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La noticia del asesinato de don Trinidad de la Cruz nos ha provocado indignación. Este asesinato se suma a la de otros compañeros de Santa María Ostula:

  • Diego Ramírez Domínguez
  • Simón Pineda Verdía
  • Simón Pineda, hijo
  • Quintín Regis Valdez
  • Erick Nemesio Domínguez
  • Froylán Medina Álvarez
  • Demetrio Olivero Álvarez
  • Humberto Santos Valladares
  • Venancio Ramírez Cirino
  • Manuel Flores Álvarez
  • Miguel Ángel Flores Álvarez
  • José Martínez Ramos
  • Horacio Martínez Ramos
  • Ernesto Nicolás López
  • Pedro Nazario Domínguez
  • Pedro Guzmán
  • Isidro Mora Domínguez
  • Feliciano Cirino Domínguez
  • Fortino Verdía Gómez (quemado y después asesinado)
  • Jonathan Verdía Gómez (quemado y después asesinado)
  • Francisco Verdía Macías
  • Ambrosio Verdía Macías
  • Nicolás de la Cruz
  • Nicolás de la Cruz, hijo
  • Juan Faustino Nemesio
  • Pedro Leyva

Además de las desapariciones de Gerardo Vera Orcino, Javier Martínez Robles, Francisco de Asís Manuel, Máximo Magno Valladares y Enrique Domínguez Macías, de 17 años de edad.

Tantos asesinatos, en apariencia, parecen no importar a las autoridades estatales de Michoacán o a las federales; pero es una falsa impresión  ya que los promueven, los provocan y los mantienen impunes., y, por lo tanto, hay un sincero interés en continuar perpetrando crímenes contra este pueblo nahua.

Las razones son claras: detener los procesos de autonomía de la región, sin las plagas electoreras promovidas por el IFE, sin los intereses de ningún partido político (opuestos a los de cualquier ciudadano de este país), sin la rapiña gubernamental y sin la explotación del crimen organizado. Ahí está la feliz comunión entre las organizaciones criminales y los gobiernos locales y las instancias federales, enemigos del trabajo honesto, de la madurez política de los ciudadanos y de la libertad, y tan amigos de la ambición, la corrupción y el poder paternalista que somete.

El asesinato de don Trinidad ha demostrado esta complicidad ya conocida. Horas después de su desaparición forzada, se difundió la denuncia firmada por la Campaña: Alto a la Guerra contra Ostula, y por organizaciones e individuos solidarios con Santa María Ostula. Esta denuncia nos narra cómo, sospechosamente, el vehículo de la Policía Federal Preventiva, que escoltaba a los integrantes de las Brigada de Observación a Ostula, se separó momentos antes de las agresiones contra los brigadistas y de la desaparición de don Trinidad. En la denuncia se identifica a tres de los agresores: Prisciliano Corona Sánchez, El Chalano, Iturbide Alejo, El Turbinas, y Margarita Pérez, La Usurpadora. Estos tres criminales, el 14 de noviembre de 2011, fueron los mismos que golpearon y amenazaron de muerte públicamente  a don Trinidad. Las autoridades, con esta información, no hicieron nada. Con el asesinato de don Trinidad, la PGJE inició la averiguación previa 215/2011-U, en el que no se tiene el nombre de ningún sospechoso. La impunidad está presente. Autoridades y criminales son aliados.

Llamamos a manifestarnos contra este brutal asesinato, contra la Guerra que el gobierno federal, estatal de Michoacán y el crimen organizado ejecuta contra el pueblo de Santa María de Ostula; llamamos a presionar por la justicia, incluso, a que nosotros mismos investiguemos todos estos hechos que la mismas autoridades no les conviene realizar, ya que ellas mismas son cómplices, ydenunciémoslas públicamente; organicémonos contra la represión.

ALTO A LA GUERRA CONTRA OSTULA

Contra el despojo y la represión…

la solidaridad.

Red Contra la Represión y por la Solidaridad

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