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Zapateando

A punto de estallar otros Acteal

Por: Laura Castellanos

La estrategia que comprende el despojo de territorio y agresiones paramilitares contra comunidades zapatistas avanza en Chiapas y presenta una nueva escalada de violencia.

En este momento dos comunidades zapatistas, una en la Selva Lacandona y otra en la zona montañosa del norte de Chiapas, están, cada una, a merced de centenar y medio de paramilitares armados que invadieron sus territorios.

El primero es el caso del poblado Nueva Purísima, del municipio autónomo Francisco Gómez, en la Selva Lacandona: el  lunes pasado alrededor de 150 personas armadas, algunas transportadas en camionetas de la presidencia municipal de Ocosingo, invadieron 178 hectáreas cultivadas por zapatistas.

El otro caso es el de la comunidad de San Patricio, del municipio autónomo La Dignidad, en la zona montañosa del norte de Chiapas, que denuncia que más de 150 paramilitares armados invadieron en días pasados sus terrenos y la tienen cercada.

En San Patricio las bases zapatistas reconocieron entre los invasores a policías municipales y dirigentes del grupo paramilitar Paz y Justicia. Los hombres portan armas de grueso calibre y postrados en los caminos y en la montaña prohíben que alguien salga de la comunidad.

Esta situación lleva 11 días en San Patricio y se vuelve más alarmante, pues los paramilitares disparan sus armas para impedir que  la gente se abastezca de sus cultivos o recoja leña.

Además los paramilitares ya se apropiaron de sus cosechas y algunos animales, destruyeron los corrales de cría de animales, quemaron 18 hectáreas de pastizales y derribaron 200 árboles de madera fina.

En contraste, las bases zapatistas están desarmadas, sufriendo escases de alimento y de leña.

En Nueva Purísima y San Patricio el estallido de violencia está latente.

¿Porqué tanta agresión contra poblaciones desarmadas que viven de proyectos colectivos autosustentables agrícolas y de cría de animales?

Estos no son casos ni nuevos ni aislados. Las bases zapatistas resisten, desde su irrupción en 1994, una estrategia contrainsurgente del Estado que entre otras modalidades comprende la de provocar conflictos con comunidades no zapatistas o crear grupos paramilitares.

De esta manera, sin involucrar directamente a las fuerzas armadas, pueblos indígenas en pobreza extrema, con altos grados de alcoholismo y en pugna interna por apoyos partidistas y asistenciales, atacan a pueblos zapatistas.

El despacho jurídico Rafferty Kobert Tenenholtz Bounds & Hess, P.A. de Miami quiere exhibir la creación de esa estrategia contrainsurgente, pues esta semana presentó, en un tribunal de Connecticut, una demanda judicial contra el expresidente Ernesto Zedillo por la matanza de Acteal.

Como se sabe, la masacre la perpetró un grupo paramilitar contra una población indígena indefensa, dejando un saldo de 45 víctimas, entre éstas 21 mujeres y 15 infantes, en 1997.

Zedillo vive en Connecticut y da clases en la Universidad de Yale. Hasta allá lo alcanzó la impunidad cometida en la masacre de Acteal, pues una ley federal del país vecino permite a extranjeros el derecho a demandar a residentes en suelo estadounidense por delitos de lesa humanidad.

El despacho jurídico que representa a un puñado de sobrevivientes de Acteal buscará probar la implementación del “Plan de Campaña Chiapas 94”, según el cual el expresidente dotó de armas a grupos  indígenas locales para que hostigaran y atacaran a poblaciones neutrales y zapatistas.

Bajo el gobierno de Zedillo salió a la luz Paz y Justicia, el grupo paramilitar que tiene cercado a San Patricio.

En 1997 a Paz y Justicia se le acusó de cercar comunidades simpatizantes zapatistas del municipio de Tila. El grupo les impidió el tránsito carretero, el paso de comida y medicinas, y se le responsabilizó de cometer violaciones sexuales y 46 asesinatos.

El EZLN también ha denunciado otras modalidades de esa estrategia contrainsurgente: despojo violento o burocrático de los terrenos apropiados por el EZLN durante la insurrección de 1994, proliferación de programas asistenciales a comunidades rivales, creación de nuevos asentamientos castrenses, entre otros.

Sin embargo en los últimos meses se han incrementado las  agresiones y despojos de otros grupos paramilitares como la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (ORCAO), o de militantes del PRI, PAN y PRD en comunidades de la Selva Lacandona, Los Altos de Chiapas y la selva fronteriza.

El caso de San Patricio evidencia la provocación abierta para que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tome de nuevo las armas.

EL EZLN depuso las armas cuando tras el rechazo legislativo de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar en 2001, decidió convertirse en un movimiento civil pacífico. Las depuso, pero no las entregó. Y el subcomandante Marcos ha dicho que sólo las utilizarán para defenderse.

Si el EZLN respondiera a la violencia paramilitar, el Estado justificaría el uso de la fuerza castrense para tomar el territorio zapatista y así sofocar la experiencia autónoma.

Se pensó que la experiencia zapatista sucumbiría con el tiempo. Lo cierto es que si bien bajó en visibilidad, consolida su  autonomía y sirve de inspiración a etnias que impulsan procesos similares.

La lección autonómica zapatista es simple: rechaza cualquier apoyo partidista o programa gubernamental; no participa en elecciones; promueve la organización colectiva, horizontal e incluyente; creó programas de salud, educación, gobierno e impartición de justicia con identidad propia; estableció proyectos productivos autosustentables y protege su tierra y recursos naturales.

Si bien es simple, esa lección también es poderosa, pues mueve conciencias colectivas en un momento en el que la crisis capitalista provoca que gobiernos e iniciativa privada codicien las extensiones de tierra y los recursos naturales de territorios indígenas.

De esta manera, comienza a proliferar la resistencia activa de  comunidades indígenas en salvaguarda de su riqueza natural.

Lo vemos actualmente en el pueblo yaqui de Vicam, Sonora, que ha cerrado carreteras en protesta por la construcción de un acueducto que los despojará de miles de hectáreas de riego.

También lo vemos en la población purépecha de Cherán, Michoacán, que se atrincheró en defensa de sus bosques ante la devastación impune cometida por talamontes.

De idéntica manera se actúa en Ostula, Michoacán, donde la población nahua creó un movimiento de autodefensa para recuperar más de 700 hectáreas de propiedad comunal arrebatadas por los caciques del lugar.

Y estamos a punto de verlo en comunidades indígenas de la montaña de Guerrero, sede de la afamada policía comunitaria, que se oponen a la llegada de compañías mineras canadienses a sus bosques.

