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Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después. Décima parte: LA SALUD SEGÚN LA DOÑA JUANITA | Los Tercios Compas y ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ
Sobre el tema: La Tormenta y el Día Después
Décima parte: LA SALUD SEGÚN LA DOÑA JUANITA.
No es hoy el día después. La doña Juanita muele el maíz que luego será tortilla nueva en la mesa donde, después de la práctica, los promotores comerán. La doña Juanita me confiesa que, a la hora de repartir la comida, les sirve más a las promotoras de salud. Porque son sanadoras, dice, y necesitan más fuerza para que su cabeza aprende y enseña.
Hablamos. Más bien, habla ella y yo escucho. Dice de una tierra lejana que está ahí nomás, al otro lado de la sierra que extiende su falda en nuestro suelo; nuestra tierra que antes fue de los extraños, los de afuera, los de dinero y muerte; suelo que libre se hizo por nuestra lucha.
Está contenta la doña Juanita con la lucha. Contando historias del pasado, cuando el finquero y el gobierno mandaban, anima a sus nietas, las exhorta, les advierte: “No dejes la lucha nunca, busca tu lugar y pelea para defenderlo. Si lo pierdes, de balde murieron nuestros muertos y te van a venir a jalar las greñas. Y yo te voy a agarrar a patadas. Aunque esté yo muerta, en la noche llego”.
“La sistema sólo nos enseñó a mal morir”, dice mientras atiza el fogón. “Y la lucha nos enseñó a vivir. Difícil seguir el camino de la muerte, y más difícil caminar la vida. Pero más alegre la lucha, porque te hace que miras lejos. Por ejemplo, de la salud. Antes la enfermedad sólo terminaba con la muerte, y nuestra medicina sólo retrasaba un poco que somos difuntos. Ahora hay muchas formas de salud. Empezando desde abajo, así como se levanta una champa. Bueno, eso pienso yo. Así dice mi cabeza. Por eso es bueno que las jóvenas aprendan de la salud. Porque ese camino es largo y es de vida. Pero que no sólo de plantas medicinales, porque hasta yo sé de eso. Es de cosas nuevas, de laboratorios y esos aparatos raros que oyen lo que dice tu tripa. De abrirle la panza a un hermano, sacarle el mal y remendarlo como se remienda la nagua. Yo creo que el finquero nos quería enfermos para que rápido morimos y no estamos dando lata. Como quiera el Mandón trae gente de otro lado a servirle. La lucha es buena porque no es sólo de matar o morir, es de vivir. Yo lo quiero ver eso de que le meten cuchillo a un cristiano, pero buen cuchillo porque no mata, sino que cura. Es muy otro eso de la salud. Creo por eso una no lo dice cuando se enferma. No es por valiente y que no quieres hacer bulla. Es porque tienes miedo del cuchillo que cura. Imagina que ves en tu ojo como el machete llega en tu panza. ¡Ay diositillo!”, dice la doña Juanita mientras se persigna repetidas veces.
Revisa el frijol la doña Juanita. Me dice que, en esa otra tierra, cercana -aunque lejos-, viven pueblos hermanos que a esos suelos llaman “Palestina”. Dice que la destrucción y la muerte siguen sembradas allá, aunque ahora otra guerra en otra geografía sea la noticia que oculta su noticia. No llora la doña Juanita cuando habla “Palestina”. Su mirada brilla, sí, pero no hay pena. Hay rabia, coraje, vergüenza.
“No conozco, pero me imagino que a esos pueblos todos quieren decirle lo que deben hacer. Así fue con nuestras comunidades, que llegaban a ordenarnos qué debemos pensar, vestir, comer, rezar, hasta quieren decirnos cómo hablar. El Mandón no siempre llega con cara de finquero. A veces llega con cara de buena gente, que te viene a ayudar, que te da su limosna, que te acaricia. Pero lo que quiere es mandar. Viera que no luchamos, hoy estaríamos igual, viviendo una vida que no es la nuestra.
No tendríamos conciencia nuestra y seríamos lo que la mirada de otros quiere que seamos. No sirve así, porque sólo te dejan la muerte. Tu vida es la vida que dicen ellos y no la tuya. Es buena la lucha porque no manda, sino que obedece”.
