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Le Mèdia TV

(Español) Zapatistas y CNI: Una lucha radical contra el capitalismo

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Entrevista en el programa ‘Etat d’Urgence’ de Le Média TV, medio independiente francés, a Maribel Cervantes, delegada del pueblo Popoluca/CNI, y Marcela Méndez, delegada de Yucatán/CNI, sobre la lucha de los pueblos indígenas en México y su papel en la ’Travesía por la vida – capítulo Europa’ (21.11.2021)

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Comisión de Coordinación y Seguimiento del Congreso Nacional Indígena- Concejo Indígena de Gobierno

(Español) Alerta ante la violenta ofensiva neoliberal del mal gobierno federal mexicano (segunda parte de tres)

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A los pueblos de México y del mundo,

A los medios de comunicación:

  1. Mega proyectos y represión a los pueblos de la región de Cholula, Puebla, y al pueblo Zoque de Chiapas.

La Comisión de Coordinación y Seguimiento del Congreso Nacional Indígena- Concejo Indígena de Gobierno, denunciamos que la disputa por el territorio indígena para la extracción neoliberal, despojo y privatización de la tierra, impulsada por el mal gobierno federal mexicano y los gobiernos de los estados, se está apoyando en la represión oficial y el terror profesional, perpetrado por policías, grupos delincuenciales y paramilitares que dejan a su paso un terreno fértil para la apropiación capitalista, sea con la represión selectiva, como en el municipio de Juan C. Bonilla, en la región nahua cholulteca de Puebla o con la complicidad con grupos armado, como en la región zoque al norte de Chiapas .

Alertamos de la implementación de la guerra paramilitar para llevar la violencia al norte del estado de Chiapas, en torno a tierras aledañas al volcán Chichón, en el municipio de Chapultenango, Chiapas, en medio de una creciente presión para la explotación minera, geotérmica y petrolera a la que las comunidades organizadas han hecho frente y logrado detener.

En ese contexto se dio el cobarde ataque paramilitar sufrido por hermanas y hermanos del pueblo zoque, en el municipio de Chapultenango, Chiapas, el pasado 21 de noviembre, a partir de las 10:00 horas; mediante una acción coordinada un grupo armado atacó la comunidad de Esquipulas Guayabal. Alrededor de 20 personas encapuchadas dispararon armas de grueso calibre a la comunidad, provocando el desalojo forzado y el desplazamiento de 35 familias a la cabecera municipal.

Denunciamos que el gobierno neoliberal mexicano, a través de sus instituciones agrarias, propicia graves conflictos por la propiedad y posesión de la tierra, tolera la formación de grupos paramilitares que asedian el territorio zoque del volcán Chichón, al mismo tiempo que propician la privatización de la tierra colectiva mediante el programa PROCEDE bajo nuevos nombres, que con mecanismos fraudulentos fomenta el despojo y el conflicto.

Exigimos el desarme y desmantelamiento de los grupos armados que operan en el municipio de Chapultenango, Chiapas y reiteramos nuestro rechazo a los megaproyectos de muerte que el gobierno federal pretende imponer a costa de lo que sea, incluso la vida nuestros pueblos.

Denunciamos también la represión y persecución en contra de las y los compañeros de los Pueblos Unidos de la Región Cholulteca y del Izta- Popo, quienes en defensa del agua en el estado de Puebla, agua que está siendo fuertemente ambicionada y disputada por los intereses industriales y particularmente extractivos por parte de la empresa Bonafont, resisten y se organizan de una manera ejemplar.

Condenamos la cobarde detención de los comunicadores Alejandro Torres Chocolatl y Michel Torres, de Radio Comunitaria Zacatepec, por parte de policías municipales al servicio del presidente municipal José Cinto Bernal, quien ordenó su detención, después de que un grupo de choque irrumpió en una asamblea en la que se discutía la reapertura de las oficinas del Registro Civil.

Saludamos la digna resistencia de los Pueblos Unidos de la Región Cholulteca y del Izta- Popo, que desde el 22 de marzo bloquearon el acceso a dicha planta de la empresa Bonafont, que sobre explotaba los acuíferos de la región y el 8 de agosto la tomaron para convertirla en “La Casa de los Pueblos”.

Exigimos que cese el hostigamiento, represión y persecución por parte del mal gobierno neoliberal de Puebla, que junto al gobierno federal, pretende imponer a toda costa los proyectos capitalistas que devastan el medio ambiente, privatizan y contaminan la vida, para convertirla, de una forma corrupta e inmoral, en la mercancía de unos cuantos.

 

Atentamente

Diciembre de 2021

Por la Reconstitución Integral de Nuestros Pueblos

Nunca Mas un México Sin Nosotros

Comisión de Coordinación y Seguimiento del Congreso Nacional Indígena- Concejo Indígena de Gobierno

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La Lista

(Español) La última semana de Marichuy en Europa

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La lucha por la autonomía de los pueblos indígenas es la bandera de Marichuy, quien viajó a Europa para participar en la Gira por la vida, el recorrido que realiza un grupo de integrantes del EZLN.

| 11 diciembre, 2021

Venimos a estos países ‘desarrollados’ para ver si el desarrollo es bueno”, dice entre risas María de Jesús Patricio, mejor conocida como Marichuy, vocera del Congreso Nacional Indígena (CNI). El comentario provoca las carcajadas de un auditorio diverso que hasta entonces permanecía en silencio en el Ateneu del Raval, justo en el corazón de Barcelona.

Es la última semana de Marichuy y otros miembros del CNI en Europa que fueron invitados por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en la Gira por la vida. Vinieron a compartir su experiencia en la lucha por la autonomía de los pueblos indígenas, pero también a conocer otras formas de organización social como los movimientos okupas en cuyos espacios han dormido los zapatistas y la vocera.

Las últimas actividades de Marichuy se planearon en Barcelona que los ha recibido con su rostro más frío y las lluvias más largas que ha habido en todo el año. “Les trajimos la lluvia”, dice cuando se entera que el clima es muy distinto en la capital catalana.

Hemos visto cómo les afecta el desarrollo (a los países europeos). Nos llevaron a una mina que quieren reabrir y está saliendo el agua del río contaminada, ya sale color marrón”, cuenta en entrevista Marichuy que se refiere a una zona en Touro, en la comunidad autónoma de Galicia.

