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El Tlacolol

Ayotzinapa: 11 años de impunidad heredada

Fuente: El Tlacolol
Por Emiliano Tizapa, Arturo de Dios Palma y Jesús Guerrero

 Han pasado diez años, once meses y 27 días de que 43 normalistas de Ayotzinapa fueron desaparecidos en Iguala, Guerrero. Se han publicado centenares de libros, miles de reportajes y notas periodísticas sobre la desaparición forzada que expuso al mundo cómo los políticos de todos los niveles construyeron un entramado con organizaciones criminales y las fuerzas armadas para gobernar este país con violencia extrema.

Estos 43 jóvenes cumplen hoy 4,014 días sin volver a casa. Lejos estamos de saber quiénes son los responsables materiales e intelectuales y de que éstos sean castigados. Se desconoce lo fundamental, lo crucial: ¿dónde están los 43 estudiantes de la escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos?

El gobierno del priista Enrique Peña Nieto heredó la impunidad del caso al morenista Andrés Manuel López Obrador, quien en su sexenio dinamitó la investigación y, cuando todo apuntaba hacia el Ejército, desmanteló todo esfuerzo por hallar la verdad.

Ahora, con la presidenta de la República, la morenista Claudia Sheinbaum Pardo, la investigación carece de dirección, no se quiere dar continuidad a las pesquisas planteadas por las madres y los padres y se buscan reactivar “nuevas líneas” que más bien son un intento de revivir la “verdad histórica” de Peña Nieto.


A once años del caso Iguala, la principal herencia de los gobiernos federales es la protección al Ejército.

En estos años fue documentado que en la desaparición de los estudiantes tuvieron participación militares al mando del comandante del 27 Batallón de Infantería de Iguala. El coronel José Rodríguez Pérez es uno de los principales señalados por el Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes (GIEI), que sugiere que tuvo conocimiento en tiempo real de los hechos y que participó en el encubrimiento. Fue detenido en 2022 por su presunta relación con el caso, pero liberado en 2024.

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Radio Cósmica Libre

Ayotzinapa y Palestina a 11 años

Ayotzinapa y Palestina sangran en el mismo mapa

Escucha este especial en el onceavo aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y el genocidio en curso del pueblo palestino.

Información generada por Eduardo Ibañez (Plantón de los 43 CDMX).
Producción de Radio Cósmica Libre en colaboración con las jornadas de articulación de Comunicadorxs por Palestina.

(Descarga aquí)  

– * –

México, 26 de septiembre de 2014. Palestina, julio de 2014. Dos fechas que parecieran no dialogar entre sí, pero que resuenan con un eco compartido.

Esa noche en Iguala, 43 estudiantes campesinos fueron arrancados de sus dormitorios, de sus aulas, de sus sueños. Ese verano en Gaza, más de 2 mil vidas palestinas fueron cegadas en cuestión de semanas por la maquinaria militar de Israel. ¿Qué une a un joven normalista guerrerense con una niña palestina que jamás llegará a ser adolescente? La respuesta está en el lenguaje de la violencia de Estado, en la economía de la muerte que conecta al narcoestado mexicano con la necropolítica israelí.

La historia es larga. En México, las normales rurales nacieron en los años 30 para educar a los hijos de campesinos pobres y formar docentes comprometidos con sus comunidades. En Palestina, la Nakba de 1948 inauguró una vida bajo ocupación, despojo y desplazamiento forzado.

Dos procesos que parecen distintos, pero que comparten la experiencia de pueblos a los que se les niega el derecho a existir en condiciones de dignidad. En 2014, las historias se cruzan. Mientras Gaza sufría bombardeos durante julio y agosto, estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa salieron a las calles de México a protestar en solidaridad.

Apenas un mes después, ellos mismos fueron víctimas de desaparición forzada y asesinato en Iguala. La desaparición no sólo borra cuerpos, también condena a madres, hermanas y esposas a una vida de búsqueda interminable. La violencia de Estado produce viudas, huérfanos, familias mutiladas, comunidades condenadas al duelo permanente.

El crimen de Estado no tiene pasaporte. Los gobiernos que matan en nombre de la seguridad aprenden unos de otros. La necropolítica se habla en varios idiomas, pero la muerte siempre dice lo mismo: “Ustedes no importan”.

Ayotzinapa y Palestina son heridas que sangran en un mismo mapa. Cuando los gobiernos callan, los pueblos se buscan. Así ocurrió días después de la desaparición de los 43. Desde Gaza llegaron mensajes de apoyo a las madres y padres mexicanos. No eran palabras diplomáticas, eran ecos de un dolor que reconocía su reflejo en otro continente.

En 2019, la organización palestina BDS envió un video a los padres de Ayotzinapa en el aniversario de la desaparición. En el Zócalo de Ciudad de México se organizó el juicio popular al papel de Israel en la militarización de América Latina. Ahí se documentó cómo el transporte y los equipos de comunicación usados en Iguala tenían origen israelí.

