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CompArte por la Humanidad 2017 – Día 6 (audios y fotos)

CompArte por la Humanidad 2017
“Contra el capital y sus muros, todas las artes”
Día 6 – Viernes 28 de julio de 2017
Caracol de Oventik
Artistas zapatistas

(Texto de Radio Pozol) Oventic, Chiapas. 28 de julio. “La poesía, danza, el teatro, la música, el canto con que expresamos nuestra lucha no es un espectáculo. Es la palabra, voz, rabia, rebeldía y lucha que les queremos compartir”, expresó Jimena, integrante de la Junta de Buen Gobierno (JBG), del Caracol Zapatista de Oventic, al dar la bienvenida en esta sede, a lxs asistentetxs al Festival CompArte por la Humanidad, convocado por la Comisión Sexta y Bases de Apoyo del ejército Zapatista de Liberación Nacional (BAEZLN).

“El arte y la cultura, es una parte fundamental de nuestra resistencia, rebeldía y lucha, contra el capitalismo”, afirmó el Comandante Insurgente David, a nombre de los tod@s l@s zapatistas. “Con la unidad y organización de los pobres y rebeldes del mundo, enfrentaremos y destruiremos este sistema de muerte”, añadió el rebelde chiapaneco. “El arte y la cultura nos ha permitido sobrevivir por más de 20 años al hostigamiento del mal gobierno, pero ahora el arte y la cultura nos han dado vida, resistencia y orgullo de lo que somos. Con este ánimo de luchar por la vida damos inicio formal a este festival CompArte”, comunicó el comandante zapatista.

Si el Subcomandante Insurgente Moisés, en sus escritos, ha descrito de manera detallada como se organizan las BAEZLN, y en los libros de la Escuelita Zapatista dan cuenta de la resistencia de las comunidades autónomas, el festival CompArte viene a abrir el panorama sobre la lucha de los zapatistas, de una forma alegre y festiva, pero no por ello menos profunda. Por medio del teatro, la música, la danza, el canto y la poesía, lxs indígenas chiapanecxs dan a conocer lo que les acontece en su entorno y fuera de él, de una manera crítica y divertida. Prueba de ello es el interés con que cada niñ@, ancian@, mujer, hombre y otr@s amores, presenciaba cada una de las participaciones.

Las temáticas de las diferentes manifestaciones artísticas de este primer día en el Caracol Zapatista de Oventic, versaron sobre su historia desde que l@s abuel@s trabajaban en las fincas de los hacendados, pasando sobre cómo se organizaron antes y después del levantamiento armado de 1994, hasta el difícil contexto por el que atraviesa el país con la administración de Peña Nieto, y a nivel estatal con Velasco Coello. De ahí que un mensaje constante por parte de las BAEZLN, fuera Fuck Trump, Fuck Peña y Fuck Manuel Velasco.

Como pocas veces, la sociedad civil nacional e internacional pudo convivir con BAEZLN, de los cinco Caracoles Zapatistas de: La Realidad, Oventic, Morelia, La Garrucha y Roberto Barrios. Con una pedagogía artística y reflexiva, las primeras y nuevas generaciones zapatistas fueron argumentando sobre temas que les acontece en su comunidad, como lo son la contrainsurgencia de los gobiernos y partidos políticos, para menguar su autonomía; así como las dificultades que comparten con los habitantes de otras comunidades y la ciudad, como son las eternas deudas con los comercios a los que denominaron como las nuevas “tiendas de raya”, características de las haciendas porfiristas. De igual forma por medio de las representaciones artísticas evidenciaron el despojo de megaproyectos, como las eólicas, hidrocarburos y presas.

La lluvia al final del primer día en Oventic no fue obstáculo para que se llevara a cabo la representación teatral sobre cómo se formó el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y se eligió su vocera María de Jesús Patricio, en octubre pasado en el XX aniversario del Congreso Nacional Indígena (CNI). Durante el programa también se hizo referencia a los “43 ausentes de Ayotzinapa”, en referencia a los normalistas del estado de Guerrero, desaparecidos por el Estado mexicano, en septiembre de 2014.

Para el día de mañana sábado 29 de julio, la compartición zapatista con la sociedad civil nacional e internacional continuará en el Caracol de Oventic, a partir de la 9 de la mañana y se contará con trasportación directa, saliendo desde el Cideci Unitierra de San Cristóbal, a partir de las 7 am.


Enseguida, el registro sonoro del sexto día del festival CompArte por la Humanidad 2017 “Contra el capital y sus muros, todas las artes”, primer día de la compartición de artistas zapatistas.

 

Inauguración:

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Subcomandante Insurgente Moisés. Subcomandante Insurgente Galeano.

LOS MUROS ARRIBA, LAS GRIETAS ABAJO (Y A LA IZQUIERDA).

LOS MUROS ARRIBA,
LAS GRIETAS ABAJO (Y A LA IZQUIERDA).

Febrero del 2017.

 

La tormenta en nuestro caminar.

Para nosotras, nosotros, pueblos originarios zapatistas, la tormenta, la guerra, lleva siglos.  Llegó a nuestras tierras con la patraña de la civilización y la religión dominantes.  En ese entonces, la espada y la cruz desangraron a nuestra gente.

Con el paso del tiempo, la espada se modernizó y la cruz fue destronada por la religión del capital, pero se siguió demandando nuestra sangre como ofrenda al nuevo dios: el dinero.

Resistimos, siempre resistimos.  Nuestras rebeldías fueron suplantadas en la disputa entre unos contra otros por el Poder.  Unos y otros, arriba siempre, nos demandaron luchar y morir para servirlos, nos exigieron obediencia y sometimiento bajo la mentira de liberarnos.  Como aquellos a quienes decían y dicen combatir, vinieron y vienen a mandar.  Hubo así supuestas independencias y falsas revoluciones, las pasadas y las por venir.  Los de arriba se turnaron y se turnan, desde entonces, para mal gobernar o para aspirar a hacerlo.  Y en calendarios pasados y presentes, su propuesta sigue siendo la misma: que nosotras, nosotros, pongamos la sangre; mientras ellos dirigen o simulan dirigir.

Y antes y ahora, olvidan ellos que no olvidamos.

Y siempre la mujer abajo, ayer y hoy.  Incluso en lo colectivo que fuimos y somos.

Pero los calendarios no sólo trajeron dolor y muerte para nuestros pueblos.  Al expandir su dominio, el Poder creó nuevas hermandades en la desgracia.  Vimos entonces al obrero y al campesino hacerse uno con nuestro dolor, y yacer bajo las cuatro ruedas del carromato mortal del Capital.

Conforme avanzó el Poder en su paso por el tiempo, más y más crecía el abajo, ensanchando la base sobre la que el Poder es Poder.  Vimos entonces sumarse a maestros, estudiantes, artesanos, pequeños comerciantes, profesionistas, los etcéteras con nombres diferentes pero idénticos pesares.

No bastó.  El Poder es un espacio exclusivo, discriminatorio, selecto.  Entonces las diferencias fueron también perseguidas abiertamente.  El color, la raza, el credo, la preferencia sexual, fueron expulsadas del paraíso prometido, siendo que el infierno fue su casa permanente.

