A pesar de haber estado con Ramiro Pedraza a la altura del vuelo y las victorias de Tobías en su comunidad Oaxaqueña y en Barcelona, en el Conversatorio de esta tarde Francisca Dacosta inició su presentación confesando que se sentía “especial de estar sentada con personas que no me imaginaría jamás, siendo tan chaparra y tan joven”. Quizás sin darse cuenta, Francisca repetía la metáfora del protagonista de su documental, un niño zurdo triqui capaz de escurrirse entre rivales más grandes en centímetros pero menos hábiles en determinación, alegría y serenidad. Y minutos después, cerca de ella, Juan Villoro reiteró que el documental Tobías bien que también podría ser una metáfora de la lucha zapatista, pues ésta es capaz de ganar partidos aún siendo más débiles que los rivales. Aunque las posibilidades de ganar quizás parezcan más nulas que nunca, esta tarde Esperanza y Defensa Zapatista dejaron el balón del equipo Yavamosasermásderepentedilataperosívamosasermás en manos de Marichuy, y encargaron al SubGaleano lanzar la invitación a las brujas escarlatas zapatistas de México y del mundo de completar el equipo.
Para muestra, chaparrita y todo, Francisca justo concluyó su participación con la frase: “Espero que esta película de alguna manera les dé un orgullo y una fuerza para salir a luchar y romperles la madre”. Fuerte, clara y rabiosa como mucha de la pandilla hip-hoppera de Somos Lengua, el segundo documental de la tarde presentado por Kyzza Terrazas, quién además contó que echó a despegar sus sueños y las ganas de crear tras asistir al Encuentro Intergaláctico por la Humanidad y contra el Neoliberalismo de 1996. En ese poder nuestro que sobrevive, grita, protesta y resiste alto en Gomitoz, Juarez, Aguascalientes, Guanatos, Sancris, Monterrey, Torreón, el Monstruo y donde sea que suenen los nuevos rapsodas que a decir de Juan Villoro logran poner en movimiento una vida cotidiana conectada con mensajes zapatistas como la exaltación de la resistencia, la solidaridad, el grupo y la palabra, en ese poder se aloja la salida al mundo tazado, arrasado y derruido retratado por Everardo González en La libertad del diablo, el último documental de la noche. Ante ese fin del mundo que ya está ocurriendo, uno de los MC’S capturado en Somos Lengua sintetiza magistralmente que escribe para que la muerte no tenga la última palabra. Y es así que con las brujas escarlatas zapatistas (mujeres cuyo superpoder consiste –aclaró Galeano– en alterar las posibilidades de que ocurran acontecimientos improbables pero no imposibles) ya está listo el equipo. Y ahora falta lo que sigue: escurrírsele y hacerle frente a las posibilidades de ganar.
Durante el Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?” (15 a 25 de abril de 2018), se exhibe, en el Cideci/Universidad de la Tierra Chiapas, la exposición “Imágenes de esperanza: El arte del cartel en la campaña de Marichuy”, con curaduría de Alejandro Magallanes. Compartimos aquí las imágenes de la exposición.
CIDECI-UniTierra, San Cristóbal de Las Casas, 17/Abril/18.- Hace unas semanas, en pleno Encuentro Internacional de las Mujeres que Luchan, las compañeras zapatistas de la época clandestina explicaban a las jóvenes zapatistas que su legado consistía en heredarles la posibilidad de vivir luchando. Esta tarde, los zapatistas volvieron a enfatizar que, más allá de los enredos entre el supuesto dilema “firmas u organización” y la gigantesca discusión del siglo pasado sobre “Reforma o Revolución”, la “categoría” contemporánea, la mera realidad y la mera urgencia de hoy es, literalmente, la lucha por la vida.
En el inicio del Conversatorio, al seguir abordando lo que lxs zapatistas llaman el “Efecto Marichuy” en el Encuentro de marzo en el caracol de Morelia, el Sup Galeano evocó que las compañeras zapatistas esperaban conocer a las mujeres de afuera porque, como en las ciudades las atacaban más, seguramente estarían mejor organizadas que ellas para poder estar vivas. Esta preocupación vital, que puede sonar a límite pero también puede ser potencia imaginativa y práctica, se trasladó al resto de la jornada cuando el EZLN, en voz del Sup Galeano, explicó que según su mirada el Capitalismo ha decidido no permitir más respiros (gobiernos progresistas) e intentará conquistar todo y destruirnos a todxs. Es por ello que la apuesta no es “Reforma ni Revolución, sino Supervivencia, es decir Resistencia y Rebeldía”. Allí él probable efecto Marichuy: las ganas de trabajar por la vida no sólo con la palabra, efecto que ojalá germine también no sólo dónde ya existe la tierra fértil de la organización autónoma.
