
Photo Story
(Español) El patriarcado va a caer
Texto y fotos: Eugenia Gutiérrez, Colectivo RZ.
Ciudad de México, 8 de marzo, 2019.
Era vida el tema
y tanto le escribimos a la muerte
Ayari Lüders
Cuando avancen los siglos y las mujeres futuras hablen de este tiempo feminicida, un elemento saltará a la vista en cualquier análisis histórico. A diferencia de otras épocas en que las mujeres hemos luchado contra la violencia podrá observarse en ésta la huella dejada por las mujeres zapatistas y por miles de mujeres de comunidades indígenas y pueblos originarios organizadas en todo el mundo. Esa huella será entonces tan visible como fogata en una cueva.
Hace un año, en tierras rebeldes de Chiapas, México, miles de mujeres presentes o no en el Caracol de Morelia respondimos al llamado de las indígenas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional para participar en el Primer Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que Luchan. Conscientes de la violenta realidad que vivimos, miles de mujeres celebramos el 8 de marzo de 2018 luchando con las mujeres zapatistas. Ahí surgió el compromiso de mantenernos vivas y de volver a reunirnos un año después. Como símbolo de ese acuerdo, las rebeldes zapatistas encendieron una luz que se multiplicó por miles. Este 2019, las zapatistas anunciaron la cancelación del segundo encuentro que iba a realizarse de nuevo en Chiapas, pues las presiones y las amenazas de despojo y devastación que ha lanzado el gobierno entrante lo hacen inviable. No obstante, y aunque hemos visto partir a muchas, las que seguimos aquí estamos aprendiendo a organizarnos con otra mirada en oposición a un sistema patriarcal, capitalista y colonial que se empeña en suponer, equivocadamente, que aceptamos como destino la mera sobrevivencia. Las actividades de este mes y de meses siguientes caminan firmes. (Continuar leyendo…)
(Español) El deber cumplido y por cumplir: 25 años del alzamiento zapatista
Texto, audios y fotos: Colectivo RZ.
Chiapas, México, diciembre 2018-enero 2019.
Cuentan en tierras zapatistas que, “en esos hermosos tiempos de la clandestinidad”, hubo “un gran jefe militar” que “quiso mucho a su pueblo y a toda la humanidad”. Dicen de “este gran jefe” que fue mexicano, que nació en Michoacán y que “su vida nos vino a dar”. Desde que llegó a Chiapas para fundar el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en noviembre de 1983, se le conoció como Subcomandante Insurgente Pedro.
En ese entonces, se afirma en suelos rebeldes, “el pueblo ya no aguantaba tanta explotación”, así que Pedro “se dispuso fuertemente para venir a sufrir”. Diez años después, el día 1 de enero de 1994, en Las Margaritas, Chiapas, junto con otros “soldados valientes” de los pueblos, el subcomandante cayó. Del Sub Pedro, recitan que llegó “hasta el rincón más olvidado resistiendo la lluvia y el hambre en la oscuridad”. Por eso bailan en negro y rojo que, “peleando, él cumplió”. Por eso cantan que sus “huellas aún están y nunca se perderán, porque el pueblo lo remarca en cada paso que da”. Aseguran por aquí que, “para nosotros, los zapatistas, Pedrito no está muerto”, así que en el 25 aniversario de su muerte, celebran su vida. Y a través de poemas, canciones, bailables y obras de teatro, las comunidades rebeldes platican con “aquel brillante insurgente, estrella de la madrugada, rebelde zapatista”, como quien comparte tabaco y café: