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DENUNCIA PÚBLICA
EJIDO TILA, CHIAPAS MEXICO A 05 DE JUNIO DE 2018
A la Opinión pública
Al Concejo Indígena de Gobierno
Al Congreso Nacional Indígena
A las y los adherentes a la Sexta Nacional e Internacional
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Cuetzalan del Progreso, Puebla a 2 de junio de 2018.
Desde julio de 2016 y hasta diciembre de 2017 ocurrieron ocho agresiones contra personas, comunidades u organizaciones defensoras del medio ambiente en Puebla, con lo que la entidad se ubicó como la segunda del país con más casos de este tipo, solo después del Estado de México donde hubo 10 ataques, según la el informe del Centro Mexicano de DerechoAmbientaldado a conocer en este año.
En lo que va de este año en el país al menos se han registrado el asesinato de 4 defensores de la tierra y el territorio. Guadalupe Campanur, el compañero Manuel Gaspar Rodríguez, Miguel Vázquez y el pasado miércoles, Adrián Tihuilit.
Ante la insistencia de instancias internacionales de derechos humanos en su preocupación por el papelque ha jugado el estado mexicano en cuanto al trato para con los defensores de derechos humanos, las autoridades mexicanas han sido omisas. No terminan de comprender las autoridades mexicanas en todos los niveles, que el ejercicio de los derechos humanos debe pasar de ser una mera declaración a la posibilidad de proporcionar un ambiente de libertad y de igualdad y cumplir con ellos con principio básico de garantizar la dignidad del ser humano a través de respetar ciertos derechos mínimos que le son reconocidos a los individuos en su sola condición de seres humanos.
La sierra norte del estado de Puebla es una de las más ricas en cuanto a diversidad bilógica y cultural del estado, a raíz de la reforma energética y de la política de despojo e imposición que han promovido las autoridades en su tres niveles de gobierno desde 2013, igualmente la sierra norte ha sido parte del estado más afectada en cuanto a concesiones mineras (equivalente al 28% del territorio poblano), proyectos hidroeléctricos (8 con algún tipo de permiso), fracking (10 mil 92 pozos proyectados) y otros proyectos de infraestructura para el desarrollo de empresas nacionales y extranjeras, según información de la organización PODER, (www.colaboratorio.org) y Jaime Patiño Ruíz, ex presidente de la Asociación Mexicana de Geólogos Petroleros (http://www.e-consulta.com/nota/2017-08-24/sociedad/mas-de-10-mil-pozos-planean-perforar-con-fracking-en-puebla-denuncian).
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Texto, fotos y audios, Colectivo RZ.
México, mayo de 2018.
Jessica Cerón Salinas tiene 28 años y está a punto de dar a luz. Es 13 de agosto de 2012 y su familia la espera para una fiesta en Cuernavaca. Es cumpleaños de su hermana, Lizbeth. Toda la familia, reunida por el festejo, está lista para recibir al bebé de Jessica, a quien han comenzado a llamar Max. En una última llamada telefónica, Jessica les informa que ya se dirigen a la reunión. Pero Jessica y Max no llegan a la fiesta. Desde ese día, su hermana Lizbeth, su madre Celia y toda la familia comienzan una búsqueda que no termina. Unas horas antes, otra joven morelense desaparece. Es Viridiana Anaid Morales Rodríguez, estudiante de Psicología en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Tiene 21 años y ha viajado con su esposo Roberto Altamirano López para festejar su primer aniversario de bodas en un campamento en el Estado de México. Pero Viridiana y Roberto tampoco vuelven.
Ríos de dolor materno empapan México. Miles de mujeres sin sus hijas e hijos pasan otro 10 mayo sin nada que celebrar. La tradición de antes llama a festejar nuestra ancestría y nuestra maternidad, pero la realidad genera una tradición nueva, la de hoy, una que nos empuja a recorrer calles, avenidas y plazas para no olvidar que, en tan solo una década, cientos de miles de personas han sido asesinadas y desaparecidas en nuestro país con absoluta impunidad. Quienes se reconocen como “madres del dolor” marchan en diez ciudades de los estados más heridos por la violencia incontrolable que nos golpea. En Cuernavaca, Morelos, decenas de familias se movilizan una vez más frente a la total indiferencia gubernamental. Aunque marchan con niñas y niños muy pequeños o en brazos, no hay un solo vehículo de tránsito que vigile su camino. Nadie las recibe en la Fiscalía General del Estado, nadie las escucha en las oficinas del palacio del gobernador Graco Ramírez Garrido.
