(Español) Mirar dentro de 120 años la libertad
El Festival Resonancias del Caracol conmemora a través de la música la historia del Zapatismo de Chiapas. En noviembre, el EZLN cumple 40 años de Clandestinidad, 30 del levantamiento y 20 de la creación de los Caracoles. Lo organiza la Red Universitaria Anticapitalista junto con diversas colectividades. En un comunicado, hacen un llamado a “mirar lejos”, el futuro en 120 años
Por Daliri Oropeza Alvarez X: @Dal_air
Dení es el nombre con el que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional titula el tercer comunicado que publicó el 2 de noviembre del 2023.
Pienso en Dení Prieto Stock, joven que decidió pasar a la vida clandestina por conciencia social. Antes de irse, dejó una carta a su familia en octubre de 1973 en la que reafirma que no es una decisión repentina, sino de muchos años: ser parte de la organización que después daría vida al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Desde entonces la conocieron como Maria Luisa.
Encaró las injusticias y fue consciente de las condiciones de la gente en el México atravesado por el movimiento estudiantil de 1968, la represión, masacre y persecución de jóvenes que se extendió hasta 1971 y la alcanzó. Esas realidades las escribía en sus cartas, “solo hay opción en los movimientos clandestinos”. Describía que para ello se requería organización y disciplina.
Firmaba algunas de sus notas con la frase «viva el Che», una clara influencia de la Revolución Cubana en su juventud. Se decía a sí misma comunista y atea. La describen siempre rebelde en el documental Flor en Otomí de Luisa Riley.
En la preparatoria, señaló de frente a uno de los hijos del presidente Luis Echeverría diciéndole su padre era un asesino.
Como estudiante ayudó a la toma de tierras en Tlaxcala. Las campesinas la recuerdan porque les enseñaba a leer. Escribía “vivir por la patria o morir por la libertad”. Estudió enfermería pensando en la vida guerrillera.
Fue asesinada en 1974 por el ejército en la casa de seguridad en Nepantla. Al mismo tiempo se impulsaba la creación de un primer núcleo guerrillero en Chiapas.
El segundo grupo que fundó el EZLN en Chiapas se conformó por seis personas, tres indígenas y tres mestizos. Hoy, mencionan el nombre de Dení en la tercera parte de un comunicado importante haciendo referencia al nombre de una niña hija de insurgentes zapatistas.
Hace 40 años, con fecha del 17 de noviembre de 1983, empezó la etapa de entrenamiento y formación de las bases que desde la clandestinidad decidieron levantarse en armas en 1994, hace 30 años. Son los territorios en rebeldía, que hace 20 años se transformaron de Aguascalientes a Caracoles, con estructuras políticas, educativas, de salud, educación, justicia y siembra propias de raíz maya.
Hoy, tras ese 40, 30, 20, “las principales ciudades del suroriental estado mexicano de Chiapas están en un completo caos”, de acuerdo con lo que describe el EZLN en la cuarta parte del escrito.
En este “hoy”, la organización política del EZLN se transforma por mandato de todos los pueblos zapatistas y desaparecen los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ) y las Juntas de Buen Gobierno, después de un proceso de “autocrítica” que duró por lo menos 3 años.
El EZLN anuncia que en los siguientes comunicados van a decir las razones y explicar el proceso por el cual gestan una nueva estructura de la autonomía zapatista.
“En silencio lo hicimos, sin bullas, tranquilos y serenos porque miramos lejos, como de por sí nos enseñaron nuestros anteriores. Y allá afuera gritándonos que miremos aquí nomás, sólo un calendario y una geografía. Muy pequeñito lo que nos quieren hacer mirar. Pero como zapatistas que somos, nuestro mirar es del tamaño de nuestro corazón, y nuestro caminar no es de un día, un año, un sexenio. Nuestro paso es largo y deja huella, aunque no se mire ahorita o ignoren y desprecien nuestro camino”, escribe el Capitán Insurgente Marcos en el tercer comunicado.
La convocatoria del subcomandante Insurgente Moisés es a mirar lejos, dentro de 120 años, para que las niñas que nazcan entonces sean libres, sean lo que les dé la gana ser con la responsabilidad que conlleva esa libertad.
Pienso en Dení. Pienso en las decisiones de vida. Pienso en la libertad existencialista que aprendí con mi papá.
“La sabemos bien que no ha sido fácil. Y ahora está más peor todo, y como quiera debemos mirar a esa niña dentro de 120 años. O sea que tenemos que luchar por alguien que no vamos a conocer. Ni nosotros, ni sus hijos, ni los hijos de sus hijos, y así. Y tenemos que hacerlo porque es nuestro deber como zapatistas que somos”, escribe Marcos.
Para conmemorar esta historia nada sencilla y sí muy esperanzadora, desde las nuevas generaciones de jóvenes estudiantes nace una convocatoria a través de la música: El Festival Resonancias del Caracol.
Xavie Gálvez es tesista de Antropología social de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en la UNAM. Es parte de la Red Universitaria Anticapitalista (RUA). Participa en la organización del Festival Musical Resonancias del Caracol, donde cantarán artistas y bandas como Rebeca Lane, Lengualerta, Colectivo Altepee, DJ Guapis, Los Cojolites, entre otras.