La autonomía zapatista inspira por igual la lucha de etnias o poblaciones rurales de Oaxaca, Veracruz, Jalisco, Baja California, Campeche, entre otros estados.

Todo indica que la lección zapatista se extenderá en el país conforme se agudice más la crisis capitalista.

Así es como desde lugares apartados y empobrecidos se fortalecen retículas de lucha y sobrevivencia. Se trata de nuestros propios indignados.

Sin embargo, la autonomía zapatista está más vulnerable que nunca. En los últimos tres meses grupos paramilitares agredieron a comunidades zapatistas de cada uno de los cinco Caracoles en las que éstas se aglutinaron por regiones: Oventic, La Garrucha, Morelia, La Realidad  y  Roberto Barrios.

Ahora San Patricio, en el Caracol de Roberto Barrios “Nueva semilla que va a producir”, y Nueva Purísima, en el Caracol de La Garrucha “El camino del futuro”, están en peligro de sufrir otra masacre como la de Acteal.

La responsabilidad del desenlace de estas invasiones paramilitares recae directamente en el gobierno estatal de Juan Sabines y el gobierno federal de Felipe Calderón.

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Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas

Acopio solidario para San Patricio (San Cristóbal de Las Casas)

Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas A. C.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 22 de septiembre de 2011.

El grupo paramilitar “Paz y Justicia”, ha intensificado, desde día 07 de septiembre, la violencia contra la comunidad San Patricio, Municipio Autónomo Rebelde Zapatista La Dignidad, Chiapas, del municipio oficial de Sabanilla. Los agresores que ya suman 160 y se encuentran armados, han establecido un cerco a la comunidad sembrando sus banderas en ese territorio en un acto de intimidación y no permiten que las Bases de apoyo Zapatistas puedan trabajar sus tierras o conseguir sus alimentos ya que los paramilitares han destruido pastizales, cultivos y  han robado animales, con la intensión de forzar el desplazamiento de l@s compañer@s y así despojarl@s de las tierras que recuperaron en el ’94.

Ante esta situación, el Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas y la Brigada Feminista por la Autonomía integrantes de la Otra Campaña, convocamos a la población en general y a las organizaciones de la sociedad civil a solidarizarse con las mujeres, hombres, niñas y niños de San Patricio, aportando víveres como maíz, frijol, sal, azúcar y  aceite, así como cobijas que se les hara llegar lo más pronto posible.

El acopio se realizará en las siguientes direcciones:

  • Cerrada Laguna de Chapultepec, número 8, Colonia Sector Salud.
  • Andador Caoba número 8, colonia Ciudad Real.

¡Alto a la guerra contrainsurgente en contra de los municipios autónomos!

¡Ante el terrorismo de estado, la organización y la solidaridad!

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Grupo de Trabajo No Estamos Todxs / RvsR

Grupo de Trabajo No Estamos Todxs-RvsR (Chiapas) denuncia hostigamiento, persecución política y abusos de autoridad en los CERSS de Chiapas

Compañer@s,

El dia de hoy el Grupo de Trabajo No Estamos Todxs y la Red contra la Represion y por la Solidaridad (Chiapas) hacemos publica la siguiente denuncia.

San Cristóbal de Las Casas, a 18 de septiembre de 2011

Por este medio el Grupo de Trabajo No estamos Todxs y la Red Contra la Represión y por la Solidaridad (Chiapas) queremos denunciar las irregularidades y los abusos de autoridad que hemos constatado en las visitas a los Centros Estatales para la Reinserción Social de los Sentenciados (CERSS) del estado de Chiapas.

El domingo 11 de septiembre del presente año, los compañeros injustamente presos de la organización Solidarios de La Voz del Amate se vieron restringir de manera arbitraria el tiempo de visita. Las autoridades penitenciarias del CERSS No.14 El Amate solo permitieron una visita de una hora al compañero Enrique Gómez Hernández, y los custodios del CERSS No.6 de Motozintla apenas permitieron una visita de 15 minutos al compañero Juan Collazo Jiménez, cuando el domingo es un día de visita general en el cual el tiempo no puede restringirse de esta manera.

Los compañeros Enrique Gómez Hernández y Juan Collazo Jiménez quienes fueron trasladados de manera forzosa se encuentran en penales muy alejados de su familia y compañeros lo cual es una manera de desestructuración política y psicológica. Las autoridades penitenciarias, a cargo de la Subsecretaria de Ejecución de Sanciones Penales y Medidas de Seguridad del Estado de Chiapas, están violando una vez más los derechos de los presos al impedirles tener visitas de un tiempo razonable y así tener contacto con el mundo exterior, derechos reconocidos a nivel nacional e internacional.

Tales restricciones en los tiempos de visita consisten una violación grave a los derechos de los compañeros presos, pues una vez más nos enfrentamos a una estrategia de las autoridades para aislar a los presos, arrebatarles sus derechos básicos y su dignidad todo eso con la finalidad de romper el tejido social y organizativo.

Por todo lo anterior, exigimos que se respeten los derechos de los compañeros presos, que cesen el hostigamiento, la persecución política y los abusos de autoridad en los CERSS del estado de Chiapas.

Exigimos la libertad inmediata de los presos de la Voz del Amate y los Solidarios de La Voz del Amate, así como la liberación de los compañeros adherentes a la Otra Campaña de Mitziton y el compañero de la organización Voces Inocentes.

Grupo de Trabajo No Estamos Todxs
Red Contra la Represión y por la Solidaridad (Chiapas)

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CENCOS

Caravana del Sur Día 9: Delineando el golfo

Coatzacoalcos, Veracruz, 17 de septiembre de 2011 (Cencos).- Nos recibieron en la Plaza de la República, a un lado del palacio municipal de Villahermosa, Tabasco. Llegamos tarde y los contingentes, impacientes, esperaban bajo los sofocantes rayos del sol. Las gotas evaporadas de lluvia, mar y ríos penetraron nuestros poros en el momento en que descendimos del autobús. Los vendedores de agua fresca y pozol se rebosaron de caravaneros sedientos al instante, así como las fuentes de la plaza que nos refrescaron la mañana.

“Codo a codo somos más que dos” dice Mario Benedetti en su poema Te quiero, y lo citó una de las oradoras tabasqueñas en comunión de aquellos para con nosotros: eso es lo que significa la caravana y que se extiende entre el pueblo mexicano.

Son varias las demandas expuestas del pueblo tabasqueño, simples pero irresueltas, como las constantes inundaciones provocadas para las que se preparan año con año, cada vez peores; el desplazamiento de comerciantes y, por tanto, el desempleo; y el paso de migrantes, pues dicho estado es parte de la ruta de La Bestia –el tren que usan de transporte al norte en su paso por México-, por mencionar algunas. Las exposiciones de las violaciones a derechos humanos en este otro sur continuaron y se hizo una clausura simbólica del palacio municipal, por parte de los más afectados, comunidades indígenas, y a la que se sumaron otros contingentes.

