El Congreso Nacional Indígena- Concejo Indígena de Gobierno, exige justicia y respeto para las bases de apoyo zapatistas del poblado “6 de Octubre”, parte del Caracol de Jerusalén en Chiapas. Denunciamos las agresiones y amenazas de desalojo violento por parte de pobladores de Palestina, quienes, con el respaldo de autoridades municipales y estatales, buscan despojar de sus tierras a la comunidad, la cual ha trabajado en paz durante más de 30 años.
Condenamos la escalada de violencia y apuesta por el terror, incluyendo la presencia de grupos armados, amenazas de violación, quema de casas y robo. Esta situación evidencia la colusión entre los malos gobiernos y el crimen organizado para legalizar el despojo.
Es importante señalar que el Caracol de Jerusalén estaba programado como sede de los Encuentros de Resistencia y Rebeldía 2024-2025. Esta agresión pone en riesgo la realización de dichos encuentros y la seguridad de los asistentes, poniendo en jaque la organización indígena autónoma.
Denunciamos la intromisión del crimen organizado en las tierras y territorios indígenas a lo largo y ancho del país, con la complicidad de los gobiernos en todos sus niveles. Esta alianza perversa ataca, con una violencia creciente, a los pueblos que defienden la vida y pone en grave riesgo la integridad de los territorios indígenas.
El EZLN no está solo. Nos mantenemos atentos y vigilantes frente a esta injusticia, y hacemos un llamado a la solidaridad nacional e internacional para frenar la violencia y defender la autonomía zapatista.
¡Alto a la guerra contra los pueblos zapatistas!
Atentamente
Por la reconstitución integral de nuestros pueblos
Nunca más un México sin Nosotros
Octubre de 2024 Congreso Nacional Indígena- Concejo Indígena de Gobierno
Desde la Región Cholulteca en Puebla, denunciamos con gran indignación las graves agresiones y amenazas que las y los compañeros zapatistas del Caracol Jerusalén han recibido por parte de autoridades de la comunidad Palestina quienes, en contubernio con las autoridades municipales de Ocosingo (PVEM), estatales (MORENA), grupos del crimen organizado y con la complicidad del gobierno federal han desatado una oleada de agresiones, amenazas y atropellos en contra de nuestr@s compañer@s.
La continuidad del “cambio” no es otra cosa que la continuidad y recrudecimiento de la guerra capitalista contra quienes nos organizamos desde abajo, contra los pueblos originarios que defendemos la vida.
El despojo de tierras autónomas y la clara intención de atacar la autonomía zapatista son los motores para imponer la guerra en contra de los pueblos, la maquinaria de gobierno y crimen organizado al servicio de intereses económicos de quienes pretenden despoblar y reconfigurar el territorio en Chiapas es la misma que en todo el país se activa. Una maquinaria violenta cuyo objetivo es convertir a todas las formas de vida en mercancía; la destrucción, el despojo, la mercantilización son impuestas en nuestros pueblos con las armas del ejército, Marina, Guardia Nacional y cárteles del narcotráfico.
Los Pueblos Unidos de la Región Cholulteca y de los Volcanes nos mantenemos alertas y exigimos a los gobiernos de los tres niveles que detengan la guerra en contra de las comunidades zapatistas.
Exigimos que esta guerra de exterminio pare y que se respete la Autonomía de los pueblos mayas que, desde hace más de 30 años nos han enseñado y demostrado que otro mundo es posible.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México 16 de octubre de 2024 Acción Urgente No. 3
Denunciamos el riesgo a la vida, seguridad e integridad personal de los habitantes Bases de Apoyo del EZLN de la comunidad 6 de Octubre, CGAZ de Nuevo Jerusalén
El asedio a la autonomía zapatista es continua
El Gobierno Autónomo Local ha dado a conocer que un grupo de personas armadas están instaladas en las tierras recuperadas
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) ha recibido información de los Colectivos de Gobiernos Autónomos Zapatistas (CGAZ), Caracol IX, Nuevo Jerusalén, sobre ataques de personas armadas e instalación de chozas dentro de las tierras recuperadas del poblado 6 de Octubre, Gobierno Autónomo Local (GAL), municipio oficial de Ocosingo, Chiapas.
