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The Guardian

Mexico tortures migrants and citizens to slow flow of Central Americans

Mexico tortures migrants – and citizens – in effort to slow Central American surge

A growing number of indigenous Mexicans are being detained by agents looking for Central American migrants, amid a crackdown driven partly by aid from US

Juárez sisters Mexico

Esther Juárez, 15 and her sister Amy, 24. Photograph: Nina Lakhani

in Ocosingo

Monday 4 April 2016 12.10 BST6

Amy and Esther Juárez were edgy with excitement as they boarded the bus full of seasonal workers heading for a farm at the other end of Mexico from their home in the poverty-stricken southern state of Chiapas.

Although their brother Alberto,18, had made the same journey the previous year, it was the first time Amy, 24, and Esther, 15, had left the tiny indigenous community where they had grown up.

But about half-way there, immigration agents boarded the bus, and after checking all the passengers’ papers, ordered the three siblings to get off. (Continuar leyendo…)

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Quadratin

Sustainable Rural Cities: A Fiasco

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LA ESTACA.
http://www.quadratinchiapas.com.mx/noticias/nota,3133/
por MARIA DE LOURDES CORZO V.

CIUDADES RURALES…

Es verdad y está a la vista: las ciudades rurales sustentables fueron construidas y multipublicitadas a nivel internacional.

Es verdad que hubo una inversión multimillonaria en hacer estas aldeas y darles los servicios básicos, simplemente imaginemos lo que costo llevar hasta ahí la energía eléctrica y de ahí parriba. Y también es verdad que seria un sueño de algodones rosas hecho realidad, si no fuera porque en el fondo y en la forma resultaron una barata quimera.

Es verdad que en septiembre de 2009 el presidente Felipe Calderón inauguró la “primera ciudad rural sustentable del mundo”: Nuevo Juan de Grijalva pueblo que según los funcionarios de guayaberas marca Chiapas es la respuesta final al binomio pobreza-dispersión.

El éxodo de los habitantes del destruido por el agua Juan del Grijalva hacia su nueva aldea fue algo así como que llevarlos a la tierra prometida y sin lugar a dudas así lo fue para muchos (fuereños) que de inmediato se pusieron las pilas y acomodaron la nueva sistemática de hacer dinero fácil a su entera conveniencia. El pueblo dejo de ser pobre para convertirse en un pobre pueblo. Todo lo que se vende ahí lo venden solo dos o tres personas y los campesinos dejaron de trabajar sus tierras, ya no son productores ahora son consumidores y consumidores pobres y sin tierras.

Por otro lado, la segunda ciudad sustentable del planeta: SANTIAGO EL PINAR, fue edificada en la empinada ladera de la montaña y ahí están un centenar y pico de casas abandonadas, enmontadas, saqueadas por ladrones que se llevan las laminas, lavabos y excusados, tubos, puertas ventanas, etc. Es un pueblo fantasma que costó 394 millones de pesos (salidos de nuestro monedero) y se instaló para -según el Instituto de Ciudades Rurales del Gobierno de Chiapas- “concentrar localidades dispersas y facilitar la dotación de servicios básicos de calidad y alternativas productivas con empleos dignos y remunerados”. Esta justificación en los hechos resultó adulterina y falaz.

Pero la verdad verdadera es que ninguna de esas endebles casas, hechas con material prefabricado de desecho tiene agua potable ni luz eléctrica. Sólo fueron ocupadas y tuvieron servicios unos días para que Felipe Calderón y Juan Sabines Guerrero la inauguraran el 29 de marzo de 2011 con el aval del entonces Coordinador Residente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Magdy Martínez Solimán (tan intimísimo del gober y además por lo de los Objetivos del Milenio que utilizaron para justificar estas obras: el abatimiento de la pobreza extrema ta ta ta ta).

Esas casas tendrían que durar 60 año ya no llegaron ni a dos, porque ya no sirven para nada. No hay agua porque no hay luz, ya que está cortada por la deuda millonaria del municipio con CFE y hay que permanecer a oscuras.

Los indígenas que los funcionarios de Ciudades Rurales Sustentables (CRS) quisieron meter ahí a fuerzas, “no se hallan” porque para ellos representa vivir amontonados en micro casitas iguales a las de los fraccionamientos de interés social que son cómodas porque puedes lavarte los dientes, tender la cama y cocinar al mismo tiempo y sin salir de un metro cuadrado, pero sólo cabes tú…. Además sin poder hacer su fogón ni criar sus animales, ya que estar en el patio les causa vértigo, vaguidos y pánico de caer rodando por lo empinado que es el lugar donde construyeron.

Todo esto no es lo peor. Hay un fondo más dramático:

El 21 de julio de 2012, ingresaron a la ciudad rural Santiago del Pinar dos victimas del robo de sus vehículos en Tuxtla Gutiérrez, acompañadas de agentes ministeriales para recuperar sus unidades, conforme a derecho, toda vez que ya las habían localizado en esa comunidad. Los lugareños que tenían en su poder los autos opusieron resistencia de entregarlos y los amarraron en la plaza pública, los golpearon salvajemente hasta reventarle el cráneo a garrotazos a uno de ellos y a patadas y machetazos los hicieron pedazos mientras el resto de los habitantes de ese lugar miraban complacientes la masacre. Los metieron en el carro en el que llegaron y lo tiraron a un barranco. Los aterrorizados testigos -gente que habían ido a conocer ese lugar y que presenciaron el terrible acto -trataron de huir, lo que es imposible ya que pusieron decenas de topes-muralla entre San Andrés Larrainzar, Pantelhó, San Juan Chamula, Bochil y La Tijera y tienen radios de comunicación a través de los cuales se comunican para que detengan a quien quieran y para alertarse. A unos kilómetros de ahí está la base militar, en Puerto Caté y se les pidió auxilio y se les notificó a los soldados del crimen, pero ellos dijeron que a Santiago del Pinar y a ninguna de las comunidades que ya le mencioné entra ninguna autoridad ni civil ni militar. Ups! Este es el dato: construyen una ciudad desechable invirtiendo millones de pesos y para convencer a los indígenas de que vivan ahí, les ofrecen a cambio impunidad y protección para que delincan a sus anchas en un corredor de comunidades indígenas en los que -si a usted le robaron su auto- ahí lo puede ir a visitar y mirarlo de lejitos, pero jamás recuperar porque a estos les sirve para traficar además de jolotes, cuches, gallinas, leña vaya usted a saber que mas.