“Es importante construir memoria colectiva”, asegura. Cuenta que el diálogo colectivo en la RUA permitió que las generaciones arriba de ella contaran sobre los conciertos que se organizaron en los contextos más álgidos. Además de la intención de poner el arte en el centro como herramienta y que varios integrantes son músicos, bailarines o artistas.
Vale la pena recordar los festivales de Rock por la Paz y la Tolerancia realizados en Ciudad Universitaria, el concierto organizado en octubre de 1999 por Zach de la Rosa en el Palacio de los Deportes, la tocada en el Zócalo durante la Marcha del Color de la Tierra en 2001, los conciertos para celebrar los 20 y 10 años del EZLN.
Lengualerta es uno de los cantantes que participa en el Festival. Para él es una oportunidad de “celebrar y acompañar en esa celebración al movimiento zapatista”, en un momento en que la ofensiva paramilitar subió de tono y el “crimen desorganizado” asedia.
En entrevista, el cantante asegura que “la música sensibiliza”. Cuenta que en el 94, la música fue clave para desmentir la estigmatización de los medios al zapatismo, “en mi experiencia sirvió para abrirme los ojos, para traerme esa otra versión, esa otra historia de lo que estaba pasando”.
Es honrar con música lo que el EZLN ha caminado en estos años a través de la autonomía, dice en la reflexión, en Chiapas y a nivel nacional en los pueblos indígenas, diversas luchas agrupadas en el Congreso Nacional Indígena, resalta Lengualerta. Incluso a nivel internacional, como lo fue la Travesía Zapatista por la Vida. Un modo efectivo para llegar a la gente a través de las generaciones.
“Este caminar de 40 años de este movimiento ha sido mucho el tejer y vincularse con tantos otros movimientos. Tantas otras luchas, que al final pues como dicen, son la misma lucha por la vida”, cuenta el cantante de Hip Hop que ha acompañado a los movimientos sociales en su trayectoria. “Es darles las gracias”
Para el movimiento zapatista, la música ha sido siempre una compañera. En los Caracoles no hay evento donde falte un grupo que toca desde rancheras hasta rock y todos las personas que asisten, bailan. Aún con el cerco mediático o gubernamental, en los momentos más difíciles, sobresalen la música, el baile y las artes.
“Zapatismo y rock comparten entre sí una estructura de sentimiento común: la que nace de la resistencia y la reivindicación de una identidad diferente, la que proviene de una vivencia profunda de exclusión, de disidencia y de afirmación de lo propio ante lo ajeno. Raperos, darketos, hip hoperos, skatos, metaleros, punks, bib boperos, rastafaris-reggaeros han encontrado en la insurrección indígena lo mismo una causa que un tema para sus rolas”, escribió el periodista Luis Hernández Navarro en el marco de la creación de los Caracoles.
De acuerdo con las reflexiones de Lengualerta, el EZLN es un referente “tal vez el más grande” de la lucha por la autonomía y la libertad.
Xavie asegura que “cuando compartimos exigencias políticas a través de la música, se vuelve mucho más poderoso ese compartir. Porque la música nos invita es a movernos, ¿no? Ya sea desde el baile, desde el canto, siempre la música invita a hacer. Y a seguir haciendo”.pensando
Para Xavie, el periodo de la clandestinidad del zapatismo es interesante pues si bien llegan con ideas del marxismo leninismo a las comunidades hace 40 años, son las personas de raíz maya quienes le dan el sentido de lucha que llevan desde hace más de 500 años como pueblos de raíz maya.
“Se ven forzados por la misma realidad a cambiar y a escuchar la palabra y la práctica de los pueblos. Me parece que ese momento es clave, pues representa un cambio al que nos invita al zapatismo, a ir más allá de nuestra propia realidad”, cuenta Xavie en entrevista.
Respecto a la tercera parte del comunicado, titulada Dení, y la provocadora propuesta del Subcomandate Insurgente Moisés, la tesista apunta:
“Me cuesta pensar imaginar de aquí a 120 años y convencerme de que esa imaginación no es solo una fantasía, sino que es un futuro posible. Eso habla mucho de cómo nuestra imaginación ha sido cooptada. Nuestra imaginación política ha sido cooptada y cuesta mucho hacer esos ejercicios de de imaginar y pensar a futuro”, reflexiona.
“Me gustaría verla diversa y diferente, que su futuro en 120 años sea un escenario en donde quepan muchos mundos y en donde no solo mi idea de futuro sino las ideas de futuros de muchas otras personas más”. Habla de un futuro donde “las infancias puedan disfrutar del arte en libertad”.
Para ella, la autonomía inspira a sembrar escucha, fuerza y confianza en nuestras voces: “nombrar lo que nos pasa, lo que vivimos, lo que nos duele pero también lo que queremos”. Parte de las resonancias que quieren generar con el festival.
Se pueden conseguir boletos en La librería Volcana, el Rincón Zapatista en CDMX o en las redes sociodigitales de la Red Universitaria Anticapitalista.