Los pueblos comenzaron a hablar de negocios de sangre, armas, spyware y entrenamiento vendidos como seguridad que en realidad sostienen regímenes represivos. La solidaridad no es abstracta. Madres campesinas de Guerrero y mujeres palestinas en campos de refugiados comparten la carga de sostener a sus comunidades fracturadas.

La resistencia se teje desde lo doméstico, lo escolar, lo comunitario, con cuerpos que cargan tanto con el dolor como con la dignidad. Si Gaza miró hacia Ayotzinapa y Ayotzinapa hacia Palestina, no fue por romanticismo, sino porque reconocieron que el enemigo es el mismo, el Estado que desaparece y el imperio que lucra con la muerte. Si los muertos fueran negocio, México e Israel serían socios mayoritarios. Y de hecho lo son.

Pegasus es el ejemplo más claro. El software israelí de espionaje se usó en México para vigilar a periodistas, activistas y defensores de derechos humanos, incluyendo a los propios padres de los 43. El abogado Bidulfo Rosales fue una de sus víctimas.

El caso de Tomás Zerón muestra la complicidad transnacional. Zerón, arquitecto de la llamada verdad histórica, fabricó pruebas, encubrió responsabilidades y torturó a acusados. Hoy vive protegido en Israel, que se niega a extraditarlo.

No lo protegen por compasión, sino porque Zerón conoce demasiado sobre contratos de armas y sobre Pegasus. La vigilancia digital nunca es neutra. Periodistas mujeres, defensoras de derechos humanos, disidencias sexuales, madres buscadoras, son blancos prioritarios del espionaje.

El control patriarcal se refuerza con tecnología de ocupación. El ejército mexicano, implicado directamente en la desaparición de los normalistas, se entrena con fuerzas israelíes. La Guardia Nacional, presentada como institución de confianza, también nació con asesoría y equipo de ese país. Funcionarias como Rosalinda Trujillo Marial presumieron su cercanía con Israel mientras autorizaban compras multimillonarias de espionaje digital. Israel exporta la ocupación como modelo de seguridad. México la compra como receta para reforzar un narcoestado con fachada democrática.

El resultado es el mismo. Vidas descartables. Pueblos sometidos. Impunidad asegurada. Negocios de sangre. Así nombran los pueblos lo que los gobiernos maquillan como cooperación internacional. Pegasus en México. Bombas en Gaza. Contratos millonarios en Tel Aviv. La factura siempre se paga con cuerpos pobres.

Ante tanta impunidad, cabría esperar silencio. Pero lo que nace es lo contrario: resistencia. Y la resistencia no necesita visa. Viaja de guerrero a Gaza, de los campos a los barrios, de las aulas rurales a los campamentos de refugiados.

Las madres y padres de Ayotzinapa se convirtieron en símbolo contra el olvido. El pueblo palestino, que resiste a un genocidio continuado desde hace 77 años, es referente de dignidad frente a la barbarie.

México exige la extradición de Zerón. Israel la bloquea. La ONU condena crímenes de guerra en Gaza. Potencias occidentales los financian.

La impunidad es global. Pero también lo es la solidaridad. La lucha contra el olvido no puede separarse de quienes cargan con ella. Son mujeres, madres buscadoras, comunidades indígenas, pueblos desplazados quienes sostienen la memoria y ponen el cuerpo en primera línea. ¿Qué pasaría si los pueblos del sur decidieran romper con los negocios de sangre? ¿Qué pasaría si las luchas de Ayotzinapa y Palestina no fueran excepciones, sino el inicio de un frente global contra la necropolítica? Los 43 y Palestina son espejos. Nos devuelven la imagen de un mundo gobernado por la impunidad.

Pero también la certeza de que la resistencia es transnacional. Que el grito de justicia no tiene fronteras. Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos. Porque Palestina vive en cada lucha digna. Y porque la memoria es nuestra arma más peligrosa.

En el caso de Palestina, la exigencia es clara y urgente. Que el Estado sionista de Israel deje de intervenir en el caso Ayotzinapa. Que cese la protección a Tomás Zerón y lo extradite de inmediato para que enfrente a la justicia mexicana. Porque la impunidad no puede seguir siendo un bien de exportación. En el caso de Ayotzinapa, la exigencia es igual de contundente. La aparición con vida de los 43 normalistas y justicia para los caídos en Iguala.

No discursos, no simulaciones, no verdades históricas fabricadas. Justicia real, verdad completa, reparación integral y castigo a los responsables materiales e intelectuales. Ambas luchas, la de Palestina y la de Ayotzinapa, están unidas por una misma consigna.

Que los pueblos no pueden seguir siendo mercancía en el mercado de la muerte, ni botín de la necropolítica. Que la solidaridad entre pueblos se convierte en un muro mucho más fuerte que los muros de ocupación o de silencio. Decir justicia para Ayotzinapa es decir justicia para Palestina.

Decir verdad en México es también exigir verdad en Gaza. La memoria y la dignidad no se negocian, se defienden, se gritan y se siembran como semillas que tarde o temprano florecen.

Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos.

Porque Palestina será libre y porque la justicia no tiene fronteras.