Les siguieron la juventud, la niñez, la ancianidad.  El Poder convirtió así a los calendarios en materia de persecución.  Todo el abajo es culpable: por ser mujer, por ser niñ@, por ser joven, por ser adulto, por ser ancian@, por ser human@.

Pero, al expandir la explotación, el despojo, la represión y la discriminación, el Poder también amplió las resistencias… y las rebeldías.

Vimos entonces, y ahora, levantarse la mirada de muchas, muchos, muchoas.  Diferentes pero semejantes en la rabia y la insumisión.

El Poder sabe que sólo es lo que es sobre quienes trabajan.  Los necesita.

A cada rebelión respondió y responde comprando o engañando a los menos, encarcelando y asesinando a los más.  No teme sus demandas, es su ejemplo el que le causa horror.

No bastó.  De dominar naciones, el Poder del Capital buscó poner a la humanidad entera bajo su pesado yugo.

Tampoco fue suficiente.  El Capital pretende ahora manejar a la naturaleza, domarla, domesticarla, explotarla.  Es decir, destruirla.

Siempre con la guerra, en su avance destructor el Capital, el Poder, demolió primero feudos y reinos.  Y sobre sus ruinas levantó naciones.

Luego devastó naciones, y sobre sus escombros erigió el nuevo orden mundial: un gran mercado.

El mundo entero se convirtió en un inmenso almacén de mercancías.  Todo se vende y se compra: las aguas, los vientos, la tierra, las plantas y los animales, los gobiernos, el conocimiento, la diversión, el deseo, el amor, el odio, la gente.

Pero en el gran mercado del Capital no sólo se intercambian mercancías.  La “libertad económica” es sólo un espejismo que simula acuerdo mutuo entre quien vende y quien compra.  En realidad, el mercado se basa en el despojo y la explotación.  El intercambio es entonces de impunidades.  La justicia se transformó en una caricatura grotesca y en su balanza siempre pesa más el dinero que la verdad.  Y la estabilidad de esa tragedia llamada Capitalismo depende de la represión y el desprecio.

Pero no bastó tampoco.  Dominar en el mundo material no es posible si no se domina en las ideas.  La imposición con religiones se profundizó y alcanzó a las artes y las ciencias.  Como modas de vestir, surgieron y surgen filosofías y creencias.  Las ciencias y las artes dejaron de ser lo distintivo de lo humano y se acomodaron en un estante del supermercado mundial.  El conocimiento pasó a ser propiedad privada, lo mismo que la recreación y el placer.

El Capital, así, se consolidó como una gran máquina trituradora, usando ya no sólo a la humanidad entera como materia prima para producir mercancías, también a los conocimientos, a las artes, … y a la naturaleza.

La destrucción del planeta, los millones de desplazados, el auge del crimen, el desempleo, la miseria, la debilidad de los gobiernos, las guerras por venir, no son producto de los excesos del Capital, o de una conducción errónea de un sistema que prometió orden, progreso, paz y prosperidad.

No, todas las desgracias son la esencia del sistema.  De ellas se alimenta, a costa de ellas crece.

La destrucción y la muerte son el combustible de la gran máquina del Capital.

Y fueron, son y serán inútiles los esfuerzos por “racionalizar” su funcionamiento, por “humanizarlo”.  Lo irracional y lo inhumano son sus piezas claves.  No hay arreglo posible.  No lo hubo antes.  Y ahora ya tampoco se puede atenuar su paso criminal.

La única forma de detener la máquina es destruirla.

En la guerra mundial actual, la disputa es entre el sistema y la humanidad.

Por eso la lucha anticapitalista es una lucha por la humanidad.

Quienes todavía pretenden “arreglar” o “salvar” al sistema, en realidad nos proponen el suicidio masivo, global, como sacrificio póstumo al Poder.

Pero en el sistema no hay solución.

Y no bastan ni el horror, ni la condena, ni la resignación, ni la esperanza en que ya pasó lo peor y las cosas no harán sino mejorar.

No.  Lo cierto es que se va poner peor.

Por esas razones, más las que cada quien agregue de sus particulares calendarios y geografías, es que hay que resistir, hay que rebelarse, hay que decir “no”, hay que luchar, hay que organizarse.

Por eso hay que levantar el viento de abajo con resistencia y rebeldía, con organización.

Sólo así podremos sobrevivir.  Sólo así será posible vivir.

Y sólo entonces, como fue nuestra palabra hace 25 años, podremos ver que…

“Cuando amaine la tormenta,
 cuando la lluvia y fuego dejen en paz otra vez la tierra,
 el mundo ya no será el mundo, sino algo mejor.”

-*-

La guerra y los muros de afuera y de adentro.

Si antes el sufrimiento causado por la guerra era patrimonio exclusivo del abajo mundial, ahora ensancha sus calamidades.

Sobre cada rincón del planeta, el odio y el desprecio pretenden destruir familias, comunidades enteras, naciones, continentes.  No es necesario ya haber cometido un delito o ser presunto criminal, basta ser sospechoso de ser humano.

Provocada por la codicia del gran dinero, la pesadilla actual pretende ser cobrada a quienes la padecen.  Las fronteras ya no sólo son líneas punteadas en los mapas y garitas aduanales, ahora son murallas de ejércitos y policías, de cemento y ladrillos, de leyes y persecuciones.  En todo el mundo de arriba, la caza del ser humano se incrementa y se festina en competencias clandestinas: gana quien más expulse, encarcele, confine, asesine.

Como llevamos diciendo desde hace más de 20 años, la globalización neoliberal no trajo el surgimiento de la aldea planetaria, sino la fragmentación y disolución de los llamados “Estados-nación”.  Llamamos entonces, y ahora, a ese proceso con el nombre que mejor lo describe: “guerra mundial” (la cuarta, según nosotr@s).

Lo único que se mundializó fue el mercado y, con él, la guerra.

Para quienes hacen funcionar las máquinas y hacen nacer a la tierra, las fronteras siguieron y siguen siendo lo que siempre han sido: cárceles.

Nuestra afirmación provocó entonces, hace dos décadas, sonrisas burlonas de la intelectualidad internacional encadenada a viejos y caducos dogmas.  Y esos mismos hoy tartamudean ante una realidad frenética, y, o ensayan viejas recetas, o se mudan a la idea de moda que, tras una compleja elaboración teórica, esconde lo único verdadero: no tienen ni la más remota idea de lo que pasa, ni de lo que sigue, ni de lo que antecedió a la pesadilla actual.

Se lamentan.  El pensamiento de arriba les prometió un mundo sin fronteras, y su resultado es un planeta atiborrado de trincheras chovinistas.

El mundo no se transformó en una gigantesca megalópolis sin fronteras, sino en un gran mar sacudido por una tempestad que no tiene precedentes de igual magnitud.  En él, millones de desplazados (a quienes, con rubor mediático, se les unifica bajo el nombre de “migrantes”) naufragan en pequeñas barcas, esperando ser rescatados por el gigantesco navío del gran Capital.

