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Noticias de Abajo

(Español) Noticias de abajo 20 de septiembre 2022

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ROMPIENDO FRONTERAS

—PANAMÁ: Hablan los medios alternativos y radios comunitarias [Serie radiofónica] Radio Temblor.

—GRECIA:  Sube la tensión en las calles de Atenas contra la «Policía Universitaria», cuerpo creado para patrullar los campus con el objetivo de vigilar y reprimir toda actividad política anticapitalista. Perseus999 Y @savvaskarma

—COLOMBIA: No cesó la noche Uribe: Continúa criminalización de manifestantes del Paro Nacional en Colombia. Avispa Midia.

—COSTA RICA: Sobre el Segundo Informe a Violaciones a Derechos Humanos en el Sur de Costa Rica en afectación a pueblos indígenas. Entrevista a Nery Chavez.

DESDE EL OMBLIGO DEL MONSTRUO

—MÉXICO Ayotzinapa 8 años de un Estado Criminal. Fuertes jornadas de protestas en Guerrero y siguen ahora en CDMX. Exigen fin a las «mentiras históricas».

—MICHOACÁN CDMX: Comunidades indígenas de Michoacán se movilizan en defensa de las autonomías frente a la Corte. CNI

—MICHOACÁN Amenazan con desarmar a las guardias comunales del municipio autónomo de Ostula. Desinformemonos.

—MANTA POR #16AñosDeImpunidadMilitar ¿Para cuándo nuestra independencia del Ejército? Acción del colectivo de mujeres #HastaEncontrarte de Guanajuato, para protestar contra la militarización del país.

—OAXACA: Continua campaña por la Libertad de los presos de Eloxochitlan con murales en Oaxaca y una serie de lecturas de la obra epistolar de Ricardo Flores Magón.

—OAXACA: Pronunciamiento  de indignación por ataque a organización popular por grupo armado de choque adepto a las autoridades locales. Varios heridos y desaparecidos. Varias Organizaciones oaxaqueñas.

—CHIAPAS:  Amenazas y agresión durante documentación en el Poblado de Nuevo San Gregorio. Frayba

música:

la trova pank -llueve

Yezli Mic – Legalice

Ayotzinapa – Sonora Criminal

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Avispa Midia

(Español) Quilombolas recuperan tierras tras 40 años de monocultivos de eucalipto en Brasil

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Fuente: Avispa Midia

por el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales

En portada: Suzano Papel e Celulose, la mayor multinacional productora de celulosa del mundo, se “disculpó” durante una reunión con miembros de la comunidad quilombola Angelim II, después de haber invadió su teritorio situado en Sapê do Norte, en Espírito Santo. Con una operación de corte de eucalipto, de forma totalmente inesperada, provocó miedo e inseguridad a los quilombolas, quienes resistieron la invasión. Junio del 2021

Las comunidades quilombolas de Sapê do Norte, Brasil, viven un proceso violento ante la expansión de los monocultivos de eucalipto a gran escala. Después de muchas dificultades, iniciaron un proceso para recuperar sus tierras y el agua en sus territorios. Y la lucha por recuperar lo que les pertenece continúa. A continuación, compartimos un diálogo entre el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM, por sus siglas en inglés) y dos activistas quilombolas para reflexionar sobre este difícil pero fértil proceso de resistencia.


El territorio quilombola (comunidades formadas por descendientes de personas africanas que fueron sometidas a la esclavitud y escaparon para fundar quilombos en el Brasil colonial e imperial) de Sapê do Norte, en el estado de Espírito Santo, Brasil, ocupaba una extensa área en los actuales municipios de São Mateus y Conceição da Barra. En esa zona vivían alrededor de 12,000 familias. Las que permanecieron se dividen en 34 comunidades reconocidas por la Fundación Cultural de Palmares, pero todavía hay muchas otras en situación de invisibilidad, sin el certificado que acredita el reconocimiento de las comunidades quilombolas.

Estas comunidades quilombolas fueron expulsadas de sus territorios tradicionales a través de un violento proceso de colonización impulsado por el Estado y luego, en la década de 1970, con la llegada de la empresa Aracruz Celulose (posteriormente conocida como Fibria y actualmente Suzano S.A.) y la expansión de sus plantaciones de monocultivo de eucalipto a gran escala. Con el respaldo del Estado, y en nombre del “desarrollo”, se vieron obligadas a trasladarse a la periferia de los municipios de la región. Otras permanecieron cercadas por plantaciones de eucaliptos.

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En medio de las dificultades cotidianas, los quilombolas siguen luchando contra las diversas formas de violencia a las que se enfrentan. En 2007 iniciaron un proceso colectivo para recuperar el agua, los cultivos y la vida comunitaria. Han pasado 15 años desde que consiguieron recuperar algunas de sus tierras en Sapê do Norte. Y la lucha por recuperar lo que les pertenece continúa.

El Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM) dialogó con Flávia, de la comunidad Angelim II, mujer, madre y activista quilombola, y con João de Angelim, también activista quilombola, agroecólogo e investigador quilombola. Sus palabras y experiencias en las llamadas retomadas (procesos de recuperación de sus territorios) nos dejan muchas lecciones y reflexiones sobre el difícil pero fértil proceso de resistencia de las comunidades quilombolas en el territorio de Sapê do Norte.

WRM: ¿Cómo empezó la historia de las retomadas en Sapê do Norte?

João: Las comunidades quilombolas llevan años resistiendo. Primero, ante la llegada del cultivo de eucalipto a la región, mediante la lucha por el territorio, a través de la justicia, con estudios e informes técnicos que pudieran garantizar que la comunidad recuperara parte del territorio que le fue quitado abruptamente. Pasaron los años y no veíamos ninguna posibilidad de recuperación. Llegamos a la conclusión de que sería necesario dar algunos pasos, presionar, señalar algunos lugares que demostraran que algo malo ocurrió cuando la empresa de celulosa y papel llegó y se apoderó de las tierras.

Luego, a través de la Comisión Quilombola, que cuenta con representación de todas las comunidades, junto con otros movimientos sociales que tenían más experiencia en realizar ocupaciones de tierras, como el MST (Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra), se realizaron las primeras reuniones. Y así empezaron las retomadas.  La primera ocurrió en 2007, en la comunidad de Linharinho, con el objetivo de recuperar el agua, los alimentos y el suelo.  Hoy esa comunidad reclama 3,500 hectáreas de tierra.

Pero hay que considerar que la retomada ocurre en un contexto de una reparación social y ambiental que nunca llegó a suceder. ¿Cuántas personas murieron por haber sido expulsadas de Sapê do Norte? El Estado brasileño tiene que entregar los títulos (de propiedad) a las comunidades quilombolas, cuyas tierras son mucho más grandes que las que están en proceso de recuperación. Pienso que esta sería la verdadera justicia. No va a abarcar todos esos años que han pasado, pero nos va a posibilitar una alternativa en el futuro. Si uno tiene tierra, tiene libertad. No se puede seguir permitiendo que Suzano destruya el territorio de Sapê do Norte, ni ninguna otra región.

Flávia: La primera retomada en el territorio de Sapê do Norte, que se dio en la comunidad de Linharinho, fue muy difícil. Fue la primera vez que tomamos la decisión y dijimos: “mira, si el Estado no nos entrega, si no nos devuelve nuestras tierras, entonces vamos a iniciar un proceso de recuperación”.

Contamos con una gran organización, con asesoría jurídica y con el apoyo de aliados. Pero, al final, estaba el operativo policial, con furgones, con perros…fue muy difícil. Resistimos como pudimos y, gracias a Dios, no perdimos a nadie. El Estado, representado por la policía, vino con toda su fuerza, armado, y muchas personas de la comunidad fueron detenidas.

Después nos quedamos un tiempo sin emprender nuevas retomadas.

Foto: Asociación Quilombola de Productores Ecológicos de Angelim II (Aquipoa)

En el año 2010 hubo retomadas en São Domingos y Angelim I. Más recientemente las hicimos en la cuenca de Angelim, en las comunidades de Angelim 2, Angelim 3 y Angelim Disa –Angelim es el río que da nombre a las comunidades. Aunque vengan algunos policías, ahora ya conseguimos que no venga toda la fuerza armada. Estamos mejor preparados y contamos con una red de aliados que hacen su parte para apoyarnos. Y conseguimos evitar que nos criminalicen por recuperar los territorios.

WRM: ¿Cómo se organizan ustedes antes y después de las retomadas?

Flávia: En Sapê do Norte, tenemos la Comisión Quilombola, con representantes de todas las comunidades.  Tenemos reuniones mensuales. Cuando vamos a recuperar tierras, todo se piensa desde ese espacio, con el apoyo de todas las comunidades. Hacemos una lista de entidades que nos apoyan e informamos a todas, y también siempre pedimos asesoramiento jurídico.

Hoy en día, conocemos nuestros derechos y somos capaces de tener el mismo diálogo que un abogado. A pesar de eso, cuando llegamos al lugar de la retomada, los policías, con sus prejuicios, no aceptan que una quilombola como yo pueda dialogar con ellos. Siempre solicitan la presencia de un abogado. Muchas veces el abogado está por estar, pero somos los quilombolas los que realmente hablamos, porque somos nosotros los que vivimos acá y sabemos cuáles son nuestros derechos. Hoy tenemos algunos abogados que nos defienden muy bien, con uñas y dientes, que llevan mucho tiempo con nosotros. Siempre están con nosotros. Hacemos un llamado a los movimientos, los consejos y la secretaría de derechos humanos –aunque no se vea mucha acción por parte de la secretaría.

Así que todos los movimientos se enteran de que va a haber una determinada acción dentro de una comunidad en particular, a una hora determinada, y entonces todos se mantienen alerta.  Los que pueden venir, vienen; los que no pueden, nos apoyan desde sus localidades.

Y también hay una organización inicial en el momento de la acción. Quien puede, lleva plantones, semillas, lo que quiera y pueda contribuir para que realmente podamos ocupar ese espacio que está desocupado o con eucaliptos. Y también organizamos placas de identificación del territorio para delimitar el espacio, con el número de los procesos judiciales y artículos de la ley que nos da el derecho a la tierra. El día de la retomada es un día de tensión, de mucho trabajo, hasta que llega la policía. Claro, no hay ninguna retomada sin que la policía llegue. Ahí empieza el proceso de negociación, que, gracias a Dios, vamos ganando todos, y la policía se va.

Labores de reforestación en las recuperaciones de tierras quilombolas, donde se involucran desde niños y adultos. Foto: Aquipoa

La comunidad que va a recuperar la tierra tiene que estar bien movilizada y articulada para que haya gente todos los días, vigilando, trabajando, para que no lleguen al día siguiente y destruyan todo lo que se hizo el primer día. La retomada de Angelim II tuvo lugar el 19 de diciembre de 2020.

João: La retomada de Linharinho fue rápidamente reprimida. No hubo la oportunidad de sembrar el cultivo. Pasamos tres años pensando en una estrategia de cómo hacer una retomada que fuera más permanente. Así, en 2010, la retomada ocurrió en dos comunidades: São Domingos y en Angelim I, un mes después.