Desde que aterrizó en Viena hace dos meses, la vocera del CNI ha participado en un sinfín de discusiones y conferencias en Austria, Italia y España de las que ni siquiera lleva el recuento. A pesar de esto, juzga Marichuy, la gira no se compara con haber recorrido 28 estados de México en 2018 cuando inició el proceso de recolección de firmas para ser candidata a la presidencia.

Para estas fechas, Marichuy ya está curtida en los precios de las frutas y las verduras en distintas regiones. Con la misma reacción que tienen los europeos, se sorprende de que los precios en Barcelona sean mucho más baratos. En Viena pagó cuatro euros por un aguacate, mientras que aquí le costaron poco más de un euro.

Marichuy compró algunos aguacates mientras caminaba por el barrio de Sants, uno de los más auténticos de Barcelona, alejado de lo que los catalanes llaman guiris, es decir, turistas. Sants también es un ejemplo de trabajo colectivo y resistencia, pues hace algunas décadas la presión vecinal ocasionó que una fábrica textil abandonada, en vez de ser atiborrada de edificios, se convirtiera en uno de los parques más hermosos de la ciudad.

En este barrio, el Consejo de la Juventud de Barcelona (CJB) organizó una charla con Marichuy y Nisaguie Flores junto con otros activistas catalanes. Como en muchos otros espacios, dentro de La Lleialtat Santseca, que significa lealtad al propio barrio, se habla exclusivamente en catalán. Entonces, cuando el moderador las invitó a subir al escenario ellas no lo comprendieron, como el resto de la charla. “Pude entender algunas palabras que se parecen”, dice Marichuy. Por eso, cuando el CNI se reúne hablan en español, porque si dos idiomas de una misma familia lingüística –castellano y catalán– se tornan incomprensibles, habrá que imaginar la complejidad de convivir con las 12 distintas familias lingüísticas que existen en el país.

Aunque la situación de violencia y represión que existe en México es incomparable, Marichuy ha visto que algunas regiones en España padecen también el embate de las empresas o el castigo del gobierno cuando se manifiestan. Barcelona será la ciudad con la mejor red de bibliotecas públicas y parques de ensueño, pero también es el lugar donde los Mossos d’Esquadra han disparado proyectiles contra manifestantes, como sucedió el pasado mes de febrero en el que una mujer perdió un ojo en una marcha a favor de la libertad de expresión. Barcelona, como le han contado a Marichuy, también es el lugar donde las inmobiliarias buscan desalojar a los inquilinos y encarecer los departamentos.

Al final del evento, la gente se les acerca a saludarlas, esta vez les hablan en castellano. A Nisaguie le ofrecen una bebida típica –vermut– que le sabe raro, como a chile piquín. Se nota aturdida de tanta gente que la aborda, dice que no está acostumbrada. “Nisa, ¿te acuerdas de mí?” y ella responde apenada que no. Lo cierto es que a los foros donde se presentan llegan activistas, estudiantes, artistas entusiasmados por escucharlas, aunque no conozcan a detalle la diferencia entre CNI y el EZLN, o a pesar de que, por ejemplo, un periodista catalán anote en su libreta «naua» sin hache intermedia, cuando escucha el pueblo al que pertenece Marichuy en el sur de Jalisco.

A menudo las discusiones se extienden hasta dos horas y media como ocurrió el lunes 22 de noviembre en el Ateneu del Raval, un centro que se define como fábrica de tejido social comunitario. El discurso de Marichuy y Nisa es claro y sus enemigos concretos: se llaman Corredor Interoceánico, Tren Maya, Proyecto Integral Morelos, en suma, los megaproyectos. Nisa, que vive en Juchitán, explica que no se trata solo del despojo de su territorio y recursos naturales, sino que los proyectos acarrean problemas como el narcotráfico. Y no lo dice al aire, pues el mismo fiscal de Oaxaca, Arturo Peimbert, ha aceptado que el delito de narcomenudeo se ha duplicado en la zona del istmo de Tehuantepec desde 2019, cuando comenzaron las obras del Corredor Interoceánico.

Es aquí en Barcelona, a finales de la gira, donde integrantes del CNI y los zapatistas se enteran de lo que consideran un total desprecio a las comunidades. El pasado 22 de noviembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador publicó un decreto para que las obras públicas federales sean consideradas de seguridad nacional y obliga a las dependencias a entregar los permisos provisionales en un plazo de cinco días.

“Está claro el mensaje. Se nota que les urge echar andar los megaproyectos. Oportunista, la forma en como sacaron esto. No les importa que haya resistencia, ni que haya leyes que protejan a las comunidades. No le importa si hay violación de convenios”, dice Marichuy, a quien las querellas entre partidos políticos la tienen sin cuidado, al igual que los rumores rumbo a las elecciones de 2024, sobre si será candidato Marcelo Ebrard o Claudia Sheinbaum, y, de hecho, nunca ha escuchado hablar de Claudio X. González, líder visible de la derecha. Para los pueblos indígenas, lo repiten siempre, todos son lo mismo.

Marichuy
Foto: Wikimedia Commons

A lo largo de la semana, durante las charlas, Marichuy saca una libreta de su morral y anota lo que le va pareciendo importante. Explica que en esa libreta registra lo que ha escuchado en distintas regiones y que después, al llegar a México, tendrá que compartirlo con los demás compañeros. Es notoria la experiencia que ha adquirido al comunicarse con la gente y, en ocasiones, arranca suspiros con una retórica infalible: “como dicen los compañeros zapatistas, sin prisa pero sin pausa”, o “no sé por qué hay tanto temor de los de arriba por preguntarle a los de abajo”. Sin embargo, en los momentos más inesperados, acaso para que la solemnidad no devore su discurso, Marichuy dice cosas como: “no pierdan el trabajo colectivo, como decimos nosotros: si nos equivocamos somos varios y las regañadas duelen menos”, y entonces el auditorio estalla en risas. De hecho, no hay una sola charla en la que la vocera no haga reír a los asistentes con sutilezas.

“Tampoco podemos quedarnos en la tristeza absoluta porque si no entonces nos trabamos. Tenemos que estar bien para seguir en lo que estamos y agarrar fuerzas”, dice la vocera en referencia a su sentido del humor.

Con facilidad, Marichuy contesta preguntas sobre cómo se organizan las comunidades indígenas y cómo combaten el machismo dentro de las mismas. Pero para otros que la escuchan, ella no solamente es una indígena en resistencia contra el despojo del territorio sino una especie de gurú a quien le hacen preguntas sobre la cosmogonía, una economista a la que cuestionan sobre la riqueza, una suerte de oráculo de quien esperan conocer el futuro.