Alicia Castellanos, Carlos Aguirre Rojas, Gilberto López y Rivas y Alejandro Grimson se sumaron a la marea de reflexión, teoría, historia política y esfuerzos comunes en América Latina. Por ejemplo, Alejandro explicó que vale la pena celebrar si se cambian las torturas militares por elecciones o se aumentan los salarios, los hospitales y las escuelas, pero recalcó que la lucha central es, sobre todo, “incrementar cualitativamente las autonomías de nuestros actores, donde tengamos la ambición de erosionar esos poderes inmensos que parecen inconmovibles y que sólo pueden ser movidos con fuerzas políticas y sobre todo culturales que apunten a cambiar el mundo cada día”; y Alicia Castellanos resaltó que se está consolidando en México una identidad política de apoyo a los pueblos originarios capaz de trasladar e inscribir sus palabras y formas de vida a nuevos oídos, artes, espacios públicos, redes de apoyo, colectividades e irrupciones políticas.
Si, como evocó Gilberto López y Rivas, es en la participación de lxs de abajo de donde proviene la esperanza real de cambiar el mundo, la tormenta añade a la utopía de siempre una variante en sus reglas del juego: para poder disentir o elegir opciones es necesario mantenerse primero con vida. A golpes de realidad, esta variante cada vez está haciendo más explícitos los cambios y las dificultades de imaginar, organizarse y hacer política en esos abajos señalados por Gilberto, quién además concluyó que, pese a todo, toca “darle duro, sin confusiones ni derrotismo; y el que quiera criticar, primero que trabaje”.
Tras la incursión al espacio de la democracia electoral permitida y promovida por el sistema político institucional, ¿cumplimos o no cumplimos?, ¿terminamos en lo mismo o realmente hicimos otra cosa? Así la pregunta, la reflexión, la autocrítica, el verdadero examen y el espejo propuestos por el EZLN en voz del SubComandante Insurgente Galeano en el primer día de charlas del conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿Prohibido pensar?”. Con esta invitación ha iniciado este lunes 16 de abril en el CIDECI-UNITIERRA de San Cristóbal la valoración colectiva de la etapa en la cual el Concejo Indígena de Gobierno intentó contar con una vocera que participara como candidata en las elecciones presidenciales de este año. Algunas de las primeras respuestas compartidas fueron: “Faltará en la opinión pública el nos están matando”; “Se logró un importante avance pues se construyó, reinstaló y amplió un auténtico espacio político que abre el camino y el horizonte de los pueblos”; “Tal vez como experiencia estuvo buena, pero debemos cuidarnos de no repetirla”; “Sabemos muy bien que nuestros sueños no caben ni cabrán jamás en sus urnas, en cualquier tipo de urnas”; “Nosotros decimos que no legitimamos al sistema sino que lo desnudamos” o “La verdad, hicieron un desmadre”.
A la par de éstas y las próximas reflexiones sobre la recolección de firmas como pretexto para generar organización colectiva autónoma –el SubGaleano incluso declaró que ellos pensaron que a lo mucho se obtendrían 100,000 firmas y que de ellas quizás 10,000 personas entenderían la propuesta–, en el primer día de este nuevo “semillero” sobresalió lo que en su momento era la agenda secreta del zapatismo. Al contarnos el origen y el camino para preparar el Primer Encuentro Internacional de las Mujeres que Luchan, las compañeras de base y coordinadoras de los cinco caracoles zapatistas, así como Mercedes Olivera, Márgara Millán, Sylvia Marcos y María de Jesús Patricio Martínez, trazaron veredas sobre cómo pensar y hacer hoy, juntxs y desde abajo, una transformación radical, ese “caminar que va lento, de lo pequeño a lo mayor, se va apropiando del territorio, tiene reglas desde el trato hasta lo que se produce y lo que se consume, se burla del dinero, reencuentra el juego, el espacio de la fiesta, se niega a la victimización, distribuye y disemina el poder y es siempre atento al poder de las estructuras de género”.
