solidaridad
(Español) La Fiscalía Federal y la Fiscalía del Estado de Chiapas cómplices en la falsificación de pruebas a personas inocentes
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.
a 21 de septiembre de 2021
Boletín No. 10
- Las Fiscalías federal y estatal de Chiapas cómplices en la falsificación de pruebas a personas inocentes.
- Gobierno de Chiapas mantiene una acción criminal como parte de su política de gobierno.
La Fiscalía General de la República (FGR) y la Fiscalía General del estado de Chiapas (FGECH) cómplices en falsificación de pruebas a personas inocentes. El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, (Frayba) investigó y documentó la utilización ilegal de las identificaciones de Yonny Ronay Chacón González (Yonny Ronay) –joven víctima de privación arbitraria de la libertad y tortura– para privar de la libertad a dos personas, una de ellas de nacionalidad salvadoreña.
Yonny Ronay fue detenido ilegalmente y torturado por elementos de la policía especializada adscritos a la Fiscalía de Alto Impacto (FAI) de FGECH entre el 13 y 15 de marzo del 2019. En el momento de su detención traía consigo diferentes pertenencias entre las que se encontraba su credencial de conducir.
El día 14 de marzo de 2019 Yonny Ronay fue exhibido por medios de comunicación con fotografías obtenidas por medio de la FAI, como integrante de una banda de la delincuencia organizada, en posesión de armas de grueso calibre y como el responsable de un homicidio en Villaflores, Chiapas.
Al día siguiente, tras ser expuesto públicamente y violar su presunción de inocencia, la FAI determinó darle la libertad a Yonny Ronay alegando que de acuerdo con la investigación le habían encontrado un arma blanca del tipo de navaja multiusos. Horas antes de su libertad la Fiscalía de Distrito Fraylesca (FDF) realizó actos de investigación a Yonny por otros delitos.
Al salir de la FAI fue detenido nuevamente con una orden de aprehensión por el delito de homicidio calificado; hasta este momento legalmente se le atribuyó una responsabilidad sobre estos hechos, es decir la FGECH había fabricado al culpable 24 horas antes.
Por otra parte, contamos con documentación de que el día del homicidio que se le imputa a Yonny Ronay, el joven se encontraba en otro municipio del estado de Chiapas. Este Centro de Derechos Humanos cuenta con documentos que acreditan tortura física y psicológica, privación arbitraria de libertad, mismos indicios que se encuentran dentro de la carpeta de investigación integrada por certificados médicos que constatan las lesiones que le causaron, además de testimonios de sus familiares que lograron verlo cuando se encontraba detenido.
El 21 de marzo de 2019 fue vinculado a proceso por el delito de homicidio calificado y el 21 de octubre del mismo año la FDF le imputó el delito de robo, vinculandolo a proceso. Durante la audiencia, Yonny Ronay denunció actos de tortura que sufrió durante su detención y señaló al fiscal del ministerio público como uno de sus perpetradores.
El día 23 de abril de 2020 fueron detenidas ilegalmente dos personas por la FAI, quienes también fueron torturados en el sótano de esta institución, y se les atribuyó un robo ejecutado con un arma de fuego el día 24 de abril del mismo año en Tuxtla Gutiérrez. En esa investigación la FAI, utilizó ilegalmente la credencial de Yonny Ronay para fabricar un testimonio y falsificó su firma para incriminar a estas personas. En la fecha de estos hechos él ya se encontraba en prisión.
Por las secuelas físicas y psicológicas de la tortura, estas dos personas aceptaron reconocer responsabilidades a cambio reducirles la pena y recobrar su libertad por medio de una fianza. Esto no sucedió, por lo que fueron sentenciados a cuatro años cuatro meses de prisión, pena que siguen cumpliendo.
La FAI transfirió el 21 de junio de 2019 la investigación a la FGR por el delito de portación de armas de uso exclusivo del Ejército. Un Juez Federal emitió un auto de vinculación a proceso por estos hechos y ordenó investigar los actos de tortura que se manifestaron durante la audiencia.
Del 20 agosto de 2019 al 19 de febrero de 2020 la FGR realizó actos de investigación con finalidad de esclarecer los hechos; en este periodo entrevistó a Yonny Ronay el día 17 de febrero de 2020 en el Centro Estatal de Reinserción Social para Sentenciados (CERSS) número 08 de Villaflores, en ese momento el joven refirió que era imposible que haya sido testigo de esos hechos –del robo y la portación de arma de fuego- ya que en ese se encontraba detenido.
Además, la FGR en su investigación no localizó a las supuestas víctimas y otros testigos de los hechos referidos por la FAI, verificó también que en el lugar de los hechos existían cámaras del C5 que pudieron grabar los hechos, mismo que contrariaba el informe de la FAI, quien argumentó la inexistencia de los aparatos de grabación.
