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Migración

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Los Ángeles Press

American dream, muerte y pesadilla en su paso por México

Migrante viajando en el tren La Bestia. Foto: Alejandro Gálvez

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Por Alejandro Gálvez

ATITALAQUIA, Hidalgo, México.- María, una joven hondureña que no rebasa los 25 años, lleva casi una semana viajando en el techo del vagón de un tren; ha recorrido miles de kilómetros desde la frontera entre Guatemala y Chiapas, fijándose la meta llegar a los límites entre México y Estados Unidos, cruzar y en el mejor de los casos con un golpe de suerte lograr el anhelado americandream.

La tragedia viene incluida en el escueto equipaje de María; tan dramático como desgastante ha sido su recorrido; un día, mientras dormía en el ardiente techo del tren, vapuleada por la fatiga y el hambre, no reparó en que su hijo de apenas unos meses de nacido se le escapó de los brazos. No sintió nada, no vio nada. Kilómetros más adelante, cuando el tren hizo una de sus tantas paradas obligadas, el sobresalto se apoderó de María, al abrir los ojos y advertir que su pequeño hijo se había caído desde lo alto del tren, en algún lugar, quizá muy cerca, quizá muy lejos, nunca sabrá.

Con la misma suerte corrió un menor hondureño de apenas 5 años de edad; en su aventura para llegar a los Estados Unidos, el infortunio lo tocó, y cayó de lo alto de un vagón, mientras jugaba con un grupo de centroamericanos, con quienes bromeaba y platicaba para hacer más llevadero el martirio disfrazado de viaje en tren.

Albergue para migrantes en Casa del Samaritano, en Fracc. Bojay, Atitalaquia, Hidalgo. Foto: Alejandro Gálvez

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Una historia más:

Durante su viaje, un grupo de migrantes son interceptados por unos delincuentes que salieron de entre las arroceras; con machete y escopeta en mano, con violento grito advierten:

“¡Esto es un asalto cabrones, no se muevan o se los carga la chingada!”.

Paralizados por el miedo, los centroamericanos obedecen a sus agresores; separan a los hombres y mujeres; a los varones los desnudaron y los pusieron en posición de lagartijas, les quitaron los zapatos y el dinero. De entre las muchachas escogieron a una, la metieron al monte y la violaron. El esposo de otra pidió no le hicieran nada a su mujer, pero uno de los asaltantes dejó en claro que en esos momentos “los ruegos no valían”, y ordenó le cortarán la cabeza a la joven.

Casos como estos sorprenden, incluso impactan y dejan con la boca abierta a la opinión pública y a los propios periodistas, testigos fieles de una decena de testimonios que desnudan las atrocidades más inverosímiles a las que son sometidos los migrantes centroamericanos a su paso por nuestro país a bordo de la llamada Bestia.

Extorsiones, vejaciones, asaltos, violaciones, golpizas, asesinatos…es con seguridad a lo que se enfrentan los migrantes que provienen principalmente de Honduras, El Salvador, Guatemala y Perú.

Esto lo sabe Oscar Rolando, un joven hondureño de apenas 17 años, quien dice haber escuchado historias horribles de lo que le pasa a los migrantes, sean hombres, mujeres y niños, “a todos por igual”, sobre todo en los estados controlados por las bandas del crimen organizado.

Pero parece no inmutarse, al contrario, asegura que vale la pena arriesgar la vida para llegar a los Estados Unidos “allá hay dólares, en mi país no hay nada, ni siquiera trabajo”.

“Lo hemos visto todo, hemos pasado por todo, sabemos que con el simple hecho de estar montados en este tren, nos estamos jugando la vida, pero así es esto”, suelta en tono rudo un migrante hondureño que se identifica como Pepe, un tipo delgado, tez morena, quien cubre su negro pelo largo con una gorra sucia, decolorada ya, evidencia fiel de los intensos rayos del sol.

“Mira, aquí traemos pa´ defendernos de los que nos asaltan”, dice amenazante, al tiempo que empuña con fiereza un machete tan largo como oxidado; esto provoca el malestar de sus compañeros, quienes lo regañan y a punta de gritos le exigen guarde el arma.

Pepe no es el único que ha tomado sus propias medidas de seguridad para el camino, -pues a decir de Antonino Ramos Sierra, uno de los encargados de la casa del Migrante el Samaritano, ubicada en la comunidad de Bojay en el municipio de Atitatalquia, “algunos migrantes viajan con machete, no es que quieran matar a alguien, solo lo hacen para defenderse”.

El 23 de marzo del 2011 comenzó a funcionar la casa del Samaritano en el fraccionamiento Bojay, municipio de Atitalaquia en el estado de Hidalgo; se ubica a la orilla de las vías del tren, donde diariamente llegan decenas, a veces cientos de migrantes centroamericanos, hambrientos, sedientos, con los pies llenos de ámpulas, enfermos, algunos con heridas graves, pues llegan a caerse del tren.

En la casa del Samaritano, se les brinda atención a los centroamericanos; les dan de comer, se les obsequia ropa, zapatos, agua, incluso tiene varias camas para quienes necesiten pasar la noche. La casa del migrante es un espacio que ha sido dividido en tres, tiene dormitorios con baños, cocina, y una pequeña bodega donde se guarda la ropa recolectada y algunas medicinas básicas.

En este lugar los servicios básicos son irregulares, el agua escasea, la basura pasa cada ocho días, los baños no tienen regaderas, tampoco tienen calefacción.

Desde su apertura en marzo del año pasado, la casa del migrante en Atitatalaquia ha atendido a más de 60 mil migrantes, de los cuales dos mil han sido adolescentes, explican las hermanas encargadas del sitio asistencial.

“Hemos detectado que algunos de los migrantes son proclives a ser víctimas de trata. En algunos casos hemos visto a adolescentes que estaban a merced de los coyotes y decidimos ayudarles”, añaden las hermanas.