Entonces, ¿valió la pena el reciente esfuerzo al que fuimos convocadxs? A decir de Marichuy, en el CIG-CNI querían promover el poder y la organización desde abajo. El recorrido fue con esa finalidad y les dio gusto encontrar organización en los lugares donde imperaban el dolor, el despojo, la criminalización y la división comunitaria impuesta por los partidos políticos. “Más que ir nosotros a decirles, aprendimos mucho. Y yo creo que eso nos va a servir mucho al CNI. El recorrido fue un primer paso de muchos que se avecinan. Vamos a seguirle porque hay mucho qué hacer. Sigue lo que sigue. No podemos pensar que ya no la hicimos, sino que tenemos que seguir fortaleciendo los trabajos que hacemos de por sí. Falta mucho por hacer”, sintetizó Marichuy. A las preguntas zapatistas de los últimos años –¿Valió la pena el esfuerzo? ¿El trabajo generó organización o no? ¿Somos más grandes en horizonte (que no en número) y en capacidad? ¿Cumplimos o no cumplimos?– Marichuy respondió “Cumplimos”, pero acaso el auditorio del CIDECI se inundó con la sensación de que quedaron y quedan pendientes muchas más respuestas en muchxs otrxs lugares.
Ayer 15 de abril inició el Conversatorio “Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?” con un festivo y combativo “concierto musiquero” en el Cideci/Universidad de la Tierra Chiapas. Los Originales de San Andrés abrieron el concierto a las 4:30 de la tarde, animando el baile… “preparando el zapato, la zapatilla y la chancla”, invitando al público a cantar y a bailar, y a la 1 de la madrugada cerró con un ensamble de todas las bandas zapatistas de los caracoles y con la cumbia de Marichuy. En un ambiente festivo, el público bailó y coreó las canciones, mientras se recordaban a los ausentes y se denunciaba el sistema de muerte. Varias rolas zapatistas se dedicaron al Maestro Galeano, asesinado en 2014, a las compañeras víctimas de feminicidio en Ciudad Juárez y otras geografías, a los 43 de Ayotzinapa. Celebrar, recordar, denunciar, resistir… La música y la palabra poética sembrando vida en tiempos de muerte. Presentamos aquí el registro fotográfico del Concierto, que da inicio al Conversatorio/Semillero, que en los próximos 9 días reúne pensadores dedicados a reflexionar sobre la tormenta que nos acomete y los siguientes pasos en la resistencia de la vida. Mirar, escuchar, decir… pensando.
Desde el 8 de este mes un enorme operativo policial intenta desalojar la Zad de Notre Dame de Landes, una de las experiencias autónomas más importantes de Francia. Desde las 3 de la madrugada el operativo se implementó con brutalidad: filas de camiones azules interminables, tanques blindados, gases lacrimogenos, primeros heridos, primeros arestos. La gendarmeria prohibió la presencia de los medios de comunicación y bloqueó su acceso.
Desde Francia, compañerxs nos mandan este comunicado, con las declaraciones de quienes desarrollan actividades agrícolas y otras, expresadas en conferencia de prensa la tarde del 10 de abril.
Hoy, en la Rolandière, estábamos una treintena de personas representando las diversas actividades agrícolas, paragricolas, artesanales y culturales de la ZAD. Hemos llevado un mensaje colectivo para responder a las contra-verdades diseminadas desde ayer por los que nos están expulsando. Tenemos proyectos muy diversos en sus formas, pero somos totalmente solidarios, aun más cuando la prefectura [de policía] intenta dividirnos por medio de chantaje a la destrucción de nuestras actividades y lugares de vida.
Ayer, la granja de los cents noms ha sido destruida. Esta mañana, de nuevo, la policía [gendarme] quería atacarse al gran huerto colectivo de los Rouge et Noir y al huerto de plantas medicinales cercano. Hoy, todas las actividades y las habitaciones de la zona están amenazadas. El gobierno ha decidido interrumpir el dialogo, militarizar la zona, venir destruyendo con excavadoras, vehículo blindado, y miles de gendarmes mobiles la esperanza que ha sido sembrada en las tierras de Notre-Dame-des-Landes.