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Colectivo Llegó la hora de los Pueblos de apoyo al CNI–CIG, EZLN

Carta en solidaridad con la Puerta de la Resistencia y la Vida y en exigencia de acciones institucionales contra el genocidio

Fuente: Caminoalandar

Por este medio, quienes formamos parte del Colectivo Llegó la hora de los pueblos queremos sumar nuestra plena solidaridad a la Puerta de la resistencia y la vida en la plaza Palestina libre; así como a las colectividades que la resguardan.

Desde hace más de 40 años; pero sobre todo hoy, es urgente activar todo gesto de solidaridad y hacer manifiesto el repudio del genocidio que el ente israelí opera contra el pueblo palestino y que tiene como principal blanco, las infancias.

La puerta de la resistencia y la vida se convierte en un sitio de rabia organizada, memoria y solidaridad en donde, desde su instalación se han agrupado todas aquellas personas y organizaciones que vemos con horror el genocidio. Exigimos el respeto a ese gesto colectivo y ciudadano de solidaridad y memoria.

También queremos hacer un enérgico llamado al gobierno mexicano a atender las acciones que respecto de la conducción de la política exterior, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos expresamente señala tiene la titular del Poder Ejecutivo.

En la fracción X del artículo 89 se establecen los principios que deben regir la conducción de la política exterior, uno de los cuales es “la lucha por la paz y la seguridad internacionales”. Sin embargo, el genocidio en Gaza que está llevando a cabo Israel, ha sido documentado por la ONU que ha cobrado la vida de 66 mil civiles, la mayoría de ellos niños, mujeres y ancianos, quienes en algunos casos son asesinados en el momento en que van a buscar algo qué comer. Acciones aberrantes y una crueldad extrema, así como el ataque con misiles cuando niños esperan en fila para llenar sus contenedores de agua.

En este sentido y a pesar del horror cotidiano que todos vemos, la Presidenta de la República ha asumido una actitud totalmente pasiva, con tibios “llamados a la paz” en abierta violación de los principios convencionales y constitucionales que señala el artículo 89 fracción X.

En tal virtud, la Presidenta de la República sí está obligada a usar todos los medios pacíficos y diplomáticos a su alcance para contribuir a la luchar por la paz y la seguridad en Gaza y para detener el genocidio contra la población y la muerte por hambruna de los niños de Gaza, tal como lo ordena la Constitución y los tratados internacionales como es la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio y El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

Por todo lo anterior, demandamos el cumplimiento inmediato de estos principios constitucionales y convencionales con acciones concretas, como mandar ayuda humanitaria a Gaza, romper relaciones con Israel como lo han hecho otros países, así como asumir una conducta más activa a nivel internacional, en los foros internacionales exigiendo y proponiendo medidas de protección a la población civil de Gaza, además de condenar expresamente y públicamente el genocidio.

Por último, exigimos también la plena protección de quienes forman parte de la delegación mexicana de la Flotilla Sumud y un pronunciamiento para que se respete a toda la Flotilla que cumple una misión solidaria y de paz. 

Desde este colectivo abrazamos su solidaridad y repudiamos las agresiones de las que han sido objeto por parte de Israel.

¡Alto al genocidio!
¡Viva Palestina libre!

Colectivo Llegó la hora de los Pueblos de apoyo al CNI – CIG, EZLN

Alicia Castellanos, Ana Esther Ceceña, Argelia Guerrero, Bárbara Zamora, Carolina E. Díaz Iñigo, Gilberto López y Rivas, Inés Duran Matute, Jorge Alonso, Juan Villoro, Juan Carlos Rulfo, Luis De Tavira, Luis Hernández Navarro, Magdalena Gómez, Francisco Lion, Margara Millán, Mariana Mora, Ma. Eugenia Sánchez Díaz de Rivera, Raúl Delgado Wise, Raúl Romero, Rosalva Aída Hernández Castillo, Servando Gajá y Sylvia Marcos.

México, septiembre 2025

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Coordinadora de Sindicatos Mexicanos por Palestina

[25 sep – CDMX] Foro de solidaridad con el pueblo palestino

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Comunidad Indígena Otomí residente en la CDMX | Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas “Samir Flores Soberanes”

12 de octubre. Quinto Aniversario de la Toma INPI, cinco años de Resistencia y Rebeldía

Gracias herman@s por su paso compañero, por su abrazo solidario, por su grito de dignidad y su puño combativo.

¡No Olvidamos!, ¡No Perdonamos!, ¡No Claudicamos!

Desde la Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas “Samir Flores Soberanes”, la Comunidad Indígena Otomí residente en la CDMX, hace atenta INVITACIÓN:

A nuestr@s herman@s del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN, a las Bases de Apoyo Zapatista; a los Pueblos Originarios y Comunidades Indígenas que integran el Congreso Nacional Indígena, CNI-CIG; a las organizaciones sociales, civiles y políticas, colectiv@s, redes de resistencia y rebeldía que nos organizamos en la Asamblea Nacional por el Agua, la Vida y el Territorio, ANAVI; a l@s maestr@s y estudiant@s, a l@s niñ@s, a las mujeres que luchan y resisten; a las madres buscadoras; a las madres y padres de Ayotzinapa; a los hombres, mujeres y otroas de buen corazón en el campo y la Ciudad, a quienes suscribieron la Declaración por la Vida; a la Europa Insumisa, Digna y Rebelde; a tod@s l@s que hacen arte, resistencia y rebeldía contra la guerra y por una Palestina Libre; a l@s intelectual@s, investigador@s, académic@s; a los medios libres, independientes, alternativos o como se llamen…

Herman@s tod@s.

