represión
Guatemala: Carta a Bernardo Caal
Por Figueroa Sarti
Querido Bernardo:
Fue a principios de este año, 2020, cuando conversé con Isabel, tu valiente compañera de vida, sobre la posibilidad de ir a verte a la cárcel en donde te tienen recluido los carceleros de la oligarquía. La visita se demoró, llegó la covid, el 2020 se está terminando, y no fui a expresarte personalmente mi solidaridad. Se abrió este espacio de “Cartas a Bernardo” y aprovecho para contarte algunas cosas.
Lo primero que quiero comentarte es que me emociono mucho cada vez que veo algún video de Ni’kte’, tu hija mayor, denunciando la injusta prisión de su padre. Recuerdo cuando hace ya unos años nos encontramos en la Filgua y me presentaste a tu esposa y a tus hijas. Me impresionó mucho que hubieras viajado desde Alta Verapaz con la familia para visitar la feria. Conocí mejor tu faceta de maestro de escuela. ¿Te acordás de que en más de una ocasión conversamos de la posibilidad de llevar niños de Alta Verapaz a la Filgua, además de los que desde hace unos años llegan de Baja Verapaz? Pues te cuento que desde hace un tiempo la Feria tiene un patrocinio de Banrural dirigido expresamente a cubrir el gasto de transporte de niños de los departamentos a la Filgua. De esa cuenta la feria ya la conocieron, además de los fabulosos lectores de Purulhá, también niños y adolescentes de Petén, Chimaltenango, San Lucas Tolimán, Quiché, y muchos otros lugares de Guatemala. Ah, también ha tenido la visita de niños de Telemán, para quienes el viaje a la capital ha sido la gran experiencia de su vida.
No nos hemos visto en tres ferias, espero que pronto volvamos a hacerlo; y que entonces hagamos el lanzamiento del libro que si no lo has escrito ya deberías empezar a escribir: el testimonio de un maestro q’eqchi’ que además de enseñar en la escuela se convirtió en un defensor del territorio que históricamente ha ocupado su pueblo, víctima del despojo de sus tierras, en medio de una violencia brutal, por parte de la oligarquía terrateniente.
Y, mirá cómo son las cosas en este nuestro bello país y sufrido pueblo, ¿qué te parece que los representantes de esos mismos bandidos que te metieron en la cárcel también se quieren apropiar de la Filgua? ¡Increíble!, ¿verdad? En breve, porque esto es una carta y no un ensayo: resulta que como los editores que fundaron y organizaron la feria durante muchos años no tenían personería jurídica propia se cobijaron en la Cámara de Industria. De tal suerte que los recursos que los organizadores de la feria gestionaban iban a parar a una cuenta de banco que en su nombre decía “Cámara de Industria”. Por eso ahora se quieren robar la Filgua, porque dicen que ellos pusieron el dinero y por lo tanto la feria es de ellos. Sí, esa Cámara de Industria es la misma en la que están organizados los delincuentes que se están robando los ríos (ahora el agua ya la cotizan en bolsa) de las Verapaces. Vos que sabés que esos pillos son de lo más ignorantes te estarás preguntando para qué pueden querer la feria del libro. La quieren para hacer lo mismo que han hecho desde siempre: censurarla y evitar que el pueblo lea libros que les puedan abrir los ojos frente al despojo y el robo de sus tierras y los trabajadores no se atrevan a reclamar derechos.
Cierro esta parte con lo ya dicho: cuando salgás de la cárcel publicaremos tu libro y realizaremos presentaciones de él no sólo en las Verapaces sino también en otros territorios del país que hoy viven la agresión narco oligárquica para despojarlos de sus tierras y recursos naturales. Haremos algo similar a lo que hicimos hace ya diez años, cuando gracias a tu maravillosa iniciativa hicimos algo que, creo yo, no se había hecho antes: organizar en Panzós la presentación de un libro. Lo hicimos con “La masacre de Panzós: etnicidad, tierra y violencia en Guatemala” En la editorial no hemos tenido otra presentación de libro con tal cantidad de gente, alrededor de 600, ni vendido tantos ejemplares como en esa ocasión. Aún tenemos pendiente la traducción al q’eqchi’. Fue a partir de esa actividad que tuve el gusto de conocerte y empezar a saber más de tu trabajo como maestro, líder comunitario y también tu lucha en contra de la corrupción sindical en el magisterio.