El colectivo Huellas de la Memoria nació el 10 de mayo de 2013, durante la Segunda Marcha de la Dignidad Nacional: Madres buscando a sus hijas e hijos y buscando verdad y justicia. El colectivo registra las historias de personas desaparecidas en México y otras partes de Latinoamérica y la lucha y los procesos de búsqueda de sus familiares. Lo hacen grabando, en suelas de zapatos que han sido usados durante la búsqueda, un mensaje que nombra a la persona dsaparecida, el día y lugar de la desaparición, y palabras de amor y esperanza.
La madrugada de hoy, 1 de abril de 2018, el departamento de dos compañeros del colectivo fue allanado, en lo que parece ser un claro mensaje de intimidación. Compartimos abajo la denuncia del colectivo.
1 de abril de 2018
Ciudad de México, México
Denuncia pública.
La madrugada de hoy, 1 de abril de 2018, entre las 00:30 y 02:30 horas entraron por la fuerza al departamento de dos compañeros de nuestro colectivo. La puerta fue forzada y la irrupción fue en el momento en el que no había nadie en el inmueble. Quienes entraron no movieron nada; los objetos de valor que estaban a la vista no fueron sustraídos por lo que descartamos la incursión con fines de robo. Luego de revisar el departamento, salieron a la calle a verificar que no hubiera nadie vigilando, en ese momento pasó un automóvil negro con placas del Estado de México, lo hizo a velocidad lenta, como inspeccionando la zona. Asociamos este hecho a nuestras actividades como organización en la denuncia y visibilización de la desaparición forzada como una política del Estado mexicano. Que en los últimos tiempos, se han presentado al menos dos eventos que son de llamar la atención:
1. Durante la exposición de Huellas de la Memoria en la ciudad de Saltillo, Coahuila, en agosto de 2016, un hombre de corte militar estuvo fotografiando de forma insistente a uno de los compañeros de nuestro colectivo.
2. En la presentación de Huellas en la ciudad en Taxco, Guerrero, el 23 de marzo del año en curso, asistieron funcionarios del gobierno municipal con quienes se tuvieron claras diferencias en el tema.
De manera que, no descartamos que esta acción haya tenido fines de intimidación. A pesar de esto, seguiremos en nuestro quehacer cotidiano: señalando y denunciando la práctica de la desaparición forzada en nuestro país, a los responsable y sus cómplices, pero también recuperando la memoria y la lucha de los familiares contra este crimen. La agenda programada para éste año se seguirá construyendo y las muestras serán conocidas en los estados de Guerrero, Michoacán, Jalisco, Nuevo León y Veracruz.
Responsabilizamos al Estado mexicano de cualquier situación que ponga en riesgo la integridad de nuestros compañeros y exigimos el cese de estos actos intimidatorios, no sólo contra nuestro colectivo sino contra cualquier persona y organización que luche contra el terror y la violencia de este país.
No descansaremos hasta que la memoria, la verdad y la justicia se sienten entre nosotros como sociedad.
Dialogamos con algunas mujeres que asistieron al Primer Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que Luchan que se realizó en Morelia, Chiapas, México entre el 8 y 10 de marzo del presente año. Mujeres provenientes de diversas luchas a las que les preguntamos: ¿quiénes somos?, ¿qué nos convocó a estar aquí?, ¿por qué luchamos las mujeres?, ¿cómo te sentiste en el encuentro? Aquí recogemos esas múltiples voces en un collage que entrelaza los sentires de “un chingo” de mujeres. Mujeres que se nombran, que luchan y que resisten sin miedo.
Producción colaborativa de Radio Zapatista, Subversiones y La tinta
Somos y hacemos
Fuimos miles. Como no somos buenas para las matemáticas ni tampoco en eso de exagerar o contar multiplicando, con humildad arrojamos un tímido y poco certero número ante la pregunta ¿cuántas mujeres había? Entre 5 mil y 10 mil, dijimos. Luego, las zapatistas serían mucho más precisas que nosotras: “A saber cuántas mujeres que luchan llegamos en estos días, pero creemos que podemos estar de acuerdo en que somos un chingo”.