En múltiples ocasiones durante el mes de junio, personas desconocidas llegaron a la comunidad, portando armas de distintos calibres, intimidando a las familias del poblado 6 de octubre. Hicieron recorridos y tomaron fotos. Posteriormente, dos personas bases de apoyo que habían salido a trabajar sufrieron amenazas: se les advirtió que tenían que retirarse de su comunidad de buena manera, o que los iban a sacar “por la mala”. La comunidad no contestó a dichos amedrentamientos, sin embargo se intensificaron. Así el 30 de agosto por la noche reportan que estuvo sobrevolando un dron en el poblado 6 de Octubre.
A lo largo del mes de septiembre, siguieron incursionando personas desconocidas, generando miedo entre las y los pobladores. Culminó el 23 de septiembre 2024, a aproximadamente las 6:00 horas cuando un grupo de personas armadas nuevamente se presentó al GAL 6 de Octubre. Llegaron en 10 vehículos con aproximadamente 100 personas, bajaron y se pusieron a limpiar una extensión de terreno para construir sus chozas, cerca de las viviendas de las familias Bases de Apoyo del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (BAEZLN). A partir de esa fecha, el grupo armado se ha mantenido en el lugar, por lo que las intimidaciones y amenazas han aumentado. Hombres armados vigilan el quehacer de las familias zapatistas. Para su propia seguridad, los hombres del poblado han preferido permanecer encerrados en los domicilios, y son las mujeres quienes salen; sin embargo han sido amenazadas con violarlas.
Desde el 5 de septiembre de 2024, se ha hecho de conocimiento a diferentes autoridades del Estado mexicano la presencia, intimidación y amenazas del grupo de personas armadas en las tierras recuperadas de las familias BAEZLN, sin que hasta el momento se atienda eficazmente esta situación, existiendo el riesgo de sufrir un desplazamiento forzado interno.
Pedimos a las autoridades correspondientes :
Realizar acciones urgentes y necesarias a efecto de garantizar y proteger la vida, la integridad y la seguridad personal de las familias Bases de Apoyo Zapatista, evitando que escale la situación.
Investigar de manera pronta y adecuada para identificar las personas responsables, desarticular y desarmar al grupo o grupos que operan en la zona.
Garantizar y respetar la autonomía y la libre determinación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y sus Bases de Apoyo en general, y de la Asamblea de Colectivos de Gobiernos Autónomos Zapatistas de Nuevo Jerusalén en particular.
Hacemos un llamado a la solidaridad nacional e internacional que firmen esta acción urgente y le escriban a las autoridades mexicanas para cesar estas acciones violentas contra las comunidades zapatistas:
Al firmar esta Acción se enviará automáticamente un correo con tu dirección como remitente a autoridades gubernamentales. Más información en la política de privacidad.
Hoy, 12 de octubre de 2024, fecha simbólica para los pueblos originarios de este territorio llamado Abya Yala, nos hemos reunido en tierras de resistencia en el Istmo de Tehuantepec, en el Encuentro Continental Construyendo una Alianza contra Gasoductos y Otros Megaproyectos en Defensa de los Territorios de los Pueblos Originarios.
374 delegados, delegadas y representantes de pueblos y organizaciones indígenas, ambientalistas, académicos y comunicadores, provenientes de 20 estados de la República Mexicana, de 22 pueblos indígenas y de 11 países, con el fin de dar impulso a las iniciativas de articulación de los pueblos de las Américas.
En este encuentro continental, nos pronunciamos de manera enérgica en contra de la guerra y de otras formas de violencia que son utilizadas como mecanismos para saquear el patrimonio de nuestros pueblos, imponiendo megaproyectos. Esta violencia se expresa de la manera más cruda y brutal en casos como el del pueblo palestino, y la criminalización que alcanza a los defensores del territorio en todos nuestros países.
Nos manifestamos por el cese a la violación de los derechos de la naturaleza, y contra el papel de la banca internacional que financia megaproyectos que atentan contra los pueblos y la naturaleza.
