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El 21 y 22 de diciembre de 2019, en el nuevo caracol Jacinto Canek, en las instalaciones del Cideci/UniTierra, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, se realizó el Foro en Defensa del Territorio y la Madre Tierra, convocado por el Congreso Nacional Indígena, el Concejo Indígena de Gobierno y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

En el evento estuvieron presentes 435 asistentes y 486 delegados e invitados, sumando un total de 921 personas de 25 estados de la república y de 24 países: Francia, Alemania, Argentina, Australia, Austria, Brasil, Costa Rica, Guatemala, Reino Unido, Canadá, Chile, Colombia, Dinamarca, Estado Español, Estados Unidos, Italia, Kenia, Perú, Uruguay, Cuba, Suiza, Irlanda, Nueva Zelanda y Portugal.

En el transcurso de esos dos días, las presentaciones de los pueblos y organizaciones a lo largo y ancho del país (además de testimonios de los pueblos originarios de Colombia, del pueblo Mapuche de Chile y de las mujeres Kurdas) constituyeron una valiosísima radiografía de la nación que no se encuentra en otros espacios y mucho menos en el discurso oficial.

El tema común a todas las presentaciones fue lo que muchos denominaron como una guerra del capital contra los pueblos originarios, por medio de megaproyectos que arrasan con el territorio y la Madre Tierra: extracción de hidrocarburos (incluyendo el devastador método de fractura hidráulica o fracking), gaseoductos, hidroeléctricas, termoeléctricas, eólicas, minería, agroindustria, megaproyectos turísticos, así como el corredor interoceánico en el Istmo de Tehuantepec y el mal llamado Tren Maya.

(Una fuente muy útil para entender el avance de los megaproyectos que amenazan la vida y los territorios en México y Centroamérica es la plataforma de Geocomunes México.)

El resultado de esta ofensiva del capital ha sido el despojo de territorios, la contaminación de tierras y aguas, el desplazamiento forzado de poblaciones y la amenaza no sólo a la supervivencia material de los pueblos, sino también a sus formas de vida, sus culturas, sus tradiciones, sus lenguas, su cosmovisión.

En esa ofensiva participan de forma coordinada las empresas (muchas de ellas transnacionales), los tres niveles de gobierno (con el respaldo de la Guardia Nacional) y el crimen organizado, que con cada vez más frecuencia funciona como el brazo armado del capital que secuestra, desaparece y asesina a líderes de las resistencias y aterroriza y desplaza a poblaciones enteras, para abrir paso a las empresas y sus megaproyectos.

La mayoría de las concesiones otorgadas en el país son por 50 años, renovables por 100 años, e involucran miles de hectáreas del territorio nacional. En prácticamente todos los casos, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, del cual México es firmante, y que exige el consentimiento previo, libre e informado de los pueblos afectados, no se cumple. Según denuncian los pueblos y organizaciones presentes, las consultas promovidas por el gobierno de la “Cuarta Transformación” son amañadas y están muy lejos de cumplir con los requisitos de la OIT 169.

Otro eje común es la división de los pueblos, por medio de presiones, dádivas y compra de voluntades, así como amenazas y violencia directa. Aunque esto ha sido una constante a lo largo del período neoliberal, dichas divisiones se incrementaron en la actual administración, con la cooptación de muchos por el partido Morena y la seducción de programas como “Sembrando Vida” y “Jóvenes Construyendo Futuro”, fuertemente criticados por varios ponentes.

Resistencias

Ante ese panorama, los pueblos resisten. A lo largo de estos dos días, escuchamos historias de asesinatos, desaparición forzada, desplazamiento, despojo y la evidencia de un sistema legal que “no está para protegernos, sino para protegerlos a ellos [a los intereses empresariales] de nosotros”, como expresó un delegado. Al mismo tiempo, se escucharon historias de luchas que lograron frenar megaproyectos y de iniciativas que defienden el territorio y la Madre Tierra por medio de la organización, la colectividad, la autonomía, la acción legal y sobre todo la acción directa. Entre las experiencias más exitosas se encuentran las de Cherán y Ostula, en Michoacán, la del Ejido Tila y desde luego la zapatista en Chiapas.

Los pueblos y organizaciones reconocieron que la resistencia incluye varios ejes: procesos políticos organizativos, procesos científicos y técnicos para entender cabalmente las dinámicas de destrucción, procesos de defensa jurídica y sobre todo procesos de construcción de autonomía y de fortalecimiento de las culturas propias.