Uno de los más entusiastas es Jonathan Eugenio, un actor mexicano que vive en Barcelona desde hace 15 años. Para espantar la nostalgia de su tierra, Jonathan sigue vistiendo poncho y botas vaqueras. Ya no quiso regresar a su natal Chihuahua porque ser homosexual le era complicado en lo que, recuerda, era una ciudad conservadora. Además, descubrió que el sistema público de salud catalán lo proveía de una medicina que necesita tomar de por vida. Es el único que le pregunta a la vocera por su trabajo como médica tradicional. “Cuando era adolescente fui parte de los cordones zapatistas. Quería conocer a Marichuy, solo la había visto por redes sociales en 2018. Me gusta que habla desde la serenidad que es propia de quienes han estado cerca del dolor de otros seres humanos”, dice Jonathan.

A Marichuy se le acercan italianos, franceses, chilenas, colombianas, danesas, catalanes, y con asombro descubre que el proyecto de recabar firmas para obtener la candidatura en 2018 cruzó los mares hasta sitios insospechados.

“No tenía idea, pero están al pendiente. Nos identifican bien. Las danesas dicen que estuvieron de cerca en la campaña. Se me acercó otro que dice que fue parte de un colectivo que levantaron firmas”, cuenta Marichuy. Y es que, en Barcelona, si eres mexicano, es probable que te pregunten por dos cosas: el narcotráfico y el zapatismo, como si el futuro del país vacilara entre esas dos opciones.

En el Raval, barrio de callejones estrechos y laberínticos, es común encontrarse con espacios comunitarios gestionados por migrantes. Desde hace décadas se han creado redes para combatir la exclusión. Fue con este tipo de colectivos que los zapatistas se reunieron. Conocieron el gimnasio de autodefensa feminista, el ecomuseo gitano, el sindicato de vendedores ambulantes, y la realidad de los migrantes africanos que han cruzado el mar en patera. Felipe Ibarra, coordinador del Ateneu del Raval, propuso que los zapatistas recorrieran esos espacios para luego, frente a esos colectivos, explicar la autonomía de los caracoles. Los zapatistas relataron su historia desde 1994, el funcionamiento de la Junta del Buen Gobierno y los siete principios bajo los cuales se rigen. Incluso se sinceraron: “No venimos a decir que todo es bueno, también cometemos errores”.

Felipe piensa que los zapatistas, Marichuy y los integrantes del CNI trajeron un respiro al barrio luego de los estragos de una pandemia. “Nos reencontramos con gente de Barcelona con las que habíamos colaborado y no nos habíamos visto. También conocimos a otros activistas de otros barrios. Pero sobre todo aprendimos que las luchas tanto en la selva de árboles como en la de cemento no son tan diferentes. Cuando se trabaja con la justicia social te puedes ir desanimando, pero ellos explican que la fórmula es la constancia”, dice Felipe.

Marichuy ha recibido varios regalos, pero el más especial se lo dieron durante su estancia en Santiago de Compostela. Una comunidad le obsequió una pluma de un pájaro. Se trata de un arrendajo, un ave que tiene la costumbre de enterrar, a lo largo de sus trayectos, pedazos de los frutos que recolecta. Con ese pequeño gesto, el pájaro contribuye a la expansión de los bosques.

“Eso me pareció muy simbólico”, dice Marichuy, mientras una lluvia insólita arrecia en el barrio de Sants.

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Avispa Midia

(Español) Brasil | Aumenta más de 1000% las muertes por disputa de la tierra

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Por Sare Frabes

En Brasil el conflicto en el campo se ha disparado en 2021. Datos parciales del monitoreo realizado por El Centro de Documentação da Comissão Pastoral da Terra (CPT), divulgado este viernes (10), revelan que las muertes por consecuencia de los conflictos en el campo aumentaron 1.044% en relación a 2020, sumando 103 muertes, de las cuales 102 son de indígenas de la Amazonía.

Entre enero y agosto de 2021, 418 territorios en el país sufrieron violencia, de los cuales 28% son territorios indígenas, 23% quilombolas [comunidades afrodesciendentes]; 13% son territorios de sintierra, entre otros.

Entre la violencia en el territorio se registró un aumento de 94% en la destrucción de casas; un aumento de 104% en la destrucción de pertenencias; un aumento de 153% en la expulsión de los territorios; un aumento de 113% en la práctica del grilagem [apropiación ilegal de tierras]; y un aumento de 1057% en acciones que impiden el acceso a lugares de uso común. Estos datos, de enero a agosto de 2021, superan los números registrados en todo el año 2020.

Entre los responsables por estas acciones figuran los hacendados (23%), empresarios (18%), Gobierno Federal (14%), grileiros [personas que se expropiaron tierras públicas] (13%).

Asesinatos

En 2021, fueron registrados hasta el momento 26 asesinatos relacionados con conflictos en el campo, en relación a todo el año 2020, lo que representa un aumento de 30%. De los asesinados, 8 eran indígenas, 6 catalogados como sin tierra (todos muertos en la Amazonia), 3 pequeños propietarios, 3 quilombolas, 2 personas que trabajaban la tierra resultado de programas de distribución de tierras, 2 mujeres que trabajaban con cultivos de ‘coco babaçu’. Alrededor de 80% de los asesinados ocurrieron en la Amazonia.

Resistencia

Tras el aumento de la violencia y muertes en el campo brasileño en 2021, también hubo aumento de acciones de resistencia de los pueblos, comunidades tradicionales y movimientos sociales, después de un descenso en el primer año de pandemia.

En los primeros 8 meses de 2020, fueron registradas 768 protestas. En el mismo período, en 2021, fueron registradas 1278 manifestaciones

Además, también aumentó el número de familias en ocupaciones y en acciones de recuperación de tierras en 558,57%, un total de 3.418. “Eso significa que a pesar de la pandemia,  las familias necesitan resistir para mantenerse vivas y en los territorios tradicionalmente ocupados. La ofensiva contra los pueblos del campo, de las aguas, y de los bosques no entró en cuarentena”, sostiene el informe de la CPT.