Pero no sólo no lo hará; él, el gran Capital, es el principal responsable de la tormenta que amenaza ya la existencia de la humanidad entera.

Con el torpe disfraz del nacionalismo fascista, los tiempos del oscurantismo más retrógrada vuelven reclamando privilegios y atenciones.  Cansado de gobernar desde las sombras, el gran Capital desmonta las mentiras de la “ciudadanía” y la “igualdad” frente a la ley y el mercado.

La bandera de “libertad, igualdad y fraternidad” con la que el capitalismo vistió su paso a sistema dominante en el mundo, es ya sólo un trapo sucio y desechado en el basurero de la historia de arriba.

Al fin el sistema se desemboza y muestra sus verdaderos rostro y vocación.  “Guerra siempre, guerra en todas partes”, reza el emblema del soberbio buque que navega en un mar de sangre y mierda.  Es el dinero y no la inteligencia artificial la que combate a la humanidad en la batalla decisiva: la de la supervivencia.

Nadie está a salvo.  Ni el ingenuo capitalista nacional, que soñaba con la bonanza que le ofrecían los mercados mundiales abiertos, ni la conservadora clase media sobreviviendo entre el sueño de ser poderosa y la realidad de ser rebaño del pastor en turno.

Y ni hablar de la clase trabajadora del campo y la ciudad, en condiciones más difíciles si posible fuera.

Y, para completar la imagen apocalíptica, millones de desplazados y migrantes agolpándose en las fronteras que, de pronto, se volvieron tan reales como los muros que, a cada paso, interponen gobiernos y criminales.  En la geografía mundial de los medios de comunicación y las redes sociales, los desplazados, fantasmas errantes sin nombre ni rostro, apenas son un número estadístico que muta su ubicación.

¿El calendario?  Apenas un día después de la promesa del fin de la historia, de la solemne declaración de la supremacía de un sistema que otorgaría bienestar a quien trabajara, de la victoria sobre el “enemigo comunista” que pretendía coartar la libertad, imponer dictaduras y generar pobreza, de la eternidad prometida que anulaba todas las genealogías.  El mismo calendario que anunciaba apenas ayer que la historia mundial recién empezaba.  Y resulta que no, que todo no era sino el preludio de la más espantosa pesadilla.

El capitalismo como sistema mundial colapsa, y, desesperados, los grandes capitanes no atinan a dónde ir.  Por eso se repliegan a sus guaridas de origen.

Ofrecen lo imposible: la salvación local contra la catástrofe mundial.  Y la pamplina se vende bien entre una clase media que se difumina con los de abajo en sus ingresos, pero pretende suplir sus carencias económicas con refrendos de raza, credo, color y sexo.  La salvación de arriba es anglosajona, blanca, creyente y masculina.

Y ahora, quienes vivían de las migajas que caían de las mesas de los grandes capitales, ven desesperados cómo también contra ellos se levantan los muros.  Y, el colmo, pretenden encabezar la oposición a esa política guerrera.  Así vemos a la derecha intelectual hacer gestos de contrariedad e intentar tímidas y ridículas protestas.  Porque no, la globalización no fue el triunfo de la libertad.  Fue y es la etapa actual de la tiranía y la esclavitud.

Las Naciones ya no lo son, aunque aún no se hayan percatado de ello sus respectivos gobiernos.  Sus banderas y emblemas nacionales lucen raídos y descoloridos.  Destruidos por la globalización de arriba, enfermos por el parásito del Capital y con la corrupción como única señal de identidad, con torpe premura los gobiernos nacionales pretenden resguardarse a sí mismos e intentar la reconstrucción imposible de lo que alguna vez fueron.

En el compartimento estanco de sus murallas y aduanas, el sistema droga a la medianía social con el opio de un nacionalismo reaccionario y nostálgico, con la xenofobia, el racismo, el sexismo y la homofobia como plan de salvación.

Las fronteras se multiplican dentro de cada territorio, no sólo las que pintan los mapas.  También y, sobre todo, las que levantan la corrupción y el crimen hecho gobierno.

La bonanza posmoderna no era sino un globo inflado por el capital financiero.  Y vino la realidad a pincharla: millones de desplazados por la gran guerra llenan las tierras y las aguas, se amontonan en las aduanas y van haciendo grietas en los muros hechos y por hacer.  Alentados antes por el gran Capital, los fundamentalismos encuentran tierra fértil para sus propuestas de unificación: “del terror nacerá un solo pensamiento, el nuestro”.  Después de ser alimentada con dólares, la bestia del terrorismo amenaza la casa de su creador.

Y, lo mismo en la Unión Americana, que en la Europa Occidental o en la Rusia neo zarista, la bestia se retuerce e intenta protegerse a sí misma.  Encumbra ahí (y no sólo ahí) a la estupidez y la ignorancia más ramplonas y, en sus figuras gobernantes, sintetiza su propuesta: “volvamos al pasado”.

Pero no, América no volverá a ser grande de nuevo.  Nunca más.  Ni el sistema entero en su conjunto.  No importa qué hagan los de arriba.  El sistema llegó ya al punto de no retorno.

-*-

Contra el Capital y sus muros: todas las grietas.

La ofensiva internacional del Capital en contra de las diferencias raciales y nacionales, promoviendo la construcción de muros culturales, jurídicos y de cemento y acero, busca reducir más aún el planeta.  Pretenden crear así un mundo donde sólo quepan los que arriba son iguales entre sí.

Sonará ridículo, pero así es: para enfrentar la tormenta el sistema no busca construir techos para guarecerse, sino muros detrás de los cuales esconderse.

Esta nueva etapa de la guerra del Capital en contra de la Humanidad debe enfrentarse sí, con resistencia y rebeldía organizadas, pero también con la solidaridad y el apoyo a quienes ven atacadas sus vidas, libertades y bienes.

Por eso:

Considerando que el sistema es incapaz de frenar la destrucción.

Considerando que, abajo y a la izquierda, no debe haber cabida para el conformismo y la resignación.

Considerando que es momento de organizarse para luchar y es su tiempo de decir “NO” a la pesadilla que desde arriba nos imponen.

LA COMISIÓN SEXTA DEL EZLN Y LAS BASES DE APOYO ZAPATISTAS CONVOCAMOS:

I.- A la campaña mundial:

Frente a los muros del Capital:
la resistencia, la rebeldía, la solidaridad y el apoyo de abajo y a la izquierda.

Con el objetivo de llamar a la organización y la resistencia mundial frente a la agresividad de los grandes dineros y sus respectivos capataces en el planeta, y que aterroriza ya a millones de personas en todo el mundo:

Llamamos a organizarse con autonomía, a resistir y rebelarse contra las persecuciones, detenciones y deportaciones.  Si alguien se tiene que ir, que sean ellos, los de arriba.  Cada ser humano tiene derecho a una existencia libre y digna en el lugar que mejor le parezca, y tiene el derecho a luchar para seguir ahí.  La resistencia a las detenciones, desalojos y expulsiones son un deber, así como deber es apoyar a quienes se rebelan contra esas arbitrariedades SIN IMPORTAR LAS FRONTERAS.