Esto es lo terrible, además de que el Relator Especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, recorrió la ciudad sustentable y en contraste con lo que nuestros diarios locales publican a ocho columnas en primeras planas, entre las observaciones y recomendaciones -por supuesto ignoradas por las autoridades- consideró indispensable realizar “una evaluación exhaustiva de las experiencias de Nuevo Juan de Grijalva y Santiago El Pinar antes de que se establezcan más ciudades de ese tipo”. Schutter vio lo que vemos los analistas y que no es muy difícil que pueda ver el ciudadano común, porque es algo demasiado evidente:

Que las cooperativas “productivas” que ahí se establecieron no están funcionando porque solo las pusieron y ya, no hay un proyecto de comercialización, capacitación constante ni ningún método para agilizar el proceso de producción que incluye la adquisición de la materia prima, lo cual los deja absolutamente fuera de cualquier tipo de mercado.

Que los habitantes de las ciudades rurales sustentables no puedan seguir cultivando sus tierras y a cambio los quieren volver consumistas de otro tipo de alimentos “quesque para que diversifiquen su dieta” y lo único que encuentras por ahí es coca (cola) y sabritas, además que ya se ven obligados a depender de los precios del mercado y que esto forma parte de un proceso agresivo de desintegración comunitaria, despojo territorial y desposesión cultural por lo que terminantemente recomienda que no se copie el modelo en otras entidades y sugiere que se transparenten los millonarios recursos que se usaron para construir esa ciudad fantasma.
El análisis señala que adaptarse a un nuevo ambiente puede ser difícil para los indígenas de Chiapas y un atentado contra los fuertes y sagrados vínculos con su lengua, territorio y cultura.

Son dos caras de la moneda, una que los indígenas y pobladores desplazados a esas aldeas son victimas de un proceso despojo de sus tierras, su cultura, sus usos y costumbres, su auto sobrevivencia y la otra que les han construido centros de operación delictiva en donde -como villanos- pueden parapetarse para denigrar su raza en delincuentes facinerosos y trasgresores de la ley amparados en la impunidad.

Ambas caras son nefastas, y aun hay más… como decía el difunto Raúl Velasco de Siempre en domingo:
Los únicos beneficiarios de este proyecto son Telmex, Fundación Azteca, TV Azteca, BBVA Bancomer, Banamex, Grupo Carso, Farmacias del Ahorro y Coparmex. También el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), quienes han asesorado y apoyado la construcción de las “ciudades autosustentables”. Amén de unos que otros funcionarios que pudieron lanzar el anzuelo y pescar peces gordos.

Lo terrible y como para arrancarse los pelos es que están en proyecto tres nuevas “ciudades robales insustentables”: Jaltenango, Ixhuatán, Emiliano Zapata y una última en proceso de construcción: Copainalá, ¿Que hará el nuevo gobernador al respecto? La esperanza está puesta en él y en que su equipo de trabajo sea competente y prevalezcan los intereses del pueblo en su mandato.

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Dawn Paley

Starbucks Carbon-Neutral Coffee

Starbucks carbon neutral

by Dawn Paley

The afternoon scene at the Jaime Sabinas sports complex in Jaltenango, a town in southern Mexico, is about the farthest thing imaginable from a bustling Seattle coffee shop. I’ve come to this mountainous region, hours by gravel road off the tourist track, to get a first hand look at what life is like for the people who grow the coffee we’re told is fair trade.

After a drive through Jaltenango, a medium-sized, coffee growing town with prominent coffee warehouses decorated with Starbucks logos, I arrived at the stadium to meet a group of people displaced from their homes and plantations in September.

Over 100 people have been living in these close, cramped quarters since December. Most of the community left their lands after heavy rains caused mudslides in September, and now they sleep side by side on mats on the floor in a concrete auditorium. They’ve lived through an epidemic of lice, an outbreak of skin disease, and a series of respiratory infections.

The parking lot is the makeshift central park in this temporary village, which resembles a refugee camp. White, plastic roofed tents with blankets for walls serve as school and the kitchen. “It’s a disaster,” said one woman, one of the few who agreed to talk on the condition of anonymity. “In that damn stadium we have to sleep all squished together.”

The people living in the sports stadium seemed afraid of speaking to foreign journalists, as if the entire future of this community, known as Nuevo Colombia, depended on the kindness of the state government. They were promised permanent houses in a model village style housing block known as the Sustainable Rural City of Jaltenango. This new village, one of five of its kind in Chiapas, was supposed to be ready in February, but by July, not a single house had been constructed.

Most mornings, the men return to their small plots of land to care for their coffee plants. They sell their beans to a variety of organizations, including Mexico’s largest coffee buyer and exporter, United Agroindustrialists of Mexico (AMSA). Day to day life is precarious. Before long, I was escorted off the gated premises of the sports complex by police and private security. My first taste of what life is like for coffee growers displaced by an extreme climate event was about as pleasant as a day old cuppa joe. And it was just the beginning.

Green Monopolists: Starbucks and Conservation International

Over the past 20 years, Starbucks Coffee has come to shape the way people around the world drink their coffee: tall or venti, extra hot or frappuchinoed, and most importantly, no-whip, which is to say, without guilt. Beyond the coffee, recyclable cups and  fair trade beans connect the Starbucks brand to a feel-good experience for consumers.