Suspira la doña Juanita. Apila las tortillas y los recuerdos, y me cuenta una historia que le contó su abuela hace 30, 50, 100, mil años. Ya es de edad la doña Juanita, pero es otra vez una niña cuando repite la historia que su abuela le trajo de sus más anteriores:
“Después del principio los seres que empezaron a hablar, y así caminar, mucho peleaban. Querían tener. Quien tenía poco, quería mucho. Quien no tenía nada, quería tener. aunque sea un poco. Quien tenía mucho, quería tenerlo todo. No era su modo de por sí. Ese modo lo trajo el que es del color del dinero, el de ojos fieros y manos de muerte, el Dzul. Mucho sufrían los anteriores. Y mucho entre ellos peleaban. Y con las peleas, las enfermedades para todos: para las crías, para las madres, para los padres, para los campos, para los animales. Enfermaban también las plantas y se enfermaban las aguas y los cielos. Antes de los dineros, había salud y la enfermedad de más querer tener no existía. Había el común.
Los Dzules, los extranjeros, los de afuera, les enseñaron a los nuestros que, para dominar un pueblo, había que dominar a las mujeres. Y que, si no se dejaban, había que matarlas. Porque matando mujeres, decían los Dzules, mataban rebeliones futuras.
Pero las mujeres tenían una más sabedora, más grande de edad y de rango. Ixchel es su nombre y su trabajo es la salud de todo. De día se esconde, pero de noche hace la guardia para ver si todo está cabal. Es luna pues, la Ixchel.
A las mujeres que luchan, Ixchel les dio la fortaleza interna de corazón y cuerpo. Grande hizo su corazón para que en él cupiera la semilla de la vida. Por eso las guerras del opresor buscan dañar a las mujeres que luchan. Desde pequeñas son atacadas. Porque en ellas va la vida, va el mañana. Rebeldes las hizo. Inconformes. Sabias las creó. Vista lejana tienen. Miran vida más allá de donde los demás sólo ven muerte. Y cuando se embravece la Ixchel, ahí sí, olvídate de que muy machitos y mandones. Por eso nuestro trabajo como mujeres que somos, es resistencia y rebeldía. Porque sólo así se sana una tierra mancillada con bombas, industrias y máquinas. Sólo así puedes curar la muerte. Luchando pues”.
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Ahora me doy cuenta de que la doña Juanita, cuando expresa “Palestina”, dice “niña, mujer, anciana”. Y por eso la doña Juanita, que fue y es niña, mujer y anciana, cuando habla “Palestina” dice “rabia”, sí, pero también dice “mañana”.
Y eso es lo que decimos las comunidades zapatistas cuando decimos “Palestina”.
Vale. Salud y pues eso: salud.
Desde las montañas del Sureste Mexicano, casi esquina con Medio Oriente.
El Capitán.
Noviembre del 2024.
Último día del Encuentro El Sur Resiste: Megaproyectos como parte de una transformación sistémica
El último día del Encuentro El Sur Resiste en el Caracol Jacinto Canek, San Cristóbal de Las Casas, se dedicó al pensamiento colectivo en once mesas de trabajo, donde se compartieron problemáticas y se identificaron responsables, así como estrategias y procesos de construcción actuales en los territorios y propuestas de estrategias de lucha locales y globales.
Los riquísimos diálogos entre los 1,200 participantes nos permitieron tener una visión de las problemáticas del país y del mundo que van de lo local a lo global.
En ese sentido, la participación de la delegación centroamericana, que enfrentó hostigaiento y dificultades para poder ingresar al país, contribuyó para entender los megaproyectos en el sur-sureste de México como parte de una gran tentativa de reordenamiento territorial a nivel Mesoamericano. En Centroamérica se están planeando una serie de corredores para interconectar Mesoamérica en la misma lógica que los megaproyectos mexicanos y articulados con los mismos, para beneficio del capital: el Canal Interoceánico de Guatemala, conectado con rutas ferroviarias y energéticas; el Canal Seco de Honduras; el Canal de Nicaragua; el Canal Verde de Costa Rica; y el Tapón de Darién, además del ya existente Canal de Panamá.
