(Español) Exposición “Insurgencias mexicanas: Poéticas de vida en tiempos de muerte” se presentó en Brasil
Fuente: https://urucum-artes.org/
Insurgencias mexicanas
Poéticas de vida en tiempos de muerte
Mayo y junio de 2018
Brasil
El mes de mayo e inicio de junio de 2018, Urucum Artes Colaborativas recorre varias ciudades de los estados de Pernambuco y Bahía, Brasil, con la exposición/plática Insurgencias mexicanas: Poéticas de vida en tiempos de muerte.
Insurgencias surge a partir de las provocaciones y desafíos planteados por los zapatistas en sus iniciativas recientes, en particular el festival CompArte por la Humanidad, el Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, el conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿Prohibido pensar?” y la iniciativa del Concejo Indígena de Gobierno.
¿Qué hacer frente al contexto de muerte que se vive no solo en México, sino en el mundo? ¿Cómo crear alternativas con el arte y la creatividad? ¿Cómo sembrar vida en tiempos de muerte?
Con curaduría de Luciana Accioly, la exposición consistió en obras de los colectivos Huellas de la Memoria y Vivas en la Memoria, y fotografías de los colectivos de medios libres Radio Zapatista, SubVersiones y La Tinta.
La exposición se presentó en:
- Congreso Internacional del Libro, la Lectura y la Literatura del Sertón (Clisertão), Petrolina, Pernambuco
- Juventud Activista de Cajazeiras (JACA) – Barrio de Cajazeiras, Salvador, Bahía
- Casa PachaMãe – Barrio de Monte Serrat, Salvador, Bahía
- Naturaleza de la Creatividad, Universidad Federal de Bahía – Salvador, Bahía
- Sindicato de Trabajadoras Rurales – Governador Mangabeira, Bahía
- Casa de lxs artistas Alba y Chico Liberato – Salvador, Bahía
Huellas de la Memoria
La vida, de repente, queda en suspenso. Para. La ausencia lo cubre todo y la desesperación de no saber. ¿Dónde está? ¿Cómo está? ¿Vive? ¿Murió? ¿Sufre? ¿Sufre?
La vida es ahora un penoso caminar. Caminar, caminar, caminar… Caminar en busca del hijo, de la hija, el padre, la hermana, la madre. Caminar sin descanso… buscar. Ese caminar deja huellas. Huellas de dolor, de esperanza, de dignidad, de exigencia de justicia. De amor.
La desaparición forzada es una forma de terrorismo de Estado, muchas veces en complicidad con el crimen organizado e intereses empresariales, para silenciar, romper, inmovilizar. Caminar, así, es una forma de insurrección: decir no al silencio, no al terror. No al olvido.
El colectivo Huellas de la memoria nació en 2013 durante la Marcha de la dignidad nacional: Madres en busca de hijas e hijos, verdad y justicia, cuando el artista plástico Alfonso López Casanova se preguntó por cuántos lugares habrían caminado los zapatos de tantas personas en busca de sus hijas e hijos ausentes. Desde entonces, empieza a contactar a parientes de personas desaparecidas y pedir en donación un par de zapatos con los que han buscado a sus seres queridos y una carta dirigida a ellos. Esos mensajes son grabados en las suelas y después impresos, simbolizando el arduo caminar en esa búsqueda eterna. El objetivo es reivindicar a las personas desaparecidas y multiplicar las voces de los familiares, difundiendo sus historias de lucha y resistencia, su búsqueda por la verdad y la justicia.
Para la muestra, el colectivo Huellas de la memoria nos prestó 20 pares de zapatos de familiares de personas desaparecidas desde 1975 hasta Ayotzinapa en 2014, junto con sus respectivas impresiones. (Ve una lista completa e imágenes aquí.) Así, las voces de los familiares de lxs desaparecidxs resonaron en espacios de lo más diversos en Brasil, donde la desaparición forzada es una realidad cotidiana y brutal, sobre todo en las periferias y favelas del país, como nos compartieron las compañeras del movimiento de Mães de Maio (Madres de Mayo): madres de jóvenes asesinados y desaparecidos por la policía en 2006 en São Paulo, y que ahora reúne madres de jóvenes víctimas del terrorismo de Estado en todo el país.
