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Caitlin Johnstone

Assange está libre, pero no se ha hecho justicia


Fuente: Caitlin Johnstone

Julián Assange está libre. En el momento de escribir este artículo, se encuentra de camino a las Islas Marianas del Norte, un remoto territorio estadounidense en el Pacífico occidental, para finalizar un acuerdo de culpabilidad con el gobierno de Estados Unidos que lo sentenciará a cumplir tiempo en la prisión de Belmarsh. Salvo que el imperio haga travesuras turbias en el proceso, regresará a su país de origen, Australia, como un hombre libre.

Es importante destacar que, según los expertos que he visto comentar sobre este sorprendente nuevo acontecimiento, no parece que su acuerdo de declaración de culpabilidad establezca nuevos precedentes legales que sean perjudiciales para los periodistas en el futuro. Joe Lauria informa lo siguiente para Consortium News:

“Bruce Afran, un abogado constitucional estadounidense, dijo a Consortium News que un acuerdo de culpabilidad no crea un precedente legal. Por lo tanto, el acuerdo de Assange no pondría en peligro a los periodistas en el futuro de ser procesados ​​por aceptar y publicar información clasificada de una fuente porque Assange aceptó tal cargo”.


Obviamente tengo muchos sentimientos importantes sobre todo esto, después de haber seguido tan de cerca este importante caso durante tanto tiempo y haber trabajado tanto para escribir sobre él. Hay muchísimo trabajo por hacer en nuestra lucha colectiva para liberar al mundo de las garras de la máquina asesina imperial, pero estoy muy feliz por Assange y su familia, y me siento bien al lograr una victoria sólida en esta lucha.

Sin embargo, nada de esto deshace los males imperdonables que el imperio infligió en su persecución a Julian Assange, ni revierte el daño mundial que se ha causado al convertirlo en un ejemplo público para mostrar lo que le sucede a un periodista que cuenta verdades incómodas sobre los más poderosos del mundo. gobierno.

Entonces, si bien Assange puede ser libre, no podemos decir correctamente que se ha hecho justicia.

La justicia sería que Assange recibiera un perdón total e incondicional y recibiera millones de dólares en compensación por parte del gobierno estadounidense por el tormento que le hizo pasar con su encarcelamiento en Belmarsh a partir de 2019, su encarcelamiento de facto en la embajada de Ecuador a partir de 2012. , y su encarcelamiento y arresto domiciliario a partir de 2010.

La justicia sería como si Estados Unidos hiciera cambios legales y políticos concretos que garanticen que Washington nunca más pueda usar su poder e influencia a nivel mundial para destruir la vida de un periodista extranjero por informar hechos inconvenientes al respecto, y emitiera una disculpa formal a Julian Assange y Su familia.

La justicia sería el arresto y el enjuiciamiento de las personas cuyos crímenes de guerra expuso Assange, y el arresto y el enjuiciamiento de todos los que ayudaron a arruinar su vida por exponer esos crímenes. Esto incluiría una gran cantidad de agentes y funcionarios gubernamentales de numerosos países y varios presidentes de Estados Unidos.


La justicia parecería una bienvenida de héroe y honores de héroe desde Australia a su llegada, y una revisión seria de la servil relación de Canberra con Washington.

La justicia sería como disculpas formales para Assange y su familia por parte de los consejos editoriales de todos los principales medios de prensa que fabricaron el consentimiento para su cruel persecución — incluido y especialmente The Guardian — y la destrucción completa de la reputación de cada prestituto sin escrúpulos que ayudó a difamarlo. A través de los años.

Si estas cosas sucedieran, entonces tal vez podríamos argumentar que se ha hecho justicia hasta cierto punto. Tal como están las cosas, todo lo que tenemos es el cese de un solo acto de depravación por parte de un imperio que sólo está retrocediendo para dejar espacio a depravaciones más nuevas e importantes. Todos todavía vivimos bajo una estructura de poder que se extiende por todo el mundo y que le ha demostrado al mundo entero que destruirá tu vida si expones su criminalidad y luego retrocedes y con orgullo llamas a esto justicia.

Así que personalmente creo que voy a tomarme esta pequeña victoria con calma, con un rápido “gracias” al cielo y volveré al trabajo. Todavía queda mucho por hacer y muy poco tiempo para hacerlo.

La lucha continúa.

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Avispa MIdia

Ataques de Israel en Gaza escala muertes de civiles a más de 37 mil

Fuente: Avispa Midia

Por Ñaní Pinto

Gaza sigue siendo destruida por ataques aéreos y bombardeos intensivos por parte de las fuerzas de ocupación israelíes, mientras que el número de personas asesinadas va en aumento. Según los últimos informes del Ministerio de Salud de Gaza el saldo trágico asciende ya los 37 mil 266 muertos y al menos 85 mil 102 heridos. 

El Ministerio de Salud ha puntualizado que la mayoría de las víctimas son mujeres y niños, en su gran mayoría civiles inocentes. A ello se agrega que hay un registro de más de 12 mil personas atrapadas bajo los escombros en diversas partes de Gaza, sin acceso a la asistencia médica urgente.

Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos internacionales denuncian la dificultad de brindar ayuda efectiva debido a la escalada del conflicto y las restricciones impuestas a las operaciones humanitarias.

Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), ha instado nuevamente a un alto el fuego inmediato y a un incremento urgente en la ayuda humanitaria. En una conferencia internacional de donantes en Kuwait, Guterres declaró: “Un alto el fuego solo será el comienzo. Será un largo camino para recuperarse de la devastación y el trauma de esta guerra”.

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) también ha alertado sobre la peligrosidad extrema que enfrentan los trabajadores humanitarios en Gaza, con un saldo trágico de 193 colegas asesinados desde el inicio del conflicto, marcando la mayor pérdida de vidas en la historia de la organización.

Esta presión internacional para dejar actuar a la ayuda internacional ha llegado a obtener el respaldado por el Grupo de los Siete (G7), que ha exigido garantías para que la UNRWA y otras organizaciones puedan operar efectivamente y llegar a quienes más lo necesitan en esta catástrofe humanitaria.

Este infierno es cada día peor para los civiles en Gaza, quienes están pagado los costos de este conflicto y, no se ve salida al conflicto por ningún lado. La solidaridad internacional es crucial para seguir haciendo presión a los gobiernos del mundo para detener este genocidio.

Martin Griffiths, secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, ha destacado la responsabilidad compartida de la comunidad internacional en abordar esta crisis humanitaria sin precedentes, llamando a los líderes mundiales a “unirse en lugar de dividir”, para evitar un mayor sufrimiento y avanzar hacia un futuro más pacífico y justo.