La estrategia en Angelim I fue que no nos quedáramos todos en el territorio en recuperación. Entrábamos, plantábamos y nos íbamos. Lo que sucedió en esa primera área fue su consolidación. No hubo interrupción por parte de la policía, ni aislamiento del área, logramos crear caminos y maniobras a través del diálogo directo y otras estrategias de resistencia. En São Domingos utilizamos la misma estrategia. Con el paso del tiempo fuimos eliminando los eucaliptos y cultivando una agricultura de base alimentaria más adaptable a la situación del suelo.

WRM: ¿Cómo el agua se volvió tan importante en esta lucha?

João: En una de las investigaciones realizadas por el movimiento quilombola aquí en Sapê do Norte, en 2002, se constató la desaparición de unos 200 arroyos y humedales en la región. La gente muchas veces ni siquiera tenía agua para beber.

En la retomada de Angelim I, hicimos una acción cerca de una zona húmeda. Después, en 2014 y 2015, vivimos un periodo de mucha sequía. Volvimos a la zona húmeda, ya con menos eucaliptos, pero no lo suficiente. La gente empezó a quitar los eucaliptos. A partir de ese momento, la región ganó otra forma. La lluvia llegó, el suelo se volvió más húmedo y las cosas empezaron a suceder.

En ese momento pasamos a observar lo que estaba ocurriendo en la región: donde estaban las personas, donde se regeneraron los manantiales, el agua estaba ocupando los puntos que antes estaban secos. Uno de los ejemplos más claros es el arroyo Córrego da Velha Antônia, que había desaparecido y que ya hemos conseguido recuperar parcialmente. Esto es algo muy gratificante.

Los cuerpos de agua ahora tienen más agua, con un volumen significativo, gracias a las retomadas, en que más de 400 familias del entorno han retirado los eucaliptos. En esta pequeña muestra vimos brotar el agua, algo que no ocurría durante muchos años. La gente empezó a pescar. En un lugar donde antes no había peces, empezaron a aparecer.  Se empieza a poder navegar en un lugar en el que no había agua. Estamos hablando de un solo arroyo, pero hay cientos de arroyos y ríos afectados aquí en la región. Imagínate la abundancia que había antes de los eucaliptos. Es decir, el gran problema que tenemos es el monocultivo de eucaliptos, que hace con que no tengamos agua; que los ríos no tengan agua.

El tema del agua es inconmensurable; lo hemos tratado como el principal vínculo entre todos los que estamos aquí.

Flávia: En realidad, todo lo que teníamos aquí en el territorio era tierra, agua y bosque. Eso era todo lo que teníamos para sobrevivir. No teníamos otra forma de subsistir. Por eso decimos que el bosque es nuestra madre y el río es nuestro padre. Siempre nos han mantenido. Cuando conocí el río, todavía había muchos peces, había lianas en el bosque, pero hoy nuestra mayor dificultad, en todo el territorio de Sapê do Norte, es la falta de agua.

En Angelim 2 había 105 familias, hoy son 40. Desde que llegaron, las empresas talaron todo el bosque, y poco después llegó la plantación de eucaliptos. El agua y los peces empezaron a disminuir y a morir por envenenamiento. Los manantiales comenzaron a secarse.

El monocultivo de eucaliptos seca el agua de los arroyos e inmediatamente utiliza ese espacio para plantar más eucaliptos, acercándose al manantial hasta que el río se seca por completo. También está la cuestión de las represas, que siempre se construyen por encima de nuestras comunidades, dejando sin agua a los arroyos que se encuentran en la parte inferior. En períodos de mucha sequía, el agua evapora, los ríos se vuelven tierra. Las plantaciones de eucalipto se abastecen con camiones cisterna. Van a las represas, llenan los camiones cisterna y riegan los eucaliptos, las plantaciones de eucalipto. Por esto hacen represas: para tener agua abundante todo el año.

Fotografía: Santiago Navarro F

Ni siquiera tenemos agua para beber, es algo cruel. Cuando estoy en los espacios donde están los organismos ambientales del Estado e incluso el actual gobierno, suelo decir que es vergonzoso dejar a más de mil familias en un territorio sin agua para beber.

Tenemos muchos problemas por la falta de agua. Una parte de la comunidad se abastece con un camión cisterna enviado por la alcaldía, pero no consideran la alternativa de quitar los eucaliptos que están cerca de las cabeceras de los ríos, disminuir la cantidad de veneno utilizada (para que tengamos acceso a agua limpia), en lugar de pasar años y años abasteciéndonos con camiones cisterna.

En las comunidades de Angelim 1, Angelim 2 y Angelim 3, solo con recuperar las tierras y reducir el cultivo de eucaliptos, no fue necesario trabajar en la recuperación de los manantiales (específicamente), pues no sería posible recuperar todos los manantiales en tan poco tiempo. Trabajamos en la recuperación de algunos de los manantiales más estratégicos para hacer avanzar el proceso. Pero con solo eliminar parcialmente los eucaliptos, el agua ya empieza a brotar.  Es increíble. En los manantiales en que hace un año no había agua, ahora vuelven a tener. Eso demuestra que lo que seca nuestros manantiales es el eucalipto, aunque ellos digan que no, que el eucalipto es una planta como cualquier otra. ¿Lo es? Sí, pero se trata de un monocultivo. Si hubiera alguna diversidad, tal vez no secaría el agua como ahora.

WRM: En ese proceso de retomada, ¿fue importante el apoyo de los movimientos y organizaciones de la región y los aliados internacionales?

Flávia: Muy importante. Siempre tuvimos esta percepción. Cuando estamos solos, la empresa arremete con fuerza, son muy violentos. Pero como tienen “un nombre que mantener”, como dicen, cuando se dan cuenta de que no estamos solos, quieren mantener el diálogo.

Hoy tienen otra forma de dialogar con nosotros porque son conscientes de que no estamos solos. Y cuando van a la mesa de diálogo, dicen que nosotros somos los agresivos. Siempre es así. Pero el apoyo de las comunidades y de las personas de fuera de Sapê do Norte es esencial. Estamos en un proceso de sostener una red de apoyo con cada uno de los movimientos. Tenemos que ir de la mano de todos para que nunca nos quedemos solos.

João: La lucha quilombola ya surge como una lucha conectada; de denuncia, con alianzas. La lucha quilombola de Sapê do Norte es conocida internacionalmente. Lo más importante para fortalecer esta lucha fueron las alianzas que tenemos a nivel nacional e internacional, aunque las retomadas se autogestionen, con el poder de decidir qué hacer, qué cultivar, qué comer. Todo ello ocurre gracias a este bloque que nos defiende desde los derechos humanos, desde la FASE (Federación de Organismos de Asistencia Social y Educativa) de Espírito Santo, que siempre fue una de nuestras socias, desde los movimientos sociales sin tierra, del MST, en todas las redes en que se articula, la Red Alerta contra el Desierto Verde, el WRM y tantos otros grupos aliados en las redes de América Latina. Tratamos de articularnos para sentir siempre el dolor de los demás, conscientes de lo puede suceder en nuestros territorios.

Intentaron separarnos, ahora queremos acercarnos, estar cerca del río y recuperar el bosque que nos quitaron. El vínculo con el bosque era tan íntimo y valioso que los lugares tenían nombre y se respetaban simbólicamente. Hoy se habla de la protección de los bosques, de las zonas de reserva legal, de las APP (Áreas de Preservación Permanente), pero eso no es suficiente ni comparable con lo que eran los bosques verdaderos.

WRM: ¿Cuáles fueron los principales retos en esta lucha?  

Flávia: Como mujer, hay muchos retos. La mujer tiene que ser militante, madre, ama de casa. En mi caso, tengo dos hijos, y fue mucho más desafiante porque recién había dado a luz. Mi hijo tenía cuatro meses cuando hicimos la retomada. Soy una lideresa de primera línea, dependo del apoyo de las personas. Pero solo confían en el proceso si estoy presente. Entonces yo tenía que estar presente, así que mi hijo y yo estuvimos en todas las retomadas. Es muy agotador, sufrimos. No en la comunidad, porque la comunidad nos da todo el apoyo cuando tenemos un hijo, toda la gente lo cuida.

También sufrimos prejuicios, por ser mujer, negra, quilombola, agricultora, pobre. Generalmente la empresa nos subestima mucho. Piensan que esta mujer, yo, no tengo capacidad para participar en un proceso de negociación, por lo que tengo que estar afirmando todo el tiempo quién soy, para que no nos subestimen o intenten arremeter con fuerza contra la comunidad. Los prejuicios son muy visibles. El día en que ocurrió la agresión contra un compañero, les pregunté si podían imaginarse lo que sucedería si hubiera sido él quien hubiera atacado a alguno de ellos (el personal de Suzano), todos blancos, dónde nuestro compañero estaría ahora. Estaría en la cárcel, seguro. Pero como fue un hombre blanco que atacó a un hombre negro, no pasa nada: dicen “lo siento” y “a dialogar”. ¿Habrían dialogado con nosotros en ese momento si hubiera pasado lo contrario? La resistencia es cotidiana, siempre hay que estar atento.

Otra cosa que me preocupa mucho son las amenazas. Yo siempre tengo miedo en el territorio. Debido a mi participación en el movimiento de derechos humanos, toda la coordinadora tiene un cuidado especial conmigo, una cuestión de vida o muerte. Aquí no hay señal de teléfono, solo tengo acceso a internet cuando estoy en casa. Cuando salgo, nadie sabe dónde estoy. No salir sola, no salir por la noche, no dejar solos a los niños en casa. Es un gran reto tener que estudiar, por la noche tengo que ir a la universidad, pero ¿cómo puedo volver a casa si no puedo caminar sola por la noche? Hay todo un proceso que todavía estoy tratando de manejar.

João: La empresa siempre está buscando una artimaña. En cada proceso de retomada, la empresa salía con un proyecto o con programas para desviar la atención.  Eso ocurrió muchas veces, generando un enfriamiento de la lucha. En ese mismo período, cooptaron quilombolas y líderes, ofreciendo puestos de trabajo, presentando algunos programas, afirmando que era lo mejor para la comunidad.

Lo que ocurrió en algunas de las retomadas fue que, a medida que se consolidaban las áreas en recuperación, fueron llegando personas que no eran quilombolas y que, de algún modo, lograron instalarse. Y, muchas veces, por no comprender la lucha por el territorio y la lucha quilombola, crearon un diálogo torcido y confundieron el proceso. Tuvimos grandes dificultades con eso. Recientemente, en 2020, sufrimos un ataque masivo de invasiones en el territorio de las comunidades, por parte de grupos organizados no quilombolas. Fue necesario tomar una posición, porque ellos estaban eligiendo algunas localidades y contando nuestra historia, como si fueran nosotros, y calificando a esas localidades como áreas de retomada. Algo peligroso. Fue necesario separar cuáles eran las áreas recuperadas en las que estábamos participando, con un poco de la filosofía que tenemos como movimiento. Al final, esas personas (no quilombolas) tuvieron que irse.