Hay que hacerle saber a toda esa gente que no está sola, que su dolor y su rabia es vista aún a la distancia, que su resistencia no es sólo saludada, también es apoyada así sea con nuestras pequeñas posibilidades.

Hay que organizarse.  Hay que resistir.  Hay que decir “NO” a las persecuciones, a las expulsiones, a las cárceles, a los muros, a las fronteras.  Y hay que decir “NO” a los malos gobiernos nacionales que han sido y son cómplices de esa política de terror, destrucción y muerte.  De arriba no vendrán las soluciones, porque ahí se parieron los problemas.

Por eso llamamos a la Sexta en su conjunto a que se organice, según su tiempo, modo y geografía, para apoyar en y con actividades a quienes resisten y se rebelan contra las expulsiones.  Sea apoyándolos para que regresen a sus hogares, sea creando “santuarios” o apoyando los ya existentes, sea con asesorías y apoyos legales, sea con paga, sea con las artes y las ciencias, sea con festivales y movilizaciones, sea con boicots comerciales y mediáticos, sea en el espacio cibernético, sea donde sea y como sea.  En todos los espacios donde nos movamos es nuestro deber apoyar y solidarizarnos.

Llegó el momento de crear comités de solidaridad con la humanidad criminalizada y perseguida.  Hoy, más que nunca antes, su casa es también nuestra casa.

Como zapatistas que somos, nuestra fuerza es pequeña y, aunque es amplio y hondo nuestro calendario, nuestra geografía es limitada.

Por eso y para apoyar a quienes resisten a las detenciones y deportaciones, desde hace varias semanas la Comisión Sexta del EZLN ha iniciado contactos con individu@s, grupos, colectivos y organizaciones adherentes a la Sexta en el mundo, para ver el modo de hacerles llegar una pequeña ayuda de modo que les sirva como base para lanzar o continuar toda suerte de actividades y acciones a favor de l@s perseguid@s.

Para iniciar, les enviaremos las obras artísticas creadas por l@s indígenas zapatistas para el CompArte del año pasado, así como café orgánico producido por las comunidades indígenas zapatistas en las montañas del sureste mexicano, para que, con su venta, realicen actividades artísticas y culturales para concretar el apoyo y la solidaridad con los migrantes y desplazados que, en todo el mundo, ven amenazadas su vida, libertad y bienes por las campañas xenofóbicas promovidas por los gobiernos y la ultra derecha en el mundo.

Eso por lo pronto.  Ya iremos ideando nuevas formas de apoyo y solidaridad.  Las mujeres, hombres, niños y ancianos zapatistas no les dejaremos sol@s.

II.- Invitamos también a toda la Sexta y a quien se interese, al seminario de reflexión crítica “LOS MUROS DEL CAPITAL, LAS GRIETAS DE LA IZQUIERDA” a celebrarse los días del 12 al 15 de abril del 2017, en las instalaciones del CIDECI-UniTierra, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.  Participan:

Don Pablo González Casanova.

María de Jesús Patricio Martínez (CNI).

Paulina Fernández C.

Alicia Castellanos.

Magdalena Gómez.

Gilberto López y Rivas.

Luis Hernández Navarro.

Carlos Aguirre Rojas.

Arturo Anguiano.

Sergio Rodríguez Lascano.

Christian Chávez (CNI).

Carlos González (CNI).

Comisión Sexta del EZLN.

Próximamente daremos más detalles.

III.- Convocamos a tod@s l@s artistas a la segunda edición del “CompArte por la Humanidad” con el tema: “Contra el Capital y sus muros: todas las artes” a celebrarse en todo el mundo y en el espacio cibernético.  La parte “real” será en fechas del 23 al 29 de julio del 2017 en el caracol de Oventik y el CIDECI-UniTierra.  La edición virtual será del 1 al 12 de agosto del 2017 en la red.  Próximamente daremos más detalles.

IV.- También les pedimos estar atent@s a las actividades a las que convoque el Congreso Nacional Indígena, como parte de su proceso propio de conformación del Concejo Indígena de Gobierno.

V.- Convocamos a l@s científic@s del mundo a la segunda edición del “ConCiencias por la Humanidad” con el tema: “Las ciencias frente al muro”.  A celebrarse del 26 al 30 de diciembre del 2017 en el CIDECI-UniTierra, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México, y en el espacio cibernético.  Próximamente daremos más detalles.

No es todo.  Hay que resistir, hay que rebelarse, hay que luchar, hay que organizarse.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

 

Subcomandante Insurgente Moisés.    Subcomandante Insurgente Galeano.

México, febrero 14 (también día de nuestr@s muert@s) del 2017.

Fuente: Enlace Zapatista

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The Guardian – Rebelión / Resumen Latinoamericano

John Berger y un discurso de 1972: “La claridad es más importante que el dinero”

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Por John Berger / The Guardian – Rebelión / Resumen Latinoamericano / 05 de enero de 2017

Discurso en el Café Royal al aceptar el Premio Booker (de 5000 libras) por la novela “G”, en 1972

Ya que me han concedido ustedes este premio, acaso les interese saber –en pocas palabras– lo que significa para mí.La competitividad de los premios me repugna. Y en el caso de este premio en particular, la publicación de la lista breve, el suspense con buscado efecto propagandístico, las cábalas sobre unos y otros escritores como si fueran caballos de carrera, el énfasis puesto en vencedores y vencidos, todo ello es falso y está fuera de lugar en el contexto de la literatura.Sin embargo los premios obran como estímulos –no para los mismos escritores, sino para editores, lectores y libreros. Así, el valor cultural básico de un premio depende de qué tipo de estímulo representa. Hacia la conformidad del mercado y el consenso de la opinión promedio; o hacia la independencia imaginativa tanto del lector como del escritor. Si un premio sólo estimula hacia la conformidad, únicamente está subrayando el éxito tal y como se lo entiende convencionalmente. No es más que otro capítulo en una historia de éxitos. Pero si estimula hacia la independencia imaginativa, entonces fortalecerá el deseo de buscar alternativas. O, por decirlo de manera muy sencilla: animará a la gente a hacer preguntas.

La razón de la importancia de la novela estriba en que plantea preguntas que ningún otro género literario puede plantear: preguntas sobre el trabajo individual en la forja del propio destino; preguntas sobre los usos que uno puede darle a la vida –incluyendo la vida de uno mismo. Y plantea estas preguntas de manera muy íntima. La voz del novelista funciona como una voz interior.

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Ramón Vera Herrera

Fallece John Berger

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Foto: Víctor Camacho

El novelista, dramaturgo, guionista, poeta, crítico de arte, pintor y sobre todo compañero John Berger falleció en París el pasado 2 de enero de 2017 a los 90 años de edad. Lamentamos su ausencia con nosotrxs pero celebramos su obra y su vida y la vida que con su caminar y su mirada encendió en tantas y tantos en los más diversos tiempos y geografías.

