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Amigos y amigas que nos hermanamos en la lucha por todas las personas migrantes, ¡un abrazo muy cariñoso!

Nuestra generación presente hemos aguardado desde hace muchos años el cambio anhelado, y ese cambio no llega. Ya se ve que muchas personas que detentan el poder y concentran la riqueza al amparo del sistema capitalista, están muy a gusto con el México que tenemos. De ellos, que se han hecho una para conservar sus privilegios y relegar a la mayoría de la sociedad a una ínfima calidad de vida, en medio de la inseguridad, corrupción e impunidad, no podemos ni debemos esperar una transformación nacional. Los hermanos y hermanas migrantes se han revelado silenciosamente contra esta injusta situación global. Han tenido la firme determinación de iniciar un heroico desplazamiento con efectos altamente subversivos, pues a su paso van haciendo pedazos muchas convenciones y falsas leyes neoliberales que han fracturado la solidaridad entre pueblos. Por ellas y ellos, hoy por hoy, los más vulnerables, vale la pena unir fuerzas para aprovechar la oportunidad de nuestra “primavera mexicana” para construir el país incluyente que necesitamos desde los más empobrecidos y marginados.

Los, las migrantes y personas, organizaciones, periodistas que caminamos con ellos, participamos en  #Yo soy 132, como hemos caminado con el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
Estamos y estaremos con todas las causas justas. Los y las jóvenes del Movimiento #yo soy 132 son esa esperanza de cambio que tanto queremos. El 1 de julio es clave para ir cristalizando este cambio. Sin embargo nuestra sinergia tendrá que enfocarse a la agenda pos electoral. Ahí estaremos con las propuestas de todos y para todos.
Aunque no pueda treparme por ahora físicamente en el tren de Arriaga, los acompaño desde mi retiro temporal. Allá o acá, estamos unidos en la misma lucha.
Un abrazo solidario
Padre Solalinde