Los esperamos este 11 y 12 de octubre, en esta su Casa, para que junt@s “enfrentemos la Tormenta”, “trabajemos en colectivo” y “construyamos” el siguiente paso en la lucha contra el Sistema Capitalista y Patriarcal, que solo impone, muerte y destrucción.

Porque falta, lo que falta, y porque nuestra lucha es por la Vida.

¡¡Zapata Vive, la Lucha Sigue!!

¡¡Tener Techo, es un Derecho!!

¡¡Viva el Común” y la “No Propiedad”

¡¡Vivos los Llevaron, Vivos los Queremos!!

¡¡Alto a la Guerra contra los Pueblos originarios y las Comunidades Zapatistas!!

¡¡Viva el CNI!!, ¡¡Viva el CIG!!, ¡¡Viva el EZLN!!

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Radio Almaína

Todos los ojos en Gaza. Bitácora de la Global Sumud Flotilla del 22 de Septiembre

(Descarga aquí)  

Radio Almaína te trae diariamente la evolución de la Global Sumud Flotilla. Todos los días contactaremos con varias personas que se encuentran navegando hacia Gaza para romper el bloqueo genocida que el estado de Israel está realizando contra la población Gazatí.

En mensaje enviado el día de ayer, 21 de septiembre, nuestra compañera Naé y el compañero Merka nos hablan de cómo se encuentra la flota navegando hacia Gaza. Pero también os traeremos las entrevistas que hemos hecho a las compañeras y compañeros que se encontraban en el ayuno solidario que concretamente en Granada se celebró en la plaza de la Fuente de las Batallas, esta movilizacion que bajo el lema Hambre por Hambre han realizado el pasado 20 de septiembre personas de todo el mundo en grupos y en el centro de sus poblaciones.

– * –

Todos los ojos en Gaza,

Y todos los corazones también en Gaza porque lo que los gobiernos no se atreven, y los ejércitos temen, que es enfrentarse a la entidad ocupante israelí, que está ejerciendo un genocidio contra población gazati, nos atrevemos la ciudadanía mundial, poniendo el corazón desarmado en la proa de la Global Sumud Flotilla.

En este momento de la historia en el que se demuestra que todos los gobiernos y los ejércitos son cómplices del ente sionista de Israel.

Los, y las activistas de la Global Sumud Flotilla, navegan hacia Gaza para romper el bloqueo y abrir corredores humanitarios, para que llegue la ayuda imprescindible, para la supervivencia de más de 2 millones de personas que habitan Gaza.

Todos los ojos en Gaza

Israel y su ejército con la complicidad de nuestros gobiernos detuvieron este verano los barcos, Conscien, el Madlen, y el Handala, e, impidieron la apertura de ese corredor humanitario a través de Egipto, que pedían 4,500 activistas de todo el mundo que se desplazaron hasta allí.

Por eso ahora, una flota con decenas barcos de personas que han decidido poner sus cuerpos en defensa de la humanidad, navegan por el Mediterráneo.

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KeHuelga

El camino de la No-Violencia: Las Abejas de Acteal

(Descarga aquí)  

En cabina en la Radio KeHuelga, las compañeras de la comisión de comunicación de la Organización Civil Las Abejas de Acteal platican sobre su libro El camino de la No-Violencia. En el programa, se transmite música en tsotsil y se recuerda la exigencia de justicia a casi 30 años de la masacre vivida en esa comunidad. La comisión de comunicación comparte la importancia de la memoria colectiva, la resistencia pacífica como forma de vida, y el compromiso de seguir transmitiendo a las nuevas generaciones la esperanza de un mundo con dignidad y sin violencia.

Pueden seguirlas y consultar sus comunicados, actividades y artículos en las siguientes páginas:
Blog oficial: Las Abejas de Acteal — acteal.blogspot.com
Blog/Wordpress: lasabejasdeacteal.wordpress.com
En X: @AbejasDeActea

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Radio Almaina

Todos los ojos en Gaza. Bitácora de la Flotilla Global Sumud del 19 de septiembre

(Descarga aquí)  

Todos los ojos en Gaza, un breve informativo donde actualizamos el avance de la Global Sumud Flotilla que se dirige rumbo a Gaza, tras partir el 31 de agosto del puerto de Barcelona.

Todos los días contactaremos con varias personas que se encuentran navegando hacia Gaza para romper el bloqueo genocida que el estado ocupante israelí está realizando contra la población Gazatí. Todos los ojos en Gaza, Y todos los corazones también, porque lo que los gobiernos no se atreven, y los ejércitos temen, que es enfrentarse a la entidad ocupante israelí, nos atrevemos la ciudadanía mundial, poniendo el corazón desarmado en la proa de la Global Sumud Flotilla. En este momento de la historia en el que se demuestra que todos los gobiernos y los ejércitos son cómplices del estado sionista de Israel.