Comunidad quilombola de Angelim II. Foto: Aquipoa

Mantener las áreas en recuperación también supone un reto debido a la invisibilidad que tenemos en las políticas públicas. Como trabajamos en autogestión, no tenemos el apoyo de políticas públicas, no tenemos el apoyo de casi nadie. Trabajamos con los agricultores, con los quilombolas que están en el campo casi como un esfuerzo directo por parte de ellos. Y eso está siendo un gran diferencial, está haciendo posible “extraer la leche de la piedra”, cuando se decía que no iba a salir nada. Fue posible volver a tener agua donde no había, tener comida donde no había, tener bosques, volver a criar animales donde en el pasado había muchos.

Otro desafío tenía que ver con la capacidad de rebrote del eucalipto: una capacidad enorme.  Después de diez años, tenemos lugares en los que aún no fue posible eliminar los residuos de los eucaliptos. Los más de 40 años de uso intensivo de maquinaria pesada, de cientos de kilos de glifosato, de toneladas vertidas en las cabeceras de los ríos, en las aguas, dejaron el suelo en muy malas condiciones. Y ahora tenemos que regenerarlo, recuperarlo. La agroforestería siempre formó parte de la vida quilombola.  Pero para regenerar el suelo es necesario conocer el lugar, recuperar la ancestralidad, analizar lo que tiene relación con el entorno y lo que no. Saber qué sembrar, saber qué dejar crecer.

WRM: ¿Qué consejos podrías dar a otros pueblos que se enfrentan a un proceso similar de recuperación de tierras o aguas?  

Flávia: Aquí, en Brasil, creo que no vamos a tener tierras si no las recuperamos. Así que la primera cosa: hay que recuperar la tierra. Pero para hacer eso, hay que tener una organización mínima para no acabar intentándolo sin éxito. Tenemos que estar conectados, trabajar en red, aunque sean redes fuera del estado o del país. Es muy importante tener apoyo en red, estar en contacto con el Ministerio Público Federal, con la Defensoría del Estado, con los consejos de derechos humanos, porque son las instituciones del Estado con las que podemos conseguir algún apoyo jurídico. También es muy importante preocuparse por la vida de nuestros defensores.

Y nunca rendirse, ¿verdad? Porque si renunciamos a cualquier proceso de lucha por nuestros derechos, de una forma u otra, vamos a morir. Si no somos defensores, nos van a fusilar porque somos negros, o nos vamos a morir de hambre porque no tenemos nada que comer, o nos vamos a morir de frío porque no tenemos dónde vivir. Siempre tenemos que estar atentos y tratar de mantenernos vivos.  La prioridad es la vida, no rendirse y trabajar en red. Los apoyos son muy importantes.

João: No dejar de sembrar, no dejar de creer, seguir adelante. En muchos momentos habrá dificultades, pero mientras haya un manantial que necesita ayuda, no podemos quedarnos solo en el discurso. Es necesario actuar. No se puede esperar que la decisión salga de la pluma de un juez, porque él no siente en su piel cómo se están contaminando los de abajo.

Las retomadas hoy son una realidad, y al igual que nos atrevimos a hacerlas, nos atreveremos a mantenerlas. El tiempo transcurrido nos ha permitido reflexionar y comprender mejor la coyuntura. No es fácil comprender un aislamiento de más de 40 años sin acceso a la tierra. Y cuando se abre esta posibilidad, es normal que surjan crisis y confusiones. Las retomadas nos han enseñado eso, y estoy muy agradecido por haber comprendido mejor este gran plan, que funcionó. Y que está demostrando que es el camino que seguir.

Creo que lo más importante fue poner fin al silencio que existía en medio de los eucaliptos, asfixiando a las comunidades que estaban aisladas. Se rompió un silencio que impedía a la comunidad entrar o atravesar parte de una zona de eucaliptos para llegar a un arroyo sin temer a la vigilancia –que aún se mantiene, pero que tenía un control mucho mayor (en el pasado). Entonces, se rompe ese silencio y se restablecen los vínculos comunitarios.

Puedo ver las tierras de los pueblos de todo el mundo, de nuestros hermanos indígenas, de las comunidades tribales de cada país, que se unan y encuentren fuerzas juntos. Hay momentos difíciles, pero nuestro gran enemigo son los grandes proyectos que vienen a ocupar las tierras, las aguas; a matar a nuestros pueblos. Así que, en primer lugar, unión y acción local. Todos los días, si es posible.

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Noticias de Abajo

(Español) Noticias de abajo 13 de septiembre 2022

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ROMPIENDO FRONTERAS

–ABYA YALA: Porque no celebrar la independencia. FGER.

–WALLMAPU: Comunicado Público Comunidades Mapuche en Resistencia de Malleco frente al plebiscito constituyente de salida. Malleco.

–CHILE: Libertad a Marcelo Villarroel, anarquista preso en el estado chileno. Buskando La Kalle.

–ESTADO ESPAÑOL: Jara y Cris son dos de las seis sindicalistas de CNT condenadas a tres años y medio de cárcel por las concentraciones realizadas delante de la Pastelería Suiza de Gijón para señalar un conflicto laboral. CNT

–INGLATERRA: Muere en la impunidad, sin ser juzgada, la reina pirata.

DESDE EL OMBLIGO DEL MONSTRUO

–MÉXICO POLITÉCNICO: Más de 15 escuelas en Paro por mejores condiciones para las tareas educativas. Redes

–MÉXICO MAGISTERIO: Conferencia de prensa de los maestros democráticos de la CNTE sobre el nuevo plan de estudios y la imposición de la Secretaria de Educación Púbica Leticia Ramírez Amaya. Noticias de abajo

–MORELOS: Tepoztlan en lucha contra la ambición capitalista para defender el territorio y el agua.

–MÉXICO MILITARIZACIÓN: Senado aprueba militarización de México. Avispa Midia

Música:

Que arda – Susana Cofre

Good save te queen – Sex pistols

Joven Rebelde – La furia

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Amazonia Real

(Español) El último indígena Tanaru será enterrado en la tierra donde siempre han vivido en el sur de Rondônia

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Por Josi Gonçalvez

El cuerpo del último superviviente de su pueblo está siendo examinado en Brasilia, pero las autoridades dijeron que volverá a Rondônia. Los líderes temen las invasiones en la Tierra Indígena de Tanaru debido a la falta de demarcación del territorio y quieren que el lugar sea un monumento a la resistencia. Imagen de la maloca de la víctima indígena (Foto: Survival International/Divulgação)

 

Porto Velho (RO) – El cuerpo del último hombre de Tanaru encontrado muerto por un equipo de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) fue enviado el domingo 28 de agosto 2022 desde Porto Velho a Brasilia para un examen más detallado por los forenses del Instituto Nacional de Criminalística (INC) de la Policía Federal. De acuerdo con el Ministerio Público Federal, tan pronto como todos los exámenes se completen, el cuerpo del “indio del agujero”, como el único sobreviviente de la Tierra Indígena Tanaru (TI), ubicado en Chupinguaia, en el Cono Sur de Rondonia, a unos 533 kilómetros de Porto Velho, se conoció. Volverá a Rondonia y deberá ser enterrado en la zona donde vivía solo y aislado desde 1995. La fecha de su regreso aún no ha sido confirmada por Funai.

El grupo de expertos del INC tratará de detectar la causa de la muerte de la víctima indígena y también realizará exámenes toxicológicos y antropológicos forenses que puedan aportar algunas respuestas sobre la etnia del “indio del agujero”. El equipo es el mismo que trabajó en los informes de las víctimas de las catástrofes medioambientales de Brumadinho y Mariana, en Minas Gerais, y del activista indígena brasileño Bruno Pereira y del periodista británico Dom Phillips, asesinados en junio en el TI de Vale do Javari, en Amazonas.

Amazônia Real se enteró por un indígena de Rondônia, que pidió permanecer en el anonimato, que los “indios del agujero” eran monitoreados periódicamente cada tres meses por el Frente de Protección Etnoambiental de Guaporé (FPE-Guaporé), vinculado a la Coordinación General de Indios Aislados y Contactos Recientes (CGIIRC) de la FUNAI.

La vigilancia tenía por objeto verificar los movimientos del pueblo indígena Tanaru y las posibles invasiones de su territorio. Durante estas incursiones de vigilancia, se instaló una cámara para detectar la presencia y las acciones del indígena y registrar imágenes del mismo. La cámara se recogió al final de cada actividad.

El objetivo del intervalo de tiempo entre una visita y otra era evitar el tránsito de otras personas por el territorio para no contaminarlo con enfermedades no autóctonas. Según este indígena, el “indio del hoyo” parecía estar bien durante el último control realizado en mayo. Sin embargo, en la última acción de seguimiento, la semana pasada, fue encontrado muerto. Por ello, se estima que la muerte se produjo hace más de un mes. El equipo forense tendrá que determinar la fecha exacta.

Los indígenas Tanaru vivían en 8.070 hectáreas de territorio situado en un perímetro de aproximadamente 50 kilómetros entre los municipios de Chupinguaia, Corumbiara, Parecis y Pimenteiras do Oeste. En la región hay muchas explotaciones de producción agrícola y ganadera. Al no estar demarcado, el territorio está bajo la amenaza de invasiones y ataques.

El “indio del agujero” fue visto por primera vez en 1996 por el equipo del experto indígena Altair José Algayer, el mismo que encontró al indio aislado muerto en su hamaca la semana pasada. “Lo encontraron en la red y cubierto de plumas de guacamayo. Estaba esperando a morir, no tenía signos de violencia”, dijo el indigenista Marcelo dos Santos, que trabajó vigilando el territorio con Algayer, según publicó Amazônia Real. Le llamaban el “indio del agujero” porque cavaba dentro de la maloca, hecha de paja.

En 1998, el IT de Tanaru fue clasificado como de uso restringido por ordenanza (1.040/2015). La entrada, locomoción y permanencia de extraños en el territorio está restringida al personal de Funai. La ordenanza es válida hasta 2025, por lo que dentro de tres años expira esta normativa, que hace ilegal la exploración y entrada en estos territorios.

Según el informe, el indigenista informó que “la idea de la Funai es transformar el sitio en un centro de formación para actividades centradas en la protección de los indios aislados”. Según él, el MPF de Vilhena, Cono Sur de Rondonia, solicitará un estudio arqueológico de la zona para definir las estrategias que deben adoptarse en relación con el futuro de la tierra de Tanaru.

Según Funai, a lo largo de 26 años se encontraron 53 viviendas del pueblo indígena Tanaru y todas seguían el mismo patrón arquitectónico: una sola puerta de entrada/salida y siempre con un agujero en el interior de la casa.

En una entrevista para el programa Globo Amazônia, el experto indígena Altair José Algayer dijo que creía “que el agujero tiene un valor místico para los indígenas”, y que se alimentaban de “animales como el cerdo de monte, el jabuti y las aves, cazados con flechas o atrapados en trampas, y también de miel”.

Sensación de pérdida


Jefe André Karipuna (Foto: Alexandre Cruz Noronha/Amazônia Real)

André Karipuna, jefe del pueblo Karipuna en Porto Velho, capital de Rondônia, dijo que aunque no pertenece a la misma etnia que el “indio del agujero”, el sentimiento es de pérdida. “Es muy triste. Ellos también son mi gente. Es un familiar nuestro que se ha ido y debería haber tenido más protección. Pero, por desgracia, todos sufrimos mucha presión”, declaró.

