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Nueva Esperanza, comunidad desalojada por el ejército retornó a Guatemala pero continúa en condiciones críticas
* Misión Civil exige al gobierno de Guatemala garantizar condiciones de vida digna
Las y los pobladores de Nueva Esperanza retornaron a su tierra, Guatemala, el 28 de febrero pasado, después de resistir año y medio en condiciones críticas, desplazados hacia la línea fronteriza con México al ser desalojados con violencia por el ejército de su país en agosto de 2011.
El retorno a su tierra y reubicación en una finca renombrada “El triunfo de la nueva Esperanza”, ubicada en el Petén, cerca de la capital de ese departamento, ocurrió después de llegar a un acuerdo con el gobierno de Guatemala. En ese nuevo lugar, las y los pobladores continúan en condiciones críticas, sin vivienda y sin agua.
Una Misión Civil decidió acompañar el retorno acordado entre los pobladores y el gobierno y exigió a los gobiernos de México y Guatemala seguridad para las y los desplazados durante el trayecto y condiciones para establecerse con dignidad.
Esta Misión, conformada por 10 organizaciones de derechos humanos de México, documentó las condiciones en las que vivieron y resistieron desde agosto de 2011, ante la desatención de los gobiernos de Guatemala y México, países que incumplieron sus obligaciones en materia humanitaria ante desplazamientos. La Misión publicó dos informes en el año y medio que duró el desplazamiento en la línea fronteriza, escribió cartas a ambos gobiernos, participó en reuniones con autoridades de México y promovió el envío de comunicaciones a ambos gobiernos.
La desatención de los gobiernos de México y de Guatemala generó condiciones críticas que pusieron en riesgo la vida, particularmente de la infancia desplazada, y ocasionaron la muerte de una niña.
Guatemala, responsable del desalojo, incumplió con las normas mínimas en estos casos para garantizar la atención inmediata de la población desplazada. México incumplió obligaciones de asistencia humanitaria.
Al llegar al lugar del Petén acordado para establecerse, a la Misión Civil le preocupó observar las condiciones en las que las y los desplazados pasarían esa noche y las siguientes. Sin techo, sin suelo, sin lugar dónde dormir, sin trazo, lo que incumple las obligaciones de los gobiernos en casos de reasentamiento y de reinstalación, más aún considerando que la mayoría de las y los desplazados son niñas y niños y, muchos de ellos, todavía de brazos.
Al respecto, el numeral 55 de los Principios Básicos sobre desalojos y desplazamientos, de Naciones Unidas establece que:
“Los lugares determinados de reinstalación deben responder a los criterios de una vivienda adecuada de acuerdo con el derecho internacional relativo a los derechos humanos. Entre éstos figuran: a) seguridad de la tenencia; b) servicios, materiales, instalaciones e infraestructuras tales como agua potable, energía para cocinar, calefacción y luz, saneamiento, lavaderos de ropa, formas de almacenar alimentos, vertederos de basura, drenajes del lugar y servicios de emergencia, y en los casos apropiados, acceso a recursos naturales y comunes; c) vivienda asequible; d) vivienda habitable que ofrezca a los habitantes espacio suficiente, protección del frío, la humedad, el calor, la lluvia, el viento y otras amenazas a la salud, peligros estructurales y portadores de enfermedades, y que garantice la seguridad física de sus ocupantes; e) accesibilidad para los grupos en situación de desventaja; f) acceso a las oportunidades de empleo, servicios de atención de la salud, escuelas, centros de cuidado del niño y otras instalaciones sociales, tanto en las zonas urbanas como rurales; y g) una vivienda culturalmente apropiada.
Esta Misión Civil celebra el triunfo del pueblo desplazado que decidió permanecer junto, como pueblo, aun en condiciones críticas.
Pero, a la vez, la Misión Civil deplora la actuación de los gobiernos de México y de Guatemala en este caso. El gobierno de México incumplió obligaciones de asistencia humanitaria y, en un momento dado, incluso deportó a varios de las y los desplazados con la engañosa figura de repatriación voluntaria y mientras estaba en curso una mesa de negociación. Esta indebida actuación de funcionarios mexicanos, incluyendo al anterior delegado de Migración, continúa impune.
El reasentamiento se realizó con acuerdo de las partes, sin embargo, la Misión expresa su extrañamiento al gobierno de Guatemala por haber impedido la opción del retorno, a pesar de que las Directrices ya citadas establecen que se debe otorgar prioridad al derecho al retorno y a que la legislación establece que se puede capacitar a poblaciones para ser cuidadoras de reservas naturales. Asimismo expresamos nuestra extrañeza porque en los acuerdos no se menciona expresamente una indemnización a la población desalojada.
De manera urgente, la Misión Civil de Observación llama al gobierno de Guatemala a garantizar a las y los pobladores de “El triunfo de laEsperanza”, también conocida como Finca Ebenezer, condiciones que les permitan establecerse con dignidad y salvaguardando el derecho a la salud, a la vivienda y a la vida de manera inmediata. Agua, alimentación y vivienda son condiciones de emergencia que deben ser atendidas de inmediato y sobre las cuales, particularmente, hacemos el llamamiento urgente al gobierno de Guatemala.
