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Un maratón en las montañas del sureste mexicano | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Septiembre de 2024

UN MARATÓN EN LAS MONTAÑAS DEL SURESTE MEXICANO.

Septiembre del 2024.

  Hace semanas, los grupos de jóvenes zapatistas tuvieron reuniones para ver cómo podían promover el tema del común entre ellos y con los jóvenes partidistas.

  Tuvieron entonces la idea de un maratón (de 23 kilómetros) en caminos de terracería con pendientes pronunciadas (es decir, “lomas” -como les decimos acá-).

  En su plan se trataba de que no hubiera premios de beneficio personal entre los que ganaran.  En cambio, el objetivo era que el premio fuera una base productiva para empezar primero con los colectivos de sus pueblos.  De ahí el siguiente paso es que se puedan crear proyectos del común, donde se involucren a los jóvenes partidistas.

  Los premios fueron entonces animales de pie de cría de pelibuey y de animales de granja.  Aunque las parejas de pelibuey serían para los primeros lugares, todas y todos los participantes tendrían la paga para comprar pollos e iniciar sus proyectos para granjas colectivas.  El GAL (Gobierno Autónomo Local) de cada pueblo, va a cuidar que se cumpla el compromiso y va a pedir informes.

  Esto fue lo que me explicaron que harían y (son zapatistas pues), así lo hicieron.

  Eligieron la fecha del 16 de septiembre para así celebrar el inicio de la guerra de independencia y el lugar que en ese proceso -y a lo largo de toda la historia de esta geografía llamada “México”-, tuvieron y tienen los pueblos originarios.

  Según me cuentan los Tercios Compas de la zona (Nota: los “Tercios Compas” son grupos de jóvenes zapatistas que hacen el trabajo de medios de comunicación: desde tomar videos, editarlos, hacer grabaciones, programas de radio y sonidistas; hasta “cubrir” lo que acontece en sus pueblos, regiones y zonas), el maratón inició a las 3 de la mañana hora nacional (4 de la mañana hora zapatista suroriental), y, desde dos puntos de partida, convergerían en el Puy (o “caracol”) de Dolores Hidalgo.  Habría categoría de “jóvenas” y de jóvenes, es decir, de mujeres y varones.

  Aunque no había límite de edad, se inscribieron unos 200 jóvenes y “jóvenas” zapatistas.  Su edad promedio andaba por debajo de los 20 años, pero la mayoría son jovencitas y jovencitos de entre 12 y 16 años.

  Los grupos juveniles que no participan corriendo en el maratón, se organizaron de modo que unos cubran la salida con consignas de animación; otros de la llegada con porras y dianas; otros van en camiones animándolos en el camino por si alguien se desmaya, y con música y palabras del común a su paso por las comunidades; y otros se encargan de las pláticas sobre la independencia, la entrega de los premios a quienes participaron, y el baile del final.

  Quienes llegaron primero lo hicieron unas 3 horas después de la salida.  Pero la mayoría todavía estaba a un tercio o la mitad del camino.  Se consultaron entre quienes eran coordinadores sobre si ya se recogía y se trasladaba en los camiones a los faltantes.  Se acordó que les fueron preguntando a quienes estaban en camino.

  Según me cuentan, las compañeras a las que se les ofreció que se subieran al camión, lo rechazaron respondiendo, palabras más, palabras menos, algo como “Claro que no. De por sí vamos a llegar a donde hay que llegar, de repente dilata, pero vamos a llegar, aunque sea arrastrándonos”.  Al saber de esa respuesta, los varones tuvieron que negarse también a ser “rescatados”.

  Y, en efecto, todas y todos fueron llegando.  En la noche bailaron.  Y así fue como transcurrió el festejo del 16 de septiembre… en las montañas del Sureste Mexicano.

Doy Fe.

El Capitán.
México, septiembre del 2024.

P.D. DE MORALEJA FRENTE A LA TORMENTA. – Hubo varones y compañeras que mantuvieron el paso y el ritmo, y completaron el desafío en los primeros lugares.  Los demás explicaban: “es que se prepararon con tiempo porque ya sabían lo que iban a enfrentar”.

P.D. CHISMOSA DE AUTOGOL DE GÉNERO. – El enviado especial zapatista en el lugar de los hechos me cuenta: “Los varones llegaron a la meta y se derrumbaron agotados.  Con calambres y cubiertos de tierra, tirados en la explanada del caracol, sólo escuchaban las consignas y la bulla.  Uno de los corredores confesó: “uh compa, acaso estoy pensando de baile, ahorita me duele hasta la gorra”.  En cambio, las compañeras sólo tomaron agua y preguntaron a qué hora iba a ser el baile.  Mientras un grupo de jovencitas reía y bromeaba entre sí sobre cómo habían terminado, una de ellas declaró: “Preguntamos de la hora del baile para ver si alcanzamos a bañarnos, o nos bailamos así como estamos de por sí, que ya somos del color de la tierra”.  Todas sonreían contentas.  Habían completado 23 kilómetros de una ruta ingrata, en cuyas lomas hasta los vehículos automotores batallan.

  Mmh, creo que esto no lo voy a poner.  Sería reconocer que las compañeras tienen más resistencia que los compañeros, y la solidaridad de género me impide hacerlo.  Así que borren esta parte.

P.D. AL CHISME. – Y tal cual, a la hora que empezó el baile, sólo las jóvenas levantaban el polvo al ritmo de las cumbias.  Sólo después de un buen rato, y en lo que se llama “orgullo de género”, los varones se incorporaron.  Renqueando y haciendo muecas de dolor, pero sin perder la compostura, decían: “Estamos bien, es sólo un nuevo modo de bailar que acabamos de inventar y que se llama “Cumbia de Esto te pasa por no prepararte para lo que viene”.

-*-

  Ecos de un baile lejano y un teclado compiten con grillos desentonados.  Un chispazo y el olor de tabaco apenas delinean una figura en el dintel de la champa.  La noche es ya reina y señora en las montañas del sureste mexicano.  Arriba la madrugada, con una nagua de estrellas y una luna de borde mellado como medalla en el pecho, mueve las caderas al ritmo de la “cumbia del Común”.

De nuevo doy fe.
El Capitán.

Imágenes y videos grabados por Los tercios Compas
Audio «En la noche», Amparanoia y Manu Chao 

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Un Cuento. El Pájaro T´i. | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Septiembre de 2024 | #EZLN

Un Cuento.

El Pájaro T´í.

  Fue a la hora del pozol.  Las compañeras insurgentas me platicaron de los múltiples accidentes, caídas y choques forzados en sus aprendizajes de andar en bicicleta.

  Lo de choques forzados es explicable: cuando perdían el control de la bicicleta y se olvidaban de frenar, elegían rápidamente dónde estrellarse para, así, detenerse.  En veces un árbol, otras el portón de un potrero y, las más de las veces, una zanja.

 Les pregunté por qué no mejor sólo frenar.  Así me respondieron: “De por sí lo pensé, pero la bici no entiende lo que pienso.  Hasta le grito, pero no obedece y se sigue, y entonces entra mi miedo”, explicaba una compañera mientras la sanitaria le hacía curación de los arañazos y heridas que consiguió, ya lo imaginarán, cuando decidió “detenerse” contra un alambre de púas.  Sí, podía ser peor, ahí cerca abundan las cuevas.

  “Pero si te avisaron”, le dice otro compa, “clarito lo escuchaste al pájaro”.

  ¿Qué pájaro?, pregunté.

  “Es un pájaro que te avisa que algo malo puede pasar.  No es que de por sí va a pasar, sino que tal vez pasa si no estás alerta y preparado.”

  De ahí siguió una discusión sobre el nombre del pájaro.  Unos decían que “Tii”, otras que “Titil” o “Titil Mut”.  El Subcomandante Insurgente Moisés, que maneja otra variante de la lengua tzeltal, dijo que es “T´í”.

  “En cho´ol le decimos “Tyi’j”, me informa una compañera, “cuando lo encontramos en el camino empieza a gritar, como que si fuera que se asusta y rápido se va volando.  Y ahí donde dicen eso de que está avisando que algo malo va a pasar

  Dos compas insurgentes mecánicos (uno de vehículos automotores y el otro de bicicletas), me explicaron: “que sea que te alerta, te avisa, te advierte que algo malo puede pasar.  Por ejemplo, que hay nauyaca, o viene carro, o que se va a ponchar la llanta…

  “O que te vas a caer de la bici”, agregan mientras miran el desastre que el “frenado radical” dejó en el brazo de la compañera.

  “No es que va a pasar, como quien dice, irremediablemente.  Pero te avisa y ahí tú ves si le haces caso o no”.

  Después de multitud de anécdotas (casi todas ellas de cuando su niñez), que confirmaban los avisos del pájaro “T´i”, quedaron discutiendo: una compañera decía que “depende, si es que hace tres veces y como que está muy apurado, es que está cerca la desgracia y, ni modos, tienes que prepararte”.  Otra: “pero si regresa y hace así (ella prolonga el monosílabo del canto, “tiiii”), quiere decir que era su mentira o que ya pasó el peligro”.