Otro dirigente, Adriano Karipuna, activista ambiental indígena, culpa al presidente Jair Bolsonaro de la reducción y extinción de los pueblos indígenas. “El actual presidente ha cumplido todas sus amenazas de campaña y ha desguazado administrativa y financieramente a los organismos medioambientales. Intencionadamente. Nuestros territorios han quedado desprotegidos”, afirmó.

El líder indígena Karipuna considera que si el pueblo Tanaru hubiera tenido la protección del Estado no habría desaparecido. Adriano dice que, al igual que el “indio del agujero”, su pueblo ya ha estado al borde de la extinción. Hace medio siglo sólo había cinco Karipuna en Porto Velho.

“Mi pueblo es un pueblo de resistencia, casi nos extinguimos en los años 70 por culpa del sarampión, la tosferina y la varicela. Mis familiares también fueron asesinados, asesinados en 1912 en nombre de la economía, del desarrollo (construcción del Ferrocarril Madeira Mamoré – EFMM). El Estado brasileño debe mucho a la población indígena”, acusó Adriano Karipuna.

Según él, el pueblo karipuna consiguió mantenerse vivo en Rondônia gracias a medidas como el distanciamiento social de la civilización. Al pueblo de Tanaru le espera un destino diferente. Con la muerte del último habitante del TI Tanaru, los líderes de los pueblos indígenas de Rondônia están preocupados por el destino de la zona habitada por el “indio del agujero”.

Almir Narayamoga Suruí, líder del TI Sete de Setembro, en Cacoal, Rondônia, es reconocido internacionalmente por luchar contra las amenazas de los ocupantes ilegales, madereros, mineros y otros interesados en las tierras de los Suruís. Afirma que teme la invasión de la TI de Tanaru y piensa que la zona debería transformarse en un monumento a la resistencia de los pueblos indígenas. “Sería muy importante para los pueblos indígenas y también para Brasil, reconocer toda la resistencia de los pueblos indígenas frente a los desafíos y problemas que se enfrentan. Lucharemos por ello”.

El líder surui también refuerza que es necesario defender a los pueblos indígenas aislados que aún viven en el estado. “Tenemos que proteger y preservar las regiones donde habitan, definiendo estos territorios para ellos. Esto es lo que tenemos que hacer, para que esto (la extinción de un pueblo indígena) no vuelva a ocurrir en Brasil.

Adriano Karipuna imagina un futuro diferente para la Tierra de Tanaru. “Muchos pueblos indígenas buscan retomar sus territorios. Son ellos los que deben decidir si quieren ir a esta tierra”, dijo.

La escritora y educadora Márcia Mura, del pueblo Mura, dijo estar llena de tristeza por la muerte del indígena aislado y sentir una gran pena. “Sólo podía imaginar la soledad y el dolor que debió sentir todo este tiempo, huyendo, escondiéndose, sabiendo que podía ser asesinado en cualquier momento por invasores, terratenientes y asesinos. Sabiendo que era el último de su pueblo, esto es sumamente terrible”.

Márcia también defiende que el TI de Tanaru debe conservarse. “Creo que este territorio, que defendió hasta el último día de su vida, tiene que mantenerse como territorio indígena. Este territorio tiene que estar garantizado para los pueblos indígenas. No podemos permitir que los agricultores y los terratenientes ocupen esa zona.


Uno de los agujeros encontrados por Funai y realizados por los últimos indígenas Tanaru (Foto: Survival International/Divulgación)

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Josi
Josi Gonçalves

Josi Gonçalves es periodista con trabajos publicados para cadenas de televisión (Globo, Record, Rede TV), agencias de noticias (BBC, UOL, EFE), derechos humanos y salud mental (autismo, esquizofrenia). Es activista, feminista, madre y presentadora de televisión. Tiene experiencia en asesoría de prensa y comunicación en la gestión pública y privada y en periódicos impresos y digitales. Colabora con la agencia Amazônia Real de Porto Velho (RO) (Twitter: @josigoncalvess)

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Avispa Midia

(Español) No cesó la noche Uribe: Continúa criminalización de manifestantes del Paro Nacional en Colombia

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Fuente: Avispa Midia

por Cooperativa Tierra Negra

Desde Cooperativa Tierra Negra presentamos una serie de escritos para compartir sobre Colombia. En esta primera entrega abordamos lo que hemos vivido durante más de dos décadas de uribismo y lo que ha sucedido después del gran estallido social de 2021, pero en especial es una crónica sobre los presos políticos, porque hay hermanos y hermanas tras las rejas por el simple hecho de pensar y hacer diferente.


Los queremos libres

Wilson venía caminando de su trabajo esa mañana del miércoles del 15 de junio del 2022, muy temprano. Venía, porque trabaja como guarda de seguridad en turno nocturno. De repente lo abordó la fuerza pública diciéndole que quedaba bajo arresto por varios delitos como homicidio, secuestro, tortura, concierto para delinquir, porte y fabricación ilegal de armas, vandalismo e incendio.

Parecidos a este fueron los casos de otras ocho personas detenidas en la ciudad de Cali esa mañana. Esto debido al despliegue de un operativo de la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, que hace parte del llamado Plan Democracia 2022 “que tiene como objetivo, visibilizar el despliegue militar y el empleo de las capacidades del Ejército Nacional en apoyo de la gobernabilidad e institucionalidad,(…) en procura del normal desarrollo de los comicios y el libre ejercicio del derecho al voto de los ciudadanos en el país.”

Dicho plan fue creado a raíz de varias afirmaciones que hizo el gobierno y altos mandatarios a respecto de presuntas “intenciones de generar actos de violencia (…) y de desconocer los resultados electorales”, según informaba el general de la Policía Nacional, Jorge Luis Vargas. Un plan que tuvo despliegue a nivel nacional una semana antes del 19 de junio, día de las elecciones presidenciales en Colombia.

En total, nueve habitantes y líderes del sector conocido desde el Paro Nacional del 2021 como “Puerto Resistencia” fueron apresados en la ciudad de Cali, Colombia. Algo tienen en común estas nueve personas, y es que todas ellas hicieron parte de las movilizaciones del Paro Nacional, acontecidas desde abril del 2021. Sobre todo, de este sector, también llamado “PR”. Hicieron parte de las asambleas, de las ollas comunitarias, de los plantones culturales, de la recolección de insumos comestibles y médicos. Un año después de las movilizaciones, a días de realizarse las elecciones presidenciales más esperadas desde hace más de 30 años, son apresados estos jóvenes, líderes de su territorio y con acusaciones absurdas sobre crímenes atroces, que se semejan más al actuar de las fuerzas militares que de las comunidades barriales.

También hicieron parte de la seguridad de los manifestantes ante los embates de la Fuerza Pública, en lo que se conoció como Primeras Líneas, jóvenes encapuchadxs que luchaban por su defensa y la de su comunidad con elementos caseros ante todo el arsenal de la Policía, que desde el 2021 ha tenido un incremento del 5,3% en su partida presupuestal, unos 42,6 billones de pesos para la misma institución que está acusada de 44 homicidios en el marco de las protestas según Indepaz (Instituto de estudios para el desarrollo y la paz).

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Otra cosa tenían en común: desde el final de las protestas y bloqueos, se dedicaron a realizar labores comunitarias en los distintos barrios aledaños al sector, comprometidos con un cambio de su territorio. Y desde esta plataforma de trabajo comunitario y cultural decidieron ser parte de la campaña del Pacto Histórico, coalición política de Gustavo Petro y Francia Márquez en el Distrito de Aguablanca, un gran sector de la ciudad de Cali donde habita el 30% de la población caleña en condiciones socio-económicas muy difíciles.

Esta acción de persecución, difamación y acusación de crímenes es una práctica que en Colombia se conoce como “falso positivo judicial” y es especialmente usada contra líderes y lideresas sociales, periodistas críticxs, defensorxs de derechos humanos, ambientalistas o políticxs de la oposición. No es algo nuevo en Colombia.

El virus de Colombia se llama uribismo

Desde hace décadas venimos enfrentando la persecución criminal del Estado contra distintas personalidades y colectivos socio-políticos que hacen ejercicios de oposición a esta extrema derecha que en Colombia tiene nombre propio: Uribismo. Porque aunque la herencia de la guerra y las políticas de terror han sido pan de cada día en nuestro país, es importante decir que todas esas prácticas de guerra sucia se agudizaron mucho más en la primera década del siglo XXI, con la llegada al poder en el año 2002 de Álvaro Uribe Vélez, político que empezó su boyante carrera como miembro del Partido Liberal colombiano, pero que con el pasar de los años fue asumiendo posturas mucho más autoritarias y radicales, hasta crear un partido distinto con clara corriente de ultra derecha: primero “Partido de la U” y después, con ciertas escisiones, “Centro Democrático”.

Para hablar de este personaje fatídico y trascendental para el destino de Colombia habría que remontarse hasta los años ochentas del siglo pasado, cuando el narcotráfico en la nación suramericana comenzaba a llamar la atención de todo el planeta. Uribe fue primero Director de la Aeronáutica Civil de 1980 a 1982, desde donde autorizó vuelos internacionales a distintos miembros del Cartel de Medellín de Pablo Escobar. Dicha información la ha demostrado el senador Iván Cepeda quien ha  realizado las investigaciones y denuncias que desde el 2014 han sido motivo de debate del Congreso Nacional y relacionan a la familia Uribe con el narcotráfico en diferentes épocas.

Después se desempeñó como alcalde de Medellín en 1982 aunque solo ocupó el cargo durante cinco meses ya que renunció por razones que aún suscitan controversia frente a su relación con el Cartel. Fue también concejal de la misma ciudad entre 1984 y 1986 y luego Senador de la República desde 1986 hasta 1994.

Durante sus años como miembro del legislativo, Uribe promulgó la creación de leyes que privatizaban varios derechos fundamentales de los ciudadanos, como las pensiones (ley 71 de 1988), las prestaciones y contratos laborales (ley 50 de 1990) y la salud (ley 100 de 1993).

También fue gobernador del departamento de Antioquia, uno de los más grandes del territorio nacional y que representa la segunda economía más fuerte del país, cargo que desempeñó de 1995 a 1997. Durante su mandato, en los campos antioqueños se fortaleció la creación de ejércitos paramilitares con el objetivo de enfrentar militarmente a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP), y cualquier posible “aliado” (comprobado o no) dentro de la sociedad civil.

Fue en su gobierno que se crearon las Cooperativas de vigilancia y seguridad privada para la defensa agraria, mayormente conocidas como Convivir. Hablamos de cooperativas creadas con el objetivo de prestar servicios de vigilancia y seguridad privada en forma remunerada a una comunidad, las cuales mutaron rápidamente a grupos paramilitares, con ejercicios de violencia muy propios y supremamente degradantes, amenazantes y despiadados. A la fecha tres magistrados de la sala de Justicia y Paz ordenan investigar a Álvaro Uribe Vélez “por promover, auspiciar y apoyar grupos paramilitares y Convivir vinculadas con éstos y/o concertarse con ellos, no sólo como Gobernador de Antioquia, sino después y aún como presidente de la República”,dicta el tribunal.

