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Avispa Midia

Diez medios fueron los principales beneficiarios de la publicidad oficial de AMLO

Fuente: Avispa Midia

Solo diez medios de comunicación concentraron el 45.05% del presupuesto de publicidad oficial del gobierno de México en el año de 2023 y otros 414 medios agrupan el restante 54.95% del presupuesto, sumando un total de 2,559.83 millones de pesos.

Entre los principales beneficiarios de estos recursos se encuentran La Jornada, con el 9.46% del total, Televisa con el 9.09%, y Medios Masivos Mexicanos con el 8.02%. Juntos, estos tres medios sumaron 680 millones de pesos, lo que representa el 26.57% del total. Además, entre los diez principales medios que recibieron recursos del gobierno mexicano están TV Azteca, 4.18%, La B Grande, 3.89%, Organización Editorial Acuario, 2.47%, Compañía Editora del Mayab, 2.22%, Milenio Diario, 2.10%, Agencia Digital, 1.95%, Stereorey México, 1.66%. 

El presidente de México junto al empresario Ricardo Salinas Pliego, dueño de Tv Azteca.

Los gastos fueron reportados en el Sistema de Comunicación Social del gobierno y analizados por las organizaciones Artículo 19 y Fundar, Centro de Análisis e Investigación. “Uno de los temas centrales [de las promesas de Andrés Manuel López Obrador] era la regulación de la publicidad oficial, un recurso utilizado históricamente por los gobiernos para influir en la línea editorial de los medios de comunicación”, sostienen en un informe.

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Sin embargo, “los avances en la regulación de la publicidad oficial han sido mínimos. El presupuesto destinado a este rubro se redujo, pero la falta de un marco regulatorio robusto ha permitido que la distribución siga siendo discrecional (…), lo que perpetúa el riesgo de que estos recursos se utilicen para premiar o castigar a medios de comunicación según su cobertura de las actividades gubernamentales”.

En relación a las dependencias de gobierno, 112 gastaron publicidad oficial. Diez de ellas gastaron el 80.51% (2,060 millones). El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la Lotería Nacional y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) fueron las dependencias que más gastaron en publicidad oficial, acumulando en conjunto 1,452 millones de pesos, lo que representa el 56.73% del total.

El sexenio

Casi a punto de cerrar su sexenio, a finales de septiembre, la concentración de recursos en pocos medios y falta de criterios claros, objetivos y transparentes en la asignación de recursos fueron la tendencia de todo el periodo el cual gobernó Andrés Manuel López Obrador (AMLO), señalan las organizaciones.

Entre 2019 y 2023, 921 medios de comunicación recibieron publicidad oficial. Diez de ellos concentraron el 48.57% de los recursos, mientras que los 911 medios restantes se repartieron el 51.43%. 

Televisa, La Jornada, y TV Azteca son nuevamente los medios que concentran la mayor parte de la publicidad oficial. Televisa recibió el 10.43% del total, La Jornada el 9%, y TV Azteca el 8.71%. Juntos, estos tres medios acumularon 4,079 millones de pesos, lo que representa el 28.13% del presupuesto total destinado a publicidad oficial.

Lo que es cierto es que los recursos destinados a la publicidad oficial se redujeron en relación al gobierno de Enrique Peña Nieto, el antecesor de AMLO. Fueron ejercidos un total de 14,500.39 millones de pesos en el último sexenio, lo que representa una diferencia de 78.70% respecto del gobierno de Enrique Peña Nieto, en sus primeros cinco años de gobierno, con 68,079 millones de pesos.

Falta de control

Las organizaciones destacan que uno de los principales problemas es la ausencia de una ley que regule de manera integral la publicidad oficial. “Aunque en 2018 se aprobó la Ley General de Comunicación Social (LGCS), ésta ha sido ampliamente criticada por su ineficacia para garantizar la equidad y la transparencia. Esta ley ha sido calificada como un esfuerzo insuficiente para controlar el uso de recursos públicos en este ámbito, y permite que el gobierno mantenga un control considerable sobre la prensa a través de la distribución de contratos de publicidad”, resaltan.

Sin embargo, tras años de un proceso jurídico, iniciado en 2019, Artículo 19 logró una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), emitida el 8 de septiembre de 2021, que ordena al Congreso de la Unión reformar la ley para garantizar la libertad de expresión y el derecho a la información. El Poder Legislativo tiene hasta septiembre de este año para llevar acabo la reforma.

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Avispa Midia

La hipocresía de Joe Biden sobre la libertad de expresión y el caso Assange

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Fuente: Avispa Midia

Por Sare Frabes

En el mes de abril, el mandatario de los Estados Unidos, Joe Biden, durante una cena con medios de comunicación y diversos corresponsales, hizo un llamado urgente para la liberación de los periodistas que están presos, sobre todo estadounidenses, afirmando que “el periodismo no es un delito”.

Biden hizo hincapié, principalmente, sobre el caso de dos periodistas: Evan Gershkovich, reportero del Wall Street Journal, acusado de espionaje en Rusia, y Austin Tice, periodista supuestamente retenido por el gobierno sirio. “La prensa libre es un pilar de una sociedad libre, no el enemigo”, reafirmó el presidente de los EEUU ante diversos reporteros, editores, presentadores de televisión y locutores de radio. En ningún momento se mencionó el caso del periodista australiano Julián Assange.

Ver también: Julián Assange será extraditado a EEUU; las redes sociales se encienden

Assange fue detenido en Londres en 2019, aunque ya había pasado siete años en calidad de refugiado en la Embajada de Ecuador de la capital británica. Es acusado por el gobierno de Estados Unidos por 17 cargos de violación a la Ley de Espionaje y un cargo de conspiración por supuestamente cometer intrusión informática, es decir, acceso no autorizado a la red de datos clasificados.