But far away from the familiar buzz of the grinder and the staccato of a barista cleaning the espresso machine, there’s growing concern about the goals of the world’s largest gourmet coffee company. Not only is Starbucks failing to live up to its current rhetoric, say other local growers and fair trade proponents, but the company’s plans for the future are cause for concern.

Dressed in a collared shirt, posed on a rock beside a stream that cuts through his family’s coffee farm, Efraín Orantes Abadía talks to a filmmaker working for Starbucks and Conservation International. He describes the measures his family takes to ensure that their coffee is grown in an ecological way, and in the final cut, gentle piano music plays in the background.

The next scene in the video, a promotional tool for Starbucks’s Shared Planet brand, is inside a Starbucks coffee shop. A barista is offering up organic, shade grown Mexican coffee, and as the camera pans along a bag of beans from Chiapas, a customer expresses their taste for coffee that protects birds. The video then takes viewers back to the Orantes’ harmonious plantation, which is known as Finca Arroyo Negro.

The reality on the ground is a little different. Small scale coffee growers are among the most precarious labourers in the region, as I’d already seen in Jaltenango. By the time I met Orantes two years after the promotional video was shot, the story shifted even more.

“Shared Planet, the program of CAFE Practices, after we worked on their documentary they promised lots of things to support us in our efforts to look after Triunfo [biosphere reserve], they promised us equipment and assistance, and we haven’t received anything,” he said.

Finca Arroyo Negro has since stopped selling their coffee to Starbucks, having realized there’s better money elsewhere. They’re not the only ones. At least four well established growers’ cooperatives in Mexico broke ranks with Starbucks and Conservation International  after the introduction of CAFE Practices in 2004. Many of these growers sought out smaller buyers with a strong commitment to the principles of fair trade.

CAFE Practices is a self-regulated “farmer equity” certification program designed by Starbucks and Conservation International. “Unlike Fair Trade, their standards do not include a guaranteed minimum price to the producer,” according to Marie-Christine Renard, a sociologist from the University of Chapingo in Mexico State.

Together with Conservation International, Starbucks has undermined the strength of smaller coffee cooperatives, writes Renard, who points out that AMSA plays an intermediary role in the CAFE Practices program.

“They want to monopolize the production and cultivation of coffee,” said Jordan Orantes Balbuena, Efraín’s father and the owner of Finca Arroyo Negro, referring to AMSA. “They monopolize production, and they pay producers the price they want.”

From “Farmer Equity” to Carbon Neutrality?

Conservation International is certainly no stranger to controversy. With annual revenues upwards of $77 million last year, you could say that CI is to environmentalism as Starbucks is to coffee: a green machine.

In their  2010 annual report, Conservation International calls the results of their partnership with Starbucks in Chiapas “one of the first and most notable corporate engagements to address climate change.”  But outside the feel good gloss of annual reports and promotional videos, the relationship between CI and Starbucks isn’t quite so transparent.

The air conditioning blasted cool relief as I stepped through the front entrance of the sprawling Camino Real hotel in Tuxtla Gutierrez, the capital of Chiapas. The occasion was the presentation of the coffee growing sector’s strategy with regards to climate change in Chiapas, an event hosted by the Government of Chiapas and Conservation International .

Under the bright lights of the chandeliers in the hotel ballroom, over 100 coffee farmers were broken into four groups, each sitting around a facilitator with a flipchart. I joined in the back of one of the groups, our facilitator was a representative from the UN. He was coaxing the men to participate, asking them to give some feedback; when that failed he tossed around a plastic ball, and whoever got stuck with it when he called out “time up” would be required to read from an 87 page document prepared before the meeting started.

This, I realized, was part of what Conservation International and the government of Chiapas would later call a consultation process with peasant farmers. Risk management, related to erosion and extreme weather events was the top priority for these coffee farmers, who tend to between 0.5 and three hectares of shade grown coffee plantations. Many of these events are connected to climate change, though CI presented climate change as an altogether separate phenomenon, for which it proposed a novel solution: a new climate law, and the invisible hand of the carbon market.

“The project on actions to mitigate climate change, which is forest carbon capture in coffee growing communities in the Sierra Madre, started three years ago, in 2008,” said Monica Morales, the technical coordinator of Conservation International. Morales and I spoke after the session had wrapped up for the day.

Although their logo didn’t appear on event materials, Morales told me Starbucks was the main financier of the meeting.

The final document from the meetings in Tuxtla recommended that Chiapas implement the Climate Change Adaptation and Mitigation Law, which was passed by the state congress in December 2010.

One of specific outcomes of the new law is to encourage the adoption of the State of Chiapas Climate Change Action Plan (PACCCH), which Conservation International had a hand in developing. The PACCCH calls for baseline studies towards the implementation of Reducing Emissions from Deforestation and Forest Degradation, (REDD), the United Nations’ plan to integrate forests into the carbon market.

Carbon trading schemes have invited intense criticism over the past years. In the case of small coffee farmers in Chiapas, entering the carbon market will involve selling carbon credits from trees on their shade grown plantations, as well as planting new trees. The buyers of carbon credits, be they  corporations or  governments, would thus offset their emissions. Groups like Conservation International will act as intermediaries between transnational corporations and the people selling the carbon credits. According to the emerging logic of the carbon market, this would neutralize the carbon output of those who buy the credits.

On the surface, it appears that everybody wins. Farmers will receive small annual payments for the trees that are already on their land, or new trees they’ve planted. The governments of Mexico and Chiapas will green their image, Conservation International will create a new revenue stream managing their credits, and Starbucks’  growers will  receive subsidies through third parties. The whole exercise will be branded as a response to climate change .