La situación en Gaza sigue evolucionando, y la atención internacional se mantiene centrada en la urgente necesidad de proteger vidas inocentes y detener esta guerra asimétrica y desigual.

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Avispa Midia

Experimento genético del agronegocio podría tener consecuencias irreversibles

Fuente: Avispa Midia

Por Sare Frabes

Empresas de biotecnología, como los gigantes agroquímicos Bayer-Monsanto, Syngenta y BASF, desarrollan microorganismos genéticamente modificados para su uso en la agroindustria. Algunas de sus aplicaciones buscan la sustitución de agroquímicos tradicionales con la implementación de bacterias, virus y hongos transgénicos.

Organizaciones ambientales acusan que estas implementaciones se realizan sin regulación y sin la certeza científica de que los efectos alternos, potencialmente dañinos al medioambiente, sean irreversibles.

El uso de los microorganismos representan riesgos de contaminación generalizada en el suelo, así como desarrollo de resistencia a antibióticos o escenarios nunca contemplados de transferencia genética entre especies. Así lo sustenta un informe difundido por Amigos de la Tierra Internacional (FOE), el cual detalla una variedad de riesgos ecológicos, socioeconómicos y para la salud humana con la implementación de microbios modificados genéticamente. 

A pesar de las advertencias, productos de este tipo ya se utilizan masivamente. En EEUU, acorde a la empresa Pivot Bio, su producto “Proven” – que proporciona fertilizante nitrogenado – se aplicó en una superficie mayor a 1 millón 200 mil hectáreas de plantaciones con maíz. 

Con la bacteria Basfia succiniciproducens, BASF quiere transformar azúcar y dióxido de carbono en ácido fumárico, un importante producto intermedio para la producción química.

Según la red FOE, el sistema regulador en países como EEUU es obsoleto pues no es transparente sobre qué implicaciones tienen estos productos y si se han comercializado. Además, las empresas cuentan con la oportunidad de ocultar detalles bajo el argumento de “información comercial confidencial”, lo que dificulta conocer los alcances de lo que los ambientalistas enmarcan como un “experimento genético al aire libre sin precedentes”.

“El suelo es la base de la civilización humana, dependemos de él para el 95% de los alimentos que consumimos. Sin embargo, las empresas de biotecnología se apresuran a comercializar microbios modificados genéticamente con escaso conocimiento científico de sus posibles consecuencias. Una vez liberados, los microbios modificados genéticamente no pueden retirarse”, detalla una de las autoras del informe, Kendra Klein, doctora y subdirectora científica de Amigos de la Tierra.

Sin frenos

Recientemente, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de los EEUU afirmó que ha registrado ocho microbios transgénicos como pesticidas. En este escenario, FOE reclama la preponderancia de las empresas agroindustriales en la industria genética, cuyo actuar “tiene un largo historial de ignorar las enormes repercusiones de sus productos en el medio ambiente y la salud humana, privar de sus derechos a los agricultores familiares, ocultar la verdad sobre sus productos y obstruir la normativa”.

Además, la organización ambientalista acusa a las trasnacionales de formar parte de plataformas integradas en las cuales no se pueden obtener por separado las semillas, pesticidas y otros productos patentados y “asociados con daños significativos a la vida del suelo y a la biodiversidad”. 

FOE asegura que es una contradicción el que empresas como BASF busquen la regeneración de los suelos que fueron afectados “por la propia producción industrial de monocultivos de maíz y soja en la que se aplica el tratamiento de semillas, un sistema que la industria agroquímica perpetúa y del que se beneficia”.

Resalta que, en América se encuentra el segundo productor mundial de cultivos biotecnológicos, Brasil, con 105 eventos aprobados. Acorde al Servicio Agrario Exterior en Brasilia, del Departamento de Agricultura de EEUU, las tasas de adopción de cultivos con mejoramiento biotecnológico como soja y el algodón alcanzaron el 99% y para el maíz, el 95%. A esto se suma que Brasil se convirtió en una de las primeras naciones en aprobar la exportación de productos que contienen ingredientes alimentarios derivados de la biotecnología microbiana, como la levadura y la proteasa alcalina.         

En octubre de 2023 Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay crearon la red internacional ABRE-Bio para la bioseguridad de los productos derivados de la biotecnología moderna. La iniciativa, promovida por gobiernos latinoamericanos y Alemania, en colaboración con organismos internacionales como la Organización Mundial del Comercio (OMC), pretende establecer procedimientos comunes y armonizará las normas para evaluar la bioseguridad de los productos, reduciendo costes y tiempo. 

Al otro lado del mundo, Reino Unido aprobó durante 2023 la Ley de Tecnología Genética con lo que dio luz verde a las empresas de pesticidas y biotecnología para desarrollar y vender productos modificados genéticamente en Gran Bretaña.

“Sin un marco regulatorio sólido para evaluar los resultados a largo plazo de la introducción de microbios GE, las consecuencias no deseadas podrían ser catastróficas. Si las cosas salen mal, es casi imposible detectar estos organismos, y mucho menos recuperarlos”, declaró Roger Kerr, miembro de una gremial de campesinos produtores de alimentos orgánicos ante la promoción del Estado y empresas para la implementación de los transgénicos en Europa.

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Avispa Midia

Ante otro verano de desastres climáticos, hablemos de soluciones reales

Fuente: Avispa Midia

Por Crimethinc

En colaboración con Freedom, presentamos un breve texto de Peter Gelderloos en el que explora por qué están fracasando las estrategias que los principales movimientos ecologistas emplean actualmente para detener el cambio climático producido industrialmente, y qué podríamos hacer en su lugar. Para profundizar en estas cuestiones, recomendamos el nuevo libro de Peter, The Solutions are Already Here: Estrategias para una revolución ecológica desde abajo.

Ante otro verano de desastres climáticos, hablemos de soluciones reales

El movimiento climático dominante parte de una premisa que garantiza el fracaso.

No sólo fracaso. La catástrofe. Y cuanto más eficaz sea, más daño causará.

Exploremos por qué.

El reduccionismo climático

Cuando la gente piensa en el ecologismo hoy en día, es probable que se imagine la desobediencia civil en las calles, el activismo en los medios de comunicación, la presión entusiasta de los grupos de presión y las conferencias destinadas a establecer objetivos globales para las emisiones de carbono, todo ello bajo el liderazgo de organizaciones no gubernamentales, académicos y políticos progresistas. La lucha ecológica, sin embargo, siempre ha incluido también corrientes anticapitalistas y anticoloniales, y estas corrientes se han hecho más fuertes, más dinámicas y están mejor conectadas desde hace un par de décadas.