El delegado de la organización LA VIDA de Veracruz definió con cierto humor la defensa territorial con la siguiente fórmula: DT = E7/C. La defensa del territorio, explicó, implica siete “E”: Ética (el quehacer de la resistencia siempre orientado por principios éticos); Épica (la posibilidad de los pueblos de enfrentarse, y vencer, al poderío del capital, del gobierno y sus fuerzas represivas y del crimen organizado); Estética (el sentido de belleza de los pueblos); Esperanza (una esperanza activa, no pasiva, que se nutre de la acción organizada); Educación (el conocimiento como base de toda acción de ressitencia); Espiritual (lo que aglutina a los pueblos y les hace cobrar vida); Emotiva (el lugar central del corazón en las luchas). Todo esto, fundamentado en “C”: lo Colectivo, la Comunidad.

La experiencia zapatista

Un momento importante del Foro fue la participación de bases de apoyo zapatistas, que nos llevaron por un recorrido de la construcción de su autonomía y de “otro mundo posible”. Las palabras de 20 mujeres y hombres zapatistas revelaron el trabajo minucioso, a lo largo de estos 26 años de vida pública, en la construcción de una forma de gobierno propio; en su concepción de la democracia; en la construcción de sistemas propios de salud y educación; en la participación de las mujeres y los jóvenes en la organización, la autonomía y las tres instancias de gobierno autónomo; en la resistencia y la rebeldía como fundamentos de la autonomía; en la organización de los trabajos colectivos como medio de financiar todas las iniciativas autónomas; así como el trabajo político realizado en tiempos recientes con hermanos y hermanas no zapatistas.

Lejos de una visión idealizada de la autonomía zapatista, lo que las bases de apoyo (con la intervención oportuna del Subcomandante Moisés en dos ocasiones) nos revelaron fue también las dificultades, los problemas, los desafíos y las fallas en esa construcción.

Aunque no representa una fórmula a ser seguida al pie de la letra por otros pueblos y otros procesos, los testimonios aquí recabados constituyen una muestra cabal de que sí es posible construir alternativas de vida ante el sistema de muerte que padecemos.

(Ve el excelente artículo de Radio Pozol sobre la participación zapatista en el Foro aquí.)

Acuerdos

Al finalizar el evento, se discutieron las resoluciones planteadas durante las reuniones de las y los delegados en días anteriores. Se acordó lo siguiente:

El 7 de enero se lanzará una convocatoria a las Jornadas en Defensa del Territorio y la Madre Tierra “Samir Somos Todxs”, para los días 20, 21 y 22 de febrero de 2020, concluyendo el 22 de febrero con una Asamblea Nacional de trabajo. La convocatoria será elaborada por la coordinación del Congreso Nacional Indígena – Concejo Indígena de Gobierno y la Comisión Sexta del EZLN. Para viabilizar las Jornadas, el 11 de enero a la 1 pm, en la Ciudad de México, se realizará una reunión de logística y de estrategias de comunicación interna y externa.

Nace un caracol

Al día siguiente de la conclusión del Foro, se estableció formalmente el caracol Jacinto Canek, en las instalaciones del Cideci/Unitierra, en San Cristóbal de Las Casas, con “la entrega formal de los cinco bastones de mando que representa los municipios y regiones autónomas que conforman este nuevo Caracol, por la Junta de Buen Gobierno del Caracol II de Oventic”, como expresó la Comandancia General del EZLN. La nueva Junta de Buen Gobierno llevará el nombre de “Flor de nuestra palabra, luz de nuestros pueblos que refleja para todos y todas”, y representa un paso importante en la expansión de la autonomía zapatista con el establecimiento de un caracol en plena ciudad colonial que, desde la Conquista, ha representado el poder terrateniente, racista y opresor sobre los pueblos originarios de Chiapas.

Audios de las ponencias

Presentamos aquí los audios de todas las ponencias y testimonios de los participantes en el Foro en Defensa del Territorio y la Madre Tierra.

21 de diciembre

Primer bloque:

Segundo bloque:

Tercer bloque:

Cuarto bloque:

22 de diciembre

Primer bloque:

Segundo bloque – Palabras de bases de apoyo del EZLN:

Tercer bloque: