife when we were arbitrarily detained in 2007, and she was 4 months pregnant”. “He died through medical negligence as treatment was denied to my family “.

On the 7th of November, the day the hunger strike of the prisoners ended, along with the encampment of the families, Enrique Gómez Hernández from ´Solidarity with the Voice of Amate´ denounced, “since the 8th of October, our family started a protest, stating that the requests they made to the government exactly 30 days ago …  the government has refused to intervene in the matter and completely ignored us, even our families, no matter what our families are suffering and leaving aside the promise that he signed when he made his political campaign  and now that he is in power he does not know anyone and yet he is still so proud to announce in the media: “actions, not words”.

“But it seems the government prefers to tell us lightly that we cannot benefit, much less gain our freedom, without considering the state of health of the compañeros in CERSS  No. 5, which is very delicate as they are between life and death, due to the action they have undertaken (of the hunger strike) … and the government does not care, it has ignored us completely. ”

At the end of the hunger strike a letter of thanks was sent to individuals and organizations who supported the action in various parts of Mexico and the world, “do not be discouraged, do not weaken, do not be disturbed, but be more courageous, strong, brave and united in all things and with us. From here in Chiapas, southeastern Mexico, in the trenches of our resistance we will persist and resist”.

On the 15th November,”* Andrés Núñez Hernández * and * José Díaz López * were released, both members of the organization ´Solidarity with the Voice of Amate´. Andrés and José, after 9 years and 8 months of wrongful imprisonment, were released under the legal concept of a suspended sentence”.

“Today the following remain hostages of the bad government of Felipe Calderón and Juan Sabines: the compañer@s Alfredo Lopez Jimenez, Alejandro Diaz Sántiz, Pedro López Jiménez, Juan Díaz López, Rosario Díaz Méndez and Rosa López Díaz in CERSS No. 5 in San Cristobal de Las Casas, Enrique Gómez Hernández held in CERSS No. 14 El Amate, Juan Collazo Jimenez held at CERSS No. 6, and compañero Alberto Patishtan Gómez held captive in CEFERESO N°8 in Guasave, Sinaloa,  (who was transferred during the strike as a punishment). All have been detained arbitrarily, have suffered torture and violations of their fundamental human rights and therefore have staged a hunger strike and fast of 39 days, which has been ignored and repressed by the authorities”.

On the 14th of November, a member of the ´Voice of Amate´, Rosario Díaz Méndez, denounced “the medical deficiencies that are suffered in state prisons have led to complications in various illnesses that are easy to cure, especially in CERSS No. 5 which suffers much medical malpractice”. “I suffer from an illness called epilepsy, and I have been suffering from nausea for two years”. A similar complaint about the lack of medical attention was made by Alfredo Lopez Jimenez on the 15th November.

Even during the hunger strike it was announced that “the authorities of CERSS No. 5 in San Cristobal de Las Casas, have on several occasions refused entry to health personnel who had come with the intention of visiting” our prisoner compañeros, who were already in a serious state of health.

Tenosique, Tabasco, the forgotten frontier

On the 23rd August last, the people of the Nueva Esperanza community, Zone of El Peten, Guatemala, were displaced through a violent eviction by the army of their country. They are now refugees on the border next to the community of Nuevo Progreso, in the Municipality of Tenosique, Tabasco, “where they have been surviving with great difficulty for more than eighty days, in extremely precarious conditions which endanger their health and integrity”.

They also “are being threatened, and unsupported information is being disseminated about them, such rumours increase the vulnerability of their condition”, generating “acts of exclusion, discrimination and xenophobia against them”.

“The governments of Guatemala and Mexico are not providing the humanitarian assistance which they are obliged to provide for displaced persons and refugees”.

“Various organizations in Mexico, forming a Civil Observation Mission, reported in October with great difficulty the critical situation in which they found nearly three hundred people, of whom 115 are children or adolescents”. “The Mission documented, as well as the inhumane conditions, charges against the displaced population”, which were not supported by the evidence, “but were supported by the authorities in Guatemala”.

“During the first days of November we learned of a letter which the residents of Nuevo Progreso, Tenosique, had sent to the authorities accusing ´the people´ of committing excesses, getting drunk, beating their wives and bearing arms”. “We are concerned that an authority in Mexico or Guatemala may be contributing to the spread of rumours that may cause or lead to discrimination, or violent responses”.

They request “the Mexican government to give effect to the principles of solidarity, hospitality and protection, which should govern immigration policy”, “the Government of Guatemala was asked to facilitate dialogue, guaranteeing that the community of Nueva Esperanza will have appropriate and consistent standards of human rights, and their lands, homes, and in general all conditions for a dignified life restored to them”.

Follow-up information

14th November –  5 years after the massacre of Viejo Velasco, Ocosingo, (which was a support base of the EZLN*, in the municipality of Vicente Guerrero) “The material and intellectual authors (the perpetrators and instigators) of the massacre have not been investigated, much less brought to trial; however, survivors of the event and people from surrounding communities who provided humanitarian assistance were identified by the Attorney General of the State of Chiapas as responsible for the slaughter”.                                     *not at the time of the massacre

Acteal denounces the countless cases of impunity in Chiapas. “We must not be afraid to demand respect for human rights, we must speak out. We know that as human beings we are suffering very much, but it is not only us who suffer, but also our mother earth”.

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Entrevista con el pensador y activista uruguayo Raúl Zibechi

“Lo más importante es abrir espacios en común para expresarnos, intercambiar y crear algo…”

En esta entrevista, realizada el 25 de agosto 2011 en Montevideo, Raúl Zibechi habla de su experiencia e historia personal como escritor-militante, la vida múltiple de sus libros, y algunas de sus impresiones de la coyuntura actual en el “continente en movimiento”.
M: ¿Qué significa para ti el trabajo político de escritor y analista de los movimientos? ¿Cómo has visto la vida plural de tus libros, que ya circulan y se reeditan en todo el continente?R: Bueno, yo no me siento un escritor. Yo soy militante, activista, o como se le quiera llamar, que por las circunstancias de la vida se ha visto en el deseo y la voluntad de escribir. Yo pertenecía a un par de corrientes políticas en Uruguay, y en España donde viví durante la dictadura, y ninguna de esas corriente políticas que había en el mundo en ese momento me satisfacía. Fui guevarista cuando joven, miembro del MLN (Movimiento de Liberación Nacional), y las ideas venían del Che, de Régis Debray, y de otros. También del Tercer Mundo, de los vietnamitas, de Mao… Cuando estuve exiliado en España este horizonte se amplió bastante, se incorporaron otras ideas, bueno, yo siempre me identifiqué con Marx, y Lenin. Pero a medida que el siglo avanzaba, y las cosas eran más complejas, no había nada que me satisfaciera, ni siquiera lo que en un momento consideré más cercano, que fue la revolución salvadoreña…

Y entonces, bueno, me puse a escribir: primero como periodista, después como escritor. En principio la idea de escribir era difundir las experiencias que no se conocían. Por eso empecé primero con el zapatismo, pero después me di cuenta de que era distinto a lo que hacía mi amigo Galeano, porque no me conformaba con difundir lo que pasaba, sino que a su vez necesitaba leerlo de otra manera, interpretarlo de otra manera. Y bueno, ahí fue el primer libro, el del zapatismo. 

Después pasaron dos cosas. Una, que mi compromiso con los movimientos sociales fue más fuerte, en la medida que mi compromiso partidario ya se había difuminado. Yo hasta el 90 milité en un partido, viví en España y todavía tenía una adscripción partidaria. Después ya nunca más milité en un partido. Entonces en Uruguay tuve una fuerte inserción en el movimiento estudiantil, y en España en diferentes movimientos pacifistas, anti-OTAN.

La segunda cosa es que empecé a leer a otros autores que no eran los clásicos de Marx. Y empecé a comprender los movimientos de otra manera. Entonces sentía la necesidad no solo de difundir lo que hacían sino también de interpretar, o de leer lo que hacían, con otros ojos. Unos ojos menos institucionales, más de la gente común, influido por lecturas como Foucault, como Deleuze, entre otros. Entonces empecé a escribir de modo de hacer una reconstrucción de los movimientos desde otro lugar, y eso fue un segundo libro, que se llama La revuelta juvenil de los 90 , que no es fácil de encontrar… no lo vas a ver. Ni siquiera yo lo tengo, porque lo había regalado a una compañera, y ahora no lo puedo encontrar. Pero es un lindo libro sobre culturas juveniles. Y después salió otro más sobre América Latina, y después La genealogía de una revuelta , de Argentina.