Este crecimiento, sin embargo, no ha estado exento de contratiempos, a menudo causados por una intensa represión selectiva que deja a los movimientos exhaustos y traumatizados, como el Miedo Verde que comenzó en 2005 y la represión de Standing Rock y otros movimientos indígenas contra los oleoductos una década más tarde. Sistemáticamente, precisamente en los momentos en que las corrientes radicales se lamen las heridas, la visión predominantemente blanca y de clase media del ecologismo sube al escenario y empuja toda la conversación en direcciones reformistas (analizo ejemplos globales de esta represión y cómo está sistemáticamente vinculada a la sustitución de los movimientos radicales por corrientes reformistas en Las soluciones ya están aquí: Estrategias para una revolución ecológica desde abajo y Nos sacarán la memoria a golpes: forzar la no violencia en movimientos olvidadizos).

La crisis real a la que nos enfrentamos es una crisis ecológica compleja, en la que se entremezclan los asesinatos policiales, las leyes represivas, las continuas historias de colonialismo y supremacía blanca, la pérdida de hábitats, el acaparamiento de tierras, las culturas alimentarias, la salud humana, el urbanismo, las fronteras y las guerras. Los líderes del movimiento ecologista han tomado la decisión estratégica de reducir todo esto a una cuestión climática -la crisis climática– y volver a situar al Estado como protagonista, como nuestro potencial salvador. Esto significa centrar el Acuerdo de París y las cumbres de la COP como la solución al problema, y utilizar el activismo performativo y la desobediencia civil para exigir cambios políticos e inversiones en apoyo de la energía verde.

El clima se está calentando, independientemente de las cumbres internacionales sobre el clima no están ayudando.

Un fracaso previsible

Los dos pilares de su estrategia para solucionar la crisis climática son, en primer lugar, aumentar la producción de energía verde y, en segundo lugar, reducir las emisiones de carbono.

Han sido muy eficaces en el primer objetivo, y completamente ineficaces en el segundo. Esto era totalmente previsible.

Cualquiera que entienda cómo funciona nuestra sociedad -es decir, cómo funciona el capitalismo- sabe que el resultado probable de un aumento de la inversión en energía verde será un aumento de la producción de combustibles fósiles. La razón principal es que los cientos de miles de millones de dólares que ya se han invertido en oleoductos, minas de carbón, refinerías de petróleo y plataformas de fracturación hidráulica son capital fijo: valen mucho dinero, pero no es dinero en una cuenta bancaria que pueda invertirse rápidamente en otro lugar, convertirse en acciones o en bienes inmuebles o cambiarse a otra moneda.

Una excavadora de carbón de 14.000 toneladas, una plataforma petrolífera en alta mar: no van a convertirse nunca en otra cosa de un valor financiero similar. Es dinero que se ha gastado, una inversión que sólo es útil para los capitalistas si pueden seguir utilizándola para extraer carbón o perforar en busca de petróleo. Esa regla económica es válida tanto si la empresa capitalista en cuestión es ExxonMobil, la petrolera estatal saudí o la China Petrochemical Corporation, propiedad del Partido Comunista (que en 2021 figuraba como la mayor empresa energética del mundo).

El capitalismo (incluido el que practican todos los gobiernos socialistas del mundo) se basa en el crecimiento. Si la inversión en energía verde crece, lo que conduce a un aumento de la producción total de energía, el precio de la energía disminuirá, lo que significa que los grandes fabricantes fabricarán más de cualquier mercancía que estén produciendo, abaratando sus productos con la esperanza de que los y las consumidoras compren más de ellos. En consecuencia, el uso total de energía aumentará. Esto se aplica a la energía de todas las fuentes disponibles, especialmente las más establecidas: los combustibles fósiles.

Tras décadas de inversión, la energía verde será finalmente competitiva en costes o más barata que la energía procedente de combustibles fósiles. Esto sólo ha empezado a ocurrir en los últimos años, aunque los precios siguen fluctuando según la región y el tipo de producción energética. La industria de los combustibles fósiles no ha abandonado sus operaciones ni ha disminuido la producción. Muchas empresas ni siquiera cubrirán sus inversiones entre combustibles fósiles y energía verde. Lo que sí harán es invertir más en nuevos proyectos de combustibles fósiles. Se trata de economía capitalista básica: si el margen de precios de un producto disminuye, la única forma de mantener o aumentar los beneficios es aumentar la producción total. Eso explica por qué 2023 fue un año de bandera para nuevos proyectos de combustibles fósiles.

Hay otra forma de aumentar los beneficios: disminuyendo el coste de producción. Para la industria de los combustibles fósiles, eso significa reducir las normas de seguridad y medioambientales, lo que se traduce en más accidentes, más contaminación, más muertes.

Lo veíamos venir. Dijimos que esto estaba ocurriendo. Y fuimos excluidos de la conversación, en muchos casos asesinados o encarcelados, porque la desesperada necesidad de creer que el gobierno puede salvarnos es aún mayor que la adicción a los combustibles fósiles.

Pero el capitalismo no tiene futuro en este Planeta. Necesitaremos una revolución de gran alcance para hacer frente a esta crisis.

Para cada barra, la barra azul claro de la izquierda representa la energía “limpia”; la barra azul oscuro de la derecha representa los combustibles fósiles. Fuente: Informe World Energy Investment 2023.
A pesar de que la inversión anual en energía “verde” aumenta significativamente, la producción y el consumo de combustibles fósiles también siguen aumentando. Fuente: Statistical Review of World Energy 2023.

Entonces, ¿qué hacemos?

Tenemos que cambiar la conversación. Tenemos que posicionarnos para estar preparados a largo plazo. Tenemos que apoyar las luchas que pueden aportar pequeñas victorias y aumentar nuestro poder colectivo, y profundizar nuestra relación con el territorio que puede sostenernos. Sobre todo, necesitamos imaginar un futuro mejor que el que nos tienen reservado.

Hablar

El tipo de transformación social -de revolución global- que puede curar las heridas que hemos infligido al propio Planeta y a todos sus sistemas vivos tendrá que ser mayor que cualquier cosa que hayamos experimentado jamás. Esta crisis nos atrapa y nos daña a todas; la respuesta va a requerir el mayor número posible de nosotras.

Imagina a todas las personas de tu vida que no quieres que mueran de hambre, de cáncer, en fenómenos meteorológicos extremos o abatidas por la policía u otros supremacistas blancos.

No necesitas convencer a todas esas personas para que se conviertan en revolucionarios anarquistas. Bastaría con convencer a algunas de ellas de que retiren su lealtad a las instituciones dominantes y a los movimientos reformistas dominantes y que simpaticen con un enfoque revolucionario, o al menos que entiendan por qué ese enfoque tiene sentido.

