Trump
Donald Trump cumple con una de sus promesas de campaña: promover un poder policial sin restricciones
Amy Goodman y Denis Moynihan
Mientras la atención del mundo se centra en la violencia en Estados como Siria, Irak, Yemen y Corea del Norte, aquí, en Estados Unidos, se están sentando las bases de un Estado desenfrenadamente violento a nivel nacional. Donald Trump está cumpliendo al menos una de sus numerosas promesas de campaña: promover un poder policial sin restricciones. El elegido de Trump para ocuparse de llevar a cabo estos objetivos, el fiscal general Jeff Sessions, está conduciendo al Departamento de Justicia hacia un cambio radical de políticas. Sessions está abandonando las medidas de la era Obama para proteger los derechos civiles y electorales, amenaza con más deportaciones y está resucitando la fallida “guerra contra las drogas” de décadas pasadas.
Esta semana, Sessions dijo ante la Asociación Internacional de Jefes de Policía: “Lamentablemente, en los últimos años, las fuerzas de la ley en su conjunto se han visto injustamente calumniadas y culpadas por acciones inaceptables cometidas por unos pocos malos actores”.
Sherrilyn Ifill, presidenta y directora-consejera del Fondo de Defensa Legal de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, por su sigla en inglés), dijo en una entrevista para Democracy Now!: “Lo que vemos con el fiscal general Jeff Sessions es un esfuerzo para regresarnos en el tiempo… Es una persona que quedó estancada en la década de 1980. En algunos casos, en la de 1950. Es una especie de visión retro de la aplicación de la ley y la policía, en la cual intenta aniquilar los últimos 30 años de progreso que hubo en este país, avances que ya se han hecho; particularmente en los últimos cuatro años, donde nos hemos centrado realmente en el tema de la reforma de las fuerzas policiales”.
Gran parte de las medidas recientes emanan de la temporada de agitación social en Ferguson, Missouri, en 2014. Allí, el 9 de agosto de ese año, un adolescente afroestadounidense desarmado, Michael Brown, fue asesinado a tiros por el agente de policía de Ferguson Darren Wilson, hecho que provocó meses de protestas. En marzo de 2016, la ciudad de Ferguson y el Departamento de Justicia, entonces al mando de la fiscal general Loretta Lynch, firmaron un decreto de consentimiento “con el reconocimiento compartido de que la capacidad de un departamento de policía para proteger a la comunidad a la que sirve es tan fuerte como la relación que tenga con esa comunidad”.
Viacrucis de Refugiados 2017
El domingo 9 de abril, una caravana de refugiadas y refugiados centroamericanxs comenzará desde la frontera Guatemala- México e irá hacia el norte para solicitar asilo en los Estados Unidos de América. En el camino, alzarán sus voces para exigir su derecho al refugio.
Al tiempo que las naciones europeas construyen muros con alambre de púas que impiden la llegada de sirixs escapando de la guerra civil, el gobierno de los Estados Unidos se niega a reconocer que hay una crisis de refugiadxs en Centroamérica. En todo el mundo, los derechos de las personas refugiadas están siendo atacados. Una de las primeras acciones de la administración Trump fue la prohibición de entrada a refugiadxs provenientes de países de mayoría musulmana, lo que, sumado a la promesa de 3 millones de deportaciones en su primer año de mandato, solidifica un régimen transnacional de deportación que ya se profundizaba con Obama, el cual es cada vez más nefasto para familias inmigrantes que buscan refugio.
En 2015 y 2016, México deportó dos veces más Centroamericanxs que los Estados Unidos por primera vez en la historia. Este sistema compartido de control fronterizo ha llevado a un paso extremadamente peligroso para refugiadxs en tránsito.
Más información (comunicado de prensa, mapas, calendario, informes, etc.): http://www.pueblosinfronteras.org/actions-.html