Al cumplirse hoy 532 años de resistencia indígena, negra y popular, a pesar del capitalismo salvaje y destructivo, y los incontables intentos de borrar nuestra cultura ancestral, de la militarización de los territorios de nuestros países, y del falso bienestar que pregonan los gobiernos, desde el Istmo de Tehuantepec manifestamos que nos mantenemos firmes celebrando la vida con dignidad y rebeldía.
En este encuentro hemos acordado impulsar, junto con nuestros hermanos y hermanas del norte, meso y sudamérica, los esfuerzos de caminar juntos en defensa de nuestros derechos y territorios. Condenamos la imposición de megaproyectos y, en particular, de los gasoductos, como los de Tuxpan, Tula y La Puerta del Sureste, que provocan graves daños ambientales y amenazan la vida y la cultura de nuestros pueblos.
A los hombres y mujeres de corazón noble que luchan, resisten y mantienen viva la esperanza frente al destino que nos quieren imponer:
‘A 532 años de resistencia indígena, negra y popular, a pesar del capitalismo salvaje y destructivo, de los incansables intentos por borrar nuestra cultura ancestral, de la militarización y paramilitarización de nuestros territorios, de la farsa de progreso y bienestar que pregonan gobiernos disfrazados de corderos, y de la brutalidad constante del saqueo y despojo, los pueblos nos mantenemos firmes, celebrando con dignidad la rebeldía y la vida.
¡Basta de guerra contra los pueblos! ¡Basta de despojo y saqueo! ¡Ni un megaproyecto más en nuestros territorios! ¡Alto al extractivismo en nuestras comunidades! Viva la alegre rebeldía de nuestros pueblos. Movimiento Agrario Indígena Zapatista.
Primera Parte. La Hipótesis (¿o era la hipotenusa?).
Me van a disculpar que no me dirija en específico, aunque sí en lo general, a las personas, grupos, colectivos, organizaciones, movimientos y pueblos originarios de la Declaración por la Vida. Una gran parte de estas personas no sólo ya conocen, y padecen, la Tormenta de primera mano. También y desde hace tiempo, resisten, trabajan y luchan para crear los cimientos para otros mundos. Tienen su propio análisis de la tormenta y su alternativa para el Día Después. De estas personas esperamos que compartan su mirada, su diagnóstico y, sobre todo, su práctica. A muchas las conocemos. A la mayoría no. Y creemos que su historia y su actuar presente, enriquecería mucho a otros esfuerzos, si no parecidos ni semejantes, sí en el mismo empeño: la lucha por la vida. De hecho, hay fechas especiales para esa compartición. Aclarado lo anterior, veamos las ciencias y las artes.
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¿Las artes y las ciencias dependen de las tecnologías de la modernidad? Es decir, si no hay internet, aplicaciones, celulares, tabletas y computadoras, Inteligencia Artificial, energía de combustibles fósiles, etcétera. ¿Es posible el arte dramático? ¿La pintura? ¿La música? ¿La danza? ¿La escultura? ¿La literatura? ¿El cine? ¿Las ciencias?
Oh, lo sé. Las artes no nacieron con el sistema que ahora ahorca a la humanidad entera. Pero tal vez ya se trata de un “cambio de paradigma” (coartada por excelencia para las claudicaciones), y el sistema ha convencido a las “mayorías” que, sin él, sin el capitalismo, la humanidad es imposible.
Y las ciencias, ¿pueden demostrar que la tierra es esférica sin internet, fotos aéreas, etcétera? ¿Explicar los movimientos planetarios? ¿La física y la química sin laboratorios ni tutoriales? ¿Las Matemáticas más allá de peras y manzanas? (claro, con lo caro que está todo hoy, incluso sin peras ni manzanas).
