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The Azores Islands, Portugal, Europe
THE AZORES ISLANDS, PORTUGAL, EUROPE
June 11, 2021.
(Note: Times and dates are in accordance with Mexican geography.)
With a dusty face, a cleaned and refreshed exterior, and repaired sails, La Montaña departed Cienfuegos, Cuba, on May 16 and headed East. Skirting along the edge of the Las Coloradas beach, with the Sierra Maestra mountains to its left, the ship was accompanied once again by the dolphins convoked by Durito Stahlkäfer, who cursed as the vessel passed the US aberration in Guantánamo. They were greeted by whales near Haiti, and Durito and the Cat-Dog disembarked on Tortuga Island[i] mumbling something about buried treasure… or treasure to be buried. In support of the support team, Lupita, Ximena and Bernal amicably threw up, though they would have preferred to offer support some other way. In Punta Rucia, Dominican Republic, La Montaña docked and waited cautiously for strong winds to pass. On May 24, at daybreak and propelled by its sails alone (“as not to scare the wind,” Captain Ludwig said), La Montaña set off northwards. This time orcas greeted the ship, waving farewell as it departed Caribbean waters. Between May 25 and 26, the schizophrenic ship [el navío] – who thinks he is a she as well as a mountain – navigated around the Bahamas and on May 27 turned Northeast, now on the open ocean, Duc in Altum[ii].
On June 4, having exited the so-called Bermuda Triangle, the ship and its esteemed crew reoriented East toward the rising sun. Between June 5-9, they navigated waters where, according to legend, the mythical city of Atlantis lies.
It was 22:10:15hrs on June 10 when, through the haze of the European dawn, from the top of La Montaña’s crow’s nest, the outlines of a sister mountain became discernable: Cabeço Gordo on Faial Island in the Azores Archipelago, autonomous region of the geography of Portugal, in Europe.
It was 02:30:45hrs on June 11 when the coast of the port of Horta came into view, just a stone’s throw away, bringing tears to the eyes of the crew and passengers. It was 7:30am in the Azores mountains. It was 03:45:13hrs when a port authority motorboat approached La Montaña to indicate where to drop anchor. At 04:15:33hrs the shop dropped anchor in front of the other mountains. At 08:23:54hrs the Port Captaincy picked up the crew members of La Montaña and took them to shore for Covid PCR tests, and returned them to the boat to await the results. At all times the “Autoridade Maritima” of the port of Horta was friendly and respectful.
The crew and passengers are in good health, “in good spirits, happy, with no problems, gossip, or fighting. (In the 421st Squadron) they take care of each other.”
It is now time to tell you who else, besides the crew of the Stahlratte and the Zapatista 421st Squadron, have made the voyage. Tasked with documenting the maritime journey are María Secco, independent filmmaker and photographer, and Diego Enrique Osorno, independent reporter. In the role of support team for the Zapatista delegation is Javier Elorriaga.
In accordance with the traditional Zapatista ways and customs, and in addition to paying their own expenses, these three people were required to show written authorizations from their families, partners and children. Each letter was presented to Subcomandante Insurgente Moisés. Wives, husbands, mothers, sons and daughters wrote and signed the authorization letters. I got to read them. There was a little bit of everything, from philosophical reflections to children’s illustrations, including a little girl’s respectful request for a whale. Nobody requested beetles or cat-dogs, which is either an affront or a relief, I’m not quite sure. In the children’s writing you could detect pride in the fact that their mother or father had to ask permission from them (as the Zapatista saying goes: “the ducks shoot at the rifles.”[iii]) I imagine you will have the opportunity to get to know María and Diego’s observations, their anecdotes, their reflections and their assessment of their participation on “the front lines” (both are filmmakers) of this delirium. New gazes are always welcome and are refreshing.
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When this news arrived in the mountains of Southeastern Mexico, the Zapatista communities sent a message to the crew of the Stahlratte via the captain: “Thank you, you all are fucking awesome.” They are still trying to translate it into German.
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Something to reflect on: the motto of the Azores is “Antes morrer livres que em paz sujeitos” (Better to die free than live in peace as slaves).