  Unos días después, antes de iniciar la práctica con la bicicleta, el pájaro cantó varias veces.  Todos lo escucharon, pero pensaron que el peligro era para alguien más, no para ellos en lo individual.

  Por supuesto que alguien se cayó y se raspó la rodilla.

  “Es que no lo hiciste caso al pájaro, si claro te está diciendo que te puedes caer”, le reclaman.

  “Sí lo hice caso, pero pensé que no a mí me va a pasar, sino a ti porque no limpias la cadena y la tienes toda oxidada”, se defiende.

-*-

  En todas las partes de ese todo que llamamos “Planeta Tierra”, la naturaleza advierte, alerta, avisa que algo malo puede pasar.  Las ciencias y las artes replican la advertencia.

  Hay quien entiende y se prepara.

  Hay quien entiende, pero piensa que no es a él al que le va a pasar.

  Hay quien entiende, pero se dice a sí mismo que él usa automóvil particular y no bicicleta.

  Y hay quien no entiende el cuento.

Tan-tan.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
México, septiembre del 2024.

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Imágenes de Puentes Imposibles: III. Una Carta | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Agosto de 2024

Imágenes de Puentes Imposibles:

III

Una Carta.

Agosto del 2024.

  En realidad, la carta es muy breve.  Llegó desde el Cauca, en la geografía llamada Colombia, con una solicitud del pueblo originario hermano Nasa.  Creo fue a finales del 2022.  Esperen… sí, llegó el 31 de octubre de 2022.  Los hermanos Nasas pedían que se difundiera un artículo en la página de Enlace Zapatista, o sea que se publicara ahí.

  Yo leí el texto con atención, confronté los datos y pensé: “si se publica en la página, nadie le va a hacer caso.  Y creo que lo que les interesa no es tener muchas “vistas”, sino que lo que ahí se dice lo lean y entiendan acá, en las montañas del Sureste Mexicano.  Entonces vamos a hacer algo mejor que publicarlo en la página de Enlace Zapatista: lo voy a pasar a la dirección política organizativa zapatista.  Que sean ellas y ellos los que lo valoren como lo que es: un puente imposible.”  ¿Por qué “imposible”?  Ahora lo verán:

  En esos días, las compañeras y compañeros jefes estaban ya discutiendo y desmenuzando lo que un año después, sería conocido como “El Común”.

  Las reuniones eran frecuentes, intensas y agotadoras.  Lo sé porque me asomé a varias de ellas y por lo que me iba platicando el Subcomandante Insurgente Moisés.

  Ya desde entonces se asomaba “El Común” en el horizonte, pero en ese momento estaban en las preguntas “¿Qué somos?”, “¿Dónde estamos?”, “¿A dónde vamos?”

  El impacto que la llamada “Gira por la Vida. Capítulo Europa” había tenido en el zapatismo producía su efecto.  Durante semanas, en las reuniones del Comité y en las asambleas de las comunidades, las distintas delegaciones que visitaron las variadas geografías de la Europa de abajo y a la izquierda, informaron basándose en sus apuntes.

  Con y por las delegaciones, el zapatismo había constatado la destrucción que la “modernidad” y el “progreso” producen en los territorios “desarrollados”, la mal llamada “civilización occidental” -que, paradójicamente, está al oriente nuestro-.  Y habían encontrado la semejanza con los diferentes en todos los sentidos: la resistencia y la rebeldía frente a la Hidra, el sistema capitalista.  El todo y las partes.

  En palabras del Subcomandante Insurgente Moisés, coordinador de ese capítulo de la Gira por la Vida: “Está cabrón, tenemos que apurarnos”.

  El balance era para preocupar:

  El proceso acelerado de destrucción del tejido social en México;

 los fracasos evidentes de las izquierdas electorales (el “progresismo”) ya no digamos en transformar las bases de un sistema criminal, también en administrarlo así fuera en la medianía de la mediocridad (erigir la “corrupción” como fuente y causa de todos los males, en lugar de verla como lo que es: un efecto… y fracasar también en el combate a ella), la “toma del Poder” – en realidad la llegada al gobierno por cualquier vía-, no era sino un relevo en el puesto de capataz (presuntuoso, soberbio y autoritario con la peonada, y dócil y humilde con el finquero);

 las protestas cada vez más fuertes y terribles por parte de la naturaleza frente a las guerras de conquista del Capital;

 el avance coordinado del llamado Crimen Organizado y los megaproyectos;

 la migración y las poblaciones desplazadas (los países desarrollados asediados por los efectos de las guerras y políticas de conquista en los llamados territorios “periféricos”);

 la violencia cruel y sádica contra mujeres y otroas (la agresión a lo diferente como nueva religión fanática);

 la niñez convertida en víctima propiciatoria (el sistema sacrificando el futuro de la humanidad en el altar de la ganancia);

 el resurgimiento de las guerras con argumentos nacional-fascistas;

 la normalización de la catástrofe; el colapso pues;

 todo llevaba a una conclusión aterradora: lo que habíamos previsto y advertido décadas antes (y que entonces fue objeto de burlas y desprecios), se estaba cumpliendo.

  El futuro de entonces es ya el presente.

  Pero todo esto ya lo sabe usted.  Que obre en consecuencia, pues ya es otra cosa.

-*-

  Pero volviendo a la carta del Cauca que pedía difusión del texto, le pasé el escrito al Subcomandante Insurgente Moisés y le llamé la atención sobre una parte.

  El Subcomandante leyó el texto y la parte subrayada, levantó la mirada y me preguntó: “¿Tú les contaste?”.  “Claro que no”, les respondí, “no conozco a esos hermanos”.  El SubMoy: “Es que es como si hubieran estado en las reuniones”.

  Y es que, en reuniones de meses previos, el comité, la dirección política-organizativa zapatista había estado discutiendo de los “ismos”.

  La parte subrayada del texto dice:

  En el camino aprendimos que la voz que enseña es Uma Kiwe, nuestra Madre Tierra; ella indica el camino y las estrategias… aunque no han faltado quienes quieran ponerse como asesores del proceso o dar la línea.  Hubo un momento, en 2016, en que el proceso decidió abrir sus puertas a otras luchas para conversar y visibilizar. A partir de allí empezaron a llegar todos los ismos, y todos quisieron poner su línea o evangelizar nuestro proceso con sus contenidos teóricos.

  Todos esos ismos, ecologismo, anarquismo, marxismo, feminismo, maoísmo, institucionalismo, desarrollismo son todos construcción y legado de Occidente, y aunque en los territorios se van tejiendo con los saberes autóctonos, llevan el sello de la racionalidad occidental. Todos los ismos han sido muy valiosos en apoyo y juntanza con este proceso; algunas personas se han mostrado respetuosas; otras, colonialistas. En su momento fue necesario decir: «todos los ismos son bienvenidos, pero aquí somos y vamos a seguir siendo indígenas nasas». La liberación de la Madre Tierra va más allá de los cañaduzales. El saber nasa, que viene de Uma Kiwe, es el sustento de esta lucha, y si tenemos contradicciones es precisamente por esa batalla que se da en el corazón entre nuestro ser nasa y la imposición occidental capitalista.

  Frente a la falsa disyuntiva entre la institución o la revolución, los pueblos proponen rutas alternativas para habitar este presente; las coordenadas del debate desbordan un esquema cartesiano, y nos muestran, con sus formas de habitar y organizarse en la minga, la asamblea, la celebración, las tulpas y rituales, otros modos de vida posibles. Cuando nos preguntan: «¿Rebelión? ¿Revolución? ¿Reforma? [decimos que] lo nuestro es el wët wët fxi’zenxi»

-*-

  En las reuniones de meses anteriores, los comités habían estado recapitulando su historia y, en ella, el paso de todos los “ismos” habidos y por haber, dando órdenes.  Ninguno aportó nada que valiera la pena.  Y claro, también que hubo y habrá gente que sólo vino a sacar lo que podía.  Y se fue cuando ya no pudo sacar más.  No eran “ismos”, sólo eran, y son, unos sinvergüenzas.  Y unas (no olvidar la paridad de género).

Vale.  Salud y acá, además de lodo y dignidad, lo que hay es un “ismo” muy otro: zapatismo.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.

Agosto del 2024.

P.D.- El texto completo se puede consultar en https://www.ecologiapolitica.info/63-andrea-fajardo-camacho/

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Imágenes de Puentes Imposibles: II. Un Libro | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Agosto de 2024

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II

Un Libro.

Agosto del 2024.

El libro llegó unos días antes.  En ese entonces las jefas y jefes zapatistas estaban en una reunión.  Analizan, valoran, proponen.  El tema es el común.  Ojalá y el Subcomandante Insurgente Moisés algún día les haga saber el resultado del balance.  O sea, cómo va todo esto del común en tierras zapatistas.