Y a partir de ahí, de La genealogía que es de 2001, hace diez años, yo empiezo a darme cuenta de que el concepto de “movimientos sociales” no es adecuado para entender lo que pasa en América Latina, que puede ser adecuado para entender movimientos como el sindical, como el de los estudiantes, como el de mujeres tradicional, no como de mujeres indígenas o mujeres pobladoras. Pero para entender los movimientos indígenas, como los mapuche o los zapatistas, y para entender los movimientos urbanos o sin tierra -territorializados, yo creo que el concepto de territorio me cambió muchas cosas, que viene en parte de geógrafos brasileños esa teorización-, me hizo entender que el concepto de movimiento social es un concepto eurocéntrico, de clases medias, académico, que no es útil para entender nuestra realidad.

Entonces ahí empecé ya, después de 2001, y creo que el primer libro donde trato de tocarlo más a fondo es Dispersar el poder, de entender los movimientos con una lógica distinta a la de los “movimientos sociales.” Entonces por un lado trato de mostrar experiencias sociales en donde el vínculo social tenga una fuerza determinada, y a su vez, busco interpretarlo ya con autores que no sean ni Foucault ni Deleuze, aunque siempre van a estar ahí porque tienen una ruptura con el estructuralismo y con la racionalidad tradicional, pero con autores que tienen un ámbito de inserción latinoamericana fuerte. Ahí en Dispersar utilizo a Clastres, y Clastres vivió en América Latina, o sea que es un europeo relativo. Y después empecé un rastreo de autores realmente innovadores en América Latina, latinoamericanos, en lo posible autores vinculados a los movimientos, como el Subcomandante Marcos, pero también como los indígenas ecuatorianos, o gente como Rodolfo Kusch, que ya tienen una tradición aparte, que es una personalidad pero con otra genealogía, y con la dificultad de entender los mundos urbanos, que son los más difíciles, con una mirada distinta.

Entonces ahí sale otro libro más que es una recopilación de textos: Autonomías y emancipaciones, que tiene dos ediciones distintas: una que es la que sacó JRA , y otra versión cambiada que es Territorios en resistencia . Y ahora va a salir en AK Press la traducción de Autonomías, porque ya salió Dispersing Power , y ahora va a salir Autonomías, la versión mexicana, pero con el título que les parece más interesante de Territorios en resistencia , en mayo 2012. Me pareció interesante la propuesta de AK Press porque manteniendo un poco esta coherencia, traté de que fuera una editorial alternativa. Bueno, yo no soy anarquista, pero no soy anti-anarquista para nada, entonces para mí AK Press tiene una línea interesante. Y ahora también sale en Alemania con un grupo de militantes, y también salió en España, primero con Liquiniano, con una editorial del País Vasco muy pequeñita, y con Virus de Barcelona, y ahora va a salir con otro grupo más, una tercera editorial en España que es de un colectivo de activistas vinculados a los indignados que se llaman Baladre. Digamos una editorial más militante que Traficantes de Sueños, y menos eurocéntrico, menos “clase mediero”.

Me interesa trabajar con pequeñas editoriales, bueno, al principio fue por casualidad, caí con Rubén en Nordan y en seguida le interesó publicar el primer libro, pero después seguí con Nordan, y bueno la gente que se interesó en Argentina para publicar Genealogía de la revuelta eran de editoriales pequeñas. Pero después me di cuenta de que este tipo de editoriales, sobre todo las editoriales militantes, las menos comerciales, tipo Lavaca, tipo Editorial El Colectivo, tienen la ventaja a mi modo de ver de que hay un vínculo entre el lector y el escritor. Que el lector es militante, que va a las presentaciones, que en realidad no son presentaciones sino talleres, e incluso yo te diría que muchas de las editoriales “alternativas” son más parecidas a las editoriales grandes porque hacen un tipo de presentaciones más clásicas. En cambio, en otros lugares, como hemos hecho con Quimantú, o Desde Abajo, o Jóvenes en Resistencia Alternativa, son presentaciones más militantes, más en barrios, más con gente vinculada al territorio, que es lo a mí me interesa. Entonces es reafirmar un camino, reafirmar una forma de ser, y a mí no me interesa escribir un libro y que circule mucho y se venda mucho. No me interesa tanto como que sea un libro que sea una herramienta —para mí y para los que lo leen— de trabajo en común. Porque yo creo que lo más importante es abrir espacios en común para que podamos expresarnos, intercambiar y crear algo: una fuerza militante o social, lo que sea.

M: En Dispersar el poder, y otros textos tuyos, se percibe un esfuerzo —sea consciente o no— de complicar la lógica individualista del autor. Muchos de tus textos se parecen más a un trabajo de escribir y pensar en colectivo que al trabajo de un escritor que reflexiona individualmente desde otro espacio. Cuéntame de la historia de este libro y de tu proceso como escritor militante.


R: De lo último que me preguntas, yo creo que la relación sujeto-objeto es una relación colonial, es una herencia colonial en América Latina, y me parece que hay que superar esta herencia, hay que luchar contra esa herencia. Y yo creo en lo que dice Lenkersdorf: la pluralidad es sujeto. Eso por un lado. Por otro lado, en el momento en que se desencadenó Dispersar el poder yo ya conocía Bolivia y había ido muchas veces, pero la rebelión del 2003 fue un momento muy fuerte. El 17 de octubre de 2003 yo tendría que estar en La Paz porque me invitó el Sindicato de Periodistas a unas conferencias, a unos talleres. Entonces no pude ir, porque el aeropuerto estaba cerrado, ¡había una insurrección! Y entonces, por supuesto, la insurrección y todos los sucesos sociales me impactan, los sigo, estoy atrás, y digo bueno, tengo que ir. De ahí salió una alianza con Luis Gómez al año siguiente, y entonces estuve allá con él, básicamente en El Alto.

Cuando hice el libro de Chiapas, estuve en La Realidad nada más. No me hice un tour por todo el territorio. Estuve un mes en La Realidad tratando de entender un lugar. Porque mi lógica es que si yo entiendo un lugar, puedo entender otros. O sea, que si yo entendía una comunidad zapatista, las podía entender todas. No quiere decir que todas sean iguales, pero es como el esfuerzo de que si yo aprendo un idioma, puedo aprender todos los idiomas, porque la lógica para aprender los idiomas es la misma.

Entonces me fui allá, estuve con Luis Gómez varias semanas. Él vivía en Sopocachi en ese entonces, y todos los días íbamos a El Alto, y después amigos de él, como esos de Jóvenes de Octubre y esa gente, bajaban a La Paz y charlábamos. Bueno además compré libros, y sobre todo lo que yo trabajo mucho es con entrevistas, pero también con boletines, periódicos barriales. Estuvimos en la UPEA, me acuerdo, y conseguimos periódicos de las juntas vecinales. Cuando escribo libros así, yo trabajo mucho con el discurso de la gente, y con periódicos como El Alteño, o boletines de barrio, porque es donde la voz de la gente llega más. El libro te puede servir para ordenar hechos históricos, pero de la voz de la gente al libro llega muy poco. Después tuve algunas conversaciones con Félix Patzi, Pablo Mamani, Silvia Rivera —que hicimos una buena amistad— que me dieron otra mirada, complementaria de la que yo veía abajo. Y la idea había sido de hacerlo juntos el libro con Luis.

