Luchando para construir otro mundo: 10 años de organización horizontal en El Barrio, Nueva York
Luchando para construir otro mundo: 10 años de organización horizontal en El Barrio, Nueva York
Por Jessica Davies
“Luchamos para que: los mares y las montañas serán de quienes los habitan y los cuidan.
Los ríos y los desiertos serán de quienes los habitan y los cuidan.
Los valles y las quebradas serán de quienes los habitan y los cuidan.
Las viviendas y las ciudades serán de quienes en ellas viven y las cuidan.
Nadie será dueño de más tierra de la que pueda cultivar.
Nadie será dueño de más casas de la que pueda habitar.”
Hace diez años, en el Este de Harlem, Nueva York, una zona conocida como El Barrio, miembros de quince familias de inmigrantes mexicanos, todas ellas mujeres, se juntaron para ver cómo podrían lograr viviendas dignas en su comunidad. Así iniciaron su lucha contra la gentrificación y desplazamiento; el propietario de sus viviendas estaba tratando de obligarlos a abandonar sus hogares con el fin de atraer a inquilinos ricos y transformar El Barrio en donde vivían. Eran personas sin experiencia previa de cómo organizar, y sabían que tenían mucho que aprender, pero se escucharon y se apoyaron mutuamente y en diciembre de 2004 formaron Movimiento por Justicia del Barrio (Movimiento).
Movimiento se compone de inquilinos de bajos ingresos, la gran mayoría de ellos inmigrantes. Muchos también son indígenas. Obligados por la pobreza a abandonar su querido México, han construido una comunidad fuerte en El Barrio y están decididos a no dejarse ser desplazado otra vez. Ellos entienden que su lucha es contra el sistema neoliberal representado por los propietarios abusivos, especuladores de propiedades, corporaciones multinacionales, políticos corruptos y las instituciones gubernamentales que buscan desplazarlos de su querida comunidad.
“Creemos que los que sufren la injusticia de primera mano deben diseñar y dirigir sus propias luchas por la justicia”.
La organización está construida alrededor de los principios de autonomía, autodeterminación y democracia participativa. Esto significa que se basa en una forma de organización horizontal y carece de dirigentes. El objetivo es crear espacios donde el pueblo pueda reunirse como una comunidad para compartir sus problemas. De esta manera ellos pueden estar de acuerdo sobre las soluciones y es la propia comunidad que tiene el poder. No depender de nadie para decirles qué hacer, creen, crea una base sólida que nunca puede ser destruida.
La forma de organización de Movimiento está basada en consultar a la comunidad. Miembros van de puerta en puerta, edificio por edificio, cuadra por cuadra, conociéndose mutuamente, construyendo relaciones. Se forman comités en cada edificio, y una vez que todo el edificio sea organizado, se convierten en miembros. Cada edificio se pone de acuerdo sobre sus propias acciones y formas de lucha. Movimiento también está profundamente comprometido a luchar contra todas las formas de discriminación y respetar las diferencias de cada quien. Sobre todo, esto significa escucharse entre uno y el otro.
El grupo opera sobre muchos niveles. Así como el tocar puertas, se tiene asambleas del pueblo, diálogos comunitarios, divulgación en calles, reuniones caseras y votación de toda la comunidad. Organiza protestas, marchas y acción directa. Hace un uso inteligente de los medios de comunicación, da entrevistas, charlas, organiza foros públicos. Utiliza tácticas tales como acciones judiciales y denuncias públicas. Tras consultas al nivel comunitario hace campañas sobre temas específicos.
“Todos compartimos un enemigo común y se llama neoliberalismo. El neoliberalismo desea dividirnos e impedirnos combinar nuestras fuerzas. Derrotaremos esto al continuar uniendo a nuestra comunidad entera hasta lograr una verdadera liberación para tod@s.”
La organización enfrenta muchos desafíos. La gran mayoría de sus miembros no habla inglés y ha tenido pocas oportunidades para la educación. Tienen poco acceso a internet, los medios de comunicación e información; muy pocos de ellos tienen computadoras. Se ven obligados a trabajar diez a catorce horas diarias, seis a siete días a la semana, así como también tener todas las responsabilidades de la vida familiar. Esto significa que no es fácil para ellos también asistir a reuniones de cuatro o cinco horas para tomar decisiones, y es difícil para que todos se reúnan al mismo tiempo. Porque todos deben ser consultados, y todas las decisiones tomadas colectivamente, puede tomar mucho tiempo para llegar a un acuerdo. Pero a pesar de todas estas dificultades, el compromiso y los logros de los miembros han sido notables.
En consonancia con sus principios, Movimiento no acepta ningún financiamiento gubernamental y no tiene implicación con los políticos o partidos políticos. Los miembros saben que es esencial crear puentes con otras comunidades ignoradas, olvidadas y marginadas, incluyendo mujeres, migrantes, lesbianas, pueblos indígenas, los homosexuales y la comunidad transgénero y construir relaciones con los miembros de estas organizaciones, que también luchan contra las múltiples formas de opresión.
Construyendo comunidad
“Juntos, hacemos nuestra resistencia de dignidad y luchamos contra las acciones de los propietarios capitalistas y transnacionales que quieren desplazar a las familias pobres de nuestro barrio. Luchamos localmente y a través de fronteras. Luchamos contra las acciones de políticos locales que se niegan a gobernar obedeciendo la voluntad del pueblo. Luchamos contra las instituciones de gobierno que imponen un sistema económico, social y político global que busca destruir a la humanidad.”