Porque pudiera ser, es un supositorio, que en una situación de catástrofe aparezca quien sostenga que la tierra es plana y cuadrada, que el cambio climático y el calentamiento global no existen, y que son sólo un invento de ambientalistas corruptos y feos (lo de corruptos vaya y pase, pero lo de “feos” es imperdonable, oiga -sobre todo con la infinidad de productos cosméticos y aplicaciones digitales que pueden remediarlo, oiga-), que todo está bien, que no pasa nada, que son hechos aislados, que así era antes pero ahora todo ha cambiado, que no somos iguales, que todos están felices, felices, felices. ¡Ups! Se trataba de no hablar de política, tema que suele incomodar a científicos y artistas (o en algunas ocasiones les impele a decir tonterías).
Pero suponga usted que, en esos momentos de desesperación y caos, cuando los distintos gobiernos consultan encuestas e índices de popularidad para decidir si asisten o no a un lugar en apuros, y si mandan o no ayuda, alguien se aparece como “profeta” de la salvación y “explica” que todo es castigo divino, culpa de los conservadores, de los liberales, de los radicales, de los derechistas, de los izquierdistas, y etcétera, etcétera.
No hablo de la situación actual en cualquiera de los estados mexicanos; ni tampoco en los estados surorientales de la Unión Americana, o de la destrucción -con coartadas geopolíticas de derechas o progresistas-, en Europa Oriental, Medio Oriente, Haití, el Wallmapu diez, cien, mil veces insumiso. Hablo de todo eso, pero a lo bestia, mundial pues, en las partes y el todo.
A usted, como artista o científico (o ambas cosas), ¿se le acabaría el mundo? Quiero decir SU mundo. Sí, lo sé, desde los tiempos más antiguos aparecen las artes y algunas ciencias; y las aplicaciones de diseño gráfico algo deben a, por ejemplo, las pinturas en las cuevas de Altamira; las matemáticas y la astronomía a los antiguos mayas; el arte dramático a las descripciones, con ademanes y sonidos, de quien, hace milenios, describía cómo había logrado escapar de un tigre dientes de sable; la arquitectura a Stonehegen en la rubia Albión; la escultura a las Moáis del pueblo Rapanui.
Pero… ¿en qué medida o hasta dónde las tecnologías de la modernidad controlan ya, o no, la creación artística y las investigaciones científicas?
No, no se trata de redirigir, con la explosión de un dispositivo nuclear, un asteroide para que choque y destruya el Telescopio Hubble: o de incendiar o saquear los centros de investigación científica (de eso ya se están encargando el crimen organizado hecho gobiernos y quienes brincan de la ciencia a la política). Y, en dado caso, estoy seguro de que toda la comunidad científica se uniría si alguien siquiera intentara acabar con la estructura de investigación; amenazar a sus integrantes; levantarles denuncias penales; o enganchar la investigación científica a un proyecto político partidario, ¿no es así? (¡ah!, ¿no es sutil mi sarcasmo?)
Me refiero, en cambio, a una situación límite, donde esos recursos sean imposibles de obtener, o existan muchas dificultades para acceder a ellos. ¿Qué pasará con las ciencias y las artes, así como con las personas que en ellas se empeñan?
Ahora bien, usted puede pensar que ese escenario no es posible siquiera, y que no es más que un mal guion de una película mala de mala ciencia ficción –“ciencia ficción”: un oxímoron, como el de “político honesto”-. Ok, de acuerdo, siga en su escenario, caballete, pantalla 8k, plataforma digital, laboratorio, academia.
Estoy seguro de que usted tiene datos duros -estudios comprobados, modelos de simulación, conteo de recursos no renovables, tendencias de consumo y reposición-, de que ese escenario es “muy poco probable” -junto con el calentamiento global, el cambio climático, las guerras de reconquista, la contaminación ambiental, los genocidios como el actual en Palestina-; y que tiene acceso a encuestas del todo confiables que muestran que la gente está satisfecha con su actual nivel de vida (por lo que también es remoto el posible surgimiento de alzamientos, motines, insurrecciones, protestas, saqueos, revueltas).
Ok, no le contradigo. Usted tiene renombre y posición en las Artes y las Ciencias, y yo sólo soy un pobre capitán de infantería, adscrito ahora al área de “Invitaciones de Bodas, Bautizos, Primera Comunión, Divorcios, Arrejuntamientos, XV años y… Encuentros”.