Bueno al final Luis no lo quiso hacer, y yo medio en la necesidad —que ya andaba muy avanzado, con casi la mitad— tuve que hacerlo todo yo. Me habría gustado hacerlo con él porque él tenía otra mirada de las cosas, y lo que más me costó, en lo que más me metí, fue en entender la máquina dispersadora, que yo la veía funcionar en miles de espacios. Estuvimos en Achacachi también, ¡un frío de muerte!, Y estuvimos en Cochabamba con Óscar Olivera. Yo veía la máquina dispersadora en lo que era un bloqueo, en lo que era la forma de funcionar las juntas vecinales, en lo que es la vida cotidiana en el mercado y en espacios así, y me costaba mucho teorizarla, porque a partir de ahí, de la máquina dispersadora, el salto era el libro Mil mesetas de Guattari y Deleuze, que tiene un capítulo dedicado a Clastres en realidad. Entonces lo que me permitió Clastres es hacer la bisagra entre la máquina teórica de Deleuze, que es una monstruosidad, y la experiencia concreta que es lo que Clastres tiene. Y realmente Clastres fue una mirada interesante, sobre todo un capítulo que está publicado aparte que se llama Arqueología de la violencia en donde él explica claramente como ve a la comunidad en relación con el Estado. Claro, él habla de comunidades nómadas, que es lo que él vivió con los guayakis de Paraguay, pero sirve también para entender esta lógica.

Y después me quedé muy contento, porque veo que la máquina dispersadora sigue funcionando hoy en Bolivia. Y como el lugar que ocupa cada uno, por ejemplo hoy Evo y Álvaro, están en el lugar que ocupó antes Goni o Mesa y otros, y aunque no reprimen, tienen un discurso —Goni decía que los que protestaban eran comunistas— y ahora éste (García Linera) dice que son ONG yanquis. Entonces es una lógica que es la misma: él que protesta tiene una relación de exterioridad al mundo mío y no lo puedo aceptar y es terrible eso. Pero la máquina sigue funcionando, funcionó en el gasolinazo, y funciona hoy. Me parece además que esa máquina dispersadora es fundamental y es lo que yo entendí. Lo veo además en la justicia, cuando hablo de la justicia comunitaria. La justicia comunitaria impide que coagule y que se consolide una burocracia civil de jueces y abogados para hacer justicia. Es la máquina comunitaria la que hace justicia. Eso me parece muy interesante. Y yo veo, que en las luchas sociales, indígenas y no-indígenas, cuando la lucha está en su momento importante, como los indignados en España, esa máquina dispersadora funciona o existe o se crea. En este sentido, sería bueno reflexionar así sobre lo que está sucediendo en Europa, aunque creo que sería muy difícil, porque implicaría un ejercicio de descolonización también en esos movimientos europeos.

Pero bueno, el libro [Dispersar el poder] está ahí, y como tú dices, ¡le fue bien al libro! Ya tuvo más de diez o doce ediciones, con varias traducciones, y ahora en Estados Unidos me dijeron que tuvo una buena acogida universitaria. Pero me gustaría que tuviera más lectura en los militantes, en los activistas, porque es curioso pero el activista occidental de la ciudad, clase media, tienda a reproducir en la organización aquello que detesta, que es la dinámica del Estado o de la represión. Pero ésa es una etapa mucho más difícil, creo que las mujeres están más capacitadas para practicar este otro tipo de cosas que los varones adultos.

Entonces, eso es un poco lo que yo intenté en El Alto, despejarme de lo que yo sabía. Por ejemplo, me impresionó mucho el urbanismo de El Alto, y hay un capítulo dedicado a eso. Porque la costumbre es el damero, el cuadrado de las ciudades occidentales. Entonces líneas rectas, esquinas, cuadrados, pero El Alto es otra cosa. Es una ciudad que tampoco es el laberinto del barrio antiguo árabe, es otra cosa porque son bloques urbanos superpuestos con otros bloques en función de barrios identificados. Entonces por el hecho de que no puedes caminar tres cuadras porque te metés en un callejón sin salida me parece muy interesante ese urbanismo. Y además es un urbanismo que quien viene de afuera no entiende… Entonces eso me impresionó mucho. Y en las villas miserias de Buenos Aires encuentras permanentemente esa realidad, y en todas las villas de todo el mundo, en las periferias urbanas.

Entonces la forma de estar en el territorio también es una forma de organizar el territorio según las relaciones sociales que yo tengo, y no según un damero que viene de los españoles que colonizaron América Latina. Y me parece que ahí hay una riqueza, porque yo creo que no sirve analizar un aspecto, o sea no sirve analizar solo. Entonces me parece que analizar la expresión pública del movimiento es una parte que es importante, pero me parece que hay que analizar todo, incluso las casas. ¿Qué pasa cuando una vivienda se compra en una inmobiliaria en el mercado, y cuando es autoconstruida? Bueno vamos a comparar: ¿Qué espacios tienen? ¿Cómo es la división de los espacios? ¿Qué relaciones sociales encarnan estos espacios autoconstruidos en las casas de El Alto, y en el barrio de El Alto?, que en la ciudad entera de El Alto es una realidad muy distinta a las otras, ¿no? Entonces me parece que lo que nosotros tenemos que aportar es una mirada múltiple, compleja, travesada, y no sólo en la expresión pública. Yo simpatizo más con la idea de sociedades en movimiento, o movimientos “societales” como dice Luis Tapia, y que también recoge Álvaro García Linera en su libro de los movimientos sociales en Bolivia. Porque realmente la categoría de movimientos sociales —aunque yo la uso, y hablo de esto— no es adecuada, y sabemos que el objetivo ahora es trabajar más a fondo este tema. Si no, no vamos a entender lo que está pasando.

M: Ya han pasado seis años desde la elección de Evo Morales, y seis años desde el arranque de la Otra Campaña Zapatista, dos procesos que empezaron en el mismo momento. Hoy en día, después de más de media década de muchas transformaciones tanto dentro de los Estados “progresistas” como en los “movimientos,” ¿qué define hoy al “continente en movimiento”?

R: Mira, yo creo que es un gran caos. Quiero decir: lo que estamos viviendo hoy en rigor en América Latina es una aceleración del tiempo político-social-económico-cultural. Yo creo que quien mejor lo ha descrito eso, en abstracto, es Pablo González Casanova en un textito que se llama “El capitalismo organizado” que está circulando por ahí desde hace unos años. Plantea justamente que hay una multiplicidad de acontecimientos simultáneos, que tienen que ver con las transiciones de la hegemonía que estamos viviendo de Occidente a Oriente, que en América Latina es muy clara, porque en América Latina hay occidente y hay oriente. Es el único continente donde están las dos cosas. Entonces, si hablamos de una transición a una hegemonía asiática, América Latina es el lugar donde media América Latina es Asia, y otra media es criolla. Pero bueno, es muy compleja esa realidad. Entonces estamos en una crisis del capitalismo, una crisis desde los Estados Unidos, la emergencia de nuevos poderes regionales como Brasil…

Estamos ante una crisis general del patriarcado, de las formas patriarcales de organización, tanto en la producción —o sea del fordismo, taylorismo— como en la escuela, en la fábrica, y en la sociedad. Además de la crisis ambiental, y todo eso. Bueno, vamos a una multiplicidad de crisis en la cual no sabemos qué viene, porque yo creo que lo que hay que plantear es que hay niveles de incertidumbre muy superiores a lo que nosotros mismo imaginábamos aunque los deseáramos. Entonces es un momento extremadamente difícil, y va a ser más difícil si como todos dicen el ciclo este A Kondratiev cede lugar a un momento B Kondratiev dentro de diez años, sumado a la crisis del petróleo, no lo quiero imaginar. Porque lo que está en crisis no es sólo una fuente de energía sino la civilización del petróleo sobre la que se asentó la hegemonía estadounidense.

Entonces, si uno mira los últimos seis años, como tú dices, ves una aceleración tan brutal en la cual yo lo que siento es que gobiernos que surgieron, no electoralmente, sino producto de una enorme transformación de sus sociedades, como el de Bolivia, el de Ecuador y el de Venezuela, estos tres gobiernos tienen niveles de deslegitimación muy grandes. El de Venezuela en la deslegitimación influye la derecha, pero también la izquierda social. Y en los otros dos, sin duda, los movimientos, la gente, la CONAIE y esta multiplicidad de movimientos que tenemos en Bolivia. Pero a eso, tendrías que sumar que los principios de orden que hay en nuestras sociedades están todos afectados.

