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(Español) La música del movimiento – Por Mumia Abu-Jamal
Hace varias semanas, un estudiante de música me preguntó sobre el movimiento de resistencia que ha crecido después de la victoria electoral de Trump. Le dije que yo sabía que iba a florecer, debido a las reflexiones musicales que muestran lo que está en el corazón de la gente.
Desde los fuegos de Ferguson, hemos visto una explosión de expresiones artísticas y musicales, especialmente en el mundo de rap.
La canción “War Zone” (Zona de guerra) del rapero sureño T.I. con su coro de “Hands up, Can’t breathe” (Manos arriba. No puedo respirar) se refiere a los asesinatos en aquella iglesia en Charleston, a Alton Sterling, a Philando Castille y a muchos más. https://www.youtube.com/watch?v=meLrbxURObs
El rapero Nas de Nueva York, acompañado por Raye, canta “War,” de El nacimiento de una nación, la reciente película sobre la rebelión de esclavos liderada por Nat Turner en el siglo diecinueve. Según las letras, la canción es una declaración de guerra. https://www.youtube.com/watch?v=zuG8mdf2j1M
La canción “Hands up” (Manos Arriba) de Uncle Murda, con Maino y Jay Watts, es un desesperado llamado a venganza contra la represión policiaca y a resistencia contra el encarcelamiento masivo de la América Negra. https://www.youtube.com/watch?v=yMSGjKf7JZE
Tal vez la canción mejor conocida es el tema musical de la película Selma, cantada por John Legend con el rap de Common, de Chicago. “Glory” es una majestuosa obra de arte musical que relaciona el terror y brutalidad policiaca contra el derecho de votar en Selma con las más recientes luchas en Ferguson, Misuri. https://www.youtube.com/watch?v=KnIozPJWTPM
La música surge de movimientos sociales, dando vida, energía e inspiración a las luchas que vienen.
Desde la nación encarcelada, soy Mumia Abu-Jamal.
(Español) “La América de Trump y la nuestra”, texto de Mumia sobre Charlottesville
La ´América´ de Trump y la nuestra
Por Mumia Abu-Jamal
La conmoción de Charlottesville, Virginia, está resonando en todo el mundo. El turbulento río de odio que retumbó por la ciudad destacó un panorama de paranoia: barras y estrellas, suásticas, insignias Nazi, cruces del Ku Klux Klan y gorras con mensaje de Trump.
Son la cara oculta de Estados Unidos—ahora descubierta para que todos la vean. Son ‘América.’
Son el filo de la navaja de los millones que escucharon a Trump decir que Obama nació en África. Esto es el trumpese que dice con un guiño del ojo, “Él no es de nosotros. No es un americano de verdad, como nosotros. ¿Comprenden?”
Caras apenas maduras de una generación moribunda, la resaca inadvertida que llevó a Trump a la Oficina Oval. Pedirle a Trump que renuncie o condene a estos racistas o sus opiniones, es como pedirles a las uvas que condenen la jalea. En realidad, no se puede hacer porque ellos son parte de él, y él es parte de ellos.
Aquí vemos el Trumpismo desenmascarado. Hacer ‘América’ grande de nuevo. No me digas.
Charlottesville, Virginia, es el hijo ilegítimo de Charleston, Carolina del Sur, donde un joven neo-nazi asesinó a nueve personas negras en una iglesia hace dos años. Dos ciudades, un ejemplo. La rabia blanca a punto de hervir. Visible y presente en los dos casos.
Los agravios de personas traicionadas por el capitalismo, por la fuga del capital corporativo, por el TLCAN y por el reloj del cambio, siempre dando vueltas, se han vuelto el combustible para que ataquen al eterno “otro” ––los negros, judíos, latinos, musulmanes, inmigrantes, entre otros––, a cualquier persona considerada no verdaderamente blanca.
Hacer ‘América’ grande de nuevo. Hacer ‘América’ odiar de nuevo. Hacer ‘América’ blanca de nuevo. Es el trumpismo. ¿Cómo se puede esperar que Trump se denuncie a sí mismo?
Desde la nación encarcelada, soy Mumia Abu-Jamal.