Álvaro Uribe llegando a la Corte Suprema de Justicia, en Bogotá, Colombia, 8 de octubre de 2019.

Los grupos paramilitares se convirtieron en ejércitos que arrasaron con territorios, masacraron y desplazaron mucha gente, como en la conocida internacionalmente Masacre del Aro, donde fueron asesinados 15 campesinos por parte de paramilitares de las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) y, donde el líder de dicha organización Salvatore Mancuso, confiesa la participación del ejército y la gobernación de Antioquia en dicho operativo.

La carrera política de Uribe llega a su apogeo en el año 2002, cuando es electo presidente de la nación. Desde su presidencia el conflicto armado mostró su cara más atroz. Para nadie es un secreto que grupos armados como las AUC, el Bloque Metro o Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), grupos paramilitares que ocasionaban terror en los territorios campesinos del Urabá antioqueño, el Magdalena Medio, el Chocó o la Sierra Nevada de Santa Marta, fueron grupos creados y auspiciados bajo el visto bueno de sus diferentes mandatos, e incluso sus mismos jefes desde prisiones estadounidenses han alegado en distintas ocasiones que existía un pacto entre las Fuerzas Armadas (Policía y Ejército), los paramilitares y distintos miembros de su gabinete, incluyéndolo a él como presidente de la República.

Las cifras hablan por sí solas: según datos de la Comisión Colombiana de Juristas, en el periodo comprendido entre el 1° de julio de 2002 y el 30 de junio de 2010 un total de 28,580 personas perdieron la vida en Colombia por razones relacionadas con violaciones a los derechos humanos, también  documentó la violación del derecho a la vida de 18,368 personas que murieron por causa de ejecuciones extrajudiciales, homicidios socio políticos o desapariciones forzadas. Es justamente en su periodo presidencial que ocurren los mal llamados “falsos positivos”, más de 6,000 ejecuciones extrajudiciales por parte del ejército presentadas como falsas bajas en combate para ganar favores y prebendas; también abunda la persecución a líderes sindicales, campesinos, ambientales, periodistas, políticos; despojo de tierras; privatización de derechos fundamentales de la sociedad. Su gobierno ha sido uno de los más sangrientos en la historia de Colombia.

En el 2010, su anterior Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, quedó electo presidente y aunque hubo una gran división con este nuevo gobierno, muchas de las políticas nefastas del uribismo anterior prevalecieron. Podríamos decir que con la firma de los Acuerdos de Paz con las FARC-EP, se marca una distancia total entre ambos gobiernos, pero la falta de garantías económicas y políticas reales para este proceso, la pobreza en aumento, la violencia arreciando y el narcotráfico en auge, demuestran que más que una ruptura entre ambos gobiernos, lo que hubo fue una continuidad suavizada de las mismas contradicciones y problemáticas.

En 2018, con ayuda de maquinarias económicas aliadas a poderes del narcotráfico, lo que se conoce en Colombia como la “Ñeñe-política”, por José Guillermo Hernández Aponte conocido como ‘El Ñeñe Hernandez‘ empresario con nexos con el narcotráfico, queda electo presidente Iván Duque. Su gobierno ha sido la vuelta atrás al uribismo más recalcitrante, al ser miembro del partido del ex-presidente y en cierta medida pupilo del mismo. El asesinato sistemático a lideresas y líderes sociales, la expropiación de tierras para proyectos extractivistas, los niveles de pobreza y desempleo, la devaluación del peso, los escándalos de violencia y corrupción por parte de distintos miembros de las Fuerzas Militares y políticos prominentes, son parte de su política de gobierno.

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Los datos de Indepaz arrojan que en los últimos cuatro años han sido asesinados 957 lideres sociales y defensores de los derechos humanos, al igual que 261 excombatientes. Del mismo modo, se contabilizan 313 masacres que dejan 1,192 víctimas. Tristemente son sólo una pequeña muestra de  todo lo ha sucedido en nuestro país durante el gobierno de Duque. Pero hubo tres hitos que marcaron su gobierno: el Paro Nacional del 2019, la pandemia de Covid del 2020 y el Paro Nacional del 2021.

Todo el poder para la gente

El 21 de noviembre del 2019 se vivió en toda Colombia una jornada de movilizaciones contra el gobierno de Iván Duque, por muchas razones acumuladas por décadas en el país y ya nombradas arriba, en especial por la perpetuación del uribismo. El pueblo, agotado de tanta indiferencia por parte de la clase política y la élite económica, salió a las calles en masa, por miles, durante varios días a exigir que se le escuchara y la respuesta por parte del gobierno fue la represión violenta llevada a cabo por las Fuerzas Armadas: Policía, Ejército y ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios).

Al llegar la pandemia a lo largo del año 2020, la situación económica empeoró y el gobierno de Iván Duque presentó planes de salvamento a la banca privada y a empresas allegadas a su círculo económico y familiar, como fue el caso de Avianca, pero no hubo rescate para la pequeña empresa ni mayor inversión en la red hospitalaria que estaba colapsada o en la alimentación que escaseaba en la mayoría de hogares.

Esto acrecentó el déficit fiscal que ha aquejado por décadas a nuestro país y para rematar este paquetazo de medidas económicas criminales contra la clase popular, Duque quiso afrontar dicho déficit proponiendo una reforma tributaria a inicios del año 2021 que atacaba con gravámenes e impuestos altísimos a productos esenciales de la canasta familiar, como son las verduras, los lácteos, las carnes, la gasolina e incluso, los servicios de telecomunicaciones y funerarios.

Manifestaciones en el marco del Paro Nacional del 2021

A raíz de todo esto, se convocó para el 28 de abril del 2021 una nueva jornada de movilizaciones a nivel nacional en contra de este mal gobierno que ha sido la perpetuación del uribismo, un gobierno de sangre y muerte. Lo que pasó ese día y durante los dos siguientes meses fue algo inesperado, pero inevitable. El estallido social en Colombia caldeó y Cali fue el epicentro. Fue la ciudad donde más intensamente se vivieron las jornadas de movilización, bloqueo y protesta. Pero también donde más se sintió la represión y el brazo armado de la policía con dos de sus más violentas fuerzas de choque: el  ESMAD -fortalecido y formalizado por la administración de Uribe- y el Grupo de Operaciones Especiales (GOES).

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Bogotá y Cali fueron las ciudades más afectadas por esta violencia sin precedentes contra lxs manifestantes. Según datos recogidos de Indepaz, hubo 96 agresiones oculares, 35 casos de violencia sexual, mil 661 victimas de violencia, 2,053 detenciones arbitrarias y 83 homicidios de los cuales 44 se han demostrado fueron ejecutados por la fuerza publica. El paro lloró sus muertos y luchó por sus derechos, logró frenar todo el país, toda la economía, todo el transporte, logró plantarle la mirada a un gobierno indolente y descarado de manera digna, frenando la reforma tributaria y bajando de su puesto al ministro de hacienda Alberto Carrasquilla. Pero en especial, el paro logró la unidad de comunidades, barrios y pueblos.

Es el paro nacional del 2021 lo más importante que le ha pasado a la sociedad colombiana, en especial a la juventud. Jóvenes que derribaron símbolos para crear monumentos, que descubrieron el buen comer en las ollas comunitarias que en cada esquina se levantaban, que descubrieron su aporte a la sociedad cuando toda oportunidad les había sido negada. Entonces hubo escuelas y bibliotecas donde antes habían puesto policiales, y se rompió el cemento para sembrar comida, las calles florecieron de cilantro, maíz, tomate y maracuyá, la atención médica se hizo propia, urgente, solidaria y humana. Todo cambió, hasta los lugares y las calles cambiaron de nombre y entonces hubo Loma de la Dignidad donde ante fue Loma de la Cruz, y Portal de la Resistencia donde antes fue Portal de las Américas y Puerto Resistencia donde antes era Puerto rellena. Y por primera vez el pueblo sintió que las calles eran suyas, porque se sintió seguro, porque hubo una primera línea que les cuidó y defendió cuando fue necesario.

Sueños tras las rejas

Todo esto tienen en común estos nueve jóvenes: haber sufrido el uribismo en todo su esplendor, haberse entregado al Paro Nacional con todas sus fuerzas para exigirle a un Estado por sus derechos, haber hecho campaña a la oposición, hoy partido gobierno, ser falsos positivos judiciales y estar tras las rejas, presos hace más de dos meses. Ellos son: Rolando Quintero Ramírez, Jhon Alejandro Hernández, Alejandro Blandón Ordóñez, Yeinshon Giner Hernández Realpe, Jofren Alberto Ordoñez Angulo, Anderson David Cifuentes Montaño, Wilson Stiven Murillo Ordoñez, Iván Ricardo Bermeo Carabalí y Diego Fernando Ángel Agudelo.

Para quienes crecimos dentro de estos 22 años de uribismo como Rolando, Jhon, Anderson o Diego, la violencia ha sido cultura popular, titular de noticia, pan de cada día, la hemos vivido en carne propia. La corrupción administrativa se ha vuelto casi como el aire que respiramos. Y la falta de oportunidades se vuelve el tema de conversación obligado cuando estamos charlando ocasionalmente en la calle. Demostrar la rabia en este último gobierno, contra este régimen de décadas, no era simplemente inevitable, era necesario. Por eso el Paro Nacional fue un Estallido Social. Y Jofren, como los otros jóvenes apresados, lo entendieron muy bien. Hoy están presos por ello.

Pero no sólo por ello, hoy Gustavo Petro y Francia Márquez han hecho historia. Han dejado de ser opositorxs de la institucionalidad, para volverse lxs máximxs exponentes de dicha institucionalidad. Presidente y vicepresidenta. Y es histórico para personas como los nueve compañeros de PR, quienes hicieron pedagogía política en pro de este gobierno, como parte de la campaña, razón que muchxs sospechan como motivo real de su imputación de cargos. También es histórico para lxs miles más que hemos vivido el uribismo de muchas maneras. Para muchxs, representa el fin de una era dictatorial en nuestro país, el fin de una noche larga. Muchos, muchas sueñan un cambio, pero lo cierto es que esperamos y seguimos esperando, que los nueve de PR puedan verlo y vivirlo en libertad.

Los nueve de PR hacen parte de una gran cantidad de presos políticos en nuestro país, más de 7 mil personas privadas de la libertad, procesadas por delitos políticos y judicializadas por participar en la protesta social, defender los derechos humanos o ambientales, o simplemente por estar en oposición al Estado. Como dijimos al inicio, esta es la primera entrega de tres textos sobre el contexto colombiano, el uribismo, el estallido social y los presos políticos, siendo este último tema nuestro asunto principal a tratar en nuestro siguiente texto.

radio
Noticias de Abajo

(Español) Noticias de abajo 6 septiembre 2022

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Rompiendo Fronteras

–CHILE Chile: Derrota de la política de abajo. Raúl Zibechi en Desinformemonos.