Fuimos venidas de diversos rincones del planeta. Hablantes de español, tzeltal, tzotzil, mapudungun, aymara, francés, italiano, inglés, tojolabal, portugués, zapoteco, entre tantas otras lenguas. Muchas latinoamericanas, venidas desde el sur de nuestro continente. Otras que cruzaron el charco y atravesaron tempestades. Miles desde los distintos estados de México. Algunas con larga experiencia en esto de “estar organizadas” y luchando. Otras autoconvocadas llegaron porque andaban viajando por allí, y se enteraron de un encuentro de mujeres y de unas luchadoras llamadas zapatistas que las invitaban a su territorio.
Paula de Argentina, quien desde el Encuentro de Organizaciones propone la lucha para una vida libre y digna; Heydi que desde la música y la fotografía hace arte para resistir y para sanar desde Guatemala; Helena de Cuba que con su sonrisa nos invita a descolonizar nuestras caderas bailando y conectándonos con nuestras ancestras; Laura proveniente de pueblos originarios de México en lucha contra los megaproyectos mineros y eólicos, organizada como mujer campesina e indígena; Juana, Marta y Norma, que llegaron desde Ciudad Juárez, México, para denunciar el asesinato y desaparición de sus hijas; Rosemary de raíces yaki, apache y mexicana proveniente de la frontera con Estados Unidos, trabajadora agrícola; Vanesa y Sirsey que llevan adelante el activismo lésbico desde la Ciudad de México; Laura de Francia, que pinta mujeres desaparecidas y rastrea sus historias para sacarlas del anonimato.
Doña Herminia de Venustiano Carranza, delegada del Congreso Nacional Indígena, lucha en defensa de la tierra y el territorio desde hace muchos años y llegó junto con otras compañeras del Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas; asimismo, Guadalupe, Aurelia, María y Teresa, de Ejido Tila, luchan por la tierra y por ser escuchadas como indígenas. Carolina, del colectivo Bondi Fotográfico de Argentina; Susana del Movimiento por Unidad Latinoamericana y Cambio Social con una lucha sindical desde Argentina; Sylke y Ada Luisa de Nicaragua, jóvenes mujeres de la Asociación de Trabajadores del Campo que llegaron a aprender y compartir sus experiencias muy emocionadas por estar en territorio zapatista. Deolinda de Argentina que llega a participar como delegada del Movimiento Campesino de Santiago del Estero; Carol de Costa Rica que hace canciones y llega con otras amigas del Colectivo Mujeres Libres Riendo; Juliana de Brasil que platicó sobre los medios de comunicación libres y comunitarios y Jéssica de la Unión Nacional Campesina y Frente Revolucionario Mujeres de Lucha de Brasil.
Río, de la Ciudad de México, presentó Qué Vulvaridad, exposición fotográfica que muestra una diversidad inmensa de cuerpos, tantos como hay mujeres en el mundo; Xochiquetzal de Cuernavaca quien participó como académica y poeta del colectivo de mujeres Lunámbula; Reyna y Araceli, mujeres indígenas mazahuas del Estado de México; Laura de La Sandía Digital; Yasna, periodista y Dafne de Radio Placeres, ambas de Chile; Carol de California que quiere llevar todo el aprendizaje de regreso a su tierra; y Gemma y Ana del Estado Español que ven muy importante tomar el ejemplo de lucha de las mujeres zapatistas y consideran este encuentro como una oportunidad de encontrarse con mujeres de otras realidades.
Convocadas
Venimos a encontrarnos con mujeres que luchan en todo el mundo, contactarnos y tejer redes para desarrollar conjuntamente las herramientas que necesitamos para la libertad y para confrontar la violencia del patriarcado. Somos curiosas, buscamos tanto preguntas como respuestas. Venimos a compartir experiencias, hacer propuestas, aprender de otras mujeres, crear enlaces y solidaridad entre nosotras. Venimos a conocer la problemática de las zapatistas y cómo se organizan, a conocer personas de tantos estados, de tantas ciudades con el mismo problema que nosotras: desapariciones, feminicidios, acoso sexual.
Venimos a reflexionar acerca de qué formas organizativas y políticas tenemos para poder hacer una revolución que contenga todos los derechos y necesidades de las mujeres del mundo. Venimos para ser escuchadas como indígenas ante la represión, el despojo de tierras y el abandono. Porque sólo luchando se hace la fuerza. Porque a ellos no les conviene que nosotras andemos en estos lugares, visibilizando lo que está pasando en Ciudad Juárez y en otras partes del mundo. Venimos para seguir en la lucha de justicia por nuestras hijas asesinadas, para nuestras hijas desaparecidas. Nosotras como madres de hijas desaparecidas tenemos que seguir visibilizando todo lo que está pasando. Venimos porque no nos podemos quedar calladas.