En años recientes, el estado de Morelos ha visto crecer el horror de los crímenes y las desapariciones de la mano de la insensibilidad de sus instituciones. Las organizaciones civiles que destaparon los horrores cometidos en las fosas de Tetelcingo y Jojutla, donde la Fiscalía General “volvió a asesinar” a sus familiares al arrojarlos “como basura”, insisten en que no se cumplen los protocolos mínimos de comportamiento humano frente a una persona fallecida. Y si esos protocolos no importan, las familias fracturadas importan menos.
Las madres, los niños y las niñas, los familiares jóvenes y ancianos que marcharon este 10 de mayo lo han intentado todo. Como si habitaran un mundo paralelo, se han organizado para aprender lo necesario y hacer el trabajo que las autoridades no realizan. Rastreo y hallazgo de fosas clandestinas, papeleo legal, investigación de expedientes, redacción de nuevas leyes, seguimiento de protocolos, llamados a la solidaridad, entrevistas y conferencias, relatos, gritos. Este día de las madres se visten de blanco y llevan las flores que debieron recibir. Reparten entre la gente que las acompaña un listado de consignas que se han ido ajustando a los tiempos que vivimos: “¿Dónde están, dónde están, nuestras hijas dónde están, nuestros hijos dónde están?” “Únete, únete que tu hija puede ser, que tu hijo puede ser” “¿Por qué los buscamos? Porque los amamos”. “Las madres en la calle no hay nadie que las calle”. Son las voces heridas de mujeres y familiares articulados en el Frente de Víctimas del Estado de Morelos, exigiendo “verdad, justicia, reparación y no repetición”.
Después de una larga caminata por la ciudad, un breve acto en la Plaza de Armas de Cuernavaca. Las familias y las madres se congregan en un memorial que es prueba irrefutable de la negligencia gubernamental. Colocan decenas de mantas y fotografías de quienes no están con ellas. Rodeadas por periodistas y grupos de apoyo, leen un boletín de prensa. Dicen que “los candidatos deberían tener en sus propuestas el tema de que le van a dar solución a las víctimas”, pero saben que no lo harán. “Creer, no creemos en nada”. Lo que las acerca a las autoridades, señalan, “es la esperanza”. Luego, el pase de lista de cada persona ausente, otra nueva tradición mexicana.
Entonces, los mariachis que no saben faltar, entonan lo mismo que están escuchando millones de madres en todo el país. Sólo que, aquí, Juanga y Denisse se sienten de otro modo. Cuando resuena el “tú eres la tristeza, ay, de mis ojos” la fortaleza de estas madres se vuelve llanto colectivo. Se acompañan, se abrazan y se identifican. Luego cada “guerrera invencible” se recupera y se retira para cumplir la promesa que llevan años gritando: “De norte a sur, de este a oeste, yo te encontraré cueste lo que cueste”.
A continuación, reproducimos audios con las palabras de madres, abuelas y hermanas de personas desaparecidas y asesinadas en Morelos en los últimos años, quienes explican cuál es su búsqueda y cómo se han organizado y articulado para caminar juntas:
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Un niño enciende una vela por normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, SCLC, mayo de 2008. Foto: RZ.
Sin nada que celebrar este día de las madres, diversas organizaciones que buscan verdad y justicia para sus familiares desaparecidxs, secuestradxs, asesinadxs y encarceladxs realizarán movilizaciones de protesta en distintas ciudades de México el próximo jueves 10 de mayo de 2018. Aquí, algunas de las marchas difundidas en redes sociales:
En Coatzacoalcos, Veracruz, la marcha partirá a las 9:30 a.m. de las avenidas Ignacio Zaragoza y Nicolás Bravo para llegar al parque Independencia.
En el puerto de Veracruz, Veracruz, se reunirán a partir de las 17:00 horas en el Tranvía del Recuerdo para llegar a la Plaza de la Soberanía en el bulevar.
En Xalapa, Veracruz, el contingente saldrá a las 10:00 a.m. del Panteón Palo Verde con destino al Monumento de las Madres.