Los seres humanos nacieron para vivir en comunidad y no pueden sobrevivir sin el otro. Una sociedad y una cultura que fomenta el individualismo, cada uno por sí mismos, también promueve la soledad, el aislamiento y desesperación. Hace diez años, quienes ahora son miembros de Movimiento se desconocían mutuamente, no tenían ninguna comunión con los demás habitantes de su edificio. Ahora resisten, se organizan y juntos celebran victorias – han construido comunidad, amistad, amor, confianza y solidaridad y transformado sus vidas.
Muchos de los miembros de esta organización notable creen que su mayor logro en los últimos diez años ha sido el construir una cultura de resistencia. Esto ha llevado a un sentido de identidad y autoestima, ser parte de algo que le da propósito y significado a sus vidas. Una nueva generación de niños está creciendo en un entorno increíble de lucha comunitaria, de marchar y de toma de decisiones colectivas, lo cual hace un impacto duradero en sus vidas y brilla a través de su espíritu de comunidad vibrante. La fuerza de la comunidad que
Movimiento ha creado se refleja en el hecho sorprendente que ninguno de sus miembros ha sido desplazado en los últimos diez años. De hecho, hasta ahora, han ganado todas las batallas con las cuales han sido confrontados. No es de extrañar que el periódico Village Voice eligió a Movimiento como el “Mejor movimiento basada en el poder del pueblo en la ciudad de Nueva York”.
Aprendiendo de otras luchas
“Hemos encontrado maneras de hacer que nuestras voces sean escuchadas y permitir que nuestras voces tengan eco con las voces de otros pueblos marginados resistiendo en todo el mundo”.
Cuando Movimiento fue fundado en diciembre de 2004, sus miembros no tenían ninguna experiencia anterior de organizar y comenzaron a buscar otras luchas dignas de las cuales aprender. Cuando leyeron la Sexta Declaración de la Selva Lacandona de los Zapatistas, lanzada en junio de 2005, los miembros encontraron en ella “un espejo de nosotros mismos”. Desde entonces han desarrollado su propia forma del Zapatismo urbano y siguen mirando a sus compañeras y compañeros Zapatistas como una fuente de inspiración en su lucha diaria por la justicia y liberación colectiva.
Como siempre con las mujeres en frente, Movimiento ha aplicado en su propia lucha local herramientas y formas de organización extraídas de los Zapatistas. Las “Consultas del Barrio” son fundamentales para su trabajo, consultas a través de todo El Barrio que permiten a todos los residentes locales identificar los temas que más les preocupan. Esto construye y fortalece la comunidad a nivel local, ayuda a atraer más gente a la lucha y asegura que todas las campañas de Movimiento sean conducidas por toda la comunidad de El Barrio.
Encuentros son una tradición Zapatista muy conocida que Movimiento la ha hecho su propia en Nueva York, como una manera de vincular las luchas y construir redes de solidaridad. Explican: “un ‘Encuentro’ es un espacio de intercambio humano y de reflexión. Un ‘Encuentro’ es un momento de intercambio que los zapatistas han diseñado como otra forma de hacer política – desde abajo y a la izquierda. Es un lugar donde tod@s podemos hablar, donde tod@s vamos a escuchar a l@s demás, y donde tod@s podemos aprender. Es un lugar donde podemos compartir las muchas luchas diferentes que hacen de nosotr@s un@ sol@”.
Movimiento ha llevado a cabo seis Encuentros en El Barrio, con la participación de organizaciones de la comunidad no sólo de Nueva York y a través de los Estados Unidos, sino también alrededor del mundo, con grupos de diferentes rincones de Sudáfrica, América Latina y Europa participando en persona o a través de video conferencias o por envío de vídeo-mensajes. Los Encuentros se basan en escuchar y aprender del uno al otro, ya que representantes de los grupos comparten sus problemas, sus luchas y sus sueños. Se otorga una plataforma especial a grupos históricamente marginados para asegurarse de que sus voces sean escuchadas. Por tradición, todos los Encuentros de Movimiento terminan con los niños rompiendo la piñata neoliberal.
Los próximos diez años
Conforme celebran su décimo aniversario, Movimiento ahora cuenta con 900 miembros, 80% de ellos mujeres, en 85 comités de edificio, y su resistencia digna sigue creciendo. Los miembros han ganado numerosas victorias contra los propietarios brutales y las corporaciones multinacionales que tratan de arrebatarles sus hogares y destruir su comunidad; han mantenido a políticos e instituciones de la ciudad bajo rendición de cuentas; han construido “una cultura de resistencia” y una comunidad de solidaridad; han formado fuertes lazos con grupos en muchos otros países; y su palabra ha recorrido alrededor del mundo. Como dicen los Zapatistas, la lucha continúa.
“Estamos luchando por la vivienda, por educación, por salud, por la libertad, por justicia, por amor, por una voz, por un espacio para existir, por la paz, por respeto, por nosotros mismos, por nuestra comunidad, por la dignidad…para la humanidad. Aquí estamos en resistencia en nuestro rincón del mundo. Juntos construiremos un mundo donde quepan muchos mundos.”
Para obtener más información sobre Movimiento por Justicia del Barrio:
Enlace al video: una década de lucha digna: https://www.youtube.com/watch?v=CmNnpDc_lo0&list=UUS_C6V0ZUlP-LVbbLOYmHYQ&channel=UCS_C6V0ZUlP-LVbbLOYmHYQ