Entre consignas y canciones, y luego de pintar la fuente de los Pescadores de rojo, se marchó a la Cámara de Diputados en la Plaza Bicentenario; un grupo de migrantes centroamericanos, coordinados por el reportero gráfico Irineo Mujica -quien ha sido agredido por las autoridades al querer registrar cómo es el camino de ellos-, exigían justicia inmediata, resolución de los casos de desaparecidos, condiciones propicias para el paso de migrantes por el país, entre otras. Las canciones por la paz no se traslapaban, cada una traía su propio ritmo y voz.

Ya fuera de la Cámara se acumuló y apretujo la gente en todos los rincones sombreados y como barco en ese mar llegó el CheBus, el autobús número 14 de la Caravana con amplias lonas repletas de mensajes de paz y por su escalera lateral subieron las víctimas, esa que cuentan sus historias para que México despierte y “nunca les pase a ninguno de ustedes”.

Arturo Romero, tabasqueño secuestrado comenzó diciendo que ya no recuerda cuando fue que todo sucedió porque se propuso olvidarlo y lo logró, en las manos traía un engrane de material barroso y en metáforas lo asemejó a cada integrante del movimiento: débil, frágil, pero parte de un todo que avanza constante hacia la paz.

Es difícil perder a un hijo, un padre, un hermano desaparecido o asesinado y aún tener ánimo para levantar la voz, dijo Gabino Gómez, defensor de derechos humanos en Chihuahua y compañero de lucha de Marisela Escobedo, asesinada en la capital de su Estado. Esta vez, Gabino tomó la voz con que Ema Veleta no puede sacudirnos por su dolor. Ella perdió a todos los hombres de su familia un día del padre.

Las víctimas son esa voz donde el silencio del miedo devora todo, son esa base para recomenzar la nación y así, con esa palabra, doña Mari Herrera condujo la marcha de nuestro siguiente puerto: Coatzacoalcos.

Tocamos tierras veracruzanas cuando se estaba yendo la tarde en el Puerto de Coatzacoalcos, el vapor lo rodeó todo, la música, el andar, las consignas. Sonaron el claxon los automovilistas y la gente se asomó por las ventanas para saludar nuestro paso. Sus habitantes saben que aquí también urge la paz.

Veracruz es un estado que arrastra deudas históricas con su sociedad, y que ahora enfrenta el recrudecimiento de la violencia de la guerra contra el narcotráfico, son cada vez más frecuentes los ataques contra la población civil, las amenazas y los enfrentamientos. Quizá por eso se escuchó muy fuerte el mensaje a la unión, a no dejarnos solos, a hacer a un lado las diferencias y a enfrentar juntos los tiempos oscuros que atravesamos.

Mientras esto ocurría en el templete, en la pequeña plaza se preparaba un globo de cantoya para echar al vuelo, se ponía una ofrenda a las víctimas de la violencia con veladoras y palomas de papel que colgaban de las ramas de un árbol y niñas y niños dejaron mensajes de paz en
mantas.

Para despedirnos esta noche de la parte sur vercruzana los jaraneros nos reglaron dos sones jarochos para bailar, con eso bastó para que la caravana zapateara aún con los pies cansados que llegarán a la ciudad de Jalapa.

Entrevista: 10 años migrando

Oudi es de Honduras, tiene 26 años y desde los 16 comenzó su búsqueda de oportunidades, junto a unas 300 o 400 personas que salen diariamente de ese país, según su estimado. Allá no hay empleo y entonces Oudi se pregunta “¿para qué estudiar si después no hay trabajo?” Además, el narcotráfico controla las calles, si no formas parte de ellos te agreden y discriminan entre el mismo pueblo.

En su primer intento por cruzar la frontera de Estados Unidos, después de un viaje de al menos 16 días a través de México, fue deportado. Regresó dos años después para lograr su cometido y se instaló en Florida, Estados Unidos, donde trabajó en algunas construcciones e, incluso, formó una familia, aunque su plan era quedarse únicamente por tres años.

Vivió allá por ocho años, ahora tiene dos hijos: el pequeño de dos años y el bebe de cuatro meses, a éste último no lo conoce, pues hace ocho meses, mientras su mujer aún estaba embarazada, fue deportado. Iba corriendo cuando lo detuvieron arbitrariamente, le pidieron papeles y se lo llevaron por no contar con ellos, hasta cinco días después pudo notificar a su esposa y fue deportado.

Desde entonces, ha intentado regresar, pues quiere ver a sus hijos pero no lo ha logrado, con esta lleva ya 4 deportaciones y a la siguiente podría ser encarcelado. Otra vez se encamina al norte y expresa “voy con miedo pero digo: que Dios me bendiga”.

Centro Nacional de Comunicación Social

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CENCOS

Caravana del Sur Día 8: Con los pueblos indígenas las cuentas siguen pendientes

Palenque, Chiapas, 17 de Septiembre de 2011 (Cencos).- En su octavo día de andar, la Caravana de la Paz entró en marcha a la ciudad de Ocosingo, cabecera del municipio más grande del estado chiapaneco. Nos reunimos a las afueras del Mercado Público que aún conserva los agujeros de las balas intercambiadas entre el Ejército mexicano y las y los combatientes zapatistas en la Batalla de Ocosingo del 2 de enero de 1994, ahí recordamos a los que cayeron.

Ya en el templete, las organizaciones locales compartieron a sus visitantes las historias de las violencias que enfrentan las comunidades indígenas de organización autónoma; zapatistas o no, ellas resisten activamente una guerra de baja intensidad plagada de violaciones a derechos humanos como asesinatos, desapariciones forzadas y el paramilitarismo, también resisten a las estrategia de contrainsurgencia gubernamental que se disfraza con rostro de programas sociales que traen pocos o nulos beneficios a las comunidades.

Estas políticas han deteriorado el tejido social comunitario pasando por encima de la vida en todas sus formas, pues se prioriza la ganancia y el valor del dinero. A las comunidades se les castiga con la pobreza y por la defensa de la tierra y la naturaleza, por Montes Azules, por el cese de la explotación a cielo abierto de la mina de Chicomuselo, también contra las altas tarifas en el cobro de la energía eléctrica entre una larga lista de agravios.

Ahí en Ocosingo, el padre Alejandro Solalinde, que ha acompañado este andar recordó como aquel primero de enero de 1994 los pueblos mayas sacudieron a México, y llevó el mensaje de la caravana a estos pueblos “soñar con la libertad sin la organización puede convertirse en una pesadilla a largo plazo” por eso, dijo, hay que caminar juntos en estas y en todas las luchas.

