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Carta de Fernando Bárcenas (4 de junio)
Fernando Bárcenas
4 de junio, 2017
Escribo estas líneas rápidas para informar de mi situación actual…
Últimamente ha habido tensiones en la zona de segregación , conflictos internos y peleas por todo y a la vez por nada.
Aunque al final del día no hay que tener miedo al conflicto, después de todo estamos obligados a convivir, y a través de los desacuerdos que surgen se aprende poco a poco a tolerarnos en esta isla.
Estando apartados del resto de la población es difícil conseguir cosas y alimento… el rancho casi no llega y tenemos que amotinarnos cada dos por tres para tener derecho al alimento.
Esto sucede a diario, es una lucha silenciosa y cotidiana que se libra sin que nadie preste la menor atención; los custodios son hábiles negociantes que apagan las revueltas en un abrir y cerrar de ojos y una de las cosas que más contribuye a que todo sea un circulo vicioso es la adicción a las drogas de la mayoría de los castigados. Esto permite a los carceleros poder chantajear a los presos con castigos y recompensas; -si te portas bien te abro la reja y puedes conseguir dinero y drogas, -si te portas mal te encierro y no te drogas, es así de simple el sistema de disciplina.
Y como se abandona la idea de agredir y luchar con la autoridad, el desestrés cotidiano se descarga de presos a presos en una lucha de todos contra todos.
Aun así aprendo cotidianamente de las experiencias que surgen.
Si no he escrito últimamente hacia el “exterior” de estos muros es porque me he propuesto como ejercicio de aprendizaje práctico el analizar e intentar trastocar mis relaciones diarias y ahora que creo haber reflexionado bastante sobre mis comportamientos sociales quisiera compartirles mis aprendizajes. Y es por eso mismo que aprovecho para informar que el quinto número del periódico “El Canero” está casi listo. Y es allí a través de ese medio que podré explicar mejor mis ideas y propuestas para continuar la ofensiva en la lucha por reapropiarnos de nuestras vidas.
En rasgos generales así me encuentro actualmente con muchos ánimos y ganas de seguir fomentando e inventando nuevas formas de ruptura con mis propios dogmas, miedos y prejuicios.
Ahora bien, en el aspecto jurídico me ha llegado una notificación con la cobranza de la multa que me fue impuesta junto con la sentencia dándome aviso de que debe ser cubierto el monto de $35,550 pesos en un plazo de dos semanas que es cuando se vence el término.
Esta multa desde luego tiene que pagarse o en su defecto tendría que pagarla con tiempo de 550 días de prisión que serian independientes de los 6 años de mi sentencia…
En fin, por ahora es lo que ha sucedido, de cualquier forma volveré a escribir en los próximos días esperando que haya ánimos rebeldes.
Las víctimas del ataque con bomba en Kabul no deben quedar en el olvido
Amy Goodman y Denis Moynihan
Un ataque suicida con bomba perpetrado esta semana en Kabul, Afganistán, dejó un saldo de al menos 90 muertos y 450 heridos. La bomba, que estaba oculta en un camión cisterna, probablemente haya sido la mayor que jamás se haya detonado en Kabul. Dejó un cráter de cuatro metros de profundidad e hizo estallar ventanas a más de 1,5 km de distancia. Entre las víctimas mortales se cuentan dos trabajadores de medios de comunicación: Aziz Navin, de la cadena de televisión de cable afgana TOLOnews; y Mohammed Nazir, un chofer que trabajaba para la BBC. El número de muertos sigue aumentando, mientras se siguen hallando cuerpos entre los escombros y algunos de los heridos sucumben ante las lesiones. No se han conocido demasiados detalles sobre los fallecidos. Mientras el atentado con bomba ocurrido en Manchester hace poco más de una semana tuvo una amplia cobertura por parte de las principales cadenas de noticias, que mostraron exhaustivas biografías de las víctimas, en Kabul, donde el número de muertos registrado en el ataque es más de cuatro veces mayor y los heridos se cuentan por decenas, el ataque aparece brevemente en los resúmenes informativos y no se mencionan los nombres de los muertos y los heridos, sino que se los trata como números.
