Mexico
(Español) Podemos gobernarnos a nosotros mismos – Entrevista a Jerôme Baschet
Este pasado diciembre el Cideci / Universidad de la Tierra Chiapas publicó el libro Podemos gobernarnos nosotros mismos: La autonomía, una política sin el Estado, de Jerôme Baschet, que explora la posibilidad de la autonomía y el autogobierno en tiempos de la barbarie ejercida por el sistema capitalista en todos los sentidos de la vida.
(Descarga y/o lee el libro aquí.)
Entrevistamos a Jerôme Baschet, quien nos habla sobre el sentido del libro y su relación con la iniciativa del Concejo Indígena de Gobierno (CIG).
Estamos aquí con Jerôme Baschet, platicando sobre el libro Podemos gobernarnos nosotros mismos: La autonomía, una política sin el Estado, que acaba de salir en publicación del Cideci/UniTierra, aquí en Chiapas. Jerôme, tú planteas básicamente dos preguntas en este libro: ¿qué puede ser la política de la autonomía? y ¿qué opciones tenemos frente a la devastación capitalista? ¿Por qué estas dos preguntas, y qué tienen que ver una con la otra?
Bueno, las dos nos llevan a la idea de la autonomía, que es la propuesta de los pueblos indígenas, del CNI y del Concejo Indígena de Gobierno. Y bueno, partiendo quizás del título, “Podemos gobernarnos a nosotros mismos”, es una lección que la maestra de la escuelita zapatista Eloísa nos dejó en ocasión de esta escuelita zapatista en 2013, y pues es como un resumen de esa otra política que no se centra en el Estado. El mensaje central es que hay otra política que no es la que conocemos, que no es la de los partidos políticos, que no es la del Estado y sus instituciones, sino que parte de la capacidad de la gente común para organizarnos, tomar las decisiones y finalmente gobernarnos, y de hacerlo sin las instituciones del Estado o afuera de ellas. En parte es un sueño, porque claro, nosotros sobre todo en los medios urbanos se ve muy difícil, pero sí es posible, y muchos pueblos indígenas, en los territorios rebeldes zapatistas en Chiapas pero también en otras regiones como Michoacán, Guerrero, Oaxaca, están demostrando que sí lo pueden hacer, con sus propias formas de organización, su propio sistema político, con sus cargos y los diferentes niveles de gobierno, en el caso de la autonomía zapatista, y eso es una experiencia, un experimento político, que además de ofrecernos un camino para resolver los problemas dramáticos que enfrentamos en el país y en el mundo, también es una aportación a la reflexión sobre qué es o qué podría ser la política, que merecería mucho más atención de toda la gente que se interesa en hacer que el mundo sea menos dramático y caótico de lo que es, y también al nivel de la reflexión de las ciencias políticas tendría que ser un objeto de reflexión absolutamente central.
(Español) Prohibido votar por una indígena
María de Jesús Patricio no obtuvo el registro como candidata independiente a la presidencia de México. Sin embargo, la causa a favor de grupos minoritarios y contra la discriminación seguirá su camino para cambiar el país.
CIUDAD DE MÉXICO — El 14 de febrero una camioneta recorría el desierto de Vizcaíno en Baja California Sur. Daban las 3:30 de la tarde, después del almuerzo, bajo un calor intenso, en la Carretera Federal 1, que carece de curvas y adormece peligrosamente. Todo conspiraba a favor del riesgo, pero la caravana no podía detenerse.
En octubre de 2017, la indígena María de Jesús Patricio, conocida como Marichuy, inició su campaña para convertirse en candidata independiente a la presidencia, respaldada por el Concejo Indígena de Gobierno. Durante cuatro meses visitó los más diversos rincones del país para escuchar a sesenta etnias que carecen de representación en la política mexicana. Se suele pensar que los indígenas representan un bloque monolítico, con idénticas costumbres y creencias; en realidad, se trata de un mosaico multicultural que responde a realidades y proyectos diferentes. Para obtener la candidatura, Marichuy debía lograr antes algo más difícil: unir a las comunidades en objetivos comunes.
El jueves 14 avanzaba en las precarias condiciones que la acompañaron en todos los caminos. Si los políticos viajan en aviones y camionetas blindadas, Marichuy se sometía a trayectos extenuantes y se adentraba en regiones inhóspitas (el 20 de enero el coche de prensa que la acompañaba fue asaltado en Michoacán por una banda del crimen organizado). A cinco días de que venciera el plazo para lograr el registro como candidata independiente, la vocera hacía proselitismo en una de las regiones menos pobladas del país. No apostaba por el pragmatismo electorero, sino por acercarse a los más apartados.
Bajo el denso sol de la tarde, la camioneta abandonó la carretera y volcó en la tierra donde crecen los huizaches. En el accidente murió Eloísa Vega Castro, de la red de apoyo a los pueblos indígenas. Varios tripulantes quedaron heridos y Marichuy sufrió la fractura de un brazo y tuvo que ser operada. Pasaron cerca de doce horas hasta que los heridos llegaron al Hospital Juan María de Salvatierra, en La Paz.
El 15 de febrero la candidata indígena acaparó las portadas de todos los periódicos. Un impacto de muerte recibió la atención que no se le había prestado a sus ideas.