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Pero entonces, suponga que le presentan un reto: que imagine que usted va a estar en una comunidad. Más en concreto, en la asamblea de esa comunidad… y en el día después. Sin electricidad, sin celulares prepago o plan de renta, sin “internet para todos”, sin Elon Musk y sus pequeños equivalentes locales de abonos chiquitos, sin vehículos particulares diseñados para soportar motines y alzamientos de la plebe (el blindaje extra en la cybertruck se cobra aparte), sin combustibles fósiles para arrancar el otro vehículo e ir a buscar señal (mientras maldice a los gobiernos y compañías en turno), y ya sin posibilidad de comprar un boleto en un moderno cohete interestelar que lo coloque en otro planeta “all included” (o sea que incluye la fuerza de trabajo que viva, se reproduzca y muera mientras le sirve -aprecie usted cómo evité, con elegancia, cualquier referencia a “explotación”-).
Nada de eso es ya posible. Claro, siempre en este escenario hipotético en el que usted está en una asamblea de una comunidad aislada de todo, porque el todo ya no existe más.
Son varias personas que están con usted y, para arrancar ese germen de sociedad, en una asamblea de esa comunidad, cada una de esas personas dirá lo que es, sabe y puede hacer, y van a proponer, discutir y acordar cómo es que se van a organizar. Bueno, en realidad le describo lo que ocurre actualmente en una asamblea comunitaria de pueblos originarios.
Y, así como en una asamblea comunitaria de pueblos originarios, la reunión se plantea un objetivo y propone, discute y acuerda qué hay que hacer, cómo, quién va a hacerlo, en dónde, cuándo; en esta hipotética asamblea, en la que usted se ve obligado a estar por las circunstancias, el objetivo es… recomenzar.
Así que sigamos con el reto de que usted imagine y se ubique en esta situación y, por las razones que fuere, el mundo como usted lo conocía ha colapsado.
Así que volvamos a la asamblea:
Hay quien dice que sabe trabajar la tierra y sólo necesita sus manos y puede fabricar algo que, esa persona dice, se llama “coa”. Todos parecen saber qué cosa es eso, así que usted no pregunta por temor a quedar en ridículo. Hay quien dice que conoce de plantas y puede elaborar medicamentos. Hay quien dice que puede identificar frutas, hongos y verduras (¡puaj!), cultivarlas y conservarlas. Hay quien dice que sabe algo de carpintería y puede hacer mesas, sillas y, claro, camas. Hay quien dice que le sabe a la albañilería y puede ayudar a construir casas. Hay quien dice que sabe mecánica y puede probar a echar a andar ese viejo motor de aquel viejo vehículo abandonado, o transformarlo en un motor movido por aire, agua, calor. Y así, cada quien va exponiendo sus habilidades, resaltando, en esa situación, las llamadas “habilidades manuales”.
Y entonces llega su turno, ¿qué dice?
¿Dice que es artista como si confesara un pecado de juventud?
¿Dice que sabe de ciencias como si se arrepintiera de haber pertenecido a una secta fanática o a un partido político -es lo mismo-?
Mientras llega su turno de hablar, usted es una persona medianamente inteligente y se ha dado cuenta de que los más valiosos para ese germen de sociedad son quienes, gracias a sus habilidades y conocimientos, pueden conseguir -con su trabajo-: comida, movilidad, salud, educación y habitación para quienes conviven en esa comunidad.
Así las cosas, usted tal vez tenga que enfrentar más de una disyuntiva.
En portada: Familias tzotziles de Chalchihuitán, desplazadas por la violencia de grupos criminales en la región Altos de Chiapas. Foto: Cuartoscuro
El ex titular del Registro Agrario Nacional (RAN), Plutarco Emilio García Jiménez, pocos días antes de dejar su cargo, a principios de octubre, admitió que, por lo menos en los estados de Chiapas, Oaxaca y Sinaloa, ha habido “apropiación de tierras ejidales y comunales por parte de la delincuencia” organizada, y que ha habido desplazamientos de comunidades indígenas y campesinas, sobretodo en Chiapas.
