Herman Bellinghausen
Enviado
Toniná, Chis., 11 de julio. Las renovadas presiones sobre las bases de apoyo del EZLN en el área de Toniná, iniciadas en febrero pasado y denunciadas en dos ocasiones por la junta de buen gobierno del caracol de La Garrucha (La Jornada, 26 de mayo y 11 de julio) coinciden puntualmente con el lanzamiento del nuevo gran plan turístico del gobierno federal: Mundo Maya 2012, anunciado por el presidente Felipe Calderón en el Museo de Antropología el 21 de junio.
La intención inicial del gobierno federal era realizar el anuncio del programa turístico precisamente en la explanada de Toniná, pero cuando el equipo de logística de Los Pinos vino al sitio en vísperas del acto y se percató de los letreros rojinegros que precisaban que este es territorio autónomo zapatista (letreros por lo demás habituales en todas las regiones indígenas, en particular la selva Lacandona), decidió cambiar la sede de la ceremonia y evitar que el presidente descendiera de su helicóptero en territorio zapatista.
El domingo 20 de junio enviados del gobierno estatal retiraron los letreros, se llevaron uno de ellos y cubrieron con una cortina
una gran manta con los rostros de Emiliano Zapata, el Che Guevara y el subcomandante Marcos, donde se señala que estas son tierras recuperadas por el EZLN, organizadas con el caracol de La Garrucha.
La mañana del día 21 llegó el gobernador Juan Sabines Guerrero, acompañado de un vistoso grupo de lacandones, y al igual que los mandatarios de los otros estados involucrados, se enlazó con la ceremonia presidencial en la ciudad de México vía satélite. Sin letreros.
El ambicioso programa turístico ideado por las autoridades para aprovechar la moda mundial del fin del mundo, de acuerdo con presuntas profecías mayas
, fechado para el 21 de diciembre de 2012, pretende atraer durante los próximos 18 meses carretadas de turistas nacionales e internacionales. Además de infraestructura, se anuncian 500 actos culturales en Campeche, Chiapas, Yucatán, Quintana Roo y Tabasco.
El entonces delegado de Gobierno y hoy secretario de Transporte, Horacio Schroeder Bejarano, y el presidente municipal de Ocosingo, Arturo Zúñiga, se habían presentado en Toniná un día antes del anuncio presidencial para presionar a Alfonso Cruz Espinosa y Benjamín Martínez Ruiz, ambos bases zapatistas, para que quitaran los letreros mencionados. No los pusimos nosotros, fue la JBG, vayan a hablar con ellos
replicó Cruz Espinosa, demandando el cumplimiento de la minuta de acuerdo firmada por el propio Schroeder y otros funcionarios tiempo atrás.
Entre las exigencias contenidas en dicha minuta, que los funcionaros dijeron no estar en condiciones de resolver en ese momento, están el retiro de los cargos administrativos formulados con pruebas falsas contra Cruz Espinosa, por los cuales tiene abierto un proceso judicial (que las autoridades mismas han reconocido que no tiene fundamento, pero sin retirar los cargos), así como la destitución de la directora del museo de sitio, Julieta Camacho Ramírez, quien siempre fomenta la división
y ha sido muy activa en los intentos para despojar de sus tierras al propietario.
Amenaza de levantón
El edil Zúñiga, de extracción panista, y empresario muy interesado en el negocio turístico
, amenazó a Cruz Espinosa con un levantón si no cambia de actitud
.
El área de Toniná siempre ha sido un enclave caliente
. En ella se localiza una gran base del Ejército, justo frente a la comunidad zapatista Nuevo Jerusalén. Ahora, el gobierno termina de construir una escuela primaria adyacente al complejo militar. Aunque casos similares han sido señalados como inapropiados, poner juntos escuelas y cuarteles es una socorrida estratagema contrainsurgente en comunidades indígenas.