Ramos Sierra, refiere que el viacrusis que pasan los migrantes en su recorrido buscando el utópico objetivo de llegar a los Estados Unidos es tortuoso, injusto, y lleno de hechos trágicos, “que ni siquiera en una película de terror se han visto”.

Por ejemplo, indica que existen grupos de delincuentes que operan en la zona de Atitalaquia; esperan la llegada del tren y mientras hace su parada obligada, roban el material reciclado (fierro); después los policías, e incluso los propios ferrocarrileros culpan e incriminan a los migrantes en los robos.

“Hace unas semanas por poco y me llevan al bote a mí también, porque unos muchachos se vinieron a robar el fierro reciclado de los vagones, cuando llegaron los policías se querían llevar detenidos a los migrantes, yo intervine, porque me di cuenta de todo, y sólo porque traía mi credencial de la casa del Samaritano me salvé, pero ya me querían detener también”, relata Ramos Sierra.

Migrantes en espera del tren en su paso pro Hidalgo. Foto: Alejandro Gálvez

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Con todo y la labor social que la casa del Samaritano hace a favor de los migrantes, los encargados se enfrentan al desprecio y el rechazo producto de la xenofobia de los vecinos del fraccionamiento Bojay, quienes están solicitando el cierre definitivo del lugar, pues a su juicio, los migrantes centroamericanos “son personas repugnantes, sucias y fachosas que dan mal aspecto a la colonia”.

Al menos así lo explica Ramos Sierra, quien dice “pueden estar sucios, y fachosos, pero no se meten con nadie, son personas tranquilas, que lo único que buscan es comida y ropa”.

La hermana Luisa Silverio Cruz, quien atiende también en la casa del migrante, coincide con Ramos, y asegura que para los vecinos de Bojay “ser centroamericano es sinónimo de mugroso, delincuente, violador y asaltante”.

Antes de la llegada de los reporteros, en el lugar reposaron y comieron una mujer con siete meses de embarazo y sus dos hijos pequeños, al parecer venían de Honduras, “solo se bañaron, descansaron un poco y se fueron caminando, porque el tren tuvo una falla y no salió, caminarán como unos 5 kilómetros hasta que encuentren al próximo tren”.

-¿Una mujer embarazada, caminando 7 kilómetros con semejante calor?.

“Eso no es nada joven, si usted escuchara todas las historias que yo he escuchado, no las creería, sería bueno que un día se dé otra vuelta, y pregunte usted mismo, se asombrará”, concluye Ramos Sierra.

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Org Sociedad Civil

Segunda Marcha de la Dignidad Nacional: “Madres buscando a sus Hijos e Hijas y buscando Justicia”


A la sociedad civil nacional e internacional

A todas las iglesias, religiones y credos

A los medios de comunicación

A todos los hombres y mujeres que buscan la justicia y construyen la paz

El 10 de mayo, día de las madres, es un día muy significativo para nuestra cultura al ser un día en el que se celebra el ser madre, el tener hijas e hijos. Pero para nosotras, madres a las que les han arrebatado a sus hijas e hijos es un día más, un año más y el dolor de su ausencia forzada nos hace más intensa la herida. Cada día esperamos el amanecer con la esperanza de saber algo de nuestros seres queridos, llega la noche y les volvemos a hablar en el silencio de nuestro corazón, con la única certeza de nuestro amor y la esperanza de que les encontraremos.

No susurramos sus nombres encerradas en la intimidad de nuestras casas, lo gritamos, salimos y seguiremos saliendo a las calles, a donde nos digan que es posible que estén. Nuestra búsqueda no la hacemos solas, nos acompaña una gran familia que se ha ido forjando entre el dolor y la esperanza.

Por ello, en compañía de esas compañeras y compañeros solidarios les invitamos a que se sumen a nuestra SEGUNDA MARCHA DE LA DIGNIDAD NACIONAL “MADRES BUSCANDO A SUS HIJOS E HIJAS Y BUSCANDO LA JUSTICIA”, hagamos puentes de comunicación y caminos para que regresen. La Marcha tiene como principal objetivo la búsqueda inmediata de nuestros hijos e hijas, ejercer nuestro derecho a manifestarnos, clamar justicia y la respuesta en acciones concretas a nuestras demandas.

Les invitamos a caminar del Monumento a la Madre al Ángel de la Independencia en donde realizaremos una manifestación de dignidad y enviaremos un mensaje de fortaleza para nuestras hijas e hijos. Sus madres y una gran familia les buscamos y no dejaremos de hacerlo.

La cita es el 10 de mayo, a las 10 de la mañana en el Monumento a la Madre, de ahí marcharemos hacia el Ángel de la Independencia.

“Porque nos faltas a todas y todos y no descansaremos hasta encontrarlas y encontrarlos”

FUERZA UNIDAS POR NUESTROS DESAPARECIDOS EN MÉXICO (FUNDEM)

[Familias con desaparecidos de 15 estados de la República]

RED VERDAD Y JUSTICA (MÉXICO Y CENTROAMERICA)

Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos de El Salvador, (El Salvador) Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos del Progreso (Honduras), National Alliance of Latin American and Caribbean Communities (EEUU), Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, Belén, Posada del Migrante, Frontera con Justicia (México)

Centro de Derechos Humanos Victoria Diez (León, Gto.) Fundación para la Justicia y Estado Democrático de Derecho (México, D.F.), Casa del Migrante de Saltillo, Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios, A.C. (Saltillo, Coahuila), Centro de Derechos Humanos Juan Gerardi A.C. (Torreón, Coahuila)

CO-CONVOCANTES

Hijos por la Identidad y la Justicia, Contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S., México, D.F.)