Luchamos
Estamos luchando por sobrevivir porque nos están matando y salir a la calle todos los días es un peligro. Esa violencia hacia nosotras se extiende a los que nos rodean, a nuestras hermanas, a nuestras amigas, a nuestros hijos e hijas. Personas que son asesinadas y quedan en el olvido. Algunas ni siquiera están en un archivo. ¿Cómo preservar su memoria, cómo recordarlas, cómo pedir justicia?
Luchamos por proteger nuestros cuerpos, nuestras tierras y a nuestros seres queridos; por un mundo mejor, por el ser humano y por la vida entendida como dignidad. Luchamos por el sufrimiento que tenemos y tenían nuestras mamás y nuestras abuelas. En contra de un sistema patriarcal que nos oprime en todas dimensiones, que tanto en el trabajo como en el hogar y en los espacios sociales, cada día, tenemos que librar una batalla por defender nuestras libertades y sobre todo por demostrar que somos autónomas, dueñas de nuestros cuerpos, de lo que pensamos y de quiénes queremos ser. Por ser la mujer que queremos ser sin ningún estigma ni regla impuesta. Luchamos por autonomía, por tener un lugar, por nuestros propios espacios. Espacios llenos de mujeres. Por eso es importante encontrarnos y organizarnos, voltear a vernos y hacer un compromiso con nosotras y con las otras para mejorar este mundo que pareciera no es para nosotras.
Luchamos porque vivimos injusticias en distintos niveles. Luchamos contra los distintos sistemas de opresión: el racismo, el capitalismo, el machismo y el patriarcado. Entendemos que toda la estructura debe transformarse, no solamente en términos del sistema económico. Luchamos por deconstruir y descolonizar los saberes, los sentires, los deseos. Por romper esa idea de que el cuerpo de la mujer sólo debe ser para el consumo de los hombres o para un consumo sexual. Por llevar esa fiesta de la revolución externa a una fiesta de la revolución interna. Luchamos por más arte para nosotras. Porque tenemos un corazón lindo, porque somos muy creativas, porque escribimos, porque brindamos apoyo, porque podemos hacer cosas juntas aunque no nos conozcamos, porque nos enamoramos del viento, del sol, de la abuela luna y la diosa del mar, de la naturaleza toda.
Luchamos para que nadie más pase lo que nosotras hemos pasado. Porque antes éramos sumisas a lo que el hombre dijera pero a través de reconocer nuestros derechos como mujeres, empezamos a salir. Luchamos para desarmar el patriarcado como una estructura de dominación que nos meten en la cabeza y en nuestras organizaciones. Somos las más afectadas y no podemos quedarnos con las manos cruzadas mientras el patriarcado está acabando con nosotras y el mundo. Luchamos por tener paz y dignidad. Por un lugar en este mundo. Luchamos por la tierra y porque nosotras estamos buscando a nuestras hijas. Porque vivas se las llevaron, vivas las queremos. Luchamos todos los días por causas que nos unen todo el tiempo.
Resistimos
Nuestra resistencia es nombrarnos juntas, aprender juntas y salir a las calles, tomar el espacio público. Identificar que si el mundo sigue caminando es gracias a que las mujeres nos organizamos en todos los espacios, en todos los tiempos. Bordamos como una forma de unirnos y luchar para lograr que las voces de las compañeras que fueron asesinadas no queden apagadas, que difundamos lo que está sucediendo en nuestro país. Que escuchen nuestra voz de una vez por todas, que podemos hablar por nosotras mismas, que la lucha es nuestra, que no necesitamos a nadie para eso. Utilizamos la danza y la espiritualidad como un mecanismo de resistencia y empoderamiento, el erotismo como poder. Nos reconectamos con nuestras ancestras y esto es un momento especial de lucha y de resistencia.
