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Avispa Midia

Civiles y niños pagan por el bombardeo de Israel hacia Palestina

Fuente: Avispa Midia

Por Sare Frabes

Tras supuestos indicios de un ataque inminente del grupo armado palestino Yihad Islámica (YIP), Israel sorprendió con un bombardeo militar hacia Gaza con su “Operación Alba”, que dejó un saldo de aproximadamente 43 palestinos muertos, casi la mitad de ellos eran niños y civiles, según información del Ministerio de Sanidad de Palestina.

Los múltiples ataques aéreos sobre Gaza, iniciados el pasado 5 de agosto, fueron justificados por Israel como “preventivo”, por temor a un ataque terrorista en respuesta a la negativa de Israel de aceptar las exigencias de este grupo armado, entre ellas la liberación de prisioneros y el cese de las redadas militares israelíes en el campo de refugiados de Yenín.

La batalla entre Israel y la Yihad Islámica duró 3 días y concluyó con un alto el fuego el domingo (7) por la noche. Esta tregua fue negociada tras la intervención de Egipto.

Israel sostuvo que la mayoría de los muertos fueron militantes de la Yihad Islámica, pero este grupo armado afirma que tan solo identificó nueve de los fallecidos como milicianos del grupo, entre ellos dos comandantes de su brazo armado: Taysir al Yabari y Jáled Mansur. Por parte de Israel no se registraron decesos.

En la Franja de Gaza hubo un registró de más de 400 personas heridas. A esto se suma la devastación deal menos 650 viviendas y la vulnerabilidad de los servicios más básicos, como el agua, ya que 97 % de este vital líquido en Gaza no es potable, mientras que este territorio de al menos 365 kilómetros tan solo recibe una media diaria de 12 horas de suministro eléctrico.

El medio Al Jazeera ha registrado que desde al año 2000 a la fecha al menos 2 mil 200 niños han sido asesinados por militares y colonos israelíes, principalmente en territorio palestino, desde que inició la segunda oleada de violencia de Israel hacia Palestina, conocida como la “segunda intifada”.

Por su parte el jefe de asuntos humanitarios de las Naciones Unidas para los territorios palestinos ocupados, Lynn Hastings, instó que se permita el suministro de “combustible, alimentos y material médico” a Gaza.

Estados Unidos 

El Presidente de Estados Unidos (EEUU), Joe Biden, sostuvo que su gobierno había trabajado con funcionarios de Israel, la Autoridad Palestina, Egipto, Qatar, Jordania y otros en toda la región para fomentar una rápida resolución del conflicto.

“Doy las gracias al presidente egipcio Abdel Fattah Al Sisi y a los altos funcionarios egipcios que han desempeñado un papel central en esta diplomacia, así como al emir Sheikh Tamim Bin Hamad Al Thani de Qatar y a su equipo por ayudar a poner fin a estas hostilidades”, dijo el mandatario estadounidense en un comunicado de la Casa Blanca.

Biden también reafirmó su apoyo a la seguridad de Israel, considerando que tiene derecho a defenderse de los ataques. “Durante estos últimos días, Israel ha defendido a su pueblo de los ataques indiscriminados con cohetes lanzados por el grupo terrorista Yihad Islámica Palestina, y Estados Unidos está orgulloso de nuestro apoyo a la Cúpula de Hierro de Israel, que interceptó cientos de cohetes y salvó innumerables vidas “, declaró el presidente de los EEUU.

En una declaración emitida por el Departamento de Estado de EEUU, el Secretario de Estado, Antony Blinken, también celebró el alto el fuego y declaró, “Estados Unidos sigue dedicado a nuestro férreo compromiso con la seguridad de Israel y seguirá plenamente comprometido en los próximos días para promover la calma. En los próximos meses seguiremos trabajando con nuestros socios para mejorar la calidad de vida de los palestinos en la Franja de Gaza”.

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Noticias de Abajo

Noticias de agosto 9 de Agosto 2022

 

ROMPIENDO FRONTERAS
–MUNDO: Convocatoria a la Semana Internacional de Solidaridad con lxs Prisionerxs Anarquistas 2022 – 23 al 30 de Agosto. La Peste y Solidarity International
–COSTA RICA: Reportaje sobre Ak Kúk, Jala de Piedra, en el Territorio Birbri de Dëyë Di (conocido como Salitre). Desde la Coordinadora de Lucha Sur Sur.
De Informativo Mesoamericano de Voces Nuestras.
–PALESTINA: Gaza: 44 mártires y 360 heridos es el resultado de la agresión israelí. Una tregua entra en vigor. 3 nuevos asesinatos por el ejército israelí de ocupación en Nablus. Este año Israel ha asesinado a 129 palestinos. Palestina Libre

DESDE EL OMBLIGO DEL MONSTRUO
–MEXICO: Marcha por la libertad de las presas y presos políticos en México. Demandaron Libertad para Magda y Karla de la okupa Cuba-CNDH, de los 7 Presos políticos de Eloxochitlan Oaxaca, del indígena Fidencio Aldama de la tribu Yaqui defensor del territorio y Kenia Hernández indígena y activista Amuzga. Noticias de abajo
–CDMX: En la Ciudad de México, colectivos pro zapatistas, celebran los 19 años de los gobiernos autónomos en territorios zapatistas llamados Caracoles y denuncian las agresiones contrainsurgentes hacia las comunidades en resistencia. Noticias de abajo
–CDMX: Recordando a Cariño #NiUnaBiciBlancaMas. Jornada de memoria y protesta contra la imprudencia automovilistica. Morras Chambeando.
–MEXICO: Familias de personas desaparecidas realizan clausura simbólica en #FGR para exigir la creación del Banco Nacional de Datos Forenses. JF

Música:
-Juntas de Buen Gobierno- Grupo zapatista
-Palestina Resiste
-Amapola – No necesitamos banderas

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Avispa Midia

(English) The challenge of thinking about community: “I believe we will outlive the United States”

Disculpa, pero esta entrada está disponible sólo en English. For the sake of viewer convenience, the content is shown below in the alternative language. You may click the link to switch the active language.

Source: Avispa Midia

By Santiago Navarro F

Avispa Midia will be presenting a series of processes and exercises for the construction of autonomy. Other forms of social relations. The following is an interview with members of the Blacklidge Community Collective. They share the experience of their community space, which also serves as a dining room, print shop, library and many other self-organized activities in Tucson, Arizona.


Avispa Midia (AM): How would you describe the project?

Y: The short version is, it’s a space for experiments in autonomous living. But in that, it’s also a library, it’s also a garden, it’s also a community center, it’s also like a commons. It’s all of those things. It’s a DIY venue…

X: Yeah, I think most often when I don’t feel like saying BCC or the “Blacklidge Community Collective,” I just refer to it as “the community space.”

Z: It’s a PHYSICAL space, and I think that’s really really important, that we have a physical space, together. If anybody has a desire to do or host something here, like it’s never been turned down. It’s just this expansive space where we can create things.

AM: How did the project start and how many people are involved?

Y: Depending on how detailed you wanna get, it started out of the remnants of a cooperative coffee shop called A Shot in the Dark. After it closed, some of the worker-owners there who were mostly very young, teenaged to early 20s punks, newly interested in anarchist politics, were very invested in starting a DIY venue that also did harm reduction work. And getting to know them, it was probably just 2 micro- generations of people coming out of anarchist circles and subcultures, and we kind of were talking to them, just like older folks 15 years older than them roughly, about also looking for a space.

So, we found a small space in the neighborhood just north of here in which we did basically just that. Where on top of doing DIY shows and a harm reduction drop-in center during the day, we would do other kinds of events at night – poetry readings, we did a tattoo fundraiser, lectures and workshops. And then just before the pandemic, we found this space. And it expanded, joining forces with multiple archival projects and the print shop project that were also looking for a space. And then shortly after that, Tucson Food Share joined us, and a mutual aid project joined us. And that’s sort of more the current iteration. We moved into this space only like a month to 2 months before the uprising.

 Anyone is welcome to the meetings. Yeah, I mean, I don’t know, as far as people who come here regularly, maybe roughly once a month come here – 100 people? Or maybe more – 120 people? People who come to meetings it’s maybe a core group of about 10-15 people. And people that are around on a more weekly basis because they’re a part of some project here, or are coming to a lot of things here, 40.

Z: And then last weekend there was a play, Romeo and Juliet, and there were probably 300 to 400 people here over the course of 3 days, maybe more? In the street, blockaded off for the play.

Maybe this is a good section to talk about – are there any other projects that happen here that we haven’t mentioned yet?

Y: The Mesh Network is an experiment in trying to get affordable to free, semi-autonomous internet access. And so, probably the biggest one in the United States that I’m aware of is in New York City and this project, the local Tucson -what are they calling it? -Internet Commons or something, is largely inspired by the project in New York.

And, yeah, you basically have these transmitters that get put on top of rooftops within a certain distance of each other, I think the range is roughly a mile, but it’s better if it’s closer. And yeah, those different nodes connect to each other and talk to each other and you can slowly spread internet access as you put more and more of those antennas up.

You need concrete access, like you need a doorway, a gateway into the main internet which is what most internet companies are providing you – they have space in a large server farm that all of their network is connected to. So, all those internet service providers, that’s what they do, and then they charge you for access to their gateway.

And so the Mesh Network is hoping to provide – it’s not fully autonomous internet because the internet isn’t fully autonomous- but their long term plan is to buy servers at a server farm nearby within range of our rooftop, and be able to provide free and semi-autonomous, less regulated internet access to anybody that’s in range of the antennas.

Z: Did we mention the garden? I think the garden is really special. They way that this building is set up, it’s a big brick warehouse at the end of a Dead End road. So you pull up and the garden is right in front of the main entrance to the building – you have to walk through the garden to get inside. The desert is really harsh and the summers are really hard here and things die really easily, and I feel like the garden is just this energy of life that you walk through to get into this space.

X: There’s a lot of different goals with the garden. We don’t think that we’re going to really change the course of food sovereignty with this tiny little garden, but we can try. We can at least make some difference in how much money we’re individually spending on groceries. We can at least have food to contribute to the weekly dinners that happen here. Just kind of like, planting a seed in people’s minds of thinking about food sovereignty and the way we get our food and how fucked up food systems are.