  El asunto es que estaba yo preparando una plática que me tocaba dar.  Y entonces llegó el libro.  Sólo lo hojeé.  Está en una lengua que desconocemos, que desconozco, y que, después de investigar, supe que era “esloveno”.  Supongo que hay una edición en inglés (se adivina en el índice), pero a nosotros nos mandaron la edición en “esloveno”.

  Llevé entonces el libro a la reunión y se los mostré a los jefes y jefas.  Les pregunté por qué o qué había pasado para que su palabra, como zapatistas, apareciera en un idioma que, hace más de 30 años, ni siquiera sabíamos que existía.

  Esperé unos segundos y seguí: “yo les voy a decir por qué.  Y les voy a contar una historia.  Su historia de ustedes.  La historia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.”

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  Al terminar la plática y en la hora del pozol, se arremolinaron en torno al libro.  Les pregunté qué decía el libro.  Sonriendo respondieron que no sabían.  Les dije: “Qué tal que nos están insultando y nosotros sin saber, porque no entendemos esa lengua”.  “No lo creo”, replicó uno de ellos, parte de la delegación, “porque nos invitaron y ni siquiera nos conocen, nos alimentaron, nos hospedaron en sus lugares de ellos y nos mostraron lo que es su lucha.  Nos enseñaron, pues.  Entonces quiere decir que nos respetan, así como nosotros los respetamos a ellos.  No creo que en este libro estén mal hablando”.

  Una compañera, también delegada, miraba fijamente el libro.  Lo tomó en sus manos y me dijo, con mirada retadora: “oí capitán sup, claro te digo que no entendemos su palabra que está aquí escrita.  Pero lo sabemos y entendemos su lucha porque estas personas nos lo mostraron.  O sea que lo vimos y lo aprendimos.  Así que no importa su lengua de esas personas, lo que importa es lo que son.  Y lo que vimos es que son personas luchadoras.”

  Otro compa interviene: “y son como nosotros los pueblos zapatistas, porque no les importa si eres de “otra” planeta, lo que vale es que luches contra la Hidra.  Porque “la” sistema no se fija qué lengua hablas, sino que como quiera te explota, te reprime, te roba, te desprecia.”

  Una compañera no ha dejado de reír.  Me dice: “cómo crees, capitán sup, si nos recibieron bien bonito, con cantos y cohetones.  Se miraba claro que estaba muy feliz y contento su corazón”.

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  “Resulta que cuando llegamos en ese lugar teníamos miedo, pena. Teníamos miedo de hablar.  Porque vimos que son muy diferentes la gente de allá.  O sea, me refiero que son muy altos y nosotras chaparritas.  También ellos son hueros y nosotros de piel oscura.  Lo que si nos costó más es que no hablan el castellano, más que hablan su idioma.  En el momento que nos tocó dar la plática, como nos tocó con otro equipo de compas, ahí nos animaban los compas para empezar a dar la plática y sí empezamos.  Aunque la verdad si nos costó, porque cuando estábamos explicando, el traductor nos paraba cada rato porque tenía que traducir cada parte. Así fuimos acomodando.  Teníamos que hablar cachito por cachito para que se pueda traducir bien y completo. Y el traductor hay palabras en castilla que no entiende.  Nosotras teníamos que estar muy pendientes y concentradas para no perder en la cabeza lo que tenemos que explicar.   O sea que son diferentes en todo, pero son como nosotros en la lucha.”

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  “Es en Los Balcanes”, me aclaró antes el Subcomandante Insurgente Moisés.  “Ellos no se organizaron como países para la Gira por la Vida, sino por toda una zona que así le dicen de los Balcanes.  Bien organizados estaban.  Como no reconocen fronteras, entonces no están peleando que si tú eres de tal país o de tal modo.  Cuando les estoy platicando del zapatismo, les dije que nos acusaron de querer “balcanizar” el país.  Y entonces aplaudieron y gritaron.  Ya luego entendí que para ellos esa palabra quería decir “unir cuando hay acuerdo”, porque, a pesar de guerras muy fieras, ellos se luchan juntos, pero separados.  Se unen en la lucha contra la división que les ponen los de arriba.  Pero no es que hay quien manda y quien obedece, no.  Se ponen de acuerdo.  Se coordinan pues.  Y también trabajan la tierra.  O sea que también luchan por la vida.  Para nosotros, con el viaje, que sea la Gira, lo que cambió es que antes no sabíamos que hay otros pueblos como nosotros que no se rinden al monstruo y que se rebelan.  Lo de los Balcanes fue un muy buen aprendizaje, porque ellos se unen, pero no pierden su independencia o sea su particularidad.  Cuando hay algo común, entonces rápido se ponen de acuerdo y, sin perder lo que es cada quien, se hacen uno.  O sea que están separados, pero juntos.  Si alguien entenderá lo del común que nos proponemos, son esas organizaciones hermanas.  En la ruta de los Balcanes estaba el todo y las partes.”

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  Sigue el Subcomandante insurgente Moisés: “Como, al igual que el pueblo Saami, no se presentaron como país, me reuní con ellos para ver cómo querían ser nombrados.  Ellos respondieron cosas como esta:”

  Para nosotros, la redacción correcta es la ruta de los Balcanes. Ésta no es (sólo) descripción geográfica, sino principalmente política.

 Durante siglos, los Balcanes han sido el Otro de Europa, la parte salvaje, indómita, incivilizada de Europa: un campo de pruebas de todo tipo de explotación colonial, bélica, capitalista y extractivista, por un lado, y un espacio en el que todos los estereotipos orientalistas de Europa están presentes, proyectado en el otro.

 Ha sido un espacio de grandes conflictos nacionalistas, resultando en muchas guerras, incluida la de los 90 que fue para nuestra generación, nacida en la última década de la Yugoslavia socialista, una experiencia muy formativa cuando éramos niños.

Entonces, cuando nosotros, como anarquistas, antifascistas y antiautoritarios comenzamos a ser políticamente activos, la perspectiva balcánica siempre fue clara para nosotros: la única forma de superar las divisiones nacionalistas y el odio es construyendo los Balcanes desde abajo, conectando cada colectivo y movimiento en ellos. Durante las últimas dos décadas (desde los años de la antiglobalización, la lucha contra las guerras en Afganistán e Irak, y más tarde todas las luchas de trabajadores, estudiantes, solidaridad migrante, feministas, medioambientales, etc., se realizaron a través de los Balcanes.

  No estamos conectados en una organización, más bien, funcionamos como colectivos independientes en cada territorio (conocidos como diferentes estados balcánicos, como Eslovenia, Croacia, Serbia, Rumania, Bulgaria, Grecia, Macedonia, Kosovo, etc.). Tenemos un evento común una vez al año (Balkan anarchist Bookfair), que es un espacio de encuentro y reflexión para todos los colectivos que de otra manera operan en sus propios territorios.  En ocasiones, como en el caso de la visita zapatista, o la ruta migrante en 2015, trabajamos juntos en esta red descentralizada de solidaridad balcánica.

Entonces, en resumen, para nosotros el concepto de Ruta de los Balcanes es un concepto político, y preferimos usarlo, en lugar de hablar de actividades en cada país. La preparación de la visita zapatista se hizo a través de reuniones comunes de todas las coordinaciones nacionales en diferentes territorios, y siempre tuvo ese sentimiento internacional balcánico, para trabajar juntos y crear un espacio común de lucha.

-*-

Vale.  Salud y que los intentos de hegemonía y homogenización no arruinen todo… de nuevo.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
Agosto del 2024.

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Imágenes de Puentes Imposibles: I. Un Rábano… | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Agosto de 2024

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I

Un Rábano…
(O una cebolla, depende del caso, o cosa, según)

Agosto del 2024.

  No, no me refiero a que me importe un ídem lo que digan en contra por defender a su precioso preciso.  Ni de que, como “progresistas”, son rojos por fuera y blancos por dentro. Hablo de un rábano rábano.  De la verdura, pues, que llaman “rábano”.

  Esta pequeña historia empieza en el Viaje por la Vida, capítulo Europa.  Antes de que salieran, le pedí a unos compañeros y compañeras que me mandaran fotos de lo que vieran y les llamara más la atención en los lugares que les tocarían.

  Y en efecto.  Después de las fotos y videos de la salida, de cómo se quedaron inmovilizados en un aeropuerto porque perdieron la conexión (gracias al apoyo del equipo de apoyo), empezaron a llegar imágenes de distintos lugares.

  No, contra lo que se pueda pensar, las fotos no eran de monumentos, sitios turísticos, paisajes, paseos o selfies.  Eran de las cosas que les llamaban la atención, gracias a la importancia que la delegación le daba a quienes eran sus anfitriones: personas, grupos, colectivos, organizaciones y movimientos tan distintos en color, tamaño, raza, lengua, cultura y motivación, que parecía imposible que una misma mirada pudiera abarcarles.  Sin embargo, en la mirada zapatista se unían.  “Nuestra familia de acá”, decían cuando caminaban los suelos de la Europa insumisa, la que no desmaya, la que no se rinde.  Ahora, ya en tierras zapatistas, no es raro escuchar “nuestra familia de allá”.