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In the distance, to the East, the Pillars of Hercules – which in their day were the limits of the known world – gazed in astonishment on a mountain that has made a journey by sea from the West.[iv]
I testify.
SupGaleano.
June 11, 2021
[i]Small island off the northwest coast of Haiti which was a major center of Caribbean piracy in the 17th century.
[ii]“Duc in altum et laxate retia vestra in capturam” – “Cast out into the deep, and let down your nets for a catch” (Luke 5:4).
[iii]Phrase used when a subordinate attempts to go over the head of his/her boss.
[iv]The Pillars of Hercules was the name given in ancient times to the rocky mountains at the edge of the Strait of Gibraltar.
(Español) Seis militares en retiro y ex policías fueron ligados a proceso, vinculados en el Diario Militar
Por Lourdes Álvarez Nájera
El juez de Mayor Riesgo B, Miguel Ángel Gálvez, ligó a proceso a militares en situación de retiro y expolicías, por asesinato, desaparición forzosa, intento de asesinato y delitos de deberes contra la humanidad, que habrían sido cometidos entre 1983 y 1985.
Los señalados son: Edgar Corado Samayoa, ex especialista del Estado Mayor Presidencial (EPM), sargento mayor especialista; a Rone René Lara, Sargento mayor especialista; a José Daniel Monterroso Villagrán, Sargento mayor especialista Estado Mayor de la Defensa Nacional, al coronel Jacobo Esdras Salán Sánchez, subdirector del centro de adiestramiento Kaibil; a Enrique Cifuentes de la Cruz, Comisario de la Policía Nacional (PN) y jefe de la Oficina de Responsabilidad Profesional de la PN y a Edgar Virgilio de León Sigüenza, Cabo especialista.
Todos están vinculados con el caso conocido como Diario Militar o Dossier de la Muerte, en el que se documentan las fichas de al menos 183 personas que fueron perseguidas, vigiladas, señaladas, torturadas y detenidas desaparecidas, según organizaciones de derechos humanos y querellantes que señalan a los acusados.
La audiencia para conocer el tipo de medidas de coerción o para saber si quedarán en prisión preventiva, se aplazó para mañana jueves a las 8:30 de la mañana.
Séptimo día de audiencias
El séptimo día de audiencia de primera declaración inició con la intervención del abogado Francisco Javier Gallardo, defensor de Edgar Corado Samayoa, acusado de desaparición forzada, asesinato, asesinato en grado de tentativa y delitos contra los deberes de humanidad, debido a que durante el día 6 de la audiencia la mayoría de los abogados logró argumentar y solo quedaba pendiente la defensa de Corado.
El defensor señaló, al igual que sus antecesores, lo que consideró una serie de inconsistencias y cuestionó la autenticidad del diario militar, así como un peritaje denominado archivístico. Dijo que el Diario Militar fue entregado a Kate Doyle, luego de pagar 2 mil dólares a un militar. “Impunidad no se combate con impunidad” señaló y destacó que el archivo se sustrajo de manera ilegal.
“Las pruebas de un delito fueron obtenidas de manera ilícita”.
Otro de los argumentos se refería a que “Esto fue un conflicto armado interno, no fue guerra. Pido falta de mérito por el delito imputado” y solicitó, en atención al principio de “beneficio al reo”, que solo se vinculara a Corado por desaparición.
Juez Gálvez: todas las declaraciones tienen para mí un sentido
Durante su argumentación el juez Miguel Ángel Gálvez se refirió a tres testimonios, entre ellos los de una joven mujer Amatitlán, que logró identificar a personas que perseguían y vigilaban a un comité de vecinos. Ella dio testimonio de que luego esos vecinos comenzaron a aparecer muertos. Ella después fue secuestrada por personas vestidos de policías. ”El Estado estaba militarizado”, indicó Gálvez.
El relato de esa joven narra a detalle el secuestro, torturas con choques eléctricos y constantes violaciones sexuales a las que fue sometida.
“Le presentaron dos opciones, colaborar con el ejército o moriría. Ella por supuesto firmó ese acuerdo pero tenía que informar de todo, a dónde iba, cuándo y con quién. Siempre la iban a vigilar”, dijo.