Enseguida, un texto de Ramón Vera Herrera:

John Berger

John Berger vivió influyendo decisivamente a las personas que trabaron contacto con él. Establecía relaciones reales, y su responsabilidad con lo mutuo no admitió nunca la asepsia de abandonar su persona en aras de ser un personaje inolvidable. John tuvo siempre la generosidad de ser él mismo, al igual que Julio Cortázar, ambos conscientes de que ser humanos era su brega más fundamental, buscando hacer sentido, como simples mortales, dudando de ser narradores, porque en verdad lo eran.

Es lugar común que John nos transformó el modo de aprehender las artes. Su mirada rompió los moldes en que nos tenían encasillados críticos y dealers.

Con sencillez nos devolvió la conciencia de ser sujetos ante el arte, y que la mirada de los artistas puede obedecer a modas y criterios propios de los enclaves de poder. De manera sorpresiva para su tiempo, develó que nuestra mirada y entendimiento de la realidad, lo que nos asombra y la pertinencia que conferimos en nuestra vida cotidiana a la creación artística pasada y presente, se apegan a un condicionamiento social e imaginativo que nos imponen mediante una deshabilitación histórica implacable.

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Radio Zapatista

Clausuran importante espacio de resistencia en São Paulo, Brasil

El Sarao de Binho, uno de los “saraos” periféricos de São Paulo (Brasil), bares convertidos en espacios de pensamiento y resistencia, parte fundamental del movimiento de literatura perférica o literatura marginal en las periferias del Brasil, acaba de ser clausurado por la prefectura de São Paulo. Hablamos con Binho, idealizador del Sarao de Binho y dueño del bar que fue clausurado, quien nos explica la situación y habla de la importancia de los saraus como parte del movimiento popular periférico.

En portugués:
(Descarga aquí)  
En español:
(Descarga aquí)  

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Radio Zapatista

Invitación: Arte y Resistencia desde Abajo… desde las periferias, favelas y barrios bravos de Brasil y México

INVITACIÓN al DEBATE:

ARTE Y RESISTENCIA DESDE ABAJO
Literatura, pintura, teatro y otras artes y oficios
en los barrios bravos de Brasil y México

Jueves, 15 de marzo de 2012
17:00 horas

Transmisión en vivo (audio):
http://giss.tv:8000/komanilel.mp3

Cideci/Unitierra Chiapas
Camino Real a San Juan Chamula s/n
Colonia Nueva Maravilla,San Cristóbal de Las Casas, Chiapas

Trasmisión en vivo en
https://radiozapatista.org/
http://www.encuentroredtoschiapas.jkopkutik.org/
http://www.komanilel.org/

Invitación en audio:

(Descarga aquí)  

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Radio Chinelo

Literatura marginal en São Paulo, Brasil

Literatura Marginal

Reportaje sobre el movimiento de literatura marginal en las favelas y periferias de la ciudad de São Paulo, Brasil.(Descarga aquí)  

Desde hace varios años, la periferia de São Paulo es sede de una revolución por demás festiva y poderosa guiada por el arte, la cultura y la literatura. En ella, el coraje y la alegría de la periferia paulista transforman con firmeza -con chidez y firmeza, si me permiten la expresión- la vida cotidiana. Va aquí una muestra sonora de ello:

Paz a quem merece. Ferréz, escritor e impulsor del proyecto 1daSul y de la literatura marginal brasileña, reflexiona sobre su narrativa y comparte fragmentos de ella. Sao Paulo, 25 de Enero de 2012. Música: “Conflitos”, Dexter; “Bem-vindos”, Ferréz. Duración: 2:20 min: (Descarga aquí)  

Lutar por felicidade. Sérgio Vaz, poeta y uno de los fundadores del proyecto cultural Cooperifa en la zona sur de São Paulo, reflexiona sobre la lucha por la felicidad en la periferia y comparte su poema “Os miseráveis”. Música: “What’s go in on”, Marvin Gay. Duración: 1:55 min. Sao Paulo, 25 de Enero de 2012: (Descarga aquí)  

Fazer café. Samara de Oliveira, organizadora del Sarau “O que dizem os umbigos” del Itaim Paulista, en la zona este de São Paulo, comparte su poema “Árvore”. Sao Paulo, Brasil, 21 de Enero de 2012. Duración: 1:14 min: (Descarga aquí)  

(A) Massa. Emerson Alcalde, actor, dramaturgo y educador de Cangaíba, en la zona este de São Paulo, comparte su poema “(A) Massa”. Música: “Gentileza”, Marisa Monte. Duración: 2:05 min. São Paulo, 21 de Enero de 2012: (Descarga aquí)  

O desafio da minha passagem. Tubarao, artista del litoral paulista, habla sobre su poesía y comparte fragmentos de los textos “Tiempos modernos” y “Lavagem”. Música: “Quanto vale a liberdade”, Cólera. Duración: 2:30 min. Sao Paulo, Brasil, 17 de Enero de 2012: (Descarga aquí)  

Quem eu sou. Escritor, cineasta y recopilador de literatura marginal, Alessandro Buzo, el “Suburbano Convicto” de São Paulo, Brasil, habla sobre quién es él. Música: “Faculdade de 1,000 grau”, Tribunal Mc’s. São Paulo, 17 de Enero de 2012: (Descarga aquí)  

Edición y recopilación: Alij Anaya (yahoraescuandoes.wordpress; flavors.me/yahoraescuandoes)

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Alejandro Reyes

Voces de los márgenes: Literatura periférica y mediación cultural en Brasil

Texto presentado en el I Coloquio sobre teorías y literatura en Latinoamérica y el Caribe, La Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia, abril de 2011.

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Voces de los márgenes
Literatura periférica y mediación cultural en Brasil

por Alejandro Reyes Arias

Viajemos un poco.

Periferia sur de São Paulo, miércoles, diez de la noche, el bar de Zé Batidão está repleto, no hay dónde sentarse, más de doscientas personas se amontonan para escuchar a los poetas que, uno tras otro, toman el micrófono —pras crianças pro idoso saúde ensino precário / sei do que falo vivo no cenário / no poder filha da puta eleito se oculta / surdo cego mudo não vê nem escuta—, la gente escucha, se indigna, ríe, aplaude, no con la compostura del público haute culture, sino con el corazón víscera de quien saborea las palabras que hablan de su propia realidad, horas sin fin en el transporte público, salarios de miseria, racismo, clasismo, desprecio, drogas, violencia, muerte y vida en los márgenes, esperanzas y sueños, convivencias otras, mundos del mundo periférico, intimidades y placeres:

Uma mulher / que me incentive a criar / quando sorrir e quando chorar / quando dormir e quando suar / Que seja o entrelace de escultura e desenho / balé e candomblé / Que faça minha barba, aceite minhas flores / meus tremores, minhas colagens / e rasgue meus piores poemas.

Es el “Sarau da Cooperifa”, el primero de muchos saraus, o tertulias: espacios, generalmente bares, que ciertos días se transforman en territorios contestatarios de expresión literaria, donde poetas de las periferias —amas de casa, taxistas, maestras, obreros, mecánicos, músicos, estudiantes, jubilados— presentan sus obras para un público también periférico que encuentra en la palabra fuente de placer, de dignidad y de lucha. La Cooperifa fue fundada en 2001 y a partir de entonces los saraus se han reproducido por las periferias de São Paulo y de otras ciudades de Brasil: espacios políticos y politizantes, de creación lúdica y pensamiento crítico.