Si no puedes asistir pero deseas ayudar lo puedes hacer realizando una aportación económica: Banco HSBC al no. Cuenta: 4053888285 a nombre del Padre Pedro Pantoja Arreola

Jorge Verástegui González

FUNDEM

Convocatoria para la Segunda Marcha de la Dignidad Nacional

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La 72 Casa del Migrante

Caravana De Madres De Migrantes Desaparecidos En Tránsito por México

“Liberando la Esperanza”

México Distrito Federal a 13 de octubre, 2012.- COMUNICADO DE PRENSA

Nos vamos ya rumbo al Sureste mexicano a recibir a las madres centroamericanas. Vamos cargando con papeles, lonas, gorras, camisetas, gafetes y sueños. Soñamos que las ayudaremos a cumplir su más caro deseo de encontrar a esos seres queridos que salieron un día en busca de la vida y de ellos no se supo mas.

Llegarán a El Ceibo, Tabasco el día 15 de octubre a las 9:00 de la mañana, procedentes de El Salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala, de donde partieron el 11 del presente en caravana, para recorrer parte de la ruta migrante de México. Las alimenta la esperanza de encontrar a sus hijos. Se invita a los compañeros de los medios de comunicación a que acompañen a estas madres en su viaje de 19 días por 23 localidades de 14 estados de la república mexicana.

Recibirán de entrada el abrazo de la Fiesta a la Esperanza que en homenaje a las a las víctimas de la violencia de Estado, organiza Fray Tomas en el albergue para personas migrantes “LA 72” en Tenosique y que como colofón irán a la frontera México-Guatemala a dar un gran abrazo a las madres centroamericanas compartiendo la premisa del evento “Todos los dolores, todas las luchas, toda la rabia, toda la esperanza”.

Durante esta caravana, tendremos el enorme placer de ser el instrumento de reencuentro de 4 madres con sus hijos: a partir de la caravana del 2011, siguiendo las pistas que se encontraron, Rubén Figueroa del MMM, se dedicó a recorrer los lugares indicados y su empeño dio frutos: cuatro de ellos fueron identificados como familiares que se venían buscando en la caravana y que recompensan el enorme esfuerzo que realizan estas mujeres que teniendo muy poco, no dudan en salir de sus pueblos en busca de sus hij@os. Las madres son ejemplo de lucha través del tiempo.

La agenda que se incluye, da cuenta de la gran cantidad de actividades planeadas a realizarse en las paradas estratégicas de este recorrido, actividades propuestas e instrumentadas por una gran cantidad de actores locales que nos muestran el espíritu solidario y generoso que las madres incitan

entre una muy variada cantidad de personas, grupos, instituciones, académicos, organizaciones y defensores de derechos de los migrantes y de los derechos humanos de todos y todas.

“Todos los dolores, todas las luchas, toda la rabia, toda la esperanza”


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FUNDEM

MARCHA DE LA DIGNIDAD NACIONAL “MADRES BUSCANDO A SUS HIJOS E HIJA Y BUSCANDO JUSTICIA”

MARCHA DE LA DIGNIDAD NACIONAL
“MADRES BUSCANDO A SUS HIJOS E HIJA  Y BUSCANDO JUSTICIA”
9, 10 y 11 de mayo del 2012
A la sociedad civil nacional e internacional
A todas las iglesias y creencias
A los medios de comunicación
A todos los hombres y mujeres que buscan la justica y construyen la paz
Nosotras madres de desaparecidos y desaparecidas en México y Centroamérica hemos decido juntarnos este 10 de mayo, día de las madres, para alzar nuestro clamor de justicia con la esperaza de que retumbe en todos los corazones e instituciones y rompa los yugos a los que tienen sometidos a nuestros hijos e hijas, quienes de manera forzada fueron arrancadas de nuestras vidas.
Han sido años para algunas, meses o días para otras, de caminar solas, de clamar en el desierto de los pasillos de autoridades indolentes e irresponsables, muchas de ellas responsables directas de su desaparición o coludidas con quienes se los llevaron, hemos caminado solas en medio de las miradas y comentarios estigmatizadores, nos han tratado como leprosas, nos han marginado y condenado a la pena más terrible que un ser humano puede vivir, no saber donde están nuestros hijos e hijas.
Pero ya no estamos solas, nos hemos encontrado cientos de madres y unimos nuestro clamor y nuestro amor para recuperar a nuestros seres queridos y traerlos de regreso en casa.
Los invitamos a que se sumen a esta marcha de la dignidad y apoyen nuestras demandas:
1. Búsqueda inmediata de todas las personas desaparecidas,
2. Conformación de una base de datos nacional,
3. Atención estructural de la PGR  a todos los casos de desapariciones,
4. Creación de una Fiscalía Especial para Personas Desaparecidas,
5. Creación e implementación de protocolos de investigación para personas desaparecidas,
6. Implementación de un Programa Federal de Atención Integral a las familias de personas desaparecidas;
7. Aceptar las recomendaciones del Grupo de Trabajo para desapariciones forzadas e involuntarias de la ONU.
Programa de actividades generales

Días 7 y 8 de mayo: Actividades de difusión y denuncia en diferentes estados.
Día 8 de mayo (pm): Salida desde los estados de Chihuahua, Coahuila y Nvo. León, de las caravanas del norte.
Día 9 de mayo: Eventos en León, Gto. y Querétaro.
Día 10 de mayo: Ciudad de México, actos de denuncia y convocación a la solidaridad para la búsqueda de nuestros seres queridos, la verdad y la justicia.
Día 11 de mayo: Evento sobre Desaparición Forzada y interlocución con diferentes actores en la ciudad de México.
CON UNA BÚSQUEDA INCANSABLE, HASTA ENCONTRARLOS (AS)