Les activistas de la Global Sumud Flotilla, navegan hacia Gaza para romper el bloqueo y abrir corredores humanitarios, para que llegue la ayuda imprescindible, para la supervivencia de más de 2 millones de personas que habitan Gaza. Israel y su ejército con la complicidad de occidente detuvieron este verano los barcos Conscien, Madlen, y Handala e impidieron la apertura de ese corredor humanitario a través de Egipto, que pedían 4,500 activistas de todo el mundo que se desplazaron hasta allí. Por eso ahora, una flota con decenas barcos de personas que han decidido poner sus cuerpos en defensa de la humanidad, navegan por el Mediterráneo. Sumud, compañeras.

Escucha esta bitácora que incluye audios propios enviados por integrantes de la flotilla, gracias a radio Almaina, la radio libre de Granada.

En la edición del 19 de septiembre, escucharemos el diario de bitácora que nos envían abordo de un barco de la flotilla en aguas de Catania, leeremos el diario de viaje número 22 que proporciona Movement to Gaza, incluimos la entrevistas realizadas a pie de manifestación el jueves pasado 18 de septiembre en las calles de graná y leeremos el comunicado de Movement to Gaza en agradecimiento a todas las manifestaciones de ayer. Haremos una mención al PEMA, pacto europeo de migración y asilo, aprovechando que la flotilla está surcando las aguas del mediterráneo para no olvidar reclamar la protección de cualquier persona que se desplace por mar, aprobado hace unos meses por la unión europea y que supone una clara vulneración de los derechos de las personas migrantes.

Fuente: Radio Almaina

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Comunizar

El centro no se puede sostener. Entonces, ¿adónde llevamos nuestra esperanza, nuestra desesperación?

Fuente: Comunizar
Por John Holloway

El centro no se puede sostener
Entonces, ¿adónde llevamos nuestra esperanza, nuestra desesperación?

1.            Gaza. Tener esperanza es decir lo indecible.

                Gaza. La expresión extrema del dolor en el mundo actual. Dolor. Resistencia. Esperanza.

                Gaza. Imposible venir aquí sin escupir mis dudas sobre venir a hablar en el mismo centro del país que está promoviendo y apoyando el asesinato y la mutilación despiadada y sistemática de miles y miles de personas, muchas de ellas niños, la aniquilación de la esperanza.

                Vengo aquí, a pesar de mis dudas, a expresar mi solidaridad con ustedes, que viven en este país, a pesar del gobierno que sufren ahora, y del gobierno que sufrieron antes. Y para expresar mi más profundo respeto y admiración por los organizadores de un evento con palabras tan subversivas y peligrosas como Raza, Género e incluso Equidad. Y por todos ustedes que, de una forma u otra, caminan en la dirección equivocada.

                Gaza, porque nada ilustra más claramente los horrores del capitalismo contemporáneo, las terribles consecuencias de un sistema social dominado por el dinero.

                Gaza, porque tenemos que romper el silencio, el terrible silencio de complicidad que se cierne sobre el mundo, la normalización de la desesperación.

                La desesperación se cierne sobre nosotros. Tiene muchos nombres: Gaza, Sudán, calentamiento global, masacre de la biodiversidad, Trump, Milei, Orbán, la creciente amenaza de una guerra nuclear. Y, sin embargo, en medio de todo esto, hemos venido aquí para decir NO, es hora de hablar de esperanza, incluso de esperanza radical.

                No podemos aceptar la desesperanza, porque la desesperanza mata todo pensamiento científico. Sólo nos queda una pregunta científica: ¿cómo romper la dinámica social que nos impulsa hacia nuestra propia autodestrucción, la autodestrucción de la humanidad? Esa pregunta no puede responderse con la desesperanza. La desesperanza es un rechazo a buscar una respuesta, un darse por vencido, una complicidad, aunque sea a regañadientes.

                Así que no a la desesperanza. Pero eso no nos lleva a una esperanza vacua, feliz-feliz. Hay una palabra cercana a la desesperanza, pero distinta: Desesperación.

                La desesperación no es desesperanza. Es negarse a desesperanzarse, negarse a renunciar a nuestra rabia y esperanza, incluso en un mundo que nos dice que estamos locos por seguir pensando que otro mundo es posible. En los diccionarios, a menudo se equipara desesperación con desesperanza, pero no es eso. He encontrado una definición que se acerca más a lo que siento: “Desesperado: mostrar disposición a correr cualquier riesgo con tal de cambiar una situación mala o peligrosa”. Quizás no “cualquier riesgo” pero sí, una furia por cambiar una situación mala o peligrosa, una determinación por cambiar una mala situación, la mala situación que es el capitalismo contemporáneo. Desesperación por cambiar el mundo porque sabemos que no tiene por qué ser así, que tenemos la capacidad de crear otra cosa. La desesperación incluye la frustración, la frustración de lo que podríamos hacer, la frustración de nuestra riqueza, de nuestra capacidad de crear algo diferente.