Y: I’d maybe add something related to the garden – it’s maybe like a big picture thing as far as what’s interesting to me about the BCC. A friend said when reflecting on their grocery program that they had at a similar space in Atlanta, Georgia that the food program that they were doing at the time – it fed, you know, a couple hundred people a week probably. But the thing that was important to them wasn’t the quantity of people they were feeding, but the fact that everyone involved with the space, as well as people that were just coming to the space for the food program, were all reliant on food program, on some level at least, for food.

And so, in those moments, through that program, they were all tied together and they all needed each other. And that set the pace for building autonomous relationships and autonomous communities – it’s like, that’s the kind of interdependence we need. And for me, the garden really contributes to that, or at least holds the seeds for something like that.

Z: Food is so important – the connection between the garden, feeding ourselves, feeding each other, the Tucson food share, a project that was housed out of here before they moved into their own building, and of course the Tuesday night dinners, which we haven’t talked about too much yet. But the Tuesday night dinner is my favorite event that happens here.

There’s probably like 50 to 100 people who you can almost guarantee will be there on a rotating basis, like people that you know you’re going to see every week and I just think that’s really special.

The connection between growing plants, watering things, having food, getting food from the food share to cook dinner for ourselves, to feed other people, and then like – people bring their moms to TND and shit. It’s special.

X: Yeah, something that I’m thinking about is this person whose work I really enjoy, Dayna Lybb Nuckolls, who defines liberation as, “the labor of communal imagining,” and I feel like that really goes down here a lot.

When I think about that phrase, the first thing I think about is Tuesday dinners. Because it’s not just having dinner together. It’s all these other things of coming together communally in the space to make dinner together, and having different people do different roles every week – coming together in that way. Going to the food share to get the food, and then coming here and making the food together, and then serving the food, and then people come and eat it and hang out together and talk in person, away from screens.

Z: Yeah, a lot of projects and things that I really care about in our community started at the BCC dinner and continue to flourish because of that commitment of like, I see you every week and if I have a question, I just ask you at dinner, and then we have a conversation about it.

Y: And what’s so cool about that is, the number of projects that have come and gone from the space only being here 2 years, is actually really cool, because it’s proving that this experimental hub idea, or approach that we’re having, is constantly generating new projects and new initiatives that can take on a life of their own.

Z: I’m thinking about how an idea needs a home in order to grow, and in order to start. And sometimes people want to do something, or people want to start something, but If you don’t have a place to do that, it’s harder. I mean it’s back to, the BCC is a physical space. It’s a building that we can walk into and do things together in, and especially in the desert, we need an indoor space. We are blessed by having the indoor space and the AC and everything.

AM: What are the main needs or problems you are addressing with this project?

X: The need for physical space. Like you said, ideas need a home to be able to grow.

When I moved to Tucson, I was just blown away like, oh my god people are really doing shit that we could never do in Phoenix, partially I think because there wasn’t a physical location. We were all just doing shit out of our bedrooms, which is still feasible and you can still do a lot of things that way, but definitely not to the same capacity. Especially when you’re just doing it by yourself or with a couple of friends, there’s not that opportunity to meet other like-minded people to then branch off and do other projects with.

Y: If we’re thinking in the broadest term, or the broadest base of people who may be a part of the space, we’re talking around 100-120 people. Those people don’t all think the same, they don’t all have the same goals. At the very least, they don’t all have the same words to describe those goals. Maybe there’s certain aligned values amongst all of those people, or inclinations maybe is a better word.

But for me, what is and always has been exciting about the potential of the BCC, is to build a real movement. And not in just this very constituent framing of building new subjects that will influence government or something. But like, new ways of relating and living together that will at least help be some of the seeds for a better way of living in the midst of all of this crisis and capitalism and global order.

I’d like to think we are the tiniest little specks of what could become something like Rojava or Chiapas and the Zapatistas. You know, they’re blowing us out of the water. I don’t want to put us on some sort of plane that’s anywhere close to the epicness of what they’re doing, and the challenges that they’re all really facing – people are dying constantly – there’s real stakes to what they’re doing. So, I don’t mean to compare us in that way.

But my hope is that there’s some seeds, of potentially decades in the future – that some of those people who are doing that in this area, can trace some things back on some level to the BCC.

For me, it’s not just creating a space to feel good and connect with cool people. Which, it’s obviously that, that’s a big aspect of it. But it’s to build material resources to survive and materially resist the state.

The BCC was supportive in concrete ways to the protests in the summer of 2020, and the uprising, both materially and vocally. We’ve been supportive of the protests growing against the deaths in the Pima County jail. We did a tattoo fundraiser for Chilean prisoners in the wake of their uprising in 2018. We’ve done info nights for Fidencio Aldama – who is a Yaqui political prisoner for resisting a pipeline in Sonora.

Z: I think a problem that this project addresses is isolation. I feel like capitalism pushes us to be so individualistic, and we fight that in this really simple way of gathering and coming together.

AM: Do you consider this project to be an alternative to capitalist relationships?

Y: I would say that’s the effort – to push those dynamics and those relationships increasingly to the fringes of our lives as much as possible. That framing for me is more useful than trying to live some pure life in which suddenly we are not subject to those things, but that in given moments and in the longer trajectory, we are pushing those things further and further out.

Z: I also think it’s really important to note how new the project of the BCC is. It’s so young and it’s so early.

So, like – are we an alternative to capitalist relationships? Yes.

Are we living in this whole other dimension where we don’t participate in capitalism at all? No.

But are we trying really hard to plant those seeds so that hopefully, eventually, we are participating as little as possible? I think we are. I think we’re planting it; we’re starting it.

X: Even just in the short time that I’ve been here, being here consistently has forced me to re-think and re-frame ways of relating to myself and to other people and to place, outside of what is ingrained in us by capitalism and by this way of life. I think it’s a mistake to think that spaces like this are automatically different and we’re in this bubble that isn’t touched by these things anymore.

AM: How do you make decisions and how do you confront obstacles?

Z: Something I love about this project is that whoever has the energy in the moment to do something, those are the people just doing that project. And very rarely do we try to filter or censor each other in the things that we have energy to do. It feels really open to a lot of people’s different methods and ideas and ways of making decisions.

Y: A part of it is that consensus, as some sort of decision-making process, in a project that is this multi-faceted…. There’re multiple different projects housed here that do vastly different things. Printing is not the same as fucking gardening. And so, in a consensus process – what does someone who is almost exclusively doing things in the print shop have to say about the garden?

Z: And I think something that’s so cool about this space is like – how are those decisions made? It’s not the print shop and the garden sitting in a room for two hours having a meeting, and taking meeting notes, and sending out the notes document, and talking about it and then voting on it for two months – it’s simply, maybe 2 maybe 5 people, probably eating food, in person, making eye contact, having a conversation, and figuring it out.

Y: There’s a way that radicals in general get obsessed with “process” as the representation of the “new way” – but it’s still actually a strange governance mentality, where it’s like, “our experience of relating together is through a mediated process of negotiation” of like, “this is the governance space where we decide how we live together”

And that’s not actually how people live together. What matters more is our relationships to each other. Direct relationships, as un-mediated as possible.

AM: What has been the main thing you’ve learned so far?

[birds chirping]

X: I feel like I’m just learning shit all the time, every time I come here. Just generally, I’ve learned how to be a better human.

Z: I’ve learned this before in life, but the BCC has really solidified it for me that – navigating the world is so much easier with other people. Like, doing things alone is almost never the easiest way.

X: Something that I heard a while ago is that survival is a shared burden, and not an individual obligation. And the BCC has really concretely solidified that in my mind by showing it to me physically.

Z: A cheesy thing that I’ve learned is – hope. Hope for the future. There’s a really, really wide umbrella of people who spend time here and projects that happen here, but a really consistent thing that I see here is people who really believe in something beyond just right now and just today. And people who really care about it and think about it frequently, and in their everyday actions are trying and working to build that. Learning hope, learning friendship, trust, consistency, commitment.

Y: Yeah, who knows? It could all collapse tomorrow.

Z: Exactly! Good thing we are here right now, in the beautiful garden. It is such a nice day.

AM: Is there anything else you want to share about the project?

Z: Is there some kind of one liner to describe the BCC that we missed? It’s just so hard to pin down like, is it an anarchist project, is it an autonomous project?

X: It isn’t any one of those things, which I think is worth celebrating. Maybe to other people it may seem vague or distant, but I think that’s a really great thing. Like with anarchists in Phoenix, for example, sometimes there’s so much emphasis on defining [a project’s] limits and boundaries that they’re suffocating themselves before they even start.

And I think that’s something that the BCC does really well – not having those hard limits and not having those hard boundaries of what the BCC is and can be, that makes it able to be so fluid in a way that works really well. It opens up so much space for so many things to live and thrive.

Y: I mean even just that language that you used…where people who are maybe not as close to the BCC could have a hard time “pinning it down,” is like, you know, the effort to pin down, there’s a lot of dominance implied in that phrasing. There’s an implication there. When we’re trying to pin down what something is, we should question why we’re trying to do that. What is the function of pinning something down?

Z: Yeah, it’s actually beautiful that we don’t try to. That’s unique for me – that we’re not forcing ourselves to define anything.

Y: When writing the mission statement or whatever that hasn’t been approved yet, I kind of opened with the line that we are living at the end of America. And hopefully the BCC will outlast America. Whether in this form or some other form, I think we will outlast America.

Z: I think that too. I really liked what you said, Y, about how maybe 20 years from now, something in that time can be traced back to something that was started here, right now.

Y: Some would argue that America is already over and we are merely living in her death rattle.

[laughter]

[birds chirping]

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Noticias de Abajo

Noticias de abajo 12 de Julio 2022

 

Bloque Global ROMPIENDO FRONTERAS
—PANAMÁ: 10 días de protesta. Continua la Huelga indefinida contra el alto costo de la vida declarada desde el 7 de Julio. Con información de Radio Temblor.
—SRI LANKA: El presidente y el primer ministro de Sri Lanka acuerdan presentar su renuncia luego de que miles de manifestantes irrumpen en sus residencias. Con info de DemocracyNow
—CHILE: Jornadas por la libertad de las y los presos políticos mapuche y de la revuelta. Huelga de hambre de presos mapuche llega a 14 días, Desde Plaza Dignidad protestan familiares de Lxs Presxs Políticxs de la Revuelta. Recuerdan a mapuches caídos en la lucha por la defensa de la tierra.
—CHILE: COMUNIDAD DE LIQUIÑE RECHAZA ROTUNDAMENTE INTERVENCIÓN DE PROYECTO TURÍSTICO. Radio La Zarzamora
— PODCAST INVITADE: 9 de julio, día internacional de la destrucción de armas de fuego. Radialistas apasionados.