The reality may well prove to be otherwise. A pilot project for carbon neutral coffee carried out in 2008 failed to deliver on its stated goals when small scale coffee farmers didn’t show interest in planting trees on their properties. One of the key reasons farmers didn’t participate was because they received less than $10 a month in the first year for planting new trees.  But more importantly, the trees that provide shade on small plantations in Chiapas already absorb carbon. Integrating them into the carbon market changes little in terms of actually counteracting climate change. Instead, it creates a new market around them, and further obscures and complicates what real action against climate change requires.

The science of climate change and the impacts it causes is something that organizers and activists in Chiapas are just starting to understand, says Gustavo Castro Soto, an organizer with Otros Mundos in San Cristobal de las Casas. “When it comes to the market mechanisms, which are complicated… Those are left to specialists and environmentalists, even though we should all understand them,” he said. “And if you criticize them, [organizations like Conservation International] come after you saying you’re against development, that you’re against fighting climate change,” said Castro.

Carbon Laboratory

For the world’s largest coffee company, Chiapas, Mexico is a key laboratory to test the possibilities of hooking the farmers at the base of their supply chain into the carbon market.

Why would Starbucks want to promote a law specifically dealing with climate change, when there’s already other environmental laws? That’s precisely the question Efrain Orantes has been asking himself.

“I think that together, Starbucks, AMSA and CI are creating… a new standard, to say that it is carbon neutral coffee,” he said. Conservation International has already run one project in Chiapas modeling the possibility of café sin carbono, or coffee without carbon.  Starbucks refused to answer questions about this issue before this story went to press.

While executives in Seattle and Washington draw up plans to take advantage of the carbon market, it is small farmers in Chiapas who continue to bear the direct burden of climate change. “I don’t  think anyone is denying the climate crisis and climate change,” said Castro. “But [business, industry and large NGOs] are proposing solutions that won’t work, false solutions to climate change, and they’re making money off of  this crisis,” he said.

Erratic rains and unexpected droughts are just part of how the climate is changing. The strongest impacts are without a doubt the weather events that lead to disasters like the mudslides that displaced the community of Nuevo Colombia last year. The complicated logic of the carbon market might give pause to conscientious North Americans with the means to sip coffee at Starbucks. But it does little to decrease the vulnerability of farming families in Chiapas, who will continue to suffer the most dramatic consequences of the climate crisis.

***

Dawn Paley is a freelance journalist in Vancouver.

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La Jornada del Campo

Rural Cities and territorial reorganization: the road to dispossession

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Abraham Rivera Borrego Miembro del Colectivo de Análisis e Información Kolectiva (CAIK)


FOTO: Cortesía del Primer Encuentro Sobre Ciudades Rurales
Sustentables, Puebla, 02-09-2011

Las Ciudades Rurales en Chiapas son pequeñas ciudades edificadas ex profeso en el área rural, que ofrecen a las comunidades indígenas y campesinas una serie de servicios –entre ellos luz, agua, drenaje, educación, salud, comunicaciones y empleo– con el objetivo de “concentrar” a los hombres y a las mujeres del campo. Pero en realidad, detrás de este discurso desarrollista, afloran otros objetivos no explícitos que se hacen obvios bajo la lógica de una integración extractivista y basada en el despojo.

“Según datos oficiales, actualmente el Programa Ciudades Rurales Sustentables (CRS) en Chiapas comprende ocho ciudades rurales. Dos ya están habitadas: Nuevo Juan del Grijalva, donde fueron reubicados los afectados del desastre de 2007, y Santiago El Pinar, donde se reubicó a población indígena. Los planes del Programa incluyen seis ciudades más, de las cuales cinco se encuentran en etapa de construcción y una en fase de planeación” (Informe de la Misión Civil de Observación de la Red Paz y caik sobre el Programa Ciudades Rurales Sustentables).

Este Programa forma parte de un enorme esfuerzo por transformar la vida en el sur-sureste de México, particularmente la vida en el campo, hacia patrones de consumo y producción orientados a la lógica del mercado. Dicha iniciativa es parte de otros grandes planes del pasado que quedaron enunciados hacia finales del sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000) y que han encontrado expresión en el Plan Puebla Panamá, ahora rebautizado como Proyecto Mesoamérica: proyecto de ”infraestructura y desarrollo”, centrado principalmente en las áreas de energía, electricidad, salud, educación, telecomunicaciones, agrocombustibles, carreteras y vivienda.

Para la economía neoliberal es muy importante que los territorios a explotar estén despejados y que la población que viva en ellos sea desplazada a una especie de núcleos de concentración urbanos. Las Ciudades Rurales son estos centros a donde los pueblos son reubicados anulando la posibilidad de tomar decisiones sobre el destino de su tierra, dependiendo totalmente del modelo económico imperante y quedando, consecuentemente, bajo un modo de vida campesino-indígena seriamente fracturado.

Actualmente, la forma de operar y anexionar territorios a la economía de mercado, se desarrolla mediante diversos elementos de control tales como los organismos financieros multinacionales, la banca multilateral, las empresas trasnacionales, los planes económicos de infraestructura y seguridad, los tratados de libre comercio, la ocupación militar y la guerra irregular, entre otros.

El verdadero trasfondo de estos tratados y acuerdos es obtener un control eficiente y mayor sobre las reservas energéticas del petróleo y del gas en territorio nacional, así como una mayor intervención sobre territorios estratégicos que contienen importantes dotaciones de biodiversidad en todo el continente americano. Hablamos de áreas como el Corredor Biológico Mesoamericano que comprende desde el sur-sureste mexicano, pasando por los países del Istmo Centroamericano y llegando hasta las fronteras con Colombia y Panamá.


FOTO: Orin Langelle

“El programa CRS no fue ideado ni por el gobierno estatal ni por el gobierno federal. Sus orígenes y elementos rectores pueden rastrearse en documentos y comunicados de instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial. Esta institución preconiza la integración económica como la principal arma de lucha contra la pobreza, y como vía para “llevar el desarrollo a todos los rincones del mundo”. (Boletín sobre las Ciudades Rurales de caik).