Las declaraciones fueron dadas por García Jiménez momentos antes del lanzamiento del Atlas de la Propiedad Social de la Tierra en México 2024, en Morelos, que concluye que un poco más del 50% del territorio mexicano continúa siendo constituido por propiedad social – ejidos o comunidades-, donde se encuentran poco más de 5.4 millones de sujetos agrarios y sus familias.
Gran parte de los recursos naturales se encuentran dentro del régimen de propiedad social. El 70% de los bosques y dos terceras partes de los recursos hídricos se localizan en ella. 68 pueblos indígenas viven en estas tierras.
Alertas y denuncias sobre la acción de estos grupos, realizados por organizaciones de derechos humanos y de las comunidades y pueblos en todo el México, se han intensificado en los últimos años, especialmente en las regiones sur-sureste del país donde el gobierno federal ha implementado una reestructuración territorial impulsada por megaproyectos, como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico.
Recientemente organizaciones de Chiapas, Oaxaca y Guerrero – entre ellas Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo y el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas – realizaron un foro público regional, en Oaxaca, para denunciar la situación. “Contamos con características y denominadores comunes en los tres estados del sureste del país, nuestras principales fortalezas y conquistas históricas han sido la propiedad social de la tierra y nuestro sistema de organización colectivo, basado principalmente en la toma de decisiones colectivas mediante nuestras asambleas comunitarias”, sostienen en un comunicado.
La grave situación de violencia social ha sido desencadenada por el despojo de “nuestros bienes comunes”. “La mayor presencia de la delincuencia organizada se está concentrando en las regiones de imposición de proyectos extractivos, tal es el caso de proyectos mineros, eólicos, gasoductos, ampliaciones de carreteras (en Guerrero, Chiapas y Oaxaca). A quienes estamos en oposición a dichos proyectos, nos asesinan, desaparecen, criminalizan y deslegitiman”, dicen.
La desaparición de jóvenes y mujeres, los asesinatos, cobro de cuotas, desplazamientos forzados, falta de resolución de conflictos y mayor presencia de grupos armados y delincuencia organizada en las comunidades “son muestra de dicha situación”.
Además, sostienen, existe impunidad y no acceso a la justicia a personas defensoras que han sido agredidas por grupos paramilitares, de choque, delincuencia organizada “que se mueve al amparo de la impunidad”.
Solamente en Chiapas, a partir de diversos informes, se han documentado la cifra de 21 mil indígenas desplazados en los últimos dos años, el asesinato de 176 personas defensoras durante este sexenio, el reclutamiento de jóvenes, la violencia generada en el último proceso electoral, además de la criminalización contra integrantes del movimiento social.
“Las consecuencias de la imposición de dicho modelo, la negligencia de gobiernos estatales y federales y la impunidad han sido la normalización de la violencia, la contaminación irreversible del medio ambiente, una crisis profunda del agua en la región sureste, la pérdida de la flora y la fauna, el control territorial por parte de empresas y crimen organizado, la apatía ciudadana, el miedo generalizado en nuestras comunidades, fracturas comunitarias, además de graves afectaciones a nuestro tejido social”, señalan.
Las organizaciones y comunidades hacen énfasis en el hecho de que apuestan en un modelo de sociedad en el que los bienes comunes son prioridad, la propiedad social de la tierra, la integridad de los territorios, el fortalecimiento del tejido social. “Este modelo se encuentra en clara confrontación con el modelo neodesarrollista, marcado por la violencia, los asesinatos, la criminalización, la obstaculización de instancias agrarias al reconocimiento de los estatutos y reglamentos internos de las comunidades y la militarización de nuestros territorios”.
En portada: Momento de la recuperación de tierras garífunas en la comunidad de Nueva Armenia, Honduras. Foto: El Salto Diario.
Al filo de la medianoche de este domingo (6), elementos de la Policía Nacional de Honduras (PNH), Tropa de Inteligencia y Grupos de Respuesta Especial de Seguridad (Tigres), así como civiles armados, ingresaron a una recuperación de territorio ancestral garífuna -realizada la mañana de ese mismo día en la comunidad de Nueva Armenia, costa caribe-, y dispararon contra los presentes, dejando dos recuperadores gravemente heridos.