La Misión Civil de Observación también anota que en ningún momento del trayecto se obstaculizó nuestro trabajo de acompañamiento al retorno ni nuestra labor de observación. Esta Misión se mantendrá atenta al establecimiento del pueblo de Nueva Esperanza en su nuevatierra, El triunfo de la Nueva Esperanza.
La Misión Civil está integrada por 10 organizaciones de derechos humanos de México, entre otras “La72 Hogar Refugio para personas Migrantes”, de Tenosique, Tabasco, quien se ha mantenido atenta al caso y asistiendo humanitariamente, en la medida de sus posibilidades, a las familias guatemaltecas.
También participan en la Misión Civil Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz) Chiapas, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, el Equipo Indignación y la Red de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todas y Todos (conformada por 75 organizaciones de 22 estados de la República mexicana), entre otras organizaciones.
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Desde Francia : Solidaridad con las denunciantes del caso Atenco
Compañeras denunciantes del caso Atenco;
Compañeras de la Sexta;
A la Sexta:
11 de marzo de 2013
No podemos dejar de mandarles estas líneas, no podemos dejar de recordar
el significado tan profundo que representó para ustedes y para nosotros y
nosotras ese 3 y 4 de mayo de 2006, cuando el terrorismo de Estado golpeó,
humilló, reprimió y torturó sexual y psicológicamente y con todo el peso
de su soberbia y prepotencia a las compañeras y compañeros que se
encontraban en Texcoco y en San Salvador Atenco.
Muchas imágenes, testimonios, fotos, palabras, nos invaden ahora mismo el
pensamiento, entre esas frases que nos han calado muy muy hondo, tan hondo
que al día de hoy no olvidamos y seguimos sembrando en la memoria como
podemos,fue la frase de la compañera Italia Méndez que decía: “El papel de
la denuncia social ha sido fundamental. Mientras estuvimos aisladas,
fueron
trozos de papel los vehículos de comunicación, cientos de voces fueron
altavoz de nuestra palabra, los relatos de horror cobraron un valor
reparador: lo innombrable, lo inenarrable se escuchaba en voz alta, poco a
poco se desvanecía el tabú que supone hablar de algo tan íntimo; la
vergüenza desaparecía (…) Sólo podemos reparar lo roto si continuamos
organizándonos, luchando por autonomía y libertad”.
No olvidamos tampoco las palabras que se transcribieron vía telefónica y
que volaron lejos, cuando Mariana Selvas estaba todavía presa: “Cada
quien, desde nuestras diferentes trincheras, seguimos resistiendo y
luchando contra este sistema que nos tiene encarcelados a todos (…)
permítanme mandarles un fuerte abrazo lleno de libertad, fuerza y
confianza de que el camino se está construyendo y que llegaremos juntos
hasta alcanzar ese otro mundo donde exista justicia y libertad (…)
Sigamos luchando, compañeros, no importa la represión. No importa lo que
venga. Hay que seguir luchando.
Estas palabras, como muchas otras, compañeras, trascendieron fronteras,
llegaron a corazones lejanos que como el nuestro, les dice hoy, que ¡ No
están solas !
Es difícil creer en la justicia que se imparte, ejerce y utiliza desde
arriba, en esta lucha de abajo, la construcción de nuestra propia
justicia, o como decidamos abajo y a la izquierda llamarle, tenemos que
empezarla a construir, es un reto, pero ya la solidaridad de por si es un
gran paso para ello. Compañeras, sabemos que todo este proceso legal ha
sido desgastante para ustedes y que a tantos años de lo ocurrido todavía
no existe la voluntad política para esclarecerlo, sabemos que ha sido
larga su batalla ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para
demostrar la responsabilidad del Estado mexicano en el caso de Atenco,
pero después de tantos años de esfuerzo, este 14 de marzo de 2013, ustedes
comparecerán ante ésta Comisión.
Desde aquí, desde nuestro espacio y aunque lejos estamos, unimos nuestra
voz junto con los compañeros y compañeras de la Red contra la Represión y
por la Solidaridad y les decimos que pensaremos especialmente en ustedes
ese día 14 de marzo, que estaremos pendientes y dando difusión de esta
etapa en su camino de lucha, que de alguna manera también es el nuestro.
¡No están solas compañeras ! ¡Echénle ganas, ánimo y fuerza! Cuando algo
las agobie, piensen en esas palabras de aliento, en esas pancartas, en
esas manifestaciones, en esos pasos, en esos rostros ajenos que pensaban
en ustedes, que anhelaban su libertad y su reconstrucción como mujeres
dignas que siempre han sido. Desde aquí con nuestra rabia, corazón y
rebeldía, les retribuimos esas palabras que ustedes mismas nos mandaron un
día: “No importa lo que venga. Hay que seguir luchando”.
En solidaridad y contra el olvido.
Les trois passants, Francia