En este sentido, el territorio chiapaneco cobra vital importancia en el proceso de reordenamiento territorial ya que ofrece grandes posibilidades de ampliar circuitos económicos de alta rentabilidad para los inversionistas; sustentándose en el control de la biodiversidad, el agua, la producción energética, la extracción de minerales y petrolera, el desarrollo de la industria turística y la incautación de grandes extensiones de territorio para el monocultivo y la agroindustria.

Igualmente, como consecuencia de las relaciones de poder existentes hoy en día en todo el planeta, el acceso, gestión y usufructo de los recursos naturales están limitados y controlados por el poder geopolítico de los países ricos y los organismos multilaterales que pretenden la apropiación de territorios a los que antes no tenían acceso.

En este momento, la geopolitización de los recursos naturales ha arrojado una nueva doctrina de “seguridad ambiental”, que se lee como el aseguramiento o protección de zonas ricas en recursos estratégicos frente a escenarios de incertidumbre que pongan en peligro la estabilidad de la economía. Esta nueva doctrina promovida por los países ricos integra dentro de la estrategia de seguridad nacional el posicionarse, responder o reducir cualquier incertidumbre que desequilibre su desarrollo económico.

Uno de estos países es Estados Unidos, que integró esta doctrina (2008) dentro de su Plan de Seguridad Nacional. Desde luego este concepto de seguridad ambiental se presenta ante la opinión pública como garante de la conservación del medio ambiente, la ayuda humanitaria y el desarrollo social para los más pobres.

En este sentido, desde los años 90s, América Latina se coloca como reserva estratégica de Estados Unidos. Centroamérica y el Cono Sur operan en función de la geopolítica estadounidense vía el Comando del Sur y otros esquemas como el Plan Colombia. Canadá y México ya están bajo control militar estadounidense por medio del Comando del Norte, la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN) y actualmente la Iniciativa Mérida. Todos estos planes militares representan el candado de seguridad de los tratados de libre comercio como el de América del Norte (TLCAN) y los “planes de desarrollo” como el Proyecto Mesoamérica a lo largo de todo el continente.

Ubicadas dentro de la lógica del Proyecto Mesoamérica, las Ciudades Rurales funcionarán entonces como una forma de lo que David Harvey llamó “acumulación mediante desposesión”. La separación entre el campesino y la tierra que es la base de la acumulación capitalista, sin la cual el capital no tendría mano de obra ni recursos naturales para explotar.

Asimismo, hay otro elemento que juega un papel fundamental en la desarticulación del modo de vida indígena-campesino: la cuestión alimentaria. En Nuevo Juan de Grijalva, las cientos de personas allí concentradas han perdido la capacidad de producir sus propios alimentos. En palabras también de un habitante de la ciudad rural: “Allá todo lo cosechábamos nosotros. Si queríamos pescadito íbamos al rio y allá lo conseguíamos. No nos costaba comprar sino que lo pescábamos. No sé cómo, pero cada quien buscábamos la forma de vivir. Aquí no hay con qué”.

La separación o alejamiento del campesino o campesina de su tierra trae importantes consecuencias sobre su alimentación y nutrición, y más aún, conlleva la dependencia total del dinero como forma de supervivencia. Esta subordinación alimentaria y económica es claro ejemplo de una estrategia que busca subsumir a la población bajo el control del mercado, destruyendo cualquier vestigio de autonomía, soberanía o independencia.
Concentradas en las ciudades rurales, las comunidades indígenas y campesinas no sólo pierden libre determinación sobre su modo de producción, sino también sobre la reproducción de sus culturas permaneciendo supeditadas a los sistemas de regulación social estatales.

Como dice un miembro de la Junta de Buen Gobierno del Caracol I de La Realidad respecto de las Ciudades Rurales: “El mal gobierno nos promete tierra preparada, con luz, agua potable, vivienda, hasta nos alimentan. Es sólo vivir y engordar como un puerco, eso es lo que nos prometen pues”.

En este contexto en el que el Programa de CRS tiene como meta principal eliminar la dispersión de la gente, hecho que los gobiernos estatal y federal consideran factor determinante de la pobreza, desde el calendario de abajo nace la alternativa de los Caracoles zapatistas, que representan una opción concreta en donde las “comunidades dispersas” están involucradas en un intenso proceso de desarrollo de sistemas autónomos de salud, educación y producción fuera del control social del Estado y de la lógica acumulativa y destructora del capital. Los Caracoles, “esos espacios liberados que son dichos gérmenes de un mundo nuevo, no capitalista” (Aguirre Rojas, 2007), constituyen un gran obstáculo frente al “espacio abstracto” de supercarreteras, plantaciones intensivas, extracción energética y Ciudades Rurales de la nueva fase del Proyecto Mesoamérica en Chiapas.

radio
La Jornada del Campo

“Development” and rural cities

radio
Radio Zapatista

La Onda Bajita: programa de junio

  • Worldwide campaign for the liberation of Chiapas political prisoners Alberto Patishtán and Francisco Sántiz López.
  • Political prisoners from San Sebastián Bachajón, members of the Other Campaign.
  • Rural Cities, a story of dispossession – Nuevo Juan de Grijalva
  • Wixárikas deny declarations by the federal government – Wirikuta defends itself!
radio
Radio Zapatista

Historia de una “Ciudad Rural Sustentable” o de un desastre natural convertido en despojo y desfalco

Esta es la historia de un desastre natural que se convirtió en oportunidad de despojo y desfalco, siguiendo los preceptos del Banco Mundial y el Banco Inderamericano de Desarrollo.

Esta es la historia de la Ciudad Rural Sustentable de Nuevo Juan de Grijalva.