Bloque Regional DESDE EL OMBLIGO DEL MONSTRUO
—SONORA PRESOS POLÍTICOS “Que no se dejan vencer”. Declaración del preso político Fidencio Aldama. Fidencio aldama
—MÉXICO: Muere el genocida Luis Echeverria uno de los promotores de la guerra sucia en México.
—CDMX­: Alcaldía de Xochimilco violenta la autonomía de las autoridades tradicionales del panteón comunitario de San Gregorio Atlapulco. Noticias de abajo
—CHIAPAS: Recuerdan a Simón Pedro en el aniversario de su asesinato. “Está en el canto de las aves y en los ríos de su comunidad” Noticias de abajo

MÚSICA:
Sofi y Emiliano tocan El compromiso; El mastuerzo toca Prohibido; y la Llorona en acto contra Feminicidio.

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Avispa Midia

La indignación occidental ante la guerra suena hipócrita en el Sur

Fuente: Avispa Midia

Por Avispa

La seguridad de la población no es un asunto que preocupe a los políticos. La seguridad de los privilegiados, de los ricos, del sector empresario, de los fabricantes de armas, sí lo es, pero no la del resto de nosotros.

Por David Barsamian para JACOBIN

Con noventa y tres años, Noam Chomsky todavía comparte su conocimiento y su sabiduría con una generación más joven de militantes de izquierda. En esta nueva entrevista, habla de las hipocresías del imperio estadounidense y de por qué realmente resulta indispensable reducir inmediatamente el enorme presupuesto militar para construir una sociedad decente. Transcribimos esta última conversación que tuvo con David Barsamian de Alternative Radio, publicada antes en TomDispatch.

—Entremos de lleno en la pesadilla más obvia del momento, la guerra en Ucrania y sus consecuencias a nivel mundial. Pero antes, definamos un poco el trasfondo de este conflicto. Empecemos con la afirmación que hizo el presidente George H. W. Bush ante Mikhail Gorbachov, que entonces estaba a la cabeza de la Unión Soviética, de que la OTAN no avanzaría ni un centímetro hacia el este. Esa promesa se cumplió. Ahora bien, ¿por qué Gorbachov no exigió un compromiso formal?

(Continuar leyendo…)

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Noticias de abajo 28 de Junio 2022 #radio #podcast #medioslibres #noticias

ROMPIENDO FRONTERAS

ECUADOR: 16 días de paro nacional convocado por pueblos indígenas, Inicia diálogo pero continua la represión criminal de un gobierno antipopular. con info de Radio Temblor e Indymedia Ecuador.

ARGENTINA: Aniversario de la masacre de Avellaneda, recuerdan a Max y Dario.
ARGENTINA A 20 años de la #MasacredeAvellaneda miles volvieron a gritar #DarioYMaxiPresentes

ESTADO ESPAÑOL: La OTAN policía y arquitecto del capitalismo global. Protestas antimilitaristas contra cumbre de la OTAN en Madrid el 29 y 30 de Junio. Redes.

LGBQT+:
Recordando la revuelta marica de Stonewall en Nueva York que dio origen a la marcha del orgullo gay.
Orgullo: Del levantamiento contra la policía en Stonewall a las patrullas lgbtiq+ en $hile. La Zarzamora

ANARCO EFEMERIDES: Audio fragmento del programa la Conquista del Pan de Argentina.

DESDE EL OBLIGO DEL MONSTRUO

CHIHUAHUA: Asesinan a 2 curas jesuitas en sierra tarahumara en medio de un creciente clima de violencia de grupos armados.

OAXACA Comunicado de pobladores de San Pablo Cuatro Venados. ¨Exigimos verdad, justicia y el fin a los ataques paramilitares y hostigamientos hacia nuestra comunidad por ¡El derecho a vivir en paz!¨

OAXACA Comunidad de Puente Madera se opone a los corredores industriales del corredor interoceanico que les despojan su territorio.

Noty Frayba: Agresiones y amenazas a defensores de derechos humanos y habitantes de las comunidades zapatistas de San Gregorio. CDH Frayba

Música:
Rikchari (Despierta) ARTISTA Minga Artistica
Jóvenes valientes de Saquisilí
Cholas

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ya basta-netz.org

Tren Maya Made in Germany

Investigación sobre la participación de empresas alemanas en el proyecto Tren Maya

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Tren Maya – Made in Germany – Die gesamte Recherche (DE) 2022
Research: Tren “Maya” Made in Germany (EN) 2021

Según los discursos oficiales, los proyectos de infraestructura significan progreso y desarrollo. De este modo, el proyecto de ferrocarril y autopista „Tren Maya“ parece sólo a primera vista un proyecto inofensivo del gobierno mexicano: En una distancia de más de 1.500 kilómetros, la nueva ruta va a conectar cinco estados federales. Lxs políticxs y las empresas prometen puestos de trabajo, un aumento del turismo e incluso, el camino hacia la modernidad. La realidad es diferente. Este megaproyecto significa la destrucción de las últimas selvas del sur de México, la violación a los derechos de la población indígena, el acaparamiento injusto de tierras y desplazamientos, así como una militarización adicional en una de las regiones más conflictivas del país. A cambio unxs pocxs esperan obtener grandes ganancias y por eso siguen llevando a cabo, sin interrupción, el proyecto del „Tren Maya“. Capital alemán y empresas alemanas también participan en la planificación, construcción y la puesta en marcha del „Tren Maya“. La siguiente investigación se da a partir del viaje de lxs zapatistas por Europa y después de una descripción de las consecuencias del proyecto, se muestra la participación de DB Consulting & Engineering, el interés de SIEMENS y TÜV Rheinland y la conexión con las empresas de la industria de las armas alemanas. Al final hay una presentación de la resistencia contra el proyecto y una entrevista con el Dr. Sergio Prieto Díaz, que lleva años observando el proyecto sobre el terreno y examinando en particular su dimensión geopolítica. Él enfatiza: „El mayor error es ver el „Tren Maya“ sólo como un tren“.

Resumen de la investigación

Generalidades

El llamado „Tren Maya“ es un proyecto de infraestructura propuesto por el gobierno de México, autodenominado „de izquierda“ y ahora „liberal“, que cubrirá un tramo de 1.500 kilómetros desde Palenque hasta Cancún, conectando los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Se supone que impulsará la economía (local) y el turismo y costará unos 150.000 millones de pesos (más de 6.000 millones de euros). Y el tren no viene solo: otro proyecto de autopista lo acompaña. El mismo hecho de que la empresa estatal que maneja este y otros megaproyectos esté bajo la dirección del ejército mexicano sugiere otros motivos inquientantes detrás del Tren Maya. Se ocultan los efectos catastróficos para el ser humano y la naturaleza.

Destrucción del medio ambiente

La magnitud de la destrucción del medio ambiente apenas puede ilustrarse debido a su enorme extensión. „[…] Estudios concluyen que el Tren Maya propiciará la degradación, deforestación y fragmentación de veintitrés Áreas Naturales Protegidas, entre las Patrimonios de la Humanidad […]“, dice Greenpeace México. Solo en la primera fase de construcción se eliminarán más de 11 millones de árboles. Los sistemas de cuevas submarinas con importancia cultural para la población indígena están en peligro por la construcción, mientras que otros ecosistemas dependen de los flujos de agua allí. Además, los mayores recursos de agua subterránea del país están amenazados. Se realizó una evaluación de impacto ambiental con graves deficiencias y sin la participación de los pueblos indígenas:

Menosprecio del los derechos de lxs indígenas y amenazas a lxs acticistas*

„El proceso de consulta indígena sobre el Tren Maya no ha cumplido con todos los estándares internacionales de derechos humanos en la materia “, dice el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH). „Además, con frecuencia, (las consultas) son llevados a cabo en contextos de amenazas, criminalización y hostigamiento, perjudicando su carácter libre“, añade Comité contra de la Discriminación de la ONU. Al mismo tiempo, lxs activistas* que se manifiestan en contra del proyecto ponen su vida en peligro. Los que hablaron en contra del Tren Maya recibieron amenazas de muerte, informa la ONG Front Line Defenders. Sólo el año pasado fueron asesinados veintitrés defensores de los derechos humanos y de la tierra* en México. Por ello, México es uno de los países más peligrosos para lxs activistas*.

Militarización y migración

El ejército mexicano administrará gran parte del Tren Maya y también recibirá los beneficios del proyecto. Al mismo tiempo, esta transferencia de poderes a las fuerzas armadas supone una mayor militarización de una de las regiones más conflictivas del país: En el estado sureño de Chiapas, el ejército mexicano lleva años librando una guerra de „baja intensidad“ contra las comunidades autónomas de les Zapatistas.1 El enfoque cada vez más agresivo del gobierno mexicano hacia lxs refugiadxs de toda Centroamérica también puede vincularse ciertamente al megaproyecto: „Si se ponen en el mapa los diversos megaproyectos y proyectos de infraestructura, se puede ver que son bloques de construcción para una ‚barrera de migrantes‘ diseñada para servir a los intereses geopolíticos de Estados Unidos“, dice Dr. Sergio Prieto Díaz, profesor del Colegio de la Frontera Sur de la universidad de Campeche.

Urbanización y apertura al capital mundial

El valor de los terrenos situados en la línea ferroviaria proyectada y a lo largo de ella ya está aumentando enormemente. El resultado es el desalojo y la desposesión de los anteriores habitantes*. La rápida urbanización y la apertura de los mercados también provocarán un aumento de la delincuencia en la región, como el tráfico de drogas y animales. Un vistazo a los anteriores megaproyectos de infraestructura en el sur de México muestra que la apertura de la región significa principalmente abrirla a la inversión extranjera:
El proyecto es la puerta de entrada del ejército, el Estado y el capital y amenaza con destruir definitivamente el anterior modo de vida y la cultura de la población afectada, que se basa en la agricultura de subsistencia y la propiedad común.

