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Fuente: Avispa Midia

Por Santiago Navarro F

En portada: Los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, y de Marina, José Rafael Ojeda Durán, durante una reunión de trabajo con el entonces jefe del Comando Norte de los Estados Unidos, Glen D. VanHerck. Julio, 2021.

El pasado mes de marzo el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, solicitó al parlamento mexicano la autorización para que se permita el ingreso de personal militar de los Estados Unidos en territorio nacional, a efecto de que participen en la actividad del adiestramiento denominado Entrenamiento de Ejercicios Combinados Conjunto(JCET por sus siglas en inglés). Este 2 de abril el Senado ha aprobado dicha intervención.

Para este ejercicio se espera el arribo de 11 militares de las Fuerzas de Operaciones Especiales de EEUU. Un evento que tendrá lugar en las instalaciones del Centro Nacional de Adiestramiento (Santa Gertrudis, Chihuahua), del 9 de abril al 16 de mayo de 2024.

El presidente de la Comisión de Defensa Nacional, el senador Félix Salgado Macedonio, presentó oficialmente la solicitud al Senado, donde fue aprobado con un total de 79 votos a favor, 10 en contra y una abstención.

Este ejercicio militar, según Patrick Paterson, quien trabajó en este informe, es considerado la principal herramienta de interacción con los países aliados de EEUU, donde las Fuerzas de Operaciones Especiales se despliegan en unidades pequeñas durante unas semanas o meses para entrenar a los militares de los países socios. “Esto incluye mejorar su competencia cultural y lingüística, aprender a operar en ciertas condiciones geográficas y a evaluar las capacidades de las fuerzas extranjeras”, según Paterson, Decano Asociado de Investigación y Publicaciones del Centro William J. Perry de Estudios Hemisféricos de Defensa de EEUU.

Además, este tipo de acercamiento que realiza Estados Unidos es “para mejorar la competencia de las Fuerzas de Operaciones Especiales de EEUU y perfeccionar las aptitudes en contextos críticos de una misión [por ejemplo, en una guerra no convencional o Defensa Interna Exterior]”, según un informe de la Universidad Conjunta de Operaciones Especiales, presentado en 2016.

El adiestramiento es dirigido normalmente por un grupo de élite denominado destacamento alfa, compuesto por un elemento de guerra especial de la Armada, una unidad del mando de operaciones especiales de las Fuerzas Aéreas de los EEUU. Aunque la composición del equipo puede variar, el propósito es el mismo. “Cada miembro del equipo tiene una función específica, que va desde operaciones e inteligencia, armas, ingeniería, tareas médicas y comunicaciones”, agrega el documento de Universidad de las Fuerzas Especiales.

Además de evaluar el nivel de competencia táctica y los conocimientos operativos con los que cuentan los militares quienes reciben la capacitación, “evalúan el entorno operativo para futuras operaciones, como la evacuación de ciudadanos estadounidenses”, refiere Paterson y agrega que no “dedican una formación formal a los derechos humanos (…), estos temas raras veces forman parte de los cientos de eventos de capacitación ”.

EEUU viene realizando este tipo de ejercicio desde el año 1998, llevando a cabo más de 2 mil misiones de adiestramiento y entrenando a casi 150 mil tropas extranjeras, con el objetivo de “evitar en el futuro una participación militar costosa y a gran escala como la guerra de Irak y Afganistán”, puntualiza el informe.

Mientras tanto, los parlamentarios mexicanos informaron que esta actividad busca “mejorar la capacidad de planeación y ejecución de operaciones especiales, habilidades necesarias para el correcto desempeño del Ejército mexicano en sus tareas”.

Ver también; La nueva estrategia del Comando Sur de los Estados Unidos en Latinoamérica

Al respecto, el senador Emilio Álvarez Icaza Longoria, quien votó en contra, criticó que los militares ingresen a México portando armas, lo cual está prohibido en la carta magna de este país. “¿No les parece una cesión de soberanía?”, cuestionó el legislador del Grupo Plural del Senado.

Por otro lado, el senador Damián Zepeda, del Partido Acción Nacional (PAN), quien se pronunció a favor del dictamen, consideró “un exceso” el no permitir este ejercicio. “No veo cómo se pueda poner en riesgo la soberanía nacional porque 11 elementos especializados de un Ejército extranjero vengan a dar cursos de capacitación al Ejército mexicano”, declaró.

El senador Félix Salgado, quien presentó la petición del mandatario mexicano, señaló que estas acciones permitirán “fortalecer la relación bilateral” con EEUU, en coordinación con el Comando Norte de EEUU, con quien han establecido el llamado “Plan Anual de Actividades 2024”, a través del cual realizarán una serie de entrenamientos combinados conjuntos durante el resto del año.

Es en este actual periodo de gobierno cuando más se ha permitido abiertamente la internalización de militares estadounidenses armados a territorio mexicano. En diciembre pasado, el Senado también autorizó la llegada del mismo número de elementos, quienes instruyeron a militares mexicanos en el estado de México.

En 2022 México fungió como coanfitrión, junto con Belice, para la recepción de militares provenientes de 23 países que participaron en los ejercicios militares denominados Tradewinds 2022. Participaron más de 1,500 militares y organizaciones civiles, como World Hope International (WHI), quien apoyó al Comando Sur de Estados Unidos (Southcom) en territorio mexicano.

Es un momento inédito para los EEUU, pues nunca antes había podido pisar el territorio mexicano de esta manera. La última vez que lo hizo, en el periodo de gobierno de Enrique Peña Nieto, fue en secreto, el 31 de enero del 2017, en un hangar de la Marina en la frontera sur de México, Tapachula, Chiapas. Participaron Lori Robinson, jefa del Comando Norte de Estados Unidos, Kurt Tidd, líder del Comando Sur, y la embajadora de EEUU, Roberta Jacobson, asi como funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México.