Una forma de enfocar esto es planteando una pregunta con una respuesta indiscutible, una pregunta que tenga relación directa con una cuestión que les afecte o les motive. Por ejemplo:

  • ¿Cuántas personas mueren cada año por falta de agua potable, hambre, condiciones meteorológicas extremas, contaminación atmosférica y otras causas relacionadas con la crisis ecológica? Al menos entre 10 y 20 millones de personas cada año, y la cifra va en aumento.
  • Desde 2017, la inversión en energías renovables aumentó cada año. En 2022, se invertirá en energías renovables más de 15 veces más que en 2004. ¿Ha sido rentable para los inversores? Sí. La inversión anual supera el billón de dólares y los beneficios superan los cien mil millones, aunque los inversores han demostrado que retirarán rápidamente su dinero de la energía verde ¿Qué ha ocurrido con las emisiones mundiales de CO2 en ese mismo periodo? Se han disparado un tercio. ¿Y la producción de combustibles fósiles en el mismo periodo? Se ha incrementado en un 40%.¿Son aproximadamente las mismas tasas de aumento de las emisiones de carbono y la producción de combustibles fósiles en las décadas anteriores? Sí.¿Y qué significa eso? El auge de la inversión en energía verde no ha frenado en absoluto la producción de combustibles fósiles ni las emisiones de carbono, a pesar de que los nuevos proyectos de extracción de combustibles fósiles son cada vez más difíciles y costosos.
  • Nuestra agua, aire y alimentos están llenos de sustancias químicas venenosas. Muchos de ellos están relacionados con la producción de plásticos, pesticidas, productos químicos para siempre (PFAS), la minería y la quema de combustibles fósiles. Conocemos los peligros de la mayoría de estos compuestos desde hace décadas, y varios de ellos están prohibidos o regulados por diversos gobiernos. En general, ¿aumentan o disminuyen las cantidades de estas toxinas en nuestro medio ambiente? Las cantidades están aumentando. ¿Qué han hecho muchas grandes empresas químicas en respuesta a la prohibición del PFOA, un “producto químico para siempre” tóxico? Han cambiado a la producción de otros PFAS que también se sabe o se cree que son tóxicos. ¿Con qué eficacia se aplican estas prohibiciones? Cinco años después de acordar la eliminación progresiva del PFOA en respuesta a la presión gubernamental, las fábricas químicas de DuPont seguían vertiendo PFOA en las aguas subterráneas. Probablemente lo sigan haciendo ahora, pero las comunidades afectadas no disponen de recursos para averiguarlo y el gobierno no lo controla.
  • Analicemos un asunto paralelo, para ver si ese reformismo ha dado resultados en otros contextos. En 2020, ciudades y estados de todo EE.UU. trataron de apaciguar el movimiento contra los asesinatos policiales aprobando medidas para garantizar la rendición de cuentas de la policía, desde cursos de formación sobre sensibilidad racial hasta juntas de revisión ciudadana, pasando por directrices más estrictas sobre el uso de la fuerza o cámaras corporales obligatorias. ¿Ha disminuido desde entonces el número de asesinatos a manos de la policía? No. Ha aumentado.

Después de compartir las respuestas a estas preguntas, puedes hacer hincapié en que reformar el sistema existente es una estrategia fallida, y preguntarles si se comprometen a probar la misma estrategia una y otra vez, esperando resultados diferentes.

Esto debería permitirte determinar cuáles de las personas que te rodean son capaces de cuestionar el paradigma en el que viven y cuáles están comprometidas con las falsas creencias que sustentan ese paradigma. No pierdas el tiempo con este último grupo. Cualesquiera que sean las cualidades redentoras y hermosas que puedan tener, intentar dialogar con ellos a través de la razón, la ética y la lógica pierde sentido. Cuando la gente insiste en creer cosas que son manifiestamente falsas, es porque esas creencias les reconfortan o porque les aportan poder y beneficios. Es poco probable que el debate cambie esta situación.

Tenemos que cambiar la conversación a nivel de la sociedad en general. Necesitamos que la gente entienda nuestros argumentos; necesitamos asegurarnos de que las ortodoxias dominantes se consideren controvertidas en lugar de aceptables.

Esto significa desacreditar el Acuerdo de París, las Naciones Unidas, Extinction Rebellion y las grandes ONG, así como toda la estrategia de sustituir los combustibles fósiles por energía verde mientras se deja el sistema económico mundial sin cambios. Lo único que iban a conseguir era ganar mucho dinero. Del mismo modo, necesitamos popularizar una comprensión más clara de la función de la policía en el contexto histórico, y del impacto de la producción económica basada en el crecimiento sobre nuestra salud, y del hecho de que no es probable que ningún gobierno tome medidas para mitigar ninguno de estos daños.

Centrémonos en las personas capaces de cambiar. Cuando la gente empieza a cambiar de opinión, es útil que puedan relacionarlo con un cambio inmediato en sus acciones. Ayúdeles a identificar algo pequeño que puedan hacer. Por ejemplo:

  • Redirigir las donaciones de las grandes ONG a fondos de defensa legal para los defensores de la tierra, a recaudadores de fondos para proyectos de defensa de la tierra y a medios de comunicación y editoriales alternativos que presenten una visión realista de la crisis;
  • Escribir una carta a alguien encarcelado por sabotaje ecológico o por defenderse de la policía, o a alguien que se esté organizando para recibir mejor trato y recursos de supervivencia dentro del sistema penitenciario;
  • Difundir noticias en las redes sociales sobre las luchas indígenas por la defensa de la tierra en todo el mundo;
  • Responder a las principales campañas ecologistas o al marco de la ONU sobre el cambio climático, señalando que es un fraude y enlazando a artículos de difusión masiva como éste;
  • Pedir a las bibliotecas y librerías locales que soliciten libros con una visión realista de la crisis ecológica;
  • Crear un grupo de lectura con amigos;
  • Asistir a una protesta;
  • Apoya un huerto comunitario local, un punto de distribución de alimentos o ropa gratuitos, un grupo de reducción de daños o una iniciativa de justicia transformadora;
  • Convierte el césped en un jardín de flores silvestres autóctonas y comestibles;
  • Experimenta con la jardinería de guerrilla.
South Central Farm. Analizado en Rolling Thunder #4, este huerto de Los Ángeles alimentó a cientos de familias, defendiendo un espacio verde en el páramo urbano.

Sé honesto

El apocalipsis ya ha comenzado. Desde hace décadas, millones de seres humanos -y ahora decenas de millones- mueren cada año por los efectos de esta crisis ecológica. Hemos superado las tasas de mortalidad de los peores años de la Segunda Guerra Mundial y del Holocausto, incluso si no contamos las cifras de víctimas de las guerras calientes que las potencias supremacistas blancas están librando desde Níger hasta Palestina, aunque esas guerras también están envueltas en esta crisis.

