Arriba la embestida contra el campo, los campesinos y el ejido continúa. En los últimos días de su mandato, Felipe Calderón envió al Senado una propuesta de reforma a la Ley Agraria para entregar de manera más rápida a los ejidatarios los documentos de propiedad a través de la desregulación de los requisitos previos. La idea es acabar con los requisitos de la asamblea para que se adopte colectivamente el régimen de propiedad privada o dominio pleno. Esta propuesta es la continuación de la contrareforma agraria iniciada en 1992, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Sin embargo, esta reforma de Ley aún no ha sido aprobada.

Después, como una de sus primeras acciones de “gobierno” Peña Nieto transformó la Secretaría de la Reforma Agraria en la Secretaría de Desarrollo Agrícola, Territorial y Urbano (Sedatu). Las señales son claras: Se acabó la Reforma Agraria, no hay más tierra que repartir. Lo que sí hay es una supuesta necesidad de “desarrollo agrícola” así como un territorio y sorprendentemente ahora también aparece la palabra Urbano. Para los de arriba, la idea es finalmente acabar con el campo y privilegiar a las ciudades, las zonas urbanas. La continuidad en los planes neoliberales es innegable.

En esta serie de cápsulas, la abogada Emma Villalba nos hablará sobre esta continuidad, el significado de algunos términos como Pleno Dominio, y también sobre estrategias para echar para atrás el Procede/Fanar.

Cápsula 1: Cambios y Pleno Dominio

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