(Descarga aquí)  
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Radio Zapatista

Forum on Sustainable Rural Cities

Exclusión… Inclusión neoliberal
Miradas sobre las Ciudades Rurales Sustentables

La vida en las ciudades rurales sustentables
Territorio, Reconversión productiva,
Estado, Capitalismo, Simulaciones,
Autonomía, Utopías

Viernes 18 y sábado 19 de mayo
Cideci / UniTierra Chiapas

Escucha aquí los audios del evento:

Inauguración

1era Ronda (con cambios en el programa)

Testimonio de habitante de Nuevo Juan de Grijalva (Descarga aquí)  

Testimonio de habitante de Nuevo Juan de Grijalva – Tsotsil (Descarga aquí)  

Testimonio de habitante de Nuevo Juan de Grijalva – Tseltal (Descarga aquí)  

Testimonio de productor de Nuevo Juan de Grijalva (Descarga aquí)  

Testimonio de productor de Nuevo Juan de Grijalva – Tsotsil (Descarga aquí)  

Testimonio de productor de Nuevo Juan de Grijalva – Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “De la autonomía a la dependencia” (Dolores Camacho, PROIMMSE-IIA-UNAM) (Descarga aquí)  

Ronda de Preguntas 1 (Descarga aquí)  https://radiozapatista.org/Audios/ForoCRS/Mesa1/Mesa1_ronda_preguntas1.MP3

Ronda de Preguntas 2 (Descarga aquí)  https://radiozapatista.org/Audios/ForoCRS/Mesa1/Mesa1_ronda_preguntas2.MP3

Ronda de Preguntas 3 (Descarga aquí)  https://radiozapatista.org/Audios/ForoCRS/Mesa1/Mesa1_ronda_preguntas3.MP3

2a Ronda

Testimonio de habitante de Copainalá (Descarga aquí)  

Ponencia “La institucionalización del ciudadano” Grupó UAM-Xochimilco (Descarga aquí)  

Ponencia “La institucionalización del ciudadano” Grupó UAM-Xochimilco – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “La institucionalización del ciudadano” Grupó UAM-Xochimilco – Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “Estrategias y mecanismos de apropiación territorial en Ciudades Rurales” Carlos Rodriguez Wallenius (Descarga aquí)  

Ponencia “Estrategias y mecanismos de apropiación territorial en Ciudades Rurales” Carlos Rodriguez Wallenius – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Estrategias y mecanismos de apropiación territorial en Ciudades Rurales” Carlos Rodriguez Wallenius – Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “Ciudades rurales: control poblacional para control de territorio” Carlos Hernández Babún (Descarga aquí)  

Ponencia “Ciudades rurales: control poblacional para control de territorio” Carlos Hernández Babún – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Ciudades rurales: control poblacional para control de territorio” Carlos Hernández Babún – Tseltal (Descarga aquí)  

Ronda de Preguntas (Descarga aquí)  https://radiozapatista.org/Audios/ForoCRS/Mesa2/SesionPreguntasMesa2.MP3

3ra Ronda

Ponencia “Experiencia rarámuri de la dispersión territorial” Mauricio del Villar (Descarga aquí)  

Ponencia “Experiencia rarámuri de la dispersión territorial” Mauricio del Villar –Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Experiencia rarámuri de la dispersión territorial” Mauricio del Villar – Tseltal (Descarga aquí)  

Informe sobre reordenamiento territorial (Red por la Paz – Chiapas) (Descarga aquí)  

Informe sobre reordenamiento territorial (Red por la Paz – Chiapas) – Tsotsil (Descarga aquí)  

Informe sobre reordenamiento territorial (Red por la Paz – Chiapas) – Tseltal (Descarga aquí)  

Ronda de Preguntas (Descarga aquí)  https://radiozapatista.org/Audios/ForoCRS/Mesa3/

4ta Ronda

Ponencia “El derecho a la alimentación y las Ciudades Rurales Sustentables” Marcos Arana (Descarga aquí)  

Ponencia “El derecho a la alimentación y las Ciudades Rurales Sustentables” Marcos Arana – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “El derecho a la alimentación y las Ciudades Rurales Sustentables” Marcos Arana -Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “Las Ciudades Rurales: El lado oscuro de los Caracoles” (Kabir Abud) (Descarga aquí)  

Ponencia “Las Ciudades Rurales: El lado oscuro de los Caracoles” (Kabir Abud) –Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Las Ciudades Rurales: El lado oscuro de los Caracoles” (Kabir Abud) –Tseltal (Descarga aquí)  

Ronda de preguntas (Descarga aquí)  

5ª Ronda

Ponencia “Desigualdad y políticas públicas en situación de conflicto” Asmara González Rojas UdG) (Descarga aquí)  

Ponencia “Desigualdad y políticas públicas en situación de conflicto” Asmara González Rojas UdG) – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Desigualdad y políticas públicas en situación de conflicto” Asmara González Rojas UdG) – Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “Políticas públicas y dominación neoliberal” Carlos Andrés Aguirre (Descarga aquí)  

Ponencia “Políticas públicas y dominación neoliberal” Carlos Andrés Aguirre – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Políticas públicas y dominación neoliberal” Carlos Andrés Aguirre – Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “Los Objetivos de Desarrollo del Milenio –ONU: Dinámicas de inclusión y exclusión en Chiapas” Luis Rodriguez Castillo (Descarga aquí)  

Ponencia “Los Objetivos de Desarrollo del Milenio –ONU: Dinámicas de inclusión y exclusión en Chiapas” Luis Rodriguez Castillo – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Los Objetivos de Desarrollo del Milenio –ONU: Dinámicas de inclusión y exclusión en Chiapas” Luis Rodriguez Castillo – Tseltal (Descarga aquí)  

Ronda de preguntas (Descarga aquí)  

6ª Ronda

Testimonio de Domingo Gómez, habitante Santiago del Pinar (Descarga aquí)  https://radiozapatista.org/Audios/ForoCRS/Mesa6/TestimonioDomingoGomezSntPinar.MP#