En Orizaba, Veracruz, habrá una caminata que partirá a las 15:00 horas de la plazoleta de Santa Gertrudis (Sur 43), recorrerá la calle Oriente 6 y llegará hasta el parque López. Al terminar la caminata, habrá una exposición fotográfica en la Galería Casa 243, donde madres que buscan a sus hijas y a sus hijos contarán sus historias de lucha.
En Culiacán, Sinaloa, se darán cita en la Catedral a las 9:00 a.m. para dirigirse a la Fiscalía General del Estado. Caminarán por las calles Ángel Flores, Rivapalacio y Teófilo Noris.
En Cuernavaca, Morelos, madres y familiares se reunirán a las 9:30 a.m. junto a la Fiscalía General del Estado (FGE) para marchar rumbo a la plaza central de Cuernavaca.
En Torreón, Coahuila, la marcha partirá a las 10:00 a.m. de la Fuente del Pensador de la Alameda Zaragoza, caminará hasta la Plaza Mayor y luego volverá al punto de partida.
En Morelia, Michoacán, partirán a las 10 a.m. de las instalaciones del cuartel militar en Av. Acueducto para dirigirse al Palacio de gobierno.
En Tijuana, Baja California, partirán a las 10 a.m. de la Glorieta Cuauhtémoc, Zona Río.
En la Ciudad de México, partirá una marcha del Monumento a la Madre a las 10 a.m. para dirigirse al Ángel de la Independencia. A las 11:00 a.m., madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa se congregarán en la Procuraduría General de la República (PGR) con rumbo a la Secretaría de Gobernación.
Bajo los lemas de “Una madre nunca olvida”, “Hasta encontrarlos” o “Nuestros hijos, ¿dónde están?”, las madres invitan a unirse a estas marchas y piden “que nos acompañen para hacer visible que no es un día de festejo, sino más bien un día de dolor”.
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A 8 meses de la huelga de hambre de enfermeras que evidenciaron la corrupción y crisis en el sistema de salud, el gobierno de Chiapas criminaliza a Jesús Espinoza de los Santos y a quienes defienden los derechos de expresión, manifestación, laborales y de salud.
Enfermeras anuncian posible tercera huelga de hambre si el gobierno del Estado de Chiapas no cumple los acuerdos firmados en mayo de 2017.
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“La fuerza del espíritu colectivo venció a la violencia”, dijo el compañero de nuestro colectivo que estuvo presente en Acteal este 9 de enero de 2018.
Este martes 9 de enero, 22 mujeres de la Sociedad Civil Las Abejas de Acteal lograron liberar a los nueve miembros de su organización presos arbitrariamente en la comunidad de Río Jordán, colonia Miguel Utrilla Los Chorros, municipio de Chenalhó. Veintidos mujeres, 13 de ellas sobrevivientes de la masacre de Acteal y cuatro con bebés en brazos, arribaron a esa comunidad que, en la década de 1990, fue el principal centro de actividad paramilitar que desembocó en la masacre de Acteal en diciembre de 1997, y donde se sabe que hoy residen muchos de los autores materiales de dicha masacre. Veintidos mujeres armadas sólo con grandes banderas blancas inscritas con la palabra PAZ, una imagen de la Virgen de Guadalupe y una del Señor de Tila, dispuestas a enfrentar con sus cantos y su dignidad a quienes 20 años atrás asesinaron a sus familias.
Cuatro días antes, el 5 de enero, José Ramón Vázquez Entzín, miembro del Congreso Nacional Indígena e integrante de Las Abejas de Acteal, transitaba por Río Jordán con un camión de arena que había comprado para construir su casa. Desafortunadamente, el camión se atascó en el lodo y ya no pudo salir. Los pobladores, al darse cuenta que el camión le pertenecía a Juan Vázquez, convocaron una asamblea urgente y, con las autoridades de la comunidad, detuvieron a José, supuestamente porque no tenía derecho a usar el camino. Esto porque, en 2015, José y Antonio Ramírez Pérez, ambos integrantes de Las Abejas, se negaron a aceptar un proyecto de drenage del gobierno, lo que les costó el corte de luz y agua y, en 2017, el encarcelamiento de cuatro compañeros.
