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Publicado en Camino al Andar
26 de mayo de 2023
Por Raúl Romero
En la celebración por su 25 aniversario, entre el 31 de diciembre de 2018 y el 1 de enero de 2019, desde el Caracol de La Realidad, en la Chiapas Zapatista, el EZLN mandó un mensaje claro y potente. Luego de que miles de milicianos zapatistas, hombres y mujeres, marcharan evidenciando su disciplina y coordinación, el subcomandante Moisés dio un discurso que resonaría hasta palacio nacional. Además de ratificar la posición anticapitalista y la apuesta por la autonomía de las comunidades zapatistas, el vocero insurgente también recalcó su rechazo a los megaproyectos y su disposición a defender sus territorios: “Por eso no permitiremos ningún proyecto que destruya la vida de la humanidad y la muerte de nuestra madre tierra, porque detrás de todo esto están los intereses de los grandes capitalistas nacionales y trasnacionales”.
La respuesta no se hizo esperar: en los días que siguieron, las redes sociales se llenaron de mensajes de odio, mentiras, calumnias y descalificaciones contra los zapatistas. En la andanada, que tuvo como centro de disputa twitter, participaron decenas de cuentas anónimas, y algunas de personajes públicos simpatizantes del gobierno. La matriz de la campaña mediática antizapatista partía de cuestionar “dónde estaban los zapatistas en el pasado”, intentando borrar una larga historia de iniciativas políticas, de confrontaciones con el poder, de resistencia y rebeldía. En el fondo, buscaban hacerlos pasar como cómplices de los anteriores gobiernos: una tendencia desde la narrativa oficial contra los sectores críticos.
Digámoslo claro para refrescar la memoria: si alguien descarriló el proyecto de integración neoliberal que impulsó Salinas de Gortari, fueron los pueblos zapatistas y los pueblos indígenas que defendieron sus territorios y el territorio nacional. Fueron ellos y ellas los que pusieron el cuerpo y la sangre para defender este país.
Los ataques mediáticos contra los zapatistas han sido una constante en el sexenio. Desmemoriados “Influencers” y empresas de “bots” reciclaron viejas mentiras, como aquella que señala que el EZLN es una creación de Salinas. También desempolvaron la supuesta enfermedad de dirigentes o la hipotética ruptura entre miembros de la Comandancia General. El rumor de posibles encuentros con el gobierno federal, o el apoyo de zapatistas a candidatos de diferentes partidos y en diferentes estados, fueron otras de las invenciones difundidas. En el repertorio de engaños, y en un total sin sentido, se llegó a señalar que la Corona Británica financiaba a los zapatistas. La calumnia y la desinformación como armas de contrainsurgencia: repite una mentira mil veces y se convertirá en verdad.
A los ataques mediáticos, se suman también los espionajes, seguimientos y hostigamiento que han hecho áreas del actual gobierno federal contra los zapatistas y sus redes de solidaridad. Desde abril de 2019 los zapatistas informaron que alrededor de sus territorios estaba aumentando la presencia “militar, policíaca, paramilitar, y de espías, orejas e informantes. Han reaparecido los sobrevuelos de aviones y helicópteros militares, así como de vehículos artillados”. La información filtrada por el colectivo Guacamaya ha permitido conocer algunos de los informes que la SEDENA ha elaborado o encargado a otras dependencias sobre los zapatistas y sus redes en México y en el extranjero. Incluso se ha develado la coordinación de diferentes secretarías de Estado para mapear a las organizaciones y personas aliadas del zapatismo en otros países.
A los ataques mediáticos y al espionaje militar, se suman los ataques físicos contra las comunidades zapatistas. La guerra que despliegan contra las comunidades en resistencia los grupos paramilitares, narcoparamilitares o de corte paramilitar, continúa como desde 1994, aunque con variada intensidad. El incendio de escuelas, de bodegas de café, el secuestro de compañeros, golpes, amenazas, invasiones y otras agresiones son las que las comunidades zapatistas enfrentan en algunos de sus territorios. Hagamos un breve recuento:
1) Abril de 2019. Organización Regional de Caficultores de Ocosingo agrede a bases de apoyo zapatista en la comunidad Moisés Gandhi.