DB Consulting & Engineering – El operador en la sombra

Como „operador en la sombra“, la filial de DB opera en Qatar, Emiratos Árabes Unidos, China, Brasil y Colombia, entre otros lugares. En México, la DB, como parte de un consorcio con otras dos empresas estatales españolas, ha conseguido el contrato para acompañar y asesorar el proyecto. El Secretarío del Estado Alemán, Enak Ferlemann, confirma la participación segura: „De acuerdo con la información proporcionada por Deutsche Bahn AG (DB AG), FONATUR de la Secretaría de Turismo de México ha encargado a DB Engineering & Consulting GmbH el asesoramiento en las decisiones operativas ferroviarias dentro del proyecto „Tren Maya“. […] El contrato se firmó el 1 de diciembre de 2020 y se extiende hasta diciembre de 2023, con un valor contractual de 8,6 millones de euros […].“
El silencio de la DB sobre la implicación puede tener que ver con el hecho de que las consecuencias medioambientales y las violaciones de los derechos humanos del proyecto no encajan en absoluto con la imagen verde, respetuosa con el medio ambiente y con las personas que DB enfatiza en Alemania. Mientras que a la franja roja de los conocidos trenes ICE se le ha añadido una franja verde desde 2019 (ver imagen abajo), el respeto al clima y al medio ambiente resulta ser una mentira y una externalización colonial: Una cuarta parte de toda la energía de tracción alemana es suministrada por la central de carbón Datteln IV. Allí se quema carbón procedente de Colombia, donde se desplaza y asesina a personas para extraer y exportar el “carbón de sangre”. Cuando DB utiliza “oficialmente” electricidad verde, se trata de certificados comprados, una faceta más en el enorme mundo del lavado verde de DB.

SIEMENS Mobility – „Sería un privilegio formar parte del Tren Maya“

SIEMENS ofreció ya en 2018 una participación en el proyecto del Tren Maya, desde la generación y transmisión de energía, electrificación, señalización y automatización hasta los propios trenes. Ahora está claro: el interés continúa en 2021 – y a pesar de las primeras adjudicaciones para la empresa francesa Alstom: En marzo de 2021, varias revistas de negocios mexicanas, entre ellas El Economista, publicaron artículos en línea en los que se informaba de cambios en el proceso de licitación por parte de la autoridad turística responsable FONATUR. Varias empresas internacionales, aparentemente ávidas de conseguir más contratos para secciones del proyecto pidieron entonces a la autoridad que ampliara el plazo para presentar los documentos requeridos en el proceso de licitación ya que el plazo de tres meses sería imposible de cumplir.
Este fue también el caso de SIEMENS:

TÜV Rheinland – Certificados de miseria

Al igual que SIEMENS, la empresa alemana TÜV Rheinland se mostró interesada en el proyecto del Tren Maya en 2018 y se ofreció a participar incluso antes de disponer de planes o estudios más concretos, por ejemplo, sobre los problemas medioambientales. Las tareas para las que la TÜV Rheinland está disponible en el proyecto del Tren Maya parecen tener una extensión similar a las de DB o SIEMENS: La directora de Desarrollo de Negocios de TÜV Rheinland Rail México, Sandra Álamo „[dijo] [en 2018] que ellos [TÜV] pueden participar desde la concepción preliminar del proyecto, la prefactibilidad, la operabilidad, el desarrollo de materiales y todo lo que sea necesario, hasta las pruebas y la ejecución de la obra.“ El “Servicio de Vigilancia Técnica” ha asumido tareas similares en México para la línea 12 del metro de Ciudad de México, que se colapsó en mayo de 2021. Más de 20 personas murieron. El TÜV también realiza inspecciones cuestionables fuera de México. En el derrumbe de una presa en Brasil, murieron más de 250 personas después de que TÜV Süd declarara que la presa era segura.

La industria de armamento alemana y el Tren Maya

Al describir la participación de las empresas alemanas en el proyecto del Tren Maya, no hay que olvidar a actores que a primera vista no tienen nada que ver con la infraestructura. Las fuerzas armadas mexicanas que deben gestionar todo el proyecto de infraestructura y recibir los beneficios, son un cliente frecuente de las empresas de seguridad europeas, y especialmente alemanas. A pesar de que empresas como Heckler & Koch están involucradas en tratos ilegales de armas con México, el gobierno alemán volvió a aprobar la exportación de armas al país el año pasado. Una gran parte de las armas alemanas van a regiones especialmente militarizadas, como Chiapas, donde los militares están presentes en muchas bases alrededor de las regiones autónomas de los zapatistas.

El Convenio 169 de la OIT

El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la ONU es el único sistema jurídico internacional de protección de los derechos de lxs indígenas. En el centro del Convenio 169 de la OIT están los procedimientos de consulta y participación para garantizar la participación y la voz de los pueblos indígenas en los proyectos que les afectan. Alemania ratificó el convenio el 15 de abril de 2021, después de décadas. Dado que Deutsche Bahn es una empresa estatal, exigimos la aplicación consecuente del acuerdo de la OIT y, por tanto, la retirada de DB y sus
filiales del proyecto del Tren Maya.

Actuemos juntos. Manténgase informado.
#TrenMayaStoppen

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Avispa Midia

Red Ambiental Indígena: “No se trata solo del saqueo de nuestra tierra, es el saqueo de nuestra identidad”

Fuente: Avispa Midia

En portada: Tom Goldtooth, director de la Red Ambiental Indígena que se opone a la estrategia REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los bosques) en una conferencia de prensa en las conversaciones sobre el clima de la ONU de 2015 en París, Francia.

Reflexionar sobre lo que REDD+ ha significado para los pueblos indígenas y sus luchas requiere insertar este mecanismo en una reflexión mucho más amplia sobre la historia de los pueblos indígenas. Una historia marcada por la resistencia a la colonización y el racismo, así como al capitalismo y la globalización neoliberal. En esta perspectiva, la resistencia a REDD+ no es un problema solo de los pueblos indígenas de los bosques tropicales; se trata de su histórica lucha mundial por la justicia.


A continuación, reproducimos una conversación entre el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM, por sus siglas en inglés) con Tom Goldtooth, de la Red Ambiental Indígena (IEN, por sus siglas en inglés), y también miembro del Comité Asesor del WRM.

WRM: Por favor, dinos un poco sobre ti, por qué y cómo te comprometiste con el tema REDD+, considerando que provienes de una región sin bosques tropicales ni proyectos REDD+.

Tom: En 1998 tuvimos una reunión sobre el cambio climático con la Red Ambiental Indígena (IEN), a la cual yo representaba, y fue entonces que recibí un mandato de algunas tribus indígenas, líderes espirituales indígenas y grupos de base. Creo que es bueno que la gente sepa que el gobierno de los Estados Unidos reconoce a nuestras 574 tribus, incluidos los nativos de Alaska, así como algunos aspectos de nuestra soberanía. IEN es una organización de base comunitaria, con membresías. No representamos a los líderes indígenas electos. Cuando uso la palabra tradicional me refiero a formas originarias.

En los años 1700 y 1800 hubo un enorme conflicto con la llegada de los colonos, los colonizadores de Europa. Al principio fuimos bastante amables con los colonos; ésa es nuestra naturaleza, cómo somos. Pero después de un tiempo nos dimos cuenta que estas personas tenían su propia agenda: apoderarse de nuestras tierras. Y en el norte siempre se ha reconocido que con la colonización, inevitablemente viene la iglesia. La iglesia necesita bendecir el saqueo de todo un país por colonizadores básicamente europeos. El derecho internacional en ese momento se basaba en leyes europeas, pero era ilegal conquistar un continente entero sin recibir las bendiciones de la iglesia. Dijeron que no éramos civilizados. De hecho, decían que no teníamos alma, a-l-m-a, que éramos menos que humanos. Eso es parte del proceso de colonización. Es fundamental comprender algunos de los antecedentes de los pueblos indígenas del norte. Pero básicamente el mismo proceso ocurrió en las tierras y territorios de la Amazonía y otros bosques tropicales con pueblos originarios allí, los pueblos indígenas, sus habitantes.

Así que hay una larga historia de colonización y saqueo de tierras, s-a-q-u-e-o. Siempre se ha tratado de la tierra. Y eso incluye los diferentes recursos y conceptos de cómo mirar la naturaleza. Por ejemplo, los colonos que llegaron a América del Norte querían los árboles de la costa este para construir su flota de transporte. Esas flotas navieras eran operadas como negocios ya sean del Estado o de individuos o de empresas. Y mucha gente no sabe que durante cientos de años devastaron sus propios bosques en Europa. Así que buscaban más madera para sus barcos, y otros productos. Los españoles buscaban minerales, por ejemplo; los holandeses tenían sus propios intereses. Pero todos basados en el colonialismo.

Entonces, con eso en mente, en 1998 nuestra Red recibió la responsabilidad de comenzar a trabajar en el cambio climático. Buenos Aires fue la primera reunión de la ONU sobre el clima en la que participé y solo asistieron cinco personas indígenas. No estaba familiarizado con las cuestiones vinculadas a los mecanismos de compensación de carbono. Pero como seguí asistiendo a esas reuniones, pronto escuché sobre los mecanismos de comercio de emisiones y escuché más sobre el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), y me interesó, porque la IEN no se limita a los Estados Unidos o a Canadá. Desde la formación de nuestra Red en 1990, siempre hemos contado con la participación de los pueblos indígenas del sur global, especialmente en lo que respecta a inquietudes sobre la protección de la biodiversidad. Esos fueron los primeros años de la formación de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CDB). En esos primeros años de 1990, la mayoría de los grandes problemas se relacionaban a productos químicos tóxicos alrededor de vertederos, a vertederos tóxicos y al vertido de desechos nucleares en tierras Indígenas. Pero a medida que continuamos comenzamos a identificar la terminología de la injusticia ambiental y el racismo ambiental, lo que amplió el diálogo con nuestras 574 tribus y más allá, con nuestra gente en el llamado Canadá.