“Miren las características de esta declaración”, dijo el juez.
Quince días después de estar libre llegaron a pedirle informe a la puerta de su casa. Esto sucedió así durante dos años más.
El juez también habló del testimonio de Aura Elena Farfán y el secuestro de su hermano Rubén Amílcar Farfán y como surgió la idea de crear el Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) sobre el que también existió vigilancia.
En ese mismo testimonio se hizo referencia a Rosario Godoy de Cuevas, la violación y asesinato, y el de su pequeño hijo de 1 año, al que también torturaron arrancándole las uñas. ¿A qué nivel se llegó porque no existía control?, reflexionó el juez.
Gálvez también se refirió al testimonio de Wendy Santizo, quien declaró el 11 de junio 1999 que cuando ella tenía 9 años llegó a su casa junto a su pequeño hermano y vio a personas de civil atrancando la puerta. Querían que los niños les dijeran dónde estaban sus papás, la amenazaron con dispararle a su hermano si no decía.
Uno de esos sujetos la tiró a la cama, la tocó y abusó de ella.
“¿De qué conflicto armado estamos hablando?, ella era una niña de 9 años”, comentó el juez, al afirmar que la relación y el patrón se pueden corroborar.
Sobre los argumentos de la defensa de los exmilitares y expolicías, en relación con la autenticidad del Diario Militar, dijo que no se entregaron archivos militares ni del centro médico militar a organizaciones que los solicitaron ni a la comisión de esclarecimiento histórico.
Información desclasificada dice que se podían tomar medidas a discreción en contra de las personas que eran consideradas guerrilleras, señaló Gálvez.
Sobre el delito de desaparición forzada, comentó que es continuo y se sigue cometiendo en la medida en que no se sepa el paradero de las víctimas.
“Ese delito priva de la vida, de la víctima sin dejar rastro alguno, es un delito que deja a una madre, a una esposa, esposo, esperando que una noche ingrese aquel hijo que ya nunca apareció”.
“La mamá estará pendiente todas las noches de ese hijo. Había padres y madres que no se querían ir de la casa pensando que llegaría su hijo. Desparecer a una persona es como si el aire se la llevara y nadie sabe más de ella, por eso este delito rompe los esquemas”, dijo Gálvez.
Al contexto social y político sobre los años 70, 80 y 90, hasta que se firmaron los Acuerdos de Paz, el juez añadió que se pedía documentos de identificación de vecinos catalogados como subversivos o guerrilleros, al padrón electoral y otras instituciones, se usaban fotografías de cuando llegaban a sacar las cédulas.
Se usaban sobrenombres para ocultar la identidad de los captores, porque se llevaban a la gente en paneles blancas sin presentarla ante tribunales.
“Cómo dicen que hay gente que no se va a recordar de lo qué pasó hace más de 30 años, si hubo personas que los torturaron o violaron. Una mujer nunca olvidará si la violaron”
En ese tiempo también se presentaban procesos y denuncias por los delitos pero no pasaba nada, eso habla de procesos conexados que se pueden cotejar en el diario militar.
No puedo decir que el diario es ilegal o que no es real. Esta fase no es para conocer eso. Se le debe dar un plazo al MP para que investigue, destacó el juez Gálvez.
Hasta por los peritos estaban protestando, no me puedo meter ahora con ese tema ahora. Y existen testigos con reserva de datos porque la ley los permite”, argumentó.
Dijo que en este momento no está valorando ningún tipo de prueba y explicó sobre la resolución que no estaba prejuzgando si alguien es culpable o inocente.
“Lo importante del proceso es que reconstruyen los hechos. El diario militar es un elemento no es por lo cual se dicta esta sentencia”
En las afueras del Palacio de Justicia, familiares de las víctimas del Diario Militar que pedían una resolución que ligara a proceso a los acusados durante el desarrollo de la audiencia exigían: “Confiesen, digan en dónde están los detenidos desaparecidos”. “Los criminales buscan amnistía, Nosotros exigimos Justicia”, señalaba una manta.
En las gradas fueron colocadas las imágenes con los rostros de las 183 personas incluidas en dicho dossier.
















