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Para nadie es una novedad la cantidad de campamentos que han surgido posterior al denominado estallido social en Temuco. Cuestión que se ha querido impedir, ocultar, pero no solucionar. LLegando incluso a tener que movilizarse muchos de ellos por acceso al agua, bajo riesgo sanitario a causa del nuevo Coronavirus Covid-19. Siendo de especial preocupación la negativa de la institucionalidad de entregar el suministro del vital elemento y la represión hacia el movimiento de tomas de terreno.

Estos últimos hechos de represión fueron denunciados en instancias internacionales, por ser de carácter ilegal, contra los derechos humanos y constituyen actos de violencia estatal hacia la población en medios de una grave crisis sanitaria mundial, contraviniendo derechos fundamentales como el acceso a la vivienda y el agua. Asi consta en la DECLARACION Y DENUNCIA SOBRE SITUACION DE CAMPAMENTOS DE TEMUCO ANTE ORGANISMOS INTERNACIONALES DE DERECHOS HUMANOS.

En la reciente publicación del Catastro Nacional de Campamentos 2020-2021 por parte de TECHO-Chile y Fundación Vivienda (FV) se evidencia lo anteriormente expuesto en la histórica cifra total de 81.643 familias que habitan en 969 campamentos en el país, siendo éste el dato más alto desde el año 1996.

Para la región de la Araucanía el estudio arrojó un aumento del 315,38% en la cantidad de familias y un 128,57% en el número de campamentos.

Estas cifras son preocupantes debido a que la situación sanitaria no da indicios de retroceder en la capital de la región de La Araucanía y aún se encuentran demasiados campamentos sin acceso a agua.

Tatiana Alarcón, dirigenta de campamento en sector Amanecer declara que es inaudito que aún existan personas en pandemia sin acceso al agua:

Lorena Reyes dirigenta del campamento El Esfuerzo del sector Porvenir indica que se vieron en la necesidad de irse a vivir a un campamento, que «…existe una grave crisis habitacional, perdieron sus trabajos, los arriendos son excesivamente caros y las autoridades no toman cartas en el asunto», entre otra palabras enfatizó, quien también como Tatiana Alarcón viven en campamentos que cumplen más de un año.