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Esas terminologías crearon uno de nuestros marcos conceptuales para abordar los problemas de inequidad que enfrentábamos por parte del gobierno de los Estados Unidos. Nosotros veíamos cómo mantener nuestros ecosistemas saludables, pero ellos solo veían los llamados recursos. Los pueblos indígenas que practicaron y practican el saber indígena, las formas de vida indígenas, siempre nos han aconsejado que no miremos a la naturaleza como recursos naturales, que no la miremos como recursos. Así que fuimos guiados por los poseedores del saber tradicional, quienes siempre dijeron que no deberíamos participar del marco conceptual colonialista que mira a la naturaleza desde una perspectiva capitalista o monetaria. Nuestra red fue formada por este tipo de representantes comunitarios de nuestras tribus, miembros que aún conservan nuestro saber tradicional indígena, nuestros conocimientos originarios que nos fueron dados desde el principio de los tiempos.

Comunidades Bribri, Boruca y Térraba mantienen una lucha contra la implementación de proyectos REDD+ en Costa Rica, otro país centroamericano con avances en la implementación del programa. Foto: Juliana Bittencourt

Como en la formación de la IEN tuvimos la participación de pueblos indígenas de América Latina y África, y de Filipinas, siempre nos hemos puesto en una posición en la que también tenemos que explorar cuáles son sus problemas. Queremos participar en temas que podrían significar la violación de los derechos humanos de esos hermanos y hermanas del sur global. Por eso acepté la invitación para ir a [la reunión de la ONU sobre el clima en] Durban. Comencé a ver que los planes de mitigación se estaban fusionando a nivel de la ONU, y que hablaban como si esos planes referidos a los mercados de carbono fueran a salvar a la Madre Tierra y a nuestros pueblos, y nos llevaran a un nivel en el que no tendríamos que preocuparnos por el calentamiento global, por el cambio climático. Siempre he sido cauteloso con el gobierno federal aquí en los Estados Unidos, pero soy más cauteloso aún en las reuniones de la ONU a las que traen no solo a gobiernos sino también al Banco Mundial, a grandes ONG y empresas. Entonces todas mis señales de alerta se encienden. Fue en estas reuniones de la ONU que escuché sobre Kioto y algunos de los debates sobre los bosques, y que hubo una lucha para evitar que se convirtieran en un mecanismo de compensación. Entonces aprendí cómo el Mecanismo de Desarrollo Limpio se convirtió en el mecanismo de compensación más grande del mundo, y luego todas estas cosas se unieron, incluidos los bosques como sumideros de carbono. Esto realmente se convirtió en una preocupación para mí.

Provengo de una región boscosa aquí en los Grandes Lagos, a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y Canadá. Estoy rodeado de bosques. Entiendo la relación con los árboles. Los árboles tienen espíritu. Por nuestro saber tradicional entendemos cómo respiran los árboles, así que entiendo el concepto de carbono. Pero pronto aprendí que las personas que viven en los bosques del sur global realmente corren un gran riesgo y que existen problemas graves, como el acaparamiento de tierras si el bosque está incluido no solamente en estos sumideros de carbono sino también en mecanismos como MDL. Y tuve que estudiar una nueva terminología, como conceptos de forestación y reforestación, y cómo podrían considerarse una metodología dentro del MDL. Pero llamarlos directamente crédito de carbono forestal, fue algo en torno a lo que comenzamos a organizarnos. Pero poco después vino RED, con una sola D, y después se convirtió en REDD, y después en REDD+.

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Al igual que el MDL, REDD+ fue lanzado por el Banco Mundial. Empecé a estudiar los mecanismos financieros que apoyaban esta falsa solución, las instituciones de desarrollo. Aquí es donde comencé a establecer el vínculo de cómo nosotros, como IEN, podemos ayudar a apoyar los derechos de nuestros hermanos y hermanas indígenas de las áreas boscosas del sur global, porque también nos estábamos involucrando, desde 1996, en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB). Y al ir a la CDB fue donde estos temas de interés comenzaron a juntarse, entendiendo el papel del Banco Mundial y las instituciones de desarrollo. Están detrás de algo con lo que estamos muy familiarizados aquí en el norte y es la globalización neoliberal que empezó a mostrar su rostro desagradable. Y recuerdo que usamos ese término, globalización económica y su vínculo con el capitalismo.

Parte de IEN también es el construir alianzas con otras personas de color que están marginadas aquí en los Estados Unidos, y trabajando y estableciendo redes a nivel mundial con organizaciones que luchan contra el capitalismo y la globalización económica. Entonces, todo comenzó a juntarse. Nos involucramos más para tratar de parar REDD+, y se convirtió en un símbolo de nuestra resistencia. En muchos sentidos, las luchas contra esta globalización económica y contra los mercados de carbono son la misma lucha. Me gusta subrayar eso. Y como para nosotros los mercados de carbono son parte de la continuidad de la colonización, no nos causó sorpresa que durante la reunión de la ONU sobre el clima, celebrada en Bali en 2007, el Banco Mundial, la ONU y el paradigma de desarrollo encontraran una manera de trabajar en torno a las compensacionesen bosques, que estaban siendo apiñadas bajo el extraño lenguaje y acrónimo de REDD+. Siento que eso estaba destinado a crear confusión y conflicto, muy cargado de desinformación respecto al clima.

Por supuesto, las organizaciones conservacionistas como la WWF estaban detrás de esto, y ya comenzaron a identificarnos como los malos de la película. Incluso en ese momento las ONG intentaron encontrar personas indígenas amigables que trabajaran con ellos, y trataron de ponernos unos contra otros, no solo aquí en las Américas sino también en el sudeste asiático, en Indonesia y en la reunión de la ONU sobre el clima celebrada en Bali. No me sorprendió que las ONG conservacionistas que estaban detrás de esto empezaran a actuar como ‘verificadores externos’ y se comenzó a evidenciar que iban a ganar dinero con REDD+. Y sí que han estado ganando dinero: Conservación Internacional (CI), WWF, Environmental Defense Fund (EDF) y otras, con sede aquí en Washington DC. En las últimas décadas fortalecieron sus organizaciones para establecer las compensaciones de carbono y verificar estos programas farsantes. Ésa es mi respuesta a tu pregunta.

WRM: Dijiste que REDD+ se ha convertido en un símbolo de tu lucha de resistencia más amplia. ¿Qué te hace decir esto?

Mencioné el colonialismo, la colonización, entonces estos programas colonizadores, como REDD+, parten de la lógica del desarrollo. Se basan en el principio de que los países del sur global pueden seguir el ejemplo occidental de expansión capitalista y salir de la pobreza. Pero como pueblos indígenas del norte, sabemos que eso no es cierto. Y sabemos que ésta ha sido la mentira desde la Segunda Guerra Mundial. Entonces, creo que ha sido bueno para mí, que vengo de las entrañas de la bestia, de los Estados Unidos, poder entender este vínculo con la colonización, con la lógica colonialista del desarrollo.

Indígenas Pataxó forman barricadas en carretera de la región Monte Pascoal, Bahía, lugar donde ONGs conservacionistas promueven proyectos de compensanción de carbono mediante la plataforma REDD+. Brasil, 2014. Foto Santiago Navarro F.

Los impactos sobre los pueblos indígenas son muy profundos. REDD+ es solo una continuación de esa misma lógica colonial, capitalista y patriarcal que ha llevado a este planeta al borde de la violencia y el daño. Es casi imposible decir cuáles han sido los impactos de REDD+ en los últimos 15 años porque REDD+ está integrado a un sistema que se remonta a más de 500 años. Desde mi perspectiva en el norte, deja en evidencia ese trauma histórico que ocurrió desde la colonización de nuestras tierras en el norte. No se trata solo del saqueo de nuestra tierra y nuestros árboles y nuestra agua, nuestras montañas y nuestros pastizales, sino del saqueo de nuestra identidad. Es el reemplazo de nuestras ceremonias tradicionales indígenas por el cristianismo; es que nos quitan nuestro idioma, la colonización que vino literalmente con la violación de nuestros hijos, el trauma histórico que está documentado en Canadá en las escuelas residenciales fundadas por la Iglesia. Éste es un tema serio. Si comparamos los 15 años de una iniciativa global que tiene tal impacto en la vida y el futuro de nuestros pueblos indígenas de los bosques tropicales, esto no es diferente para nosotros de los últimos 500 años.

Me preocupa cómo estos mecanismos del mercado de carbono con promesas de distribución de beneficios provocan la división de nuestros pueblos indígenas, y eso duele profundamente porque impacta en nuestra solidaridad nacional, regional y mundial, y en cómo trabajamos juntos. Muchos de nosotros trabajamos durante 19 años en la redacción de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos Indígenas, y eso no fue fácil de hacer. Y ahora vemos que iniciativas como REDD+ se convierten en una herramienta divisoria, en una estrategia de divide y vencerás. Pero, reitero, éstos no son impactos nuevos, ha habido una historia de este tipo de tácticas utilizadas por los gobiernos coloniales y sus agentes, las empresas. Este nivel de racismo no es nuevo. Los pueblos indígenas tienen las respuestas al cambio climático. Pero si estamos divididos entonces no seremos capaces de liderar el camino que este mundo necesita. Quienes promueven REDD+ están provocando la crisis climática en este sentido. Tienen mucho por lo que responder.

WRM: En respuesta a las críticas e impactos, los promotores de REDD+ crearon las salvaguardas de Cancún, las mejores prácticas, los estándares de certificación, REDD+ participativo, etc., con el argumento de que pueden prevenir violaciones a los derechos humanos. ¿Cuál es tu opinión?

Veo las salvaguardas como pantallas de humo que utilizan para silenciarnos, para silenciar a nuestros hermanos y hermanas indígenas. Para que parezca que van a asumir alguna responsabilidad. Crean salvaguardas para confundir y cambiar el relato apartándolo de la destrucción, de la violencia que viene con esa destrucción, de la que son responsables. No les dicen a los pueblos de la Amazonía que el dinero proviene de empresas contaminantes. No les dicen que en algún lugar lejano podría haber una refinería, una ciudad de refinerías que continúan emitiendo químicos tóxicos y gases de efecto invernadero que causan una gran contaminación y enfermedades respiratorias entre las comunidades locales donde están esas refinerías de petróleo, que matan gente. No les cuentan de toda la violencia y destrucción de la que REDD+ es responsable.