Además, cada año se extingue un número desconocido de especies, probablemente miles. Numerosos hábitats y ecosistemas se están perdiendo para siempre. La biomasa global, la masa total de todos los seres vivos del Planeta, está disminuyendo sustancialmente. El agua, el aire y el suelo están llenos de venenos. Los objetivos climáticos para la reducción del carbono son probablemente demasiado optimistas; ya estamos cruzando numerosos puntos de inflexión a 26 años de 2050 (el objetivo de la ONU para alcanzar las emisiones “netas cero”), y las proyecciones de los estados más poderosos y de las mayores corporaciones indican que no alcanzaremos la deseada fecha límite de 2050. El fin del mundo ya está en marcha.

Para hacer lo que tenemos que hacer, tenemos que aceptarlo y ponernos manos a la obra. El sufrimiento ya está aquí. La muerte masiva ya está aquí. Pero después de cada muerte, hay nueva vida, y seguirá habiendo vida en este Planeta hasta que el Sol se expanda dentro de unos miles de millones de años. Esta es una cuestión de vida o muerte para nosotras, así que tenemos que tomárnosla en serio y hacer sacrificios, pero como ya es “demasiado tarde”, podemos centrarnos en la calidad y en los marcos a largo plazo, en lugar de dejarnos llevar por una urgencia superficial y agotadora.

Al menos una cosa es cierta: las comunidades vivas de este Planeta estarán en mucha mejor forma si abolimos el Estado y el capitalismo. Si no lo conseguimos en nuestras vidas, seguirán estando mejor -estaremos mejor- si hemos erosionado su hegemonía, si la mayoría de la gente puede ver que las instituciones dominantes son responsables de lo que está ocurriendo, si hemos aumentado nuestra capacidad de curación y supervivencia colectivas.

Empezar

Hay muchas maneras de apoyar una lucha. Aunque es fácil desmoralizarse cuando la mayoría de los oleoductos, bases militares, minas y otros megaproyectos a los que nos oponemos se construyen a pesar de todo, es vital comprometerse. La revolución no es una progresión lineal, no son mil pequeñas victorias que se acumulan en una gran victoria. Sí, es necesario demostrar que a veces podemos ganar, pero también se trata de la alegría y la experiencia que nos llevamos con nosotras, de los instintos tácticos y estratégicos que desarrollamos, de los conocimientos técnicos, de las relaciones que construimos, de la euforia de obligar a la policía a dar media vuelta y huir, de la comprensión de que las figuras de autoridad dentro y fuera del movimiento sólo nos frenan, de la forma en que en la lucha se hace evidente que todas las diferentes cuestiones aisladas, todas las diferentes formas de opresión, están conectadas.

Tenemos que participar en las luchas intermedias de forma que ayudemos a la gente a descubrir y practicar el tipo de tácticas y estrategias que serán necesarias para el cambio a largo plazo.

Muchas luchas de las últimas décadas nos han llenado de energía y nos han enseñado lecciones que nunca deberíamos olvidar: las insurrecciones de OaxacaGreciaFranciaHong Kong y Chile, las asambleas descentralizadas del movimiento de ocupación de plazas, el antirracismo sin concesiones de las rebeliones antipoliciales, la alegre recuperación del espacio público expresada por Reclaim the Streets, las ocupaciones de bosques desde Hambach hasta Khimki, la postura estratégica de Stop Cop City, y mucho más.

Profundiza

La supervivencia empezó ayer. La gente de los países que ya han experimentado el colapso, así como las comunidades indígenas y negras de clase baja de todo el mundo, ya llevan ventaja. Aprende de quienes vienen de esas experiencias. Después, conoce íntimamente tu territorio. Averigua de dónde podrían salir los alimentos y qué modificaciones necesitarán las viviendas durante las estaciones más extremas si se va la red eléctrica. Establece métodos de comunicación y coordinación para cuando dejen de funcionar los teléfonos y las conexiones a Internet. Aprende cómo puedes acceder a agua potable limpia. Averigua dónde está más contaminado el suelo para que nadie cultive alimentos en él. Aprende lo coordinados que están los supremacistas blancos.

Y luego ponte manos a la obra para crear más recursos alimentarios comunitarios, un acceso más estable a la vivienda y más redes de autodefensa colectiva. Apoya cualquier proyecto que te inspire y nos haga a todos más fuertes, tanto ahora como en cualquier futuro probable, ya sea el colapso, el aumento del autoritarismo o la guerra civil revolucionaria.

Conectar con nuestros territorios específicos significará probablemente romper con ideologías homogeneizadoras que insisten en que todos somos iguales, que no pueden dar cuenta del hecho de que todos tenemos historias y necesidades diferentes y que esas historias ponen a algunas de nosotras en conflicto, o que basan su idea de transformación social en un programa predeterminado o en alguna idea de unidad obligatoria. El futuro que tenemos que crear es un ecosistema sin centro.

Soñar en grande

La revolución aún es posible. Podemos decir esto con confianza porque la historia nos muestra ciertos patrones a medida que avanza a través de los siglos, y también porque estamos entrando en una época sin precedentes, en la que las instituciones dominantes están utilizando planes y modelos que ya están obsoletos.

Todas nuestras revoluciones de los últimos siglos han sido, en última instancia, fracasos. Eso significa que podemos aprender de ellas sin cerrar nuestra imaginación o asumir que sabemos cómo será una transformación exitosa de toda la sociedad.

No será el resultado de un proyecto. No será el resultado del triunfo de ningún partido. Será el resultado de innumerables sueños, planes, conspiraciones, locas esperanzas y batallas que aún no podemos prever. Lo haremos juntas, soñando constantemente, tejiendo constantemente, porque eso es la vida libre.

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Avispa Midia

Exigen alto al genocidio palestino frente embajada de Israel en México

Fuente: Avispa Midia

por Yazvelin Alinares Nardo 

Después de que el 6 de mayo de 2024 Israel ordenara la evacuación de los palestinos que vivían en la ciudad de Rafah, anteriormente llamada “zona segura”, se presentaron diversas manifestaciones alrededor del mundo. 

En la Ciudad de México se dio cita a una manifestación pacífica frente a la embajada de Israel, donde alrededor de 200 personas se concentraron para pedir justicia por la libertad de las y los palestinos, llamando a las autoridades a cortar toda relación con Israel con la intención de visibilizar el desacuerdo ante el genocidio palestino y la exigencia mundial para que se consiga un cese al fuego inmediato y permanente. 

A la embajada acudieron diversos manifestantes con veladoras blancas, mantas con consignas y banderas de Palestina. Después de clamar justicia y libertad para las niñas y niños palestinos, se guardaron 21.5 minutos de silencio como símbolo de luto por los 215 días que han transcurrido desde el inicio del genocidio en Gaza. 

