Fuente: Avispa Midia
Por Renata Bessi

En portada: La deforestación y el uso masivo de agrotóxicos son las principales amenazas para la supervivencia de las abejas en Campeche. En la imagen, apicultores muestran la muerte masiva de estos insectos. Foto: Colectivo Maya de los Chenes.

Apicultores mayas de Hopelchén, municipio del estado de Campeche, en la Península de Yucatán, obtuvieron una sentencia histórica la cual reconoce que las abejas poseen un valor en sí mismas por desempeñar un papel crucial en el equilibrio de los ecosistemas. Además, reconoce que las polinizadoras hacen parte del legado biocultural de los pueblos mayas, quienes han practicado la apicultura desde tiempos prehispánicos en la Península de Yucatán. El juicio de amparo fue presentado el 19 de mayo de 2023, en el marco del Día Mundial de las Abejas.

En su fallo, la jueza Cuarta de Distrito del Centro Auxiliar de la Quinta Región, con residencia en Culiacán, Sinaloa, reconoció que las abejas tienen “un papel preponderante en la reproducción de plantas y son vitales para los sistemas agrícolas de producción de alimentos. (…) Y que los pueblos y comunidades indígenas han convivido por cientos y miles de años con distintos tipos de vegetación en un proceso de intervención constante de recolección, semidomesticación y domesticación”.

De acuerdo con el asesor jurídico de los apicultores mayas, Jorge Fernández Mendiburu, perteneciente al Centro de Derechos Humanos Utsil Kuxtal, no existe ninguna otra sentencia en el país que reconozca que la abeja merece una protección. “Eso es lo novedoso”, dijo.

La defensa de las abejas por los pueblos mayas en la Península de Yucatán no es de ahora. Hace por lo menos 12 años que los mayas de Hopelchén iniciaron la lucha, tras la muerte masiva de sus abejas. “Nuestra lucha por la defensa de los territorios incluye a las abejas. Sin las abejas es muy difícil que podamos continuar en este planeta”, dijo la apicultora maya y integrante de la Alianza Maya por las Abejas Kaabnalo’on, Leydy Pech. 

La jueza también reconoció que dos factores principalmente han afectado la supervivencia de las polinizadoras. Uno es el uso masivo de agrotóxicos, en particular ciertos herbicidas y pesticidas en la agricultura industrial, como el fipronil, neonicotinoides y el glifosato, que fue prohibido por un decreto presidencial en el sexenio pasado. El segundo es la deforestación desenfrenada, que ha colocado a Hopelchén como uno de los municipios más deforestados de México. 

La apicultora sostiene que las comunidades mayas en Hopelchén conviven con la producción masiva de granos, como el sorgo, soya, arroz y maíz transgénico, cuya producción “responde a las megagranjas porcícolas y avícolas que están en Yucatán”.

Un equipo del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur San Cristóbal de las Casas) pudo documentar la muerte de al menos seis mil colmenas de abejas en 2023 y 2024 en las comunidades mayas de Ich EK y Suc Tuc del Estado de Campeche, así como en el municipio de Tizimín, en Yucatán.

Los científicos pudieron comprobar que una de las causas de las muertes de las abejas es el uso de agrotóxicos por la agricultura industrial. “[Estas substancias] se expanden en un rango de siete kilómetros, matando todo lo que está alrededor, como las abejas e insectos; además de otras pérdidas que no hemos documentado. Deberían de estar prohibidos”, sostiene Jaime González, integrante del equipo.

Responsabilidad 

En el juicio se señala la omisión de las autoridades federales y estatales en la protección de las abejas y determina que cumplan “políticas de fondo que sean efectivas”, explica el asesor jurídico de los apicultores mayas.

Obliga a las autoridades implementar“todas las medidas necesarias para evitar o mitigar el riesgo al medio ambiente en el que habitan las abejas, entablado acciones efectivas para investigar y combatir la muerte masiva de las abejas de Hopelchén, así como para contrarrestar los daños de las zonas en las que se encuentran los apiarios. (…) deberán demostrar que han realizado acciones que tienen un impacto efectivo en la protección del medio ambiente y en el combate de la mortandad de las abejas en la región de Holpechén”, determina la resolución.

La jueza determinó como instancias de gobierno responsables la Presidencia de la República, representada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) en el ámbito federal. Compromete, además, a la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y a la Secretaría de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambio Climático y Energía (Semabicce) del gobierno del estado de Campeche.

Entre las acciones concretas, los apicultores mayas esperan la prohibición de agrotóxicos como el fipronil y los neonicotinoides, ya vetados en gran parte de Europa; la aplicación del decreto que restringe el uso del glifosato; la prohibición de las fumigaciones aéreas; la investigación y sanción de las deforestaciones que han devastado la región; establecer un programa participativo con las comunidades locales para crear corredores biológicos y restaurar los ecosistemas afectados; y la declaración de las abejas como sujetos de derechos y el reconocimiento de las comunidades mayas como sus guardianas.

Toda la península

La sentencia lograda recientemente se aplica específicamente al caso de Hopelchén, sin embargo, los apicultores defienden que las medidas que se tomen para darle cumplimiento a la sentencia deben tener un alcance regional. 

“La situación que se está viviendo en Hopelchén, nosotros la estamos viviendo por lo menos desde 2018 en Tizimín (Yucatán), y sabemos que apicultores de otros Estados, como Quintana Roo, también la sufren”, explica el apicultor Marco Antonio Cupul Cu, de la Alianza Maya por las Abejas, Kaabnaloón. “Hace poco en mi municipio unas 700 colmenas fueron muertas por plaguicidas. ¿Quién las mata? Las empresas, los megaproyectos, los monocultivos. No solamente matan las abejas también contaminan los alimentos”, agrega. 

Los apicultores mayas esperan que la sentencia abra la posibilidad de interlocución con el gobierno federal para que las medidas sean de carácter regional. “Que apliquen cuanto menos la prohibición de los agrotóxicos y una política de restauración de las reuniones que fueron deforestadas”, sostiene Itzel Pech, del Colectivo Maya de los Chenes. “Son las mínimas acciones ante toda la devastación y crisis que estamos enfrentando”.