Vivas en la memoria
Feminicidio es el asesinato de mujeres por el hecho de ser mujeres. Es la culminación de una serie de violencias sistémicas y estructurales contra la mujer. Y es también un atentado contra el tejido social, la colectividad y la vida.
En México desde hace ya décadas los feminicidios de Ciudad Juárez provocaron la indignación internacional. Sin embargo, el feminicidio ahora se ha extendido a todo el país, siendo el Estado de México el de mayor terror para la mujer. Se calcula que todos los días siete mujeres son asesinadas en el país.
La respuesta del Estado y de los grandes medios de comunicación ha sido culpar a las propias víctimas: porque vestían de cierta forma, porque estaban donde no deberían estar, por ser jóvenes, por ser mujeres. Por ser.
La respuesta del Estado: la desmemoria programada.
Ante esta doble violencia y el silencio del olvido: bordar.
Desde octubre de 2016, el colectivo Vivas en la memoria se reúne todos los domingos para bordar en una plaza pública, donde se suman las personas que pasan, familiares y amigxs de las víctimas.
¿Para qué? “Para darles voz a las mujeres, así deja de ser un número estadístico de una víctima, pasa a ser la persona a la cual le queremos dar esa memoria, para que no se borre, que no se esfume, que no se arranque con esa violencia la existencia que tuvo en esta vida, y nosotras como mujeres sentir que tuvo una sonrisa, una familia y sueños”, explican las integrantes del colectivo.
En un país donde salir de casa es un peligro de muerte, bordar en público es acto revolucionario. Así como la aguja penetra el tejido, quien borda penetra en el tejido social. Bordar se transforma así en un arma moral: tejer la historia de una víctima, resistir la compulsión de guerra, promover el encuentro, mantener viva la memoria colectiva. Resistir al terror que nos inmoviliza. Afirmar la vida en un contexto de muerte.
Para Insurgencias, el colectivo ofreció 22 bordados con historias de víctimas de feminicidios en el Estado de México.
El Concejo Indígena de Gobierno y las zapatistas
Desde hace ya algunos años, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) nos viene alertando sobre la crisis civilizatoria y la espiral de violencia y horror provocadas por lo que a todas vistas parece anunciar el colapso del sistema en el que vivimos. Quienes más sufren esa violencia, por lo menos en nuestra América, son los pueblos originarios: quienes viven de la tierra y son blanco más directamente la brutalidad del despojo. Ante esa situación, en octubre de 2016 el EZLN le propuso al Congreso Nacional Indígena (una amplia red nacional de pueblos originarios de México) la constitución de un Concejo Indígena de Gobierno (CIG) (un gobierno indígena nacional, autónomo, horizontal y colectivo); el nombramiento de una mujer indígena que fuera la vocera del CIG; y que dicha vocera se presentara como aspirante a candidata en la contienda electoral de 2018, no con la intención de llegar al poder, sino de usar esa plataforma para desenmascarar al propio sistema. Después de meses de consulta, la propuesta fue aprobada, el CIG fue constituido y María de Jesús Patricio Martínez (Marichuy) fue nombrada vocera.
Una gira nacional del CIG y su vocera inició entonces en octubre de 2017 con una visita a los cinco caracoles zapatistas en territorio rebelde, donde las mujeres zapatistas (comandantas, insurgentas, autoridades civiles, promotoras de educación y salud) le dieron la bienvenida a Marichuy y a las concejalas del CIG en actos donde la voz de la mujer indígena se escuchó con la fuerza de un análisis profundo sobre la situación actual. Aunque poco divulgado por los medios de paga, los encuentros encendieron una luz de esperanza y plantaron la semilla de la organización de quienes más son excluidas y violentadas por su triple marginalización: como pobres, como indígenas y como mujeres.
