Sorry, this entry is only available in Español. For the sake of viewer convenience, the content is shown below in the alternative language. You may click the link to switch the active language.

Publicado en Camino al Andar

Por Oralba Castillo Nájera

 

Xochimilco es territorio zapatista. En sus canales y humedales resuenan las gestas del Ejército Libertador del Sur. Será por eso que sus habitantes se sublevaron valientes y firmes, señalando a la jefa de gobierno, quien con mañas cuarta T pretendió validar una consulta e imponer el Programa General de Ordenamiento Territorial y el Plan General de Desarrollo de la CDMX (PGOT-PGD). Este Plan y este Programa abren la puerta a la privatización de tierras comunales, para robar a los pueblos su agua y ofrecerla a las inmobiliarias que han destruido la ciudad. Edificios de veinte pisos, tiendas gigantes, zonas tomadas por restaurantes y etcéteras han devastado el suelo de agricultura de los dueños originarios.

En acuerdo con el alcalde de Xochimilco, José Carlos Acosta, y a espaldas del pueblo, encajaron un tubo en las aguas de San Gregorio, dizque para drenaje residual. Los habitantes se percataron que era para robarles el agua. Situación que impacta más allá de la región de los doce pueblos nahuas de la CDMX.

El sábado tres de diciembre dio inició la defensa del territorio y la autonomía. Los comuneros de San Gregorio cerraron calles con barricadas, instalaron un plantón, llegaron granaderos a golpear y reprimir. Por las redes se expandió la noticia del enfrentamiento. En pocas horas los comuneros de Milpa Alta estaban en pie de lucha. Los pueblos nahuas rechazaron la imposición de la jefa de gobierno a favor de la mafia inmobiliaria. A Sheinbaum la sorprendió la organización y bravura de los pueblos.

El arribo al plantón de comunidades otomíes expresando solidaridad y ondeando la bandera negra con la estrella roja del EZLN y la del CIG-CNI, hicieron realidad el grito, –que el poder de arriba ignora–: ¡NO ESTÁN SOLOS! Pueblos purépechas, del Altepelmecalli, de Puebla, de Guerrero y de Morelos unieron sus voces. No a la destrucción de nuestras vidas, no al saqueo de nuestros recursos. ¡A nuestra Madre Tierra con sangre la vamos a defender! ¡Respeto a la autonomía y libre determinación de los pueblos indígenas!
 La represión en San Gregorio Atocpan a mujeres de la tercera edad, tuvo heridos, 19 uniformados y tres comuneros.
El agua se defiende como territorio común frente a la urbanización creciente, y el aberrante discurso de modernización, progreso y desarrollo capitalista.
El abogado Carlos González, del Congreso Nacional Indígena declaró, en Milpa Alta, que “no se trata de que consulten, se trata de que pidan permiso”. La espuria consulta del tres de diciembre quedó, por decisión popular, cancelada. Formas y maneras en que las autoridades tratan a los pueblos pretendiendo poner una parte considerable del suelo de conservación de tierras ejidales y comunales a disposición del mercado inmobiliario, viola los derechos de los pueblos.

El abogado González afirma: “se debe exigir se restituya la legalidad de los derechos violentados por las autoridades, que se cancele la consulta, no solo se suspenda.”

El 4 de diciembre, asambleas y pronunciamientos de solidaridad seguían manifestándose. Ese día, esa fecha recuerda a Zapata y Villa entrando a Xochimilco, antes de llegar a la Ciudad; como si la rueda de la historia girara en los tiempos de la revolución popular, en 1914, cobrando fuerza.

¡SÍ SE PUDO!

Gritaron los Xochimilcas cuando se comenzaron a retirar los tubos hidráulicos, y se acató la decisión de la Asamblea, manifestando un rotundo no al PGOT-PGD de la CDMX.

En la mañanera, el Mesías del desarrollismo capitalista hubo de intervenir: “son alcaldes conservadores quienes dieron mal la información a los pueblos”. Claudia Sheinbaum repitió la misma cantaleta.

Una semana agitada, llena de reuniones, enfrentamiento con granaderos, cierre de calles, fogatas, ollas comunales, guardias día y noche dieron por resultado el fortalecimiento de la lucha comunal.

El 9 de diciembre se llevó a cabo una asamblea en Milpa Alta donde los comuneros celebraron el triunfo. Hubo mención especial a las mujeres que se pusieron al frente y aplausos a los jóvenes. El abogado Carlos González se congratuló de la justa alegría, pero alertó de no baja la guardia. Seguir organizados, no permitir que se cambie el uso de la tierra. Se ganó una batalla, no la guerra. Existen muchas mañas del gobierno para continuar con sus planes de desarrollo inmobiliario apropiándose de territorios indígenas.

 Falta lo que falta. ¡Zapata vive, la lucha sigue!