Por estas circunstancias dentro de la investigación, la FGR determinó cerrar la investigación por el delito de portación de armas de fuego: “En estas circunstancias y al no encontrarse debidamente corroborado que –——————————, participó en la comisión del hecho señalado como delito de PORTACIÓN DE ARMA DE FUEGO DE USO EXCLUSIVO DEL EJÉRCITO … sino más bien que se simularon pruebas en su contra… en el hecho señalado como delito antes descrito y el de ROBO EJECUTADO CON VIOLENCIA AGRAVADO”.
Es decir, que la FGR concluyó que el delito de portación de arma de fuego fue fabricado por la FAI, así como el robo ejecutado con violencia, delito por el cual estas personas actualmente se encuentran sentenciadas.
Por estos hechos se configuran los delitos de abuso de autoridad, ejercicio ilícito de servicio público, falsificación de documentos, los cuales se encuentran previstos en el Código Penal Federal, por lo que correspondería a la FGR investigar a los funcionarios públicos de la FAI que incurrieron en estas acciones, lo que hasta el momento no se ha realizado.
La Secretaría General de Gobernación y la Dirección de Derechos Humanos del estado de Chiapas tienen conocimiento de estos hechos, sin que hasta el momento hayan intervenido para hacer cesar este cúmulo de violaciones a derechos humanos hacia estas tres personas.
El día 06 de septiembre de 2021 Yonny fue sentenciado a 31 años y seis meses de prisión, por un juez del distrito judicial de Villaflores, el cual no valoró las pruebas de una investigación cargada de violaciones a los derechos humanos.
La comisión de una serie de violaciones al debido proceso, a la presunción de inocencia, a la libertad e integridad personal, entre otras violaciones a los derechos humanos representan una acción criminal de parte del gobierno del estado de Chiapas hacia la población, representando una política de investigación penal que constituye la instalación de una fábrica de delitos y culpables.
An Extemporaneous Chronicle: Part One
An immersive record – as it is characteristic of Raúl Romero, describing the challenging trajectory of La Extemporánea from San Cristóbal de las Casas to Vienna, Slumil K’Ajxemk’Op’s territory.
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By Raúl Romero.
Wednesday, September 8.
The wind farms and PEMEX compounds urge us to go faster. We don’t want night to fall on that stretch of the highway in the state of Veracruz. On other journeys we have been witness to criminal and state violence in that area. At nightfall, on this stretch of road, the commercial bus lines decide to wait for other units and travel in a caravan to support each other. Memory kicks in: “if they throw a stone at our window, don’t stop,” I tell my companion who drives the van we are traveling in. He replies: “It is not so easy, it depends on the amount of damage.” We both know that this is one of the practices used by some criminal groups to force you to stop, and then rob and/or kidnap you.
These are the things that we in Mexico have had to learn in order to be able to travel in a “more secure” way.
I finish sending the agreed message, at the agreed time, to the group monitoring us in Mexico City. I look up and a group of about ten people of African descent walks along the road. They are traveling with very few belongings and bottles of water, part of the migrant caravans that cross Mexico to reach the United States. The scene becomes commonplace. I try to keep count, but there are so many groups we encounter along the way that I have forgotten how many we have counted.
We arrive at our destination, San Cristobal de las Casas, Chiapas, at 8:30 pm. A couple of comrades are waiting for us.
We have a brief conversation, catch up. Hugs will be for another time: mouth covers, gel and disinfectant spray accompany our meeting. It’s time to rest. We have been on the road for more than 13 hours. We get settled in the space that we have been lent in solidarity to spend those two nights. In the early hours of the morning, I hear notifications of messages on my cell phone. I hear them in the distance, while dreaming.
The next day when I wake up I finally consult the phone.
“Don’t go out, there is turmoil in the village.”
“How are you? Don’t go near the north of Jovel.” These are some of the messages I read.
According to the Fray Bartolomé de las Casas Human Rights Center, the night witnessed confrontations between criminal groups in the northern area of the city of San Cristóbal de Las Casas, near the community known as Molino los Arcos.
The situation is serious: people assassinated, houses burned, terror. In Chiapas this scene has also become common: paramilitary and organized crime groups carry out constant attacks against rural and urban populations.
The municipal and state governments do not seem to be concerned about stopping this situation; on the contrary, they guarantee impunity and free mobility to these groups. The interventions of the federal government are also insufficient, or complacent depending on how you want to see it. Chiapas is a powder-keg. Its governor, Rutilio Escandón, “is kept in the government with pins” and through agreements with other power constituencies.
On Thursday the 9th, the entire day consisted of preparations and informal meetings with compañeros and compañeras from other organizations. In the morning we went to the Center of Autonomous Resistance and Zapatista Rebellion Caracol Jacinto Canek, a Zapatista caracol in the heart of San Cristóbal de las Casas. We signed up on a list and announced that we would accompany the caravan. The next day La Extemporánea, the Zapatista airborne delegation will leave for Mexico City, where they will stay for a few days and then fly to Vienna, Austria. Outside the Caracol remain people of solidarity, comrades, filmmakers, independent journalists. We share information and tips for the trip.