Al atardecer partimos hacia Palenque, donde al llegar su gente nos recibió con una marea en calma de llamas que brillaban en la oscuridad, caminamos sobre las calles mojadas para encontrarnos con más personas y más historias. Con las canciones de la iglesia de los pobres entonadas por Fray Tomás González, defensor de derechos humanos que desde el albergue “La 72″ (nombrado así para rememorar el asesinato de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas en agosto de 2010) ha sido amenazado por brindar a las y los migrantes un poco de lo que el sistema económico les ha negado.

Hoy pernoctamos en su parroquia para mañana pisar tierra tabasqueñas.

Caravana de caravanas. La paz son los caminos

Esta es una caravana que lleva muchas otras caravanas, una de ellas la que partió para dar un saludo a las comunidades zapatistas en resistencia en el caracol de Oventic. La otra, la noche anterior, es la que acudió a Acteal para acompañar y escuchar a las víctimas de una de las mayores masacres hacia los pueblos indígenas desde que la guerra inició en Chiapas en 1994.

Oventic, el tiempo en resistencia

A las siete y media de la mañana desde San Cristóbal partieron un camión y una decena de coches por el camino a San Juan Chamula, hacia San Andrés Larrainzar y finalmente a estas pictóricas fachadas a la entrada del territorio liberado anunciando la rebeldía, pero sobre todo la autonomía.

La expectativa era altas, pero el sol infatigable en vez de la neblina de las montañas del sureste ya daba una pista de que al subir a Oventic las decisiones no estarían en manos de los caravaneros.

Cerca de un centenar de caravaneros, caravaneras y periodistas se agolparon a la espera de pasar, pero sólo entró una comitiva con Javier Sicilia, Julian LeBarón, Teresa Carmona, Melchor Flores, Guadalupe Muñoz y algunos invitados como Miguel Concha Malo y representantes del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.

El encuentro se dio con la Junta de Buen Gobierno de Oventic que por una hora escuchó las historias de 35 familias de víctimas de asesinato y desaparición forzada. “Bienvenidos a esta casa que es de todos, no solo de los zapatistas. Les damos la bienvenida, somos la Junta de Buen Gobierno y queremos escucharlos. Nosotros no hablaremos, sólo oiremos”, dijo uno de los 6 zapatistas que recibieron a la comisión en una pequeña oficina de madera.

“Gracias por venir desde lejos, por venir hasta acá, por hacer un esfuerzo y llegar con nosotros”, dijo una de las tres mujeres que integran la Junta.

Ya afuera, luego de la espera y de ver del otro lado de la cerca la vida cotidiana en el caracol, por fin la comitiva salió y Javier Sicilia resumió el encuentro como este “saludo” que el Movimiento le debía en persona a los zapatistas luego de aquella marcha que 15 mil de ellos hicieron el pasado 7 de mayo de San Cristóbal de las Casas en apoyo a la movilización del poeta del 8 de mayo en el zócalo de la Capital.

La lección a aprender de ellos, dijo sin ironía, es que en las comunidades zapatistas no corres peligro y en el resto del país sí. De la Junta de Buen Gobierno ya no salió palabra alguna, sólo ofrecieron su atenta escucha para las víctimas de esta guerra en que ellos desde hace mucho tiempo ya luchan.

Acteal: la no violencia del zapatismo

“El día 22 de diciembre de 1997 mientras se encontraban orando y ayunando por la paz, fueron masacradas en este lugar 49 personas por paramilitares entrenados, dirigidos y protegidos por el Estado este año de 2009 excarcelados y absueltos por el Estado a través de la llamada Suprema Corte de la Justicia de la Nación”, así se está recordando ese quebrantado día a la entrada de la Caravana a Acteal, Chenalhó, Chiapas en la Comunidad de Las Abejas.

Después de subir un espiral de caminos revoltosos, árboles, cerros, tormenta y nubes de tonalidades distintas durante 3 horas, llegamos al municipio y nos sumergimos en la selva aún más; las escaleras para adentrarnos comenzaban a nivel del suelo en que llegábamos y de ahí para abajo, al corazón de la tierra.

La espera era decepcionante, entonces, se hicieron algunos actos mientras llegaba la Caravana, incluso la lluvia torrencial se hizo presente sin pretensiones siquiera de acallar el grito y ésta, aunque escandalosa, no saboteó en ningún momento la noche; era parte del escenario para este 15 de septiembre de 2011.

Pronto incrementó la incertidumbre: por un lado, la escasa comunicación con dos camiones de la Caravana que no llegaban y nos mantenían escépticos de su llegada; por el otro, los que no sabíamos tzotzil, minoría en esos momentos previos a la llegada, no comprendíamos las notificaciones. Minutos antes de las 11 de la noche, nos encaminamos para recibirlos a la vialidad, ahí, aún sin seguridad sobre su arribo, esperamos con la música y el silencio, con esa esperanza tan arraigada de los pueblos, cuya trayectoria es de más de 500 años.

Por fin, aproximadamente media hora después, llegaron los camiones de redilas con una parte de la Caravana naufraga, la cual tuvo que sobrepasar deslaves en el camino para cumplir lo planeado con la comunidad; los músicos comenzaron a tocar y la lluvia era imperceptible.

Ya en el auditorio se presentaron con nombre y organización los que conformaban la comisión por parte de la gran caravana, asimismo, se leyó un mensaje en nombre de Javier Sicilia, quien no puedo llegar al evento. Personas de diversos estados del país como Jalisco, Guerrero, Estado de México, Distrito Federal, Chihuahua, Oaxaca, Michoacán y Puebla. Después fue el pronunciamiento de la asociación civil Las Abejas de Acteal, donde 29 mujeres, 15 niños y 5 ancianos fueron asesinados, además de un feto extraído del vientre de su madre. Había un altar para aquellas personas al cual le incluyeron 500 velas -diez por cruz de cada unos de sus muertos- para representar a los 50,000 muertos de Calderón.

El grito fue de hartazgo y de querer ser independientes, de la lucha por la independencia, no de ésta en sí misma. “Seguimos resistiendo y construyendo autonomía, en busca de paz y perdón que no sea impunidad, de la verdad. Organícense” recalcaron. Y sus enseñanzas de lucha fueron, durante el acto, y siguen siendo agradecidas.

Centro Nacional de Comunicación Social

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Red contra la Represión y por la Solidaridad

22 de septiembre: Dislocada Nacional e Internacional de Apoyo y Solidaridad con las BAZ

Las Bases de Apoyo Zapatistas (BAZ) ¡no están solas!