El fenómeno de los saraus va de la mano de un gran número de iniciativas culturales y sociales con un alcance tan amplio y tan interconectadas que nos arriesgaríamos a llamarlo “movimiento”, tanto literario como social. Conferencias, librerías, editoriales independientes, cursos, escuelas barriales, bibliotecas, estudios de grabación, confección de ropa, centros comunitarios, organizaciones de mujeres, espacios para niños, iniciativas de economía solidaria, resistencia a políticas públicas, vinculación con otros movimientos y mucho más. Al mismo tiempo, en la última década se ha visto una riquísima producción literaria en todos los géneros —novela, cuento, teatro, crónica— con publicaciones autónomas y, cada vez más, en editoriales comerciales. A partir de la publicación de tres números especiales de la revista Caros Amigos, intitulados “Literatura marginal”, organizados en 2001, 2002 y 2004 por el escritor Ferréz de Capão Redondo (periferia suroeste de São Paulo), mucha gente empezó a aplicar ese término a esta producción literaria, aunque muchos prefieren llamarla “literatura periférica”.

Se puede decir que este movimiento tiene dos públicos y dos dimensiones: por un lado, la formación y fortalecimiento de un sujeto social y político periférico; por otro, servir como puente entre dos lados de una sociedad profundamente dividida. Ésta es la dimensión que me propongo a examinar brevemente aquí: el papel del escritor/activista periférico como mediador cultural.

La literatura periférica como fenómeno de gran alcance ocurre justamente en un momento de crisis: de división, miedo, violencia e intolerancia en las ciudades brasileñas. En Ciudad de muros, la antropóloga Teresa Caldeira revela una São Paulo profundamente dividida por muros físicos y simbólicos, resultantes de transformaciones urbanas que llevan a una creciente segregación, a partir de un aumento —real, simbólico e imaginario— del crimen y la violencia. Eso fue en el año 2000. Desde entonces, la situación sólo ha empeorado. Dice Raúl Zibechi: “Si a comienzos del siglo XXI algún fantasma capaz de atemorizar a las élites está recorriendo América Latina, es seguro que se hospeda en las periferias de las grandes ciudades”. La distribución cada vez más desigual de la riqueza resultante de más de tres décadas de políticas neoliberales, la explosión demográfica urbana en esas mismas décadas y la crisis del Estado han transformado a las periferias urbanas en territorios fuera del control estatal y en reductos de resistencia a la homogeneización del capitalismo global. Zibechi apunta una doble estrategia por parte del poder ante la “amenaza” de las periferias urbanas: militarización y políticas de “combate a la pobreza” : dos lados de la misma moneda. A esto añadiríamos una tercera: la invisibilización, sobre todo por los medios de comunicación, que alternan silencio, criminalización y folclorización como forma de restarle potencial subversivo a la realidad periférica. Y permeando todo esto, miedo, intolerancia y desprecio. Dice un niño en el documental Falcão, del que hablaremos abajo:

Tipo, nós não vive na sociedade, que nós mora no morro, tá entendendo?
Tipo nós não é nada.

En este contexto, el papel del mediador es fundamental para sanar la creciente violencia e intolerancia, sobre todo porque la crisis social ha llevado también a una crisis de la mediación por parte de la élite intelectual, que tradicionalmente ha asumido ese papel en la historia cultural de Brasil. Más y más, ese papel está siendo asumido ahora por los productores culturales periféricos.

En las periferias a nadie se le ocurre preguntar si el subalterno puede hablar. Más bien la pregunta es otra: si la clase media puede escuchar (de por sí creo que la pregunta de Gayatri Spivak hubiera quedado mejor planteada así). En el contexto de la globalización y el dominio de los medios en todos los ámbitos, los creadores periféricos tienen dos avenidas para hacerse oír. Desafiar el aparato mediático y del Estado evitándolo, buscando medios alternativos, acciones directas en las comunidades, etc., o utilizar ese mismo aparato para intentar subvertirlo desde adentro, aprovechando las brechas dejadas por la lógica del mercado. El primero es el escogido por muchos de los escritores/activistas paulistas; el segundo es el camino andado por MV Bill y Celso Athayde, de Ciudad de Dios, Rio de Janeiro, con el proyecto Falcão.

El 19 de marzo de 2006, el programa Fantástico de la TV Globo exhibió el documental Falcão: Os meninos do tráfico, de MV Bill y Celso Athayde, resultado de seis años filmando a niños y adolescentes en el tráfico de drogas en favelas del país. MV Bill es un rapero admirado y querido por la población periférica, lo cual le permitió un acceso al mundo del tráfico que casi nadie más hubiera podido tener. Al día siguiente de la exhibición del documental, la Editorial Global lanzó un libro homónimo, un trabajo a cuatro manos, con crónicas sobre las experiencias vividas; en noviembre del mismo año, MV Bill lanzó el CD Falcão: o bagulho é doido; y en 2007 la Objetiva publicó Falcão: Mulheres e o tráfico.

El programa Fantástico es un espacio, digamos, sorprendente para este tipo de voz: la juventud más marginalizada y temida de las favelas contando su propia historia en uno de los programas de mayor difusión de Brasil. Los medios hicieron lo que hacen: “Fue una descarga de realidad sin precedentes en la televisión brasileña, quizás mundial”, escribió la revista Carta Maior, “…un golpe en el estómago de 50 millones de brasileños”. Esta frase, “golpe en el estómago”, circuló en revistas, periódicos y conversaciones en todo el país, sobre todo entre la clase media, en lo que parecía ser una suerte de placer masoquista, pues a final de cuentas era a esa clase a quien el supuesto golpe estaba dirigido; seguramente no a quienes conviven con esa y tantas otras violencias todos los días.

La intención mediadora del proyecto Falcão queda clara en la introducción del libro.

Nuestro principal objetivo fue mostrar, sin cortes o ediciones espectaculares, el lado humano de estos jóvenes. […] Este libro surge para ayudarte a reflexionar sobre la juventud que vive en situación de riesgo. Debe ser interpretado de la manera que puedas, como cada uno consiga. (9)

El plural de la primera persona dirigido a la segunda persona pide una respuesta a las preguntas: ¿Quién es “tú”? ¿Quién es “nosotros”? De manera inmediata, “tú” es el lector y “nosotros”, los autores del libro. Pero al final de la introducción la cuestión queda más clara:

Sabemos de qué lado estamos, y sabemos exactamente el peso del martillo que se encuentra del otro lado, pues por él también ya fuimos martillados. Pero no importa el tiempo que necesitemos para ser comprendidos, para ser escuchados. Lo único que nos importa es que la lucha tiene que continuar. (10-11)

Así los autores dejan claro que “nosotros” es una colectividad que se posiciona de un lado del muro: del lado de la favela, del “pueblo”. Y dejan claro también que el propósito del libro es llevar la voz “de aquí para allá”, de la favela a las clases privilegiadas. Por otro lado, “tú” es también una colectividad que abarca las clases media y alta que no entienden el mundo de las favelas, que lo temen y lo desprecian.
Pero cuando los autores escriben: “La razón de este trabajo es la vida de esos jóvenes y, sin duda, nuestras vidas” (9), tenemos la impresión de que hubo aquí un desplazamiento en el posicionamiento, de que el “nosotros” usado por los autores corresponde ahora a un “pueblo” en un sentido más amplio: “el pueblo brasileño”.