Lo que hay que tomar, me parece a mí, como imagen del futuro, es el terremoto. Si vos tomás el terremoto de Concepción en Chile, durante las semanas siguiente al terremoto la sociedad, el Estado, la electricidad y el mercado colapsaron. No se podía comprar comida porque al no haber electricidad, el supermercado no vendía porque no podía cobrar. No se podían comprar medicamentos porque todas las farmacias en red e informatizadas no podían vender medicamentos al no haber electricidad. Y sin embargo permanecieron dos principios de orden en esa sociedad. Una es la comunidad mapuche básicamente, que puede sobrevivir porque tiene una relación amigable con el medio, porque es autónoma, y porque tiene reservas materiales y morales para poder seguir en situaciones de catástrofe. Y ese principio de orden diría es el principio esperanza. A su vez, hay otro principio de orden que es el ejército, que se mantuvo, que ocupó Concepción, y que es el principio de orden que es el Estado en su desnudez, en su nuda vida como diría Agamben. Entonces, lo que tenés es el campo de concentración y la comunidad. El campo de concentración es la relación del Estado armado con la sociedad establecida. Y por fuera de este campo de concentración: la comunidad. Si esto es así, como imaginario terrible, pero como un horizonte nada exagerado —bueno exagerado sí, pero nada impensable porque por el momento funciona— tenés el campo de concentración, y comparto totalmente con Agamben que el campo de concentración es desde los cuarenta y el nazismo el horizonte de nuestra civilización occidental, y por fuera de eso tenés la comunidad. Entonces cómo compatibilizas ambos elementos, ¿es posible? No lo sé… pero es la pregunta.

M: Es interesante que mencionas Chile, con esta imagen del terremoto y todo lo que se revela desde el contexto de Chile. Ahora estamos en el segundo día del paro general, con más de 400 detenidos ayer y otra vez brutal represión, y llevamos ya casi tres meses viendo esto en Chile. ¿Qué impresiones tienes de esta explosión política que va mucho más allá de la cuestión de la educación?

R: Sí… bueno, yo creo que quien mejor leyó esto de los políticos es Ominami, el hijo de Miguel Enrique que fue candidato. Él hizo la siguiente lectura: dice que el ciclo de la Concertación se agotó con Lagos. Con Bachelet tuvo una extensión pero no por Bachelet, cosas se agotan pero no caducan en el momento. Y con el fin del gobierno de Bachelet, independientemente de quien gobierna, sería lo mismo… Qué fue lo que pasó: el movimiento pingüino fue un adelanto de esto, y antes de los pingüinos el mochilazo fue otro momento. La extraordinaria repercusión que tuvieron los movimientos mapuches —bajo Bachelet ya— los mapuches logran romper el cerco étnico y una cantidad de profesionales, de trabajadores, de estudiantes se suman a la protesta mapuche. Entonces, a lo que voy es a que hay un ciclo de protesta que no sé hacia donde va, que nació en Chile en cierto momento —que no creo que sea ahora sino antes— y que creo que nació con los pingüinos, hace cinco años, pero no lo sé. Porque a los pingüinos les siguieron después otros momentos, y creo que hoy está en su apogeo y que decaerá, pero lo cierto es que ese ciclo ya ha deslegitimado el sistema político. Piñera terminará su mandato dentro de 2 o 3 años, no hay problema. Pero la sociedad chilena se ha puesto en un lugar totalmente nuevo, y no va a ser fácil que cambie este lugar.

M: ¿Qué implicaciones tiene para la crisis del neoliberalismo? Es decir, viendo Chile como un caso paradigmático…

R: Bueno, es el único país donde el modelo neoliberal, desde la asunción de la Concertación en los noventa, había logrado contener la protesta social, que en ningún de los otros países se había podido contener, ni siquiera en Colombia, ni siquiera en Perú. Y Chile era el último país donde la protesta social estaba contenida. Además la fuerza de este movimiento es que más del 80% de la población lo apoya, y que no va a retroceder —porque es evidente que no va a retroceder— y que ya triunfó. Independientemente de lo que va a pasar, ya triunfó. Solo le queda gestionar el repliegue a Piñera y al que venga después. Pero el movimiento ya triunfó.

M: Sí, es algo bastante increíble lo que estamos viendo en el contexto global, de ver Atenas, Londres, Madrid, Islandia…

R: Solo falta Estados Unidos…

M: ¡Claro!

Notas:

Los arroyos cuando bajan. Los desafíos del zapatismo. Nordan, Montevideo, 1995.

La revuelta juvenil de los 90. Las redes sociales en la gestación de una cultura alternativa. Nordan, Montevideo, 1997.

La genealogía de una revuelta. Argentina: una sociedad en movimiento. Letra Libre, La Plata, 2003.

Autonomías y emancipaciones. América Latina en movimiento . Bajo Tierra Ediciones, México, DF, 2008.

Territorios en resistencia. Cartografía política de las periferias urbanas latinoamericanas . Lavaca Editora, Buenos Aires, 2008.

Dispersing Power: Social Movements as Anti-State Forces . Trans. Ramor Ryan. AK Press, Oakland, 2010.

Magalí Rabasa es candidata al doctorado en Estudios Culturales en la Universidad de California-Davis. Es integrante del colectivo Jóvenes en Resistencia Alternativa (México, DF) y el colectivo Radio Zapatista (Chiapas/California). Actualmente está realizando un proyecto de investigación con pequeñas editoriales anticapitalistas sobre la producción y circulación de libros políticos en América Latina.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.


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Entrevista con David Harvey. Nuevo imperialismo y cambio social: Entre el despojo y la recuperación de los bienes comunes

Harvey, David. Geógrafo y Urbanista inglés, nacido en Kent en 1935. Ha desarrollado el grueso de su carrera en los Estados Unidos y pertenece a la cátedra de antropología del College University de Nueva York, tras haber enseñado geografía y urbanismo en Oxford y Baltimore durante más de treinta años. Estudioso en profundidad de la obra de Marx, en 1982 publica una obra destacada de teoría económica, Los límites del capital. En 1985 publica dos libros de ensayos sobre urbanismo, La conciencia y la experiencia urbana y La urbanización del capital, y en 1989 aparece La condición de la postmodernidad (publicado en español por Amorrortu), probablemente su obra más conocida, donde investiga la emergencia de la cultura y del arte postmodernos como un efecto de las transformaciones del capitalismo y de la aparición del postfordismo. Además de las obras ya mencionadas es autor de Espacios de esperanza, Akal, (2000) y El nuevo Imperialismo, Akal (2003). Ver en números anteriores de Herramienta, otros trabajos publicados


Entrevista realizada por Claudia Composto y Magalí Rabasa

Transcripción y Traducción por Isabel Harland De Benito
Llevamos a cabo la siguiente entrevista con el geógrafo marxista David Harvey durante su visita a Buenos Aires en octubre del 2011, con el propósito de discutir la crisis actual del capitalismo, las transformaciones geopolíticas en curso, y las posibilidades de cambio social a partir de las luchas contra el despojo.

En su libro “El nuevo imperialismo” analiza el poder imperial contemporáneo. ¿Cuáles son sus principales características? ¿Quiénes son sus protagonistas?