Escucha y/o descarga las palabras y el pronunciamiento de la delegación centroamericana: (Descarga aquí)
Según el testimonio de lxs delegadxs, esto con la intención de crear un gran corredor energético, militar e industrial en toda la región, que incluye megaproyectos turísticos, polos industriales y zonas económicas especiales. En este contexto, al igual que en México, se observa una fuerte militarización de la región, articulada con el Pentágono y el Comando Sur estadounidense. Cabe notar que los gobiernos involucrados, al igual que México, son presumiblemente progresistas, y que están logrando lo que la derecha no había podido hacer hasta ahora.
Entre las preocupaciones más urgentes en casi todos los territorios están la militarización (de la mano con el intervencioneismo estadounidense) y el crimen organizado y su imbricación con el Estado y el capital.
Síntesis de las mesas de trabajo: (Descarga aquí)
En todos los territorios, la destrucción ocasionada por las grandes industrias implica ruptura del tejido social; destrucción medioambiental; pérdida de valores y principios comunitarios, espiritualidad y ancestralidad; represión de las resistencias, muchas veces por parte no sólo de las fuerzas represivas del Estado, sino cada vez más de la delincuencia organizada en complicidad con las empresas. Se trata sobre todo de las industrias extractivas como la minería, los proyectos energéticos, la agroindustria, el turismo, la maquila. Y todo esto muchas veces de la mano de desplazamientos poblacionales y conflictos agrarios derivados de las tentativas de despojo.
Las problemáticas alrededor del agua y su defensa fueron también una constante en todas las mesas de trabajo, así como otras afectaciones medioambientales.
La migración es también un problema cada vez más presente que representa una tragedia para millones de personas alrededor del mundo. Se trata de desplazados económicos, por conflictos bélicos y territoriales, por la miltarización, por los efectos devastadores del cambio climático, por la violencia sistémica. La problemática se agrava gracias a los discursos unilaterales desde los Estados, la discriminación y la violencia.
La discriminación en todas sus formas también estuvo presente en las diferentes mesas. En particular, la discriminación de género y la violencia que la misma conlleva.
Entre las estrategias existentes y propuestas para enfrentar estas problemáticas, se encuentran: la defensa legal; la acción directa; las acciones destinadas a preservar la memoria, la ancestralidad y la espiritualidad; la formación contínua, sobre todo para la infancia y las juventudes; las acciones artísticas y culturales; las estrategias de comunicación; la creación y manutención de espacios físicos de resistencia; la creación de espacios de debate y compartición; estrategias para la salud en los territorios, incluyendo la partería y la medicina tradicional; acciones para garantizar la soberanía alimentaria; la investigación y sistematización; iniciativas de economía autónoma y solidaria; acciones globales coordinadas; la autodefensa.
Un eje fundamental, reiterado en las diversas mesas, es la creación y fortalecimiento de alianzas: entre colectivos y organizaciones, con los medios libres, con la acadmia compañera y las ciencias, con organizaciones e indiviuos de apoyo legal.
Al final del encuentro, se leyó un pronunciamiento de los miembros del CNI que participaron en la caravana; la síntesis de los trabajos en las distintas mesas; los acuerdos emanados del encuentro interno del CNI realizado el 5 de mayo; y el pronunciamiento final de la Caravana y Encuentro El Sur Resiste. Además, se leyó una carta del pueblo Romaní en Berlín; una carta de Manuel Gómez Vázquez, preso político base de apoyo zapatista, detenido en el Cereso 16 de Ocosingo, Chiapas, por un crimen que no cometió; un mensaje de Miguel Peralta, criminalizado por su lucha en defensa del territorio; y un testimonio desgarrador del Concejo Indígena y Popular de Guerrero – Emiliano Zapata (CIPOG-EZ), muy revelador de lo que sucede en este país.
A continuación, todos los audios del segundo día del encuentro:
Fotos: Juana Machetes (Radio Pozol), Karen Castillo (Observatorio Memoria y Libertad) y Radio Zapatista