FUERZA UNIDAS POR NUESTROS DESAPARECIDOS EN MEXICO (FUNDEM)
[familias con desaparecidos de 15 estados de la República)
RED VERDAD Y JUSTICA (MÉXICO Y CENTROAMERICA)
[COFAMIDE de El Salvador, COFAMIPRO de Honduras, NALACC de USA, Fundación para la justicia y el
Estado democrático de derecho, Belén, Posada del Migrante, Frontera con Justicia, México)
RED DE DEFENSORAS (ES) DE DERECHOS HUMANOS Y FAMILIAS DE DESAPARECIDOS
[CDH Victoria Diez (Gto.), Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (Nvo. León), Centro de Derechos de la Mujer, Justicia para Nuestras Hijas, Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, Comisión de Solidaridad y DHs (Chihuahua), Centro de Derechos Humanos Juan Gerardi, Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios (Coahuila)]


Compañeros y compañeras, extendemos esta Convocatoria a la Marcha de la Dignidad Nacional, “Madres buscando a sus hijos e hijas y buscando la justicia”. Les pedimos nos ayuden a difundirla, así mismo les pedimos su solidaridad para solventar los gastos que ésta nos va a significar, así que si también nos pueden apoyar con alimentos, con  hospedaje, para transporte, etc. Se los agradecemos.
Si alguien puede y quiere apoyar económicamente pueden hacerlo a la cta.
BANORTE (Banco Mercantil del Norte, S.A)
José Raúl Vera López
Sucursal 0605, Victoria
Calle Victoria 207, Zona Centro, Saltillo, Coah. CP 25000
Núm. de cuenta 0653889771
CLABE 072 078 006538897710

Blanca Isabel Martínez Bustos
Directroa de CDDH FRay Juan de Larios
Asesora de FUUNDEC-M

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Radio Zapatista

Ritmos de Zapata – Documental sobre el movimiento musical chicano-zapatista

Documental especial, sobre el movimiento musical chicano inspirado en el zapatismo.

Rhythms of Zapata

Alejandro Reyes – Radio Zapatista

Documental en español: (Descarga aquí)  

Documental en inglés: (Descarga aquí)  

(Escucha también el acoplado musical Rola la Lucha Zapatista,  con más de 70 obras de músicos de México y el mundo como parte de la campaña Miles de Rabias, un Corazón en honor a la lucha zapatista, así como nuestra colección musical Las voces rebeldes del Otro Lado, música zapatista del otro lado de la frontera.)

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La Otra Europa

La Otra Europa Info

Desde abajo y a la izquierda, en esta transmisión, les compartimos algunas reflexiones sobre:

  • Antifascismo, recordando a Renato Biagetti y a los Migrantes Asesinados en Italia.
  • 22 de septiembre adhesión de la PIRATA a la jornada en solidaridad con los pueblos zapatistas.
  • 15 de octubre Global Revolution: Roma Arde, algunas reflexiones.
  • Noviembre en Alemania: acciones en contra de Castor el tren con desechos tóxicos nucleares.
(Descarga aquí)  

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Radio Zapatista

Testimonios de familiares de migrantes desaparecidos

En la Caravana Paso a Paso Hacia la Paz, parientes de migrantes desaparecidos dan su testimonio:

Coordinadora de Guatemala (3:14 min):(Descarga aquí)  
Entrevista al Padre Solalinde (2:32 min):(Descarga aquí)  
Hondureña que busca a su madre (4:30 min)(Descarga aquí)  :
Madre hondureña que busca a su hija (9 min)(Descarga aquí)  :
Hombre que busca a su hermano (3 min):(Descarga aquí)  
Madre que busca a su hija (2:20 min):(Descarga aquí)  
Mujer que busca a su esposo (3 min):(Descarga aquí)  
Hombre que fue secuestrado (1 min):(Descarga aquí)  
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Carolina

Por ser migrantes no somos criminales, sino trabajadores internacionales

La Caravana Paso a Paso hacia la Paz llega al Distrito Federal

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Basta de secuestros de migrantes en su paso por México. Basta de muerte. Basta de desapariciones. Basta de tortura. Por ser migrantes no somos criminales, sino trabajadores internacionales. Queremos justicia. Queremos respeto. Queremos un trato digno. Éstas eran las demandas de la Caravana Paso a Paso hacia la Paz que llegó al Zócalo de la Ciudad de México el lunes, 1 de agosto.

¿Quiénes participaron en la Caravana? Migrantes de Honduras, Guatemala, El Salvador. Activistas. Familiares de personas secuestradas, asesinadas o desaparecidas en su tránsito por México. Directores de los albergues para migrantes. Defensores de derechos humanos. Periodistas.

Los migrantes y sus defensores marcharon al Senado de la República donde varios voceros dijeron: No venimos por la foto o para saludarles. Queremos acción. Queremos resultados. La migración no es un problema de seguridad nacional. Son los migrantes quienes no tienen seguridad. Venimos a exigir el cese a la violencia contra los migrantes, la eliminación de la visa, la asistencia en buscar a las personas desaparecidas y un trato igualitario. Exigimos un alto a la complicidad de las autoridades con los crímenes contra los migrantes. Exigimos la cancelación de la Iniciativa Mérida.

Se acordó que no estamos hablando de unos diez, veinte o cien secuestros al año (aunque esto también sería motivo de protesta). Por lo contrario, según el informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de 2010, aproximadamente 20,000 de los 400,000 migrantes que transitan por México cada año son secuestrados. En algunos casos, ellos o sus familiares son extorsionados para pagar miles de dólares de rescate, mientras en otros casos, son asesinados o desaparecidos.