  Había fotos de animales, de plantas, de las comidas que recibían, de la gente, de las montañas, de los “modos” de las familias de “allá”.

  De entre todas, la que más me llamó la atención fue la foto de un rábano.  Claro que yo, como enemigo a muerte de las verduras, pensé que era una cebolla morada.  Incluso así la catalogué: “foto de cebolla morada”.

  Ya luego, cuando regresaron, la compañera que tomó la foto me aclaró que no era cebolla, sino un rábano.  Con emoción cuenta:

  “Acaso es cebolla.  Es un rábano, pero muy otro.  Es de diferente tamaño y de otro color, pero por dentro es rábano.  O sea que es muy diferente que acá en mi hortaliza, pero es igual.  Y estaba muy bonito el rábano.  Y también siembran puerro.  Que es diferente, pero es igual.  Y lo que me llamó la atención es que cultivan, o sea que trabajan, para darles a otras personas que no tienen comida.  O sea que no es que lo quedan con el fruto de su trabajo, sino que lo comparten con los que necesitan.”

  “Y esas familias de allá, ¿acaso se desaniman?  No, aunque no hay tierra para sembrar, lo buscan el modo.  Por ejemplo, pura piedra y como quiera lo hacen su hortaliza.  Lo que hacen es ir a buscar buena tierra, la acarrean y la ponen sobre la piedra o en macetas.  ¡Y ahí lo tienen su hortaliza!”

  “Yo antes tenía mi hortaliza sólo en la milpa.  Pero en el viaje aprendí que también se puede en la casa.  Entonces también hice hortaliza en el sitio donde vivo.  Y tengo rábanos y puerros.  Son diferentes a los de la familia de allá, pero son iguales.”

  “No, que no es cebolla, es un rábano.  El lugar se llama “Bulgaria”, capital del país que se llama “Sofía”.  Le corregí entonces y ella sólo dijo “es lo mismo”, y siguió:

  “Habíamos estado antes en una geografía que se llama “esloveña” y ahí también aprendimos de sus modos de cómo son y cómo luchan.  En Francia nos tocó quedar abandonadas.  Y mientras nos tocó quedar en la casa de una compañera que no hablaba nada de español, y yo pues hablo cho´ol así que mi español es muy otro.  Mi equipo era de puras mujeres, tzotzil, tzeltal y cho´ol, y nuestro trabajo era dar plática de como mujeres que somos.  Entonces nos había acompañado una ciudadana de México que se tuvo que regresar a su casa.  Y cuando se fue nos dijo “no se preocupen, aquí les voy a instalar una aplicación que traduce.  Ustedes sólo le hablan al celular y ya el celular lo escucha, lo traduce y lo habla en la lengua que le digan”.   Pero tras que el celular no entiende el “espa-cho´ol”, ni el “tzotsi-ñol”, ni el “tzelta-ñol”, entonces traducía otra cosa diferente a lo que queríamos decir.  Y la compañera que nos daba posada, pues nomás se reía.  Y sufrimos un poco bastante, porque queríamos ir al baño y no sabemos dónde es.  Y no sabemos cómo decirle a la compañera.  Y ni modo de hacernos ahí frente a ella.  Pero con señas entendió y ya nos mostró dónde es.”

  “Es que no llegó el equipo que nos va a llevar a otro lugar.  Y nosotras, porque éramos varias compañeras que quedamos botadas ahí, pensamos si ya nos vamos a quedar ahí toda la vida.  Y luego, pues no sabemos mero el modo de esa geografía.  O sea que sufrimos.  Pensamos si ya vamos a morir y estamos tristes porque ahora quién va a cuidar la milpa y los animalitos.  Pero entonces pensamos que no hay problema, porque seguro los compañeros zapatistas van a ver de cuidar.  Pero ya luego nos encontraron y nos rescataron, y ya”.

  “Estábamos organizadas, como de por sí.  Entonces pues hacía mucho frío y está oscuro, y en la casa de la compañera de Francia no tienen luz.  O sea, no tiene luz de la ciudad, sino que tiene su propia luz.  Tiene su luz aparte.  Entonces prendimos las luces de la casa y, mientras unas preparábamos el desayuno, otras están viendo de calentar agua para bañar.  Y tras que entonces empieza a sonar una alarma muy fuerte y salimos corriendo porque pensamos que la casa va a explotar.  Corrimos a buscar a la compañera, que ya es de edad y siempre está sonriendo, y le contamos de la desgracia.  Pero ella mucho se reía y luego, con el traductor, nos explicó que no se puede todo al mismo tiempo.  Que cada cosa a su tiempo.  Nos reímos también.  Pero antes íbamos a morir del susto.”

  “Esa compañera vive sola.  No le da miedo.  No vive en la ciudad.  Ella prefirió vivir en la montaña.  Y ahí lo tiene su casa, en medio de la montaña.  Está en una organización que lucha en contra de los centros nucleares.  Y ahí tiene sus compañeras de lucha.  O sea que está sola, pero no.  También está acompañada”.

  “No puedo decir su nombre de la compañera porque no sé si es su nombre civil o de lucha, entonces pues no.  Y sí tenemos fotos de ella, pero no podemos publicar porque antes hay que pedirle permiso, o sea si autoriza.  Y entonces hay que usar el traductor y mandar hasta su casa, pero no tiene señal de celular ahí.  Pero sí cuéntalo la historia.  De repente sus compañeras lo leen y le cuentan a ella cuando la vean.”

  “Ella nos pidió que dejáramos nuestra huella como pintura en unos como costales.  Para acordarse de nosotras, dijo.  Nosotras le pusimos “Gracias.  Los llevamos en nuestros corazones”.  Y es cierto, esa compañera nos dejó huella con su corazón.  La verdad es que sí nos hallamos con la compañera.  O sea que sí estábamos perdidas, pero no.  Porque con esa compañera nos hallamos”.

  “No, acaso estamos pensando del marido o el novio.  No, ni nos acordamos.  Lo que extrañábamos era la milpa y los animalitos.  Pero no lo vayas a publicar eso, porque yo a él le dije que sí lo pensé mucho”.

-*-

  Odio decirlo, pero parece que la verdura es la política por otros medios.

Vale.  Salud y, como no dijo Lenin, la calabaza es el enemigo principal.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
Agosto del 2024.

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¿EL ALEPH MAYA? | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Agosto de 2024

¿EL ALEPH MAYA?

Agosto del 2024.

  La tolvanera que levantaban se podía ver desde lejos.  Como esas trombas donde el viento se persigue a sí mismo e, incapaz de lograrlo, arrasa con lo que encuentra, lo alza a las nubes y lo arroja de nuevo al suelo.

  “La tormenta”, pensé.  “O algo peor”, volví a pensar.  “¿Algo peor?”, reflexioné.

  “Sólo que se tratara del triple T, el terror que hizo parecer las luchas de la WWE como si fueran pactadas de antemano (¡oh! ¿lo son? No les digo, si ya no hay valores, oiga), el… ¡Comando Palomitas!” (para quien no conozca al Comando Palomitas, está formado por la Verónica, la Cintia y el Chuy, ahora de 7 años; el amado Amado y el Chinto ahora de 12 años).

  Y tal cual, como respondiendo a un conjuro diabólico…

  La primera que apareció fue la Verónica quien, después de escudriñar la champa entera con un vistazo en modo panorámico que olvídate del IOs 77.7, avisó a los demás “no hay galletas”.  Así que, ya desanimados y perdido el impulso inicial, fueron entrando el Chinto, la Cintia, el Chuy y el amado Amado.  Los seguía su escolta, formada por los perritos que pueblan las posiciones zapatistas.  Ah, y varios gatos, gato naranja incluido.

  El incómodo silencio producido por la carencia de galletas fue roto por el amado Amado quien, mintiendo, dijo: “No importan las galletas, cuéntanos un cuento”.

  Sin esperar a que yo accediera, el Comando Palomitas fue tomando posiciones estratégicas en la champa, con una táctica digna del mejor comando terrorista o antiterrorista -es lo mismo-.

  Acorralado y viéndome superado en número y capacidad de fuego (bueno, en realidad era capacidad de agua, la Verónica y la Cintia portaban las pistolas de juguete que, en mala hora, les di hace tiempo), no tuve más opciones.  Así que inicié con…

La historia del lugar que tiene todos los lugares

  Fue antes de que los dioses más primeros, los que nacieron el mundo, aparecieran.  Lo cuenta Ixmucané, quien ya estaba cuando nadie estaba.  Cuenta que había, hace muchos tiempos, un lugar donde estaban todos los lugares.  Todo en el mismo lugar y al mismo tiempo.  Y en ese lugar de todos los lugares, todo era y, al mismo tiempo no era.  O sea que el lugar era todos los lugares, pero no cada lugar individual.  Cada lugar tenía su modo, era diferente, distinto, muy otro.  Pero al mismo tiempo era parte de todo el lugar.

  Todo era terrible y maravilloso.  Cada parte era el todo y era en sí misma sin perder su individualidad y su colectividad.  Y se echó a perder por su culpa de los dioses más primeros, los que nacieron el mundo, porque, machitos al fin y al cabo, empezaron a pelear por quién más y quién mejor.