                La desesperación es esperanza en la tormenta, esperanza en-y-contra-la-tormenta, esperanza en-y-más-allá-de-la-tormenta. Quizá la única forma de hablar hoy de la esperanza radical sea como desesperación, esperanza desesperada-contra-la-esperanza. La esperanza como negación de la anti-esperanza. La esperanza como resistencia.

                Los que siguen estas cosas (y deberían, porque han sido los exponentes más articulados de la esperanza durante más de treinta años) se darán cuenta de que mi enfoque en la desesperación hace eco de la intervención de Marcos en la reunión de diciembre organizada por los zapatistas. El reto, sugirió allí, es “organizar nuestra desesperación”.

2.            Probablemente todos los que estamos aquí tenemos algún sentimiento de desesperación compartida. El capitalismo genera desesperación. De muchas maneras. A nivel personal, la profunda y creciente incertidumbre de la vida: ¿cómo puedo entrar en la universidad o conseguir un trabajo, puedo conseguir la titularidad, cómo puedo encontrar un lugar decente para vivir, en qué clase de mundo vivirán mis hijos, cómo puedo incluso traer hijos a un mundo como este? Todo forma parte de una creciente desesperación social: miren lo que está ocurriendo con los inmigrantes, miren la destrucción de la biodiversidad de la que depende la vida humana, miren el calentamiento del planeta, cada vez más fuera de control, miren el auge de la nueva derecha, miren los peligros crecientes de más guerras.

                Pero ¿hacia dónde llevamos nuestra desesperación, nuestra esperanza a pesar de todo? Lo más obvio en la situación actual es retroceder hacia el centro, esperar que los demócratas puedan ganar las elecciones de mitad de mandato, que ni Trump ni Vance ganen las elecciones de 2028, que dentro de diez años recordemos a Orbán, Meloni, Modi, Erdogan, Trump como un mal sueño, un desafortunado parpadeo en la historia, que se produzca un retorno de algo que podamos reconocer como civilización.

                Pero hay una frase que se ha citado a menudo en los últimos años. La frase, “el centro no puede sostenerse”, proviene del poema de W.B. Yeats, «The Second Coming».  

Turning and turning in the widening gyre   
The falcon cannot hear the falconer;
Things fall apart; the centre cannot hold;
Mere anarchy is loosed upon the world,
The blood-dimmed tide is loosed, and everywhere   
The ceremony of innocence is drowned;
The best lack all conviction, while the worst   
Are full of passionate intensity.  
Girando y girando en el creciente giro El halcón no puede oír al halconero; Las cosas se desmoronan; el centro no puede sostenerse; La mera anarquía se desata sobre el mundo, La marea ensangrentada se desata, y por todas partes La ceremonia de la inocencia se ahoga; Los mejores carecen de toda convicción, mientras que los peores Están llenos de apasionada intensidad.

                El centro no puede sostenerse. Obviamente, aquí en Estados Unidos, y en otros países, el centro no se ha sostenido. Y, sin embargo, sigue ahí como un imán nostálgico, una atracción irresistible frente al mundo que se desmorona a nuestro alrededor.

                Este impulso nostálgico de vuelta a la normalidad es probablemente inevitable, tal vez incluso deseable. Y, sin embargo, tenemos que considerar que el centro no aguantó, no pudo aguantar, y que quizá tengamos que ir más allá de luchar por su restauración.

3.            Ahora pensamos en el centro desde la perspectiva de la embestida actual. Los ataques al pensamiento crítico en las universidades, los ataques a los inmigrantes, la disolución del orden mundial basado en la ley, etcétera. Quizá, de forma más general, podamos pensar en el centro como una especie de contrato social global, una especie de normalidad que se establece tras la Segunda Guerra Mundial y que incluye una idea de la democracia como algo deseable, unos niveles mínimos de bienestar social, una cierta comprensión de lo que es la política, del tipo de relaciones que deberían existir entre los Estados, una cierta idea de los derechos humanos y del Estado de Derecho.

                Desde luego, no quiero idealizar esta normalidad. Es una fase de la civilización del dinero, una civilización asesina basada en la explotación, el racismo, el sexismo, el colonialismo, la represión, el encarcelamiento y la destrucción de otras formas de vida. Sin embargo, existe una especie de normalidad, una especie de contrato social, a veces denominado Estado del bienestar keynesiano, que luego es atacado radicalmente por lo que muchos llaman neoliberalismo, pero que, sobre todo visto desde la perspectiva del presente, presentaba sin embargo más continuidad de lo que podría parecer: el mismo sistema de relaciones entre Estados, un respeto simbólico por la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho.

4.            Este centro se cuestiona cada vez más tras la crisis financiera de 2008. Está claro que no puede darse por sentado.

                Independientemente de que a uno le parezca atractiva esa normalidad, o al menos mejor que la que se impone ahora, hay al menos dos razones para pensar que ya no es realista.