Los documentos clasificados que expuso el periodista en 2010 y 2011 contienen pruebas de las atrocidades cometidas por el gobierno estadounidense en Irak y Afganistán.

Desde el momento en que se libera la orden de detención del periodista Assange, de origen australiano y fundador de Wikileaks, se ejerce una presión constante para que el periodista sea extraditado a Estados Unidos para ser juzgado con una posible pena de hasta 175 años de prisión.

Biden ha tenido la oportunidad de poner un alto a la persecución de Assange y darle un giro al caso. No obstante, el Departamento de Justicia en su periodo de gobierno ha insistido en la extradición, como lo hizo el ex presidente Donald Trump.

Solidaridad con Assange

A ello se suma que el Tribunal Supremo de Reino Unido rechazó, el pasado mes de junio, la apelación que interpuso la defensa del periodista contra su extradición a Estados Unidos.

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Entre las diversas expresiones de solidaridad que ha recibido el periodista, más de 60 legisladores australianos han emitido una misiva al gobierno de EEUU donde instan a retirar los cargos contra Assange. Incluso, una delegación de estos parlamentarios australianos ha decidido viajar a la Casa Blanca la próxima semana para ejercer presión por la libertad del periodista.

Actualmente Assange lleva cuatro años en la prisión londinense de Belmarsh, aún sin cargos. Si Assange es condenado, tendría graves consecuencias para la libertad de prensa en Estados Unidos y en todo el mundo, ya que la práctica que él ejerció sobre la ventilación de los documentos clasificados es común en el periodismo de investigación; en todo caso, cientos de periodistas podrían ir a prisión por ello.

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A Kingly Proposal: Letter from Julian Assange to King Charles III

By Julian Assange

 

To His Majesty King Charles III,

On the coronation of my liege, I thought it only fitting to extend a heartfelt invitation to you to commemorate this momentous occasion by visiting your very own kingdom within a kingdom: His Majesty’s Prison Belmarsh.

You will no doubt recall the wise words of a renowned playwright: “The quality of mercy is not strained. It droppeth as the gentle rain from heaven upon the place beneath.”

Ah, but what would that bard know of mercy faced with the reckoning at the dawn of your historic reign? After all, one can truly know the measure of a society by how it treats its prisoners, and your kingdom has surely excelled in that regard.

Your Majesty’s Prison Belmarsh is located at the prestigious address of One Western Way, London, just a short foxhunt from the Old Royal Naval College in Greenwich. How delightful it must be to have such an esteemed establishment bear your name.

“One can truly know the measure of a society by how it treats its prisoners”

It is here that 687 of your loyal subjects are held, supporting the United Kingdom’s record as the nation with the largest prison population in Western Europe. As your noble government has recently declared, your kingdom is currently undergoing “the biggest expansion of prison places in over a century”, with its ambitious projections showing an increase of the prison population from 82,000 to 106,000 within the next four years. Quite the legacy, indeed.

As a political prisoner, held at Your Majesty’s pleasure on behalf of an embarrassed foreign sovereign, I am honoured to reside within the walls of this world class institution. Truly, your kingdom knows no bounds.

During your visit, you will have the opportunity to feast upon the culinary delights prepared for your loyal subjects on a generous budget of two pounds per day. Savour the blended tuna heads and the ubiquitous reconstituted forms that are purportedly made from chicken. And worry not, for unlike lesser institutions such as Alcatraz or San Quentin, there is no communal dining in a mess hall. At Belmarsh, prisoners dine alone in their cells, ensuring the utmost intimacy with their meal.

Beyond the gustatory pleasures, I can assure you that Belmarsh provides ample educational opportunities for your subjects. As Proverbs 22:6 has it: “Train up a child in the way he should go: and when he is old, he will not depart from it.” Observe the shuffling queues at the medicine hatch, where inmates gather their prescriptions, not for daily use, but for the horizon-expanding experience of a “big day out”—all at once.

You will also have the opportunity to pay your respects to my late friend Manoel Santos, a gay man facing deportation to Bolsonaro’s Brazil, who took his own life just eight yards from my cell using a crude rope fashioned from his bedsheets. His exquisite tenor voice now silenced forever.

“My late friend Manoel Santos…took his own life just eight yards from my cell”

Venture further into the depths of Belmarsh and you will find the most isolated place within its walls: Healthcare, or “Hellcare” as its inhabitants lovingly call it. Here, you will marvel at sensible rules designed for everyone’s safety, such as the prohibition of chess, whilst permitting the far less dangerous game of checkers.

Deep within Hellcare lies the most gloriously uplifting place in all of Belmarsh, nay, the whole of the United Kingdom: the sublimely named Belmarsh End of Life Suite. Listen closely, and you may hear the prisoners’ cries of “Brother, I’m going to die in here”, a testament to the quality of both life and death within your prison.

But fear not, for there is beauty to be found within these walls. Feast your eyes upon the picturesque crows nesting in the razor wire and the hundreds of hungry rats that call Belmarsh home. And if you come in the spring, you may even catch a glimpse of the ducklings laid by wayward mallards within the prison grounds. But don’t delay, for the ravenous rats ensure their lives are fleeting.

I implore you, King Charles, to visit His Majesty’s Prison Belmarsh, for it is an honour befitting a king. As you embark upon your reign, may you always remember the words of the King James Bible: “Blessed are the merciful, for they shall obtain mercy” (Matthew 5:7). And may mercy be the guiding light of your kingdom, both within and without the walls of Belmarsh.

Your most devoted subject,

Julian Assange

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