MariChuy
(Español) Es la hora de sacudir este país – El Concejo Indígena de Gobierno y su vocera en Oventic
“Los poderosos están donde están porque nosotros lo hemos permitido”, dijo Guadalupe Vásquez, concejala tsotsil de Los Altos de Chiapas y sobreviviente de la masacre Acteal. “Pero ya es tiempo de unir fuerzas… de mover el mundo… de mostrar que somos capaces de levantar nuestros pueblos… que el mundo entero sepa que los pueblos originarios siguen vivos y seguirán luchando para conseguir su libertad, para ya no permitir la opresión, para ya no permitir la injusticia”.
Quien estuvo en el Caracol de Oventic el 19 de octubre de 2017 no tuvo como no saberlo: los pueblos originarios están más que vivos. Más de 10 mil personas llenaban el caracol, entre bases de apoyo zapatistas, pueblos del CNI, adherentes a la Sexta, concejales y concejalas del CIG. La niebla, esa niebla tan retratada en los primeros días del levantamiento en 1994, cubría las montañas y desdibujaba los contornos, de manera que no se veía el fin de ese mar de gente reunida en lo que fue el último día de la gira del CIG en territorio zapatista.
La caravana había sido recibida a la entrada del caracol por una comitiva de autoridades, todas mujeres, portando bastones de mando. Una ceremonia solemne y al mismo tiempo festiva, con las vivas gritadas por miles de bases zapatistas formados en doble fila que daban la bienvenida a ese nuevo gobierno que abarca, hasta ahora, 63 regiones indígenas del país, hablantes de 39 lenguas, representadas por 156 concejales y concejalas.
Así recorrió Marichuy y los y las concejalas el largo camino hacia la cancha, resguardada por cientos de milicianos, hasta el templete. Allí, en el templete, se fue tejiendo el sentido de lo que hemos visto y escuchado estos seis días. El dolor y la rabia ante la destrucción y el despojo de todo, ante la muerte provocada por este sistema que todo pisa, todo humilla, todo violenta. Un dolor que se volvió tangible en las palabras del Comité Eureka, que desde 1977 lucha por los desaparecidos; en las palabras de las madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa; y en las palabras de la concejala tsotsil de Los Altos de Chiapas, sobreviviente de la masacre de Acteal: “Mi palabra es verdadera porque yo lo viví, porque nadie me lo contó, porque yo estuve presente. A mí no me cuesta creer que las injusticias pasan en todo el mundo”. Pero ante el dolor y la rabia, ante la muerte, el surgimiento de un levantamiento por la vida y la invitación a construir un mundo otro desde abajo.
Dijo Marichuy:
“Abajo, desde el fondo de la tierra, la dignidad está naciendo un nuevo mundo en medio de la destrucción, el dolor y la rabia de nuestros pueblos, del México de abajo en los campos y las ciudades. Del pueblo trabajador que es explotado hasta su muerte, despojado de todo cuanto tiene, reprimido por pensar y rebelarse, despreciado por ser diferente, por ser pobre, por ser mujer, por hablar nuestra propia lengua, por decir la verdad, por mirar abajo y no arriba, por voltear a ver a la compañera, al compañero y no al amo, al cacique, al patrón, al mal gobierno. Y por eso decimos nuevamente que en el reloj de eso que somos la humanidad, se marca la hora de lo que somos, de lo que fuimos y de lo que seremos.”
Como en los demás espacios, la mujer indígena se hizo presente. “Las mujeres indígenas, en nuestra triple condición de mujeres, de indígenas y de pobres vivimos la mayor de las opresiones dentro de este sistema que se nombra capitalista, somos explotadas y violentadas en nuestros hogares, en nuestros trabajos, en todos los espacios de la sociedad”, dijo Marichuy. “Pero justamente porque somos las que sentimos el más profundo dolor, porque vivimos la mayor de las opresiones; también nosotras las mujeres somos capaces de sentir la más profunda de las rabias; y entonces debemos ser capaces de transformar esas rabias en organización con el fin de pasar a la ofensiva para desmontar el poder de arriba, construyendo con determinación y sin miedo el poder de abajo.”