Organizada por el  Movimiento Migrante Mesoamericano, la Caravana recorrió la ruta migrante por los estados de Tabasco, Chiapas, Oaxaca,  Veracruz y Puebla hasta llegar al Distrito Federal. Un contingente salió en autobús de la capital guatemalteca el pasado 24 de julio, mientras  otro contingente salió de Tenosique, Tabasco en la  frontera con Guatemala el siguiente día. El segundo grupo viajó en el lomo del tren conocido como “el tren de la muerte” o  “la bestia” hasta Coatzacoalcos, Veracruz, donde los dos contingentes se unieron.  Llegaron juntos a Tierra Blanca, Veracruz, donde se entrevistaron con el Relator de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, (CIDH). [Vean el hermoso artículo de Alejandro Reyes, “Sobre la bestia: un tren de sueños y quimeras” https://radiozapatista.org/?p=3711 ]

Cabe señalar que varios de los participantes en la Caravana han enfrentado agresiones y detenciones de personal del Instituto Nacional de Migración y policías, pero que siguen con su trabajo en apoyo a los migrantes. Dos ejemplos son el periodista Irineo Mújica Arzate y el organizador y documentalista Cristobal Sánchez. También en Puebla, el padre Alejandro Solalinde, coordinador del albergue “Hermanos en el Camino”, de Ixtepec, Oaxaca y dos de sus escoltas fueron detenidos durante media hora y acusados del transporte de armas, aún cuando los escoltas tenía permiso de portar las armas debido a la larga serie de amenazas recibidas por el padre Solalinde.

Unos migrantes hablan de sus vidas

Al platicar con unos de los migrantes que venían con la Caravana, se hace evidente que muchos van a seguir su ruta hacia el Norte.

Luis y Salvador,  dos jóvenes de Guatemala afirman que no es la primera vez que pasan por México. Para Luis es la segunda vez y para Salvador la tercera.

¿Han venido con la Caravana desde Guatemala?

Salvador: No. Nos unimos en Orizaba. Tenemos dos días con la Caravana. Ha estado bonito. Ahora tengo que agarrar mi rumbo.

Luis: Sí, como sabemos que ahora hay muchos secuestros en el país, nos hemos sentido bien con  la Caravana,  sabiendo que nadie nos iba a molestar. De ahora en adelante, quién sabe.

¿Han tenido problemas en pasar por México antes?

Salvador: Yo, hasta ahora he caminado con la mano de Dios. Nada mal me ha pasado pero siempre está la tensión porque a muchos los han bajado del tren y nada se sabe de ellos.

Luis: A mí me asaltaron en Tapachula la primera vez que vine.

¿Alguien te ayudó?

Luis: Pues no podemos pedir ayuda a la ley porque dicen que somos “ilegales”, pero sí, me ayudaron en un albergue.

Salvador: Donde hemos tenido problemas es en Estados Unidos. De allí nos echaron. Yo me desvié un poquito de sus normas de conducta.

Luis: A mí alguien me chocó y cuando revisaron mis papeles, no tenía todo en orden.

Y ahora cuando las leyes contra los migrantes están más duras allá y hay más peligro para ustedes aquí en México ¿por qué se van de nuevo?

Luis: En Guatemala no hay trabajo. A veces comemos, a veces no. Como me gustaría estar en mi tierra con mi mamá, donde nadie me persigue, donde tengo amigos, pero no se puede. Aparte, ya tengo mi esposa en Colorado. Quiero estar con ella.

Salvador: Mi esposa y mi hija están allí en Oakland. Tengo que regresar.

El joven Leo de Honduras, también va a seguir hacia la frontera.

¿Vienes con la Caravana desde Guatemala?

No, vengo desde Tabasco, primero en tren, luego en autobús.

¿Es la primera vez que pasas por México?

No, ahora tengo la oportunidad de pisar tierra azteca por cuarta vez.

¿Cómo te ha ido antes?

Gracias a Dios, nada me ha pasado aquí. Siempre me han tratado bien.

¿Cuántas veces llegaste a Estados Unidos?

Una vez.

¿La migra te agarró aquí en México?

Sí. Andaba en autobús y me pidieron mis credenciales. Me encontraba sin dinero ese día y me dijeron que me bajara. Entonces, cada vez que me devuelven a mí país, regreso a México para ir al Norte. Me fue más o menos bien en Estados Unidos y puedo ganar la vida allá. En Honduras,  es mucho más difícil.

¿Por qué te uniste a la Caravana?

Porque si nosotros no hacemos escuchar, nadie va a poner atención a los problemas que tenemos. Ya es tiempo que le ponga un alto a todo esto. Secuestran a mucha gente y nos roban mucho. Hay familiares a quienes les han sacado $25,000 dólares. Amenazan a la gente y tienen miedo que vayan a matar a un hijo, a una hija, por eso les dan el dinero. Derechos humanos debe poner fin a esto. Y la violencia se está incrementando. Es una ola de violencia muy fuerte en contra del migrante. Si nosotros no venimos a protestar, esto va a seguir así porque al rico no le interesa lo que pasa al pobre.

¿Cómo está la economía en Honduras después del golpe de Estado?

Peor que nunca ahora que estamos siendo gobernados por un Presidente que es narcotraficante. Es un problema grave que tiene Honduras.

¿Lobo?

Pepe Lobo es narcotraficante. Sólo está pensando en la gente cercana a él. No está pensando en la comunidad, en el pueblo. A él no le interesa eso.

Entonces ¿no es posible encontrar trabajo en Honduras ahora?

Mira, hay un problema muy fuerte. No hay trabajo. Hay mucho sicariato. Matan a mucha gente. Hay mucha extorsión. La droga es como pan caliente. Se vende en la esquina. Antes no se veía esto. La gente se va de Honduras porque no hay oportunidades. Si llegas a una compañía maquiladora que hace ropa, verás que llegan 1,500 personas y ellos sólo contratan a 20 personas al día. ¿Qué significa esto? Sólo 3% tendrá empleo. Es pésimo. Tengo miedo que Honduras quede como Haití. El gobierno no quiere ayudar. Sólo quiere mamar la teta. Pepe Lobo dice al mundo que Honduras se está recuperando. Pero es una gran mentira. No. Honduras está perdida.

¿Cuáles son tus expectativas de esta Caravana?

Que nos ayuden y más que nada, que ayuden los que vienen en camino. Son muchos. No sólo centroamericanos, sino suramericanos. Por ahora la Caravana me ha dado más seguridad. A ver qué va a pasar ahora.