Ponencia “Las Ciudades Rurales y la política de muerte” Mónica Hernández (Descarga aquí)  https://radiozapatista.org/Audios/ForoCRS/Mesa6/

Ponencia “Las Ciudades Rurales y la política de muerte” Mónica Hernández – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ponencia “Las Ciudades Rurales y la política de muerte” Mónica Hernández – Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “La ciudad del espectáculo. El doblepensar en Santiago el Pinar” Martin Larsson (Descarga aquí)  

Ponencia “La ciudad del espectáculo. El doblepensar en Santiago el Pinar” Martin Larsson – Tsotsil (Descarga aquí)  https://radiozapatista.org/Audios/ForoCRS/Mesa6/" ]

Ponencia “La ciudad del espectáculo. El doblepensar en Santiago el Pinar” Martin Larsson – Tseltal (Descarga aquí)  https://radiozapatista.org/Audios/ForoCRS/Mesa6/

Testimonio de Martha Liliana Arévalo sobre Nuevo Juan del Grijalva (Descarga aquí)  

7ª Ronda

Ponencia “La otra cara de la moneda: Resistencia, autonomía y Lekil Kuxlejal” Jaime Schlittler (Descarga aquí)  

Ponencia “La otra cara de la moneda: Resistencia, autonomía y Lekil Kuxlejal” Jaime Schlittler – Tseltal (Descarga aquí)  

Ponencia “La experiencia de Chenalhó: Historia y reistencia” Rafael Landerreche (Descarga aquí)  

Ponencia “La experiencia de Chenalhó: Historia y reistencia” Rafael Landerreche – Tsotsil (Descarga aquí)  

Ronda de Preguntas (Descarga aquí)  


Informes: doloresc@unam.mx / redporlapaz@gmail.com / dyterritorio@gmail.com

Invitación en audio:
(Descarga aquí)  

Programa:

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radio
La Jornada

Critican el despojo que implican las ciudades rurales sustentables

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http://www.jornada.unam.mx/2012/05/20/politica/010n1pol

* En foro las comparan con las aldeas estratégicas de Vietnam en 1962
Critican el despojo que implican las ciudades rurales sustentables

* En Nuevo Juan de Grijalva, Chiapas, “todas las casas tienen ratas”

Foto
Foto – Escena en el campamento de desplazados de Juan de Grijalva, Ostuacán, Chiapas, el 23 de agosto de 2009, luego que se desgajó un cerro completo a finales de noviembre de 2007 – Foto Moysés Zúñiga Santiago

Hermann Bellinghausen
Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 20 de mayo de 2012, p. 10

San Cristóbal de las Casas, Chis., 19 de mayo. “¿Quién dijo al gobierno que los problemas de las comunidades se deben resolver con ciudades?”, se pregunta esta mañana el investigador de la UNAM Luis Rodríguez Castillo en el foro Exclusión… inclusión neoliberal, convocado por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM y el Ciesas, donde especialistas de diversas universidades analizaron el fenómeno de las ciudades rurales sustentables (CRS), que en Chiapas han encontrado su paradigma. Investigadores de las universidades de Guadalajara, Chiapas y Autónoma Metropolitana coincidieron en su rechazo al programa gubernamental, inspirado en los Objetivos del Milenio de la ONU.

Los pobladores de las CRS, sometidos a un control represivo que un comentarista comparó hoy con un “estado de sitio y encierro”, han cedido sus tierras a cambio de una casa “de ciudad” y el acceso expedito a los créditos de Banco Azteca y Elektra. De campesinos autosuficientes a clientes. De tener derechos colectivos a ser solicitantes de una ayuda que además les regatean.

Dosis de contrainsurgencia

El médico Marcos Arana, al hablar de la “atomización demográfica” que implican las CRS, detalló la falta de respeto gubernamental a los derechos económicos, sociales y culturales, y emparentó el proyecto con las “aldeas estratégicas” implementadas en 1962 en Vietnam para desmantelar las comunidades y sus vínculos con la tierra y la colectividad. Otros ponentes abundaron sobre las altas dosis de contrainsurgencia en el proyecto.

Además de la contundencia de unas 15 investigaciones de campo, se contó con testimonios directos de pobladores de las dos CRS ya en operación. Los de Nuevo Juan de Grijalva (Ostuacán) denunciaron el reiterado incumplimiento del gobierno para indemnizarlos por las tierras de las que fueron arrebatados con muchas promesas cuatro años atrás. Ya sufrieron represión, algunos cárcel, y siguen esperando.

La especialista Martha Liliana Arévalo ha residido en la mencionada CRS, y su testimonio es demoledor. “Todas las casas tienen ratas, que han encontrado estupendos nidos en la capa de unicel de los techos”, mientras las paredes pueden durar húmedas durante semanas a causa de la lluvia.

Un indígena de Santiago el Pinar admitió que “la gente no se acostumbra a vivir en las casas de ciudad”, pero la obligaron. La investigadora de la UNAM Dolores Camacho apuntaría que esta CRS en los Altos se construyó en un municipio publicitado de tener índices récord de “bajo desarrollo humano”: “Se pretende elevar ese índice con servicios, casas de seis por siete metros de material preconstruido sobre terreno cerril. Las familias “se están llevando tinacos y muebles de baño a sus casas en la cabecera municipal o a su comunidad. ¿Qué sentido tiene elevar los índices sin sustento real?”

Reseñó las condiciones de los campesinos en las CRS, donde el gobierno “no reparó en que la mayoría de los campesinos que ahí vivirían estaban satisfechos con su vida anterior, en ejidos con escuelas, casas sencillas pero amplias en terrenos con árboles y frutales propios del lugar, criando animales para alimentarse y cerca de los terrenos donde cultivaban lo necesario para comer y vender para satisfacer otras necesidades”. La “ciudad nueva” no tiene vida, los proyectos productivos no funcionaron como se prometió y los hombres han tenido que volver a trabajar las tierras abandonadas o se van a otras partes. Las casas fueron elaboradas con material no adecuado para la zona. Los anuncios oficiales son rebasados por la realidad, y sólo han pasado dos años”.