  De ahí nacieron las Olimpiadas, los patrocinios y los anuncios de apología del crimen de Nike – que podrían ser el lema de un Cártel, una organización terrorista o un Estado ídem, o diseñados por el jefe de campaña del Trump-.  Porque para esos anuncios se necesitan dos cosas: un criminal que los diseñe y un grupo de víctimas que diga “¡Qué buenos anuncios!”

  La mirada colectiva de reproche del triple T Comando Palomitas me llamaron a la cordura.  Así que entendí que me estaba desviando del tema.  Di una bocanada a la pipa rota y retomé el relato:

  “O sea que las partes no competían quién más o quién mejor.  Pero los dioses varones más primeros, los que nacieron el mundo, eran hombres pues.  Así que empezaron a competir.  Y cada uno agarró, como quien dice, su parte.  Y le empezó a dar para que fuera más y mejor que las otras.  Y empezaron las malhabladas y las malmiradas.  “Ya viste que esa parte de allá es, no sé, como muy oscura y muy doble”, maldecían unas.  “Y esa otra tan pálida y flaca que parece que no tomó su pozol”, murmuraban otras.  “Y eso de más allá, de plano no se sabe qué es”, coincidían más.  Y no terminó ahí, las más fuertes atacaron a las más débiles.  Y entonces hubo quien tenía más y quien tenía menos.  Y se olvidó que las que tenían más, era porque les quitaron a otras”.

  El asunto es que empezaron a dividirse y a pelear entre sí, ante la desesperación de Ixmucané, quien hacía lo posible porque cesaran las peleas.

  Fue inútil.

  Así que los hombres y mujeres y otroas que crearon los más primeros dioses, los que nacieron el mundo, salieron con esa falla.  O sea que quieren competir para ver quién más y mejor.

  Pero la Ixmucané algo rescató, y sembró en todos los seres vivos el recuerdo de ese lugar con todos los lugares.  Pero no alcanzó a sembrar bien la semilla y quedó enterrada muy profundo en el alma de cada ser vivo.

  Por eso, al nacer las crías lo hacen con el recuerdo de ese lugar con todos los lugares.  Por eso es el primer llanto, el más doloroso, el que provoca la ausencia.  Y es cuando van creciendo que se les va olvidando esa maravilla, sepultada por los años y los golpes y caídas que llaman vida.

  Y así fue como nacieron las redes sociales.  Tan tan.”

  El Chuy interrumpe: “Oí Capitán Sup, ¿a poco había celulares en ese tiempo?”

  “Es un cuento, sonso”, le aclara la Verónica con un zape.

  El Chuy le reenvió el zape a la Cintia.  La Verónica, en lo que llaman sororidad, se lanzó en defensa de la Cintia.  El amado Amado y el Chinto trataban de detener la trifulca, pero la Verónica ya estaba en modo “tzotz” (ataque 100, daño 100, consecuencias 0) y le mordía el tobillo al Chuy.  La Cintia quiso demostrar su valía y también mordió, pero el brazo del Chinto (ataque 100, daño -1).  El amado Amado quiso apartar a la Verónica y le tocó una patada del Chuy, que estaba en modo “demonio de Tasmania” (ataque 100, daño 100 pero, repartido entre los presentes, 20 -porque él mismo se dio un puntapié-).

  La escolta de canes y felinos contemplaba la escena con mirada de reprobación, como diciendo “Hasta parecen perros y gatos”.

  Se desató así el caos.  Y en ese momento terrible y maravilloso, todas las peleas infantiles convergieron en un instante.  Todas las peleas eran una sola pelea y, simultáneamente, eran cada pelea particular.  Hagan de cuenta que una tromba nace en un espacio de 3 por 4 metros con techo de lámina y paredes mitad de block y mitad de tablas.

  Pero en eso, algo sucedió: en la puerta de la champa apareció un enlace y declaró: “Pregunta el SubMoy si alguien va a querer paletas de helado porque está un tiendero móvil en el Puy”.

  Salió en tropel el Comando Palomitas, montó con habilidad sus respectivas bicicletas, y se dirigió al Puy.  Detrás salió la escolta canina-gatuna.  Todos se fueron.

  Bueno, no todos.  Sentado y mirándome con complicidad, estaba el Tragón.  Entonces, pues, saqué las galletas prohibidas.

  Mientras, departía yo con el Tragón, intercambiando galletas y reflexiones sobre el Aleph borgiano de esta manera:

  “Antes de nacer conocemos el Aleph borgiano.  Desde la primera bocanada de ese aire enrarecido que llamamos “vida”, empezamos a olvidar.  El aferrarse a la niñez es porque se intuye que algo terrible y maravilloso la antecedió.  El olvido metódico del vértigo de muchos mundos conviviendo en uno solo, es el origen de la intolerancia, el racismo, el desprecio… y las redes sociales.

  Ergo: cuidad a la niñez, es lo más cercano que estaréis del Aleph.  Y cuidad de la vejez porque es lo más cercano que estaréis de la comprensión de la inutilidad de ese olvido llamado vida.  Su aparente distracción, sus olvidos, no son sino la intuición de un recuerdo de antes de la memoria.  El Aleph Maya es la confirmación de la más implacable sentencia: como individuos aislados somos del todo prescindibles, pero como parte del todo somos necesarios.”

  El Tragón abandonó el debate cuando se acabaron las galletas y se fue a perseguir un carrito de paletas y helados.

  Lo dicho: soy un incomprendido.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.

Agosto del 2024.

P.D.- ¡Ah!, son tan previsibles.  Bastaron unas líneas en una posdata para ponerlos histéricos.  Hasta en eso son iguales.  Y eso que apenas estamos “recomenzando”.  Por lo pronto, con su reacción “jalaron” muchas miradas hacia acá.  Lástima que ya van de salida, les vamos a extrañar.

Anuncio de la marca “NIKE” (de artículos deportivos), trasmitido en la televisión nacional durante las olimpiadas de 2024, en los horarios de los noticieros “estelares” -con subtítulos en español-.  “Creo que soy mejor que el resto.  Quiero lo que es tuyo y no devolvértelo.  Lo mío es mío y lo tuyo también es mío.”  Qué tal, ¿eh?  Todo un programa de gobierno, ¿no?  Eso o la columna vertebral del “Proyecto 2025” de la Heritage Foundation en USA.

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UNA IDEA GENIAL | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Agosto de 2024

Una Idea Genial

Agosto de 2024.

  Hice mi primera captura de pantalla.

  No están ustedes para saberlo, ni yo para dárselos a conocer, pero he triunfado en la ardua y vertiginosa carrera tecnológica.

  Después de 6 meses 6 de agotadora investigación, estudios y prácticas desgastantes, solo, sin más ayuda que 453 videos tutoriales, pude hacer una captura de pantalla.  Lo sé, parece increíble.  Pero no crean que me conformé, ahora me propongo encontrar dónde rayos quedó guardada la captura de pantalla.  Luego averiguar para que sirve una captura de pantalla.  ¿Después? … ¡el mundo!

  Bueno, de ahí que, animado por este gran logro, me dediqué a incursionar en el mundo de las aplicaciones digitales (que los veteranos llamamos “apps”), y así surgió la idea que ahora les refiero:

  Se trata de una idea para el tránsito tan cacareado hacia un capitalismo humano (o a “limarle las puntas al neoliberalismo” -según la 4T-):  Una nueva aplicación digital que se llamaría “OnlyHaters”.  En ella usted, dama, caballero, otroa, podría insultar a placer al villano o villana de su preferencia a cambio de un precio razonable.  Claro, habría cuenta premium donde el receptor se compromete a leer su mensaje o ver su video (si tiene usted más recursos).  ¿Se imaginan?  Casi cualquier personaje de la política y del capital se haría millonario.

  El futuro secretario de educación, en México, ya no tendría que vender candidaturas al cártel más cercano a su corazón.  El Supremo se retiraría con su sustento asegurado y le alcanzaría para crear su propio podcast mañanero (que es lo único que hizo en casi 6 años).  Trump no tendría que recurrir al fraude fiscal para financiar su campaña y sus empresas.  Biden-Harris no tendrían que hacer ofertas de temporada a las grandes corporaciones para la guerra de conquista en Palestina.  Le Pen y Macron no tendrían que esconder su afinidad ideológica.  El PSOE y el PP podrían al fin salir del closet y abrazarse en público.  Milei no tendría que ponerse histérico cada vez que dice algo ni poner cara de estreñimiento agudo.  Lula, Petro y Boric podrían pagar su suscripción a los canales de tv del imperio Murdoch (Fox) sin necesidad de convertirse en sus voceros (y, por favor, que alguien les diga que ésos a quienes quieren agradar serán los mismos que mañana los lapidarán en lo mediático).  Netanyahu no tendría que cometer crímenes de guerra para sostenerse en el gobierno.  Zelenski encontraría un cauce honorable para su capacidad histriónica.  Putin podría dedicarse a montar osos.