22 de septiembre:
Dislocada Nacional e Internacional de Apoyo y Solidaridad con las BAZ

A l@s compañer@s de la Otra Campaña
A l@s compañer@s de la Zezta Internazional

Las agresiones y hostigamientos en contra de las comunidades y pueblos zapatistas de Chiapas se han incrementado. De julio a la fecha l@s compañer@s de las Juntas de Buen Gobierno han hecho públicas más de 6 agresiones en contra de compañer@s Bases de Apoyo Zapatistas (BAZ) realizadas por grupos de corte paramilitar, o con dirigencia paramilitar como la ORCAO y por parte de militantes y autoridades de los partidos verde, PAN, PRI y PRD quienes han contado con el apoyo de los tres niveles de gobierno.

La última denuncia hecha por los compañer@s de la JBG de Roberto Barrios es muy grave, ya que prácticamente los compañer@s BAZ de la comunidad de San Patricio se encuentran sitiados por fuerzas paramilitares y se teme por su vida.

Lo anterior contrasta con las declaraciones del gobierno estatal en el sentido de haber avanzado en la solución pacífica de los problemas y con el desarme de los viejos grupos paramilitares, que ahora vuelven a hacer acto de presencia con otros nombres y siglas, pero con las mismas personas en su dirección y la complacencia de las policías municipales y estatales, así como de los titulares de los malos gobiernos municipales y estatal.

Este clima de hostigamiento físico por parte de los malos gobiernos, pretende acabar con la autonomía zapatista que definitivamente golpea rudamente el rostro de quienes están al frente de las instituciones federales, estatales y municipales, ya que mientras gastan miles de millones de pesos en una guerra supuestamente en contra de la inseguridad, son los territorios zapatistas las zonas más seguras del país, las únicas que salen de la miseria en la que están hundidas las comunidades y pueblos indios en el país.

Por lo anterior, de acuerdo a sus formas y modos, los llamamos a unir nuestras fuerzas, a levantar nuestras voces en apoyo y solidaridad con las Bases de Apoyo Zapatista que enfrentan la ofensiva paramilitar de los malos gobiernos y de la clase política y económica de México, realizando el próximo día 22 de septiembre una acción dislocada nacional e internacional, para que se escuche fuerte:

¡LOS ZAPATISTAS NO ESTAN SOLOS!

Organiza tu acción e infórmanos de ella.

En el DF: acto de difusión y propaganda frente al museo de Antropología e Historia el 22 de septiembre a las 11:00 am

¡Alto al hostigamiento a los pueblos zapatistas!

Pres@s Polític@s ¡Libertad!

Fraternalmente,

Colectivos, Organizaciones e Individuos de la Otra Campaña

Red Contra la Represión y por la Solidaridad (RvsR)

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Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad

Palabras de Javier Sicilia en Oventic, Chiapas

Oventic, Chiapas, 16 de septiembre de 2011.- Quiero saludar este encuentro con unos versos que escribieron los zapatistas para celebrar el séptimo aniversario de su alzamiento: (…)/ Resistimos a la muerte que mata matando/ Resistimos a la muerte que mata olvidando/ Resistimos a la muerte/ Vivimos/ Aquí estamos/ Así está mandado por nuestros más primeros:/ Que el 7 se abra a nuestro latido/ Que eco se haga/ Y puente/ Y camino/ Y lugar/ Y casa/ Para que viva el corazón primero de esta patria/ Para que nunca más el silencio sea cómplice del crimen/ Para que la palabra no se pierda entre el ruido/ Para que la soledad sea derrotada y no haya fronteras para el esperanza/ Para que los pies de todos tengan el paso digno/ Para que nadie quede sin lugar para sembrar la memoria/ Para que todos puedan entrar y salir y las paredes no sean cárceles sino cobijo/ Para que este país llamado México nunca vuelva olvidar a quienes por ellos y con ellos es/ Para que quien antes estuvo fuera y perseguido dentro se esté y con todos y devuelva la memoria/ (…)/ El tiempo marca ya el tiempo de los más pequeños/ (…)”. Por la memoria de nuestros muertos que viven cuando resistimos al olvido, hagamos un minuto de silencio.

Hermanos y hermanas zapatistas, venimos desde hace 5 meses caminando, recorriendo el país, recogiendo dolores, consolando y consolándonos de tantos desprecios, de tantos agravios, gastando el alma y las suelas para encontrarlos y abrazarlos también a ustedes cuyos dolores y agravios son más antiguos que los nuestros.

Hace 17 años ustedes hicieron consciente a la nación de ese desprecio ancestral y al hacerlo, al mostrarlo con el símbolo de los sin rostro, no sólo nos hicieron sentir vergüenza de nuestro olvido, de nuestra deuda histórica con los más primeros de nuestros pobladores, sino que, con una dignidad ejemplar, llenaron de contenidos a una nación que, devorada por la esclavitud de lo económico y la administración institucional de la vida, había perdido de vista su dignidad y, como en otras épocas –en las épocas en que los barbados, los que vinieron del mar, los despojaron de su historia primera– los había dejado morir de enfermedad, de despojo, de hambre y de desprecio. Por desgracia, después de la vergüenza, del entusiasmo por devolverles su historia y aprender de ella, volvimos a olvidarlos. El gobierno traicionó los Acuerdos de San Andrés y nosotros, sin saber bien lo que habíamos mirado y nos habían revelado, volvimos a someternos al juego del Estado, a la corrupción de los gobiernos, a la simulación de una transición democrática que abriría el camino a los intereses globales y a la voracidad del mercado.

La consecuencia de ese olvido, de ese no haber entendido, desgarró aún más el tejido social de la nación, miserabilizó a todos, le cerró el presente a los jóvenes, fomentó el crimen y exaltó la corrupción. En esas condiciones, el gobierno, cuyo partido había enarbolado la bandera de la transición democrática, decidió, en nombre de los intereses globales de los norteamericanos y de su consumo de drogas, desatar una guerra contra el narcotráfico que nos ha costado más de 60 mil muertos, más de 10 mil desaparecidos y más de 120 mil desplazados criminalizados por un Estado que hasta recientes fechas no había querido asumir su responsabilidad. A los agravios ancestrales a los pueblos indios se han sumado ahora los agravios a toda la nación. El norte del país, hermanos y hermanas zapatistas, está balcanizado por el crimen y la corrupción de los gobiernos; el norte y parte del sur del país está destrozado por la muerte, los levantones, los secuestros, las desapariciones forzadas, los feminicidios, los cobros de piso del crimen organizado y por un ejército que, contra su vocación fundamental, ha sido sacado de sus cuarteles y ahora habita en nuestras calles. La herida abierta en la frontera norte del país, en Ciudad Juárez, se ha ido extendiendo por toda la nación como una gangrena que se está llevando a nuestros hijos e hijas y amenaza con devorarlo todo.