Pasadas dos horas de protesta, la movilización continuó su camino por Paseo de la Reforma con el fin de crear un convoy seguro para el regreso de todas y todos los manifestantes, y para hacer más visible el rechazo a la guerra de Israel contra el pueblo palestino. 

Esto ocurre tras el asesinato de más de 35,000 víctimas y el actual acorralamiento en la zona de Rafah tras la evacuación de la última área que resguardaba al menos a 80,000 personas, las cuales ya habían sido desplazadas anteriormente. 

Durante la caminata, algunas vallas que se encontraban cercando la embajada de Israel en México fueron desplegadas y arrastradas durante el trayecto como símbolo de la lucha por derribar los muros fronterizos y el peso que los miles de palestinos han cargado durante estos meses para sobrevivir. 

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El Periódico

Cientos de activistas climáticos asaltan la fábrica de Tesla en Alemania y logran paralizar su producción

El magnate tecnológico Elon Musk, durante su última visita en la gigafactoría de Tesla en Grünheide, Alemania.
El magnate tecnológico Elon Musk, durante su última visita en la gigafactoría de Tesla en Grünheide, Alemania. / Alexander Becher / EFE

Por Carles Planas Bou

Barcelona 10 MAY 2024

Hasta mediados de 2020, el pequeño municipio alemán de Grünheide, a 30 kilómetros al sureste de Berlín, era conocido por el verde de sus bosques y por el azul de sus lagos. Todo empezó a cambiar ese verano, cuando la tala de árboles despejó el terreno para colocar los primeros bloques de hormigón y acero que ayudarían a levantar la gigafactoría de Tesla, la mayor fábrica de coches eléctricos de Europa.

El proyecto fue tan deseado por las administraciones locales y nacionales como detestado por gran parte de los vecinos, pero los tribunales decantaron la balanza en favor de la compañía liderada por Elon Musk. Ahora, el magnateprepara la expansión de la planta, unos planes que están movilizando la indignación masiva del activismo climático en Alemania.

Desde el miércoles, unos 1.500 activistas de todo el país están acampados a las puertas de la fábrica en protesta contra el modelo de “capitalismo automovilístico disfrazado de verde” que representa la compañía y culminará el sábado con una gran manifestación. Este viernes, cientos de ellos han logrado sortear los controles policiales, asaltar la planta y paralizar su producción.

“No solo queremos frenar la expansión de la fábrica, queremos parar Tesla, no tiene sentido fabricar coches de lujo para ricos que excluyen a la mayoría”, explica a EL PERIÓDICO Lucia Mende, portavoz de Disrupt Tesla, la organización promotora y heredera del movimiento de desobediencia civil contra la minería del carbón Ende Gelände. Su denuncia también alerta del impacto mediombiental y laboral que la empresa causa alrededor del mundo.

Fábrica estratégica

La gigafactoría Berlin-Brandenburg es crucial para los planes de Tesla en el continente. Empezó a operar en marzo de 2022 y, desde entonces, ha dado trabajo a unas 12.500 personas. En sus 3km2 de extensión se fabrican baterías eléctricas y el vehículo deportivo Tesla Model Y, el más vendido del mundo en 2023. Su capacidad de producción alcanza los 500.000 coches anuales, pero tras la ampliación prevista para este año —contra la que han votado una mayoría de vecinos— se espera llegar al millón.

La controvertida gigafactoría de Tesla en Gruenheide, al sur de Berlín.
La controvertida gigafactoría de Tesla en Gruenheide, al sur de Berlín. / Annegret Hilse / Reuters

En abril, activistas climáticos ocuparon temporalmente la planta de Mercedes en una localidad cerca de Bremen como denuncia contra la elevada contaminación que producen los coches de lujo de la marca alemana. Un mes antes, Tesla se vio obligada a detener la producción de la planta tras un incendio provocado contra una subestación eléctrica. El ataque fue reivindicado por la organización izquierdista ‘Grupo Volcán’. “O son los ecoterroristas más tontos del mundo o son marionetas de quienes no tienen buenos objetivos medioambientales”, exclamó Musk. Aunque no fue a más, la interrupción infligió a la compañía pérdidas estimadas en “varios cientos de millones de euros”. La Fiscalía Federal lo está investigando como posible atentado terrorista.

Ese precedente ha llevado a la policía a preparar a sus efectivos para una “operación a gran escala”. Aunque previeron un “desarrollo pacífico de los acontecimientos”, sus agentes se han visto hoy superados por los activistas que han logrado entrar en el recinto de la fábrica.

Denuncia climática

Los manifestantes convocados para la protesta se unen estos días a los 80 activistas que, desde hace semanas, ocupan una docena de casas en los árboles del bosque que Tesla quiere sacrificar para ampliar su fábrica. Los políticos locales apoyan el plan de Musk, pero la mayoría de los vecinos no. Tras la presión, la compañía anunció a mediados de marzo que talaría 47 hectáreas de bosque en lugar de las 100 iniciales, un cambio insuficiente para los opositores.

La campaña de “bloqueo” contra la gigafactoría de Tesla responde a la promesa verde de los coches eléctricos. “No son la solución. Son la continuación de la locura del transporte individual por otros medios” —reza el manifiesto de convocatoria de la organización— “Y eso no es ni sostenible ni ecológico“. Mende explica que las autoridades políticas han “negligido” los controles medioambientales “a cambio de dinero”.

El agua, en peligro

El rechazo a la gigafactoría de Tesla también se debe al elevado consumo de agua de la planta que, consideran, “pone en peligro” el suministro hídrico para toda la región. En 2023, Tesla se ‘bebió’ 451.654 metros cúbicos de agua, según documentos internos obtenidos por el diario Tagesspiegel. Aun así, eso supone poco más de un tercio de la capacidad máxima para la que tiene permisos, de 1,3 millones de metros cúbicos.

Tala de árboles en los bosques de Gruenheide durante la creación de la fábrica de Tesla (imagen de 2020)
Tala de árboles en los bosques de Gruenheide durante la creación de la fábrica de Tesla (imagen de 2020) / Hayoung Jeon / EFE

Los críticos temen que el uso de productos químicos pueda contaminar las aguas residuales e impactar tanto la flora como la fauna de la zona. La Asociación del Agua de Strausberg-Erkner (WSE) denunció en febrero que Tesla habría vertido al sistema de Grünheide hasta seis veces más de fósforo y nitrógeno refractarios —sustancias peligrosas— de los permitidos, según un informe visto por el medio Stern. La compañía explicó que esa concentración de contaminantes se debería a que recicla “hasta el 100%” de sus aguas industriales. Disrupt Tesla no compra ese discurso. “Usan químicos que pueden causar cáncer y que pueden filtrarse en el agua que bebemos”, alerta Mende.