De la misma manera, la Comandanta Hortensia, hablando en nombre del Comité Clandestino Revolucionario Indígena – Comandancia General del EZLN, en la segunda parte de su discurso se dirigió directamente a las mujeres de México y del mundo, haciendo un recuento detallado de la violencia que sufren las mujeres tanto del campo como de la ciudad e invitando a la organización. Y dijo: “es la primera vez en la historia de México que una mujer indígena va a decir que tenemos capacidad para gobernar un país. Y cuando ella dice que sí puede, con ella también lo decimos todas”.
Marichuy anunció que a partir del mes de noviembre el CIG recorrerá el país con una agenda que se dará a conocer en los próximos días. Dijo la Comandanta Hortensia: “Los pueblos zapatistas estamos con la vocera, con el Concejo Indígena de Gobierno y con el Congreso Nacional Indígena, ellos y ellas van a cumplir una misión de recorrer el país para decir y escuchar la verdad y también invitarlos a luchar”.
Pero avisó: “Van a tratar de hacer hasta lo imposible para que una mujer indígena no hable ni escuche”. A sólo cuatro días de iniciado el proceso de recolección de firmas para formalizar la candidatura de Marichuy, esto ya es evidente. Marichuy hizo una detallada denuncia de las formas en que el Estado ha tratado de sabotear el proceso para evitar la candidatura. A pesar y por causa de eso, Marichuy dijo que no darían un paso atrás, que recorrerían el país para escuchar e invitar a la organización, desarrollando una agenda nacional a partir de grupos de trabajo sobre tierra y territorio, autonomía, mujeres, jóvenes y niños, personas con capacidades diferentes, migrantes, diversidad sexual, justicia y trabajo y explotación.
Después de las palabras, un sencillo pero conmovedor acto cultural con bailables de gran simbolismo y una pieza de teatro que llevaba a imaginar lo que podría ser un debate entre la política tradicional y la forma otra de hacer política de los pueblos.
Como si estuviera planeado, la niebla se levantó de Oventic al terminar el evento y el camino se distinguió claramente tras las rejas decoradas con flores de la entrada del caracol. La gira del Concejo Indígena de Gobierno en territorio zapatista había terminado, señalando el inicio de un largo caminar.
Escucha los audios:
Palabras de bienvenida de la Junta de Buen Gobierno “Corazón céntrico de los zapatistas delante el mundo” por la compañera Jimena (lee aquí):
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Palabras de bienvenida del CCRI de la Zona Altos de Chiapas por la compañera Jessica (lee aquí):
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Palabras de María de Jesús Patricio Martínez (Marichuy) (lee aquí):
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Palabras del Comité Eureka México por Reina Santiago Rodríguez:
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Palabras de las madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa:
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Palabras de concejala tsotsil de Los Altos de Chiapas:
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Palabras de la Comandanta Hortensia a nombre del CCRI-CG del EZLN (lee aquí):
(Descarga aquí)
(Español) Palabras de María de Jesús Patricio, de la Comandanta Hortencia y de las compañeras Jimena y Jessica en Oventic
- Palabras de María de Jesús Patricio Martínez (Marichuy)
- Palabras de la Comandanta Hortencia a nombre del CCRI-CG del EZLN
- Palabras de bienvenida de la Junta de Buen Gobierno “Corazón céntrico de los zapatistas delante el mundo” por la compañera Jimena
- Palabras de bienvenida del CCRI de la Zona Altos de Chiapas por la compañera Jessica
Palabras de María de Jesús Patricio Martínez en el Caracol de Oventic el 19 de octubre de 2017
Escucha aquí: (Descarga aquí)
Hermanos y hermanas del pueblo de México, de los pueblos del mundo, de la Sexta nacional e internacional.
Medios libres de comunicación.
Medios de paga.
