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(Español) Regresan familias desplazadas pertenecientes a Las Abejas de Acteal a Río Jordán, Los Chorros, Chiapas
Ayer, 20 de mayo de 2021, regresaron a sus hogares en el barrio Río Jodrán de la colonia Miguel Utrilla Los Chorros, Chiapas, las seis familias pertenecientes a la organización civil Las Abejas de Acteal desplazadas hace casi dos años. De la sede en Acteal salió la caravana compuesta por los más de 30 miembros de las familias, decenas de miembros de Las Abejas, el Coro de Acteal, observadores de derechos humanos y periodistas de medios libres. Con ellos viajaba también el dolor y la indignación por las muchas vejaciones sufridas antes del desalojo, la destrucción y saqueo de sus viviendas y la muerte de dos bebés a causa de las condiciones del desplazamiento forzado: Angélica Jiménez Ramírez, de 11 meses, y María del Carmen, de apenas 3 meses de edad.
En el transcurso de la mañana llegó la caravana a la comunidad de Guayabal. De allí, la procesión continuó a pie hasta la casa semidestruída de una de las familias desplazadas en Río Jordán, donde se celebró el retorno, en un acto emotivo que simbolizó la larga lucha por lekil chapanel, la justicia verdadera que nunca llega pero la cual Las Abejas de Acteal continúa buscando por medios siempre pacíficos.
La historia de las mútliples violaciones a los derechos de las familias y su eventual desplazamiento es reflejo fiel de las políticas contrainsurgentes del Estado mexicano, la impunidad otorgada a los grupos paramilitares u oficialistas y el uso de proyectos y recursos gubernamentales para dividir a las comunidades y acabar con la organización y la resistencia.
El conflicto inició en 2015, cuando tres familias de Las Abejas rechazaron en asamblea un proyecto gubernamental de drenaje, argumentando que, por un lado, ellos no lo utilizarían, pues contaban con baños secos que evitan la contaminación ambiental, y por otro, porque estando en la resistencia no aceptan proyectos de gobierno. Por otro lado, un tiempo después se les intentó obligar a asumir cargos para la gestión de una clínica de salud que sólo atendía a quienes recibían apoyos de gobierno por medio del programa Prospera (ve la denuncia aquí), a pesar de que existía el acuerdo previo de que sólo se impondrían dichos cargos a quienes hicieran uso de la clínica.
A partir de entonces el conflicto fue escalando, con la aplicación de multas, detención arbitraria, cortes de luz y de agua y amenazas de todo tipo, denunciadas en diversas ocasiones tanto por Las Abejas como por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas. En 2018, las autoridades de Río Jordán detuvieron a José Vázquez, presumiblemente por no tener derecho de usar el camino de la comunidad. Cuando una delegación de diez personas de Las Abejas llegó para revisar su estado de salud y ofrecerle apoyo emocional, los ocho hombres de la delegación también fueron detenidos. Fue la determinación y el valor de 22 mujeres, 13 de ellas sobrevivientes de la masacre y cuatro con bebés en brazos, que, tras una acción pacífica, logró la liberación de los detenidos. Finalmente, el 10 de agosto de 2019, las seis familias fueron desplazadas violentamente, destruyendo sus hogares y saqueando sus pertenencias.
En todo el proceso, las autoridades municipales fueron omisas o abiertamente cómplices con los agresores. Es importante resaltar que, como lo ha denunciado múltiples veces Las Abejas, Los Chorros es la cuna de los paramilitares que cometieron la masacre de Acteal el 22 de diciembre de 1997. Y es allí a donde regresaron algunos de ellos después de su indignante liberación por la Suprema Corte de Justicia en 2010, entre ellos Víctor López López, uno de los reconocidos autores materiales de la masacre y uno de los instigadores de las agresiones a las familias de Las Abejas.
Es la persistente resistencia por vías pacíficas y la inquebrantable fe de Las Abejas de Acteal lo que logró finalmente el retorno de las familias desplazadas, tras intensas negociaciones con autoridades locales, municipales y estatales. En el acuerdo que se firmó con las autoridades de Río Jordán el día de ayer, se estableció que las familias aceptarían las obras de drenaje, pero no asumirían cargos en la clínica.
Como afirmó el Frayba en el boletín leído durante la celebración, el retorno se da en condiciones difíciles de violencia y desplazamiento forzado en Chiapas, en particular en los municipios de Aldama, Chalchihuitán, Chilón, Pantelhó y Venustiano Carranza. Esta victoria de la lucha pacífica contra la violencia y la impunidad es una pequeña luz de esperanza en la búsqueda de la justicia por medio del diálogo y la paz.
Palabras de Las Abejas de Acteal.
Palabras del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas.
Dolphins!
Dolphins!
May 2021.
It was a dramatic moment. Cornered between loose ropes and the railing, the insect menaced the crew with his sword, while out of the corner of his eye he tracked the raging sea in which a Kraken, of the “kraken escarabujos” species (specialists in beetle-eating), was lurking. Then, the intrepid stowaway gathered his bravery, raised his multiple arms to the sky and roared, drowning out the sound of the waves crashing against the hull of La Montaña:
Ich bin der Stahlkäfer, der Größte, der Beste! Beachtung! Hör auf meine Worte! (I am the stainless-steel beetle, the biggest, the best! Attention! Listen to my words!)
The crew stopped short: not because a schizophrenic insect was threatening them with a toothpick and a plastic jar cap, nor because he spoke in German. It was because upon hearing their mother language after so many years of hearing only tropical, coastal Spanish, they were transported back to their homeland as if by a spell.
Gabriela would say later that the insect’s German was closer to that of an Iranian immigrant than that of Goethe’s Faust, but the captain defended the stowaway, insisting that his German was perfectly intelligible. And, since where the captain is in charge Gabriela is not, Ete and Karl approved, and Edwin, even though he only understood the word “cumbia,” agreed. What follows is the insect’s story translated from the German:
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“The indecisiveness of my attackers gave me time to rethink my defensive strategy, repair my armor (because it’s one thing to die in an unequal fight, and another to do so in rags), and launch my counteroffensive: a story…
It was several moons ago, in the mountains of the Mexican Southeast. Those who live and struggle there had set a new challenge for themselves, but at that time they were living under a cloud of worry and discouragement because they lacked a vehicle for their journey. That was how I, the great, the ineffable, the etcetera, Don Durito of the Lacandón Jungle, A.C. de C.V. de (i)R. (i)L. arrived at their mountains (the abbreviations, as you should all know, stand for “Knight Errant of Versatile Cavalry and Unlimited Responsibility”)[i]. As soon as word of my arrival got out, a throng of women of all ages, from teenagers to the elderly, came running to greet me. But I remained firm and did not succumb to vanity. I proceeded towards the quarters of the individual in charge of the as-yet unsuccessful mission. For a moment I was baffled: the impertinent nose of he who checked and re-checked the calculations of the cost of the punitive expedition against Europe reminded me of the captain who later became known as SupMarcos, whom I spent years teaching and training with my wisdom. But no: although his appearance is similar, he who calls himself SupGaleano still has much to learn from me, the greatest of the knights errant. (Continuar leyendo…)



























































