Colonialismo digital

Aunque está en Alemania, la fábrica de Tesla es solo la punta de una “cadena de suministro neocolonial” cuyo impacto viaja mucho más allá de sus fronteras. Así, los manifestantes denuncian que las baterías eléctricas de sus coches se fabrican con minerales críticos como el litio o el cobalto, que se extraen de países con tensión hídrica como Chile o sumidos en el conflicto como la República Democrática del Congo. Lo recordó el activista botsuano Stephen Musarurwa en una concentración del pasado marzo: “Tenemos comunidades que no poseen ni un solo coche eléctrico, pero la cantidad de destrucción sobrepasa los límites de la humanidad”.

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CTXT.es

Que arresten a los líderes de Israel por crímenes de guerra

Fuente: CTXT.es

Por Gideon Levy

Todo israelí decente debe hacerse las siguientes preguntas: ¿está su país cometiendo crímenes de guerra en Gaza? Si es así, ¿cómo deberían detenerse?, ¿cómo debe castigarse a los culpables?, ¿quién puede castigarlos?, ¿es razonable que no se persigan los delitos y se exculpe a los criminales?

Por supuesto, se puede responder negativamente a la primera pregunta –Israel no está cometiendo ningún crimen de guerra en Gaza–, con lo que el resto de las preguntas resultan superfluas.

Sin embargo, cabe preguntarse cómo se puede responder negativamente a dicha pregunta ante los hechos y la situación en Gaza: unas 35.000 personas muertas y otras 10.000 desaparecidas, alrededor de dos tercios de ellas civiles inocentes, según las Fuerzas de Defensa de Israel; entre los muertos hay aproximadamente 13.000 niños, casi 400 personas que pertenecían al personal sanitario y más de 200 periodistas; el 70 % de las viviendas han sido destruidas o dañadas; el 30 % de los niños sufre desnutrición severa; dos personas de cada 10.000 mueren cada día de hambre y enfermedades. (Todas las cifras proceden de Naciones Unidas y organizaciones internacionales).

¿Es posible que estas espantosas cifras se hayan originado sin que se hayan cometido crímenes de guerra? Hay guerras cuya causa es justa y cuyos medios son criminales; la justicia de la guerra no justifica sus crímenes. No es posible que la matanza y la destrucción, el hambre y los desplazamientos a esta escala hayan ocurrido sin cometer crímenes de guerra. Hay individuos responsables de estos y deben ser llevados ante la justicia.

La hasbará israelí, o diplomacia pública, no intenta negar la realidad de Gaza. Se limita a alegar antisemitismo: ¿por qué se meten con nosotros?, ¿qué pasa con Sudán y Yemen? La lógica no se sostiene: un conductor al que paran por exceso de velocidad no se libra argumentando que no es el único. Los crímenes y los criminales permanecen. Israel nunca procesará a nadie por estos delitos. Nunca lo ha hecho, ni por sus guerras ni por su ocupación. Un buen día enjuiciará a un soldado por robar la tarjeta de crédito de un palestino.

Sin embargo, el sentido humano de la justicia desea ver a los criminales ante los tribunales y evitar que cometan crímenes en el futuro. Según esta lógica, solo podemos esperar que el Tribunal Penal Internacional de La Haya haga su trabajo.

Todos los patriotas israelíes y todos los que se preocupan por el bien del Estado deberían desearlo. Solo así cambiará la norma moral de Israel, según la cual se le permite todo. No es fácil desear la detención de los jefes de tu Estado y de tu ejército, y aún más difícil es admitirlo públicamente, ¿pero hay alguna otra forma de detenerlos?

La matanza y la destrucción en Gaza han sobrepasado a Israel. Es la peor catástrofe a la que se ha enfrentado el Estado. Alguien ha llevado al país hasta allí –y no, no ha sido el antisemitismo, sino sus líderes y oficiales del ejército–. Si no hubiera sido por ellos, después del 7 de octubre no habría pasado tan rápidamente de ser un país querido que inspiraba compasión a convertirse en un Estado paria.

Alguien debe ser juzgado por todo esto. Del mismo modo que muchos israelíes desean que Benjamin Netanyahu sea castigado por la corrupción de la que se le acusa, también deberían desear que él y los artífices subordinados a él sean castigados por crímenes mucho más graves, los crímenes de Gaza.

No se puede permitir que queden impunes. Tampoco es posible culpar únicamente a Hamás, aunque haya participado en los crímenes. Somos nosotros los que matamos, llevamos la hambruna, desplazamos y destruimos a una escala tan masiva. Alguien debe responder ante la justicia por ello. Netanyahu es el máximo responsable, por supuesto. La imagen de su encarcelamiento en La Haya junto con el ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor de las FDI es el material de las pesadillas de todo israelí. Y, no obstante, probablemente esté justificado.

Sin embargo, es muy poco probable que ocurra. La presión que Israel y Estados Unidos están ejerciendo sobre el tribunal es enorme (y equivocada). Pero la táctica del miedo puede ser importante. Si los funcionarios realmente se abstienen de viajar al extranjero en los próximos años, si realmente viven con miedo por lo que pueda venir, podemos estar seguros de que en la próxima guerra se lo pensarán dos veces antes de enviar a los militares a campañas de muerte y destrucción de proporciones tan demenciales. Al menos podemos hallar un poco de consuelo en eso.

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Este artículo se publicó el 5 de mayo en Haaretz.

Traducción de Paloma Farré.

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Avispa Midia

Estudiantes de Texas toman el césped en solidaridad con Palestina

Fuente: Avispa Midia

Por Crimethinc

El 24 de abril, estudiantes, profesores y miembros de la comunidad se reunieron en el campus de la Universidad de Texas en Austin para manifestarse contra la complicidad de la administración universitaria en el genocidio en curso en Gaza. Temiendo que se repitieran los disturbios ocurridos en la Universidad de Columbia y en otros lugares del país, las autoridades del campus movilizaron a un gran número de policías. Sin embargo, a pesar de las detenciones y la violencia, los y las manifestantes se impusieron a la policía. En el siguiente informe, las personas que participaron describen lo que aprendieron.


Hace ya seis meses que se llevan a cabo acciones de solidaridad dirigidas por estudiantes en las universidades. En la última semana, sin embargo, se han intensificado, con acampadas y paros en más de 40 campus de todo el país. Estudiantes de lugares tan lejanos como Australia, Italia y Francia han organizado sus propias acampadas y otras protestas en solidaridad. En las últimas 48 horas, han aparecido nuevos campamentos en al menos catorce campus estadounidenses, incluidos al menos tres campamentos -en Atlanta, Filadelfia y Washington DC- que son colaboraciones interinstitucionales. La policía ha desalojado algunos de ellos, pero otros siguen resistiendo. Durante el mismo periodo de tiempo, al menos seis escuelas han acogido manifestaciones. Dos acampadas escolares tomaron edificios del campus.

