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Extracción de madera en los Chimalapas

Mientras mira hacia los árboles que cubren las montañas que apenas se distinguen entre la neblina y se frota las manos para sacudirse del frío que produce el agua norte, la llovizna con viento, don Juan –indígena chimalapa- confiesa que lo que más les duele no es la pobreza, “sino el olvido”. Por los caminos de la selva de los Chimalapas pueden verse los destrozos causados por la tala de árboles. La deforestación la provocan comunidades chiapanecas- ejidos- asentadas ilegalmente dentro del territorio comunal ancestral oaxaqueño.

Los chimalapas dejan claro que “la Madre Tierra no está en venta” en alusión a una propuesta de que los invasores puedan comprar las tierras. Por el contrario, los afectados defienden el territorio ancestral y proponen una solución definitiva y simple: los chimalapas consideran suyo el territorio y lo único que piden es el reconocimiento a sus tierras. Aceptan a cambio reconocer como comuneros con plenos derechos a los chiapanecos pobres que reconozcan que están asentados en las tierras comunales de los chimalapas. El plazo vence en diciembre. El problema principal a solucionar es que algunos de los líderes de los campesinos chiapanecos son defensores a ultranza del saqueo de las empresas madereras y de la expansión de los ranchos ganaderos.

Todas las partes interesadas exigen que se constituya urgentemente una mesa de diálogo y se haga valer la propuesta de los chimalapas. Esta semana, una caravana de observadores de los derechos humanos llegó a la población para resguardar la zona. Mantenemos contacto con los participantes y seguiremos informando. Por favor, apoya con tu firma esta protesta dirigida a las autoridades responsables.

Firma la petición en línea de Salva la Selva siguiendo este link:

https://www.salvalaselva.org/mailalert/798/mexico-selva-de-los-chimalapas-en-alerta-la-madre-tierra-no-esta-en-venta