Lo que resulta interesante de temas como el imperialismo y el capitalismo, es que se trata de procesos en curso que cambian constantemente de configuración. Cambian, pero continúan siendo lo mismo. Y creo que cuando se observa algo como el imperialismo, al mismo tiempo se están observando una serie de relaciones estratégicas que cambian por la situación geopolítica, que a su vez es cambiante. Si como definición amplia del imperialismo se entiende la imposición de un poder externo sobre un territorio mediante prácticas explotadoras, habría entonces que preguntarse: ¿quién está imponiendo estas prácticas en este momento?, ¿sobre qué parte del mundo? ¿cómo se está llevando a cabo? Y lo que entonces resulta interesante, es que si ahora mismo vas a un lugar como Zambia, y te preguntas: ¿quién está explotando el Copperbelt?, verás que las principales empresas ahí presentes son Indias y Chinas. Así que esta noción de que sólo hay un poder imperialista en el mundo -Estados Unidos- está cambiando. Ahora mismo existe un proceso que en inglés hemos llamado ‘land-grab’, que consiste en una dominación de la tierra directamente a través de la compra de grandes áreas de territorio, o indirectamente a través de la contratación de personas, agro-empresas etcétera. En este sentido, la presencia imperialista aquí en América Latina también está cambiando. China está mucho más activa ahora, y claro que hasta cierto punto esto implica beneficios, ya que un país como Argentina o Brasil pueden hacer que Estados Unidos, y hasta cierta medida Europa, tengan que competir con China para acceder a los recursos. El imperialismo, pues, se convierte en una cuestión muy complicada.
Aquí es donde esta cuestión de la acumulación por despojo se vuelve tremendamente importante, dado que la acumulación capitalista en los últimos treinta o cuarenta años ha dependido cada vez más del despojo y cada vez menos de la expansión de la producción real. Claro que esto último ha sido particularmente importante en Asia, pero el resto del mundo ha estado cada vez más sujeto a este proceso de procurarse del acceso a recursos naturales, recursos energéticos, tierra, etcétera; a través de mecanismo como la propiedad absoluta o el arrendamiento de los recursos a fin de monopolizar su explotación, lo cual siempre significa que un poder externo probablemente esté actuando en alianza con fuerzas internas para ese efecto. Por lo tanto, en estos momentos, una de las cuestiones que más atención requiere es la manera en que el imperialismo actual está trabajando con élites locales aliadas a fuerzas externas, muchas de las cuales cuentan con la tecnología necesaria para la explotación de los recursos. Entonces está la cuestión delcómo, y ese cómo es bastante distinto al imperialismo de tipo ‘colonial’, pero sigue siendo una relación explotadora en la cual una población local es esencialmente privada del acceso a esos recursos que han sido capturados por el capital multinacional –u otras fuerzas externas de este tipo-, aliadas a élites internas. Esto crea todo tipo de problemas interesantes, particularmente si dicha tecnología en manos de fuerzas externas se requiere internamente para poder explotar determinado recurso en beneficio propio del país. Creo que se está viendo un conflicto de ese tipo ahora mismo en Bolivia, en que Evo Morales comienza con un proyecto revolucionario, pero encuentra cada vez más que tiene que transigir con el capital internacional. Necesita explotar los recursos, pero entonces la base popular que lo puso en el poder protesta, insistiendo en que no lo eligieron para eso. Así que cada día hay un conflicto mayor entre el gobierno de Morales y la base que lo puso al mando del país. Es una situación muy difícil e inherentemente contradictoria, porque tiene gente que le está diciendo: “queremos desarrollo, queremos que Bolivia crezca, queremos que tenga un estilo de vida satisfactorio, pero no queremos que se logre mediante un acuerdo con el capital externo”. Y eso no puede hacerse simplemente. A su vez, la dificultad de transigir con el capital externo, es que se trata de un amo implacable que se llevará hasta la última tajada. Aquí es donde reside el conflicto en estos momentos.
¿Qué tensiones existen entre las luchas populares que se enfrentan a la acumulación por despojo y aquellas que se posicionan más bien en el contexto de la reproducción ampliada? ¿Existe la posibilidad de coordinación entre ellas?

Esto es en parte un problema conceptual, y en parte un problema práctico. El problema conceptual es que la clase trabajadora, dentro de la tradición Marxista y la izquierda en general, es definida en términos de vanguardia, lugar que suelen ocupar los obreros que trabajan en la fábrica. En la historia del capitalismo hay toda una mitología alrededor del papel del proletariado de las fábricas, ignorándose así otras formas de lucha. Algo que durante toda mi trayectoria académica me ha parecido importante advertir, es que las luchas políticas están siempre situadas dentro y alrededor de organizaciones. Si se observan las luchas políticas que se consideran basadas en la fábrica, se verá que aquellas que realmente tuvieron éxito fueron las que obtuvieron gran apoyo de la comunidad y que, de hecho, lograron unirla. En algunos casos esto produce movimientos revolucionarios como la Comuna de París, o el movimiento revolucionario de Córdoba, Argentina en 1969; y también lo hemos visto manifestarse recientemente, por ejemplo, en lugares como el Cairo, en donde se ve como gente trabajadora, de clase media, vecinos, jóvenes descontentos, se han juntado todos en un sólo espacio. El hecho de que exista todo esto en el Cairo ha jugado un papel muy importante en la forma en que el movimiento se ha desenvuelto. Siempre he discutido que, en realidad, al enfocarnos en los obreros de las fábricas estamos conceptualizando la lucha revolucionaria de forma equivocada, y que más bien deberíamos pensar en una coalición más amplia de fuerzas. Al respeto, acabo de escribir un libro en el cual argumento que poniendo el acento en lo urbano como centro de la lucha, se ve con mucha más claridad la relación que existe entre la acumulación por despojo y la explotación de la producción y del trabajo vivo. En ese marco, la burguesía puede hacer lo siguiente: supongamos que pagan al trabajador un buen salario en el punto de producción y, entonces, parece que la explotación del trabajo en la producción disminuye; pero luego cobran alquileres carísimos y tasas altísimas en las tarjetas de crédito. De modo que lo que ocurre es que a la gente se le da algo en el punto de producción, pero luego se le extrae en el espacio vital. Creo que cada vez más –especialmente en los años 50 y 60 en el mundo capitalista avanzado– se otorgan concesiones crecientes en los salarios, al mismo tiempo que se extrae cada vez más del espacio vital (alquileres altos, costo de vida alto, etcétera). Hay un momento muy interesante en ‘El Manifiesto Comunista’ en donde Marx y Engels explican como el obrero sufre la explotación y luego entra al espacio vital y tiene que enfrentar el propietario, al usurero, al tendero, etc. Entendiendo el capital no sólo en términos productivos, sino también mercantiles, financieros, inmobiliarios, etc., se torna evidente cómo los beneficios creados en el ámbito de la producción están siendo recapturados por estos procesos de despojo en el espacio vital. Hay que prestar atención a la unidad en todo ese proceso. Teóricamente, esto es lo que hace Marx, y esto se ve claramente en Volumen II de El Capital: el punto donde se produce la plusvalía no es necesariamente el punto donde se realiza, y la economía del despojo siempre ha trabajado codo a codo con la economía de la explotación. Lo que ocurrió es que la fuerza de la clase trabajadora se intensifico en tal medida, que fue necesario realizar concesiones en el punto de producción, pero que luego se reabsorbían junto con todo lo demás en los restantes circuitos del capital. Creo que ambas formas de explotación están fuertemente enlazadas en la historia del capital, y no hemos apreciado la relación que existe entre las dos, ni tampoco lo que significa para la lucha política. Una lucha por vivienda digna o una huelga de inquilinos, por ejemplo, es tan importante o significativa como una lucha de la clase obrera, es decir, una lucha por salarios dignos. Están muy relacionadas las unas a las otras.
¿Cómo están conectadas las luchas en defensa del territorio y contra la explotación de los recursos naturales con las luchas que acaba de mencionar?

La explotación de los recursos naturales tiene dos dimensiones: la primera consiste en simplemente tomar el recurso sin remunerar a los que lo tienen, y la otra consiste en que una vez que se tiene el control sobre un recurso natural, se especula con él para extraer una renta. Lo que se observa es un gran incremento en los precios del petróleo, por ejemplo, y todos piensan que es porque se nos acaban las reservas de combustible, pero lo que ocurre en realidad es que los especuladores están guardando el petróleo y manipulando los precios. Por lo tanto, el obtener control sobre un recurso y monopolizarlo se convierte en una forma de extraer altas rentas. Ahora, ¿esto qué significa? Si las empresas petroleras extraen enormes ganancias de su monopolio, ¿quién lo paga? Lo paga el mundo entero. Es decir, al hacernos pagar mucho más por el petróleo que lo que les costó sacarlo del subsuelo, las petroleras obtienen grandes riquezas de nosotros, y esto lo pueden hacer porque tienen el monopolio. Entonces, primero hay una lucha sobre la cuestión de la extracción y las condiciones de dicha extracción. Y, claro, un país pequeño con poco poder frente a una mega empresa petrolera apoyada por el poder del aparato militar estadounidense no está en buena posición para exigir que se le devuelva el dinero que le costó obtenerlo. Si un país intenta esto, inmediatamente va ha haber todo tipo de conflictos. Pero también hay una segunda lucha que es prevenir la monopolización del recurso y la extracción de rentas del monopolio sobre este recurso, lo cual se convierte en una forma de extraer riqueza de todos los que usen ese recurso. Por lo tanto, hay dos tipos de lucha, y son bastante distintas.
Teniendo en cuenta los grandes obstáculos que existen para la construcción de alternativas anti-sistémicas desde las ciudades y los espacios urbanos, ¿podrías explicar esta idea que propones de ‘el derecho a la ciudad’? ¿Cuáles son los elementos de esta idea que podríamos imaginar contribuyendo a la construcción de una sociedad post-capitalista?