–GLOBAL ESPIONAJE: Con un software isrealí llamado Pegasus se espia a Defensores de Derechos Humanes, periodistas y activistas en más de 25 países del mundo. Visualizing

palestine y TadamunAntimili

–CHILE: Sobre la semana de agitación y solidaridad con presxs anarquistas y antiautoritarixs en el mundo. Y se levanta la huelga de hambre de presos mapuche de Biobio. La zarzamora, Radiokurruf.

Desde el ombligo del monstruo

–CDMX: Se realiza el Festival por la Vida y por las Paz en la UNAM para celebrar la autonomia zapatista. Noticias de abajo

–MÉXICO MILITARIZACION: El mal gobierno mexicano integro a la Guardia Nacional al Ejército para seguir imponiendo la militarización del país y de la policía. Redes.

–OAXACA: Expulsan a refresquera local por saqueo de agua en San Bartolo Coyotepec. Redes.

–PODCAST CHIAPAS: Notifrayba – Desplazamiento forzado, presos políticos y justicia. Frayba.

Música:

¿Quién cuida al pueblo? – Varios artistas

Amapola – no hacen falta banderas

Gato e monte -Nuestro Incendio

radio
Pueblo nasa, norte del Cauca, Colombia / Liberación de la Madre Tierra

(Español) No nos vamos: esta es nuestra casa para vivir y luchar II

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Carta al mundo: Esta es nuestra casa para vivir y luchar II

Ahora que se cumplieron las 48 horas, enviamos esta carta al mundo para contarles de nuestra lucha y del peligro que nos acecha y lo que vamos a hacer ante el peligro. El gran jefe manda a decir que somos invasores y nos da 48 horas para que abandonemos nuestra lucha y la tierra donde luchamos o nos caerá todo el peso de la ley del estado colombiano.

Primero les contamos de nuestra lucha. Este 2 de septiembre cumplimos 17 años de haber retomado las vías de hecho para luchar por la tierra, una lucha que tiene raíces en 1538, cuando nuestro pueblo decide declararle la guerra a los invasores. Los invasores se apoderaron de nuestra tierra y nos desplazaron hacia las montañas, los invasores hicieron del despojo una forma de vida, el cómo de su civilización, y hoy tienen en su poder las tierras más fértiles y tienen documentos que prueban que son propietarios y son un poder organizado que mueve los hilos de la política y la economía y la justicia y los medios de comunicación en Colombia para mantener los documentos al día y explotar más y más la Madre Tierra hasta quitarle la piel y chupar su sangre y escarbar en sus entrañas y a esto le llama progreso, desarrollo.

Para nosotras y nosotros, familias del pueblo nasa del norte del Cauca, la tierra es Uma Kiwe, nuestra madre. Todo lo que hay en ella tiene vida, toda ella es vida, todos los seres son nuestros hermanos y todos los seres valemos por igual. El invasor nos adoctrinó para enseñarnos que los humanos estamos por fuera de nuestra Madre y que somos superiores a ella, pero en el fondo de nuestro corazón, nasa üus, sabemos que la gente somos Uma Kiwe así como el cóndor y la mariposa y el maíz y la piedra son Uma Kiwe. El invasor nos adoctrinó para enseñarnos que el páramo es un recurso que produce dinero, que al talar la selva podemos aumentar las cuentas bancarias, que al escarbar la entraña de Uma Kiwe con grandes tubos podemos acceder a una vida de bienestar. Esa es la palabra del invasor y la llama el objetivo, el plan de vida.

Las tierras del valle del río Cauca, donde ahora vivimos, desde donde hacemos nuestra lucha, es la casa y hogar de cientos de animales, plantas, rocas, aguas, espíritus en una forma de vida que en español le llaman bosque seco tropical. El invasor destrozó todo, esa casa y hogar ya no existe, le ha dañado el rostro a la Madre Tierra. En su afán por imponer su civilización, los que poseen los documentos de estas tierras sembraron todo el valle del río Cauca de caña de azúcar y son 400 mil hectáreas donde la caña está sembrada hasta la orilla del río. En otras regiones de Colombia el invasor desplazó con la guerra a las comunidades y sembró palma en miles y miles de hectáreas y en otras regiones han desplazado comunidades para construir represas o para sacar oro o para sacar petróleo.

Y una vez, en una región que se llama Antioquia, el río Cauca se rebeló y dañó las máquinas y los equipos de la represa y se desbordó y la gente que ya había sido desplazada por el proyecto hidroeléctrico tuvo otra vez que desplazarse porque otra vez se inundaron sus tierras. Por estos hechos no hay culpables, a los invasores del río Cauca, a los desplazadores de esas comunidades y a los que cometieron las masacres para imponer el desarrollo, todavía no les ha caído todo el peso de la ley del estado colombiano. Y así, cada rincón de este país que llaman Colombia, la democracia más antigua y estable de América Latina, está hecho de parches de proyectos de desarrollo instalados donde la guerra desplazó comunidades enteras, donde los bosques, páramos, sabanas, montañas, selvas y llanos fueron o van siendo arrasadas para que unas cuantas personas gocen de las mieles del desarrollo.

Nosotras y nosotros, familias indígenas del pueblo nasa que caminamos la plataforma de lucha del CRIC, nuestra organización, no creemos en ese desarrollo y no creemos en esa civilización que impone la muerte a través de leyes y acciones legales para generar monedas. Nos adoctrinaron para que creyéramos en su civilización y nos dijeron que los humanos somos superiores a los otros seres, pero vemos que entre los humanos hay niveles, unos que son superiores que otros, los superiores se llevan toda la riqueza y los inferiores tenemos que vivir arrinconados en los rincones que el desarrollo nos deja disponibles, pero nos dicen que si nos esforzamos o nos vendemos podemos pasar al nivel de los superiores. Esa forma de vida no nos gusta, no la aceptamos.

Por eso es que hace 17 años, un 2 de septiembre de 2005, bajamos de las montañas a hacer una lucha que hoy continuamos y que hemos llamado liberación la Madre Tierra. Porque decimos que la gente no seremos libres mientras Uma Kiwe esté esclavizada, que todos los animales y los seres de la vida somos esclavos mientras no consigamos que nuestra madre recupere su libertad. En ese tiempo, septiembre de 2005, tuvimos un error táctico, como dijo un liberador, y negociamos un acuerdo con el gobierno de Uribe, error que nos costó un retraso de nueve años. Pero luego volvimos para entrar en las fincas de la agroindustria cañera en diciembre de 2014, o sea que ya estamos por cumplir ocho años, y en estos ocho años la democracia más antigua y estable de América Latina no logró desalojarnos de las fincas a pesar de más de 400 intentos, y no vamos a salir, y hemos ido avanzando con entrar en estas tierras, tanto que ya contamos 24 fincas en proceso de liberación, son ya ocho mil hectáreas.

Al entrar en las fincas cortamos la caña y en lugar de la caña crece la comida que sembramos, crece también el monte porque Uma Kiwe tiene que descansar, crecen gallinas, patos, vacas, marranitos, regresan los animales silvestres… le vamos devolviendo la piel y el rostro a la Madre Tierra. Ése es nuestro sueño, o si prefieren, nuestro plan de vida. Y falta mucho todavía, a veces llega la palabra del invasor y nos confunde pero en comunidad vamos hablando y vamos aclarando. Y otras veces llegan los medios de comunicación de la agroindustria o del poder en Colombia y nos tildan de terroristas, perezosos, que frenamos el desarrollo, y nos dicen que somos invasores, como lo dice el actual gobierno de Petro y Francia, y ahora sembraron la mentira que le estamos robando la tierra a nuestros vecinos de las comunidades afrodescendientes que viven arrinconadas en las orillas de los cañaduzales: lo que podemos decirles con toda certeza es que el documento de las 24 fincas en proceso de liberación figuran a nombre de Incauca, el más grande propietario, y de otros terratenientes, o su tierra está arrendada a Incauca u otros ingenios procesadores de caña para azúcar o agrocombustibles.

Y también al aparato judicial de la democracia colombiana dice que porque somos terroristas nos van a capturar en retenes o con órdenes de captura y nos van a llevar a la cárcel. Y los paramilitares que ha organizado la agroindustria de la caña dicen que como el estado colombiano no ha logrado acabarnos, que ellos sí lo van a hacer y ya llegaron a las fincas en proceso de liberación a dispararnos con armas de corto y largo alcance, pero nuestro alcance es más largo porque ya sabemos cómo están organizados y cómo funcionan. Y los agroindustriales -Incauca, Asocaña, Procaña- desde hace siete años nos mandan propuestas de negociación o de asociación y les hemos respondido que NO porque una lucha no se negocia y que NO porque para ellos ser socios quiere decir que nosotras y nosotros pongamos la mano de obra lo más barata posible y que ellos ponen el capital, no señores, no estamos para cambiar de patrones, luchamos para que no haya más patrones.

Y ahora que llega un nuevo gobierno y un nuevo congreso a fortalecer la democracia más antigua y más estable de América Latina, el congreso nos dice que podemos enviar propuestas para la ley de reforma agraria “porque la liberación de la Madre Tierra es una reforma agraria concreta”; no hemos respondido todavía, pero sabemos restablecer el equilibrio de Uma Kiwe, nuestra Madre Tierra, va mucho más allá de una reforma agraria. Y lo último que ha pasado es que el nuevo gobierno del presidente Petro y la vicepresidenta Francia, nos dicen que somos invasores y que tenemos 48 horas para abandonar estas tierras donde luchamos sembramos, pastoreamos, vemos crecer el monte y regresar los animales silvestres, bueno, en esta tierra donde vivimos, y así fue que empezamos esta carta.

Al cumplirse las 48 horas, este 2 de septiembre, el estado atacó con ejército y esmad, no hubo media hora de diálogo, como había prometido el nuevo gobierno, la tanqueta entró disparando gases. Más tarde el ejército disparó sus armas de largo alcance contra las comunidades que liberamos la Madre Tierra, tampoco hubo diálogo. Hace 17 años, el 2 de septiembre de 2005, fue Uribe quien ordenó al esmad y al ejército dispararnos sus armas. Este nuevo gobierno es de izquierda, el gobierno de Uribe era de derecha. Después de ocho horas de intento de desalojarnos de una de las fincas en proceso de liberación, el esmad y el ejército de la democracia más antigua… no lograron desalojarnos, aquí seguimos, desde aquí lanzamos esta carta al mundo.

Nosotros y nosotras, proceso de liberación de la Madre Tierra del norte del Cauca, le mandamos a decir al gran jefe que NO vamos a desalojar, que aquí en estas tierras nos quedamos porque esta es nuestra casa para vivir y luchar II. Decimos II porque antes ya hemos sacado un escrito que esta es nuestra casa para vivir y luchar I. En ese momento, 2018, los paramilitares nos dieron un plazo para abandonar esta tierra, pero los paramilitares nos dieron un plazo un poco más largo, más racional, porque nos dieron dos meses, y al cumplir los dos meses les dijimos que NO, que no podíamos irnos porque esta es nuestra casa para vivir y luchar. Por eso decimos II, porque a pesar de todo no perdemos la sonrisa.