Doris, también es de Honduras. Aparte de sumarse a la Caravana para lograr cambios para todos los migrantes,  tiene una motivación muy personal para participar: Su hija y su nieta están desaparecidas.

“Vengo desde Guatemala. Nosotros íbamos a salir el 22 de julio de Honduras. Supuestamente nos iban a brindar el transporte pero no nos dieron transporte. Nos dejaron burlados. Entonces salimos el sábado por la tarde y lo que tuvimos que hacer fue pararnos frente a la Catedral a recolectar dinero para pagar un autobús que nos trajera a la frontera de Guatemala. Al principio éramos 80 pero todos no pudieron venir por falta de dinero”.

“Mi hija está desaparecida. No sé nada de ella. Aquí tengo su foto. Está con su bebita, recién nacida. Ahora ha de tener siete años. Mi hija salió de Honduras con una amiga en julio del 2004. La última vez que su amiga la vio fue en Tapachula.   Esto me lo sé porque la migra regresó a la amiga y yo platiqué con ella. Ella me dio un número. Llamé a este número y mi hija me contestó pero yo la sentí bastante preocupada, bastante tensa. No quiso hablar conmigo y más bien cortó la llamada. Desde entonces no he vuelto a tener comunicación con ella. Entonces, yo pienso que ha sido víctima de trata”.

“Sí, es muy duro, por eso nosotros, con las esperanzas de encontrar a nuestros familiares, nos hemos unido a la Caravana.  Es triste y muy difícil vivir con esto. Ahora me siento bien estando en la lucha. Aún si encuentro a mi hija, voy a seguir en la lucha porque no podemos parar. Tenemos que seguir hasta lograr nuestro propósito”.

“Nuestros familiares han salido de Honduras con el sueño americano, pero hemos visto que no es un sueño, sino una pesadilla. Los migrantes son víctimas de secuestros, de violaciones, de robos. Han tenido un sufrimiento terrible. A raíz de que vienen de migrantes, tienen que huir de las casetas de migración y al hacer esto, están capturados por gente sin escrúpulos que sólo buscan hacerles daño, lucrar de ellos. A las muchachas las venden a los prostíbulos. Y yo creo que las autoridades tienen conocimiento de esto. Entonces nosotros les exigimos que pongan sus buenos oficios y que hagan algo por nuestros migrantes. Ellos sólo quieren transitar por el país para buscar un trabajo al otro lado”.

“La situación en Honduras es horrible, muchísimo peor después del golpe. Ha habido muchos despidos de las empresas, de las fábricas, en todas partes. Y los que buscamos trabajo no lo encontramos. Es a raíz de esto que nuestra gente tiene que migrar. No venimos aquí para delinquir. Por eso pedimos seguridad”.

“ A veces se burlan de nosotros. Cuando estábamos allí en Honduras, mandaron a una señora el ataúd de su hijo, uno de los muertos de la masacre de las 72 personas en San Fernando, Tamaulipas. Le  dijeron que no lo abriera, que el cuerpo ya estaba demasiado descompuesto. Pues, la señora lo veló con el ataúd cerrado, así iba a enterrarlo, pero en el último momento pidió que lo destaparan para verlo por última vez aunque no lo reconociera. Lo que encontró fue un poco de tierra, unas bolsas de nylon, y un pedacito de carne que no se sabe ni de qué era. Entonces, esa es una burla para nosotros. No es posible que estén haciendo esto con nosotros. Exigimos más formalidad y respeto porque no somos cualquier cosa, somos seres humanos. Todos somos seres humanos y sentimos dolor. Cómo es posible que después de sentir el dolor de la muerte de su hijo, sienta otro dolor por la burla que le han hecho. No podemos seguir permitiendo esto.  No es posible que esto esté sucediendo. Es el motivo de la marcha. Que nos respeten. Y vamos a exigirlo hasta que lo logremos”

“Doy gracias a Dios que hemos llegado hasta aquí con la ayuda de nuestros hermanos mexicanos que han sido tan bellísimos con nosotros. Sí, ha habido unas dificultades. No nos hemos quedado en hoteles de cinco estrellas. Dormimos en el piso, pero tenemos techo. Llevamos buenos y bonitos recuerdos de México, personas tan bellísimas, igual que una señora me regaló este poncho. Vio que yo venía sin abrigo y me preguntó si no llevaba suéter y le dijo que no y me dijo ‘Toma. Yo misma lo tejí’. Le digo, ‘Ay, que Dios te bendiga. Eres un ángel’.  También damos gracias a todos los medios de comunicación que nos han apoyado. Tal vez con su ayuda encontramos nuestros familiares”.

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Flashpoints

(English) Report on the Caravan Paso a Paso Hacia la Paz

Disculpa, pero esta entrada está disponible sólo en English. For the sake of viewer convenience, the content is shown below in the alternative language. You may click the link to switch the active language.

Interview on Flashpoints, Pacifica Radio, on the Caravan Paso a Paso Hacia la Paz (Step by Step Toward Peace), the migrant train from the southern Mexican border to the north and the violence suffered by Central American migrants through Mexico on their way to the US.

(Descarga aquí)  
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Radio Zapatista

Sobre la bestia: un tren de sueños y quimeras – crónica desde la Caravana Paso a Paso Hacia la Paz

Alejandro Reyes

Le dicen la bestia. Innumerables toneladas de hierro crujiente que avanza moroso desde la frontera de México y Guatemala rumbo al norte. En ella, sobre ella, aferrados al metal candente de los techos de los vagones, viajan diariamente sueños, esperanzas, tragedias, anhelos y soledades. Es el tren de la muerte, el tren de los migrantes, y los miles de kilómetros que recorre representan uno de los viajes más peligrosos del mundo. A la bestia subimos en Tenosique, Tabasco, cerca de la frontera con la región selvática del Petén, en Guatemala: migrantes, activistas, periodistas e individuos solidarios que nos unimos a la Caravana Paso a Paso hacia la Paz, una iniciativa de varias organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes para visibilizar la violencia que sufren en México y exigir un alto a los abusos.