  Y claro, yo, el Capitán, no tendría que atender mi taller de bicicletas eléctricas (que se llama, por supuesto, “Mi Abuelita en Bicicleta”) para poder adquirir las obras completas de Arturo y Carlota Pérez-Reverte, Javier Marías y Arthur Conan Doyle (antes de que empiecen con sus juicios, sentencias y condenas de corrección política, “sensibilidad de género” y lo que esté de moda, permítanme avisarles que me cago en sus tribunales, los morales y los otros).

  No sé, piénsenlo.  Así ya no se explotaría la fuerza de trabajo humana, sólo los sentimientos de rechazo, odio, intolerancia, racismo, homofobia, misoginia, fanatismo, etc.  Lo más ruin de la especie humana sería fuente de riqueza.

  Oh, olvídenlo: para eso ya existen las redes sociales.

  Nah, también hay videos de gatitos y perritos (¡aww!)

  En fin, como le responde Don Francisco de Quevedo a un otro Capitán, veterano de los Tercios de Flandes: “No queda sino batirnos, pese a todo. Contra la ignorancia, la estupidez, la maldad, la superstición y la envidia”.  Ya después el autor agregará: “la apatía, la incultura, la insolidaridad, la corrupción”.

Vale.  Salud y “Omitir las verdades no es otra cosa que una variedad refinada de la mentira” (Almudena Grandes. Madrid, Estado Español).

Desde las montañas del Sureste Mexicano.


El Capitán.
Mirando el barco sobre la mar y a caballo en la montaña.
México, agosto del 2024.

P.D.- Si alguien, allá afuera, decide capitalizar esta genial idea, triunfar así en el rudo mundo de la era digital, tener un sitio exclusivo en Silicon Valley, codearse con los Arnault, Bezos, Musk, Zuckerberg, Gates, y ser convocado por el Preciso para que opine sobre asuntos que deberían ser de Estado, no olvide “mocharse” con un tanto de paga.  Necesitamos equipar varias salas de quirófano.  Están los “mete cuchillo” fraternales puestos, están los candidatos a cirugía, están los lugares para construirlos, están las jóvenas y jóvenes dispuestos a aprender.  Ya sólo faltan los equipos.  Y la capacitación para su uso y cuidado, claro.

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EL VIAJE | ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ | Agosto de 2024

El Viaje

Agosto del 2024.

  Ah, la adrenalina del Poder.  Es como con la paga: no importa cuánto tengan, siempre quieren más.  Embriaga y crea adicción.  Claro, luego viene la resaca… cuando llega.

  En el largo y complicado viaje del gobernante, cualquiera que sea, lo que importa es el destino.  Y, contra lo que se pueda pensar, el destino no es llegar a algún sitio.  No, el destino es pasar a la historia como el brillante e histórico conductor que es el Supremo.

  Todas las mañanas, enciende el limpiaparabrisas del vehículo que algunos llaman todavía “Nación”.  Aparta así la multitud de insectos y suciedad que se ha adherido al cristal.  Que nada opaque o deforme su visión del camino, ni las letras doradas que habrán de enaltecer la historia patria o, mejor aún, la mundial.

  Que los insectos sean cadáveres y ausencias, no importa.  Que la suciedad sea sangre y las rocas que arroja la realidad, tampoco.  Que nada detenga su avance.

  Y cuando su turno al volante termina, ¿qué queda?

  Porque a nadie parece importarle a dónde conduce esa carretera y, sobre todo, quién es el dueño del vehículo.  Porque ¿no es él quien decide a dónde, con quién, a qué velocidad y con cuáles pasajeros se hace ese viaje?

  Ah, pero siempre habrá peatones de la historia.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
Agosto del 2024.

P.D. DE BALANCE:

1- No olvidar que Chalco, hace más de 30 años, era la joya emblemática de Carlos Salinas de Gortari y de su programa “Solidaridad”, antecedente intelectual y práctico de los programas de “Bienestar”.  Con lo que ahora se padece en ese lugar, ¿dónde está Salinas de Gortari para dar cuentas?  Los súbditos de hoy, ¿estarán para dar cuentas en las previsibles catástrofes en las que desembocarán sus megaproyectos del “Bienestar”?

2.- Los opositores conservadores fueron “adversarios”. ¿Y quienes se rebelan y resisten al sistema? Ah, ésos sí eran (y son) enemigos.  Merecían y merecen la muerte, el desprestigio y el olvido.  O todo junto.  Por eso el olvido, la impunidad y la ignorancia frente al asesinato del hermano Samir Flores Soberanes y todos los guardianes de la Tierra asesinados, desaparecidos y encarcelados en la llamada “revolución de las conciencias”.

3.- No importa el nombre, es lo mismo.  Basta una mirada serena para entenderlo.  Claro, eso si se quiere entender y no sólo confirmar fobias y filias personales (gratuitas o pagadas).

4.- En el oficialismo no todos son iguales, es cierto.  Los hay criminales impunes, que ya lo eran en el PRI, el PAN, el PRD, el PT y el PVEM antes de brincar al oficialismo; o como el futuro encargado de Educación Pública.  Y los hay quienes son simplemente estúpidos, como el paradójico Marx Arriaga.

5.- El error que se cometió antes del “beneficio de la duda”, se repite.  Quienes nos criticaron por no apoyar y criticar el cambio de piel de la víbora, fueron los más ferozmente atacados por su defendido.  Ahora lo vuelven a hacer, amparándose en que “es mujer”.  Hombre, mujer, otroa, no importa.  Allá arriba está el problema, no la solución.  Si no miran hacia abajo, seguirán tropezando con la misma piedra.  Y eso ya sería patológico.  El oficialismo no busca apoyo, sino complicidad.

6.- Tuvo el autoritarismo de Gustavo Díaz Ordaz; el nacionalismo de cartón piedra de Luis Echeverría Álvarez, la demagogia corrupta de José López Portillo, la mediocridad administrativa de Miguel de la Madrid, la perversidad de Carlos Salinas de Gortari, la vocación criminal de Ernesto Zedillo, la ignorancia enciclopédica de Vicente Fox, el militarismo y la mecha corta de Felipe Calderón, y la frívola superficialidad de Enrique Peña Nieto.  ¿Quién es?  Ah, y la corte de aduladores de todos ellos.  Cambian los presidentes, cambian las nóminas.  Lo del autoelogio y lo chillón, sí es parte del “estilo personal de gobernar”.

P.D. DE DESBALANCE. –

1.- La estrategia de la mal llamada oposición de “no a la sobrerrepresentación”, no busca el inexistente, desde hace décadas, equilibrio de poderes.  Lo que quieren es elevar el precio de venta de sus decisiones en las cámaras.  Lógica de mercado, pues.

2.- La supuesta “defensa” del Poder Judicial no es sino una autodefensa.  Los criminales tienden a unirse cuando se ven amenazados.  Lo que está en juego no es la autonomía de los jueces, sino quien maneja el negocio de la compraventa de la justicia.

3.- Los autores intelectuales de “la unidad opositora” no explican el fracaso.  Los errores los pagan otros, no ellos, así que no hay problema.  La derrota de Bertha demuestra que el asunto no es de género ni de columnas de “especialistas”, sino de aparato.  Y ése ya se los arrebató el oficialismo hace seis años seis.

4.- Se quejaron, se quejan y se quejarán de lo mismo que practicaron por años: la mentira, la calumnia, el insulto, el ninguneo, el escupitajo mediático, el “no presentar pruebas de lo dicho”, el abuso de Poder en medios, el tribunal mañanero.  Y de una plataforma informativa ridícula, como la que han construido en décadas.  Chillones, pues.  En plural.

5.- En serio pensaron que personajes como Alito, los Chuchos y como se llame el presidente del Acción Nacional, ¿serían una opción elegible?  ¿Qué las bobadas de Bertha “jalarían” al electorado joven?

6.- No supieron presentarse como opción de “centro” (no sólo porque eso no existe, pero eso es otro tema), y tampoco como opción de derecha.  Pero no se preocupen, eso de la ideología es eso, ideología.  Y lo que importa es el negocio.  Es decir, la política realista.

  Pues eso.

  Quedaron cosas pendientes en los megabytes, pero ya será luego.  O no será.

El Capitán.

(Continuará…)

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ADAGIOS – ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ

ADAGIOS

Agosto del 2024.

  Recomencemos, pues, con algunos aforismos de hace décadas.  Compruebe usted si lo señalado entonces, ayuda o no a entender lo que ocurre ahora.

I

  El objetivo del pensamiento crítico no es encontrar la verdad (y, por lo tanto, construir una nueva coartada para la arbitrariedad en turno), sino cuestionar “verdades”, confrontarlas, desmantelarlas y mostrarlas como lo que son: la opinión idiota de uno o varios idiotas (claro, y de una o varias idiotas -no olvidar la paridad de género -) y con muchos o pocos seguidores.  El pensamiento crítico no es sólo una posición teórica.  Es, sobre todo, una posición ética frente al conocimiento y la realidad.