Desde hace 5 meses, sin embargo, queridos hermanos y hermanas zapatistas, después del brutal asesinato de mi hijo Juan Francisco y de sus amigos Julio, Luis y Gabo, nos pusimos a caminar, a mostrar que las “bajas colaterales”, las cifras con las que el gobierno quería enterrar en el olvido a nuestro muertos, tienen nombres, apellidos, familias, que muchos de ellos son inocentes y que todos, no importa que sean criminales –porque no se nace criminal– deben ser visibilizados, mostrados, recuperados en sus historias y en nuestra memoria, que debemos detener esta guerra y hacer una paz con justicia y dignidad donde, como ustedes no han dejado de repetir, se funde “un mundo donde quepan muchos mundos”, donde ningún hijo, hija, padre, madre, hermano o hermana de esta familia humana que habita México sea humillado, violado, asesinado.

Por eso decidimos, sobreponiéndonos a nuestro sufrimiento, caminar, abrazar, besar, dialogar, tocar el corazón y las conciencias de todos, hacer, sin perder la firmeza y la crítica, la paz. Porque creemos, como lo creía Gandhi, que no hay camino para la paz porque la paz es el camino, buscamos con nuestros gestos mostrarla, revelarla, hacerla presente en donde estamos.

Es tiempo, queridos hermanos y hermanas zapatistas, de hacer la paz, y la paz no puede hacerse sin todos y sin escuchar el latido del corazón de la patria, de ese corazón que late al norte, al sur, al este, al oeste, a la izquierda, a la derecha, abajo y arriba, en todas partes en donde un hombre y una mujer de buena voluntad han decidido refundar a la nación y, en el amor que sobrepasa al odio, crear un mundo en el que quepan muchos mundos. Por eso fuimos al norte, por esos nos sentamos a dialogar con todos y por eso venimos hasta aquí a saludar con toda humildad a los más primeros, a los que nos recordaron y nos recuerdan siempre que nada compensa la humillación de un ser humano.

Ciertamente, como alguna vez lo dijo Albert Camus, no podemos crear un mundo en donde ya no se asesine a los inocentes, pero juntos, con todos esas voluntades unidas, podemos hacer un mundo en donde su dolor y su muerte disminuya.

Además, no dejamos de seguir opinando y ahora exigiendo, que deben respetarse los Acuerdos de San Andrés.

radio
CENCOS

Palabras del Movimiento por la Paz al pueblo de Acteal


Difusión Cencos México D.F., 15 de septiembre de 2011

Comunicado
MPJD

Esta noche del 15 de septiembre, una noche en que la memoria de la libertad y de la independencia, está dolida y traicionada, quiero empezar con unos versos del poeta Alberto Blanco: “[…] pertenezco a la tribu/ de los que no tienen tribu;/ o a la tribu de las ovejas negras;/ o a una tribu cuyos ancestros vienen del futuro;/ una tribu que está por llegar/ […]/ […] grande/ […] fuerte, / una tribu donde nadie/ quede fuera de la tribu,/ donde todos,/ todos y siempre/ tengan su santo lugar”. Por esa tribu que somos nosotros y que esta noche traicionada carga con el dolor y la memoria de sus muertos que viven en nosotros pido un minuto de silencio.

Como en 1810, como desde hace 101 años, los mexicanos no hemos dejado de rememorar el grito de Hidalgo que, en medio del dolor y de la sangre, inició la independencia de nuestra nación. Sin embargo, desde hace 17 años, después de que los Acuerdos de San Andrés Larrainzar, que visibilizaron y dignificaron a aquellos con los que la independencia tenía un largo pendiente, se traicionaron y se coronaron con la infamante masacre de Acteal y con de de muchas de dulces y hermosas  Abejas, el grito se vació de contenido. Esa traición, en nombre del capital, del liberalismo económico, de los valores de cambio sobre los valores de uso, del dinero sobre los ámbitos de comunidad, fundados en la sacralidad de la tierra, en la proporción y la memoria; esa traición que ha reducido los territorios y las personas a “recursos materiales” y “recursos humanos” explotables, mmanipulables, miserabilizables, como presindibles, ha redundado en el horror de una guerra que, impuesta por el gobierno norteamericano para proteger su alto consumo de droga, y decretada y avalada irresponsablemente por el gobierno de México, tiene desgarrada a la nación.

En ella, los ciudadanos –que no la hicimos ni la queremos– hemos ido perdiendo, como ha sucesido en el mundo indígena, a nuestros hijos, a nuestros padres, a nuestros hermanos. Sesenta mil muertos, más de 10 mil desaparecidos, más de 120 mil desplazados, que se suman a los miles de muertos y de desplazados de los pueblos indios, y que día con día acrecientan su número –simplemente desde el diálogo que el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad sostuvo el 23 de junio con el Presidente de la República, al 9 de septiembre, es decir, menos de tres meses después, se han sumado a las miles de víctimas que visibilizamos, 2867 nuevos asesinatos– son el saldo de una guerra en donde, como un lodo en el que el agua y la tierra están mezcladas, se han borrado las fronteras entre los criminales y los gobernantes.

Bajo ese horror, el grito de independencia se ha vuelto impronunciable. Hoy no podemos gritar Viva México porque en nombre de los intereses globales de un país extranjero tenemos una guerra en donde se secuestra a nuestros hijos e hijas, se les desaparece, se les viola, se les asesina o se les corrompe; no podemos pronunciar el nombre de los héroes que nos dieron patria porque a falta de un tejido social, que la clase política y el desprecio de los poderes fácticos ha ido desgarrado, nuestros jóvenes y niños tienen destruido y cerrado su futuro, que es el futuro del país; no podemos gritar porque cargamos a cuestas el nombre de nuestros muertos que la frialdad del Estado –el más frío de los monstruos fríos– ha querido borrar bajo la criminalización, la estadística y el deprecio que insulta con el epíteto de “bajas colaterales”; no podemos gritar porque la corrupción de la clase política y la impunidad, ha perdido la vocación fundamental del Estado que es cuidar la seguridad de los hijos e hijas de la patria y a causa de ello millones de nosotros vivimos en el terror y en la miseria; no podemos gritar porque hoy ningún ciudadano puede transitar por sus espacios públicos o poner un negocio o cultivar su tierra sin correr el riesgo de ser levantado, extorsionado, despojado o asesinado; no podemos gritar porque los ministerios públicos no sólo no hacen justicia a la víctimas, sino que, bajo este lodo en el que se ha convertido el suelo del país, se les desprecia e incluso se les amenaza, porque la delincuencia que habita en muchos funcionarios y miembros de partido que han hecho de la noble palabra gobernar un forma de delinquir, de expoliar a la nación y de vincularse con el crimen organizado, permanecen impunes, protegidos por la propia clase política, mientras las cárceles están repletas en su mayoría de hombres y mujeres cuyos delitos son acaso faltas morales, delitos del hambre o disidencias políticas; no podemos gritar porque el gobierno, al igual que los delincuentes del crimen organizado, sólo tienen imaginación para la violencia y quieren militarizar el país como una falsa garantía de paz; no podemos gritar porque el latido del corazón de la patria está desacompasado y, hundidos en un pantano hecho de miseria y despojo, ya no sentimos su suelo bajo nuestros pies.

