Ciudad de México, a 15 de marzo de 2025.

Dra. Claudia Sheinbaum Pardo.
Presidenta de México.

Usted sabe que el campo de exterminio de Teuchitlán no es un evento aislado, la desaparición forzada de personas es un horror que se remonta a la Guerra Sucia, que continuó en el largo periodo neoliberal y se agudizó en el momento en que Felipe Calderón declara la guerra contra las drogas; desde luego que no comenzó en su administración, ni en la de su antecesor, pero tampoco se contuvo entonces
ni se contiene ahora. Por el contrario, el fenómeno se generaliza y el dolor se multiplica en todos los estados de la república y alcanza a muchos sectores sociales. Hace nueve meses una mayoría de votantes la eligió a usted para presidir la república, la felicitamos a usted y a tantos que han depositado su confianza en el proyecto que representa, pero a pesar de las expectativas de tantas víctimas que también ejercimos nuestro derecho al voto, usted parece no querer voltear a vernos: no nos nombra, parece no escucharnos y no se dirige a nosotras.

La desaparición de personas es un delito de lesa humanidad que a diario se comete en México. Este crimen se ha convertido en una pesadilla nacional y hoy ocupa las primeras planas de los medios de comunicación, nacionales e internacionales, pero para quienes tenemos seres queridos desaparecidos ocupa mucho más que espacio en la prensa, es la razón de nuestro martirio, es tortura que no cesa, dolor sin fin y sin consuelo.

Sin embargo, queremos creer que usted sabe que somos madres y padres, hermanas y hermanos, hijas e hijos, vecinos y amigos, que buscamos con esperanzas y zozobra, varillas y uñas, a nuestros seres queridos. Usted debe saber que somos nosotras, las familias, quienes ante la omisión del estado hemos asumido la responsabilidad y la carga de la búsqueda, ya sea en hospitales u oficinas forenses, en redes sociales y bajo la tierra, y que hemos llegado a muchos rincones en los que pensamos podríamos encontrar a los nuestros. También sabe usted, que conoció hace muchas décadas a unas madres buscadoras como Rosario Ibarra de Piedra y las madres de EUREKA y que, como ellas, vamos a seguir luchando hasta encontrarlos.

Es importante que recuerde, presidenta Claudia, que no nos mueve un proyecto político, ni favorable ni contrario al suyo, porque usted entenderá que quienes padecemos esta angustia y vivimos pendientes de la esperanza de encontrar a nuestros desaparecidos, nos es realmente muy difícil pensar en cualquier otra cosa que no sean nuestros familiares.

Queremos que sepa, presidenta, que no queremos perder definitivamente la esperanza en encontrar a nuestros familiares, incluidos a los 43 normalistas de Ayotzinapa, ni en que la verdad y la justicia se abran paso, por eso le decimos que ha llegado la hora de que usted nos mire de frente y asuma con nosotros la responsabilidad de buscar a los desaparecidos y parar las desapariciones.

El país está sumergido en una inocultable crisis humanitaria. México está de luto. Por eso necesitamos de su sensibilidad y voluntad política. Pero no nos pida, ni a nosotras las familias de las y los desaparecidos ni al pueblo en general, que en nombre de la defensa de la patria guardemos silencio, olvidemos a nuestros desaparecidos, dejemos de buscarlos y menos aún de exigir justicia.

Usted, como presidenta de la República, debe ya reconocer la existencia de la grave crisis de desapariciones, misma que se materializa en los hallazgos de campos de extermino, hornos crematorios y fosas clandestinas; una maquinaria de muerte que recuerda lo peor de la historia de la humanidad, donde los muertos y desaparecidos se cuentan por cientos de miles.

Las familias de todo el país queremos darle las gracias al Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, que por su valentía pusieron al descubierto el infierno y el horror en Teuchitlán, al igual que los hacemos los colectivos y familias en tantos lugares del país. Presidenta, que no la engañen ni se engañe; no pertenecemos a ningún partido político, ni tenemos otras banderas que no sean la verdad, la justicia y la presentación de nuestros seres queridos con vida.

Pensamos que es urgente que nos sentemos a dialogar sobre las formas y los mecanismos para que usted y el gobierno que encabeza, por ello, exigimos:

1) asuma la existencia de más de las más 120 mil personas desparecidas y los incontables miles de migrantes desaparecidos que no están en los registros oficiales.

2) reconozca el trabajo colectivo de las familias que en todo el país buscamos a nuestros seres queridos y abra un espacio de escucha y de diálogo con las organizaciones sociales y colectivos.

3) apoye a quienes vivimos amenazados, y a pesar del infierno que padecemos, salimos a buscar a las decenas de miles de mexicanos y migrantes que permanecen desaparecidos y el estado mexicano se ha mostrado incapaz de buscar y encontrar.

4) sancione a los servidores públicos que han permitido por omisión o aquiescencia, el horror que se destapó en Teuchitlán.

5) se identifique y se entreguen dignamente los restos de las personas que han sido localizadas en ese y todos los campos se extermino y fosas clandestinas en Teuchitlán y en todo el país.

6) se fortalezcan las estrategias de búsqueda y se tomen las medidas necesarias para atender e identificar a los cientos de personas que se encuentran en las fosas comunes, las que administra el propio estado, que es donde van a parar los restos de las victimas después de que las familias los encontramos en los parajes donde fueron arrojados.

7) es urgente reactivar el Centro Nacional de Identificación Humana, dotarlo de los recursos necesarios e incorporar a las familias como consejeros y coadyuvantes de la institución.

8) frente a la emergencia nacional es urgente construir un sistema judicial que resuelva las demandas de las víctimas. Si la reforma del poder judicial no conduce a ese resultado habrá fracasado.

Presidenta Claudia, por el bien de todos.

¡escúchenos! ¡véanos!

¡Es momento de que hable con nosotras, las familias de los desaparecidos!

Atentamente

Colectivos de familiares buscadoras de todo el país.

CDMX. 16 de marzo 2025