Sostuvo que el fracaso de esta reorganización poblacional se debe a que el gobierno desestimó las críticas y derrochó recursos para publicitar los ‘logros’”. El proyecto tiene como fines declarados “combatir la dispersión y la pobreza, promover el desarrollo regional y evitar los riesgos ambientales”. Sin embargo, “los resultados parecen opuestos”, y sin elementos “que permitan suponerlos sustentables”.

Sobre la presunta dispersión poblacional, Asmara González Rojas, de la UdeG, desestimó el argumento oficial. En Santiago el Pinar las comunidades son tan cercanas que uno puede verlas todas desde cualquier loma. Contrapuso el caso de las comunidades huicholas, esas sí lejanas y dispersas, que sin embargo jamás aceptarían ser reducidas en una “ciudad”.

En lo que bien resume las consideraciones de los participantes en dos días de exposiciones, Camacho señaló: “Mientras no participen los beneficiarios en el diseño, planeación y desarrollo de estos proyectos, seguirán siendo fracasos y fuentes de conflicto. Los comentarios de los afectados, y lo que se puede observar, permite deducir que esta política de reubicación contiene además de una estrategia de expansión del mercado y control social de los grupos marginados. En centros de población que dependen del mercado y los proyectos gubernamentales para sobrevivir son imposibles la organización y la resistencia, con lo que se pierden la autonomía que es posible gozar cuando se es independiente en alimentación.

“Los campesinos necesitan recursos para ser productivos, no subsidios de sobrevivencia. ¿Por qué la oposición oficial a que continúen sembrando maíz, cosechando café o desarrollando la ganadería? Se promueve en cambio una ‘reconversión productiva’ que no resuelve la alimentación”. La autosuficiencia alimentaria dejó de ser un objetivo de política nacional, concluyó la investigadora. “Estamos hablando de campesinos que podían sostenerse en condiciones precarias pero dignas. El modelo de desarrollo que representan CRS requiere personas sin posibilidad de sobrevivir si no es comprando todo, lo que las hace completamente dependientes del mercado: sin dinero no comen.”

radio
La Jornada

Subyace desintegración cultural en reordenamiento territorial en Chiapas: Ong

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  • Un informe de la Red por la Paz Chiapas recopiló los resultados del programa gubernamental Ciudades Rurales Sustentables, en lo que se destacan violaciones a DH internacionalmente reconocidos.

http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2012/05/13/141615478-subyace-desintegracion-cultural-en-reordenamiento-territorial-en-chiapas-ong/

La Jornada
Hermann Bellinghausen, enviado
Publicado: 13/05/2012 14:16

San Cristóbal de las Casas, Chis. “Tras el Programa Ciudades Rurales Sustentables subyace un proceso de reordenamiento territorial, a través de las estructuras del Estado, respondiendo a intereses dictados desde los organismos financieros multinacionales con el fin de instaurar un nuevo orden social.

“Los gobiernos federal y estatal han implementado proyectos y programas que en el discurso se plantean erradicar la pobreza aportando al desarrollo de los pueblos, pero que en el fondo son procesos de desintegración comunitaria, despojo territorial y des-posesión cultural. Este proceso de desarraigo desmantela cualquier posibilidad de que los pueblos puedan ejercer su derecho a la libre determinación”.

Esta es la principal conclusión del informe de la la Red por la Paz Chiapas (conformada por nueve importantes organismos civilesI y el Colectivo De Análisis e Información Kolectiva (CAIK), producto de la misión civil de observación que realizaron por las ciudades rurales de Chiapas en octubre pasado.

Las organizaciones visitaron dos ciudades rurales ya habitadas y cuatro más en construcción o planeación, con la finalidad, expresan, de documentar la situación actual en materia de derechos humanos en la que se encuentra la población afectada directamente por el Programa Ciudades Rurales Sustentables (Programa CRS) que el gobierno desarrolla en el estado.

Entre sus principales conclusiones, el informe asienta que en septiembre de 2009 el presidente Felipe Calderón inauguró la primera Ciudad Rural Sustentable del mundo, llamada Nuevo Juan de Grijalva, entidad que según los funcionarios “era la respuesta final al binomio pobreza-dispersión”.

Bajo ese pretexto, y de que los poblados están en zona de riesgo, las comunidades fueron o serán reubicadas en ciudades rurales sin adecuadamente consultadas.

Esta respuesta de “desarrollo” a la pobreza en el campo, destaca el informe, “ha sido criticada fuertemente por los pueblos que se tienen que desplazar, así como por personas y organizaciones de la sociedad civil”. El primer motivo de estas obras “no siempre parece ser la atención a las comunidades, ya que los intereses de empresas privadas juegan un papel importante, así como también intereses políticos de los gobiernos estatal y federal”.

Los testimonios de las personas afectadas recogidos en el informe “demuestran las diferentes maneras en que el Programa CRS viola derechos humanos internacionalmente reconocidos”, entre ellos el de libre determinación de los pueblos. Las violaciones documentadas por las organizaciones revelan “que los pueblos no participaron ni fueron justamente consultados en ninguna de las fases del proyecto, y sí, por el contrario, en su mayoría fueron desplazados con amenazas de desmantelamiento de la infraestructura de servicios en sus comunidades, o infundiéndoles miedo a vivir en zonas declaradas de riesgo por el gobierno”.

Estas violaciones, se añade, incumplen los convenios internacionales en materia de derechos humanos firmados y ratificados por el gobierno mexicano.

El informe considera “preocupante” que la capacidad colectiva de decidir cómo organizarse, “así como cualquier intento de construcción social que emane de los pueblos indígenas y campesinos, que difiera del patrón estatal, parezcan tener como destino la fragmentación, la anulación o la criminalización”.