La Organización Fratenal Negra Hondureña (Ofraneh) -quien acompaña a la comunidad en las acciones que reivindican la propiedad ancestral de la comunidad garífuna sobre estas tierras, en el municipio de Jutiapa, departamento de Atlántida- denuncia a la empresa Palmas de Atlántida, propiedad de herederos del magnate de la palma aceitera, Reynaldo Canales, de ocupar ilegalmente territorios de Nueva Armenia para la siembra de este monocultivo.
Durante la mañana del domingo (6), mientras pobladores garífunas realizaban la recuperación de tierras, fuerzas de seguridad acudieron al sitio acompañados de vehículos tipo pick-up con civiles armados y encapuchados, quienes intimidaron a la población afroindígena.
“Señalamos la presencia de elementos de la policía, encapuchados, además el perfilamiento al que se ven sometidos defensores del territorio ancestral, como una estrategia de intimidación hacia una de las comunidades más afectadas por la palma en el Caribe”, denunciaron los recuperadores mediante videos difundidos a través de redes sociales.
Por su parte, la Ofraneh sostiene que la comunidad de Nueva Armenia ha sido “desmembrada de forma ilegal para favorecer a narcos y empresarios vinculados con plantaciones de palma; existiendo más de 24 inscripciones ilegales de tierra que han sido denunciadas ante la Fiscalía en La Ceiba”.
Cabe destacar que la industria de los herederos de Reynaldo Canales también es señalada por el movimiento campesino del Bajo Aguán por haber despojado tierras, destinadas para el reparto agrario, donde impuso monocultivos de palma aceitera.
Recuperar para resistir
En una entrevista con Avispa Mídia, durante agosto del 2023, Mabel Robledo, presidenta del patronato de la comunidad de Nueva Armenia y quien denunció la intimidación este domingo (6), detalló que, pese a que existe un mapa ancestral -el cual data de agosto de 1888- que certifica la propiedad de 1,600 hectáreas de tierra a manos de los garífunas, actualmente, el 70% de estas tierras han sido invadidas por los monocultivos de palma aceitera.
Fue en el año de 1994, cuando el el Instituto Nacional Agrario (INA) desconoció la titularidad de esta superficie para la comunidad de Nueva Armenia, reconociendo solo 333 hectáras de tierras y otorgándo títulos a terceros. Desde entonces, los garífunas han emprendido acciones de recuperación de tierras, dando como resultado la persecución y criminalización de quienes reivindican las propiedades ancestrales.
Robledo conversó con el equipo de este reportaje dentro de la recuperación conocida como “El Cayo”, realizada el 25 de abril del 2020, cuya superficie se extiende por 72 manzanas y cuyo plan es la de albergar a más de 280 familias garífunas. “(Las familias) utilizan las tierras para la siembra del plátano, de la yuca, de papaya, caña, maíz, todo lo que la tierra pueda producir para nuestra existencia”, detalló la recuperadora.
“Ellos (INA) nos titulan en tres lotes. Aquí donde estamos no incluye ese lote y no incluyen otros lotes. De esas 333 hectáreas de tierra, si tenemos 100 hectáreas, es mucho, porque todas las tienen terceras personas”, denunció Robledo.
Para la garífuna, existen mecanismos en las leyes hondureñas que buscan impedir las recuperaciones de tierras ancestrales. Un ejemplo es el artículo 378 del Código Penal, de Honduras – aplicado contra los recuperadores garífunas- el cual se refiere al delito de usurpación y cuya pena va de entre cuatro y seis años de prisión.
“Nosotros no somos usurpadores, nosotros recuperamos para poder sobrevivir y nosotros no sembramos palma. Estamos recuperando, luchamos para no desaparecer, para que nuestro legado, nuestra historia, no desaparezca”, reclamó Robledo.
Acorde a la Ofraneh, la empresa Palmas de Atlántida mantenía una negociación con la comunidad de Nueva Armenia para solucionar el conflicto agrario. Sin embargo, fue en septiembre del 2023, cuando se retiró del diálogo y ahora acciona con violencia contra las recuperaciones.