II

  Eso que llaman “Historia” (así, con mayúsculas) es sólo un cadáver maquillado torpemente por los políticos y sus escribas.  Sin embargo, a la mesa del político en el Poder, no se sienta un esqueleto.  Apenas un espejo.  Se puede embellecer el marco, pero el espejo seguirá reflejando la misma descomposición de la realidad.  La diferencia entre ataúdes no cambia la similitud de su contenido.  Cuando los gobiernos acusan al espejo, por ser cóncavo, de deformar la realidad, pretenden esconder que es su mirada la que excluye las deformaciones.  La misma mirada en la que ÉL es quien todo lo ilumina y colorea.

  La historia pasada, así con minúsculas, no es más que el antecedente de la pesadilla presente.  Hoy se labran la muerte y la destrucción del mañana.

III

  La idea no precede a la materia.  Antes, al contrario.  No es una teoría social o filosófica la que da origen al capitalismo como sistema dominante.  Ni a sus diferentes etapas.  La teoría social es un gigantesco estante de ideas al que acuden las diferentes propuestas políticas en búsqueda de razones que le den sentido a la sinrazón.  Los sistemas dominantes no son sino un mismo cuerpo con ropajes distintos en su presentación, pero iguales en su hipocresía.

  La teoría social de moda es sólo un bestseller momentáneo, que convive con teorías de autoayuda, de cómo ganar amigos (“followers” se dice ahora), y de fundamentaciones de que el fin justifica los medios dependiendo si se trata del conservadurismo o del progresismo (que no es más que un conservadurismo blando).

  Lo que da origen al capitalismo es un crimen.  Y cada etapa de su desarrollo semeja la de un asesino serial: cada vez adquiere más experiencia.  El trabajo de los teóricos oficialistas es embellecer ese crimen con algo de romanticismo, aventura y, claro, frivolidad.

  En teoría social, las más de las veces no se busca entender para revolucionar, es decir, para cambiar las bases materiales, un sistema.  Lo que buscan los “teóricos”, ayer de oposición y hoy oficialistas, es un relevo en la cofradía.  Por eso los aNexos de ayer son los caricaturistas de hoy.  Cambian los nombres y oficios, pero la apología es la misma.  Y, claro, la paga.  La reacción de la derecha ilustrada es la de una pareja despechada, indignada porque se escogió a otros.  Y esos otros, a lo que aspiraban era a ocupar el lugar de los apapachados de ayer.  Comparten la misma anemia intelectual, así que no hay problema.

  El historiador de hoy acomoda la historiografía al gusto del Mandón.  Acude al anaquel de las ideas buscando personajes, sea para construir villanos, sea para construir héroes.  Que ahora se incluyan villanas y heroínas, es una benévola concesión a un feminismo que se conforma con poco o nada.  El mayor temor de un historiador de hoy es encontrar grupos, colectivos o pueblos enteros como responsables de un período.  ¿Quién puede vender un libro con la biografía de un no individuo?  Porque eso es una comunidad.

  El historiador de hoy vende coartadas y es el sustento publicitario de la historieta de cartón piedra del Poder.  Para él, la historia es sólo la escenografía de fondo que adorna su presente luminoso.  El equivalente literario de las escenografías fastuosas sobre los pueblos originarios, son las biografías y las investigaciones cultivadas en los círculos del Poder.  Así los calendarios se ajustan a conveniencia y se convierten en victorias las derrotas de un imperio frente a otro.

  La confusión es tal que hay quien piensa, sostiene y argumenta, que el Imperio Azteca era la panacea de los pueblos originarios antes de la conquista española, que Rusia es la URSS y que China es una geografía con el comunismo como sistema dominante; que el pueblo es sabio si vota Lula, Kirchner, PSOE, Macron, y Harris; e ignorante si vota Bolsonaro, Le Pen, Milei, Trump.  Pocas cosas están tan prostituidas como la “democracia”, pero ninguna es más cara.

  En la desconocida historia de las claudicaciones, quienes callan y maduran (así se enseña en la escuela de cuadros de El Partido), acuden al estante de las ideas para comprar algo que les sirva.  Es inútil: la traición a principios y convicciones es una claudicación, aunque de Poulantzas se vista.  El mote “de izquierda” no cambia la esencia de un hecho: es complicidad con un crimen, el peor de todos: el de un sistema contra la humanidad.

V

  En política no hay muertos, sólo cadáveres reincidentes.

  Como se decía de Pedro Infante: el PRI no ha muerto, vive en el corazón de todos los partidos políticos.  Por eso los políticos profesionales cambian de siglas como de calzones sin ningún problema.  Aunque los calzones siquiera los lavan… o tal vez no.

  No hay diferencia alguna entre políticos progresistas y de derechas, así como no hay diferencias fundamentales entre patrones buenos y malos.  Ambos administran un despojo.

  Las opciones políticas no cambian en sus objetivos (tener el gobierno), ni en su quehacer (servir al Poder económico).  Sólo cambian las coartadas.

VI

  En su etapa actual, el sistema realiza una nueva guerra de conquista, y su objetivo es destruir/reconstruir, despoblar/repoblar.  Destrucción / despoblamiento y reconstrucción / reordenamiento de una zona es el destino de esa guerra.

  El gobierno de Israel no está vengando los atentados de Hamás del 7 de octubre del 2023, está destruyendo y despoblando un territorio.  El negocio no está sólo en la destrucción y el asesinato masivo, estará en la reconstrucción y reordenamiento.  Por eso la evidente complicidad de los Estados Nacionales del mundo.  Cuando las “naciones” envían pertrechos militares a Israel no sólo están apoyando el genocidio contra el pueblo palestino.  Están invirtiendo en ese crimen.  Ya vendrán luego los dividendos de ese negocio.

VII

  No hay destrucciones “buenas” o “malas”.  Cambian las excusas y los colores, pero el resultado es el mismo.  Entre el Tren del Istmo porfirista, el Plan Puebla-Panamá foxista, y el Corredor Transístmico morenista no hay diferencias sustanciales.  Unos fracasaron y el otro también lo hará.  Su objetivo no es el bienestar (como no sea el de los grandes capitales), ni la modernización porfirista del despojo: es simple y llanamente una frontera más de las que ya existen.  Y, como sus pares, también serán horadadas.  Y no por los miles de migrantes, sino por la corrupción y el cinismo que, siglos después, descubren los neo esclavistas de hoy: el tráfico de seres humanos es un negocio con una fuente inmensa de materia prima (obtenida con las guerras y las políticas de los distintos gobiernos).  Y la inversión de capital es mínima: sólo necesitas burocracia, crueldad y cinismo.  Y de eso hay abundancia en el Capital y en el Estado.

  Los llamados megaproyectos no derivan en desarrollo.  Son sólo los corredores comerciales abiertos para que el crimen organizado tenga nuevos mercados.  La disputa entre cárteles rivales no es sólo por el tráfico de personas y drogas, es sobre todo la disputa por el monopolio del cobro de piso en lo que se mal llama “Tren Maya” y “Corredor Transístmico”.  A los árboles y animales no se les pueden cobrar cuotas, en cambio sí a las comunidades y a las empresas que se asienten en esa otra inútil frontera en el sureste mexicano.

  Se asegura así el crecimiento de las guerras por el control territorial, en las que estará ausente el holograma del Estado Nación.

  Partir del criterio de que la violencia de lo que llaman “Crimen Organizado” es una anomalía del sistema, no sólo es falso, también impide entender lo que sucede (y obrar en consecuencia).  No se trata de una irregularidad, sino de una consecuencia.

  El objetivo es consensuado: el Estado quiere un mercado abierto (“libre” de intrusos -o sea de pueblos originarios-), y los otros quieren el control de un territorio.

  A imagen y semejanza de lo que se dio en llamar Capitalismo Monopolista de Estado, en el que el Capital esperaba que el Estado creara las condiciones para su implantación y desarrollo, ahora se trata de lo que los militares llaman una “maniobra de pinza”: ambos – Estado y Crimen Organizado-, atenazan un territorio, lo destruyen y despueblan, y luego entra el gran Capital a reconstruir y reordenar.

  Mienten quienes dicen que hay una alianza entre los gobiernos y el crimen organizado.  Así como no hay alianza entre una empresa y sus clientes.  Lo que hay es una simple -aunque costosa- operación mercantil: el Estado ofrece una ausencia y el cártel en cuestión “compra” esa ausencia y suple la presencia del Estado en una localidad, región, zona, país.  La ganancia es mutua entre vendedor y comprador, la pérdida es para quienes sobreviven en esos lugares.  “Quien paga o presta, manda”, es el añejo aforismo que “olvidan” los analistas y los “científicos sociales”.

 En cuanto a lo que se llama el “Crimen Organizado”, el Estado y el Capital hacen un cálculo equivocado (as usual): suponen que el empleado se va a sujetar a lo convenido.  Y no que va a operar por su cuenta.