Esos jóvenes tienen su propio lenguaje, tienen sus propias leyes. Si realmente quieres entenderlos, tendrás que hacer un esfuerzo, tanto para comprender sus expresiones gramaticales como sus actitudes, y para eso cada uno de nosotros tiene que deshacerse de todo el odio que nutrimos y de todo el miedo que desarrollamos a partir de él. (10)

Una característica de casi toda la literatura periférica es el uso del lenguaje, como mecanismo de afirmación de la propia realidad y como instrumento de mediación. En las escuelas públicas, los niños aprenden que lo que hablan en casa —lo que todos hablan en su mundo— está equivocado. Al mismo tiempo, el lenguaje popular, debido al miedo y la violencia, evoca desprecio entre las clases privilegiadas. Por eso el llamado a desprenderse del odio y del medio. Al mismo tiempo, para entender la realidad de la favela hay que entender su lenguaje, pues éste es no sólo una forma de expresión, sino de comprender el mundo.

El lenguaje usado en las narraciones también es significativo. Hay una gran fluidez entre la jerga de las favelas y un lenguaje más formal, un juego resbaloso en el que los narradores se colocan de un lado o de otro. Esto contrasta con los diálogos, dejando claro que el lenguaje híbrido es un mecanismo de comunicación que permite conectar ambos mundos:

É o seguinte, irmão. Eu tô aqui pra tudo. Pro que der e vier. Pode vir alemão, pode vir o que for, nós vai cair pra dentro. Nós tem que proteger os moradô, nosso morro.

En el libro, los diálogos son una transcripción de la oralidad al papel. En contraste, en el documental, editado por la TV Globo, las voces de los niños y adolescentes están subtituladas. Más que facilitar la comprensión, los subtítulos sirven para acentuar el carácter exótico de esas voces. Además, los “traductores” de la Globo se sintieron obligados a poner las expresiones “incorrectas” entre comillas y explicaciones en paréntesis. El trecho arriba fue subtitulado así:

É o seguinte, irmão. Eu “tô” aqui pra tudo. Pro que der e vier. Pode vir alemão (inimigo), pode vir o que for, nós “vai” cair pra dentro. Nós “tem” que proteger os “moradô”, nosso morro.

Esa intervención es uno de los mecanismos que la Globo usó para distanciar al público de las escenas y transformarlas en espectáculo. Vale la pena aquí hacer un breve análisis de las operaciones de espectacularización y despolitización efectuadas por la TV Globo, como forma de problematizar las tentativas de mediación por parte de los escritores/activistas periféricos y para profundizar en la pregunta de Spivak, reescrita a nuestro modo: “¿Puede el sujeto privilegiado escuchar?”

Es interesante que el documental Falcão, esa “descarga de realidad sin precedentes”, haya sido transmitido justamente en el programa Fantástico, O Show da Vida. El Fantástico cubre “noticias” de la “vida real” de forma espectacular; vehicular la realidad en un programa que se llama Fantástico, el show de la vida es, en el mejor de los casos, una extraordinaria ironía. Según el Diccionario Aurélio, fantástico significa: sólo existente en la fantasía o imaginación, caprichoso, extravagante; increíble, extraordinario, prodigioso; falso, simulado, inventado, ficticio. Cabe notar que las Organizações Globo surgieron justamente al inicio de la dictadura militar, y desde entonces la Rede Globo ha ejercido una gran influencia en la política del país. La despolitización de sus programas, evidentemente, no tiene nada de accidental, y pasa justamente por la espectacularización: la vida es un show.

No sabemos cuánto de la edición del video fue decidida por los autores y cuánto por la Globo. Lo que sí queda claro es el muy limitado número de escenas que apuntan a las clases privilegiadas como corresponsables del problema. Puesto que esto está muy presente en la producción musical de MV Bill, su ausencia no deja de sorprender. De la narrativa están casi completamente ausentes la discriminación, la imposición de valores de consumo en el contexto de tan profunda desigualdad, la criminalización de la población periférica, la inexistencia del “estado de derecho”, la imposición de los valores de trabajo y responsabilidad cuando ni hay empleos dignos ni los dueños del poder actúan conforme a esos valores. Todas estas formas de violencia, conspicuamente ausentes en el documental, tendrían, ellas sí, la capacidad de ser un “golpe en el estómago” de la sociedad.

El documental fue enmarcado por la participación de la presentadora Gloria María, que con sus comentarios reduccionistas y su entonación espectacular, preparó el camino para una interpretación estrecha y distante. Más problemáticas, sin embargo, fueron las entrevistas al final del documental. “Entonces… ¿cómo cambiar esa realidad? En un momento, el Fantástico abre el debate con la opinión de quien quedó pasmado con Falcão, Meninos do Tráfico”, dice Gloria Maria, y Zeca Camargo continúa: “Exhibimos el documental a algunas personas acostumbradas a tener una mirada aguda sobre la realidad brasileña”. Los presentadores dejan claro que lo que fue visto no puede hablar por sí mismo, y que para ser entendido es necesaria la interpretación de “personalidades” de la clase media, blanca e “ilustrada”. Los experts con “mirada aguda”, en este caso, son dos escritores de telenovelas de la Globo, una actriz también de la Globo, el escritor Luís Fernando Veríssimo y el director Cacá Diegues. Dice Manuel Carlos, autor de telenovelas:

¡Vi algunas de las escenas más chocantes que he visto en toda mi vida! Una realidad extremadamente cruel, sin ningún retoque, de la cual yo no sabía…

Dos observaciones saltan a la vista de inmediato. “Sin ningún retoque”, dice Manuel Carlos, destacando el carácter real del documental, sin darse cuenta de que, si él realmente desconociera esa realidad, como afirma, no podría saber si la representación corresponde a la realidad. Al mismo tiempo, ¿cómo creer que realmente “no sepa” de esa realidad, sobre todo siendo supuestamente alguien “acostumbrado a tener una mirada aguda sobre la realidad brasileña”? Es como si toda la atención que la temática ha recibido en los medios, el cine y la literatura en la última década hubiera pasado enteramente desapercibida hasta su descubrimiento inédito por el Fantástico. Espectacularización y negación del espectáculo, ¡en menos de quince segundos!

“La importancia de ver este documental es la de rescatar la humanidad que hay dentro de nosotros, aunque sea por el shock, aunque sea con un golpe en el estómago”, dice la actriz Camila Pitanga.