Y con decirles que ni Uribe, ni Santos, ni Duque nunca nos dijeron “tienen 48 horas”. Y también les decimos que no nos vamos porque aquí en estas tierras en proceso de liberación han caído 12 compañeros desde el 2005, asesinados por la empresa privada de Incauca, Asocaña y Procaña, y por el estado colombiano. Aquí ya echamos raíz. Aquí seguimos hasta que el gobierno haga el trámite de entrega de los documentos a nuestras autoridades indígenas, ya sea por la reforma agraria o por la vía más rápida, y si no lo hace por los años de los años aquí seguiremos.

Al gran jefe también le mandamos a decir que vamos a entrar en otras fincas porque nuestra lucha no se detiene. Ayer estábamos en una gran acción para acompañar a una comunidad que está liberando una finca porque el esmad está que los molesta con gases todos los días hace varios días, a pesar de que nos prometieron que el esmad se iba a acabar, luego que a transformar y luego que iba a cambiar de ropa y es cierto porque se puso uniforme deportivo para un partido de fútbol mientras que acá nos sigue disparando gases. Seguiremos nuestras acciones para enraizarnos más con esta tierra y para que nuestra palabra tenga sustento, porque si no sería como un decreto o una promesa de campaña, que se escribe y se firma pero no se cumple.

A las comunidades que en otras regiones de Colombia están haciendo la lucha directa por la tierra les invitamos a que no se salgan de las fincas. Invitamos a más familias, más comunidades en el norte del Cauca y en Colombia y en el mundo a que entren en más fincas y se posesionen y hagan vida y comunidad como ya lo estamos haciendo en estas tierras y como lo están haciendo muchas luchas que han sido tildadas de invasores por los grandes jefes de la patria, porque ninguna lucha se ha ganado a punta de piquitos en la mejilla.

También le mandamos a decir a nuestros compañeros y compañeras de lucha que ahora están en el poder del estado colombiano que no se enreden en el camino. Porque ellos y ellas han caminado junto a nuestras luchas pero ahora vemos que están olvidando de dónde vienen, cosa que le puede pasar a cualquiera que llega a una cima, que no ve que después de la cima viene la bajada. Por eso también les mandamos a decir que entraremos en otra finca en donde haremos rituales y sembraremos comida para compartirles y pediremos por ellos y ellas para que cuando terminen su paso por el estado sigan siendo las mismas personas que un día llegaron allí con los votos de millones de personas que vieron en ellas y ellos una esperanza.

Hasta aquí llega esta carta, pero nuestra palabra sigue de largo. Nuestra palabra la escribimos en las fincas donde estamos liberando, ésa es nuestra primera palabra. Los documentos, las cartas, los videos, la radio…, la segunda palabra, nos sirve para contar al mundo lo que hacemos, el peligro que nos acecha y cómo seguiremos caminando ante el peligro. Gracias a las luchas y pueblos del mundo que nos escuchan y se solidarizan con nosotras y nosotros. Como ya hemos dicho en “esta es nuestra casa para vivir y luchar I”, la mejor forma de apoyarnos es fortalecer su lucha: al capitalismo le va a quedar muy difícil desalojar o caerle con todo el peso de la ley a miles y miles de luchas a lo largo y ancho del mundo.

Proceso de liberación de la Madre Tierra
Pueblo nasa, norte del Cauca, Colombia
3 de septiembre de 2022.

 

A pesar de todos los ataques seguimos en pie de lucha en todas las fincas I

 Comunicado a los pueblos en lucha y a la opinión pública nacional e internacional

Frente a los hechos que vienen sucediendo en el norte del Cauca, en el contexto de la lucha por la tierra, manifestamos:

– Desde 2005 retomamos la lucha directa por la tierra, desde entonces la llamamos liberación de la Madre Tierra, porque vemos que ya la Tierra está haciendo sus últimos esfuerzos por mantener el equilibrio que permite la vida como la conocemos. La causa del daño a la Madre Tierra es el sistema capitalista, contra este sistema es que luchamos. No se puede sanar el daño mientras exista el sistema capitalista y su sustento de base que es el patriarcado. Mientras otros pueblos y procesos hacen sus luchas según su modo, nosotras y nosotros luchamos contra el capitalismo y el patriarcado entrando en fincas cañeras, acabando la caña, sembrando, pastoreando, haciendo vida en comunidad, devolviendo el manto a Uma Kiwe. Una lucha que implica enfrentar lo patriarcal y capitalista que todos y todas llevamos dentro.

– La lucha por la liberación de la Madre Tierra la venimos haciendo familias de distintos territorios indígenas del norte del Cauca que caminamos la plataforma de lucha del CRIC. Por eso decimos: somos Cabildo, somos Cxhab Wala Kiwe, somos CRIC.

– En el transcurso de esta lucha, especialmente en los últimos ocho años, hemos afrontado todos los peligros a los que se enfrenta una lucha que decide oponerse al capital, que las hemos recogido en “el prontuario del eje del mal”, que dejan cerca de 400 intentos de desalojo, 12 compañeros asesinados y más de 600 heridos y heridas, robos, amenazas, daño de cultivos, todo cometido por estado colombiano a las órdenes de la agroindustria cañera.

– En los desalojos, daños y robos, en los primeros 7 años, la agroindustria cañera dispuso de maquinaria privada, agentes del esmad, policía y ejército y corteros de caña afro. Siempre les dijimos a los corteros: “ustedes son nuestros hermanos, la pelea no es contra ustedes, el patrón les paga un salario de muerte, únanse a nuestra lucha”. Nunca encontramos oídos receptivos y siempre vinieron más desalojos, daños y robos. Antes de 2022 ninguna comunidad afro se había mostrado beligerante contra nuestro proceso.

– El 7 de marzo de 2020 la fuerza pública al servicio de la empresa cañera lanzó uno de sus múltiples intentos de desalojo en la finca Jagüito. La comunidad afro del sector peleó junto a nosotros y nosotras lanzando o amontonando piedras para lanzar al esmad. Las comunidades afro de base de los alrededores de las fincas siempre nos manifestaron que todavía no era el momento de unirse pero que nunca serían obstáculo para avanzar en nuestra lucha. ¿Qué hace que hoy nos lancen piedras o nos disparen con armas de fuego? ¿Quién está detrás envenenando a las comunidades afro?

– Ahora que llega un gobierno alternativo, con una vicepresidente del pueblo afro del norte del Cauca, aumentan los problemas. El gobierno nacional lanza los diálogos regionales de paz, la agroindustria cañera responde afirmativamente mientras recoge pandillas armadas para unirlas a los intentos de desalojo. Desde el 7 de agosto en la mañana, en la finca Chimán el ejército y la comunidad civil afro entran y permanecen en la casa hacienda. En Guayabal hay ataques permanentes de la seguridad privada. A la comunidad que se encuentra en la finca Santa Elena la hostigan permanentemente civiles armados, lo cual deja un saldo de tres heridos. En el sector El Batallón la agroindustria contrata gente armada para que hostigue a la fuerza pública, de ese modo cuando esté la comunidad liberadora en la finca aledaña la atacan argumentando que es la guerrilla. En el Alto El Palo la comunidad afro tapona la vía exigiendo derecho al trabajo y respeto a sus territorios, igual pasó en la vía Corinto – Miranda. Antes se habían movilizado los corteros, empujados por los ingenios, para exigir derecho al trabajo, derecho vulnerado por la empresa cañera. Incauca, Asocaña y Procaña diseñan y ejecutan la tormenta perfecta, involucrando al estado colombiano y a grupos paramilitares mientras el gobierno nacional en lugar de cuestionar el accionar de las empresas les da el beneficio de instalar mesas a donde llegan como santas palomas. Aclaramos que nada tenemos que ver con la acción del 22 de agosto en que vecinos y vecinas del sector de El Palo deciden por su cuenta desalojar el boqueo que había en el Alto El Palo. La pelea no es entre comunidades, la pelea es contra un enemigo grande llamado capitalismo, representado acá en la agroindustria de la caña.

– Se incrementa la guerra mediática contra la liberación. Incauca, Asocaña y Procaña crean cuentas en facebook y pagan comunity manager para alimentarlas y para hostigar con comentarios racistas nuestras publicaciones. La derecha publica artículos en medios digitales en los que nos acusa de “perezosos”, “mantenidos”, “invasores”, que atentamos contra el progreso de la región y que ponemos en peligro 100 mil empleos que proveen las empresas cañeras en la región. Pero guardan silencio ante la implementación de máquinas que remplazan cien corteros/día, la falta de agua potable para gente de los municipios del norte del Cauca, la contaminación del río Palo, que en medio de tanto desarrollo las comunidades afro toman agua de desechos… ¿Con qué mentiras llegarán Asocaña y Procaña a los diálogos regionales?

– Frente a estos hechos no hay pronunciamiento de los organismos de Derechos Humanos: hay civiles armados, o sea grupos paramilitares, junto con el ejército; el ejército usa gente civil afro para entrar y permanecer dentro de las fincas en proceso de liberación; los grupos paramilitares disparan a liberadores dejando heridos. Llegó el plan pistola contra la liberación de la Madre Tierra, organizado por la agroindustria cañera, y hasta el momento los organismos de Derechos Humanos guardan silencio. ¿Le corresponde a la liberación de la Madre Tierra pagar el alto costo de la paz total en el norte del Cauca?

– Ahora, el estado que siempre nos persiguió nos convoca. El gran jefe manda a decir que nos sentemos con los industriales, que alimentemos la propuesta de reforma agraria, que propongamos para el plan nacional de desarrollo. No son invitaciones menores, las estamos considerando. ¿Después de ser el proceso más perseguido en Colombia en los últimos ocho años, ahora la liberación de la Madre Tierra quedará en el libro gordo de las leyes nacionales? ¿El estado colombiano tomará nuestro discurso, nuestros mandatos, como ya han hecho otros estados nacionales con los discursos de otras luchas, y dirá que ya nos reconoció? ¿Ése será nuestro éxito o nuestro fracaso? Estamos considerando las propuestas, porque no son cosas menores.

– Estamos en consultas internas para tratar estas propuestas. Para estas consultas no pedimos financiación del estado, así que la vicepresidenta puede estar tranquila. Nos tomará tiempo, porque los tiempos de las comunidades no son los tiempos del estado. En el estado un grupo de profesionales se reúnen a trazar planes según el dictado de su sabiduría o profesión y en una semana tienen tremendo plan. En las comunidades es necesario reunirnos por puntos de liberación, luego todos los puntos, luego volver a cada punto, aclarar, esperar al punto que no pudo llegar esta vez, preguntar al viento y a las nubes, al canto de los pájaros. Seguimos en estas consultas. Mientras tanto, exigimos lo básico: que no se adelante ningún paso ni se implemente ninguna acción que involucre nuestra lucha o las tierras por las que estamos luchando.

– Los diálogos de paz ya los venimos implementado desde 2015 con las comunidades afro y campesinas vecinas de las fincas en proceso de liberación. Mantendremos esta voluntad y acción de diálogo directo entre comunidades. Hay muchas cosas por decirnos, por aclararnos, por disculparnos. Y también por autoconvocarnos a luchar contra el capitalismo. Como liberación de la Madre Tierra, con todas nuestras fallas y tropiezos, la apuesta es por la vida de todos los pueblos y todos los seres en el planeta. Claro, luchamos por un pedazo de tierra, pero también luchamos para detener el calentamiento global, para que haya comida para todos los seres. En estos años hemos sembrado comida, hemos llevado toneladas de esa comida a las ciudades, hemos hecho encuentros con otras luchas que frentean el capitalismo, hemos sostenido nuestra lucha aún cuando todas las fuerzas del eje del mal nos atacan simultáneamente, ¿cómo nos piden que demos más frutos de los ya alcanzados?