                En primer lugar, tenía una base material. Después de la Segunda Guerra Mundial, fue el resultado de la gran reestructuración del capital lograda mediante la destrucción y la masacre de la Guerra. Este impulso a la productividad y la rentabilidad se vio cada vez más presionado desde finales de los años sesenta y principios de los setenta. Tras el colapso de Bretton Woods y el cambio de política bajo Reagan y Thatcher, la reproducción del capitalismo dependía cada vez más de la constante expansión de la deuda, es decir, no de la plusvalía realmente producida sino de la expectativa de una futura producción de plusvalía. En los últimos cuarenta años ha habido una expansión sin precedentes de la deuda a escala global, y esto ha significado una expansión de la fragilidad sistémica, expresión de la brecha entre la acumulación de valor y su expresión monetaria. Esta fragilidad es administrada principalmente por la Fed y otros bancos centrales, pero explotó en la crisis financiera de 2007/2008 y la amenaza de colapso permanece latente y constante. En otras palabras, la base económica de la normalidad a la que nos hemos acostumbrado se ha vuelto cada vez más frágil. El neoliberalismo, lejos de ser la política de un capital triunfante, es (o era) la política de su crisis.

                La otra razón para dudar de la posibilidad de restaurar el centro es el grado de ira y desesperación que ha generado. La promesa de una creciente prosperidad personal a cambio de aceptar el sistema y cerrar los ojos ante su fuerza destructiva, parte crucial del contrato social de posguerra, no se ha cumplido para una gran parte de la población en los últimos cuarenta años aproximadamente.

                La acumulación aparentemente aleatoria de enormes riquezas por parte de unos pocos ha contribuido a canalizar esa ira en resentimiento. Como dijo Abahlali baseMjondolo, el importante movimiento de los chabolistas de Sudáfrica, tras los disturbios raciales de 2020, “Abahlali siempre ha advertido de que la ira de los pobres puede ir en muchas direcciones. Hemos advertido una y otra vez que estamos sentados sobre una bomba de tiempo”.

                El centro, la normalidad de los últimos años, se construyó sobre dos bombas de tiempo: la fragilidad financiera y el creciente resentimiento. Probablemente no sea ni deseable ni realista recrearlo. Sin duda debemos luchar por la defensa de la democracia liberal, pero tenemos que mirar más allá, ir más lejos y preguntarnos si la situación actual podría crear un avance en el desarrollo de una política radical de esperanza.

5.            Si el centro no aguanta, ¿lo hará la derecha? No podemos saberlo. Sin duda nos está empujando en direcciones que van más allá de nuestra capacidad de imaginar, en términos de destrucción climática y la posibilidad de una guerra nuclear, tal vez logre crear una pesadilla para la humanidad. Pero también es posible que se derrumbe ante la oposición popular, por un lado, y, por otro, ante las fuerzas del mercado, es decir, paradójicamente, su incapacidad para comprender y aceptar las realidades del poder del dinero.

                Entonces, ¿dónde está la esperanza en esta situación? En primer lugar, tiene que ser un grito de rechazo, un NO. Me gustaría pensar que esto es algo que todos nosotros compartimos. Se refleja en las protestas masivas de los últimos fines de semana, y es de esperar que sigan creciendo y creciendo y creciendo.

                Pero ¿adónde puede llevarnos este NO? Quizá de vuelta al centro, a la democracia liberal. Posiblemente en las próximas elecciones ganen los razonables y pierdan los resentidos. Pero entonces la fragilidad seguirá creciendo y el resentimiento también.

                De alguna manera, tenemos que conectar con la ira resentida que está detrás del ascenso de la derecha y reclamarla como nuestra. Nuestra respuesta no puede ser “¡Sean razonables, dejen a un lado su rabia!”, sino “Compartimos su rabia contra un sistema que nos está humillando y matando. Veamos cómo podemos desarrollar nuestra ira de otra manera”. La esperanza hoy es realmente una cuestión de cómo canalizamos nuestra ira.

                La ira de los pobres puede ir en muchas direcciones, dicen los Abahlali. Una dirección parece ser la dominante en este momento: la ira como resentimiento. Pero también hay otra rabia expresada por miles y miles de movimientos en todo el mundo (y, esperamos, por esta conferencia). Es lo que los zapatistas llaman “digna rabia”, difícil de traducir, pero tal vez rabia digna [dignified rage], o rabia justa [righteous rage]: una rabia que nace de la opresión cotidiana de la sociedad existente y nos dirige hacia un mundo basado en el reconocimiento mutuo de nuestras dignidades. En otras palabras, una rabia contra la forma en que están organizadas actualmente las relaciones sociales (el capitalismo) que empuja hacia la creación de otro mundo, un mundo de muchos mundos. Una rabia contra el dominio del dinero y un empuje hacia el desarrollo de la vida.

