Presos
(Español) Convocatoria a la Jornada por la libertad de los defensores del agua y la vida de San Pedro Tlanixco.
Al Congreso Nacional Indígena
Al Comité Clandestino Revolucionario Indígena – Comandancia General del EZLN
A la Sexta Nacional e Internacional
A la Red vs la Represión y por la Solidaridad
Con especial dolor y cariño, a los pueblos, familias y amig@s de pres@s por defender la vida
A los pueblos, tribus, barrios y naciones de México y del Mundo
A las compañeras y compañeros que luchan en el Mundo
A las y los compañeros de los medios libres, autónomos, alternativos o como se llamen
Recordando que este nuestro México día con día continua siendo devastado por las políticas feroces del gran capital, sistema encarnado como hidra por las grandes empresas multinacionales que vienen por todos nuestros recursos, mientras los malos gobiernos locales, estatales y federales continúan entregándoselos y sometiendo con terror, muerte y cárcel a quienes todavía defendemos nuestras tierras y territorios, nuestra agua, nuestra vida.
No olvidamos que en las guerras de conquista en 1492, de independencia en 1810 y de revolución en 1910, lxs indígenas parimos esta nuestra patria. Que a cambio de nuestra sangre derramada fuimos negadxs jurídicamente y que fue hasta el levantamiento del EZLN en 1994, cuando una nueva luz de esperanza se levantó, materializándose en los acuerdos de San Andrés. Que estas esperanzas fueron traicionadas por los tres partidos políticos en el poder, PRI, PAN y PRD en el año 2001 y que ahora los gobiernos a través de su política institucional indigenista nos someten, nos dividen y pretenden exterminarnos negociando nuestros derechos de migaja en migaja.
Nosotros hombres, mujeres, niños y ancianos de la comunidad indígena Nahua de San Pedro Tlanixco, compartimos nuestra palabra y damos a conocer nuestras próximas acciones por la libertad de nuestrxs presxs.
Mumia Abu-Jamal: A New Day
The events of last week continue to reverberate throughout national consciousness.
The unprovoked killings by cops in the streets of America’s Midwest, and the subsequent killings of cops in Texas, show us that a new stage has been reached in America’s longest internal war, and that no one knows how it will end.
The problem of police violence, of course, isn’t new.
When Rev. Dr. Martin Luther King Jr. led anti-segregation protests in Selma, Alabama in the 1960s, cops didn’t ‘assist’ protestors; they beat them, savagely, for violating the unjust laws of white supremacy. They beat men and women, indiscriminately, to protect white privilege. The Edmund-Pettus bridge became slick with Black blood.