Ninguna descripción puede abarcar la vorágine de sentimientos que se encuentran al momento de trepar por los peldaños de los vagones cargando escasas provisiones y encontrar un espacio dónde acomodarse entre tantos otros y otras migrantes en condiciones similares y distintas. Hay quienes conocen el camino, lo han recorrido varias veces, han sido deportados en distintos puntos de México o de Estados Unidos, han sido asaltados, golpeados, secuestrados, extorsionados. Hay quienes nunca han pisado México y sólo conocen el tren de oídos, sus historias temibles, sus tantos peligros. Muchos se conocen, para llegar aquí han tenido que atravesar parte de Honduras y todo Guatemala, algunos, los más afortunados, en camión, otros, la mayoría, a pie. Dos jóvenes, apenas salidos de la adolescencia, huyeron de su barrio en la periferia de San Pedro Sula, amenazados por el crimen organizado, con la ropa del cuerpo y sin ningún dinero. Caminaron por el monte nueve días, se perdieron, de alguna manera lograron llegar hasta Tenosique, uno de ellos lleva un vistoso curativo en la oreja, algún insecto le picó y tiene una infección, y el otro camina cojeando, los pies en carne viva, los tenis destrozados. Otro cuenta que es el único que escapó del grupo de cinco que después de dos días de camino llegó a Tenosique y fue perseguido por la migra mexicana. Él y otro se metieron a una casa, los oficiales de migración no pueden entrar a las casas sin órdenes de cateo o permiso de los residentes, como quiera entraron después de cierto titubeo, a uno lo detuvieron, el compañero saltó por la ventana, se escondió en un pastizal, allá le llevó comida la anciana que vive en la casa hasta que el peligro pasó. Un joven anda desorientado, se mantiene callado, alejado de los demás, casi no habla con nadie. Es uno de dos que sobrevivió un secuestro, un grupo grande fue atacado por los Zetas, había mujeres y niños, a ellos, como a otros y otras, los violaron, ellos dos lograron escapar, pero del otro nadie sabe nada, a saber dónde fue a parar. Vemos al joven quedarse atrás en la abandonada estación. ¡Súbete!, le gritan, pero él sólo mira al tren con ojos vacíos. Más adelante, a unos kilómetros de distancia, de entre la selva salen dos hombres, se suben al tren unos vagones atrás. Los migrantes, atentos, se ponen en alerta: pueden ser asaltantes. No, alguien los conoce, viajó con ellos cerca de la frontera. Eran cinco, sólo quedan dos. “Quién sabe cuántos días llevan sin comer”, dice el hombre que los conoce. “No traen dinero.”

Hay una sensación de expectativa, de alegría, de miedo. Estamos en camino, estamos en la bestia. Los paisajes son sobrecogedores. Selva densa, voraz, donde surgen de repente minúsculos poblados con casas de tabla y techos de lámina, campesinos que saludan solidarios, ancianas que sonríen desde las puertas, niños que gritan y ríen. Ríos, pequeñas lagunas, pastizales, montañas, verde por doquier. Pasamos un puente, muchos se levantan, extienden los brazos, ríen, una sensación de libertad, de movimiento, la extensión ilimitada de esa naturaleza exalta los ánimos y alimenta las esperanzas: la vamos a hacer, vas a ver que esta vez sí llegamos, con fe en Dios.

El sol arrecia, el agua escasea, casi nadie ha comido, un grupito lleva tortillas. Nadie se queja. Como sea nos tratamos de proteger del sol, camisetas y trapos en la cabeza a guisa de turbantes. Conforme avanzamos, se van tejiendo amistades, solidaridades. Es la comunión de anhelos y peligros, deseos y temores. Con ese vértigo de emociones se tejen lazos, se comparten historias, unos se reconocen en los otros. Estamos juntos y juntas, nadie sabe por cuánto tiempo, y es justamente la incertidumbre lo que quizás más nos une. Y la soledad.

Pero hay una diferencia. Este trecho del viaje es distinto, todos lo sabemos. Los migrantes agradecen su suerte. “Se nos fue el tren el domingo, con la perseguida que nos dio la migra. Pero Dios sabe por qué hace las cosas. Si no, no estaríamos aquí.” La presencia de los periodistas y los activistas trae protección, aunque no garantías —en una caravana anterior, tres hombres armados a bordo de una camioneta intentaron llevarse a una de las mujeres cerca de Orizaba—. En Palenque, una recepción inesperada: un equipo de salud y dos ambulancias, botellas de agua, paquetitos de suero, sándwiches y frutas. Son hechos, no palabras, dice el gobierno de Chiapas. Mientras estén las cámaras. “Hmmm, si no estuvieran ustedes, nomás estarían pa chingarnos”, comenta irónico uno de los migrantes. “¡No más secuestros!”, le grita a un grupo de policías, divertido con la libertad de gritarle impunemente a quienes encarnan el terror.