Ahora les hablo con la voz que el Concejo Indígena de Gobierno para México me dio para decirles que desde el 12 de Octubre hemos estado reunidos con el fin de celebrar la primer Asamblea Nacional de Trabajo entre el Concejo Indígena de Gobierno y los pueblos que integran el Congreso Nacional Indígena, en el CIDECI-UNITIERRA, y con el fin de hacer la presentación del Concejo Indígena de Gobierno y su vocera en los cinco caracoles zapatistas, en el estado de Chiapas, ratificando lo que los pueblos originarios sabemos bien, o sea, que el futuro de nuestros pueblos es posible únicamente en reconocernos uno solo con la tierra, nuestra madre. En ella está nuestro pasado y futuro, y por lo tanto la libertad y la autonomía por la que luchamos.
Desde territorio rebelde zapatista nos escuchamos y pensamos en colectivo, con las artes y las palabras creativas nos hablamos, nos compartimos los modos y los caminos para desmontar el poder que de arriba nos diseñan e imponen hasta que da lugar a reproducir ese corrompido poder en el sistema patriarcal, machista y capitalista en nuestros pueblos; desmontarlo es voltear a ver en el fondo de nuestra historia y hacerlo nuestra apuesta y propuesta a los pueblos de México y del mundo. Por eso decimos: ¡Que vivan las mujeres que luchan y se organizan!
El Concejo Indígena de Gobierno, integrado hasta este momento por 156 concejales y concejalas de 63 regiones indígenas del país, hablantes de 39 lenguas originarias, pensamos que es el tiempo de escuchar el sonido que viene del desastre capitalista en todos los territorios del campo y las ciudades.
Arriba, el poder se resquebraja y la política del mal gobierno y los poderosos capitalistas demuestran con descaro la mentira que son, estremecen con su destrucción todo lo que tocan, matan, contaminan y a su paso van dejando destrucción, desolación, indignación y rabia.
Abajo, desde el fondo de la tierra, la dignidad está naciendo un nuevo mundo en medio de la destrucción, el dolor y la rabia de nuestros pueblos, del México de abajo en los campos y las ciudades. Del pueblo trabajador que es explotado hasta su muerte, despojado de todo cuanto tiene, reprimido por pensar y rebelarse, despreciado por ser diferente, por ser pobre, por ser mujer, por hablar nuestra propia lengua, por decir la verdad, por mirar abajo y no arriba, por voltear a ver a la compañera, al compañero y no al amo, al cacique, al patrón, al mal gobierno.
Y por eso decimos nuevamente que en el reloj de eso que somos la humanidad, se marca la hora de lo que somos, de lo que fuimos y de lo que seremos.
Es la hora de escuchar lo que el sufrimiento de las familias que buscan un hijo, un padre, una madre desaparecidos tienen que decirnos con su lucha incansable por encontrar entre los escombros la verdad y la justicia.
Es la hora de sacudir este país y agitar en cada rincón de él, de organizarnos en cada espacio, en cada barrio, nación y tribu, en cada ciudad, en el campo y en las ciudades, de no dejarnos, de organizarnos, de gobernarnos de acuerdo a nuestras formas propias, ejerciendo y tomando el destino en nuestras manos sin esperar a que otros lo hagan por nosotros.
Es la hora de tejer desde abajo una telaraña tan grande que sea capaz de perdurar los tiempos venideros, aprovechando el llamado de nuestra tierra para que la organización que construyamos penetre en todas las estructuras de esta nación y nos garantice la libertad, la democracia y la justicia.
Es la hora de los trabajadores, maestros, intelectuales honestos, artistas, jóvenes, campesinos, estudiantes, homosexuales, comunicadores y todos los que de abajo somos.
Es la hora de hacer retemblar en sus centros la tierra, mirándonos en el espejo que son los pueblos originarios con sus luchas y sus sufrimientos. Tomando los principios del mandar obedeciendo la guía para renacernos.
Pero sobre todo es la hora de las mujeres que luchan y se organizan por nacer su libertad, por nacer su patria nueva con justicia, por nacer un mundo nuevo de paz y diferente sobre las ruinas que el sistema capitalista y patriarcal van dejando por todos lados. Es el momento de que las mujeres nos organicemos sí, por el respeto de nuestros derechos, pero también por todos y por todas porque en nosotras está la fuerza para empujar esta enorme lucha.