2) 26 de febrero de 2020. Compañeros pertenecientes al Congreso Nacional Indígena (CNI), fueron violentados, reprimidos y secuestrados por grupos paramilitares de los llamados “CHINCHULINES” y “ORCAO”[1].
3) 22 de agosto de 2020. Integrantes de la ORCAO saquean e incendian la bodega de café de comunidades zapatistas ubicada en el Centro de Comercio “Nuevo Amanecer del Arcoíris en el crucero de Cuxuljá[2].
4) 08 de noviembre de 2020. Secuestro y tortura de un compañero base de apoyo zapatista, de la comunidad de San Isidro, Anexo Moisés Gandhi, por parte de la organización paramilitar ORCAO[3]
5) 18 de enero de 2021. Integrantes de la ORCAO agredieron con disparos de armas de fuego a la comunidad de Moisés Gandhi del Municipio Autónomo Lucio Cabañas. Fueron “alrededor de 170 disparos de calibres grandes y 80 disparos de calibres pequeños.”
6) 20 de enero de 2021. Se registraron nuevas agresiones de la ORCAO en Moisés Gandhi.
7) 21 de enero de 2021. La Junta de Buen Gobierno informó que por lo menos 20 integrantes de la ORCAO atacaron con armas de fuego las casas de las bases de apoyo zapatistas[4]
8) 11 de septiembre de 2021. Miembros de la ORCAO secuestraron a dos personas autoridades autónomas de la Junta de Buen Gobierno de Patria Nueva, Chiapas.
9) 9 de junio de 2022. Nuevo San Gregorio, Municipio Autónomo Rebelde Zapatista Lucio Cabañas en Chiapas, México (municipio oficial de Huixtán) y la Junta de Buen Gobierno “Nuevo Amanecer en Resistencia por la Vida y la Humanidad”, Caracol 10 “Floreciendo la Semilla Rebelde”; sufrieron ataques que pusieron en riesgo la vida, seguridad e integridad personal de 6 familias Bases de Apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Personas observadoras de derechos humanos fueron amenazados de muerte[5].
Todos estos ataques han sido denunciados y documentados por los propios zapatistas, por organizaciones de derechos humanos y por redes de solidaridad. Incluso se señaló la complicidad de gobiernos locales y la utilización de recursos públicos. Lo anterior, sumado al crecimiento de las corporaciones criminales en Chiapas y a las disputas políticas -entre otros factores-, llevó a los zapatistas a alertar en septiembre de 2021 que Chiapas se encontraba al borde de la guerra civil.
En los últimos días, desde el 22 de mayo para ser precisos, los ataques se han intensificado. Nuevamente la organización paramilitar ORCAO, atacó con armas de grueso calibre a bases de apoyo zapatistas en la comunidad autónoma Moisés Gandhi. El compañero Gilberto López Sántiz resultó gravemente herido: “una herida que perforó el diafragma, hizo tres orificios en el intestino grueso, después en el estómago y finalmente en el bazo, lo que hace que el compañero se encuentre en estado grave; situación que se complica por la atención médica insuficiente que ha recibido, pues requiere urgentemente de cuidados intensivos sin que haya sido ingresado o trasladado a donde pueda recibir la atención debida” informó el Congreso Nacional Indígena. Los ataques han durado por varios días.
Son los gobiernos de los tres niveles, municipal, estatal y federal, responsables de estos ataques. Han permitido que la ORCAO siga recibiendo recursos públicos y le han garantizado impunidad para seguir atacando.
Las organizaciones sociales independientes deben intervenir de manera urgente para frenar estos ataques. De manera inmediata, las exigencias son claras y las ha dejado ver el Congreso Nacional Indígena:
1. Se brinde inmediata atención médica adecuada al compañero Gilberto López Sántiz.
2. Que se detenga el ataque armado contra la comunidad Moisés Gandhi y sea respetado su territorio autónomo.
3. Que sean castigados los autores materiales e intelectuales de estos ataques paramilitares.
4. Sean desmantelados los grupos armados mediante los cuales se mantiene activa y creciente la guerra contra las comunidades zapatistas.
La guerra contra las comunidades zapatistas se intensifica. Urge nuestra solidaridad en todo el mundo: Ya basta de agresiones contra las comunidades autónomas zapatistas.