Lotfullah Najafizada, director de noticias de la cadena TOLOnews, dijo en el noticiero “Democracy Now!”: “Eran las 8.30 de la mañana y yo estaba en mi oficina. De pronto se sacudió el edificio. Pensé que era un terremoto. Y, a continuación, hubo una fuerte explosión. Lo que sucedió hoy es definitivamente un ataque trágico y de grandes dimensiones, especialmente cuando la mayoría de las víctimas eran civiles, personas de clase trabajadora”.
Lotfullah contó cómo hallaron a su compañero de trabajo Aziz Navin el miércoles por la mañana: “Tuvimos que ir a buscar su cadáver a mediodía entre otros 50 cadáveres que se encontraban en dos hospitales. La mayoría de los cuerpos estaban incinerados. Y en la mayoría de los casos solo se podía ver partes del cadáver, no eran reconocibles. Fue un ataque muy trágico y brutal”.
TOLOnews fue víctima de un ataque el año pasado, en enero de 2016. El ataque estuvo dirigido contra siete empleados de la cadena, que murieron mientras iban en una camioneta. El equipo de TOLO, liderado por Lotfullah, debatió si debían renunciar a su trabajo para evitar futuros ataques. “Hablamos con todos nuestros compañeros y más del 90% de ellos tenía gran presión de sus familiares para renunciar a sus trabajos. Pero, al mismo tiempo, el 90% de ellos decidió quedarse y nos dijo que debíamos seguir firmes y con mayor dedicación y compromiso que antes”.
El ataque de Kabul del miércoles tuvo lugar en el que se considera uno de los barrios más seguros de la ciudad, donde se encuentran embajadas, puestos de control de seguridad, barreras y muros antibomba. Sin embargo, el tamaño de la bomba y su estallido en una intersección muy concurrida en la hora pico de la mañana provocó muchas víctimas mortales, en su gran mayoría civiles. Cada una de esas muertes es trágica. Debemos saber no solo cuántos murieron, sino también sus nombres, sus historias de vida.
La cobertura mediática del ataque con bomba perpetrado el 22 de mayo en un concierto de Ariana Grande en Manchester, Inglaterra, fue inmediata y exhaustiva. Mientras se daban a conocer los nombres de las víctimas, los medios de prensa, televisión e Internet ofrecían una amplia biografía de cada una de las víctimas. El periódico Manchester Evening News creó un sitio web para recaudar fondos que logró reunir casi 3 millones de dólares para las familias de las víctimas y los heridos en el ataque. Sin duda, es una respuesta adecuada. Debido a la ausencia de una cobertura amplia del ataque de Kabul, no hay expresiones de compasión comparables hacia las víctimas de este ataque. Nunca debería normalizarse la guerra, jamás debería convertirse en algo rutinario. Debemos ver imágenes, solo así la guerra se vuelve inaceptable, intolerable.
Aziz Navin estaba de camino a su trabajo en TOLOnews, donde realizaba tareas de soporte informático. Sabemos por su perfil de Facebook que era un ávido fotógrafo y fanático del equipo de fútbol Liverpool, de Inglaterra. Era estudiante de la American University de Afganistán y también trabajaba como administrador de sistemas en la empresa de alojamiento de sitios web NavinHost. Sus compañeros de trabajo de TOLOnews asistieron a su funeral el mismo día que estalló la bomba y publicaron un artículo acerca de él, con imágenes emotivas del funeral.
El otro empleado de un medio de comunicación que falleció, Mohammed Nazir, fue recordado por un compañero de la cadena BBC, Waheed Massoud, que escribió: “Mohammed Nazir era joven. Tenía cuatro hijos y era el único sostén de su familia. Tenía una sonrisa amable y un carácter afectuoso”.
Los informes más recientes dan a entender que el ataque con bomba en Kabul fue perpetrado por la red Haqqani, un grupo insurgente afgano, con ayuda de los Servicios de Inteligencia de Pakistán. Quizá nunca sabremos quién es el culpable y, lamentablemente, tampoco nos enteraremos de los nombres de las víctimas, ni conoceremos sus biografías. La cita preferida de Aziz Navin, publicada en su página de Facebook, era: “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”.
© 2017 Amy Goodman