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Avispa Midia

(Español) Los intentos de invisibilizar la guerra en Chiapas

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Por Ñani Pinto

n el año 2020, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) declara alerta roja por la situación de violencia vivida en los territorios autónomos. Es cuando empiezan a intensificarse los ataques paramilitares. Desde entonces el territorio liberado ha vivido un ambiente de constante agresión. Invasiones de tierras recuperadas, la quema de plantaciones, escuelas, casas y comedores, asaltos a las tiendas y cooperativas zapatistas, robo de cosecha, secuestros, constantes balaceras, hostigamientos, torturas, cercamiento de tierras y fuentes de agua.

La Junta de Buen Gobierno Nuevo Amanecer en Resistencia y Rebeldía por la vida y la Humanidad, caracol 10, denunció dos últimos hostigamientos el 29 de noviembre y el 6 de diciembre, cuando hombres armados y con tractores entraron en su territorio, en un intento de tomar el potrero colectivo de la comunidad Nuevo San Gregorio.

“El racismo ha estado, la guerra contra los pueblos en Chiapas es una realidad, continuada desde 1994, pero ahora profundizada”, alerta el profesor-investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Gilberto López y Rivas.

El EZLN en sus últimos comunicados y las organizaciones que son base de apoyo de la lucha zapatista han alertado y denunciado que Chiapas vive al borde una guerra civil. “Es evidente que estamos en un escenario muy similar al que precedió la masacre de Acteal”, puntualiza el investigador López y Rivas, que se refiere a la incursión paramilitar en la localidad de Acteal, en Los Altos de Chiapas, en 1997, donde fueron asesinados 45 indígenas tzotziles de la organización Las Abejas, como parte de una estrategia del gobierno para desarticular la base social de Acteal.

Además de la acción paramilitar, el propio gobierno federal ha intensificado el proceso de militarización en Chiapas, en un contexto de ocupación del territorio por megaproyectos. “Son aproximadamente 15 mil elementos del ejército en Chiapas y se está construyendo 12 nuevos cuarteles de la Guardia Nacional, además del arribo de los seis cárteles del narcotráfico aquí en Chiapas durante el año de pandemia. Todo eso en un contexto donde se busca imponer el Tren Maya, donde se despoja la tierra comunitaria y ejidal a partir del programa Sembrando Vida”, describe Diana Itzu, de la Red de Resistencia y Rebeldía Ajmaq.

Caracol de la realidad, territorio rebelde zapatistas, dic. 2013. Foto por Santiago Navarro F.

A pesar de las frecuentes alertas y denuncias, el escritor y activista Raúl Zibechi observa que “sectores importantes de la sociedad niegan que hay un conflicto destructivo en Chiapas, incluyendo sectores de los movimientos, de las izquierdas, de las personas comprometidas con las luchas”, enfatiza.

La contrainsurgencia cuenta “con el apoyo del Estado  (…) y la neutralidad, o aplauso incluso, de sectores importantes, eso es lo que vemos en estos momentos en México”, evalúa Zibechi.

¿Por qué se dibujó este escenario?, ¿por qué se niega que hay una guerra en Chiapas?, lanza la pregunta el escritor y la contesta presentando tres razones principales.

La primera, argumenta, es que no es una guerra tradicional, en donde hay dos lados claramente visibles en el escenario. “Es una guerra capilar. Es una guerra en la cual no se apila los muertos, aunque sí haya muertos. Es una guerra de desgaste que no busca destruir de un solo golpe, busca desmoralizar la población, busca desorganizarla y destruir su base material de sobrevivencia. Es una guerra que busca atacar el corazón ético de los pueblos. Todo eso pasa aparentemente como elementos aislados. Por eso es una guerra tan difícil de ver”.

El segundo elemento que dificulta visibilizar la guerra es el ‘progresismo’ del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Zibechi identifica una semejanza entre los países donde ha habido gobiernos considerados progresistas, es decir, logran llevar adelante proyectos de desarrollo antiguos, bajo un discurso progresista. En Brasil, por ejemplo, los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff lograron llevar a cabo megaproyectos que los militares, en su dictadura (1964-1985), no lograron.

En México, “si es la cuarta transformación la que encabeza la ofensiva narcoparamilitar en los territorios, porque es la que encabeza, genera mucho menos resistencia. Yo digo que para llevar adelante una guerra de exterminio, las grandes obras de infraestructura y el modelo extractivo,  lo ideal son los gobiernos progresistas. Por eso están”, analiza.

Además, explica, los gobiernos progresistas se arropan de las políticas sociales. “El capitalismo ha entendido que para llevar adelante las peores facetas de su política es mejor el progresismo, que no es nada progresista, es la política reaccionaria de siempre pero revestida de un discurso de ayuda a los pobres, incluso de soberanía nacional”.

El tercer elemento, propuesto por el escritor para comprender la invisibilización de la guerra vivida en Chiapas, es el propio EZLN, “porque es la fuerza político, militar, revolucionaria completamente distinta del resto de la izquierda, no quiere tomar el poder, no quieren usurpar la representación de los pueblos, los pueblos se están organizando por sí mismos, no hace la política y el discurso que resuena en las izquierdas de América Latina”.

La política de transformar el mundo a través de las autonomías, según Zibechi, es una política que la izquierda no termina de aceptar. “Acepta transformar el mundo a través del Estado, porque el Estado es el altar mayor en el imaginario político de las izquierdas. Todo que no sea el Estado se mira con desconfianza. El Estado y los tipos de organización estado-céntricas, como los partidos y sindicatos”.

La cultura política hegemónica en las izquierdas y en los movimientos populares, sostiene él, sigue siendo una cultura colonial y patriarcal. “Estamos todos atravesados por esta cultura, pero hay algunos que luchan por revertirla o modificarla o por desobedecerla”.

Para poder visibilizar la importancia del proceso zapatista, según Zibechi, hay que mirar a los pueblos. “Hay que ver la maravilla que están construyendo y lo que están resistiendo. Porque no es lo mismo resistir en un lugar donde las cosas más o menos están organizadas, donde hay una retaguarda, que resistir como hacen las comunidades de Aldama o de Moisés y Gandhi.”

Itzu, Zibechi y López y Rivas expusieron sus vivencias y análisis sobre la guerra en Chiapas en el Conversatorio virtual: Las Autonomías Zapatistas frente a la guerra, Chiapas, México, organizado por Grupo de Trabajo CLACSO Pueblos Indígenas, Autonomías y Derechos Colectivos.