La idea de ‘el derecho a la ciudad’ fue formulada potentemente por Lefebvre en 1967-68. Por lo tanto, como todas las ideas, va y viene. Sin embargo, a Lefebvre se le ocurrió la idea en respuesta a lo que ocurría entonces en las calles. Por ejemplo, París era una ciudad dominada por el capital financiero y los promotores inmobiliarios, y la gente estaba perdiendo los entornos urbanos que tanto valoraban. Ahora, desde hace más o menos 10 años, hemos visto un resurgimiento de la idea de ‘el derecho a la ciudad’, en la cual he estado involucrado intelectualmente. Pero lo más importante es su relación con lo que está pasando en las calles. Yo creo que hay una noción en los Estados Unidos de que muchas ciudades son dominadas ahora por inmobiliarias, por intereses de construcción y por financistas a quienes sólo les interesa maximizar el arrendamiento del suelo. No les importa cuanto tenga yo que pagar por mi casa y temas de este tipo, y hay una noción también de que se está produciendo una ciudad que no está disponible para la mayor parte de la población. Cada vez más, la ciudad es un barrio privado sólo para los más ricos. Así que la noción de que “esta ya no es nuestra ciudad y la queremos de vuelta” sale de la calle, y a veces comienza como un movimiento en particular, por ejemplo, el movimiento en apoyo a los ‘sin-techo’, por una vivienda digna, o en contra del aburguesamiento. El incremento de la presencia policial, la vigilancia de las calles y de los distritos empresariales, comenzó a diluir la democracia y a convertir la ciudad en lo que quería la comunidad de los negocios. Esto mismo lo vemos en muchas partes del mundo, por ejemplo en Brasil, donde la extraña confluencia entre movimientos muy activos –particularmente alrededor del tema del derecho a una vivienda digna y a la democratización– ha impulsado la introducción de cláusulas en la Constitución que hablan de ‘el derecho a la ciudad’, y de que la gente tiene el derecho a ser consultada sobre lo que ocurre en la ciudad. Así que la idea de ‘el derecho a la ciudad’ es algo que emerge de una situación social. Yo creo que la noción de querer retomar la ciudad de los promotores inmobiliarios ha crecido. Por un lado, estamos creando un mundo lleno de ‘favelas’ y, por otro, estamos creando un mundo lleno de condominios elegantes, exclusivos y vacíos. Entonces, surge la sensación de que algo va muy mal con la urbanización hoy en día. De ahí la idea de ‘el derecho a la ciudad’. No obstante, se trata de lo que yo llamo un ‘significante vacío’, ya que puede significar cualquier cosa para cualquiera. Los promotores inmobiliarios, por ejemplo, dicen que tienen derecho a la ciudad, y de cierto modo sí lo tienen. Por lo tanto hay un significante vacío, lo cual es muy importante porque se convierte entonces en la pregunta: ¿a quién le toca llenarlo de significado? Hay un conflicto sobre la cuestión de lo que significa ‘el derecho a la ciudad’, y del derecho de quién estamos hablando. Marx dijo que esto era el tipo de situación dónde se tiene igualdad de derechos, pero que entre igualdad de derechos decide la fuerza. Así que ‘el derecho a la ciudad’ es primero una lucha para decidir quién llena esa noción de significado y, en segundo lugar, una lucha para decidir cómo se moviliza esa fuerza para decir que “es nuestra ciudad, no la suya”, y luego introducir la dimensión de un proyecto de clase. No es un derecho que se regala abstractamente, es algo por lo que hay que luchar como parte de un proyecto de clase; es un derecho colectivo. Uno de los elementos que encuentro muy interesante, es la forma en la que diferentes grupos que trabajan sobre problemáticas específicas en la ciudad, comienzan a pensar en lo que están haciendo en relación a este tipo de preguntas más bien colectivas, como: ¿de quién es esta ciudad? ¿Cómo va a funcionar? Etcétera. De esto puede surgir la idea de reconstruir una ciudad política, socialista. La urbanización capitalista ha destruido la ciudad en tanto entidad social y política, y como parte del proyecto político tenemos que reconstruirla sobre las ruinas de la urbanización capitalista.
¿Qué conexiones ve entre esta reconfiguración de la urbanización y la crisis socio-ambiental a escala global?

Una de las formas en las que el capitalismo ha salido de la crisis en el pasado es construyendo casas y llenándolas de cosas. De esto sale un tipo de urbanización que se desparrama en todas direcciones y que consume vastas cantidades de tierra. Por lo tanto, si tomas sólo estas dos dimensiones –el uso de tierra y el consumo de energía– se puede notar que la urbanización es una de las mayores causas de la degradación ambiental y, por lo tanto, si se quiere enfrentar el calentamiento global o la degradación ambiental, se tiene que hacer algo frente a la urbanización. Esto requiere otro tipo de urbanización que tiene que ser anti-capitalista, porque a los capitalistas les encanta irse por ahí, encontrar un espacio vacío, construir todo tipo de cosas ridículas como campos de golf, barrios cercados, y terrenos extendidos donde la gente tiene que conducir el coche a todos lados para poder obtener cosas, hacer las compras, etcétera. Así que yo creo que es muy fuerte la conexión entre la construcción de ciudades para salir de las crisis, y la creación de una crisis medio ambiental como resultado directo.
Lo que Ud. conceptualiza como un traslado de las riquezas desde el oeste hacia al este, y del norte hacia el sur del globo, ¿transforma la configuración geopolítica imperante hasta el momento? ¿De qué manera? ¿Cuáles son sus consecuencias en el mediano plazo?