He hablado con algunas personas indígenas después de que ONGs como EDF o Conservación Internacional (CI) hicieron talleres y les pregunté: “¿Les dijeron de dónde viene el dinero?” Y ellos contestaron: “No, creo que viene del Banco Mundial”. Yo les dije, “No, viene de Chevron”, porque en ese caso era Chevron, y se sorprendieron, quedaron consternados. “Gazprom”, “¿Qué?”, dijeron. Así es como funciona. Y también les dije “¿Sabían que hay pueblos indígenas, afrodescendientes, blancos pobres, mexicanos hispanohablantes, que viven al lado de una refinería de petróleo en Richmond, California, en la zona de San Francisco, que se están muriendo de enfermedades respiratorias por las emisiones de esas refinerías de petróleo? Y estas empresas les dicen a la gente que se han vuelto neutras en carbono. Les dicen que invierten su dinero en la selva del Amazonas para proteger a la gente”.

En el norte he tenido que explicar este maquillaje verde. La gente de los bosques no entiende cómo funciona, pero sienten que los están violando, que los quieren convencer de que es bueno recibir dinero de REDD+. Entonces, es por eso que la sola discusión sobre salvaguardas confunde y aparta del relato que habla de la violencia y la destrucción de la que son responsables estos vaqueros del carbono y los gobiernos que impulsan todo eso. Hay mucha gente de organizaciones conservacionistas que creen que REDD+ puede funcionar. Están confundidos y no ven cuán racistas son REDD+ y otros programas de compensaciónde carbono. Les he dicho que estos son mecanismos que certifican el robo de tierras, y no les gusta que hable así: Certificación de robos de tierras. ¿Salvaguardas para justificar más combustibles fósiles y más contaminación? Es una locura. ¿Mejores prácticas? ¿Para qué? ¿Para más despojo? Es ridículo.

Tom Goldtooth comparte su postura contra REDD y su vertiente “indígena” que se discutía en el marco de la COP20. Lima, Perú. 2014. Foto: Juliana Bittencourt

El multimillonario Jeff Bezos creó el fondo Jeff Bezos Earth Fund. Puso cien millones de dólares estadounidenses justo después de la reunión de la ONU sobre el clima en Bali para financiar a WWF, el EDF, Conservación Internacional y TNC. Detrás de ese financiamiento está la agenda para ayudar a impulsar sus programas de compensación de carbono y de biodiversidad y sus programas de captura y almacenamiento de carbono. ¡400 millones de dólares en el bolsillo de las organizaciones que impulsan esta agenda! IEN y otras organizaciones todavía estamos tratando de sumar nuestras campañas para poder combatir esto.

Seguirá habiendo violaciones a los derechos humanos, desalojos. ¿Quién va a pedir cuentas al presidente de la República Democrática del Congo? ¿Quién va a pedir cuentas al presidente de Brasil? Quieren borrar la historia de los pueblos indígenas originarios de sus países. Quieren reescribir la historia. Quieren ignorar que los pueblos originarios tienen derechos inherentes. Eso es a lo que le temen.

WRM: Algunas organizaciones indígenas se han comprometido activamente con REDD+, lo que ha dado como resultado propuestas como ‘REDD+ indígena’ y campañas como ‘Sin derechos, no hay REDD’ (‘No Rights, No REDD’). Mirando en retrospectiva, ¿crees que es posible conciliar los derechos y valores fundamentales que defienden los pueblos indígenas con lo que representa REDD+?

Toda esa historia que tengo en relación con el trabajo con REDD+ nos atrapó, podría decirse. Siempre ha sido un tema que ha pasado factura. Fui invitado al Foro Social Mundial en Belém, Brasil, en 2009. Alguien me invitó a una reunión con pueblos indígenas para explicar desde mi perspectiva las preocupaciones y problemas que tenemos con respecto a la implementación de REDD+. Cuando me presenté, Steve Schwartzmann, de EDF, me miró y preguntó “¿Por qué está aquí?” Él ya tenía problemas conmigo. Fue en la época en que las ONG comenzaron a acercarse a nuestros pueblos indígenas. EDF tenía mucho dinero y obtuvo la aprobación de numerosos líderes de la Amazonía, incluida la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA). Así que la COICA comenzó a trabajar con las ONG y desarrolló el concepto de ‘REDD+ Indígena’.

Pero ha sido un largo camino. Tengo mucho tiempo trabajando en esto, y hubo una estrategia en Bangkok, Tailandia, cuando la ONU hizo una reunión sobre el clima allí y elaboramos estrategias [sobre derechos y REDD]. No creí entonces y todavía no creo que los gobiernos donde viven las comunidades y pueblos indígenas que habitan los bosques les otorgarán derechos a los pueblos indígenas; eso significa derechos sobre la tierra, títulos de propiedad de sus tierras, y en la Amazonía eso significa también derechos al subsuelo. Pero, mirando en retrospectiva, creo que cometí un error, porque había una estrategia en la reunión de la ONU en Tailandia, con la gente del sudeste asiático que estaba tratando de hacer que REDD+ funcionara, junto con otros delegados indígenas de la Amazonía, con la COICA, y nosotros planeamos una protesta en esa reunión de la ONU con el lema ‘Sin derechos, no hay REDD’. Recibió algo de atención. Hasta el día de hoy hay algunos debates en torno a esa estrategia. ¿Fue una buena estrategia? Planteó la pregunta: ¿existe la posibilidad en Perú o incluso en Colombia o hasta en Brasil de otorgar derechos a los pueblos indígenas? ¿Derechos a la tierra en zonas de bosque? No me parece. Y esa estrategia ha estado detrás del enfoque ‘REDD+ indígena’.

He hablado con algunas personas indígenas acerca de la pregunta: ¿cómo es posible que concilien sus costumbres, su cosmovisión, su espiritualidad indígena, cómo es posible conciliarlas con un sistema de mercado capitalista de hombres blancos? Incluso pudiendo implementar una iniciativa REDD+ de base indígena, igualmente deben participar de la mercantilización y la privatización de sus bosques y del carbono de sus árboles. No es el gobierno quien está haciendo eso, no son entidades externas, son ustedes que lo están haciendo ahora como pueblos indígenas. Parece tan contradictorio que nuestros hermanos y hermanas indígenas de la Amazonía estén luchando contra las concesiones petroleras, y en cualquier proyecto indígena REDD+ resulta que el financiamiento de REDD+ proviene de Chevron y de otros contaminadores. ¿Y cómo se concilia eso? Todavía formulo esa pregunta. No sé cómo pueden conciliarlo. Significa que dejaron de lado el saber espiritual indígena para participar del capitalismo climático.

Cuando hago un seguimiento de este tema con gente de base de la Amazonía, en los pueblos remotos lo entienden; no es complicado. A menudo no lo apoyan. Y en los últimos años comenzaron a cuestionar las alianzas indígenas de la Amazonía que actúan como intermediarias y como agentes de proyectos REDD+. Es un tema muy político en la Amazonía, de la misma forma que lo es de donde vengo, en el norte. Siempre valoro en IEN los mecanismos reales que aseguren una participación significativa, y para temas tan complicados como los mercados de carbono y los sistemas de compensación es imperioso aplicar los principios del Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI). En estas complejas relaciones políticas en la Amazonía es fundamental que haya una información cabal sobre todos los aspectos de estos mecanismos REDD+, y ahora de las llamadas ‘Soluciones basadas en la naturaleza’.

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Es una estructura política compleja. El jefe Ninawa HuniKui de Acre, Brasil, tiene su perspectiva y su posición y hay grupos que intentan dividir a su gente sobre este tema. Lo mismo ocurrió con Marlon Santi, de la comunidad Sarayako en Ecuador, cuando empezó a hablar sobre esto. Incluso Gloria Ushigua, de la comunidad Sápara de la Amazonía de Ecuador, tiene diferencias con familiares suyos en el pueblo que apoyan traer un proyecto REDD+ a la zona. Tener información es muy importante. El principio de implementación del Consentimiento Libre, Previo e Informado es muy importante. Los pueblos indígenas y las comunidades que dependen de los bosques deben conocer cabalmente y a fondo las complejidades de los proyectos REDD+ y cómo involucran a las industrias contaminantes que se adueñaron del carbono de los bosques. Realmente me preocupo y rezo para que no haya derramamiento de sangre en los pueblos por estos temas.

WRM: ¿Cuáles son los principales desafíos para los pueblos indígenas ante el renovado impulso de REDD+ con el atractivo nombre de: ‘Soluciones basadas en la naturaleza’?

He estado pensando en esto y hemos hablado al respecto considerándolo dentro de las falsas soluciones. Nuestro desafío es ¿cómo transmitir que esto [las Soluciones basadas en la naturaleza] es una especie de frontera rotunda de la colonización que se está apoderando sistemáticamente de la Madre Tierra a través de la privatización y la mercantilización? Este proceso mundial lo hace a través de mecanismos que separan y cuantifican los ciclos y funciones de la Madre Tierra, como el carbono y la biodiversidad, y los convierte en ‘unidades’ que se venden en los mercados financieros y especulativos.

¿Cómo podemos transmitir esto y producir materiales de educación popular para conectar los puntos que unen las estructuras de una economía fósil con la financiarización de la naturaleza, que no respeta los derechos humanos ni los derechos de los Pueblos Indígenas? ¿Cómo construimos nuestro movimiento de resistencia para que lo entiendan quienes están al frente de la lucha contra los oleoductos y la explotación de petróleo y defienden la tierra?

Los instrumentos de los gobiernos de los países colonizados giran en torno a los derechos de propiedad. Entonces, las ‘Soluciones basadas en la naturaleza’ se refieren a compensaciones. Las empresas contaminantes proporcionan el dinero para las tierras que harían la compensación, como compensacionesde conservación, y al final son las empresas las que se adueñan de esas tierras que se reservaron. Éste es el plan detrás del objetivo 30×30 [que para 2030, el 30% del territorio mundial quede bajo Áreas Protegidas]. Así que el cambio de nombre de REDD+ a ‘Soluciones basadas en la naturaleza’ es peligroso.