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Radio Kurruf

(Español) Chile | Cinco Sindicatos de Pescadores Artesanales están bloqueando el ingreso o salida de buque-tanques petroleros en la bahía de Quintero

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Cinco sindicatos de pescadores artesanales de Quintero que agrupan a 517 integrantes, iniciaron movilizaciones marítimas demandando al Estado la creación de una zona franca energética en la zona y el pago de las indemnizaciones por el derrame de petróleo ocurrido en la bahía el año 2014.

Según indica el sumario instruido en aquel año por la Fiscalía Marítima, el hecho se generó cuando el buque tanque Mimosa se encontraba descargando el crudo en instalaciones de la refinería ENAP en Quintero alrededor de las 04:00 horas del 24 de septiembre del año 2014 , horario en que se produjo la rotura de la tubería flexible cuando la nave Puyehue quiso corregir la posición del buque tanque. Según pudo establecer el Fiscal Marítimo se habrían vertido al mar 37 mil 800 litros de petróleo.

Las movilizaciones que se están desarrollando para lograr la justicia ambiental y social son lideradas por los Sindicatos de Pescadores Artesanales S-24, Nº5, Caleta Embarcadero, Caleta Papagayo y Sindicato Por la Razón o la Fuerza, quienes el sábado 4 de diciembre anunciaron la toma de la bahía como medida de presión.

El vocero de los pescadores, Hugo Poblete Salinas, sostuvo que, “en 7 años nuestra demanda indemnizatoria no ha sido llevada a cabo, este año en 6 oportunidades la Corte de Apelaciones ha dilatado la conciliación de la empresa, el 26 de noviembre debíamos tener una respuesta y el Ministro la dilató ahora para el 6 de enero”.

Los pescadores manifestaron además, que a la espera de una solución por parte de las autoridades, continuarán con las movilizaciones, bloqueando la salida de barcos petroleros a pesar de la intervención de lanchas de la Armada en la bahía.

Desde el domingo 5 de diciembre a esta fecha, los pescadores artesanales lograron plantar una bandera con sus reivindicaciones en la Monoboya ENAP de Descarga de Petróleo situada en el corazón de la bahía de Quintero.

Las acciones de los pescadores artesanales se caracterizan por la prudencia en las maniobras, guardando distancia de los enormes barcos petroleros según se puede apreciar en los vídeos que comparten en redes sociales, pero sin embargo, la Armada de Chile está utilizando lanchas tipo Defender que son de tamaño menor y poseen motores potentes y rápidos, además de una Lancha de Servicio General, de mayor tamaño con las cuales crean grandes ondas de agua que golpean peligrosamente el costado de las lanchas artesanales a babor o estribor, con el peligro inminente de un accidente a lo menos.

Por Rodrigo González Torres

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Avispa Midia

(Español) Alimentos procesados, responsables por 30% de emisiones contaminantes en el planeta

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Por Sare Frabes

Un tercio (31%) de las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) tienen su origen en la cadena productiva del sistema agroalimentario mundial.

Este dato se desprende de un análisis realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), mediante el cual resalta el hecho de que la cadena de suministro de alimentos está en camino de superar a la agricultura y el uso de la tierra como el mayor contribuyente a la emisión de GEI dentro del sector agroalimentario global.

De los 16,500 millones de toneladas de emisiones de GEI del total de los sistemas agroalimentarios mundiales registrados en el año de 2019, 7,200 millones de toneladas proceden de la propia actividad agrícola, 3,500 del cambio de uso del suelo y 5,800 millones de los procesos de la cadena de suministro, según el nuevo análisis.

Por su parte, organizaciones como la red Biodiversidad y la organización GRAIN acusan que estos datos son un indicador de que el crecimiento de los GEI está relacionado con la producción de alimentos, los cuales en las últimas décadas se debe casi en su totalidad a la industrialización del sector facilitado por la globalización de las corporaciones. “Es allí donde proviene el grueso del aumento de misiones por la producción de alimentos”, señala la red.

Industrialización, la responsable

Según los datos de la FAO, la mitad de las emisiones del sector provienen de actividades a nivel de campo, es decir de la producción de cultivos y ganado, así como del uso de la energía en estos trabajos. Poco más de un quinto proviene de las prácticas relacionadas con la deforestación y los cambios de uso de la tierra.

Sin embargo, destaca que casi un tercio de las emisiones son generadas a partir de lo que la FAO denomina “procesos pre y post producción”, los cuales están relacionados con la fabricación de fertilizantes, procesamiento de alimentos, empaque, transporte, comercio detallista, consumo doméstico y el manejo de los desechos y residuos de alimentos.

“La tendencia más importante (…) desde 1990, destacada por nuestro análisis, es el papel cada vez más importante de las emisiones relacionadas con los alimentos generadas fuera de las tierras agrícolas, en los procesos previos y posteriores a la producción a lo largo de las cadenas de suministro de alimentos, en todas las escalas”, es decir, a nivel mundial, regional y nacional, señaló el economista jefe de la FAO, Máximo Torero.

Mientras las emisiones derivadas del consumo doméstico aumentó en un 142%, el mayor aumento de la contaminación está relacionado con el sector del comercio al menudeo, el cual representa un aumento de 631%.

“Las emisiones provenientes de la producción de fertilizantes químicos aumentaron también de manera significativa, 168%, mientras que las emisiones provenientes de su uso crecieron en 42%. Luego, están los aumentos de emisiones en otros componentes principales del sistema alimentario industrial: transporte (+79%), empaque (+87%) y procesamiento (+21%).También hay claras diferencias de una región a otra en cuanto a emisiones provenientes de los “procesos pre y post producción”, analiza la red Biodiversidad.

También se subraya el contraste en la industrialización de la producción alimentaria, la cual mantiene desigualdades en diferentes regiones del planeta. Por ejemplo, en Europa y Norteamérica, los procesos pre y post producción de alimentos equivalen a más de la mitad del total de las emisiones contaminantes. Por otro lado, en África y Sudamérica estos mismos procesos corresponden a un intervalo de entre 12% y 14%.

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Avispa Midia

(Español) Acuerdo de AMLO vulnera derecho a la información: INAI

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Por Sare Frabes

El Pleno del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) determinó, en una sesión pública en la tarde de este miércoles (8), presentar una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en contra del Acuerdo emitido por el presidente Andrés Manuel López Obrador por el que se declara como de seguridad nacional e interés público los proyectos y obras de infraestructura de su gobierno. El Acuerdo fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 22 de noviembre y ya está en vigencia.