Dos días después de la detención de José Vázquez, Las Abejas de Acteal organizaron una comisión de diez personas para visitarlo, compuesta por sobrevivientes de la masacre, promotores y promotoras de salud y un catequista. La promotora de salud María Vázquez, que formó parte de la comisión, relató lo sucedido ese 7 de enero.
La comisión llegó alrededor de medio día y dio inicio a una jornada de oración y ayuno, al tiempo que las y los promotores revisaban a José para determinar su estado de salud. Terminada la oración, levantaron el ayuno e iniciaron un convivio con rezos y cantos. Sin embargo, a pesar de tratarse de una iniciativa pacífica, los pobladores de Río Jordán se indignaron con su presencia y, junto con el agente municipal, detuvieron a los ocho hombres de la comisión, dejando libres a las dos mujeres, ambas promotoras de salud, después de interrogarlas. Una de ellas, sobreviviente de la masacre, declaró que en el interrogatorio se encontraba Víctor López López, “quien es uno de los autores materiales de la Masacre de Acteal y quien anda contando cínicamente en su comunidad que cuando masacraban a las mujeres el día 22 de diciembre de 1997, cuenta con orgullo que también las violaban”.
El agente municipal de Río Jordán exigió que las autoridades de Las Abejas acudieran al lugar y pagaran una multa de 5 mil pesos por persona para liberar a los detenidos.
Dos días después, el 9 de enero, la organización Las Abejas de Acteal recibió información por parte de la alcaldesa de Chenalhó Rosa Pérez en el sentido de que ese día liberarían a los nueve presos y que se establecería una mesa de diálogo. Sin embargo, pobladores de Río Jordán también afirmaban que, aunque liberarían a los presos, a las 14 familias de Las Abejas que residen en Río Jordán les quemarían sus casas, venderían sus tierras para que no pudieran regresar, los golpearían e incluso podrían llegar a quitarles la vida.
Fue entonces que las mujeres de Acteal decidieron formar una nueva comisión, esta vez compuesta exclusivamente por mujeres.
Al mismo tiempo, organizaciones solidarias acudieron a Acteal y los medios libres estuvieron difundiendo los acontecimientos en sus páginas y en las redes sociales, información que fue replicada en muchos lugares en México y en el mundo.
La presión logró que se liberaran a los nueve presos. Sin embargo, en vez de entregarlos a las mujeres, los subieron a dos camionetas del gobierno, sin placas, sin informarles a dónde se disponían a llevarlos. Entre burlas y ofensas por parte de los hombres de la comunidad, las mujeres exigieron que se les informara a dónde los llevarían. El agente del gobierno dijo que a la cabecera municipal de Chenalhó. Conscientes del peligro de secuestro, las mujeres dijeron que no.
Guadalupe Vázquez, una de las mujeres presentes, sobreviviente de la masacre de Acteal y concejala del Concejo Indígena de Gobierno, relató lo sucedido.
Se dirigieron entonces al crucero Majomut, donde se les unieron otras integrantes de Las Abejas, que se movilizaron desde Acteal junto con miembros de organizaciones solidarias y de los medios libres. Allí, mujeres y niños impidieron el paso de las camionetas y forzaron a los representantes del gobierno a liberar a los presos y a acordar la creación de una mesa de diálogo.
Ya en Acteal, se celebró una ceremonia de agradecimiento. Agradecer a Dios, agradecer a las organizaciones e individuos solidarios, agradecer a la fuerza de las mujeres, a la perseverancia de la organización, a la vida. Agradecer.
En Acteal, esa noche, el espíritu colectivo había vencido a la violencia. Con su dignidad, con su sencillez, con su organización, con su valor, las mujeres de Acteal nos enseñaban que es posible enfrentar el odio, la violencia y el terror no con más odio y más violencia, sino con organización, amor y dignidad.
Fotos: Regeneración Radio, Las Abejas, Radio Zapatista
Texto y audios: Radio Zapatista
Videos: Medios libres
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Ayer, 8 de enero, se realizó una marcha en Chile por la Machi Francisca Linconao y los 11 peñis procesados por la reapertura del caso Luchsinger Mackay. En estos momentos se lleva a cabo en tribunales de Temuco la audiencia de revisión de medidas cautelares, en donde la fiscalía podría solicitar la prisión preventiva.
