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Londres, 8 de Mayo de 2011

Londres se une a la Marcha del Silencio por la Justicia y contra la Impunidad

Nos reunimos poco a poco frente al número 16 de la calle de St George Street, Mayfair cerca de Oxford Street, que es donde se encuentra la Embajada de México en el Reino Unido.  Mientras que las tiendas en Oxford Street se encuentran repletas por ser fin de semana, las calles que se encuentran alrededor están prácticamente vacías.  Zona de oficinas después de todo, en el corazón de Londres. Lujosa locación para la embajada, pero el contribuyente el que paga la cuenta.

Ante tanto vacío, el grupo de gente con pancartas y colores se volvía cada vez más evidente. Se leían las consignas: No más sangre, Paz con Justicia y Dignidad, Sólo saben Privatizar y Militarizar, Mandar Obedeciendo es la Paz, You get high and Mexicans die, The streets belong to the children, not to the army.

También la embajada estaba vacía por ser domingo. Aunque en muchos sentidos siempre ha estado vacía, aún dentro de la actitud conciliadora y mediatizadora de conflictos. Vacía porque ahí no hay respuesta para el mar de abusos de derechos humanos perpetrados en México (Acteal, Aguas Blancas, El Bosque, Inés y Valentina violadas por militares en Guerrero, Feminicidios de Juárez, la muerte colectiva para la digna familia Reyes Salazar y un largo y verdaderamente lamentable etcétera). No hay respuesta, ni la puede haber con el actual embajador Eduardo Medina Mora, arquitecto del desastre nacional desde su puesto como Procurador General de la República hasta Septiembre de 2009 y Director General del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) de diciembre de 2000 a septiembre de 2005. Defensor de la estrategia oficial, Medina Mora declaró públicamente en su discurso a la salida de la PGR que “ha habido progreso” y que “la decisión histórica de usar el poder del Estado  para parar a las organizaciones criminales fue fundamental para asegurar el futuro de la nación.” Cuarenta mil muertos lo obligan a uno a pensar lo contrario.

Más allá de la esperanza de que los primeros empleados encuentren las pancartas, los nombres de las víctimas que se dejaron en el buzón y tengan que cortar el listón negro con el que se clausuró simbólicamente la Embajada, nos reunimos allí para encontrarnos. Para encontrarnos en nuestro silencio, pero también para compartir que sí, que efectivamente, también estamos hasta la madre.

Se leyó la carta de Javier Sicilia que convocaba a la marcha nacional, hubo minutos de silencio solemne y también la presentación de la instalación: “Distancia, 68 metros de ausencia” de Mara Bueno. Se trata de 68 metros de tela blanca que fueron desplegados frente a la Embajada y sobre la cual, los manifestantes se tendieron para ser una representación gráfica de las muertes de esta guerra. En las palabras de Mara: “Se trata de la representación física del 1% de los 40,000 asesinatos. 68 kilómetros es el resultado de multiplicar 40,000 por la altura media de un mexicano: 1.70 metros. La intención es hacer algo tangible de este número que es imposible de entender con tan sólo imaginarlo.”