Una de las paradojas de la neoliberalización durante los últimos veinte o treinta años ha sido la apertura del mundo a tal escala, que un país como China podía insertarse en la economía global de maneras que no habían sido posibles antes, y una de las situaciones que ocurrió en los Estados Unidos, por ejemplo, fue que de hecho el capital financiero promovió la desindustrialización de los Estados Unidos. Todos se quejan y dicen que fue culpa de China, pero no es así –fue culpa de los financieros, porque los financieros llevaron el capital monetario a China, ya que ahí conseguían mayores tasas de rendimiento-. El dinero es lo que llamo la ‘forma mariposa’ del capital: puede aletear por cualquier lado y despegar y aterrizar donde quiera, lo cual es muy distinto a la forma en que se mueven las mercancías, y muy distinto también al capital en su forma productiva, que es difícil de mover. Así que al liberar la forma financiera del capital, la ‘forma mariposa’, durante los últimos treinta o cuarenta años, se promovió una transformación de la economía global a los fines de instalar cantidades masivas de capacidad productiva en Asia oriental particularmente –en China, por ejemplo–, dando como resultado la inserción de China en la economía global de una forma que no hubiera sido posible bajo las estructuras de poder imperialista convencionales. Lo que tenemos ahora es una situación donde la estructura clara de un mundo dividido en los polos comunista/capitalista, que existía antes de 1989 (un mundo capitalista con hegemonía Estadounidense), ha sido esencialmente desmantelada y de hecho estaba ya disolviéndose antes del final de la guerra fría. Los Estados Unidos, por lo tanto, ya no están en posición de ejercer poder dominante, y surge entonces la pregunta: ¿dónde reside ahora el poder dominante? Pues en realidad, no reside en ningún lugar, particularmente hoy en día. Lo que vemos es regionalismo: hay un bloque de poder en Asia oriental; obviamente América Latina ya se considera a sí misma como un bloque regional de poder y está más preocupada por organizarse de tal forma; y por supuesto que Europa se ha vuelto, hasta cierto punto, más integrada. El mundo se ha regionalizado, y estos bloques de poder regionales están adquiriendo poderes políticos muy distintos. América Latina, por ejemplo, es mucho más expansionista al seguir los modelos de China y Canadá. Ahora el mundo se está dividiendo entre los ‘países austeros’ y los ‘países expansionistas’, y por supuesto que los que van ganando son los expansionistas ya que están creciendo, mientras que los austeros están bloqueados y con bajo crecimiento. No obstante, los países expansionistas tienen un problema: cómo mantener el ritmo de la expansión. Hay serias dudas al respecto, y claro que una de las amenazas es la inflación -en China hay una tremenda inflación, también aquí en Argentina, y en gran parte de América Latina-. Así que la mitad del mundo es expansión e inflación, y la otra mitad es austeridad y reducción de la inflación; una extrañísima imagen global. Ninguna mitad funciona muy bien, aunque parece que los expansionistas van ganando. Sin embargo, hay problemas con la visión expansionista, así que este es el momento en que deberíamos comenzar a pensar en formas económicas alternativas pero, claro, no se puede hablar de eso, está casi del todo descartado. Los poderes fácticos no pueden ver que esté fallando el modelo de desarrollo; tienen las anteojeras bien puestas.
Claudia Composto es Licenciada en Sociología de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA), y está cursando la Maestría en Ciencia Política del Instituto de Altos Estudios de la Universidad Nacional de San Martín (IDAES-UNSAM). Actualmente trabaja sobre los conflictos socio-ambientales en contextos de disputa territorial, con eje en las estrategias de producción de consenso y legitimidad social desplegadas por transnacionales mineras y Estados locales en torno de la minería a gran escala en Argentina. Contacto: claudiacomposto@yahoo.com.ar
Magalí Rabasa realiza su doctorado en Estudios Culturales en la Universidad de Californa, Davis. Actualmente está llevando a cabo trabajo de campo en Argentina para su tesis, que analiza el papel del libro impreso en la formación de redes de movimientos sociales anticapitalistas en América Latina. Es integrante de los colectivos Radio Zapatista y Jóvenes en Resistencia Alternativa. Contacto: mrabasa@ucdavis.edu
Isabel Harland De Benito actualmente vive entre Glasgow (Escocia), y Madrid, y es activista, educadora popular y traductora. Durante cinco años vivió y trabajó en distintas partes de México, y ha realizado traducciones (inglés – español – inglés) para la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, y Bajo Tierra Ediciones, entre otros. Contacto: icharlanddebenito@gmail.com
NdelT: ‘Copperbelt’ se traduce literalmente cómo ‘Cinturón de Cobre’ o franja del cobre, y es una provincia en Zambia donde existen abundantes reservas de este metal.
NdelT: ‘land-grab’ sugiere la idea de arrebatar tierra antes de que alguien más lo haga.
NdeT: en este contexto, Harvey utiliza el término “expansionista” [expansionist] como sinónimo de “desarrollismo”.

Tomado de:  http://www.herramienta.com.ar/content/entrevista-con-david-harvey-nuevo-imperialismo-y-cambio-social-entre-el-despojo-y-la-recuper

radio
Frayba

Boletín Frayba: Desaparición, secuestro, tortura, violación sexual y desplazamiento interno a ejidatarios y vecinos de Busiljá

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas a 26 de diciembre de 2011
Boletín de prensa No. 25

Tortura, práctica recurrente contra pueblos indígenas en Chiapas

Desaparición, secuestro, tortura, violación sexual y desplazamiento interno a ejidatarios y vecinos de Busiljá, adherentes a La Otra Campaña.

Funcionarios del gobierno del estado de Chiapas, junto a integrantes príistas responsables de  violaciones a los derechos humanos.

Este Centro de Derechos Humanos ha documentado las violaciones graves a los derechos humanos  como la desaparición, secuestro, tortura, detención ilegal, violación sexual y desplazamiento interno cometidas por funcionarios estatales e integrantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en contra de varias familias tseltales originarias del ejido Busiljá, municipio de Ocosingo, e integrantes del Frente de Ejidos en Resistencia Genaro Vázquez Rojas, adherentes a La Otra Campaña.

De acuerdo a la información recibida por el Centro, Elías Sánchez Gómez (en adelante Elías) fue detenido el pasado 7 de diciembre de 2011, aproximadamente a las 9:00 hrs., cuando se encontraba con su esposa María Esther Hernández Gómez y su hijo trabajando en su terreno. En la detención participaron dos policías estatales y 15 integrantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) del ejido Busiljá, quienes lo golpearon de manera reiterativa en la parte abdominal del cuerpo; al mismo tiempo tres personas se llevaron a su esposa, entre ellas Herlindo López Pérez del ejido Cintalapa, Ocosingo. En su testimonio, Elías refiere que en el momento de la detención escuchó su esposa que gritaba por las agresiones de los perpetradores quienes la amenazaban con violarla sexualmente.

Posteriormente Elías manifiesta que lo llevaron a una montaña en donde lo seguían golpeando, luego lo llevaron a la carretera que va a Palenque, en donde se encontraba más gente de Busiljá, lo siguieron golpeando, lo subieron a una camioneta de la policía del estado de Chiapas y refiere que: ?Cuando llegué a la carretera había más gente, ahí me dijeron todos van a ir a la cárcel, les decía porque me hacen esto, si sólo estoy trabajando; ésta no es tu tierra, no te quiere la comunidad y me taparon la boca. Luego me subieron a la camioneta y tres personas de nombre: Herlindo del ejido Cintalapa, Juan Morales, agente auxiliar de Busiljá y Domingo comisariado ejidal de Busiljá se sentaron en mi espalda?.

Acto seguido a Elías lo llevaron a dos lugares distintos en Palenque; un de los lugares que pudo identificar fue el Ministerio Público, donde le quisieron tomar su declaración, al negarse, fue golpeado con puños y patadas: ?En el ministerio publico de Palenque hay un cuartito, ahí me llevaron y me golpearon en las costillas y querían que dijera dónde estaba mi papá, esto mientras el Ministerio Público hacía los documentos, los que me golpearon estaban vestidos de civil y estaban los tres de Busiljá que se vinieron en la camioneta encima de mí, fueron los policías los que me golpearon, empezaron a dar patadas, preguntando ?¿dónde está tu papá??, me sacaron y no di declaración?.

Ante la negativa de Elías de dar su declaración desde el 7 de diciembre de 2011 fue trasladado al Centro de Estatal para la Reinserción Social de Sentenciados No. 17 Playas de Catazajá, (CERSS No. 17) donde se encuentra actualmente recluido en condiciones de hostigamiento y sometimiento a tratos crueles e inhumanos por parte de ?los precisos? que mantienen un estado de ?control? al interior de los penales en complicidad con las autoridades penitenciarias.

Este Centro ha documentado que la esposa de Elías durante el evento del 7 de diciembre de 2011,  fue llevada por Herlindo López Pérez, Domingo López Hernández y otra persona en un lugar apartado y ahí la violaron sexualmente.  Ella refiere que seis meses antes fue víctima de hostigamiento por parte de los integrantes del PRI de Busiljá, quienes le decían de ?cosas? y le cerraban el camino.

En este mismo evento, el 7 de diciembre de 2011, una familiar de Elías, fue violada sexualmente y agredida cuando pretendía auxiliar a la esposa de Elias, por tres sujetos a quienes identificó plenamente como Benjamín Gómez Sánchez, Manuel Sánchez y Juan Sánchez Morales quienes  durante la agresión Manuel le decía, ?no llores porque te lo mereces, eres mujer?, y Benjamín ?háganlo tan fuerte que así lo merece, porque no deja la parcela?.

El mismo 7 de diciembre de 2011, integrantes del PRI acompañados por cinco elementos de la policía estatal allanaron las casas de Elías Sánchez Gómez (padre), Elías Sánchez Gómez (hijo), José Sánchez Gómez, Fausto Sánchez Gómez y Felipe Sánchez Gómez.

Anteriormente, en otro evento relacionado, el pasado el 17 de julio de 2011, a las 1:00 hrs., en el ejido Busiljá, Ocosingo los Sres. Domingo Gutiérrez Hernández, Herlindo López Pérez, Benjamín Gómez Sánchez, Manuel Pérez Vázquez, Lorenzo Pérez Gutiérrez y Juan Sánchez Morales, quienes iban acompañados por 15 elementos de la Policía Estatal Preventiva irrumpieron en el domicilio de la señora Elena Morales Gutiérrez llevándose a su hija Gabriela Sánchez Morales, de ocho años de edad, por lo cual presentaron una denuncia ante el Ministerio Público de Ocosingo, éste hasta el momento, no ha hecho nada para ubicar el paradero y devolver a la niña a su familia.

