desaparición forzada
¿Qué decir cuando se llega a un aniversario más de desaparición forzada?
Por Guadalupe Pérez Rodríguez
¿Qué decir cuando se llega a un aniversario más de desaparición forzada?
¿Qué palabras de aliento ante el irremediable paso del tiempo?
¿Qué de extraordinario hablamos cuando no hemos logrado la respuesta esperada?
¿Cómo es que llegamos a estos días?
¿Qué nos pasó como sociedad?
¿Qué dejamos de hacer?
¿Qué sigue?
Son algunas preguntas que vienen a mi mente mientras se cumplen 28 años de la detención y posterior desaparición forzada de mi padre, Tomás Pérez Francisco. Recuerdos que llegan de aquel martes 1 de mayo de 1990, memorias de un día que no debió marcarse así, pero que el zarpazo de la represión rubricó con toda su saña.
Cuando escribo estas líneas, ha concluído el tercer día de la Cuarta Caravana Migrante en su paso por Túnez, estamos en Zarzis, ciudad de pescadores al sur del país norafricano. “Hasta que los culpables de la desaparición de nuestros hijos no sean castigados no podemos hablar de democracia” ha dicho el señor Farouk, padre de Abdallah Ben Lhiba, joven tunesino desaparecido desde el 11 de febrero de 2011. En el recorrido por estas tierras, hemos visto caras conocidas por la incertidumbre, ojos humedecidos y gritos desesperados por no saber en dónde están los hijos, los hermanos, los esposos, los padres, los amigos. Historias compartidas desde hace décadas en México y América Latina, abrazos y sueños interrumpidos por el terrorismo de Estado y por las más variadas formas de violencia que deshumanizan y desechan a las personas.
Este aniversario es distinto pues lo vivo a la distancia, pero no por ello menos intenso. Recordar este día no es solo para mantener las exigencias sino para decir que hemos aprendido a levantarnos, que no nos postramos ante el horror y transformamos el dolor en lucha, que aprendimos a no olvidar ni perdonar pero tambien a no odiar. No queremos venganza, solo justicia. Que mientras la impunidad los cobije los seguiremos enfrentando con memoria, dignidad y alegría.
Que este día sea también un recordatorio de la lucha iniciada por la abuela María del Pilar Francisco Luis, sin ella, sin ellas no sería lo que soy.
Para Tomás y todas las personas desaparecidas en todo el mundo:
“Saldrás de cualquier lugar
en cualquier parte,
a recibirme y abrazarme
y recuperaré en ese abrazo
todos los soles que me han robado.”
¡Vivxs lxs llevaron! ¡Vivxs lxs queremos!
Zarzis, Túnez, mayo 1 de 2018.
Te seguimos buscando, Bruno
<<Te seguimos buscando, Bruno>>: Lukas Avendaño
Por Jorge González y Rocío Flores
OAXACA, Oax. El tiempo transcurre, pero los familiares de Bruno Avendaño no pierden aliento. Con 35 años, Bruno Alonso Avendaño Martínez, el joven istmeño desaparecido el 10 de mayo pasado, se suma a la lista de 191 personas reportadas como desaparecidas en Oaxaca. En México son casi 35 mil, según reportes oficiales.
El Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas en el país reporta 34 mil 268 entre 2014 y marzo de 2018, aunque según el informe de Amnistía Internacional de 2017/2018, “la cifra es más alta debido a que los datos oficiales excluyen los casos federales anteriores a 2014″.
La familia de Bruno comenzó la búsqueda el día mismo de su desaparición; después intervino el Ejército Mexicano, coordinado con autoridades municipales de Tehuantepec. Un día después la familia hizo una denuncia por desaparición en el Ministerio Público. Los familiares de Bruno señalan que hay ineficacia de la Fiscalía Regional del Istmo.
El artista Lukas Avendaño, hermano de Bruno, dijo que no están investigando, “eso ha alentado el proceso de búsqueda. Aún no se revisan cámaras ni la posible ubicación de mi hermano por medio de su celular, nada”, aseguró vía telefónica el perfomancero de talla internacional.
La actuación de la Fiscalía orilló a familiares y amistades de Bruno y Lukas Avendaño a iniciar acciones de búsqueda y, a la par, de protesta. Colectivos y amigos hicieron un llamado a través de las redes sociales para manifestarse el día de hoy en las oficinas de la Casa de Representación del estado de Oaxaca, en la Ciudad de México.
El día 15 de mayo, familiares, amigos y distintos colectivos se manifestaron afuera de las instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) pidiendo una audiencia con el procurador general Alberto Elías Beltrán. El funcionario no atendió la demanda.
Ante la negativa, el contingente se dirigió a las oficinas temporales de la PGR, donde la respuesta fue similar: “aquí no está el subprocurador, ni el procurador, aquí están sus oficinas de forma temporal por los terremotos, pero ellos no están aquí”, dijo un agente que resguardaba el sitio.
Han pasado siete días desde la última vez que vieron con vida a Bruno. Eran aproximadamente las tres de la tarde del pasado 10 de mayo cuando, según testigos, fue visto en el paraje Los Manguitos, en la carretera Transístmica. Eso fue lo último que supieron sus familiares sobre su paradero.
Lo que probablemente pudo haber sido un día de celebración para la familia Avendaño se convirtió en una jornada de búsqueda e incertidumbre que se ha prolongado hasta el día de hoy.
Mientras continúan las acciones, el artista oaxaqueño no cesa en llamarlo, apenas ayer escribió un mensaje dedicado a Bruno, su nene grande, su nene xhunco —«el más pequeño» en zapoteco— como le llama en su texto titulado: Seguimos buscando a Bruno.
“Nunca nos cansaremos. Te buscaremos Bruno. Y yo sé que cada hoja guardará la forma de tus ojos. Y las piedras la tibieza de tu corazón. Te seguimos buscando. Y nunca perderemos la esperanza de abrazarte […] Los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados porque ellos se desesperaron de tanto esperar y ellos se perdieron por tanto buscar”, cita al final el artista oaxaqueño.