Por eso hoy, este 15 de septiembre de 2011, guardamos silencio, como lo hicimos durante la marcha rumbo a la Ciudad de México. Ese silencio grita que nuestra independencia está traicionada, que la sangre de nuestros héroes –en la sangre de los hijos y las hijas de la patria, que la corrupción del Estado y los señores de la muerte han negado– está humillada, que los gritos de independencia que los poderes gritan hoy en las plazas vacías es una mentira que nos humilla a todos; ese silencio grita que necesitamos una ley de seguridad ciudadana y humana que haga la paz y no continúe la guerra, que necesitamos visibilizar a las víctimas y, mediante una buena procuraduría de atención a ellas y una comisión de la verdad, darles la justicia y el acompañamiento que les hemos negado, que necesitamos la memoria de todos nuestros muertos y retejer entre todos el tejido desgarrado de la nación, que necesitamos, por lo mismo, respetar los Acuerdos de San Andrés que los intereses del mercado y la miopía de un Estado sin sustancia han traicionado y repensar un mundo en el que, como es el mundo de las Abejas de Acteal, bajo la proporción y el límite puedan caber muchos mundos. Nuestro silencio grita hoy en este lugar que entre todos debemos hacer la paz con justicia y dignidad, una paz que sólo puede nacer de la humildad, del amor, de lo pequeño e inestable como el pueblo de Acteal y esta Caravana que hoy llegó a estas tierras para abrazarlos y consolarnos, para retejer junto con el norte el manto desgarrado y humillado de la patria.

Nosotros somos junto con ustedes los hijos y las hijas de la patria dolida y traicionada, los más pequeños, los pobres, los desconsolados, los humillados, los negados, somos, junto con ustedes y todos los olvidados de la historia, escalera, puente que viene desde la frontera norte del país a unir, no a separar, a servir, no a servirse, a mostrar con ustedes y todos los hombres y mujeres dignos, el corazón dolido de la patria que en la presencia de todos los que, como hoy, nos han acogido, amado, consolado, muestra la paz, el amor y la libertad que queremos, esa paz, ese amor y esa libertad que no hemos dejado de mostrar durante siglos de andar, como antorchas, bajo la noche de quienes quieren reinar con la muerte; somos los hijos y las hijas de “una tribu [que ya llegó] y está por llegar/ […]/ una tribu donde nadie/ quede fuera de la tribu,/ donde todos,/ todos y siempre/ tengan” el santo lugar que llevamos en nuestro corazón como una presencia y una promesa de lo que somos.

Que nuestro silencio resuene durante cinco minutos, en este lugar del dolor y del amor que en la reunión de las víctimas representa los inmensos dolores y reclamos de nuestra patria.

Acteal, Chiapas
15 de Septiembre de 2011.

Movimiento por la Paz Con Justicia y Dignidad

Información difundida por el Área de Comunicación y Visibilidad de Cencos

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CENCOS

Caravana de la Paz Día 6: La paz es también la libertad de cruzar fronteras

Ciudad Hidalgo, Chiapas, 15 de septiembre de 2011 (Cencos).- La Caravana de la Paz se internó en Tapachula, Chiapas al caer la tarde, y de ahí a la frontera sur del país en Ciudad Hidalgo, lugar depositario de sueños de un futuro mejor y puerta que adentra a los horrores de un sistema corrupto y violento. Aquí, en esta ancha línea que forman las aguas del río Suchiate las y los migrantes centroamericanos, con una mochila, unas botas, una gorra y los pocos ahorros que pueden obtener, cruzan la frontera.

Cruzamos en caravana esa frontera por el Puente Internacional Dr. Rodolfo Robles, envueltos por el eco de las consignas pasamos por la estreches del cruce, a nuestra derecha el gran río brillaba con los últimos colores del atardecer, pero esto sólo podíamos verlo a través de la malla ciclónica y el alambre de púas que la remata en la punta.

Ahí nos esperaba ya la gente guatemalteca, se puso una camioneta donde se montó el sonido para que se escuchara fuerte el saludo y se escuchara fuerte el perdón por tantas violaciones a los derechos humanos que se cometen en territorio mexicano contra el pueblo migrante centroamericano, mismo perdón que tendrían que pedir las autoridades de nuestro país, pues en México el crimen organizado y las policías se coluden para extorsionar a quienes persiguen el sueño de salir de la pobreza.

En ese improvisado templete, la maestra hondureña Danira Meléndez narró como fue acosada sexualmente por el pollero que debía llevarla a Estados Unidos, ella tuvo que soportar, humillaciones, hambre y miedo, hasta que logró escapar. Caminó sin agua, ni alimento durante 15 horas hasta que fue rescatada por el equipo que trabaja con el padre Solalinde donde ya ha estado trabajando por seis meses comprometida con las y los migrantes para hacer menos duro el pasó por estas violentas tierras.

Historia parecida cuenta Willie, migrante hondureño que se volvió un caravanero desde que se fue hacia el norte, ahora en el sur cuenta, ya sin miedo, que aquí las policías, los agentes del Instituto Nacional de Migración y el crimen organizado detienen a las y los migrantes porque representan dinero fácil, “cuando hay retenes participan todas las policías y no nos mandan a nuestros países, nos retienen para extorsiónanos, para darnos a los polleros, por eso yo quisiera que no necesitáramos Visa para poder cruzar México, ojala que pudiéramos cruzar en bus y no en tren, porque en el tren es dónde nos asesinan, o nos desaparecen”.

Ya había llegado la noche cuando dimos media vuelta y avanzamos de nuevo a territorio mexicano pero ahora con el perdón que nos debíamos, con la promesa de no ser indiferentes ante las realidades distintas a las nuestras, a ninguna de las violencias ni a las causas estructurales que las generan, la pobreza y la exclusión y un sistema que pone por encima de la dignidad humana la ganancia.

De vuelta en Ciudad Hidalgo nos reunimos de nueva cuenta en un templete, donde más historias fueron narradas, y se dio un minuto de silencio y otro de aplausos para las mujeres, hombres y familias enteras de migrantes que siguen el instinto de las aves que cruzan por el cielo para estar mejor.