  Como pasó con el aliento y creación de grupos paramilitares, que, como estaban formados por indígenas, se pensaba que se podían controlar.  Después de todo, se trataba de personas ignorantes y manipulables.  Y entonces Acteal.  Tienen razón las Abejas, la matanza de Acteal en 1997, con su crueldad y la impunidad consiguiente, fue sólo el preludio de la pesadilla actual.  El Estado piensa que los del llamado Crimen Organizado son sus sirvientes y van y vienen según se les indique o se le obligue.  Por esa creencia es que se llevan las sorpresas que padecen.

  Ahora, trate de responder esta pregunta: ¿Por qué en un estado federativo militarizado por 30 años, ahora florecen los cárteles y sus enfrentamientos con el beneplácito gubernamental de quienes invadieron el suroriental estado mexicano de Chiapas, alegando que evitaban así la “balcanización” de la república?  Sí, parece que el territorio mexicano está más fragmentado que nunca.

(Continuará)

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
Agosto del 2024.

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UN PICO Y UNA PALA ͶÀTIꟼAƆ ⅃Ǝ

UN PICO Y UNA PALA.
De la solidaridad, la empatía y la valentía

Agosto del 2024.

  La solidaridad con lo lejano -y no me refiero a la geografía, sino a su lugar en la información-, no sólo es cómoda.  Además, permite las posiciones más absurdas y contradictorias (como la de justificar el asesinato de civiles, niños en su mayoría, que ignoran que el infierno presente no es momentáneo, sino también una promesa del futuro).

  La solidaridad con lo distante no requiere compromiso: son otros los que sufren y mueren.  Para ellos la limosna de la atención momentánea, la acalorada discusión (já) sobre uno o dos Estados, las referencias históricas a modo de cada posición.  La solidaridad con lo cercano, en cambio, demanda algo más que un comentario en redes sociales.  En el extraño y pequeño mundo del progresismo están más cerca las kurdas, Palestina y Ucrania, que Ostula y su porfiada resistencia; las comunidades originarias del Istmo que se rebelan al destino de ser reconvertidas en guardias aduanales en la nueva frontera sur de la Unión Americana (porque eso, y no otra cosa, es ese megaproyecto); la destrucción ecológica llamada “Tren Maya”; el despojo de agua en toda la geografía; la imposición de termoeléctricas; las rebeliones contra saqueos, imposiciones y destrucciones del medio ambiente;…y las Buscadoras.

  Y no, no se trata de obviar, por geografía, una injusticia en cualquier parte del planeta.  No, se trata de entender y sentir que la solidaridad no es una moda y una pose, sino un compromiso que maldice.

  Como el oído, la mirada… y la palabra

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  De las ausencias, la más terrible e inhumana es la que no tiene explicación.

  Las personas desaparecidas, su actualidad y la indiferencia que provocan arriba, son la prueba contundente de que la frivolidad y el cinismo son virtudes en el quehacer político de la derecha… y de la izquierda progresista.

  La existencia de personas que buscan la verdad y la justicia para sus ausentes es lo que marca la modernidad tan cacareada allá arriba: es terrible el infierno en el que se cocinan esas desapariciones; y es maravilloso que, quienes buscan, revaloren con su empeño la dignidad humana.

  En los últimos años, lo más terrible y maravilloso que ha parido esta geografía es la profesión de “buscadora”.

  ¿Cuál es lo mínimo para cumplir esa demanda de verdad y justicia para las desaparecidas?  ¿Cuál es el “piso”, -como dirían los expertos en gestoría-, en esa petición? ¿Un fragmento óseo? ¿El jirón de una blusa descolorida?  ¿Un zapato sin su par?  ¿Una resolución del poder judicial, la policía, el gobierno en turno: “se hizo lo que se pudo”?  ¿La señal del gps parpadeando solitaria, desesperada, inútil?

  ¿Un discurso que, claro, culmina con “me comprometo a que se sepa la verdad antes de que termine mi gobierno, caiga quien caiga”?

  Las buscadoras no sólo buscan a sus ausentes, también buscan la vergüenza, la dignidad y la humanidad que se perdieron con un puesto gubernamental, un renglón en la tabla Excel del pago en nómina por claudicaciones.

  Quienes se niegan a responder a la demanda de las Buscadoras, ¿a qué le temen?  ¿Cuál es el sustento para que afirmen que “la mayoría de las desaparecidas lo son por voluntad propia”?  ¿Es que ya investigaron y esas ausentes lo son voluntariamente?  ¿Entonces por qué no decirles a las Buscadoras: “señora, su hijo, hija, se fue porque encontró una pareja” o “porque usted no la comprendía”?

  ¿No tienen alta tecnología (drones, satélites, georradares, archivos digitalizados)?  Si no, por qué no compran o rentan, o piden prestados esos equipos.  Busquen en tiendas on line… o en la página de la Secretaría de Marina.  Sólo escriban en la ventana del buscador “equipos de búsqueda y rescate”.

  Si tienen los medios para espiar a sus enemigos (un Pegasus en cada soldado te dio), ¿por qué no usan esas tecnologías para averiguar si esa persona está desaparecida “por voluntad propia”?

   ¿O mienten las Buscadoras?  ¿Entonces es mentira que anden de un lado a otro, atenidas a las informaciones que reciben?  ¿Sufren porque quieren o porque alguien les hace falta?  Esas imágenes donde aparecen, con palas y picos, en zonas rurales, ¿son editadas con una aplicación digital y, en realidad, ellas están en su casa haciendo cuentas para ver cómo llegan a fin de mes?  Ellas -y ellos, claro-, las Buscadoras, ¿desaparecieron voluntariamente a sus hijos, hijas, compañeros, compañeras, padres, madres, familia, con el único propósito de perjudicar a la víctima imaginaria de Palacio Nacional?

  Tal vez podrían, al menos, pedirles a esas Buscadoras que busquen y encuentren la vergüenza que, allá arriba, perdieron por un puesto gubernamental… y una nómina personal.

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  Usted que trabaja en medios de comunicación, ¿se acuerda de aquellos tiempos cuando hacer periodismo era investigar, ir al lugar de los hechos, entrevistar a las “partes involucradas”, desafiar la “autocensura”, pelear en el comité de redacción por la publicación -porque usted se comprometió con esas víctimas a dar a conocer su tragedia; y usted tiene en alta estima el valor de la palabra, por eso eligió el periodismo-, regresar al lugar y mostrar a esas dolientes la nota (que a usted le costó la enésima amenaza de despido, -o se lo confirmó, claro-)?

  ¿Recuerda cuando las notas se sacaban de la realidad y no de las redes sociales?  ¿Se acuerda de cuando el gafete de “PRENSA”, más que de orgullo e impunidad, era símbolo de compromiso ético?

  ¿No hubo un tiempo en que peleaba la nota con otros periodistas y no con influencers que ni siquiera saben redactar la descripción de sus videos?  ¿Aquellos días donde el enemigo era la dádiva, el chayote, el sobre con billetes, la información no confirmada?  Y no como ahora, las amenazas de muerte -cumplidas no pocas veces-, o los hostigamientos virtuales de bots de uno y otro signo.  Además, claro, del tribunal mañanero con el que el Supremo reparte bofetadas y caricias.

  ¿Dónde están los grandes reportajes, el periodismo de investigación, las notas exclusivas, las preguntas incisivas, la redacción impecable, la dicción correcta, la imagen donde la nota no es el periodista sino la realidad?

  Seguid el hilo de Ariadna, tal vez dentro del laberinto encontrareis lo que les hizo elegir el periodismo como profesión… y maldición.

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  En algún rincón del corazón humano hay una cosa que se llama “empatía”.  Esa capacidad de “ponerse en el lugar del otro” es, en realidad, la capacidad de “ponerse en el lugar de la víctima”.  A veces individualmente y cada vez más en colectivo, ese sentimiento va más allá y afronta la necesidad de “hacer algo”.

  Pero la realidad no da premios.  Si acaso, pesadillas.  Así que se necesita valentía para decir “soy yo y siento que esto no es justo y tengo que decirlo o hacerlo sentir, sobre todo a las víctimas”.

  Son escasos y muy espaciados los logros que se consiguen.  Parecen pequeños, pero para las víctimas lo son todo.  Como lo será para -supongamos, sin conceder-, José Díaz Gómez, quien de seguro se sorprenderá cuando vea todos los mensajes de apoyo y solidaridad que, desde los rincones más insospechados de México y el mundo, convergieron en el esfuerzo de esa ONG -incómoda, como deben ser todas las ONG-, que asumió la búsqueda de la justicia como lo que es, es decir, un deber.

  Su libertad fue parida por todas esas voces y acciones que, ojo, convergieron en una demanda sencilla pero contundente, tan añeja como la humanidad misma: libertad.

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  Buscad a las buscadoras.  Se me ocurre, no sé, que tal vez también buscan otro mañana.  Y eso, amigos y enemigos, es luchar por la vida.

Vale.  Salud y encuéntrenlas.  Urge.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.

El Capitán.
Agosto del 2024.

P.D.- Creo que es obvio, pero si no, pues lo decimos claramente: gracias.