“En el ataque a miembros de la comunidad Garífuna de Nueva Armenia, no hubo enfrentamiento alguno, como aseguran medios de comunicación irresponsables. Solo la Policía Nacional y los paramiltares portaban armas de fuego”, sostiene la organización después de que Martha María Bu, subcomisionada de la Policía de Atlántida, indicara que no fue la corporación policiaca quien disparó contra los recuperadores.
Por último, la Ofraneh hace un llamado a la comunidad hondureña e internacional para permanecer alertas ante las amenazas contra la vida de los recuperadores que se mantienen en el campamento levantado este fin de semana.
Fuente: Avispa Midia Por Renata Bessi Foto por @deabajoml
Las mujeres mazatecas por la libertad de los presos políticos de Eloxochitlán de Flores Magón, pueblo originario localizado en el estado de Oaxaca, denuncian una nueva oleada de violencia y persecución jurídica en contra de campesinos e indígenas mazatecos.
La persecución a 40 personas, entre ellas 6 mujeres, de acuerdo con este grupo de mujeres mazatecas, se remonta al 2011 cuando la Asamblea Comunitaria, organizada por usos y costumbres, comenzó a ser atacada por otro grupo de la comunidad con intereses partidistas, conformado por Elisa Zepeda Lagunas, la parte acusadora en los casos, quien fue secretaria de las Mujeres del Estado de Oaxaca, diputada federal y ahora fue nombrada diputada plurinominal del partido Morena.
El punto más álgido de las agresiones en contra de la Asamblea Comunitaria se suscitó el 14 de diciembre del 2014 cuando un grupo de personas armadas, que según pobladores y la defensa de los indígenas actuó bajo el mando de la familia Zepeda, atacó a la Asamblea Comunitaria. De ahí comenzó la persecución política en contra de las familias que integraban la Asamblea. Ya para el 2016 se habían liberado 40 órdenes de aprehensión contra los indígenas.
Los campesinos criminalizados han logrado decisiones favorables en tribunales federales, pero los tribunales del estado de Oaxaca, especialmente el Juzgado de Huautla, donde están todas las carpetas del caso de Eloxochitlán, continúan entorpeciendo y dilatando los procesos penales en contra de los mazatecos, lo que vuelve un círculo vicioso que impide la libertad de los indígenas mazatecos. Algunos de ellos enfrentaron casi diez años de cárcel, sin sentencia.
La noche del pasado martes (1), durante el primer día del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, y pese a las promesas de no repetición, elementos del ejército mexicano se vieron involucrados nuevamente en actos de violencia contra población civil, esta vez en el municipio de Villa Comaltitlán, en la costa de Chiapas.
Acorde a un comunicado del Colectivo de Monitoreo Frontera Sur -integrado por una veintena de organizaciones de derechos humanos-, una camioneta de redilas que transportaba a 33 personas migrantes fue alcanzada por disparos realizados por elementos militares, lo que provocó que el vehículo se accidentara y dejara un saldo de seis personas migrantes fallecidas.
Según las organizaciones, por las imágenes difundidas se sugiere que las personas fallecieron por impactos de bala. También reportan 10 más lesionadas, entre ellas niños y niñas. Entre los fallecidos se encuentran cuatro hombres adultos, una niña y una joven, mientras los lesionados fueron trasladadas para recibir atención hospitalaria. Las personas en movilidad proceden de Nepal, India, Arabia Saudita, Egipto, Pakistán, Honduras, Cuba y Perú.
Por su parte, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) difundió un comunicado mediante el cual ofrece su versión de los hechos. En el documento refieren que, elementos del ejército detectaron un vehículo que iba a alta velocidad, el cual eludió a las fuerzas de seguridad. “A retaguardia de la pick up se desplazaban dos camionetas de redilas como las que usan grupos delincuenciales en esa región. Personal militar manifestó escuchar detonaciones, por lo que 2 elementos accionaron su armamento, deteniendo su marcha una de las camionetas de redilas”.