Estamos en presencia de un enorme impulso a este plan en todo el mundo. Y aquí en los Estados Unidos, en las entrañas de la bestia, actualmente hay un proyecto de ley, una legislación llamada “Ley de soluciones climáticas en crecimiento”, que otorga al Departamento de Agricultura autoridad para crear un sistema en línea para el registro de compensaciones de carbono, que ayudará a los agricultores a ingresar al mercado voluntario de compensación de carbono. Así que aquí también encontramos a REDD+. Pero también está en otros sitios, dentro de los sistemas de fijación de precios del carbono, como en Colombia. El problema principal ahora es cómo vamos a detener este sistema matriz que permite estos oleoductos. Estos programas, como la fijación de precios del carbono, se están volviendo cada vez más complejos. Impuestos con REDD+, banca de carbono, bonos verdes, y se puede seguir y seguir.

Todas estas compensaciones se consideran amigables con la naturaleza. ¿Cómo puedes cuestionar algo que protege a la naturaleza? Eso es lo que me pregunta la gente. Nos preocupa, porque estamos perdiendo la batalla, estamos perdiendo la batalla aquí en Washington D.C. por las falsas soluciones que impulsa Biden, que es neoliberal. Y todo esto tiene que ver con el capitalismo y el colonialismo. Y algunos de los grupos ambientalistas dicen, “bueno, no cuestiones esto, tenemos que trabajar con Biden”. Pero no podemos. Así que seguimos haciendo campañas, muchas campañas educativas.

Y por encima, están las promesas de ‘cero emisiones netas’ de numerosas empresas. Y es importante vincular los problemas y hablar de esto también. Bajo el paraguas de ‘cero emisiones netas’ se utilizan dos mecanismos. O bien pueden comprar compensaciones asociadas a la tierra, que se denominan ‘Soluciones basadas en la naturaleza’, o bien pueden utilizar la captura y el almacenamiento de carbono. Ambos mecanismos apoyan y refuerzan la industria de los combustibles fósiles. Esto no permite que la política de Estados Unidos, de Canadá, de Europa y de otros países que impulsan los combustibles fósiles, se aparte de los combustibles fósiles. No les permite conservarlos en el subsuelo, sino seguir como hasta ahora. Así que seguiremos teniendo oleoductos, seguirá el tránsito de camiones petroleros, seguiremos teniendo el transporte de energía sucia, de combustibles fósiles, hasta que lleguemos al núcleo de la matriz, de los problemas, y ésas son las ‘Soluciones basadas en la naturaleza’, que es la privatización definitiva de la Madre Tierra Naturaleza.

Una versión de esta entrevista fue publicada en 15 años de REDD. Un mecanismo intrínsecamente corrupto

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Camino al Andar

Rojava: Brotes de la revolución

Por Mauricio Centurion

Una mirada desde Ameríca Latina a la revolución de Rojava, que hoy está amenazada por Turquía y es defendida en la calle por jóvenes que crecieron en el corazón de ella.

Después de cinco días de viaje, cruzo desde Sulaymaniyah (Kurdistán iraquí) hacia Rojava (Kurdistán sirio) para registrar una manifestación de jóvenes que apoyan esta revolución con 10 años de existencia.
 

Un precario puente divide la frontera: allí está el Tigris, uno de los pocos y más grandes ríos en la zona. Luego de horas de burocracia presentando papeles y credenciales, e intentando vencer las barreras idiomáticas, logro pasar a la siguiente frontera que está a 500 metros

-Bi xêr hatî Rojava- me dice un policía.

 

Esta es, quizás, la primera vez que tengo confianza al ver a los ojos a un uniformado. Con ayuda de un traductor le pregunto cómo llegar a la ciudad donde me tengo que encontrar con periodistas de la zona para cubrir la manifestación. Después de preguntarme de dónde soy se ofrece llevarme y digo que sí. Es la segunda vez que cómo periodista subo a la camioneta de la policía. La primera vez es mejor olvidarla.

 
En el camino me mira y sonríe. “Argentina, Argentina”, dice y suelta palabras en kurmanji, su lengua que todavía no puedo entender.
Un niño camina de la mano con su abuelo y mira unas letras prendidas en fuego. Levanta su pequeña mano y con los dedos hace una V. Las letras son las iniciales del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). Ese partido, creado hace más de cuarenta años por Abdullah Öcalan, fue la principal influencia para que, en 2012, en el marco de la Primavera Árabe que conmocionó a todo Medio Oriente y el Magreb, el pueblo de Rojava liberara los territorios del norte del país. Ese levantamiento que desbordó al gobierno de Damasco tuvo sus principales causas en la lucha por las libertades básicas, libertades que hasta ese momento estaban vedadas para los y las kurdas: el derecho a habitar y cultivar sus tierras, hablar su propio idioma, ejercer sus derechos políticos y culturales.

Décadas de luchas tuvieron que pasar los pueblos kurdos, árabes, armenios, asirios, musulmanes, cristianos y yezidíes frente a los estados-nación y las fronteras que dividen a sus habitantes. A finales de mayo de este año, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, volvió a amenazar a los pueblos de Rojava: anunció una nueva etapa en la invasión militar contra el norte y el este de Siria. Como ya lo hizo en 2018 y 2019, Erdogan destina todo el poderío del Estado turco para destruir el proyecto social y político en Rojava, compartido por cinco millones de personas, ya sean kurdos, árabes, armenios, asirios, musulmanes, cristianos o yezidíes.

 
 
Mientras Erdogan invade y destruye, ninguna potencia internacional hace absolutamente nada.

En respuesta a esta amenaza, miles de jóvenes del Movimiento Juvenil Revolucionario y de la Unión de Mujeres Jóvenes organizaron una marcha de tres días, desde la ciudad de Qamishlo hasta Derik, otra localidad ubicada a 150 kilómetros de distancia. Durante la larga marcha se levantó una sola consigna: “Únete a la guerra de liberación contra ocupantes y traidores”.

Con los pies entre los pasos de quienes marchan, el sol pega y la tierra se siente en la garganta. Un joven se me acerca y pregunta: “tu ji ku dere ki?” (¿de dónde sos?). Cuando digo “ez ji Argentina me”, me mira y comienza a nombrar al Che Guevara, a Maradona, a Messi. Después me abraza, me da dos besos y me dice “serkeftin” (¡hasta la victoria!).

En la marcha veo cómo hombres y mujeres bailan. Hasta hace pocos años, esa costumbre milenaria, como también lo es el canto y la música, estaba prohibida para el pueblo kurdo de Rojava. Las horas caminando por el desierto no desalientan a nadie. Bailes, voces, cantos se funden, otra vez, como resistencia.

 
Un joven “cuadro” -como llaman aquí a las personas que forman parte del movimiento kurdo y han estado por varios años formándose políticamente-, se acerca, se sienta en cuclillas y nos sirve agua a los que estamos ahí. Cuando termina, no le queda para él. Se ríe, le queremos dar la nuestra y no acepta. Por suerte hay un internacionalista alemán que habla tanto kurdo como español y me cuenta lo que dice: “Empieza por lo simple, hoy dejas sin agua a alguien, mañana te hacen falta cosas materiales para estar bien, pasado sos tu propio enemigo. Al mundo se lo cambia desde simples gestos, es muy importante que actuemos de esta manera, porque alguien que no actúa de esta manera y habla de revolución resulta incoherente. ¿Quién le va a creer a un burgués que predica lo que no hace?”
 

Su sonrisa es atrapante, en sus ojos hay seguridad. Pienso que, cuando la revolución se desató, apenas tendría nueve años.

 En el camino me ofrecen más agua y comida, halagan mis tatuajes y me preguntan, con cara de confusión, por qué tengo un aro en la nariz. Los vecinos que no participan de la marcha sacan mangueras para que los jóvenes tomen agua y se mojen la cabeza. El pañuelo en el Medio Oriente, tiene muchos significados: uno de ellos es cubrirte del sol; mi cabeza lo comprende enseguida. Al otro día, conseguí un pañuelo, al que no voy a soltar hasta mis últimas horas en Rojava.
La revolución en el norte y el este de Siria es amenazada por diferentes intereses. Además, es literalmente bombardeada por Turquía. En las últimas semanas, tanto el ejército de Ankara como los grupos mercenarios, que son sus aliados en la región, redoblaron los ataques contra aldeas y ciudades de Rojava.
En la marcha, rodeando a los jóvenes, las unidades de mujeres milicianas custodian nuestros pasos. Ese icono de mujeres con armas luchando contra ISIS, que llegó a Occidente de forma espectacular, se transfigura cuando un par de niñas se acercan a saludarlas con dos besos y un abrazo.
 

No veía tantos jóvenes agrupados luchando por una causa desde el movimiento de mujeres en Argentina. ¿Será esa la causa por la que es tan difícil para los enemigos acabar con esta revolución? Con estos diez años de avances, resistencias y miles de desafíos por delante, el movimiento político que liberó Rojava continúa plantando las semillas para reforestar la tierra donde crece la esperanza. Esperanza y vida que desde hace décadas intentan aniquilar, pero no lo lograrán.

 
 

Rebentos da revolução

Um olhar desde a América Latina sobre a revolução em Rojava, hoje ameaçada pela Turquia e defendida nas ruas por jovens que cresceram no seu seio/no seu coração. Por Mauricio Centurión*, para diferentes meios independentes de ambos os lados do oceano.

 

Após cinco dias de viagem, atravesso de Sulaymaniyah (no Curdistão Iraquiano) para Rojava (o Curdistão Sírio) para registar uma manifestação de jovens que apoiam esta revolução de 10 anos.

Uma ponte precária divide a fronteira: ali está o Tigre, um dos poucos e maiores rios da região. Após horas de burocracia, apresentando documentos e cartões de identificação, e tentando ultrapassar as barreiras linguísticas, consigo atravessar para a próxima fronteira, a 500 metros de distância.

“Bi xêr hatî Rojava”, diz-me um polícia.

Esta é talvez a primeira vez que tenho a confiança de olhar um homem fardado nos olhos. Com a ajuda de um tradutor, pergunto-lhe como chegar à cidade onde tenho de me encontrar com jornalistas locais para cobrir a manifestação. Depois de me perguntar de onde eu era, ofereceu-me uma boleia e eu disse-lhe que sim. É a segunda vez que, como jornalista, entro na carrinha da polícia. A primeira, é melhor esquecê-la.