                Una ira de resentimiento y una ira de esperanza. Aquí hay una cuestión de gramática, la gramática de la identificación. El resentimiento se identifica: dirige su ira contra grupos específicos de personas, ya sean inmigrantes o académicos de Harvard. Se enfurece contra la élite como grupo de personas, pero no cuestiona el sistema que produce a las élites, ni a los inmigrantes. El auge de la derecha es una explosión de la política identitaria que deshumaniza al tratar a los grupos de personas como objetos o categorías abstractas. La identificación es un proceso que parte de una ira indefinida y la centra en objetos humanos concretos, ya sean negros, árabes, judíos, extranjeros, trans. El proceso de identificación está siendo reforzado por los grupos de derechas, pero también está profundamente arraigado en la sociedad actual. El Estado es un proceso de identificación: su propia existencia es la proclamación de una distinción tajante entre “nosotros” y esos otros, extranjeros, a los que podemos maltratar y, cuando sea necesario, matar. La propia existencia del Estado como forma de organización social es un proceso de “alienación” [othering], una escuela de fascismo y guerra. Ciudadanos.

                Una política de la esperanza parte de la misma rabia identificada por la derecha, pero resiste al proceso de identificación. Desbordándose. Una política de la esperanza es necesariamente una política anti-identitaria, no en el sentido de negar la identidad, sino en el sentido de ir en contra y más allá de ella. Somos indígenas, pero nuestra lucha va más allá, por un mundo basado en el reconocimiento de la dignidad humana. Somos kurdos, una nación oprimida, pero nuestra lucha va más allá, por la creación de un mundo diferente. Luchamos contra el calentamiento global, pero sabemos que no se trata sólo de una cuestión de combustibles fósiles, sino de luchar contra un mundo en el que el desarrollo está determinado por el afán de lucro. Donde una política identitaria se cierra y da respuestas, una política de la esperanza se abre y plantea preguntas. Preguntando caminamos, como dicen los zapatistas.

                Una política de la esperanza es una política de preguntar, buscar, discutir. Su forma de organización tiene una larga historia, constantemente renovada: la asamblea, el consejo, la comuna, una forma de organización concebida para promover la expresión de opiniones y el debate de soluciones, muy alejada del Estado o del partido que marca la línea correcta. Un lugar como éste donde podemos discrepar, donde podemos decir “Esto es lo que quiero decir. ¿Qué opinas tú?”. Un lugar donde los enojos se comparten y las etiquetas se difuminan simplemente por ese compartir.

6.            La esperanza, pues, es una rabia digna, una rabia decidida a abolir un sistema social que nos está destruyendo y a crear un mundo basado en el reconocimiento mutuo de las dignidades. Una locura. Una locura venir a la Harvard Business School y decir que debemos abolir el capitalismo. Y, sin embargo, una locura necesaria. Hay muchos indicios de que la continuación de la actual forma de organización social es incompatible con la supervivencia de la vida humana. Ciertamente, el capitalismo siempre ha sido una combinación de creación y destrucción, pero ahora es su lado destructivo el que domina cada vez más.

                La esperanza es locura. La esperanza es desesperación que camina al borde del abismo de la desesperanza. Pero tenemos que asumir nuestra locura, decirla alto y claro. Porque tenemos que ganar. Esta vez, nosotros, los perdedores de siempre, tenemos que ganar, o de lo contrario sentarnos y disfrutar del viaje más profundo hacia la catástrofe, hacia la posible extinción.

7.         Termino con una pequeña historia contada por Marcos en el encuentro organizado por los zapatistas a finales de diciembre. Cuenta cómo los jóvenes zapatistas, técnicamente sofisticados, que han conseguido montar la retransmisión en directo del evento, han conseguido también establecer un enlace telefónico con una comunidad indígena del año 2145. Así que Marcos llama a la comunidad y el teléfono es contestado por una niña. Marcos pregunta “¿Cómo estás?”, y la niña responde “depende”. Y Marcos piensa “qué respuesta más inútil, ¿por qué no podría haber contestado un adulto?”. Y dice, un poco más alto: “¿Cómo estás?” Y la niña repite, más claramente “Depende… de ti”.

Depende, de nosotros. Si esa joven existirá o no. O en qué condiciones existirá. La esperanza no es un juego, ni una virtud, es la lucha por crear un mundo diferente.

Conferencia presentada por John Holloway en un simposio en Harvard Business School

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CIPOG-EZ

Llamado urgente del CIPOG-EZ a estar atentos frente al clima de violencia en Guerrero

19 de septiembre de 2025.

LLAMADO urgente a nuestros hermanos y hermanas de México y del Mundo, a estar atentos frente al clima de violencia que se vive en el estado de Guerrero.

La mañana de hoy 19 de septiembre de 2025, hombres de Colotepec, municipio controlado por el grupo narco-paramilitar Los Ardillos, amenazan la vida de la compañera Alma Delia Hernández Morales y de otros compañeros del CIPOG-EZ, que se encuentran prácticamente sitiados por Lázaro Cocotzin Morales, brazo armado de Los Ardillos, en Chilapa de Álvarez, Guerrero.

Responsabilizamos al mal gobierno por lo que le pueda suceder a nuestros hermanos, pues ellos con su silencio son cómplices directos de la violencia que azota al estado y al país. Exigimos la presencia de la la Guardia Nacional y garantías de seguridad para nuestros hermanos y hermanas

CIPOG-EZ