Aunque el Acuerdo no es explícito en cuanto a la reserva de informaciones sobre las obras y proyectos de su gobierno, al decretarlos de seguridad nacional “realiza una reserva anticipada y generalizada de la información, vulnerando el derecho a saber de la sociedad”, enfatiza el INAI mediante comunicado.

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De acuerdo con la Comisionada Presidenta del INAI, Blanca Lilia Ibarra Cadena, la medida de AMLO “da lugar a que toda la información de las obras de infraestructura tenga el carácter de reservada, de manera general, previa y dogmática”.

Por su parte, al emitir su voto, el comisionado del INAI, Francisco Javier Acuña Llamas, alertó sobre la amplitud de dicho Acuerdo. Alrededor de 250 entidades federales están obligadas a cumplirlo. Además “la expansión de la orden es impresionante, incluye hasta actividades de cultura y turismo”, subrayó.

El marco normativo general y federal en materia de acceso a la información pública prohíbe la clasificación previa de la información y ordena a los sujetos obligados a realizar un análisis caso por caso en la clasificación de la información.

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CRIC Colombia

(Español) Colombia | “Unámonos como se unen las dos manos para trabajar”

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Posicionamiento para la defensa integral del territorio y sus espacios de vida

Ante la acción marrullera del ministerio de Ambiente, quien dentro de la delimitación que hizo del páramo de Guanacas, excluyó de dicha área toda la zona de Gabriel López y, en donde al verificar se encontraron grandes extensiones de cultivos de papa y otras actividades extractivistas como la minería las cuales ponen en riesgo la vida toda; los 11 pueblos indígenas que hacen parte del CRIC, y las autoridades del pueblo Misak filiales a la AISO, se dieron cita en el páramo de Las Guanacas, el 06 de diciembre, con el fin de mandatar la protección, conservación y cuidado de los espacios de vida para la armonía y equilibrio de nuestra Madre Tierra y todos sus seres vivos.

El lema de este importante encuentro fue la Unidad, un principio básico con el que nos tejemos los pueblos indígenas. La lucha no es contra nosotros mismos, sino contra quienes nos joden con leyes que nos despojan, para esclavizar la tierra. Nos juntamos para Liberar a nuestra Madre.

“Yo siempre he soñado con que se unan las organizaciones, se unan los pueblos, los movimientos y luchemos juntos” menciona una autoridad del pueblo Misak y agrega “importante que los campesinos se pararon duro, porque si no, no habíamos podido relacionarnos con ellos”.

Y así fue, en medio de las confusiones y malos entendidos generados por la desinformación frente al posicionamiento en el páramo, algunos campesinos, bloquearon la vía en el corregimiento de Gabriel López, esta acción permitió dialogar y dejar en claro que este posicionamiento político es un tema de protección colectiva, una acción que nos compete a todos los sectores y pueblos indígenas.

 

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Convivial Thinking

The Zapatistas’ “Journey for Life” and its Implications for a Global Solidarity

by Franca Marquardt

Meeting the Zapatistas

“We have given you the seeds of rebellion against colonialism and capitalism” – this is what the group of Zapatistas that visited us here in Leipzig announced on our last night together. I am still processing this important moment, one that now seems like a dream. But it was quite the opposite, something very real: a coming-together of worlds for the prospect of a global solidarity. The Zapatistas and their resistance against colonial capitalism have been an inspiration to me and to many fellow students and activists. I have never been to Chiapas or studied their political organisation in depth. But when I heard about this “journey for life” and the Zapatistas’ plan to travel to Europe and meet local movements, I was intrigued. As an anthropology student and social activist, I am constantly confronted with the impasse we face in our actions and reflections that are still contained within a limited, Eurocentric framework. Ultimately, a just transition cannot be advanced unless we take into account all voices and perspectives and form alliances between actors across the world. The journey of the Zapatistas, I thought, could be a chance to put these ideas into practice while dealing with socio-ecological issues in a way that considers local fights in a global context and provides the global movement with the most important tool: hope.

In October last year, the Zapatistas announced that they will “colonise” Europe to meet movements here and to listen and share ideas on a better life beyond capitalism. People across Europe have united under the prospect of this important moment, inviting the compass to their cities and towns, eagerly planning and organising their stay. As part of the Leipzig network, we have been meeting weekly, discussing ideas and plans. This was an empowering but difficult process, as it was never clear if or when the Zapatistas would actually arrive and what we needed to consider. At some point this summer, we weren’t even sure if the journey would still happen but we acknowledged that they had already archived one of their main objectives: motivating people and groups to get organised in their own “homes” and form alliances for change. It was even more amazing when we heard that the first delegation, the squadron 421, had set sail and finally arrived in Spain this June.

The first group was made up of seven compass who then went ahead to coordinate the arrival of the main delegation, together with local structures. This would turn out to be a difficult process, entailing struggles to obtain passports and visas, as well as restrictions caused by the ongoing covid crisis. This was representative for the mobility restraints that many marginalised and racialized people face when trying to enter European countries. Back in August we protested in front of the Mexican honorary consulate in Leipzig, to put pressure on authorities and make people aware of these facts. It was even more ironic when we found out that the consul is the CEO of Porsche Leipzig – not surprisingly he ignored our demands. Later this summer I participated in the climate camps in Leipzig and in Munich, where I held workshops on the topics of Zapatism, degrowth and pluriversality. I engaged in discussions about how we position ourselves as climate activists in Germany, and how we can relate our histories and struggles to those of the Zapatistas, the Rojava Kurds or to many smaller resistance movements that are ongoing.

Following the Munich camp, finally, the main delegation of 170 compass arrived in Vienna (out of all places) in mid-September. This all happened very fast and required people to work together to support the Austrian network, trying to organise accommodation and facilitate the arrival last minute. The atmosphere at the airport was very powerful, as we celebrated and sang songs to welcome the compass. Meeting them after all these months of anticipation and struggles was unbelievable, and an important source of hope. From this moment on, people were working day and night to plan the next steps of the journey. It was then decided that the compas will travel in groups of five to different regions across three stages. So, on the 22nd of September we welcomed two groups in Leipzig that stayed with us for a week, taking part in many events and encounters with local movements. Somehow, we managed to pull together a program, found local housing projects for them to stay in, and cook food. To our surprise, they preferred sausages, pizza and coca cola to pumpkin and rice – another proof that we cannot translate our moral standards onto different people’s contexts. As the compass made clear, the main objective of the journey was to meet with local movements in an intimate setting, rather than to speak at public events or lectures. Hence, we organised meetings with feminist organisations, postcolonial groups and the Latin American community in Leipzig alongside visits to significant places of resistance in and around the city.