Como quiera nadie se confía. En un descampado, bajo el sol ardiente de las dos de la tarde, el tren se detiene sin aparente razón. Inmediatamente la gente se pone en alerta: “¿Por qué se paró?” Todos tratamos de vislumbrar enemigos escondidos entre los árboles, el indicio de alguna camioneta atravesada allá adelante, algún movimiento sospechoso, dispuestos a saltar en caso de peligro, de una altura de varios metros, y correr como locos para salvar el pellejo. “A mí me secuestraron en Reynosa la cuarta vez que traté de cruzar”, cuenta un hondureño que va en su quinta tentativa. “Estábamos en Nuevas Aguas, llegaron varias trocas y nos encañonaron, nos subieron a golpes y patadas. Nos llevaron a una casa encerrada. Nos golpearon. Uno por uno nos llevaban a un cuarto solos, nos pedían números de teléfono. Yo no les di, y cada vez que decía que no tenía número, era golpiza. Cuando logré escapar, llegué a la casa del migrante en Reynosa, estuve una semana con atención médica. Quieren números para sacarle dinero a la familia, les dicen que vendan todo para mandar el dinero, y a veces lo matan a uno aunque la familia mande dinero. Pero si uno no da número, ahí van los golpes… Yo pensé que me iba a morir, nos llevaron al río para matarnos, casi no nos podíamos mover, de tanto tiempo que teníamos sin comer. Pero gracias a Dios tuve una oportunidad más de vida y ahí vamos otra vez.” ¿Aún así?, le pregunto. “Sí, ahí vamos de nuevo, todo sea por el bien de nuestros hijos.”

Las mafias del crimen organizado descubrieron que los migrantes son una mina de oro, “un negocio muy jugoso, un signo de dólares”, cuenta Elvira Arellano, ella misma migrante, que en 2006 desafió las leyes estadounidenses cuando quisieron deportarla; se refugió en una iglesia en Chicago y se transformó en activista por los derechos de los migrantes. Un año después fue deportada, pero decidió continuar la lucha, ahora en su propio país. Viaja en el tren y es una de las coordinadoras de la caravana.

Al principio el crimen —las maras, los Zetas, otros grupos delincuentes o narcotraficantes— asaltaban a los migrantes para quitarles el dinero que traían para el viaje y para pagar el coyote. Después descubrieron que era mucho más lucrativo extorsionar a las familias. Y ahora, en el contexto de la guerra desatada por Felipe Calderón, los migrantes son secuestrados para servir como esclavos del narco, en particular de los Zetas, sobre todo en el Estado de México y Veracruz pero también en otros estados. Los secuestran, los entrenan, y los ponen a trabajar, muchas veces como sicarios. Quienes se rehúsan, los matan. Si intentan huir, los matan. Los entierran en fosas comunes y nadie vuelve a saber de ellos.

La complicidad de miembros de todas las instituciones de gobierno, y en particular del Instituto Nacional de Migración y los diferentes cuerpos policiales, es por todos conocida. La impunidad con la que cuenta el crimen organizado para secuestrar, extorsionar, torturar, violar, esclavizar y matar a las y los migrantes es la principal razón de la violencia, que muchas veces sucede con la connivencia y participación activa de las fuerzas policiales y migratorias.

¿Y las familias? “¿Te puedes imaginar lo que es eso para la familia?”, pregunta Mario, un migrante hondureño que se subió al tren en Palenque y que viaja con un paisano que ya vivió en Texas y que prometió ayudarle a encontrar chamba, si es que logran llegar. “Uno sale y nadie sabe lo que va a pasar. Muchos desaparecen y la familia se queda años sin saber qué le pasó, si llegó y está en Estados Unidos, si lo secuestraron, si se murió. Es terrible vivir así.” ¿Y tú familia qué piensa?, le pregunto a Rigoberto, otro migrante hondureño. “No les gusta, es muy difícil dejar de vernos por varios años, y además tienen mucho miedo por lo que me pueda pasar, nunca se sabe su uno va a regresar”. Rigoberto ya estuvo cuatro años en Estados Unidos, lo deportaron hace un mes. ¿Cómo fue ver a tu familia? “Fue lo mejor que me ha pasado en la vida. Me sentí soñado. Estuve con ellos un mes y ahora voy de nuevo p’arriba. Si llego, me quedo otros cuatro años.”

Casi todos los que viajan en el tren son hondureños. Y todos dicen lo mismo. No hay trabajo, no hay dinero, el crimen está terrible, ya no se puede vivir así, los hijos merecen una oportunidad en la vida. Después del golpe de estado, la situación se volvió insoportable. El poder económico concentrado en manos de unos cuantos, la impunidad y la connivencia del poder político con el crimen organizado volvió al país un infierno. Extorsiones, violencia, asesinatos.

Dos jóvenes, hermana y hermano, viajan juntos. Nunca salieron de Honduras, no llevan dinero, no conocen a nadie en Estados Unidos, no saben a dónde van ni por dónde ni cómo pretenden cruzar. Van improvisando, como se den las cosas. Son amables, sonrientes, solidarios con los demás. Me ofrecen una lata de atún. En la noche nos toca ir juntos, todos tenemos que acostarnos pues en la oscuridad no se ven las ramas, que son peligrosas y que pasan golpeándonos la cara y el cuerpo aun acostados. Somos muchos, no cabemos, estamos prácticamente unos sobre otros, torcidos en posiciones imposibles. Los tres nos protegemos con un mismo plástico de la lluvia que cae pertinaz. Luego el frío. Algunos no duermen, por miedo a caerse. Cuando pasa la lluvia, aparece un cielo estrellado bellísimo atravesado por manchas fugaces del ramaje que confirma nuestro lento pero firme caminar rumbo a ese norte de esperanzas y quimeras.

La mañana luce espléndida y el sol naciente ayuda a desentumir los cuerpos retorcidos que empiezan a desperezarse. Un día más de viaje, de calor, sed y hambre, de historias y anécdotas, de peligros librados, de soledad soslayada por la intensidad del presente y el fuego de la esperanza.

Esa tarde nos despedimos. Y en cada apretón de manos y en cada abrazo, una incógnita. ¿Qué será de ti, hermano, hermana? En la corriente imparable de ese flujo de sueños y esperanzas rumbo a la utopía del norte, hombres y mujeres se encuentran y desencuentran, se solidarizan, se aman, se pierden, víctimas de un sistema triturador y excluyente, personificación misma del desamparo, pero también de la resistencia, la perseverancia, ejemplos vivísimos del potencial humano de seguir luchando por una vida digna con todo en contra.