Hoy hay muchas personas, querido Bernardo, que están luchando por tu liberación, y esa lucha se realiza tanto nacional como internacionalmente. Pero no sos el único prisionero político que hoy sufre las cárceles de la dictadura narco oligárquica. Viendo las cosas en perspectiva tal vez podamos afirmar, mirá que cosas, que uno de los mayores logros de los 36 años de lucha armada de muchos guatemaltecos en contra de la dictadura sea el “derecho a tener prisioneros políticos”. Si tu lucha se hubiera dado hace 40 o 45 años no estarías preso, los dueños de la hidroeléctrica hubieran mandado a sus escuadrones de la muerte a asesinarte como sus padres y abuelos lo hicieron con Mamá Maquín, Mario Mujía Córdoba, Pedro Quevedo y Quevedo (asesinado en diciembre de 1978), Oliverio Castañeda de León y muchos dirigentes obreros, campesinos y estudiantiles más. Aunque hay que decir que el recurso del asesinato sigue vivo, de ello dan fe los asesinatos de dirigentes campesinos de Codeca. Como también sigue viva la práctica de tierra arrasada, tal y como hemos visto en el gobierno del nuevo representante de la oligarquía: desalojos de campesinos en Alta Verapaz y Petén, con el fuego contrainsurgente incluido para terminar con la vida de los desalojados. Si no es con las balas que sea por el hambre, es la divisa de los bandidos oligarcas.
Aunque no tan rápido como quisiéramos, las conciencias de los guatemaltecos están cambiando. No es poca cosa que en las últimas elecciones doña Thelma Cabrera fuera de los candidatos presidenciales con más votos, muy por delante de varios candidatos representantes de la élite económica tradicional y algunos de la nueva narcoelite, aliada a la anterior. Poco a poco nos damos cuenta de que el origen de nuestros males está en la cúpula del Cacif y ya no es raro que encontrés en las calles la consigna “#UnFuturoSinCacif”. En redes sociales cada día son más los guatemaltecos y guatemaltecas quienes la usamos.
Ojalá pronto estés fuera de la cárcel y podamos reunirnos para conversar, tomarnos una cerveza y seguir luchando por #UnFuturoSinCacif; por un país para todos sus pueblos, mujeres y hombres, sin exclusiones de ningún tipo.
Un fuerte abrazo, querido amigo
Raúl
Pd1. Espero estés disfrutando de los libros que te envié. Está en prensa un libro sobre la criminalización de Abelino Chub y el despojo de tierras en las Verapaces. En cuanto salga del horno prometo enviarte un ejemplar.
Pd2. Disculpá los errores que pueda tener esta carta, dejé al tiempo escribirla y me acabo de enterar que es el último día para enviarla.
19 de diciembre de 2020
Ixcán: campesinos sin agua potable y sin la cosecha de maíz
Por Joel Pérez
Unas 45 familias de la aldea San Jorge Ixcán permanecieron albergadas en la escuela primaria durante más de un mes porque el río Chixoy incrementó su caudal e inundo totalmente la aldea durante las dos tormentas tropicales.
Antonio Chub, vecino de la aldea, indicó que desde la llegada de la tormenta Eta se vieron obligados a ocupar las instalaciones de la escuela primaria y la Iglesia u utilizarlas las instalaciones como albergue porque es el único lugar ubicado en una parte alta en la aldea.
Chub recuerda que tuvo que abandonar su vivienda y resguardarse en uno de los albergues, el pasado 3 de noviembre. Cuando el agua empezó a disminuir e intentaban regresar a sus hogares llegó la tormenta Iota y se vieron obligados a quedarse resguardados en el albergue hasta el 8 de diciembre.
El acelerado incremento en el caudal del río no permitió que los pobladores recuperaran su producción de maíz y la mayoría de las familias perdió un aproximado de 200 costales de mazorca cada quien, según narran.
Según contaron las autoridades comunitarias, durante los días que permanecieron en los albergues las autoridades municipales enviaron tres raciones de víveres a cada familia, sin embargo para las necesidades de las familias las raciones resultaron insuficientes.
El acceso hacia la aldea es complicado porque río destruyó el ingreso principal, la única forma que tienen para ingresar es por la aldea “la Chapina”, la cual pertenece a Chisec, Alta Verapaz, el acceso hasta la aldea es en lancha.
Doña María Domingo, vecina de la aldea, narra en q’eqchi’ que durante la tormenta vivieron momentos difíciles y que temían que el río incrementara más su caudal y los arrastrara, el confinamiento en el que se encontraban también los afectó ya que en el espacio donde se encontraban era muy reducido.
Los pobladores tienen mayor accesibilidad a través del territorio de Alta Verapaz y no por su cabecera municipal por la falta de una vía de acceso vía terrestre.
Sin el vital líquido y salud
Durante el tiempo que permanecieron albergados en la escuela primaria recibieron atención en salud y según las autoridades comunitarias no contaban con agua para el consumo.
Doña María Domingo, relata que actualmente el único lugar donde obtienen agua para limpieza personal y familiar es en el cauce del río Chixoy, pero por las fuertes lluvias se encuentra sucio. Para consumo tienen dos opciones: comprarla o adquirirla con vecinos de la aldea que cuentan con pozo propio, pero la gran demanda de la población complica la situación.
San Jorge como aldea, se encuentra en Ixcán uno de los municipios de Quiché, a unos 370 kilómetros de la ciudad capital de Guatemala y colinda con México.