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(Español) «Error técnico» pone en riesgo el territorio de Ostula
Por Dante A. Saucedo y Regina López | Agencia SubVersiones
En la costa de Michoacán, entre las aguas del Océano Pacífico y la Sierra madre del sur, habita el pueblo nahua de Santa María Ostula. Al menos desde el siglo XIX, ganaderos, pequeños propietarios, mineros y, más recientemente, narcotraficantes, han intentado despojarlo su territorio.
La comunidad de Ostula ha sabido defenderse por todos los medios posibles, pero hoy se enfrenta de nuevo a un riesgo que parecía haberse conjurado ya: un «error técnico» en el plano de la comunidad —generado y solapado por intereses políticos— amenaza más de seis mil hectáreas de territorio comunal.
Apenas en enero pasado, un juzgado agrario volvió a dar la razón a los «pequeños propietarios» que reclaman la propiedad de las tierras bajas y fértiles al norte de la comunidad. Pero la respuesta es clara: las tierras no están «en disputa», son de Ostula y se van a defender.
I. Una historia política del despojo
Los intentos de invasión a la comunidad de Ostula vienen de lejos. Como en todos los antiguos asentamientos nahuas de la sierra-costa michoacana —y en buena parte de las comunidades indígenas del país—, la ola más agresiva de usurpación de tierras comunales fue detonada por las leyes liberales que comenzaron con las Reformas Borbónicas del siglo XVIII y culminaron con las reformas juaristas.
(Español) Empresa PINFRA ingresa ilegal y violentamente en tierras ejidales para construcción de autopista Tuxpan-México
DENUNCIA URGENTE DE LA COORDINADORA DE PUEBLOS y ORGANIZACIONES DEL ORIENTE DEL ESTADO DE MÉXICO
AL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA (CNI)
AL CONCEJO INDÍGENA DE GOBIERNO (CIG)
A LAS REDES DE APOYO AL CIG-CNI
A LOS ADHERENTES NACIONALES E INTERNACIONALES A LA SEXTA DECLARACIÓN DE LA SELVA LACANDONA
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
AL PUEBLO DE MÉXICO
El pasado 6 de marzo de 2019, denunciamos la entrada ilegal de trabajadores, camiones y maquinaria pesada de la empresa PINFRA concesionaria del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México a los terrenos ejidales de la comunidad de Nexquipayac, municipio de Atenco, ubicados en la ribera del Lago de Texcoco al Oriente del Estado de México, que pretendían continuar asfaltando el tramo Ecatepec-Pirámides-Peñón-Texcoco de la autopista Tuxpan-México, por lo que un grupo de ejidatarios les impidieron el paso, obligándolos a retirarse y advirtiéndoles que no podían ingresar ya que la empresa no cuenta con la autorización y tampoco ha presentado ante la comunidad los planos del proyecto que afectará sus tierras. Asimismo, y dado que conocemos el “modus operandi” tanto de los malos gobiernos sin distinción de partido político como de empresarios sin escrúpulos, advertíamos de posibles nuevos intentos, la utilización de la fuerza pública y de golpeadores paramilitares, porque es así como se ha venido imponiendo esta mega-obra asociada al Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en el Lago de Texcoco, cuya supuesta cancelación no fue sino una maniobra mediática desmovilizadora.
Hoy sábado 23 de marzo de 2019, violando las leyes, falseando información y con la complicidad del comisariado ejidal corrupto de Nexquipayac (actualmente demandado por los ejidatarios por la alteración del acta del 4-marzo-2018 en flagrante violación a los acuerdos de asamblea) y del Tribunal Agrario 23 con sede en Texcoco (que ha decidido retrasar las audiencias a los ejidatarios por un lapso de 2 meses), la empresa PINFRA ha ingresado nuevamente a los Ejidos de Nexquipayac en la ribera del Lago de Texcoco, esta vez custodiados por cerca de un centenar de golpeadores y gente armada, que vigilan el avance de los trabajos de este tramo de la autopista Tuxpan-México y amenazan a ejidatarios y pobladores originarios.