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Ciudad de México 29 de mayo 2023

Desde el año pasado el gobierno de la Ciudad de México optó por implementar prácticas del silencio, donde se abstiene de brindar información o seguimiento a los intereses de la población sobre lo qué pasará en nuestro territorio. No obstante, pese al ocultismo que vivimos, nos enteramos de decretos, iniciativas y proyectos que aparecen dentro del campo legislativo de un día para otro y ponen a oferta el suelo y el agua de la ciudad. Tenemos como ejemplo el paquete de facilidades administrativas para los desarrolladores inmobiliarios y el último albazo del Plan General de Desarrollo (PGD) y el Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT).

Transmisión de la lectura del posicionamiento previo a la marcha

Mientras no dicen nada a la población sobre cómo se concibe para el gobierno de la CDMX la negociación de los bienes y servicios de la ciudad, vemos que el acercamiento a los capitales inmobiliarios se da bajo un discurso de las inversiones para el bienestar. Aquí les decimos ¿Qué tipo de beneficios sociales trae el apoyo a proyectos extractivistas? ¿Qué beneficios obtendremos con el acaparamiento de agua y el hundimiento del suelo? El gobierno de la ciudad afirma que gracias a su intervención Televisa recapacitó y ahora hará un proyecto más amable con los pueblos y colonias aledañas. Qué significa eso, si no hay ningún impedimento para que se detenga el saqueo del agua, y el desplazamiento de los que aquí habitamos.

El Modelo de Ciudad que nos convoca a manifestarnos se sigue reforzando con políticas que atraen inversiones millonarias las cuales utilizan el suelo para la especulación y dejan a las y los habitantes a merced de un mercado que solo piensa en la Ciudad como una Mercancía. Así, el pasado 22 de mayo, el GOBCDMX presentó los nuevos documentos para la planeación territorial bajo el discurso de consenso con la población y negando las protestas de diciembre de 2022 que obligaron a la Jefa de Gobierno a declarar la reposición del proceso de consulta para dichos textos.

Bajo este característico silencio, pasamos meses sin saber si la planeación de la Ciudad sería algo que se publicara en esta administración. Pero, como por arte de magia, después de que la Asamblea de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) anunciara su 19 Edición de Expo Desarrollo Inmobiliario The Real Estate Show para el pasado 24 de mayo, el día lunes 22 de mayo se anunció—en un evento cerrado y sin haber sido publicitado a medios—la presentación del PGD y el PGOT. Dicho evento formal, al cual no asistió la Jefa de Gobierno a pesar de estar contemplada en el programa, manifestó que después de las críticas se había sistematizado la información y las propuestas de la ciudadanía se veían reflejadas en los sucintos documentos de no más de 60 cuartillas. Curiosamente ninguna de las propuestas de respetar la vocación de uso de suelo aparece en estos nuevos documentos, mucho menos la solicitud de realizar una planeación desde abajo que permita identificar las necesidades de conservación para las distintas áreas que preservan la Cuenca del Valle de México.

A la luz de diversas organizaciones y comunidad académica, lo presentado el día lunes 22 de mayo es un resumen ejecutivo de un programa de gobierno, que difícilmente puede hacerse pasar por un instrumento de planeación. Las políticas señaladas en ejes estratégicos no contemplan mecanismos de uso de suelo que puedan ser sujetos a indicadores para el desarrollo, lo cual permite una flexibilidad mayor para la intervención de grandes inmobiliarios—como la ADI—en la construcción de una ciudad rentable para los inversionistas y omisa para los derechos humanos.

Uno de los grandes riesgos que aparece en este nuevo Programa de Ordenamiento Territorial, es la relevancia que se le da a las Alcaldías, haciendo pasar a estos instrumentos de política pública como los agentes de planeación. De llevarse a cabo esta dinámica, se haría una coordinación de programas y no un programa general que manifieste la relevancia de las áreas de conservación antes de pensar en una zonificación parcial. Además, las alcaldías han demostrado ser entidades cuya forma de sostenibilidad financiera implica el desarrollo de construcciones, permitir que este nivel de gobierno haga la planeación de la ciudad es dar mayor campo de acción para la construcción desordenada y caótica.

Todo este panorama—aunado a la presencia de la Jefa de Gobierno en los premios de la ADI, mas no en la presentación del PGOT y el PGD—señala que no es de relevancia contemplar el futuro de la ciudad para sus habitantes, sino dar una certeza a las inversiones de grandes desarrollos como el planteado en el Estadio Azteca para 2026. A pesar de que se hizo un espectáculo el pasado 22 de mayo con actores que manifestaron su interés en generar documentos para el ordenamiento territorial, los hechos que se muestran en la coyuntura electoral nos obligan a pensar que se trata de un discurso que manifieste que para grupos como FIBRA UNO, FIBRA DANHOS, Televisa, la ADI, entre otros empresarios, no habrá oposición para que puedan seguir utilizando el suelo de la capital como su activo financiero para generar ganancias comerciales acosta del derecho a vivir en un territorio sano.

Desde las asambleas del sur de la Ciudad, donde ahora nos enfrentamos a la transformación urbana proyectada para un mundial de futbol en 2026, hacemos un amplio llamado a romper los pactos del capital inmobiliario que nos piensa como clientes antes que, como habitantes, y que nos despojan de los territorios de vida para construir una ciudad mercancía.

No aceptaremos una planeación que asegure el crecimiento económico para los mismos que saquean los territorios, mucho menos seremos parte del espectáculo de decir que ahora hay un consenso para que la capital del país sea intervenida por los mercados globales. Si la idea de planeación del GOBCDMX es publicar un documento de buenas intenciones, que este no sea un programa de gobierno que pretenda calmar las aguas ante las críticas sobre quién se está apoderando de la ciudad. Queremos una planeación que piense primero en la vida antes que, en la mercancía, y para ello necesitamos que las y los habitantes participen, se manifiesten y se visibilicen ante la imposición de un desarrollo que atropella la posibilidad de construir un futuro.

Lograr nuestra meta no es a través de eventos publicitarios o discursos de consolidación de acuerdos que esconden imposiciones. Nuestra meta se logra evidenciando la realidad ambiental de la Cuenca del Valle de México y construyendo un ordenamiento participativo que permita proteger la vida.

Defendemos Territorios para la Vida.

Pueblo de Santa Úrsula Coapa

Pueblo de San Lorenzo Huipulco

Asamblea Tlalpan-Coyoacán contra las Megaconstrucciones.

Transmisión de la lectura del posicionamiento durante el bloqueo de Calzada de Tlalpan