No caminho, ele olha para mim e sorri.

“Argentina, Argentina”, diz ele, soltando palavras em Kurmanji, a sua língua que eu ainda não consigo compreender.

Um rapazinho anda de mãos dadas com o seu avô e olha para algumas letras incendiadas. Levanta a sua pequena mão e faz um V com os dedos. As letras são as iniciais do Partido dos Trabalhadores do Curdistão (PKK). Este partido, criado há mais de quarenta anos por Abdullah Öcalan, foi a principal influência para o povo de Rojava na libertação dos territórios do norte do país em 2012, no contexto da Primavera Árabe que abalou todo o Médio Oriente e o Magrebe. Esta revolta, que saiu do controlo do governo em Damasco, teve as suas principais causas na luta pelas liberdades básicas, liberdades que até então tinham sido negadas aos Curdos: o direito de habitar e cultivar as suas terras, de falar a sua própria língua, de exercer os seus direitos políticos e culturais.

Décadas de lutas foram travadas pelos povos curdos, árabes, arménios, assírios, muçulmanos, cristãos e yazidis, face aos Estados-nação e às fronteiras que dividem os seus povos. No final de Maio deste ano, o Presidente da Turquia Recep Tayyip Erdogan voltou a ameaçar os povos de Rojava: anunciou uma nova etapa na invasão militar contra o norte e o leste da Síria. Como já fez em 2018 e 2019, Erdogan está a utilizar todo o poder do Estado turco para destruir o projecto social e político em Rojava, partilhado por cinco milhões de pessoas, sejam elas curdas, árabes, arménias, assírias, muçulmanas, cristãs ou yazidis.

Enquanto Erdogan invade e destrói, nenhuma potência internacional faz o que quer que seja.

Em resposta a esta ameaça, milhares de jovens do Movimento Revolucionário da Juventude e da União das Mulheres Jovens organizaram uma marcha de três dias desde a cidade de Qamishlo até Derik, outra cidade a 150 quilómetros de distância. Durante a longa marcha foi levantado um único slogan: “Junta-te à guerra de libertação contra ocupantes e traidores”.

Com os meus pés entre os passos dos caminhantes, o sol bate e a terra sente-se na garganta. Um jovem aproxima-se de mim e pergunta: “tu ji ku dere ki?” (de onde és?).

Quando lhe digo “ez ji Argentina me”, ele olha para mim e começa a nomear Che Guevara, Maradona, Messi. Depois abraça-me, beija-me duas vezes e diz “serkeftin” (até à vitória!).

Na marcha, vejo como homens e mulheres dançam. Até há alguns anos atrás, este costume antigo, como o canto e a música, era proibido ao povo curdo de Rojava. As horas de caminhada pelo deserto não desencorajam ninguém. Danças, vozes, canções fundem-se, mais uma vez, como resistência.

Um jovem “quadro” – como aqui chamam às pessoas que fazem parte do movimento curdo e que estiveram vários anos a formar-se politicamente – aproxima-se, agacha-se e serve água aos que estamos ali. Quando termina, não sobra água para si. Ele ri-se, nós queremos dar-lhe a nossa e ele não aceita. Felizmente, há um internacionalista alemão que fala curdo e espanhol e me conta o que ele diz: “Começa pelas coisas simples, hoje deixas alguém sem água, amanhã precisas de coisas materiais para estar bem, no dia seguinte és o teu próprio inimigo. O mundo muda-se com gestos simples, é muito importante que actuemos desta forma, porque alguém que não actua desta forma e fala de revolução é incoerente. Quem vai acreditar num burguês que prega o que não faz?”

O seu sorriso é cativante, nos seus olhos há segurança. Penso que quando a revolução eclodiu, ele tinha apenas nove anos de idade.

No caminho, oferecem-me mais água e comida, elogiam as minhas tatuagens e perguntam-me, com um olhar confuso nos seus rostos, porque tenho um anel no nariz. Os vizinhos que não participam na marcha trazem mangueiras para os jovens beberem água e molharem as cabeças. O véu, no Médio Oriente, tem muitos significados: um deles é cobrir-te do sol; a minha cabeça compreende isto imediatamente. No dia seguinte, consegui um lenço, e não o vou largar até às minhas últimas horas em Rojava.

A revolução no norte e leste da Síria está ameaçada por diferentes interesses. Além disso, este território é literalmente bombardeado pela Turquia. Nas últimas semanas, tanto o exército de Ancara como os grupos mercenários, que são seus aliados na região, redobraram os seus ataques a aldeias e cidades em Rojava.
Na manifestação, rodeando os jovens, as unidades de mulheres milicianas guardam os nossos passos. Esse ícone de mulheres com armas a lutar contra o ISIS, que chegou ao Ocidente de forma espectacular, é transfigurado quando um par de raparigas se aproxima para as cumprimentar com dois beijos e um abraço.

Desde o movimento de mulheres na Argentina que não via tantos jovens juntos para lutar por uma causa. Será essa a razão pela qual é tão difícil para os inimigos acabar com esta revolução? Com estes dez anos de progressos, resistência e milhares de desafios pela frente, o movimento político que libertou Rojava continua a plantar as sementes para reflorestar a terra onde cresce a esperança. Esperança e vida que há decadas tentam aniquilar, mas não conseguirão/serão bem sucedidos.

 
 
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El Salto diario

La policía desaloja la ODS Ingobernable en la calle Cruz de Madrid

A las 8h del 24 de mayo, acompañado de un cortejo de furgonetas policiales, un contingente de antidisturbios ha procedido al desalojo de la Oficina de Derechos Sociales (ODS) de La Ingobernable, en la calle Cruz de Madrid. Termina así la experiencia de este centro social, que fue recuperado por la asamblea de La Ingobernable hace un año escaso en el edificio del Hotel Cantábrico, que pertenece a la empresa de peluquería Marco Aldany. “Los propietarios del edificio de calle Cruz, Marco Aldany junto con One Shot Hotels, nos han desalojado sin previo aviso, después de que el espacio estuviera durante cinco años abandonado”, afirman desde el centro social a El Salto.

Según explican, One Shot Hotels es una empresa hotelera propiedad de la aristocrática Familia de Solís Tello y Luis Felipe Mendieta, participada por fondos de inversión como Nazca. Dicha familia ha alquilado el antiguo Hostal Cantábrico a los hermanos Fernández Luengo, más conocidos por ser los propietarios de la cadena de peluquerías Marco Aldany. Desde el Ayuntamiento de Almeida, han permitido el cambio de uso de suelo para convertir el edificio ahora abandonado en un hotel de lujo.

 

No es solo esta operación de especulación lo que quieren denunciar desde el centro social, “sino de acaparamiento de aquellos que ya gozan de un amplio imperio inmobiliario” en referencia a la familia que controla la cadena de peluquerías y que “cuentan con más de diez empresas y múltiples propiedades y negocios: ZZ Inmobilari Próxima con un patrimonio de 12 millones de euros en terrenos, 58 millones de euros en propiedades, además del Hostal Residencia Arti en Gran Vía, el Hotel Ciudad de Alcalá, un conglomerado en el negocio de las residencias de estudiantes y 19 apartamentos repartidos entre Atocha, Malasaña y Gran Vía”.

En 2019, una de sus empresas ejecutó un desalojo extrajudicial con denuncia de lesiones y agresiones homófobas del CSOT La Pluma. Uno de los hermanos, Daniel Fernández Luengo, sigue pendiente de resolución judicial sobre las agresiones y delitos de odio por los insultos homófobos que la empresa de matones que contrató para el desalojo.

Durante estos doce meses, la asamblea que recuperó el espacio se focalizó en cubrir siete ejes de trabajo: el derecho a la vivienda, derecho a la alimentación, derecho a la protesta, precariedad laboral, transfeminismos y disidencias, renta básica y salud comunitaria.

Entre sus paredes se procuraron espacios de estudio y trabajo para distintos colectivos y se planificaron acciones como la de desobediencia no violenta que tiñó el Congreso de los Diputados de color rojo el pasado mes de abril para denunciar el retraso en la acción climática.

La ODS se levantó sobre un hotel de cuatro plantas, más de 2.000 metros cuadrados, con alrededor de 120 habitaciones, que llevaba más de cinco años abandonado. Se trataba del tercer emplazamiento de La Ingobernable, tras el edificio que dio lugar a la asamblea, en la calle del Gobernador, y la efímera ocupación de la calle Alberto Bosch, que fue desalojada durante el estado de alarma.

A lo largo del mes de mayo se han acumulado las noticias en torno a esta asamblea. El día 6, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) dictaminó que el Ayuntamiento de Madrid estaba fuera de la legalidad para desalojar el primer centro social La Ingobernable el 13 de noviembre de 2019 y, aún sabiéndolo, procedió por causas ajenas a sus competencias al desalojo. Un día después, ese espacio anunciaba la okupación del antiguo convento de Las Recogidas, parte del patrimonio de UGT, que el sindicato quiere convertir en un hotel. Tras unas horas de retención a decenas de personas por parte de la policía, el día 8, Delegación de Gobierno autorizaba el desalojo de ese edificio en la calle Hortaleza.

“Una vez más, aquellos que prefieren seguir enriqueciéndose a costa de hacer más hoteles vuelven a desalojar un centro social”, lamentan desde La Ingobernable, que ven en este ataque contra los centros sociales “una evidencia más de la ciudad que quieren. Una ciudad muerta llena de hoteles”.

“Están deseando eliminar de la ciudad los espacios vecinales, quieren dejar Madrid vacía de centros sociales”, alertan en referencia a los ataques, desalojos y ensañamiento con otros centros sociales. “La lista es larga: La Gasoli (Guindalera), el Solar Maravillas (Malasaña), La Salamandra (Moratalaz), La Dragona (La Elipa), La Yaya (Argüelles), la Casa de las Asociaciones (Hortaleza), el EV Montamarta (San Blas), el EVA de Arganzuela , la Casa de la Cultura (Chamberi), La Casa del Cura (Malasaña), La Enredadera (Tetuán), la actual amenaza sobre el Atalaya (Vallekas) o lo comprobamos: están deseando eliminar de la ciudad los espacios vecinales. Y regalársela a la especulación y la turistificación”.