In the afternoon of the same Thursday we attended a seminar held by some collectives of the region. The predominant theme of the interventions was the attacks that occurred in the early hours of the morning.
They talk about organized crime, corruption, dispossession, resistance, the struggle for life, the role of women, the objective of the intensification of the war in Chiapas, the situation of terror. There is fear and uncertainty.
An older man takes the floor and maps the links between local governments and organized crime.
He concludes: “we have to ask our allies in Mexico City to help us communicate what is happening in Chiapas. If we write it, they will kill us.”
Night falls again, a reminder that we must hurry.
We distribute the tasks between the three: buy food, water, put gas in the car. My travel partners go together, and I walk through the center of San Cristobal. I adjust my mask, dodging tourists and moving away from where I see the highest concentration of people. It seems that for the hundreds of visitors the pandemic is over: they go without masks, or healthy distance, or any other measure. I meet up with three comrades who live in town, friends of many years. We find a corner and quickly catch up. Jokingly I tell them, “the pandemic is over here, isn’t it?”. Their response is similar to what I have read in the press or heard from others: “The health measures here are a disaster. Listen to what the health workers say… In the protests against AMLO a few weeks ago there were not only the compas of the CNTE, there were also women and men doctors and nurses. Many people died in the communities who were not included in the COVID statistics.”
On Friday, September 10, very early, at 6:00 am, we arrived again at the Caracol Jacinto Canek. The Extemporánea has already boarded the four trucks that will take them to Mexico City. Also on the trucks are the Comando Palomitas, the group of boys and girls who have a special mission on the trip: to play. Also on board is Después de los 17. (The Ixchel-Ramona Militia Section). A total of 177 people make up La Extemporánea. At the head of the delegation is the spokesman of the EZLN, Subcomandante Insurgente Moisés, who is also the coordinator of La Travesía por la Vida – European Chapter.
The Extemporaneous is the second Zapatista delegation to travel to Europe this year. Just last May, Squadron 421, the Zapatista maritime delegation, composed of Lupita, Carolina, Ximena, Yuli, Bernal, Felipe and Marijose, left on the ship La Montaña for Europe. After several weeks at sea, in June 2021, Squadron 421 arrived at its destination, which it renamed SLUMIL K’AJXEMK’OP, which means “Rebellious Land”, or “Land that does not surrender, that does not yield”. During its stay in Insubordinate Europe, Squadron 421 met with different organizations. It also led the historic mobilization of August 13, 2021 in Madrid under the slogan: They did not conquer us.
The caravan of vehicles is formed and begins to take its course. A filmmaker runs alongside us with his camera in hand. From the truck in front of us, half of the body of another documentary filmmaker comes out of the window: camera in hand, making funny contortions to get better shots. They both want to record this historic moment.
Several cars break away from the caravan before leaving San Cristobal de las Casas. From there we will be four trucks, five vans and one car that will make the trip.
We have already identified ourselves and we know who should go where. In Tuxtla Gutiérrez we notice that a local police patrol is following us. They take pictures of us. They speed up and get between the cars of the caravan. The same scene will be repeated in Tabasco, Veracruz, Puebla and the State of Mexico: state police patrols passing us, taking photos, closing the road.
Something similar happens with the patrols of the National Guard and the National Migration Institute. These two groups stop us on at least three occasions. The treatment is cold, aggressive. In one of the stops the situation becomes more tense than in the previous ones. Migration and the National Guard stop us at the same time. They want the compas to get out of the trucks. The human rights observers accompanying us argue the right to free transit. Migration insists. All of us accompanying the caravan surround the agents. Some of us turn on our cell phone cameras and start recording. A colleague begins to transmit live via Facebook. The agents look surprised, they don’t expect that kind of reaction. They let us go. We get back on the road.
On two separate occasions we stop for food. The Zapatista delegation is well prepared: bananas, water, tortas. They organize themselves to distribute them. Everyone always wears masks and safety face shields.
16 hours after leaving the Caracol Jacinto Canek we arrived at our destination: Carmona y Valle no. 32 in Mexico City. The location shows off the murals and ribbons that a brigade of artists had painted a few weeks earlier. Other Zapatista sympathizers have attended the reception. The large contingent from the Otomí Community residing in Mexico City stands out. The arrival is, like the departure, quick and orderly.
The Extemporaneous has arrived safely at its first destination. It is time to rest.
Published originally in Mexican-Castillian language by Camino al Andar. Part one of two, the second part to be published tomorrow.
Chronicle by Raúl Romero, photographs by Francisco Lion.
Translation by taller ahuehuete.