El campamento de solidaridad con Gaza en el East Lawn (cesped este) de la Universidad de Columbia el miércoles 17 de abril.
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Académicxs con Palestina contra el genocidio

Pronunciamiento sobre el campamento en solidaridad con Palestina

Foto de portada: Fede Soto

Mayo 2, 2024

En las últimas semanas, mientras crece el número de personas civiles asesinadas, heridas y desplazadas en la franja de Gaza y en Cisjordania a causa del genocidio que el Estado de Israel ha estado realizando contra el pueblo palestino, hemos sido testigos de amplios actos de solidaridad con Palestina de parte del sector académico de varios países del mundo como Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia, Canadá, Australia, entre otros.

La reacción de los gobiernos ante estas manifestaciones de solidaridad ha sido una fuerte represión llevada a cabo por elementos policiacos y militares para violentar y arrestar a los estudiantes y académicos, expulsarlos e interrumpir sus protestas pacíficas y actividades académicas en torno al genocidio en progreso.

El pasado 30 de abril La Asamblea Interuniversitaria y Popular en Solidaridad con el Pueblo de Palestina, formada por estudiantes, académicos y trabajadores mexicanos aprobó la instalación de un campamento en solidaridad con palestina frente al edificio de Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México, desde el día 2 de mayo.

Desde el colectivo Académicos con Palestina contra el Genocidio, al tiempo de condenar la violencia ejercida contra universitarios en Estados Unidos y Europa, celebra la iniciativa de los estudiantes mexicanos que tiene como uno de sus objetivos más claros ejercer presión para que se rompan relaciones académicas, políticas, deportivas y económicas con Israel.

Nuestra experiencia nos ha mostrado que organizarnos como sector académico puede resultar eficaz para alcanzar metas específicas. La ruptura de relaciones académicas con las universidades del estado de Israel, adherirnos al movimiento BDS, especialmente el boicot cultural y académico, no sólo se encuentran dentro de nuestras posibilidades como sector universitario, sino que son parte de nuestra responsabilidad como actores políticos y culturales frente a los actos de barbarie que el estado de apartheid israelí sigue perpetrando contra el pueblo palestino.

Manifestamos nuestra decisión de apoyar el campamento de solidaridad, que comenzará hoy en nuestra máxima casa de estudios, con distintas actividades académicas y artísticas, apoyo logístico y cobertura política. En este sentido apelamos al más profundo sentido humanista y de autonomía universitaria lograda gracias a los sacrificios y la resistencia de las generaciones pasadas de estudiantes y académicos, y solicitamos a las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México garantizar la seguridad de los participantes en el Campamento en Solidaridad con Palestina a lo largo de toda su duración, para que todas las actividades en este marco puedan realizarse en un ambiente libre de cualquier violencia, provocación o información confusa emitida sin consultar a los representantes de las organizaciones convocantes. 

Por su atención y respuesta a la presente,

Académicxs con Palestina contra el genocidio

Blogspot: https://academicxsconpalestina.blogspot.com/

Facebook: Académicxs con Palestina

Instagram: @academicxsconpalestina

Twitter: @AcademPalestina

Correo electrónico: academicxsconpalestina@gmail.com

Youtube: https://bit.ly/3wS6z0I

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Avispa Midia

(Español) Estallan protestas en diversas universidades de EEUU en solidaridad con Palestina

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Fuente: Avispa Midia

Por Ñaní Pinto

En un acto de solidaridad con el pueblo palestino y en protesta contra lo que califican como complicidad institucional con Israel, manifestantes se congregaron este jueves (25) por la mañana en el campus de la Universidad Emory en Atlanta. El césped de este campus se pintó de colores de las centenas de tiendas de campaña y pancartas.

La protesta tuvo como blanco principal el Centro de Formación de Seguridad Pública de Atlanta, por la construcción de una enorme instalación conocida como Cop City, uno de los mayores centros de entrenamiento policial militarizado del país que tiene proyectado más de 90 millones de dólares de inversión. De acuerdo con la propuesta de este proyecto, el 43% de la formación en Cop City será para agentes de fuera de Atlanta, incluida la formación militar con agentes de las Fuerzas de Defensa Israelíes.

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Los estudiantes de Atlanta exigen el cese a este financiamiento ya que consideran que es un apoyo a lo que llaman como “apartheid israelí”.

Tras haber estallado la protesta estudiantil en este campus, la policía antidisturbios intervino utilizando pistolas taser y gas lacrimógeno para disolver el campamento. Los manifestantes acusan a las autoridades de la Universidad de Emory de ser cómplices de la represión a estudiantes y empleados que se han manifestado en apoyo de pueblo palestino, además remarcaron que esta institución también apoya el genocidio en Palestina.

Los estudiantes comenzaron a circular en redes sociales las imágenes de la brutal represión implementada en la Universidad de Emory. Una de ellas muestra la acción violenta de la policía hacia un estudiante indefenso y totalmente inmovilizado, mientras que los agentes de seguridad realizan descargas eléctricas por medio de una pistola taser.

Momentos después de esta represión en Emory, en distintas universidades de los Estados Unidos activaron nuevas protestas en solidaridad con los detenidos y en solidaridad con Palestina. También se realizaron numerosas detenciones en varios campus universitarios sumando, hasta el cierre de este reportaje, 93 personas detenidas de la Universidad del Sur de California y 34 en la Universidad de Texas en Austin.

La organización civil Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) ha condenado la respuesta policial, afirmando que no solo está “reprimiendo las protestas pacificas”, sino que, también, “a la prensa”.

A pesar de esta represión policiaca, las protestas continúan sumándose en distintas ciudades con más campamentos, como los estudiantes de la Universidad de California en Los Ángeles, quienes también montaron lo que llaman un “Campamento de Solidaridad con Gaza”.

Esta ola de protestas se origina en la Universidad de Columbia en Nueva York, quienes comenzaron con las primeras acciones a mediados de abril, instalando el 1er campamento en contra del genocidio en Palestina.

Más de 100 estudiantes de Columbia fueron detenidos y suspendidos de la institución, exigían que se cortara relaciones con compañías vinculadas a Israel, en consonancia con la iniciativa que habían lanzado, denominada ‘Boicot, Desinversiones y Sanciones’ (BDS), que busca presionar económicamente a Israel para que se retire de los territorios palestinos.

Las acciones siguen en pie en universidades como Texas, Brown, Princeton, Ohio State, Las Vegas, North Carolina Chapel Hill, Yale, donde incluso hubo una huelga de hambre de ocho días.