Sin miedo
En el encuentro convocado por las zapatistas no sentimos miedo. Compartimos cuatro días sin violencia, sin agresiones, sin acoso. Sin miedo a ser agredidas por nadie, sin miedo a estar vestida de alguna forma en la que te sientas incómoda, sin miedo a decir lo que tengas que decir. Caminamos sin pensar en que si estábamos peinadas o no, o cómo estábamos vestidas. Sin pensar en nada de eso, simplemente vivir, respirar y saber que haga lo que haga no voy a ser juzgada y que si me caigo estoy segura que alguna compañera me hubiera levantado. Por un momento en el tiempo que estuvimos aquí no tuvimos miedo. Fuimos libres. Expresamos nuestros sentimientos. Seguras y tranquilas. Cerca de otras. Encontradas en nuestros cuerpos.
De las compañeras zapatistas aprendimos mucho. Estar aquí es estar en el corazón de ellas, estar en el corazón de la lucha. Verlas, escucharlas, esa es la mayor inspiración, la mayor motivación para seguir resistiendo. Ellas nos han abierto su espacio, su territorio, para recibirnos a mujeres tan diversas, con diversas luchas, experiencias, geografías. Y con mucho respeto estamos aquí compartiendo y escuchándolas, el primer día fue verlas desde su lenguaje y los otros días, estar conversando con ellas. Han sido muy generosas de compartir su espacio, de compartir sus conocimientos, de facilitar todo para este encuentro. Pudimos ver todos los avances, todos los logros que están haciendo desde el arte, la pintura, la danza, el teatro, la música. Nos están poniendo el ejemplo de que, pese a las dificultades y situaciones de discriminación y violencia que enfrentamos en nuestras comunidades, podemos salir adelante organizándonos.
Insistieron en que es necesario estar organizadas. Nos transmitieron mensajes llenos de aprendizaje. Aprendimos que podemos construir desde la diversidad no sólo cultural, de edad y creencia, sino de las distintas maneras de entender el feminismo y cuestionar esta especie de superioridad con la que algunos movimientos feministas creen tener la razón y enseñarnos. Tomamos una lección de humildad. Un camino tan correcto para nosotras, correcto en el sentido de que no es el hombre, no es el gobierno, no son ellos quienes van a cambiar la historia de desigualdad existente, somos nosotras, en colectivo, solas no. Y este colectivo es tan latinoamericano, es tan internacional que motiva, llena de fuerza y de energía.
Es un hecho histórico, venimos de diferentes partes del mundo, de diferentes realidades, diferentes clases sociales, diferentes maneras de luchar y tenemos que aprender mucho unas de otras, mujeres muy afectuosas, muy valientes,mujeres brillantes, de mucha fuerza y mucha sabiduría. Nuestras luchas están conectadas de una manera mundial. Compartir experiencias y saber que somos más de las que pensamos y que no estamos solas es muy potente y muy necesario. Apostamos a los feminismos descoloniales. Las compañeras que vienen desde Cuba con todo un posicionamiento crítico, compañeras aymaras con el feminismo comunitario, compañeras lesbianas que tienen también sus propias propuestas y las compañeras indígenas desde otras geografías del país, compañeras urbanas, argentinas, españolas. Conversamos y aprendimos en esta complejidad. Tendimos redes para seguir haciendo esta conversación. Son nuestras luchas las que vamos a continuar alimentando.
Cobertura Colaborativa del Primer Ecuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que Luchan. Chiapas, México, Marzo 2018
Por Radio Zapatista, Subversiones y La Tinta
El fuego de la palabra que nos incendia Las luces de nuestras ancestras que nos guían El latir de tambores que resuenan en los huesos Y la danza de mujeres-bosque,
Mujeres-monte Un solo cuerpo hecho abrazo que construye un mundo hecho de muchos mundos (diferentes espacios-tiempos-modos bailan)
El sol bendice rituales de sanación Y las carcajadas colectivas Resuenan entre las montañas Arte en palabra, en color, en sonido, en movimiento, en miradas
Un espacio seguro, donde hay libertad y dignidad Presencia honesta de muchas voces originarias y guerreras Agitándose y en sincronía Un niño dice que parece una película Y una obra representa nuestras opresiones
Una niña duerme al cuidado colectivo, mientras su madre busca café zapatista Y el maíz nativo como alimento,
Identidad
Historia Resistencia Territorio Raíz de nuestros saberes Y una mujer diciendo: “Acá podríamos vivir todas”