Pero el discurso más insidioso, el más limitante y el que más tiempo recibe es el de la escritora de telenovelas Glória Perez: “Lo que queda muy claro es el absoluto abandono en que vive esa población. Es un gueto, una tierra de nadie.” La compleja problemática que el documental y el libro dejan claramente abierta a la reflexión, se reduce ahora a la cuestión del “abandono”. Este discurso no es nuevo: tiene su origen en el siglo XIX en la escuela de criminología italiana de Ferri y Lombroso, cuya influencia tanto daño hizo a los niños y jóvenes pobres del país. Según las teorías de determinismo social y racial, las clases bajas, los negros y los indios tenían una tendencia natural al crimen, y el papel del Estado era mantenerla bajo control, reprimiendo y reformando a los niños y jóvenes abandonados y “moralmente abandonados” (un concepto puede significar cualquier cosa). La “tierra de nadie” de la que habla Glória Perez sólo puede transformarse en “tierra de alguien” por medio de la acción civilizadora del Estado. Lo que se le olvida mencionar es que el Estado sí está presente, como muestra el documental, en la forma del ejercicio brutal de la represión por parte de fuerzas policiales profundamente corruptas.

Ella continúa: “Es muy difícil para una familia crear un hijo diciéndole que el crimen no compensa, cuando el Estado muestra todos los días, a través de la benevolencia de las leyes, a través de cosas de ese género, que el crimen sí compensa.” ¿La solución al abandono del Estado? Leyes más duras. ¡Golpes y rejas para los marginales! Y la clase media concuerda sonriente, se lava las manos y se va a ver la telenovela de las ocho… Explode Coração!

Esta forma de incomunicación me hace pensar en un debate sobre “lo erudito y lo popular” al que pude asistir en agosto del año pasado, con la participación del poeta Allan da Rosa, aquí presente, y dos reconocidos representantes de la cultura “erudita” brasileña. Vista desde el público, la escena era interesante: en el centro, los dos conferencistas eruditos y el moderador al lado; a la derecha, literalmente en la periferia, Allan da Rosa: no sé si por coincidencia o por alguna de esas triquiñuelas malandras del inconsciente, quedó distanciado por una mesa que separaba su asiento de los demás. Negro, de cabello largo, con las ropas sin pretensiones de la “perifa”, el contraste hacía el contrapunto ilustrativo del estereotipo de lo popular y lo erudito. Los primeros en tomar la palabra fueron los representantes de la cultura erudita, con participaciones que en mi opinión poco dijeron sobre las complejidades de un tema tan presente en el imaginario brasileño y con tan profundas implicaciones en las relaciones sociales y la cultura nacional. Particularmente problemática fue la segunda: una especie de historia universal de los conceptos erudito/popular sin ninguna referencia geográfica, como si en todo el mundo esos conceptos significaran lo mismo y siguieran el mismo camino. Aunque nada se dijo de geografía y territorio, era claro que de lo que hablaba el conferencista no podía ser Brasil; a lo mejor Europa. ¿Cómo hablar del tema sin mencionar la esclavitud, la destrucción de las culturas indígenas, los tres siglos de dominación y la herencia colonialista en el propio pensamiento poscolonial, del cual la propia ponencia era ejemplo vivísimo?

Cuando tuvo la palabra, Allan agradeció a los ancestros y pidió permiso para hablar. Si antes, visualmente, su presencia era un marcado contraste, su intervención, por la forma, el lenguaje, los gestos y actitudes y sin duda el contenido, nos llevó a otro universo. Con ese idioma híbrido tan reconocible en su poesía —cargado de jerga periférica, expresiones populares y neologismos de su propia invención— habló de todo aquello que los anteriores evitaron: la opresión, la esclavitud y la violencia colonialista, pero también los fundamentos de las expresiones dichas populares, profundamente distintos de los de la cultura de matriz europea: la relación no linear con el tiempo y el espacio; el movimiento consubstancial del cuerpo y el intelecto; el carácter colectivo y comunitario del pensamiento y la creación artística; la relación entre materialidad y abstracción; el mito, la herencia y la memoria entrelazados con la corporeidad del presente vivido en planos simultáneos. Así, por su ejemplo tanto como su discurso, desarticulaba las oposiciones binarias “erudito-popular”, “alto-bajo”, “favela-ciudad”. Eso sin negar las diferencias; al contrario, resaltándolas: la exclusión, la explotación, el prejuicio, la imposición de valores estéticos y morales sobre las matrices afro e indígena. Pero al mismo tiempo desafiando la categorización en una escala vertical de “alto y bajo”, “sofisticado y simple”, “arte y artesanía”, “cultura y folclor”, para proponer la coexistencia simultanea de una pluralidad de expresiones y formas de entender y vivir en el mundo. Sin embargo, a pesar de esas provocaciones, en la discusión que siguió los representantes “eruditos” se negaron a adentrarse por esas veredas, y continuaron expresando directa e indirectamente que la producción popular era muy diversa, bonita y todo eso, pero que no dejaba de ser simple, y que la cultura erudita se alimentaba de ella para transformarla en obras de verdadera riqueza y sofisticación.

El recuerdo de ese evento me hace pensar en la reflexión de José Rabasa sobre un momento de los diálogos entre el gobierno mexicano y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1995. La Comandanta Trinidad en cierto momento se dirige a los representantes del gobierno en su propia lengua, el tojolabal, y después les pregunta si entendieron. Con ese acto, la Comandanta coloca el mundo de cabeza, desconstruyendo los prejuicios que dicen que los indios no se saben expresar, invirtiendo la pregunta de Spivak al enmudecer al propio gobierno.

De manera similar la intervención de Allan reduce al silencio a los conferencistas “eruditos”, que no logran implicarse en una discusión seria de la dicotomía erudito/popular frente a la desarticulación de la escala de valores de esa dicotomía por las palabras y los gestos de Allan. Su discurso —y su corporalidad— no es incomprensible de la misma forma que el tojolabal lo es para los representantes del gobierno mexicano, sino porque no cabe en el edificio conceptual que orienta la visión de mundo —y da sentido a su propio lugar en ese mundo— de los representantes de “lo erudito” en el universo cultural brasileño. “¿La Academia?”, se pregunta el poeta Sergio Vaz, fundador de la Cooperifa. “¡Que coman brioches!”

Pero si bien al “sujeto privilegiado”, como vemos, se le dificulta bastante escuchar, los escritores periféricos no quitan el dedo del renglón. “Nosotros no tocamos la puerta”, escribe Ferréz en la introducción de la antología de cuentos periféricos Literatura marginal, “más bien la rompimos”. En los últimos años, la literatura periférica/marginal ha irrumpido en espacios cada vez más amplios y más diversos, logrando abrir un nicho en el mercado editorial y suscitando creciente interés académico. Creo que este Coloquio, esta mesa y estas torpes palabras son quizás indicativos de incipientes fracturas en los muros de la incomprensión.

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Radio Zapatista

Entrevista con Allan da Rosa, Brasil

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Luchador social, poeta, escritor, educador, miembro de Cooperifa (Cooperativa de Poesia de la Periferia) y parte del movimiento de literatura marginal. Habla sobre la resistencia cultural en São Paulo, Brasil