El 7 de diciembre Elena Morales Gutiérrez vio a su hija en el domicilio de Benjamín Gómez Sánchez, donde la tienen con vigilancia y con el apoyo de la policía a las orillas del ejido de Busiljá, a veinte minutos de su casa. Avisado al Ministerio Público de Ocosingo, éste hizo caso omiso ?invitando? a los familiares para que ellos como familiares fueran a rescatar de manera personal su hija ?mejor vayan con mi jefe porque nosotros no sabemos nada, y si ustedes saben en donde está la niña vayan a quitárselos porque nosotros no tenemos autorización?.

En otro evento Pablo Sánchez Gutiérrez, joven de 15 años de edad, desapareció el 4 de octubre de 2011, en el barrio Las Lomitas, Ocosingo, cuando iba a comprar tortillas. Pablo es también familiar de Elías y su desaparición, según testimonios, se da en el marco de hostigamiento y amenazas a sus familiares.

En los eventos citados, las víctimas han identificado plenamente la participación de por lo menos nueve personas originarias del ejido Busiljá y a tres del ejido Cintalapa: Herlindo López Pérez, Manuel Pérez Vázquez, Domingo Gutiérrez Hernández, Benjamín Gómez Sánchez, Floriberto Gómez Moreno, Manuel Sánchez Morales, Mario Sánchez Gómez, Miguel Gómez Pérez, Alonso Gómez Pérez, además de por lo menos cinco elementos de la policía estatal y un Ministerio Público.
Por tal razón exigimos al Estado mexicano, en específico al gobierno estatal y a la Procuraduría de Justicia del Estado de Chiapas:

Investigar de forma urgente los hechos denunciados por los integrantes de La Otra Campaña del ejido Busiljá del municipio de Ocosingo y de manera inmediata garantice la integridad personal de la niña Gabriela Sánchez Morales hija de Elena Morales Gutiérrez.

Investigar y sancionar la participación de los integrantes del PRI, en complicidad con la Policía Estatal de Chiapas, del Ejido de Busiljá en los eventos denunciados.

Castigo a los responsables de las amenazas, hostigamiento, detención ilegal, tortura, violación sexual y desplazamiento forzado  efectuados en contra de las familias integrantes del Frente de Ejidos en Resistencia Génaro Vázquez Rojas, adherentes a La Otra Campaña.

Implementar de manera urgente las medidas que garanticen y protejan la vida e integridad personal de las siete familias que se encuentran desplazadas del ejido Busiljá.

Propiciar las condiciones necesarias y adecuadas para el retorno de las familias que se encuentran actualmente desplazadas, en plantón permanente, en el zócalo de la ciudad de San Cristóbal de Las Casas.

La liberación de Elías Sánchez Gómez (hijo) que se encuentra injustamente detenido en el CERRS No. 17 de Playas de Catazajá, en tanto que se garantice y proteja la integridad y seguridad personal, se brinde trato digno y humano a Elías Sánchez Gómez, recluidoen dicho penal.

De acuerdo a lo aquí denunciado, este Centro de Derechos Humanos considera que la situación urgente en el Ejido Busiljá implica una violación múltiple y continuada de derechos humanos esenciales de carácter inderogables y protegidos por los instrumentos internacionales como son el derecho: a la vida, a la integridad y seguridad personal, a la libertad personal, protección judicial y debido proceso;  así como, a la observancia de Los Principios Rectores del Desplazamiento Interno, que definen los derechos y garantías ante el desplazamiento forzado, por lo que se está violentando el respeto y asistencia para la vigencia de los derechos a la libertad de  transito y de residencia; conocimiento de destino y paradero de familiares; intimidad, privacidad y vida familiar; goce y ejercicio de personalidad jurídica; propiedad e integridad de los bienes entre otros.

Antecedentes
Este Centro de Derechos Humanos ha documentado la situación en la región donde se encontraba la familia de Elías Sánchez Gómez, hoy privado arbitrariamente de la libertad en el CERRS No. 17. Los familiares de Elías han sido objeto de desplazamientos forzados desde 1997, 2001 y 2006 por un grupo de integrantes del PRI vinculados a la organización Organización Para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos (OPDDIC), que han actuado bajo el cobijo de la policía estatal de Chiapas y demás funcionarios estatales que tienen interés en el territorio de los pueblos indígenas, situaciones que este Centro de Derechos Humanos ha denunciado sin que se hayan resarcido sus derechos.

radio
Correo Ilustrado de La Jornada

Protestan por agresión policiaca a fotógrafo en San Cristóbal

El Correo Ilustrado
La Jornada, 26 de diciembre de 2011

Protestan por agresión a fotógrafo de La Jornada

El pasado 23 de diciembre, cerca de las 20 horas, en una de las calles más céntricas y concurridas de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el fotógrafo de La Jornada Moysés Zúñiga Santiago fue agredido por policías municipales mientras realizaba su trabajo. Los hechos ocurrieron en la primera cuadra del Andador Turístico Guadalupano, cuando un grupo de agentes rodeaba a una muchacha con su novio, con la intención de detenerlos. Nuestro compañero se aproximó a la pareja para preguntar si necesitaban algo, se identificó como periodista con los policías e informó que tomaría algunas imágenes.

Ante el temor de que los detenidos sufrieran maltrato e incluso agresiones sexuales en el camino a la comandancia, como ocurre con frecuencia en estas tierras, el fotógrafo pretendía dar fe del estado físico de los detenidos antes del traslado. Uno de los policías lo golpeó con fuerza en el ojo y la cámara, y luego le causó daño en el hombro derecho y el cuello. Al arribo de una patrulla municipal, los detenidos fueron liberados.

Queremos externar nuestra protesta, señalando la responsabilidad de la alcaldesa Cecilia Flores en la actuación de sus subordinados. Exigimos la reparación de los daños físicos y materiales a Moysés Zúñiga y el respeto a nuestras tareas periodísticas.

Elio Henríquez Tobar y Hermann Bellinghausen,

reporteros

radio

IIº Seminario Internacional de reflexión y análisis: “…planeta tierra: movimientos antisistémicos…”

PROGRAMA

Registro a partir del 29 de diciembre (10 am)

30 de diciembre 2011

* Sesión Matutina (11 am)

Presentación del libro: LA POTENCIA DE LOS POBRES

de Jean Robert y Majid Rahnema.

– Ana Valadez

– Xuno López

– Carlos Manzo

– Rafael Landereche

Moderadora Stella Maris

* Sesión Vespertina (6 pm)
Panelistas:
– Mercedes Olivera
– Xóchitl Leyva
– Jérôme Baschet
Moderador: Ronald Nigh

31 de diciembre 2011

* Sesión Matutina (11 am)

Panelistas:

– Paulo Olivares (U. central-Chile)

– Danay Quintana/Boris Nerey (CMMLK-Cuba)

– Julieta Paredes (Bolivia)

– Movimiento por Justicia del Barrio (Nueva York)

Moderadora: Nelly Cubillos

* Sesión Vespertina (6 pm)
Panelistas:
– Occupy Wall Street
– Mahvish Ahmad (Pakistán)
– Luis Andrango (Ecuador)
Moderador: Víctor H. López

1 de enero 2012

* Sesión Matutina (11 am)

Panelistas:

– Paulina Fernández

– Gustavo Esteva

– Javier Sicilia

Moderadora: Concepción Suárez

* Sesión Vespertina (6 pm)
Panelistas:
– Pablo González Casanova
– Boaventura de Souza
– Salvador Campanur (Cherán)
Moderadora: Rosa Luz Pérez

2 de enero 2012

* Sesión Matutina (11 am)

Panelistas:

– Sylvia Marcos

– Nelson Maldonado

– Anselm Jappe

Moderadora: Marina Pagés

* Sesión Vespertina (6 pm)
Panelistas:
– Fernanda Navarro
– Luis Villoro
– Carlos Marentes (Texas)
– Jean Robert
Moderador: Lázaro Sánchez