La muestra incluyó 20 imágenes de la gira del CIG y su vocera por territorio zapatista, compartidas por el colectivo de medios libres Radio Zapatista. A partir de esas imágenes, y de las del Encuentro de Mujeres que Luchan (ver abajo), la plática de Alejandro recorrió una breve historia del movimiento zapatista, con énfasis en las más recientes iniciativas del EZLN y en particular el papel fecundo de las mujeres en su esfuerzo por sembrar vida en tiempos de muerte.
Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que Luchan
Inspiradas por la gira del CIG y Marichuy, las mujeres zapatistas decidieron organizar un gran encuentro internacional de mujeres que luchan, que se llevó a cabo del 8 al 10 de marzo de 2018 en el caracol de Morelia, en territorio rebelde.
Casi 6 mil mujeres de 50 países y más de 2 mil mujeres zapatistas se reunieron en un encuentro de tres días, donde se realizaron el Primer Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que Luchan.
“Fueron tres días, del 8 al 10 de marzo, en que nos regalamos alegrías, miradas, palabras, bailes, poesías, pinturas y ‘cosas raras’, dirían las mujeres zapatistas. Un fragmento de tiempo nos condensó en una misma latitud. Cada una con sus sentires y sus luchas viajó hasta allí y entregó sus dolores, sus sonrisas, su fuerza de ser mujer en cánticos y consignas que retumbaban en los corazones de quienes estábamos. Y se replicaban por el bosque que nos rodeaba hasta insospechados rincones del planeta. Tuvimos una certeza: desde distintas latitudes, todas juntas esos días, hicimos temblar el mundo.” Así lo describieron las compañeras de los colectivos de medios libres SubVersiones, La Tinta y Radio Zapatista, que cubrieron el evento y que cedieron 20 imágenes para la muestra de Insurgencias.
Ese 8 de marzo, al final del día, se apagaron las luces del caracol y cada una de las más de 2 mil mujeres zapatistas encendieron una vela. Al final del encuentro, hablando en nombre de las mujeres zapatistas, la compañera Alejandra dijo:
Este día 8 de marzo, al final de nuestra participación, encendimos una pequeña luz cada una de nosotras.
Esa pequeña luz es para ti.
Llévala, hermana y compañera.
Cuando te sientas sola.
Cuando tengas miedo.
Cuando sientas que es muy dura la lucha, o sea la vida,
préndela de nuevo en tu corazón, en tu pensamiento, en tus tripas.
Y no la quedes, compañera y hermana.
Llévala a las desaparecidas.
Llévala a las asesinadas.
Llévala a las presas.
Llévala a las violadas.
Llévala a las golpeadas.
Llévala a las acosadas.
Llévala a las violentadas de todas las formas.
Llévala a las migrantes.
Llévala a las explotadas
Llévala a las muertas.
Llévala y dile a todas y cada una de ellas que no está sola, que vas a luchar por ella.
Que vas a luchar por la verdad y la justicia que merece su dolor.
Que vas a luchar porque el dolor que carga no se vuelva a repetir en otra mujer en cualquier mundo.
Llévala y conviértela en rabia, en coraje, en decisión.
Llévala y júntala con otras luces.
Llévala y, tal vez, luego llegue en tu pensamiento que no habrá ni verdad, ni justicia, ni libertad en el sistema capitalista patriarcal.
Entonces tal vez nos vamos a volver a ver para prenderle fuego al sistema.
Y tal vez vas a estar junto a nosotras cuidando que nadie apague ese fuego hasta que no queden más que cenizas.
Y entonces, hermana y compañera, ese día que será noche, tal vez podremos decir contigo:
‘Bueno, pues ahora sí vamos a empezar a construir el mundo que merecemos y necesitamos’.
En los encuentros que surgieron en la gira de Insurgencias, compartimos la palabra de las mujeres zapatistas y la urgencia de construir alternativas autónomas, colectivas, desde abajo, frente a la crisis civilizatoria que vivimos. Sembrar vida en tiempos de muerte.
Gracias por estar ahí. Por existir y compartir la lucha.
“Nuestros puños levantados más que retar, saludan.
Como si al mañana se dirigieran y no al presente”
Luznegra
Comment by MARIA LUZ VALLEJOS — Aug-09-2018 @ 17:08