Centro Nacional de Comunicación Social

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CENCOS

Caravana del Sur Día 5: Manchadas de rojo están las fronteras

Ixtepec, Oaxaca, 14 de septiembre de 2011 (Cencos).-Nos hemos aproximado a Juchitán, adentrándonos a ese sur oaxaqueño que es el istmo, dejando de lado la Sierra Madre Occidental. Una palabra suena repetidas veces, cada vez más fuerte entre los caravaneros y entre los pensamientos: migrantes.

Los y las centroamericanas y sudamericanos han dado una nueva geografía a México, en el sur que se nombraba como San Cristobal, Villahermosa, Tuxtla, Palenque… ahora suena Ciudad Hidalgo, Tenosique, Arriaga, Aguas Blancas, La Patrona e Ixtepec. Suenan también el tren de la muerte, la bestia, la migra, los zetas, las extorsiones, secuestros, polleros, las dudas, direcciones, historias de sueños kilómetros delante, de añorados idilios a enriquecer y llamadas de larga distancia por cobrar.

En tierra juchiteca la caravana descendió de los 14 autobuses, caminamos hacia la esquina de la calle Carr Panamericana y 16 de Septiembre, en la contraesquina ya nos esperaba el contingente de la preparatoria Marista con sus uniformes escolares y una gran manta del albergue de migrantes Hermanos del Camino en apoyo al movimiento, también muchas personas con flores y saludos caminaron con nosotros.

En medio de la marcha, un contingente de personas migrantes que ha acompañado a la Caravana de la Paz hasta este su quinto día de camino, sostenía la bandera de Honduras, lanzaban gritos de hermandad “Viva Honduras, Guatemala, El Salvador, los Catrachos, vivan los hermanos sudamericanos”.

Entramos por la calle principal, que ya estaba adornada toda con motivos del mes patrio, volaban los papeles picados con los rostros de Miguel Hidalgo y José María Morelos, en verde, blanco y rojo. Al fondo, sobre el templete la Banda Filarmónica Infantil Badu Naxi nos esperaba, en la primera fila las niñas con sus vestidos de tehuanas, sus flores en la cabeza y sus instrumentos de viento. Una de ellas pasó al frente y dijo “si la música es el lenguaje del alma, que las notas hablen por si solas”. Entonaron La llorona.

A los pies del templete se acomodaron familiares de las víctimas, traían consigo las fotografías de los seres amados, perdidos por la violencia, frente a ellos la plaza llena de los y las juchitecas que acudió al llamado por la paz.

Esta caravana, como lo fue la del norte, tiene como uno de sus objetivos recoger los testimonios de las víctimas de la violencia y crear unión entre las y los agraviados, así lo ha hecho a través del territorio mexicano, ahora en Juchitán también se dejó ver el dolor y que aquí se vive.

Luis Omar López, integrante de los organizadores del acto, contaba como si fuera una broma, que en Oaxaca todavía hay Reyes, Duques, Condes y Señores feudales que mantienen su poderío a costa de la gente pobre “en esta tierra, no sólo se cuentan los muertos de la guerra, también los muertos de hambre, los muertos por falta de servicios de salud, aquí las víctimas son los permanentes damnificados del sistema caciquil y de los vicios de los gobernantes corruptos” testimonio que concuerda con lo que ya hemos venido recogiendo en territorio sureño donde la violencia tiene muchas caras.

Tocó también compartir lo que pasa en el norte, Amada Puentes González es una madre que viene desde Nuevo León reclamando la justicia para su hijo. “Él fue desparecido por la policía regia, sabemos quienes son, tenemos los números de patrulla, son la 538, 534, y la 540, pusimos la denuncia pero fueron solapados por la Procuraduría estatal y los mantienen en sus puestos- dijo Amada sobre el caso de su hijo-.

“Después de dos años de negaciones, -continúo- uno de los culpables está arraigado y confeso, pero esto ocurrió después de que nos unimos con el Movimiento y nuestro caso avanzara, tenemos que ser todos un granito de arena para no permitir esto, porque yo extraño a mi hijo, sus malos chistes que nos hacían reír y no quiero que a nadie le pase”, dijo conteniendo el llanto. “No seamos indiferentes al dolor de los demás”, un grito “no estás sola” vino desde los oyentes y se generalizó.

A un costado de la plaza, frente al kiosco, mientras Javier Sicilia agradecía la participación de los juchitecos y Julián LeBarón recordaba (en esta su primera participación en el sur) que ningún gobernante hará por nosotros algo que nosotros mismos no hagamos, Yayo el mimo y los músicos de la caravana estaban rodeados de niñas y niños que jugaban al ula ula, esto como parte de ese retejer lo que ha roto la violencia.

Al extinguirse la tarde, nos dirigimos a Ixtepec para cenar en el albergue para migrantes.

El sonido de un migrante

Ahí, al fondo, de vez en cuando suena la voz que nombra desde la moral, que separa los sonidos justos de los injustos, que da luz a esas cotidianidades y las llama injusticias y violaciones a los derechos humanos de las personas migrantes. Se trata del sacerdote diosesano Alejandro Solalinde, que dirige el albergue Hermanos en el Camino.

Él recibió a la Caravana de la Paz desde su llegada a Juchitán, y ahora en Ixtepec, pequeño poblado por donde cruza la línea de ferrocarril, nos ofrece un banquete a los 600 caravaneros y a los migrantes que por esa noche hospeda.

Jóvenes voluntarios y expertas cocineras enfilan el café de olla, pan dulce, molletes, tamales y el arroz con leche para alimentar a los que caminan con ánimo de visibilizar, de escuchar y de entender que este albergue en el que estamos es muy posiblemente el mejor de los lugares que una o un migrante encontrará en sus miles de kilómetros por recorrer.

El albergue es un terreno con unos cuantos edificios, la mayoría funcionales pero en obra negra y sirven de refugio a un centenar de exiliados económicos, un dormitorio con literas, una capilla y una cocina, estas dos al aire libre, y otro más donde están los baños y unas oficinas en cuyas paredes cuelgan letreros de “llamadas a EUA gratis” y una copia de un mapa con las líneas de ferrocarril para cruzar el país.

A penas se ha ofrecido la cena, y varios caravaneros se concentran en la capilla para escuchar a Javier Sicilia y a Solalinde, y otros tantos corren por la puerta trasera que da hacia las vías cuando se escucha el peso de la bestia sobre los rieles, el silbido y las sombras de su luz. Esta vez era el tren de norte a sur, algunos migrantes buscarán en la madrugada el que les hará continuar entre el peligro.

Centro Nacional de Comunicación Social