The program was very strict, as the compass told us they wanted to meet as many groups as possible and focus on the “work” (after all, they were on a mission). Before coming to Europe, all delegates have been trained for months, thus knowing exactly what they wanted to share and what questions they wanted to ask. They told each group a detailed version of their history, starting way before the uprising in 1994, stressing the centuries long oppression that formed the basis of their resistance today. They also described their worldviews that are rooted in the indigenous identity and how this translates into their political and social organisation today. The compass was interested to hear about the history of Germany, especially Nazi Germany and the significance of the wall and eastern Germany. They stressed that each person’s history is important as their indigeneity is rooted in their interactions with their families, communities and the environment. The Zapatistas also asked many questions about how each group operates, how they are organised and how they sustain themselves. Communication wasn’t always easy, as everything had to be translated between Spanish and German, and two delegates only spoke the indigenous language Tzotzil.

My favourite moment was the visit to Pödelwitz, a town that used to run the risk of being evicted for coal mining. The compass took time to tell people about their history, their political organisation and their current struggles. They also listened to the residents’ accounts of their resistance and the oppressive consequences of coal mining industries in Germany, that have been a centre of environmental activism for several years. At the same time, another group of compass was visiting Lützerath, a town in the West of Germany that still runs the risk of being evicted. This way, I could feel the impact that the journey was making on many levels, by supporting these struggles and by providing hope and inspiration for people resisting and fighting for their rights in these places. As part of the organising network, I was lucky to witness some moments outside of these encounters that were even more insightful and sometimes surprising. It was beautiful to see how the compass interacted with people and the environment, as this was the first time that they left Mexico and were exposed to a different world. They were taking many pictures on their phones, of as the woods, the chestnuts, or the wild pigs in the forest. Being present in these moments made me rediscover some curiosity about the place I live in and reminded me to notice the small things that are so often overlooked while rushing through life.

So, what is it that we can learn from the “journey for life” and the initiative of the Zapatistas? Is this the start of something more powerful, a realisation of the interconnectedness of our lives and our struggles? How can we carry this seed further and combine local efforts and global alliances against social and environmental injustice?

Histories of resistance

Engaging with the Zapatista movement in its many forms, helps us understand the significance of colonial capitalism and how this relates to postcolonial subjects and social movements. It links historical issues of colonial dispossession and racism to contemporary global capitalism, while foregrounding the importance of transnational solidarity between actors worldwide. Since the 1980s, the Zapatistas have worked towards recovering land in resistance to the hegemonic growth of capitalism, to counter their oppression and to advance the project of autonomy and self- determination of Indigenous communities. The geo-political revolution in 1994 enabled radical democracy and egalitarianism through the temporary secession of the Mexican state. Thus, it represents in certain ways a successful fight against neoliberal capitalism and the creation of a postcolonial landscape. Since 2012, the Zapatistas and the CNI have initiated a process to share the issues and insights of Indigenous communities throughout Mexico into the national political sphere and popular media. This process of opening up and becoming more engaged within wider contexts, is also represented by the 2017/18 presidential elections, where for the first time an indigenous woman, Marichuy, took part as a candidate. The candidacy was not about winning elections, but about pointing out the triple impossibility of a poor, indigenous and woman president in the imagination of Mexican society and exposing the underlying racism and sexism. The Zapatistas have inspired and enriched the global struggle for climate justice and peace while reactivating and uniting struggles from the “left and the bottom”. Now, the journey in 2021 makes sense as the process of “coming out of their shells”, where members of the Zapatistas are actively fighting back against worldwide neo-colonial and capitalist oppression by showing their support for local groups across the world that share similar struggles.

Towards a decolonial praxis?

The Zapatistas stress how 500 years of indigenous dispossession led to this system of neoliberal control and exploitation. Their resistance and autonomy as a decolonial praxis, thus, is a productive lens to understand the contribution they make in challenging the mantra that there is no alternative to neoliberalism. According to the Zapatistas, their journey represents an antithesis to the “encounter” between European colonisers and indigenous populations in the Americas, as this time the indigenous people are “colonising” Europe. This juxtaposition of taken-for-granted history opens up a space for different agencies that are at play in drafting a just transition, and highlights the imperative of recognising perspectives by postcolonial subjects and oppressed people in many places.

It also provides an important reflection on the normative framings in Western academia that are deployed when discussing indigenous movements, or anti-capitalist transition ideas. For example, how can “degrowth” incorporate impulses and critiques from the global south into its blueprint for a just transition? How can we relate different worldviews and approaches while respecting their epistemological and cultural embeddedness?

What the Zapatistas remind us, is that decolonisation should, first and foremost, begin at “home”, within our own epistemological traditions and institutions. The meeting between the Zapatistas and European actors is, in a way, exemplary for the imperative of connecting different lines of thought that originate from different epistemic traditions and contexts. This way, it is an important starting point for sketching out ideas on pathways for social and economic change, to find out what agencies and tools are needed. Discussing decolonial degrowth perspectives in relation to the struggles of the Zapatistas and other indigenous and Southern-based movements is important to be able to grasp the depth of a just transition. It also provides a perspective on the value- based and ethical dimensions of the discourse and expressions of resistance to colonial capitalism. Inspired by the Zapatistas’ striving for “a world where many worlds fit”, multiple worldings and practices need to inspire the collective search for a socially just and ecologically stable world. If concepts only include one part of the population and essentialise others, they continue a cycle of systemic violence. Thus, in a carbon-constrained world, we must all work together for the same ends, but in pluriversally different ways that avoid this violence.

Towards a global solidarity?

Engaging with the Zapatistas’ embrace of values such as dignity, trust and autonomy, and their experience in the political organisation of grassroots democracy can be a starting point of building global solidarity as a viable agenda for a just, socio-economic transition. Through listening to each other’s histories and stories, actors are affirmed in their struggles, as they realise how people across the world are concerned with similar issues, in different ways.