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Retornan bajo presión del gobierno de Chiapas y sin condiciones de seguridad
Certificado de impunidad al grupo armado de corte paramilitar de Chenalhó
Continua la violencia generalizada en el territorio comunal de Chalchihuitán
Las organizaciones de la sociedad civil que conformamos el Colectivo que emite esta Acción Urgente, desde hace varios meses hemos recibido información sobre la situación de desplazamiento forzado en el que se encuentra el pueblo tsotsil de Chalchihuitán, y de que de ellos, el grupo que recién retornó a sus comunidades –Pom, Ch’enmut, Cruzkakalnam, Tzomolton, Cruzton, Bejeltón y Bololchojon– son 3858 personas (niños, niñas, mujeres, hombres). Según testimonios, nos reportan que bajo una persistente presión de funcionarios del gobierno -sobre todo de protección civil-, y ante el hecho de ver perder sus cosechas, animales, posesiones y viviendas, sin que los gobiernos federal y estatal cumplieran el desarme y desarticulación de los grupos armados, desde alguna instancia se tomó la decisión de retornar a sus comunidades de origen, sin condiciones ni medidas de seguridad. Del total de personas desplazadas, otras 1165 personas no retornaron por el temor constatado, causado por las acciones armadas que continua haciendo el grupo armado de corte paramilitar.
Es grave que, como diversos testimonios confirman, continúan los disparos de armas de alto poder y la tensión en toda la región, lo que da como consecuencia, el alto riesgo a la vida e integridad de las familias que retornaron a sus comunidades a partir del pasado 2 de enero, siendo de nuevo, las mujeres, los niños, niñas, las ancianas y ancianos, las más afectadas y vulnerables en este retorno y quienes además, no participan en la toma de este tipo de graves y delicadas decisiones.
En estas condiciones, el riesgo de una masacre es claro. De ocurrir, la responsabilidad directa es de los 3 niveles de gobiernos: el federal, el del estado de Chiapas y el municipal de Chalchihuitán, quienes con su inacción, han permitido este retorno al matadero, ya que van sin alimentos, con la cosecha perdida por la violencia generalizada, varios de ellas y ellos enfermos y bajo los impactos psicológicos de la violencia, todo lo cual da evidencia que en ningún momento están aplicando los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos de la Organización de Las Naciones Unidas, lo cual implica que no se están respetado, garantizando y protegiendo los derechos humanos de las desplazadas/os y desplazadas/os, ahora retornadas/os.
Siendo entonces un retorno de altísimo riesgo en vidas e integridad física de centenares de familias indígenas, lo que demuestra el desprecio hacia los pueblos originarios, ya que constituye un hecho criminal que es contemplado y consentido por los gobiernos federal, estatal y municipal.
No obstante que se instaló una mesa de seguridad con los gobiernos federal y estatal para atender la demanda de desarticulación, desmantelamiento y castigo al grupo armado de Chenalhó, al momento no hay ninguna respuesta y ningún avance, pues –reiteramos–, el grupo armado de corte paramilitar sigue actuando en impunidad.
Ante esta situación grave y crítica, como colectivo de organizaciones que envía esta Acción Urgente, exigimos Alto a las acciones armadas en la región, reiteramos la exigencia de su desarticulación, castigo y que se garantice de manera inmediata y urgente la vida e integridad de las familias desplazadas retornadas, así como de aquellas que han decidido no retornar a sus comunidades.
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Qué afan de recordar, de seguir removiendo la herida, se diría a primera vista.
El gran espacio cubierto donde se lleva a cabo el evento mira hacia la inmensidad de las montañas, que nos empequeñecen con su grandeza. Allí, en cierto momento, una sobria pieza de teatro recrea la masacre cometida aquí hace 20 años por paramilitares armados y entrenados por el Estado mexicano, conforme dictaba el Plan de Campaña 1994 de la Sedena para combatir al EZLN.
Entre los asistentes están muchos que sobrevivieron a la masacre, muchos que perdieron a familiares, que presenciaron una violencia impensable, que cargan con el dolor que los marca y marcará por el resto de sus días. Las miradas son intensas mientras se desarrolla la pieza de teatro, imposible decir qué sucede al interior de quienes vivieron ese horror en la piel.
Y sin embargo en el ambiente hay una alegría inexplicable, una contenida pero evidente jovialidad. ¿Por qué?