Proceso de liberación de la Madre Tierra
Pueblo nasa, norte del Cauca, Colombia
29 de agosto de 2022.

radio
Noticias de Abajo

(Español) Noticias de abajo 30 agosto 2022

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ROMPIENDO FRONTERAS
MUNDO: Hasta encontrarles. 30 de agosto, Día de acción por las víctimas de desaparición forzada.
WALLMAPU CHILE: Gobierno de Boric detiene a vocero Héctor Llaitul de la Coordinadora Arauco Malleco y continua las agresiones a las comunidades Mapuches en resistencia. Werken y Avispa.
PÓDCAST Invitado: ¿Dónde están? Radialistas apasionados.
CENTROAMÉRICA: Exigen búsqueda e identificación de personas desaparecidas en México y Centroamérica. Fuente: ¿A dónde van los desaparecidos?

DESDE EL OMBLIGO DEL MONSTRUO
MÉXICO: Entre el dolor y la esperanza: 8 años de lucha por la verdad. #Ayotzinapa»
Comunicado del comite de padres y madres de los 43.
MÉXICO: Megaproyectos de vida. Se lleva a cabo la Primera Asamblea por el Agua y la Vida en Santa María Zacatepec, Puebla.
CDMX: Intentan desalojar la cabina de Radio Zapote sin previo aviso y de modo autoritario. Noticias de abajo
PUEBLA: Descubre quién es Sergio Rivera Hernández, compañero Nahua desaparecido desde hace 4 años por su trabajo político, de la voz de Omar Esparza, integrante del Movimiento Agrario Indígena Zapatista Puebla (MAIZ) .
GUERRERO: Campaña de solidaridad y recaudación para las radios organizando la lucha por la autonomia en la montaña de Guerrero.

MúSICA
Sargento García – desaparecidos
Hijo de desaparecido – Actitud Maria Martha
Holabelafonte – Verte regresar

radio
CDH Fray Bartolomé de las Casas

(Español) Colembij: somos familiares de personas desaparecidas, desplazados forzados de la guerra contrainsurgente

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Susuclumil, Tila, Chiapas, México

30 de agosto de 2022

 

Al Pueblo de México

Al Pueblo Creyente

A los padres y madres de los 43 estudiantes desaparecidos

de Ayotzinapa

A los familiares y colectivos de desaparecidos en México

A los medios de comunicación nacional e internacional

A la Comisión Interamericana de Derechos Humanos

A la Organización de Naciones Unidas

A la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los

Derechos Humanos de los Desplazamiento Internos

A los organismos de Derechos Humanos

Al Gobierno mexicano

A la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los

Derechos Humanos de los Desplazamiento Internos

A los organismos de Derechos Humanos

Al Gobierno mexicano

 

 

Conmemoración de los desaparecidos en Chiapas

 

Colembij, significa colectivo en memoria para la búsqueda de un camino a la Justicia y verdad. Fue creado hace tres años por familiares de las víctimas del conflicto armado en Chiapas provocado por el grupo de Paz y Justicia que creo el Estado mexicano como grupos paramilitares.

Los Familiares de desaparecidos forzados, de ejecutados extrajudiciales y de desplazamiento forzado, nos juntamos hoy 30 de agosto para conmemorar el día internacional de desparecidos, aquí en la zona baja de Tila, Chiapas, para exigir la Verdad y la Justicia, la no repetición y las medidas de reparación integral de los daños, ya que los hechos ocasionados, son crímenes en contra de la humanidad donde el Estado mexicano es responsable.

Por lo que exigimos que el Estado reconozca la responsabilidad de este crimen de Ernesto Zedillo Ponce de León, presidente de la república de ese entonces, Julio Cesar Ruiz Ferro, gobernador de Chiapas de ese entonces. El presidente municipal de Tila, Carlos López Martínez; porque ellos ordenaron a las policias municipales, seguridad publica y Ejército mexicano en ataques hacia las comunidades, acompañado por convoyes, helicópteros y patrullas, son estas heridas que no dejó, y no sean podido cicatrizar hasta la fecha.

Agradecemos a los compañeros y compañeras de organizaciones que nos han acompañado, agradecemos al Frayba y Sipaz y nos solidarizamos en la lucha de todos y todas las organizaciones y colectivas de familiares de desaparecidos en México y el mundo.

 

¡Sin justicia no hay Paz;

Colembi

radio
Avispa Midia

Detienen a líder mapuche acusado de actos terroristas

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Fuente: Avispa Midia

Por Ñaní Pinto

La tarde de este miércoles (24), elementos de la Policía de Investigación detuvieron a Héctor Llaitul Carrillanca, vocero político de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), organización mapuche fundada en 1997, la cual durante su trayectoria ha recuperado miles de hectáreas de tierras usurpadas por empresas forestales y agrícolas en la región de la Araucanía, sur de Chile.

Según la versión oficial, la detención deriva de una denuncia de 2020 la cual vincula a Carrillanca a tres delitos: hurto de madera, usurpación y atentado contra la autoridad, este último se relacionaría a disparos contra Carabineros, delito que estaría asociado a la querella por Ley de Seguridad del Estado.

Mediante comunicado, la CAM enfatizó que la detención de su vocero es la materialización de la persecución contra el proyecto político de la organización mapuche que mantiene en jaque la presencia de la industria forestal en la región.

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“La detención de nuestro vocero y dirigente histórico Hector Llaitul, busca amedrentar el proyecto político – estratégico que llevan adelante familias, comunidades y weichafe (guerrero en mapudungún) dignamente. Quienes, masivamente, hemos vuelto a ocupar territorios que hasta ahora estaban bajo control de la industria forestal y el latifundio”, subraya el documento mediante el cual se deslindan “tajantemente” de las mafias de madera y narcotráfico que operan en el sur de Chile.

Para la CAM, la detención de Carrillanca confirma la continuidad del gobierno actual en colocar “su administración al servicio de las oligarquías y conglomerados económicos que tienen sus intereses puestos en nuestro territorio ancestral mapuche”, por lo cual hacen un llamado a las comunidades mapuches en resistencia para continuar los procesos de recuperación de tierras.

Pancarta a favor de la libertad de Hector Llaitul, quien ha enfrentado previos ecarcelamientos. Santiago en 2008.

Específicamente, la CAM convocó “a continuar con la resistencia y sabotajes en contra, principalmente, de la industria forestal, hidroeléctrica, minera y salmonera. A no dejarse amedrentar por este gobierno que se ha puesto de rodillas ante el empresariado y que, a través de su plan buen vivir, busca cooptar y dividir a nuestra gente”.

Cabe recordar que, en respuesta a los procesos de recuperación de tierras, en mayo pasado, la Cámara de Diputados chilena aprobó un proyecto de resolución que solicita al Gobierno declarar a la CAM, los Órganos de resistencia territorial (ORT) y a la Weichán Auka Mapu (Lucha del Territorio Rebelde, en mapudungún) como “asociaciones ilícitas de carácter terrorista”.

Forestales

La postura de la CAM es que la extracción de madera de las forestales por parte de las comunidades mapuches organizadas no puede concebirse como robo, ya que es recuperación y reapropiación de recursos que están en su territorio ancestral.

“Es la industria forestal la que ha provocado un verdadero ecocidio, y ha aumentado de forma descomunal las arcas de los grupos económicos más poderosos de este país. Ecocidio, que se sitúa en un contexto histórico de usurpación al pueblo Mapuche y que ha provocado, en la actualidad, la ocupación de nuestras tierras ancestrales por la actividad extractivista, el latifundio y otras expresiones del gran capital”, señala otro documento difundido el pasado 14 de agosto por la Comisión Política de la CAM.

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La postura de la organización mapuche fue una respuesta a las declaraciones de distintos funcionarios, tales como la de la Ministra del Interior chilena, Izkia Siches, quien ha señalado que la CAM no representa al pueblo Mapuche y ha lanzado duras criticas tanto a su vocero como a la organización.

Para la CAM, es de gran relevancia la reapropiación de recursos y la recuperación productiva, por lo cual niegan que esto pueda concebirse como robo de madera dentro de su territorio ancestral pues son acciones que se realizan acompañadas de otro tipo de actividades productivas como las siembras, construcción de rukas, bodegas, invernaderos o habilitación de espacios ceremoniales.

“La reapropiación de recursos siempre está acompañada de un despliegue cultural con nuestras ceremonias tradicionales mapuche, las que habían sido cercenadas durante un siglo por el modelo económico chileno. Reapropiación que siempre es comunitaria, poniendo en el centro las necesidades programáticas de nuestra lucha como pueblo y como organización. Y es sobre la base del desarrollo de un tipo de economía para la autonomía, es una autonomía de autogestión”, respondió la CAM al gobierno chileno.

Esta respuesta a las acusaciones del Estado chileno aconteció después de que, a principios de agosto, los Órganos de Resistencia Territorial de la CAM anunciaron el inicio del control territorial efectivo de dos predios usurpados por la forestal Mininco en Carahue, en el marco de la expulsión de empresas forestales del Wallmapu. Una semana antes, la CAM había tomado otros siete fundos en las cercanías de la ciudad de Angol, capital de la provincia de Malleco.

“Son las recuperaciones territoriales la columna vertebral de nuestra estrategia, ya que en ellas podemos vivir con dignidad, sembrar, tener animales, hacer trawün, palin, nguillatün (encuentros y ceremonias en mapudungun) y fortalecer nuestro proyecto político sin afectar en lo más mínimo, y en esto somos enfáticos, al pueblo chileno empobrecido”, señaló la CAM.

Protestas

La mañana de este jueves (25), indígenas mapuches se manifestaron en las afueras del Tribunal de Garantía en Temuco, donde se realizó la audiencia en contra de Hector Llaitul. Ahí, Juana Calfunao, lonco (autoridad en mapudungún) de la comunidad indígena mapuche Juan Paillalef en la Araucanía, enfatizó que “desde el Biobio al sur, quiero recordarles al Estado chileno y a los tribunales de justicia del Biobio, el sur es territorio de la nación mapuche y cualquier árbol que esté aquí es nuestro”.

Calfunao también hablo sobre la defensa de Llaitul, quien “ha sembrado trigo, ha dado alimento a mujeres y niños que el gobierno no se preocupa. Eso debería estar preocupado el gobierno de venir aquí a ver la situación en que desposeídos están nuestros hijos, nuestros niños y cómo estamos las mujeres y como sigue la judicialización y criminalización y no seguir haciendo montaje en contra de nuestra gente, en contra de nuestro waichafe, en contra de nuestras personas que están defendiendo el derecho a existir una vida mas justa, mas solidaria y más humana”.

Héctor Llaitul Carrillanca permanecerá 30 días en prisión preventiva, durante los cuales se desarrollará la investigación penal.