This horizontal interaction between actors entails an emancipatory process of restored indigeneity and self-determination. In their communiques and speeches, the Zapatistas highlight the importance of relating their claims to oppressed and marginalised people everywhere (the poor, the women, the racialised). In this way, they construct a global consciousness that recognises the grievances and hopes of people worldwide as deeply intertwined. “Relating” as a value is antiracist and anti-essentialist as it defines identities according to a relation, rather than to a “root identity”, which is a tool for seclusion. Inspired by Glissant’s “poetics of relation” we might want to think about a relational conception of human existence as a tool to counter the West’s imposition of universalist values. As the Zapatistas always foreground, “we are equal because we are different”. Hence, we need to move from the conception of difference as a source of conflict, to difference as an implicit tool for the remaking of the word, making space for “a world where many worlds fit”. Difference and diversity should be a core principle of our discourse and actions rather than an “add on” or separate category.

Our contacts with people, groups, collectives, movements and organizations from different parts of the planet have shown us a diverse, multiple and complex world. This has reinforced our conviction that any proposal of hegemony and homogeneity is not only impossible, but above all criminal. (communiqué June 2021[1])

It is essential that environmental movements in the north create alliances with anti-imperialist struggles in the global south who have been focused on these issues for decades. As the only successful social movements for serious economic and social change have been the anti- colonial movements, that should be the force we need to mobilise around. Instead, during COP26 in Glasgow right now, “leaders” continue making empty promises while marginalising the voices of many from the global south and those oppressed within society, that know best what needs to be done in their communities to fight climate change and inequality. Although many activists made their way to Glasgow to challenge “business as usual”, the voices of women, of the poor, of racialised people continue to be side-lined, while the powerful leaders of the neoliberal world order (politicians and billionaires) take centre-stage. It is clear, that this can hardly lead to any lasting change in the struggle to protect our earth, our communities and ensure wellbeing for all. Hope can only be found outside these “official spaces”, at alternative gatherings, protests and meetings that emerge from the common frustration of those excluded from these events. The Zapatistas (actually the same group who was in Leipzig) visited Scotland right before the conference. By meeting with many local groups and communities, they affirmed actors in their struggles. In some ways, these encounters and actions are much more lasting than those commitments made at the summit.

The Zapatista worldview is in constant conflict with the interests of the industrialised world, which strives for “progress” and “growth”. Because colonial capitalism is operating globally, we also need to resist collectively and globally. This entanglement of global capitalism can be seen in the plan of the current megaproject “Tren Maya”. In Yucatan, Mexico, a 1500 km long railway line is to be built to boost tourism in this Mayan region. The project would cause the destruction of one of the last rainforests in southern Mexico, disregarding the rights of the indigenous population. It leads to land grabbing and displacement as well as additional militarisation in one of the most conflict-ridden regions of the country. German capital and German companies are also involved in the planning, construction and commissioning, with DB Consulting & Engineering, SIEMENS and TÜV Rheinland, as well as the German arms industry. The Deutsche Bahn markets itself as an ecological company and means of transport, yet the company repeatedly participates in neo-colonial projects that destroy ecosystems and livelihoods of people. On the 30th of October we protested for #NoAlTrenMaya in front of the Leipzig central station and many other locations across the world. This would not have been possible without the solidarity and mobilisation by the Zapatistas and exchanges throughout the journey.

What about you?

Through the “journey for life” and the encounter with the Zapatistas, we move beyond the space of resistance, illuminating spaces of possibility. At the same time, we need to build our own narratives and imaginaries of a better life, that are rooted in our own indigeneity and are enriched through relationality between plural experiences and actors. While practices of conviviality and care are ancient, they are also re-emerging and evolving as a part of a mosaic of movements that are struggling against neoliberal oppression. In Europe, people struggle to identify with their indigeneity, as neoliberalism pushes for an individualistic conception of the self and the environment. However, indigeneity simply means living in harmony with our ecosystems that we are embedded in and acknowledge our world beyond the simply human to break with the nature/culture divide. We need to acknowledge that indigenous ideas are still present and cannot be easily erased as they have existed for ten-thousands of years in comparison to the relatively new concept of the ‘West’. This also includes a different conception of time, as life plays out in a circular rhythm of a resurgence of indigeneity, rather than in a linear process from birth to death. While it is impossible to reproduce ideas from the Zapatistas and apply them to local contexts in Europe, a confrontation with their worldviews can inspire us to search for commons and leftover indigenous practices in our surroundings. For example, there is a resurgence of solidary agricultures (Solawis) in Germany that can be identified as sources outside of capitalist logic and thus as some forms of indigenous commons. This can be a source of hope and strength for dealing with the familiar and the “everyday” as a basis for resistance and for social mobilisation.

Soon there will be another megaproject or event that will demand a collective protest and resistance from the left and the bottom across the world. While the first chapter of the “journey for life” is soon coming to an end, the Zapatistas have encouraged us to keep questioning, to keep fighting and to keep hoping for a better world. It is down to us to plant the seed of resistance and keep these visions alive.

‘Is Zapatismo one more grand answer to the problems of the world?

No. Zapatismo is a bunch of questions. And the smallest can be the most disturbing: 

And you?

In the face of the capitalist catastrophe, does Zapatismo propose an old-new idyllic social system which would repeat the imposition of hegemonies and homogeneities now deemed “good”?

No. Our thought is small like us: it is the efforts of each person, in their own geography and according to their own calendar and customs, which will perhaps allow the liquidation of the criminal and, simultaneously, the remaking of everything. And everything is everything.’ (communiqué June 2021)

Franca Marquardt is part of the Department of Anthropology at the University of Leipzig, Germany. She tweets as @FrancaMarquardt

 

References

Escobar, A. (2018). Designs for the pluriverse: Radical interdependence, autonomy, and the making of worlds. Duke University Press.

Glissant, É. (1997). Poetics of relation. University of Michigan Press.

Khasnabish, D. A. (2013). Zapatistas: Rebellion from the Grassroots to the Global. Zed Books Ltd.

Nirmal, P. and Rocheleau, D. (2019). “Decolonizing degrowth in the post-development convergence: Questions, experiences, and proposals from two Indigenous territories.” Environment and Planning E: Nature and Space 2(3) 465-492.

Olesen, T. (2004). Globalising the Zapatistas: from Third World solidarity to global solidarity?. Third World Quarterly25(1), pp.255-267.

For a list of all communicados: https://radiozapatista.org/?page_id=3365&lang=en

http://enlacezapatista.ezln.org.mx/

[1] Members of the Zapatistas have shared ‘communiques’ to the public since the announcement of the journey in the summer of 2020. This way, they regularly give updates on their visions and the meaning of the journey. English versions can be found here: https://radiozapatista.org/?page_id=3365&lang=en

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