Don Raúl Vera, Obispo de Saltillo, quizás dio en el clavo. A lo largo de estos 20 años, Acteal se ha convertido en símbolo de la lucha por la vida en medio de un sistema de muerte, inspiración para seguir construyendo una sociedad nueva con dignidad y alegría.
El propósito de la masacre, dijo don Raúl, fue desmoralizar, no sólo al pueblo organizado de Acteal, sino también al EZLN y a todos quienes dicen NO al sistema de muerte e intentan construir otra sociedad. No lo lograron.
“Nadie esperaba el renascer de Acteal”, dijo don Raúl. La masacre no sólo no apagó esa llama de la resistencia y la dignidad, sino que convirtió a las víctimas y a los sobrevivientes en símbolos de vida nueva. Luchar como Acteal, imaginar como Acteal, caminar con dignidad como Acteal.
Es impensable el horror vivido y sin embargo aquí están. Parte del comunicado de la Mesa Directiva de Las Abejas y los sobrevivientes dice así:
Nosotras las mujeres sobrevivientes, nos sigue doliendo, y nunca olvidaremos a las mujeres embarazadas que les fueron abierto sus vientres, sacándoles a sus bebés como un mensaje de querer acabar con la semilla. Porque las mujeres somos dadoras de vida, somos las que traemos al mundo nuevas generaciones para que los ciclos de vida continúen, por eso murieron más mujeres, niñas y niños.
La Masacre cometida por el gobierno mexicano, es como si cortara un árbol, sus hojas, sus ramas, sus flores y sus frutos, pero, no pudo arrancar la raíz y esa raíz somos nosotras y nosotros y hemos renacido en retoños. Como dice un fragmento del canto del Coro de Acteal, Nos mataron pequeños e indefensos, pero, renacimos gigantes…
Por eso queremos que nuestros jóvenes sepan bien lo que pasó, tenemos que compartirles y formarlos para que sigan el ejemplo de nuestra lucha y así la Memoria de nuestro pueblo, esté floreciendo por siempre.
A pesar del dolor y de la impunidad, Acteal se convirtió en Tierra Sagrada. Acteal es Memoria. Acteal, es palabra digna ante el mundo. Acteal, es consuelo y sanación. Acteal, es dignidad y grandeza. Acteal es camino de la verdad, porque nunca piensa en venganza. Acteal es Justicia. Acteal es conciencia.
Este 20 aniversario de la masacre se conmemora mientras allí cerca, en las montañas, entre Chalchihuitán y Chenalhó, casi 6 mil indígenas tsotsiles viven en condición de desplazados, al igual que los entonces desplazados en Acteal. Al igual que entonces, un grupo paramilitar fuertemente armado y equipado, al servicio del Estado, mantiene en condiciones infrahumanas a miles de sus hermanos y hermanas, condiciones que ya cobraron la vida de once personas.
Es por eso que preservar la memoria es tan importante. Para evitar nuevos Acteales. Mientras el Estado insiste en negar su responsabilidad por la masacre y en mantenerla impune, los pueblos insisten en recordar el pasado para construir el futuro.
Aquí, en Acteal, frente al altar con las 45 cruces inscritas con los nombres de los masacrados, todos los presentes se pusieron de pie y repitieron la sentencia del pueblo:
Ernesto Zedillo Ponce de León, ex Presidente de México: ¡CULPABLE!
Emilio Chuayffet Chemor, ex Secretario de Gobernación: ¡CULPABLE!
General Enríque Cervantes Aguirre, ex Secretario de la Defensa Nacional: ¡CULPABLE!
Julio César Ruiz Ferro, ex Gobernador de Chiapas: ¡CULPABLE!
General Mario Renán Castillo, ex comandante de la Séptima Región Militar en Rancho Nuevo, Chiapas: ¡CULPABLE!
Homero Tovilla Cristiani, ex Secretario de gobierno de Chiapas: ¡CULPABLE!
Uriel Jarquín Gálvez, ex Subsecretario de gobierno de Chiapas: ¡CULPABLE!
Jorge Enríque Hernández Aguilar, ex Director de la Seguridad Pública del estado de Chiapas: ¡CULPABLE!
David Gómez Hernández, ex Subprocurador de Justicia Indígena: ¡CULPABLE!